domingo, 10 de agosto de 2014

EL MÉXICO INFORMAL




El 60 por ciento de los trabajadores en México está en la informalidad, lo que representa una cuarta parte del PIB. Este símbolo de la improductividad nacional deja a millones de personas fuera del sistema tributario, sin seguro social ni acceso al crédito



Los datos del Inegi muestran que la productividad quedó estancada en ambos sectores, formal e informal, entre el 2004 y el 2012 
60%
de la fuerza laboral se encuentra en la informalidad
25%
del PIB es generado por esa economía informal
75%
del PIB es generado por el empleo formal
40%
de los trabajadores en méxico estan en la economía formal
En cualquier ciudad de México te encuentras con un tianguis que ocupa una calle o banqueta y en donde se puede comprar casi cualquier cosa.

Es difícil conocer a una persona que nunca haya comprado en alguna de estas tienditas. Y es fácil conocer a alguna que cuente con su propio changarro para mantener a su familia.

La abundancia de estos negocios son un síntoma de una de las más grandes enfermedades económicas que padece el país desde hace décadas: la informalidad.

Este sector incluye, además de los puestos de la calle, a miles de empresas que realizan sus operaciones en la sombra sin rendir cuentas ante Hacienda, dejando a sus trabajadores sin seguro social.
A pesar de que es difícil medir el tamaño de esta economía, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó la semana pasada por primera vez un estudio a profundidad sobre el tema.

El principal hallazgo, que concuerda con todas las estimaciones realizadas hasta la fecha, señala que el 60 por ciento de la población ocupada en México se encuentra dentro de la economía informal.

Pero más preocupante que los millones de mexicanos que no pagan impuestos, no cuentan con seguro social y difícilmente tienen acceso a un crédito, es el valor nominal que representa la informalidad.

De acuerdo con el Inegi, este sector representa el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que refleja dos serios problemas económicos.

El primero tiene que ver con la productividad. Las empresas formales son más pequeñas en cuanto a número de trabajadores, pero producen dos cuartas partes del PIB.

Esto quiere decir que los negocios informales son muchos e improductivos. Expertos han señalado que el verdadero obstáculo al que se enfrenta México para conseguir un verdadero crecimiento es aumentar la productividad.

Por más inversiones que generen las reformas estructurales, el país no conseguirá avanzar si no consigue producir más con lo que ya tiene.

El otro problema es que una cuarta parte de la economía nacional opera bajo sus propias reglas sin pagar impuestos.

Brecha de productividad

En un reporte sobre la productividad, el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) hace un llamado a realizar un cambio de paradigma respecto del crecimiento de la economía nacional.

El CIDAC considera que la productividad debe de representar la variable clave del crecimiento.

En opinión del instituto, el crecimiento del la productividad es el indicador más importante sobre la salud de las economías: “impulsa los ingresos reales, la inflación, las tasas de interés, las ganancias y los precios de las acciones”.

La productividad, medida por la razón del PIB por cada puesto de trabajo, difiere sustancialmente entre la economía formal e informal.

La brecha es significativa, la productividad promedio de la economía formal entre el 2004 y el 2012 fue de 287 mil 355 pesos (a precios constantes del 2008).

Por otro lado, la productividad promedio de la economía informal para el mismo periodo fue de 118 mil 523 pesos. El trabajador formal es 2.3 veces más productivo que el trabajador informal.

El crecimiento de la productividad en México fue de 1.6 por ciento en el 2012. El incremento de 4.3 por ciento en la economía formal se contrarrestó con la baja de 0.5 por ciento en la economía informal.

La economía formal comparte con su contraparte informal la falta de crecimiento de la productividad.

Los datos del Inegi muestran que la productividad quedó estancada en ambos sectores entre el 2004 y el 2012. Sin embargo, analistas coinciden en que la formalización de la economía informal cerraría la brecha de productividad, lo que a la larga impactará positivamente en el crecimiento del PIB.

Además, la formalización del 25 por ciento del PIB representa un alto potencial recaudatorio en términos fiscales.

La consultora de contabilidad BDO Castillo Miranda emitió un reporte en el 2007 en el que asegura que la informalidad es causal de la baja recaudación en México.

Un estudio tributario de la OCDE sitúa a México como el país con la recaudación más baja del grupo, esto es 19.6 por ciento del PIB.

Informales por sector

La economía informal tiene un rol preponderante en ciertos sectores de la economía nacional.  Este es el porcentaje por sector del valor agregado aportado por la informalidad:

> 93.1 por ciento
Agricultura, ganadería, pesca y aprovechamiento forestal

> 78.7 por ciento
Servicios personales, reparaciones y mantenimiento

> 52.1 por ciento
Comercio

> 32.5 por ciento
Transportes, correos y almacenamiento

> 23.1 por ciento
Industria manufacturera

> 14.6 por ciento
Construcción

> 10.3 por ciento
Otros sectores

Fuente: Inegi 

EL MÉXICO INFORMAL
 
México, la informalidad tiene efectos negativos para el crecimiento económico del país, ya que es menos eficiente que el sector formal.
La consultora McKinsey & Company muestra que la producción por empleado en México cayó de 18.3 dólares por hora en 1981 a 17.9 dólares por hora en el 2012. 

Esta caída en la productividad ha resultado en un menor crecimiento económico durante el mismo periodo.

Para alcanzar un objetivo de crecimiento del 3.5 por ciento, McKinsey estima que la productividad del país tendría que ser tres veces mayor a la actual.

McKinsey argumenta que la caída en la productividad se debe a las diferencias de productividad entre las empresas grandes (aquellas con 500 ó más empleados), y las pequeñas (aquellas con 10 ó menos empleados), en especial porque las segundas representan una parte cada vez mayor de la fuerza laboral.

En promedio, en las grandes compañías la productividad ha crecido 5.8 por ciento anualmente desde 1999, mientras que la de las pequeñas empresas ha caído 6.5 por ciento cada año durante el mismo periodo. 

Así, las empresas más pequeñas mantienen un nivel de productividad 50 veces más bajo que el de las empresas más grandes.

Informalidad y desigualdad

El crecimiento de la participación del sector informal en la fuerza laboral también tiene como consecuencia la permanencia de la desigualdad.

Esto se debe a que en promedio las empresas pequeñas e informales pagan salarios mucho menores que los de las grandes empresas, utilizan personal menos capacitado y tienen mayores probabilidades de fracasar. 

Además, al operar dentro de la informalidad las empresas pueden pagarle a sus empleados en efectivo, sin contribuir a los servicios públicos de salud y de pensiones. 

La revista The Economist reporta que las empresas pequeñas e informales le cuestan al país en términos de eficiencia, tecnología e innovación, y son más vulnerables a extorsión por parte del crimen organizado y autoridades corruptas.

Informales sin crédito

La consultora McKinsey & Company señala la falta de financiamiento como uno de los grandes problemas al que se enfrentan las empresas mexicanas.

La gráfica muestra cómo, en comparación con Estados Unidos, en el país conseguir cualquier tipo de financiamiento es más costoso. 

Esta diferencia crece exponencialmente cuando se trata de créditos dirigidos a pequeñas y medianas empresas.

Sin acceso a un buen crédito, el crecimiento de las empresas se entorpece. Además, la falta de recursos impide que la mayoría de los informales realicen el salto a la formalidad.

De acuerdo con el Banco Mundial, aproximadamente el 53 por ciento de las empresas medianas en México no pueden satisfacer sus necesidades en el sistema financiero actual.

Esta cifra crece de manera considerable en el sector informal, donde a menudo es más necesario.


POLICÍAS MATAN POLICÍAS


Seguramente viajaron en clase turista. Total, el vuelo entre Hermosillo y Tijuana no duraría más de una hora. Rodolfo García Gaxiola se trepó al jet acompañado de Marco Antonio Jácome Saldaña. Dos judiciales federales les llevaron al aeropuerto. Otro par de policías lo recibieron. Posiblemente con un “…bienvenido, mi Comandante”, pero entregándole las llaves de una camioneta Ram Charger. Nuevecita. Estacionada a la puerta. En zona prohibida. Gaxiola y Jácome seguro dieron las gracias y se encaramaron al vehículo. Apresurados buscaron bajo del asiento.

 Allí estaban dos ametralladoras “cuernos de chivo”. Primero fueron a comer mariscos a “El Arco” y de allí a la delegación de la Procuraduría General de la República. Saludaron a los cuates. Se reportaron “…nada más venimos entrada por salida”. Al anochecer Gaxiola llamó a México sin identificarse. Contestó el Licenciado Ignacio Montes, Fiscal Especial del Caso Colosio. Abril 28 del 94.

 Previno: Explotará una bomba en el aeropuerto de Tijuana y colgó. El abogado llamó al Gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel. A los dos les extrañó tal aviso. Por las dudas se transmitió alarma. El Director de Seguridad Pública tijuanense Licenciado Federico Benítez rápido subió a un pick-up oficial con su asistente-custodio. Llegaron a la terminal. Nada. A lo mejor pensaron “…fue la llamada de un ‘zafado’ o alguien sin qué hacer”. Regresaron a la Comandancia. En el camino los alcanzó una camioneta Ram Charger. Desde el asiento trasero García Gaxiola les disparó.

 Decenas de balas. El acompañante murió. A Benítez lo llevaron agonizando a la Cruz Roja. Vi las fotos del quirófano. Mesa de operaciones toda ensangrentada. Hasta el piso. Murió. Al rato Gaxiola y su compañía llegaron a la PGR. Estacionaron la camioneta en el sótano. Les dieron otra y se fueron a un hotel.

 Luego de unos tragos cenaron y a dormir. Al otro día, igualito al anterior: Un par de agentes los llevó al aeropuerto. Y otro los recibió en Hermosillo. Debieron reportar “sin novedad” a quien les ordenó el crimen. Y todo fue porque Benítez rechazó permitir el paso de marihuana por Tijuana a “El Mayo” Zambada. Pero como dicen por allí: “Quien a hierro mata a hierro muere”. García Gaxiola fue retirado de la PGR. Eran inaguantables sus relaciones.

 Cierto día manejaba lujoso pick-up en Ciudad Obregón, Sonora. Hizo alto en una esquina. Se le emparejó otra camioneta. Le dispararon y mataron. También fueron agentes federales.

Ernesto Ibarra Santés era doctor. Con esa etiqueta fue contratado en la Procuraduría General de la República. Pero le gustó mucho la investigación y abandonó la profesión. Tanto así hasta convertirse en jefe. Luego lo enviaron de Sub-Delegado a Tijuana. Estaba ligado a “El Señor de los Cielos”, Amado Carrillo Fuentes. Por eso en 1996 lo comisionaron para zarandear el Cártel Arellano Félix.

 Muchos no se olvidan: Cierto día llamó a todos los reporteros y sentenció que acabaría con los hermanos. La bravata cayó mal entre mafiosos. El doctor sabía a qué le iba tirando. Siempre andaba rodeado, protegido por seis hombres armados. Cierto día decidió viajar a la Ciudad de México. Era un secreto. Ni en la línea aérea sabían. Pero un agente federal se dio cuenta. Avisó rápidamente a los Arellano. Éstos a sus pistoleros y otros policías en el Distrito Federal. Lo mataron sobre Avenida Insurgentes con todo y guarda-espaldas. Iban en taxi. También le tocó al chofer.

Ese mismo año el Licenciado Sergio Manuel Moreno fue poco tiempo delegado de la PGR en Tijuana. No se la llevó con los Arellano. Regresó a su Michoacán. Hasta allá fue un par de agentes federales. Le torturaron. Estrangulado. Isaac García Pérez también llegó como Comandante de la Policía Judicial Federal. 

Era Licenciado. Usaba lentes con cristales de alta graduación. Se rodeaba de imágenes religiosas y veladoras en su oficina. Naturalmente no faltaba San Juditas. Hasta traía un anillo con el símbolo del Espíritu Santo. Obedecer, obedecer a los Arellano no tanto. Por eso lo retiraron y como dicen “concentrado a la Ciudad de México”. 

Un día se despidió de su madre y salió a la PGR defeña. Ya rodando el auto atinó: Lo seguían. Seguramente conoció a los perseguidores. 

Regresó a donde salió. Bajo del vehículo. Cuando abría la puerta dos fulanos lo ametrallaron y mataron. Eran agentes de la Policía Judicial Federal. Ese mismo año en el Distrito Federal sucedió otra ejecución: El Licenciado Jorge García Vargas era Director del Instituto Nacional del Combate a las Drogas. Un día iba manejando su pick-up. Fue tan descarada la ejecución que para informar el semanario ZETA de Tijuana, presentó un titular en primera plana:

 “Federales matan federales”.

José Luis Patiño fue Director de Averiguaciones Previas de la PGR. Llegó en 1997 a Tijuana. Nada más para investigar una emboscada y tiroteo de los Arellano. Orden del Presidente Ernesto Zedillo. Por eso se “metió” a fondo. Tanto hasta espiar a los Arellano cerca de sus casas en Estados Unidos. Los mafiosos nunca se lo imaginaron.

 Llegó tan, pero tan cerca de ellos hasta encorajinarlos. No podían eliminarlo en suelo estadounidense. Por eso llamaron a tres agentes de la policía federal en Tijuana. 

Y estos malvados esperaron a Patiño en la frontera. Un día pasó a territorio mexicano con sus colaboradores Óscar Pompa Plaza y Rafael Torres. Los siguieron. Secuestraron. 

Fueron llevados a la sierra. Torturados. Sobre su pecho pasaron la camioneta que traían. Nuevamente subidos al vehículo para desbarrancarlo. Todos murieron. 

No fue igual con Alfredo de la Torre. Era Director de la Policía Municipal en Tijuana. En febrero 27 del 2000, domingo, salió de su casa. Le dijo a su esposa: “Ahorita regreso para irnos a misa”. 

En el camino le tirotearon hasta matarlo. Todos eran policías municipales. Actuaron por ordenes de “El Mayo” Zambada. De la Torre le negó protección.

Rubén Castillo Conde llegó en su automóvil Grand Marquis color azul y último modelo. Se estacionó en el centro comercial de la Avenida Justo Sierra en Mexicali. Cerquita del “Blockbuster”.

 Abril 2003. Comandante de la Agencia Federal de Investigación. Fue atendiendo el llamado de un amigo. Allí estaba. Se acercó para platicar. Castillo no se bajó. Ni cuenta se dio cuando otro policía llegó por atrás. Le disparó y mató. Al publicar sus familiares la esquela en “Reforma” resaltaron: “Víctima de sus compañeros corruptos”.

Pedro Madrigal Trejo servía a la Policía Federal Preventiva. En el aeropuerto de la Ciudad de México logró grandes decomisos. No le acompañaba ningún guarda-espaldas al salir de su casa la semana pasada. Lo mataron a balazos. Periódicos, telediarios y funcionarios informaron “venganza mafiosa”. No lo creo. Estoy seguro que fueron policías. Por eso días antes se suicidó uno al ser descubierto. Así de tan “metidos” están los mafiosos en la Procuraduría.

J.J. BLANCORNELAS

(SEMANARIO ZETA/ DOBLEPLANA/ J. Jesús Blancornelas/ 04 de Agosto del 2014 a las 08:00:00)

Dobleplana

Policías matan policías

Seguramente viajaron en clase turista. Total, el vuelo entre Hermosillo y Tijuana no duraría más de una hora. Rodolfo García Gaxiola se trepó al jet acompañado de Marco Antonio Jácome Saldaña. Dos judiciales federales les llevaron al aeropuerto. Otro par de policías lo recibieron. Posiblemente con un “…bienvenido, mi Comandante”, pero entregándole las llaves de una camioneta Ram Charger. Nuevecita. Estacionada a la puerta. En zona prohibida. Gaxiola y Jácome seguro dieron las gracias y se encaramaron al vehículo. Apresurados buscaron bajo del asiento. Allí estaban dos ametralladoras “cuernos de chivo”. Primero fueron a comer mariscos a “El Arco” y de allí a la delegación de la Procuraduría General de la República. Saludaron a los cuates. Se reportaron “…nada más venimos entrada por salida”. Al anochecer Gaxiola llamó a México sin identificarse. