Carlos Saldaña Grajales busca a sus
hijos desde mayo de 2011. Relata que por su propia cuenta dio con dos
sospechosos de la desaparición de Karla y Jesús. Por su propia cuenta también
descubrió que eran policías municipales y los halló. Pero las autoridades en
distintos momentos los dejaron ir.
Ahora vive bajo amenaza, aunque no cesa en
su lucha por hallar a los jóvenes.
Karla y Jesús iban a divertirse y ya no
regresaron, cuenta el padre, que ha investigado por su cuenta y dado con los
sospechosos de la desaparición ocurrida en 2011. Foto: BlogExpediente
Por Miguel Ángel León Carmona
Ciudad de México, 24 de marzo
(SinEmbargo/Blog Expediente).– “Dos policías municipales son sospechosos de la
desaparición de mis dos hijos. La Fiscalía General del Estado los encubrió al
negar su existencia. Yo mismo tuve que investigarlos. Tengo copias del acta de
nacimiento e incluso del contrato de uno de ellos cuando sirvió al estado. A
los dos los absolvieron y ahora por teléfono me advierten que ya que le pare”,
señala Carlos Saldaña Grajales, padre de Karla Nallely Saldaña Hernández y
Jesús Alberto Estrada Martínez.
El señor busca a sus ausentes
desde el 29 de noviembre de 2011, levantados en la ciudad de Xalapa, Veracruz.
Salieron de antro y hasta la fecha no han regresado. En la agencia ministerial
lanzaron una hipótesis: “Seguramente ya viven juntos. Así pasa luego entre
hermanos”, cuenta.
20 años de servir al gobierno
del Estado de Veracruz, le ha valido de poco a Carlos Saldaña. Es un integrante
más del Colectivo por la Paz Xalapa que exige, que protesta ante funcionarios
de su mismo partido político, que busca recuperar a los suyos y hallar
justicia, pues sus hijos son primero, afirma.
“Los agresores sabían de la
impunidad que gozaban, pues luego de la desaparición circularon en el carro de
mi niña como sin nada. Tuve que perseguirlos y exhortar a las autoridades que
los detuvieran. Tiempo después los dejaron libres por falta de pruebas. Ahora
uno de ellos tiene una orden de reaprehensión en su contra, no obstante, se
desconoce su paradero”, acusa.
A cuatro años de la
desaparición de los dos jóvenes, cuatro titulares del Ministerio Púbico han
retomado el expediente número 2009/2011 sin que los resultados sean favorables,
pues, asegura, no hay causas de la desaparición de los hermanos, tampoco
posibles señas de su paradero ni mucho menos detenidos.
“SALIERON DE ANTRO Y LEVANTARON A MIS HIJOS”
Karla Nallely Saldaña
Hernández salió de su departamento abordo de su automóvil Peugeot 607, modelo
2005. Pasó a casa de su medio hermano, Jesús Alberto Estrada Martínez, quien la
acompañaría la noche de aquel martes a divertirse en la zona de antros de Xalapa.
Fue la última vez que los jóvenes tuvieron contacto con sus padres.
La familia supone que
pudieron haber pasado el rato en La Bartola, La Condesa, alguno de los lugares
que la joven frecuentaba, de acuerdo con publicaciones en su perfil de
Facebook. Cuando ninguno regresó a casa, los padres pensaron, en un principio,
que habían dormido juntos. No obstante, las anomalías estaban por aparecer.
La madre de Jesús Alberto, ex
pareja del señor Carlos Saldaña, recibió una llamada de los compañeros de su hijo
del Tecnológico de Xalapa, de la carrera en Electricidad. Los amigos querían
saber si llegaría a la escuela, pues era responsable de un trabajo a exponerse
en equipo.
La madre intentó contactar al
muchacho mediante llamadas a su celular y mensajes en las redes sociales, pero
no hubo respuestas, el móvil ya estaba apagado. Los amigos comentaron que un
día previo a la desaparición publicó “Voy a rolar con mi carnala”.
Posteriormente, los
familiares intentaron contactar a la señorita de 20 años, sin embargo se
percataron que la ausencia era doble. Carlos Saldaña fue avisado de los hechos
y procedió a buscarlos en la Cruz Roja, hospitales, Policía Federal. Rastreó el
vehículo de su hija, visitó la zona de centros nocturnos, servicios médicos
forenses, pero ninguna seña de ellos había.
El padre reportó lo sucedido
ante el ministerio público de Xalapa, donde le advirtieron que debía esperar 72
horas para que su denuncia procediera y la búsqueda pudiera iniciarse.
No obstante, de acuerdo con
el artículo 12, cláusula II de la Convención internacional para la protección
de todas las personas contra desapariciones forzadas, los mandos municipales
deben iniciar una investigación exhaustiva, aun cuando no se haya presentado
una denuncia formal.
