sábado, 16 de noviembre de 2013

‘QUISE LEVANTARME PERO NO PUDE… VI EL PANTALÓN LLENO DE SANGRE Y ME DESMAYÉ’




“Unos dicen que salí volando, otros que cuando me vieron ya estaba afuera. Yo sólo me acuerdo que miré todo negro y después estaba en el hospital”.

Habla José Javier Quintero Núñez, uno de los lesionados de la explosión en la maquiladora Blueberry, el pasado 24 de octubre.

De lo que ocurrió surgen algunos retazos de su memoria, borrada por el shock, que revelan que despertó tres veces del estado de inconciencia generado por el impacto.

“Miré todo negro –insiste–, abrí los ojos y mis compañeros estaban alrededor. Desperté porque tenía mucho frío y entonces quise levantarme pero no pude, me vi el pantalón lleno de sangre y desfallecí”, dice este padre de familia de 22 años.

“Cuando volví a abrir los ojos vi muchos paramédicos y me volví a dormir. Volví a abrir los ojos y ya estaba en el hospital”.

Jose Javier yace acostado en su casa. Hace unas horas los especialistas que lo atienden le dieron una alta parcial. Descansará unos días en su hogar, luego debe regresar al hospital. Sus piernas están destrozadas.

Desde el jueves 24 de octubre que se registró la explosión, se ha estado recuperando de seis cirugías que le han practicado en el Seguro Viejo, en el Pronaf.

El estallido le destrozó las piernas, por eso no pudo caminar ese jueves de hace veintitantos días. Unas varillas largas atraviesan su rodilla y dan cuenta de las múltiples fracturas en el femur, la tibia, el peroné en ambas extremidades y en uno de los talones.

José Javier accede a la entrevista mientras su familia le acerca a su hijo Evan, de un mes de nacido, y de reojo ve las caricaturas en la televisión.

“Me dan como reumas, casi no puedo dormir”, comenta.

Para su esposa y su mamá, el proceso desde el accidente que ha cobrado ocho vidas, no ha sido sencillo. El día de la tragedia no lo localizaban en la maquila, ni en ningún hospital.

“Nadie nos decía nada. Un primo de mi esposo es bombero y fue él el que nos dijo a dónde se lo llevaron. Cuando llegamos él ya estaba en cirugía”, relata su madre Oralia Núñez.

Hasta el momento, la maquiladora se ha encargado de brindarle su sueldo íntegro a José Javier, y ha estado al pendiente de su recuperación con recurrentes visitas.

Lo único que no le quedó muy claro fue el pago de la incapacidad, pues le dieron 21 días que aún no saben cómo cobrar o dónde.

José Javier tenía apenas tres meses de haber iniciado a trabajar en Blueberry y unos días de haber sido cambiado del tercero al primer turno.

“Me hicieron el examen médico para poder darme la plaza, pero algo pasó y me dijeron que tenían que volvérmelo a hacer. Estaba esperando que me hablaran para eso en esos días”, dijo.

Por el momento y respecto al peritaje, dice no tener la menor idea de qué fue lo que ocurrió esa tarde, pues mientras muchos dicen que había una fuga de gas, él asegura nunca haber percibido tal aroma.

Este lunes que regrese al hospital requerirá de unidades de sangre de cualquier tipo, pues con las anteriores operaciones requirió 12, y no sabe cuántas más pueda necesitar.

Si alguien quiere apoyarlo con eso puede comunicarse al teléfono de su madre, que es el (3)90-5155.

Al igual que él, después de tres semanas del accidente, aún hay cuatro lesionados que siguen en proceso de recuperación tras el estallido.

Francisco Arredondo Reyes y Alvar Javier Reza Hernández, en el Hospital General de Chihuahua capital; y Mizael Jiménez Montalvo y Ezequiel Salinas Frayre, en el Centro Médico del Occidente del IMSS en Guadalajara.

De salida, José Javier expresa su tristeza porque no ha tenido la oportunidad de asistir a alguno de los funerales de las víctimas que han fallecido.

Dice que se reunía a comer con ellos “como buenos compañeros de trabajo”. (Karen Cano/El Diario)

(El Diario/ Karen Cano/ 2013-11-15 | 23:15)

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