miércoles, 10 de diciembre de 2014
“LA GAVIOTA” ADQUIRIÓ MANSIÓN CON “SACRIFICIO, AHORRO Y BUENA ADMINISTRACIÓN”, IRONIZA HÉCTOR SUÁREZ
MÉXICO, D.F.,
(proceso.com.mx).- El comediante Héctor Suárez protagoniza un monólogo en el
que ironiza sobre la mansión presidencial de las Lomas de Chapultepec.
Vía su personaje
“Justo Verdad”, el actor satiriza la versión oficial de que la mansión de 86
millones de pesos fue adquirida a crédito gracias a los ahorros de Angélica
Rivera.
“Todo radica en el
sacrificio, en el ahorro y en la buena administración”, se mofa Suárez, quien
añade que Rivera logró guardar tanto dinero gracias a que no gastaba ni en
vestuario ni en comida, pues se lo proporcionaba la producción de Televisa.
“¡La compró con lo
que ganó durante sus 20 años de hacer telenovelas en Televisa!, ¿por qué dudan
de eso?”, cita Suárez en el monólogo difundido en las redes sociales.
Suárez también hace
mención a cómo un simple profesor como Carlos Hank González levantó “todo un
imperio” con sus ahorros, lo mismo que Elba Esther Gordillo y José Luis Abarca.
Semanas antes, el
equipo de Aristegui Noticias y la revista Proceso dieron a conocer que la
pareja presidencial posee una mansión ubicada en Sierra Gorda 150 perteneciente
a Grupo Higa, contratista del gobierno federal.
Según la versión
oficial, la mansión fue adquirida por Angélica Rivera “con sus propios
recursos”.
(RIODOCE/
REDACCION/ diciembre 9, 2014)
USTED PERDONE
La empleada vio las
tres camionetas que llegaron. De ellas bajaron unos quince hombres, la mayoría
armados con fusiles automáticos. Entraron al motel y lo sitiaron. A ella le dio
miedo. Qué hago, se preguntó. Musitando se respondió voy a hablar a la policía.
Le dio miedo que causaran destrozos, que pusieran en riesgo a los empleados y a
otros huéspedes. Se sintió en la mirilla de los cuernotes de esos malencarados.
Marcó el cero
sesenta y seis. Lo hizo temblando y su voz sonó con un resuello desesperado.
Respiración agitada. Metieron mujeres y tomaron quince de los veinte cuartos. Y
la poli que no llegaba. Y los municipales que no llegan. Y dónde está la
autoridad. A la chingada los clientes, está gente me da miedo. Estamos en
peligro.
Diez minutos y
llegaron dos patrullas de la municipal. Se bajaron prestos, mostraron su
entrenamiento impecable. Marcharon impecables y se acomodaron: poses para la
foto. Los hombres salieron de los cuartos portando las armas y sin dar muestras
de rendición: se echaron grito, saludaron, diálogo ínfimo, los agentes
desinflados. Los policías se despidieron de lejos, inclinados. Parecían decir
estamos a sus órdenes, jefe.
Reverencias. Pasos
para atrás. Reversa. Recular. Fierro por la costera.
La mujer se preguntó
qué pasó, por qué se van. Les hizo señas, les echó gritos. Los uniformados
hicieron como que no oyeron. Ella marcó de nuevo al teléfono de emergencia. Se
quejó. Explicó lo que había pasado. Le pasaron al supervisor operativo y le
dijo ahorita vamos a checar, no se preocupe, yo le aviso. No volvió a saber
nada. A los días le llegaron voces de que esos hombres armados eran narquillos
y yuniorcitos de primera fila, hijos de la gente que controla la ciudad. Ah
bueno, pues me aguanto, respondió.
Una semana después
manejaba rumbo al trabajo. Iba tranquila, como conducía ella: una anciana a su
lado era un bólido. Platicaba con un compañero de trabajo. Activó el manos
libres para conversar cómodamente. Le dijo pérame, ahí viene una patrulla y
como que me hacen señas de que me detenga. Le encendieron la torreta y las
luces. Ella se detuvo y no bajaba el vidrio cuando golpeaban las ventanas del
vehículo. Le gritaban este carro es robado, bájese por favor.