El padre salió de la agencia
ministerial sin recibir apoyo, aunque la persona encargada de atender en turno
lanzó una hipótesis antes de que don Carlos continuara su búsqueda:
– “No se preocupe, señor.
Andan por ahí, al rato aparecen. Seguramente ya están viviendo juntos”, sugirió
la funcionaria.
– “Cómo crees si son
hermanos”, reviró el señor Carlos
– “Luego así pasa, hágame
caso”, insistió la mujer.
Pasaron las 72 horas que la
agencia ministerial impuso al padre de familia, y entonces se presentó Jaime
Cisneros, titular del M.P. y el oficial secretario, Luis Romero Castañeda,
quien más tarde se vería envuelto en una controversia tras ser detenido en
estado de ebriedad, y según relata en una nota, José Luis Romero del Diario de
Xalapa, el funcionario amenazó a los oficiales con mandarles a dar un levantón,
si no lo dejaban de estar chingando.
“En la agencia había colusión
de las autoridades con el crimen organizado”, demanda Carlos Saldaña.
Karla y Jesús, llevan casi cuatro años
desaparecidos. Foto: BlogExpediente
“MI HIJA DESAPARECIÓ Y SU CARRO LO CIRCULABA UN EX
POLICÍA”
El nueve de diciembre de
2011, diez días posteriores a la desaparición, un tercer hijo de Carlos
Saldaña, por coincidencia, se topó con el automóvil de Karla Nallely.
Estacionado afuera de un domicilio en la colonia Revolución, en la zona norte
de Xalapa. “Es de mi hermana, papá. No tiene la placa delantera y trae el golpe
en el estribo del lado derecho, ven rápido” solicitó el joven.
El padre tomó inmediatamente
un taxi y se dirigió hasta el domicilio que le había dictado su hijo, quien le
reportaba al momento la cronología de los hechos.
“Papá, ya echaron a andar el
carro. Agarraron para la avenida Ruíz Cortines. ¡No tardes!” insistió el
hermano de los desaparecidos.
Don Carlos Saldaña dio la
orden al hijo que siguiera al auto Peugeot 607, que no se acercara tanto para
que no lo fueran a descubrir.
“Van tres personas a bordo,
papá. Un hombre, su esposa y llevan un bebé de brazos”, describió su hijo.
“No te les despegues, hijo”
respondió el padre.
El joven reportó lo sucedido
al número de emergencia 066, recibió apoyo inmediato y el hombre que conducía
el automóvil reportado como robado, con base en la denuncia 1120/2011, fue
interceptado en el semáforo de la avenida Ruíz Cortines y Lucio Blanco.
Elementos de la extinta
Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), pidieron al sujeto que se
identificara. El conductor se anunció entonces como Sergio Isaac Moreno Méndez.
Mientras, la persona del sexo femenino localizó por teléfono a un tal Charly.
Sin embargo, los agentes le arrebataron el equipo y fueron trasladados al
Cuartel de San José para posteriormente instalarlos en el penal de Pacho Viejo,
Veracruz.
Sergio Isaac refirió ante el
juez primero de primera instancia que laboraba como taxista y que en la mañana
del nueve de diciembre se presentó a la casa de Carlos Filiberto Rojano
Oyarzabal, alias “El Charly “, que iba a negociar un estéreo para el taxi que
manejaba, y ahí le fue ofrecido el carro Peugeot 607.
“Salí a probar el carro, pasé
por mi esposa y salimos a dar el rol, porque es un carro bien chingón. Yo
apenas iba a devolverlo a la casa del Charly cuando me detuvieron los
oficiales” declaró el sospechoso.
Entonces el padre exigió a
los agentes ministeriales que se investigara al tal “Charly”. No obstante, le
aseguraron que no había señas de él. “Fue cuando dejé a un lado la confianza en
la autoridad y comencé a investigar por mi cuenta a Carlos Filiberto Rojano
Oyarzabal”, relata.
Carlos Saldaña, tras varios
meses de investigación, en horas posteriores a su empleo, halló finalmente el
domicilio del sospechoso, sacó las fotos de un taxi que estacionaba fuera de su
casa. Averiguó el perfil de Carlos Filiberto, incluso obtuvo copias del acta de
nacimiento, fe de bautizo y documentos que lo acreditaban como policía
municipal, “El Charly si existía y la Fiscalía no quería buscarlo”.
Tanto Sergio Isaac Moreno
Méndez como Carlos Filiberto Rojano Oyarzabal laboraron como policías
municipales en la zona Xalapa-Banderilla. Fueron compañeros de grupo,
anduvieron en la misma unidad vehicular. Sergio Isaac fue subordinado de El
Charly, ambos estaban destacamentados en el retén que se ubica en la calle
Bolivia, en Xalapa, Veracruz.
El padre, a meses de no ver a
sus hijos, exigió a Julieta Suárez, la titular para ese entonces del M.P., que
se debía investigar al sujeto, pues sí existía, contrario a lo que sus
elementos aseguraban.
“Si, don Carlos, ya dimos con
él, lo buscamos; pero no lo hemos podido detener” aseguró la funcionaria del
ministerio. Así se gastaron cuatro años sin poder ubicar a un ciudadano; más
tarde se sabría que nunca salió de Xalapa y que su ubicación estuve siempre a
diez minutos de la agencia ministerial.
“POR OBRA DE DIOS LOGRAN DETENER AL CHARLY; PERO MÁS
TARDE LO LIBERAN”
Don Carlos se encontraba en
su trabajo. Fue cuando leyó que un taxista se había accidentado en la carretera
Coatepec, desbaratando la unidad y perdiendo el brazo derecho. Se trataba del
mismo Carlos Filiberto Rojano, “El Charly”. Eran las 19 horas del domingo 30 de
noviembre de 2014.
“Fue algo que le llamé un
castigo de Dios para el posible agresor, pues se accidentó en la misma fecha
que desaparecieron mis hijos. Cuatro años más tarde”.
El padre reportó lo sucedido
al licenciado Alejandro Ferral Gayoso, el tercer MP en turno, así como a
Rosario Zamora González, directora general de Investigaciones Ministeriales de
la Fiscalía de Veracruz.
El ex policía municipal y
sospechoso del delito de desaparición fue trasladado al IMMS de Veracruz para
que le fuera amputado el brazo derecho. Fue regresado al día siguiente a la
clínica número 11, en Xalapa, Veracruz.
El sospechoso negó haberle
dado el carro a Sergio Isaac, que sí lo conocía, que fueron compañeros en la
municipal, pero que Sergio Isaac estaba mintiendo. Era necesario confrontar
declaraciones, asistió el abogado de don Carlos Saldaña, pues de entre los dos
saldría el responsable. No obstante, para entonces, el primer sospechoso ya
había sido declarado inocente.
El Charly, a falta de
señalamientos en su contra, solicitó un amparo y sale en libertad bajo fianza.
En lo que concierne a Sergio Isaac Moreno Méndez, la Fiscalía General del
Estado lo ha buscado durante cuatro años, sin tener rastros suyos.
Desde entonces el padre se la
vive pegado a la computadora, rastreando pistas de sus hijos, asistiendo a
protestas de colectivos de desaparecidos, sin embargo, lo único que ha recibido
han sido intimidaciones.
“NO TENGO MIEDO DE BUSCAR A MIS HIJOS”
Los rostros de los hijos de Carlos,
algunos entre varios de los desaparecidos en Veracruz. Foto: Blog Expediente
Carlos Saldaña declara ser
capaz de todo por ver de regreso a sus desaparecidos, hace poco le fue
diagnosticado pancreatitis biliar, derivada de las preocupaciones que conllevan
una búsqueda carente de respuestas. Perdió 16 kilogramos en dieciséis días.
Apenas libró la muerte, le aseguran los médicos que lo atendieron.
Un hombre de temperamento
rígido, que al hablar de sus hijos quebranta tan sólo al recordarlos. Sin
embargo, en cada entrevista que concede enfatiza que ni las enfermedades ni las
intimidaciones lo podrán frenar en su búsqueda.
Recuerda con llanto contenido
a Karla Nallely o Karlita, como la nombra de cariño. De sentimientos nobles,
una niña carismática, la describe. A los 18 años se independizó. Su plan era
montar una boutique, incluso tenía ubicado el local para instalarse, luego,
inesperadamente desapreció.
Don Carlos comparte que
alguna de sus manías es ver incontable número de veces un video de su hija en
la montaña rusa, divirtiéndose, donde se le ve sonriente. “Estoy seguro que
sería una excelente madre, por el sentimiento que tenía con los niños” y rasga
el llanto don Carlos Saldaña.
De Jesús Alberto comparte que
su sueño era emplearse como ingeniero eléctrico, se le vio por última vez,
portando pantalón de mezclilla, zapatos lustrados, color café, chamarra de pana
al mismo color con forro tipo borrego. “Salió galán mi hijo, como cuando van de
antro a conquistar señoritas”.
Un joven amante del fútbol,
seguidor de los Pumas, de la Universidad Autónoma de México, gozaba de ver y
practicar el deporte, sus amigos coinciden en que es un excelente delantero,
así como un guardameta imbatible. De ahí que su ídolo sea Jorge Campos.
Dos hijos, una doble razón
para hacer de don Carlos Saldaña un hombre incansable a la hora de buscarlos.
El hombre con una honestidad que le quebranta la voz, concluye: “Nada más deseo
en este mundo que ver a mis hijos de regreso y con vida. Pero también soy
consciente de que no pudiera volver a verlos”.
(SIN EMBARGO.MX/ Redacción / marzo 24, 2016- 19:01h)