La Viña del Señor
Quedan poco más de treinta
días para que el gobierno de la Cuarta Transformación de la República tome las
riendas del país y hay lugares en donde parece que no va a llegar. Uno de ellos
es Guaymas.
El destino manifiesto del
puerto fue conocido como la maldición de “El Turco” Plutarco Elías Calles,
cuando dicen que dijo que Guaymas, nunca dejará de ser una aldea de pescadores.
Como saldo que dejó el
tsunami pejista, se ha levantado una especie de torre de Babel, que no cuadra y
Guaymas, es un ejemplo de dicho fenómeno contrario a las reglas mínimas más
exigentes de cualquier régimen democrático.
El arribo de la “Mamá Chola”,
remoquete con que conocían sus alumnos del Cet del Mar a la maestra Sara Valle
Dessens, a la alcaldía, puso en evidencia la verdadera naturaleza del PT como
partido en el poder: oportunismo, gandallismo, nepotismo, corrupción,
amiguismo, compadrazgo, chaqueteo y demás.
En Empalme, con la
administración familiar del Pantico Genesta, no se queda atrás esa formación
política. Se dice, que por las dudas, un conocido pastor cristiano bendice cuanta
gestión y documento emana del ayuntamiento rielero.
Ambos alcaldes, por
definición son profesores, lo que deja mal parado al gremio de los docentes,
uno de los más aguerridos que dieron la lucha en contra de la reforma educativa
y un aliado natural a través de la Redes Progresistas Magisteriales que dirigió
el profesor Manolo Madero en la entidad del candidato de la coalición “Juntos
Haremos Historia”.
Obvio, ni Sara, ni el
Pantico, desempeñaron un rol importante en esa gesta en contra de las imposiciones
de Aurelio Nuño, el niño consentido de Enrique Peña Nieto y uno de los
responsables de la debacle del PRI.
En Guaymas y Empalme, fueron
profesores como José Luis Portillo Liera, coordinador de la Asamblea
Magisterial y gentes de la CNTE como Omar Flores Leyva y docentes afiliados a
Morena como el maestro jubilado Enrique Leblohic y otros, quienes sacaron la
casta ante la embestida claudillera que echó a la calle a 60 educadores que se
oponían a la evaluación del desempeño.
DE LA CHIQUILLADA A LAS GRANDES LIGAS
Antes del primero de julio
del 2018, el PT no figuraba en el puerto, ni en el estado. Apenas un que otro
regidor y diputado local a duras penas había logrado colar en los comicios el
partido de Alberto Anaya., a quien Manlio Fabio Beltrones, cuando presidía el
PRI rescató de perder el “negocio”.
El carácter de
partido-franquicia acompaña al PT desde su oscuro origen como proyecto del
“hermano incómodo” Raúl Salinas de Gortari, para quitarle votos y presencia al
PRD, instituto que llegó un día a ser la fuerza de izquierda más poderosa de
América Latina.
Para nadie es un secreto que
el mayor caudal de votos en Guaymas y en la Ciudad Jardín, corrió a cargo del
partido del Peje, siendo la aportación del PT poco relevante.
Localmente, ni llevando como
candidatos a personajes conocidos en la grilla como Roberto Hugo Maciel, José
Ramón Uribe, Rodolfo Lizárraga o la propia Sara, había podido repuntar como lo
hizo yendo este año de la mano en coalición con Morena y el PES.
El Maciel, Joserra, Jazmín
Gómez Lizárraga, actual secretaria de la comuna, apenitas alcanzaron una
regiduría en las administraciones de César Lizárraga, “El Bebo” y Otto
Claussen, respectivamente. “El Fofo” fue dos veces edil con “El Toñito”
Astiazarán y Lorenzo De Cima.
En Empalme, a lo más que se
llegó fue a tener como regidor al actual tesorero Carlos Arbayo, el PTman.
La jugada maestra de
apuntalar al PT en el puerto corrió a cargo del grupo conformado alrededor de
Rodolfo Lizárraga, el cual fue penetrado por medio de Roberto Palafox, uno de
los “operadores” del exdiputado Manuel Villegas, junto con Víctor Marín,
flamante director general de Infraestructura Urbana y Ecología en la
administración de la Mamá Chola.
“Al Pipas”, le tocó
desempeñar el rol de recolector de “apoyos” durante la campaña de manos del
exsecretario David Kiamy. Incluso un grupos electo de “probados” funcionarios
panuchos allegados al Lencho jugaron a favor de la causa de Sara Va!
Puede ser que esos amarres
bajo la mesa expliquen la renuencia de Sara de encausar a la anterior
administración, la repetición de Carlos Armando Moraga en la Dirección de
Asuntos de Gobierno y Andrés Valenzuela “El Panochas”, en el inexistente puesto
de subdirector de Infraestructura y la ligereza con que Kiamy soltó la carta de
residencia de “El Cabezón” Luna.
Y mientras el Toñito, “El
Negro” Saldaña y Lorena Garibay, hacían campaña por la alianza PAN-PRD-MC, un
sector del blanquiazul maniobraba y jugaba las contras. Lo que sumado a la
migración de algunos panistas sin mucho peso interno hacia Morena, como Javier
Peralta, “El Grillo” Luis Felipe Valenzuela, el capitán Noé Garayzar y otros,
propició el desfonde y cuyas ruinas busca dirigir el abogado Víctor “El Moño”
Flores García.
PIFIAS SARISTAS
Su reunión con lo más granado
y desprestigiado de la clase política porteña, como lo son los ex presidentes
municipales guaymenses, así como con los empresarios de la CANACO –los piojos
de la localidad, precisó un acucioso observador—, ante quienes el ingeniero
Jorge Falcón, presentó un análisis refriteado de la campaña del regidor
independiente Ernesto Uribe, así como su reunión con lo más más huérfano y
destacado del cetemio guaymense, fueron tres garrafales pifias, que mandaron el
mensaje de como venía la bola en la administración entrante y a lo que la
sociedad habría de atenerse: ¡¡Puro show!!
El primer choque con el
SUTSAG, dejó en claro la falta de mano izquierda entre los funcionarios
emanados del grupo Coyota, como el propio caudillo Luna o el secretario técnico
Alejandro Rodríguez Zapata, “El Piolas”, a quienes la política como a la
secretaria Jazmín Gómez Lizárraga, les está vedada.
Y fue desde la primera sesión
extraordinaria de cabildo en que se confirmó la especie: Sara Valle, no se
detendría en conformar una administración de corte familiar, en la que los
puestos se repartirían entre diversos clanes de incondicionales, ex compañeros
de trabajo y allegados, algunos de los cuales ni las oficinas del PT habían
pisado jamás.
La cooptación de la mayoría
edilicia de morena, entre los que se encuentran Antonio Pintor, Estanislao
Pineda, Itzel Ríos #Ladymanzanitas y demás, fue clave para que Sara hiciera
viable su proyecto de gobierno monárquico, a pesar del punto 26 de los 50
lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una
política de austeridad republicana, propagados por López Obrador, para hacer la
diferencia con el PRIAN.
¿Con esos agentes del cambio
verdadero quien extraña la línea y disciplina priísta?
NEPOTISMO Y AMIGUISMO, LA DIVISA
Al interior de la
administración municipal porteña se ha venido conformando una maraña de grupos
e intereses que acalambrarían a cualquiera que se precie de demócrata. Veamos:
Grupo Coyota: La cereza del
pastel fue el nombramiento de su cuñado cómodo Santiago Luna como tesorero
municipal.
Daniel Morales, quien dejó
sembrado como coordinador de jueces calificadores a su sobrino Tony de Marco,
el síndico Martín Ruelas, el exemecista Alejandro Rodríguez y el golondrino
Arturo Salas, director de Informática, forman parte de esta nueva versión.
La imposición como Contralor
carnal, de Morales Pardini, luego de su desastroso paso por la comisaría de
policía, cierra la pinza del Coyota Power. El Dany y “El Negro” Marín, como si
faltara otro negrito en el arroz son compadres del alma.
Cet del Mar Family:
Compañeros del Cet del Mar como la profesora jubilada Ana María Fontes, con
quien compartió cubículo en la escuela, va al DIF en apoyo de Brenda Valle y la
encargada de nóminas en la dirección de Recursos Humanos provienen de las filas
del plantel educativo.
Peñasco Power: El grupo
Peñasco con Célida Botello, subtesorera, tiene juego en la nómina y se afianza
en el área financiera de la comuna. Armando Escalante, en la dirección de
egresos y Alberto Navarro en cobranzas, son dos de los brazos operativos de “El
Cabezón”, en su dependencia-changarro.
Clan Lomelí: La esposa y
cuñada del edil consentido del gobierno sarista Arturo Lomelí fueron nombradas
como funcionarias, la primera Zulma Merlos, en la Dirección de Recursos Humanos
y la segunda Ana Luisa Merlos, en la Dirección de Desarrollo Social.
Clan Ibarra Velarde: Bernardo
Ibarra Velarde es director del Instituto Municipal del Deporte; su hermano
Brandon, finge como director de salud municipal. Su mamá Leticia Velarde y su
hermana Millotzi, trabajan en el DIF.
Clan Arriaga Ruiz: Mario
Eusebio Arriaga, es director administrativo en el DIF; su esposa Luz Matilde
Ruiz, es la secretaria particular y la hija de ambos Mariana Arriaga Ruiz, la
directora de Imagen.
Valle Happy Family: En la
Profeco está su prima Yosseth Valle García Coronel; en el Instituto de la Mujer
está su consuegra Rosa Icela Pule; Brenda Valle García Coronel, trabaja en el
DIF y Marisela Dessens, aseguró lugar en la nómina.
Don Reynaldo Valle, es el
ideólogo de la familia Valle y anexas.
En la rebatinga hasta el
Nacho Velarde, “El Mataperros”, labora como inspector en la Dirección de
Ecología. “El Grillo” Valenzuela, fue consolado con colocar a su doña en la
dirección de Relaciones Exteriores.
“El dentista de las
estrellas”, el doctor Luis Javier Gaxiola, apañó la Oficialía Mayor, cargo
vital en la administración.
Debido a lo anterior, dice el
regidor sin partido Ernesto Uribe, que Guaymas está manejado por cinco
familias, por lo que recurrió al ISAF y a la FAS.
En contraste, Nayeli Navarro
Arce, madre de la primogénita del policía Pedro Corral Velásquez , quien fue
ejecutado el pasado 4 de octubre en Guaymas en el ataque a mansalva al grupo
Operativo en plena avenida Serdán, fue despedida del Ayuntamiento de Guaymas
junto con otros cincuenta empleados de administraciones pasadas, como parte de
los “cambios”, declaró la directora de Comunicación social de la comuna Angelina
Medina Trujillo.
La senadora Lilly Téllez, ha
sido una de las críticas más severa en contra del nepotismo de Sara y del PT.
UN PROCÓNSUL ENCABRONADO
Cuando tres diputados de
origen petistas, incluido el porteño Rodolfo Lizárraga, decidieron unir sus
votos al PRI para evitar el nombramiento de nuevos funcionarios en el Congreso
del Estado y favorecer la estrategia de la gobernadora Claudia Pavlovich, Antonio
Gallardo, quien fungirá como coordinador regional de programas federales fue
uno de los más encabronados y no se calló para señalar de traidores a los
chicos de Ana Gabriela Guevara.
El Tony es una de las gentes
más cercanas a Alfonso Durazo y Jorge Taddei y quien hace equipo con el senador
suplente Arturo Bours, empresario, miembro distinguido del clan cajemense y
próximo a sustituir al Poncho, en cuanto se vaya como titular de la poderosa
Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Operó junto con Heriberto
Aguilar, la reciente gira de agradecimiento del Peje a Guaymas y es uno de los
hombres fuertes del morenismo en el puerto, en donde se perfila como uno de sus
principales pilares, amén del cargo estratégico que desempeñará para bajar
recursos para Empalme y Guaymas, de ahí que no se pueda echar en saco roto sus
posturas críticas en contra de lo todo lo que huela a PT y a chaqueteo, al puro
estilo de la escuela de Jaime Moreno Berry.
Por eso, echárselo de
enemigo, será para Sara Valle y su alter ego Santiago “El Cabezón” Luna, como
pelearse con la cocinera.
El conocido desapego de Sara
y ahora del PT a las reglas de la convivencia democrática, la ética política y
la cultura de la legalidad, bien pudieran colocarlos en la categoría de
anomalías del sistema político democrático.
Tal actitud ya tiene crispada
a la plana mayor de Morena en la entidad o sea a Lilly Télelz, Jacobo Mendoza,
Jorge Taddei y Alfonso Durazo.
El tema no es menor… Y ya
habrá tiempo de constatar que tan en serio viene el cambio verdadero.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 25
OCTUBRE 2018)