Ella respondió no es
posible. Yo lo compré usado, en una agencia. Ya lo checamos, señora. Es un
carro robado y usted está detenida. Nos la vamos a llevar. Metieron medio
cuerpo y esculcaron el tablero, los sillones, tapetes y cajuela. No encontraron
nada, pero repetían lo mismo. Fue lo último que se supo de ella. Nada qué ver
con el usted perdone, patrón, que les respondieron los polis a aquellos hombres
armados que seguían en esa orgía: interminable festín.
(RIODOCE/
Columna Malayerba de Javier Valdez/ diciembre 7, 2014)
HUMILLADO
Todos lo veían ahí,
en el barrio: aburrido, serio, encerrado en ese cajón de cemento y ladrillo,
apenas levantando la mirada, las cejas, la mano, para saludar. Sus dos hijos y
la esposa eran también callados. Él de la casa al trabajo recorría el mismo camino,
como si en cada paso buscara sus huellas. Todos los días ese ritual hueco y
cabizbajo.
Pero esa tarde salió
con una cara que nadie le conocía. El rostro de piedra y la voz dura y el paso
erguido y rápido. El niño de la vecina que solo salía de noche y bien peinada
había estado pateando el balón y le pegó en tres ocasiones a esa camioneta no
tan nueva y activó el mismo número de veces la alarma chillona del vehículo.
Salió con el energúmeno por dentro y por fuera.
Gritó, sacudió al
niño luego de tomarlo del brazo, y le quitó el balón. Órale morro, cómo das
lata. Dejó al menor a media calle, llorando. La madre salió con un chor corto y
cachetero, pegado hasta desnudar protuberancias: con el teléfono celular en el
lado derecho de la cara y gritando ya ves, una aquí sola, sin nadie que lo
defienda, y tú de güevón con tus amigotes y cualquier pendejo humillando a tus
hijos y tú cómo si nada.
Tomó torpemente al
niño y lo llevó tras ella, jalándolo. A los quince minutos llegó un hombre en
taxi. Una nueve milímetros en la derecha y de un caminar ladeado. Le decían El
dólar por ese andar de subibaja. El hombre se metió a la casa del vecino y lo
sacó a patadas. Golpes en los costados, en la espalda, las nalgas, las piernas.
Y ya en el suelo, en la cara, las costillas, la entrepierna. Se retorcía,
trataba de cubrirse. Su esposa salió, embarazada. Se tiró sobre él y lo cubrió
justo cuando El dólar había puesto el dedo de fuego en el gatillo.
Ande puto, para que
no te andes metiendo con mis hijos. Regresó la pistola a ese rincón detrás de
los linderos del cinto. Se iba a retirar cuando llegaron diez hombres. Lo
doblaron con dos opercat y se lo llevaron a rastras. En los teléfonos y radios
de la narcada empezó a escucharse que se llevaron a El dólar. Lo llevan al dique.
Lo van a matar. Si no interviene el jefe, le van a dar piso. Pero el jefe se
enteró. Llamó al comando y justo cuando se disponían a quebrarlo les ordenó que
dejaran El dólar vivo, ahí, tirado.
Cuando vieron al
jefe le preguntaron por qué. El jefe les informó que le debía varios favores a
El dólar y que además era bueno a la hora de los chingazos, entrón y güevudo.
Ah. Lo que en el barrio no sabían era que ese hombre callado y tímido tenía su
gente y su poder. Que no necesitó pedir ayuda para que fueron a defenderlo y a
matar a su agresor. Ese es el bueno. Es el verdadero patrón, les dijo el jefe.
(RIODOCE/
Columna Malayerba de Javier Valdez/ noviembre 30, 2014)
NO HABRÁ MÁS CORTESÍAS CON EL PRI: NAVARRETE
“Conmigo se acabaron
las cortesías”, afirma el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete; “no me
verán en un evento” con el presidente (Enrique) Peña Nieto.
“No tengo motivo.
¿Para qué? ¿Para llenar una silla en el presídium?, ¿Para aplaudir un
discurso?, ¿Para saludar al gabinete?… No hay razón”, dice al marcar distancia
del gobierno federal, con el que, anuncia, habrá confrontación.
En política “hay
tiempos de diálogo, tiempos de acuerdo, tiempos de diferenciación y tiempos de
confrontación, vienen tiempos de confrontación” dada la cercanía de las
elecciones de 2015, prevé el perredista.
“Nunca me imaginé lo
que iba a encontrarme (…) para mí fue una verdadera sorpresa” lo que halló al
asumir el cargo, pues en cuestión de horas detonó el caso de la desaparición de
normalistas de Ayotzinapa, protagonizado por un gobierno perredista, en Iguala,
Guerrero, entonces a cargo de José Luis Abarca, ahora detenido.
Por eso proyecta a
partir del 10 de enero un “nuevo rostro” para su partido, que en el 2015 se
juega su futuro, pues se verá si sigue siendo útil o no a la sociedad.
(Eje Central)
(RIODOCE/
REDACCION/diciembre 10, 2014)
NARCOGUERRA IMPARABLE EN BCS
El número de
muertos en la lucha por el territorio entre los cárteles de Sinaloa y de los
Beltrán Leyva, es de 27 en 92 días en La Paz. La mayoría en los límites entre
las zonas sur y norte
A punto de arrancar
el proceso electoral de 2015, y previo a la selección de candidatos a
gobernador, alcaldes y diputados locales y federales entre noviembre y
diciembre próximo, la lucha entre células del crimen organizado tiende a
empeorar, en medio de la omisión, sospecha y complicidad de agentes y mandos de
la Policía Municipal de La Paz, Policía Estatal Preventiva, Subsecretaría
Estatal de Seguridad Pública, Gendarmería, Policía Federal y hasta de la
Procuraduría General de la República.
La narcoguerra
inició el 31 de julio de 2014, cuando -según reportes federales y militares-
hubo una ruptura entre células criminales y la plaza del narcomenudeo del
municipio de La Paz se dividió en dos, tras la captura del ex capo Joaquín “El
Chapo” Guzmán.
Por un lado, la zona
sur -de la Avenida Colosio hacia el sur de la ciudad-, controlada por la gente
de Dámaso López Núñez “El Licenciado”, del Cártel de Sinaloa; y por otro, la
zona norte -de la Avenida Colosio hacia el norte-, bajo el dominio de la gente
de Fausto Isidro Meza Flores “El Chapo Isidro”, del Cártel de los Beltrán
Leyva, quienes han sido protagonistas de una feroz lucha por el control del
territorio que, al cierre de esta edición, elevó a 27 el número de muertos en
solo 92 días.
Reportes de
inteligencia federales y de las fuerzas armadas -cuya información fue
corroborada tras la aparición de narcovideos en las últimas dos semanas-
exponen la pelea entre dos bandos de narcomenudistas. El primero de ellos
encabezado por Ranulfo Portillo López “El Ranulfo”, y el segundo por una célula
identificada como “El René” o “El Zero Miedo”.
Según las primeras
investigaciones, “El Ranulfo” es respaldado por el jefe de plaza de Los Cabos,
Vidal Martínez Barraza “El Vidal” o “El Víctor” y criminales de la zona sur del
Cártel de Sinaloa, con la pretensión de,
a sangre y fuego, apoderarse de la zona norte controlada por los Beltrán
Leyva.
La mayoría de los
crímenes se han cometido en la línea divisoria entre los territorios del
narcomenudeo, es decir, sobre la Avenida Luis Donaldo Colosio hacia la calle
Nayarit en el lado norte, y de la avenida Luis Donaldo Colosio hacia el
libramiento Daniel Roldán Zimbrón del lado sur.
En base a
investigaciones federales y militares, la lucha entre unos por meterse y otros
por defenderse ha traído como consecuencia levantones, balaceras, ejecutados,
decapitados, calcinados e inclusive fusilados, como fue el caso del poblado de
Los Barriles, donde el jefe de plaza de esa zona, José Ramón Sánchez Quiroz “El
Pelón”, su lugarteniente Rosendo Jesús Acevedo Amador “El Chendo” y su novia,
Guadalupe Torres López “La Melody”.
Por ese triple
homicidio -como se afirma en averiguación previa LPZ/039/HOM/2014- fueron
capturados y encarcelados el sobrino de “El Ranulfo”, Arnulfo Lozoya Portillo
y/o Rodrigo López García “El Güero”, e Hipólito Noé Solís Hernández “El
Combayo”, quienes a la fecha han sido los primeros y únicos detenidos de esta
ola de asesinatos en La Paz.
Según reportes de
las autoridades, un hombre es clave en la ola de ejecuciones: Cruz Alfonso
Lozoya Uriarte “El Grande”, presunto jefe de sicarios de Ranulfo López Portillo
y antiguo aliado de “El René” o “El Zero Miedo”.
Se ubica a “El
Grande” como el cerebro de la logística de los asesinatos, en virtud de que
conoce a todas las células criminales tanto de la zona norte como de la zona
sur del narcomenudeo, lo que le ha permitido dar fácilmente con sus víctimas,
vigilarlas y asesinarlas, además de desplazarse impunemente con gran habilidad,
protegido por policías corruptos y mandos deshonestos vinculados a su red
criminal del Cártel de Sinaloa.
Lo más cuestionable
El Grupo de
Coordinación de Seguridad Pública de Baja California Sur, prácticamente ha sido
exhibido como ineficiente una y otra vez ante el crecimiento del número de
homicidios de una semana a otra, cuyos integrantes -algunos de los cuales
cuando menos tuvieron el valor civil de reconocer- “han sido incapaces de articular
un plan que permita revertir el nivel de violencia y devolver la tranquilidad a
una ciudad relativamente pequeña”.
“El problema es que
no todos están jalando parejo. Puede ser por miedo o por complicidad”,
reflexionó un miembro de este grupo interinstitucional, quien de entrada,
cuestionó duramente la actuación de los gobiernos del Estado y Federal.
Desde su punto de
vista, y con base a la Constitución Mexicana, Código Penal Federal, Ley
Orgánica de la PGR, Ley Orgánica de la PGJE y la Ley General de Delincuencia
Organizada, desde el inicio de la narcoguerra “debieron investigarse los
crímenes y causas de los crímenes, es decir, la PGJE, investigar los
homicidios; y la PGR, la causa de esos homicidios”.
Sin embargo, no está
pasando eso. A decir del integrante del Grupo de Coordinación, entre la
Procuraduría General de Justicia del Estado y la Procuraduría General de la
República se están echando la bolita y nadie quiere hacer el trabajo de
investigación de la causa de los crímenes, a pesar de que el Artículo 21 de la
Constitución Mexicana es muy claro:
* La PGJE es la
instancia responsable de investigar delitos del fuero común, en este caso, los
crímenes.
* La PGR es la instancia responsable de
investigar delitos relacionados a la delincuencia organizada, en este caso,
acopio de armas y tráfico de drogas.
Peor aún, según el
Artículo 2 de la Ley General de Delincuencia Organizada, la PGR debe atraer el
caso de delincuencia organizada, ya sea ejerciendo el derecho de facultad de
atracción, o por declaración de incompetencia de cualquier autoridad. El
Artículo 2 transcribe:
“… cuando tres o más
personas se organicen de hecho para realizar, en forma permanente o reiterada,
conductas que por sí o unidas a otras, tienen como fin o resultado, cometer alguno
a algunos de los siguientes delitos: terrorismo, acopio y tráfico de armas,
tráfico de indocumentados, tráfico de órganos, corrupción de personas menores,
trata de personas y tráfico de drogas…”.
A pesar de que un
grupo de agentes de la Unidad Especializada de la Subprocuraduría Especializada
en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) levantó durante dos semanas
un mapeo delictivo, algunas dudas y sospechas de vínculos criminales recayeron
sobre comandantes y mandos de la Policía Municipal de La Paz, Policía Federal
Ministerial y Policía Federal.
Y es que en la
revisión y análisis de la información de capturas por parte de agentes de la
SEIDO, prácticamente todas salieron reprobados. Los números fríos -según
informes recolectados de puestas a disposición de vendedores de droga- de enero
a octubre pasado, son los siguientes:
* La Policía Federal Ministerial únicamente tiene
registradas dos capturas, distribuidas de la siguiente manera: 0 en enero; 0 en
febrero; 1 en marzo; 0 en abril; 1 en mayo; 0 en junio; 0 en julio; 0 en
agosto; 0 en septiembre y 0 en octubre.
* Policía Federal
solo 9 detenciones, distribuidas así: 1 en enero; 0 en febrero; 2 en marzo; 0
en abril; 1 en mayo; 0 en junio; 3 en julio; 2 en agosto; 0 en septiembre y 0
en octubre.
* Policía Municipal
de La Paz, únicamente tiene 3 detenciones: 0 en enero; 1 en febrero; 0 en
marzo; 1 en abril; 0 en mayo; 0 en junio; 0 en julio; 0 en agosto; 0 en
septiembre y 1 en octubre.
Los pobres
resultados hablan por sí solos de la complicidad de dichas autoridades con el
crimen organizado, a quienes no detienen ni combaten, por lo que evidentemente,
aportaron su cuota en esta narcoguerra.
Los últimos crímenes
En el recuento de
esta última semana, un levantón y tres tiroteos dejaron saldo de tres muertos y
dos heridos en las colonias Benito Juárez, Agua Escondida e Indeco, en la zona
urbana de La Paz.
El primero se
registró la mañana del sábado 25 de octubre, cuando un vehículo Volkswagen
Jetta de color blanco, placas de circulación CZL-8459, circulaba sobre las
calles de Cabildo, entre Benito Juárez y Normal Urbana, Colonia Benito Juárez,
y repentinamente una camioneta le cerró el paso. Un sujeto bajó con un arma
larga y disparó en contra del tripulante.
Testigos refieren
que el vehículo blanco era perseguido por una camioneta Toyota RAV4 de color
gris, tripulada por tres sujetos, uno de ellos de complexión mediana y tez
clara, con chaleco antibalas, quien empezó a disparar y, acto seguido, salieron
huyendo hacia la calle Manuel Márquez de León.
En la escena del
crimen, la PGJE levantó 29 cartuchos percutidos calibre .223 y 16 de 9
milímetros, encontrando al herido aún con vida, por lo que fue trasladado al
Hospital General “Juan María de Salvatierra”.
En el auto se
encontraron más de diez impactos de bala y una gorra negra con un gallo de
pelea bordado, unos lentes Ray Ban y una cerveza Tecate Light abierta, y a un
costado, tres recibos de nómina expedidos por Oficialía Mayor del Ayuntamiento
de La Paz, a nombre de Jesús Manuel Amador Avilés, quien era empleado general
en el área de Deportes.
El segundo caso se
registró el martes 28 de octubre, cuando se reportó el hallazgo de una persona
sin vida en el arroyo conocido como “El Piojillo”, en la colonia Agua
Escondida.
La víctima se
encontraba esposada y con un golpe en la cabeza, boca abajo y, a su alrededor,
un charco de sangre.
Las primeras
investigaciones arrojaron que se trataba del narcomenudista Christian Castro
Tyler “El Cris”, quien -según testigos- había sido levantado por la madrugada
en las calles Zafiro y Progreso del fraccionamiento Las Palmas.
Apenas el 14 de
octubre, el joven había sido detenido en posesión de ocho grapas de droga, y,
gracias a la benevolencia de las leyes mexicanas, sobre todo a los
legisladores, salió libre el 19 de octubre, para que nueve días después
apareciera muerto en medio del arroyo.
El tercer caso
sucedió también el 28 de octubre, pero por la tarde, cuando el narcomenudista
Carlos Arturo Gallardo Cadena “El Carlangas” fue perseguido y atacado en la
calle Retorno 3 esquina con Guayaba, Colonia Indeco.
Gallardo viajaba a
bordo de un automóvil Nissan Sentra de color blanco, placas de circulación
CZL-7920, resultó herido en el dedo
índice de la mano izquierda y fractura en el dedo medio. El automóvil recibió
más de 16 impactos de bala.
En la escena del
crimen, fueron recolectados 21 casquillos percutidos calibre 9 milímetros. La
víctima pudo salir bien librada del ataque y llegar por su propio pie al
hospital general “Juan María de Salvatierra”, el cual fue sitiado por
autoridades estatales y fuerzas armadas.
Finalmente, y para
cerrar la semana, un día después, el miércoles 29 de octubre, un nuevo ataque
armado sacudió la colonia Indeco, al sur de La Paz, cuando un grupo de sicarios
persiguió y atacó al conocido narcomenudista Humberto Avendaño Venegas “El
Güero Mazatleco” o “El Güero Albín”, resultando lesionado su acompañante, Jesús
Alejandro Quiroz Verdugo “El Pelón”, quien recibió un disparo en el abdomen y
un rozón en la parte frontal del cráneo.
Las victimas
viajaban a bordo de una motocicleta Honda de color rojo, con rines y accesorios
cromados, cuando fueron interceptados por los matones, sobre las calles Papaya
y Piña. Ahí comenzaron a disparar. La PGJE encontró 18 cartuchos percutidos
calibre 9 milímetros.
LOS EJECUTADOS
JESÚS ESTEBAN ESPINOZA VELÁZQUEZ
“El Pantera”
36 años
El Dorado, Sinaloa
ALBERTO MONTERO LIZÁRRAGA
“El Betillo”, “El
Mago” o “El Mandraque”
36 años
Mazatlán, Sin.
JOSÉ ENRIQUE URQUIZA PORTILLO
“El Ferrari” o “El
Moreno”
41 años
Culiacán, Sin.
JUAN ANTONIO HERRERA GÜEMEZ
“El Tony”, “El
Pelón” o “El Negro”
18 años
La Paz, Baja
California Sur
GERARDO GERALDO MÉNDEZ
“El Geras”
41 años
La Paz, BCS
CARLOS MIGUEL CALDERÓN HINOJOSA
“El Virolo”
39 años
Ciudad Constitución,
BCS
LUIS FERNANDO LEYVA GUZMÁN
“Don Fer”
50 años
Navolato, Sin.
JOSÉ RAMÓN SÁNCHEZ QUIROZ
“El Pelón”
33 años
Culiacán, Sin.
ROSENDO JESÚS ACEVEDO AMADOR
“El Chendo”
25 años
La Paz, BCS
GUADALUPE TORRES LÓPEZ
“La Melody”
31 años
Culiacán, Sin.
MARCELO GÓMEZ JIMÉNEZ
“El Tony”, “El
Pelón” o “El Marce”
29 años
Acayucan, Veracruz
JOSÉ FEDERICO GAXIOLA OSUNA
El Pikas
39 años
Mazatlán, Sin.
LUIS ALEJANDRO SÁNCHEZ ÁLVAREZ
“El Alex”
27 años
La Paz, BCS
ÓSCAR FERNANDO RAMÍREZ FLORES
“El Óscar”
34 años
El Dorado, Sin.
MARCOS GERÓNIMO ALVARADO URIARTE
“El Sinaloense”
33 años
Culiacán, Sin.
JOSÉ ELIODORO LÓPEZ GONZÁLEZ
“El Josesillo” o “El
Helio”
35 años
Guamúchil, Sin.
DANY ALGARITH CASTRO AVENDAÑO
“El Soldado”
26 años
Culiacán, Sin.
FRANCISCO JAVIER CHÁVEZ PÉREZ
“El Pancho” o “El
Chinolas”
21 años
Culiacán, Sin.
MARIO ALBERTO LÓPEZ GARCÍA
“El Junior”
20 años
Baridaguato, Sin.
TOMÁS ANTONIO RICO CASTRO
“El 3”
21 años
La Paz, BCS
CARLOS ANTONIO MAYORAL HERNÁNDEZ
“El Mayoral”
28 años
Ciudad Constitución,
BCS
VÍCTOR MARTÍN AMADOR GARCÍA
“El Víctor”
29 años
Todos Santos, BCS
DECAPITADO
En calidad de
desconocido
JOSÉ LUIS LEÓN VILLALOBOS
El Coreano
23 años
Todos Santos, BCS
JESÚS MANUEL AMADOR AVILÉS
El Chuy
31 años
La Paz, BCS
CHRISTIAN CASTRO TYLER
El Cris
18 años
Culiacán, Sin.
HUMBERTO AVENDAÑO VENEGAS
“El Güero Mazatleco”
o “El Güero Albín”
32 años
Mazatlán, Sin.
(SEMANARIO
ZETA/ INVESTIGACIONES ZETA/ 04 DE NOVIEMBRE DEL 2014 A LAS 12:00:00)
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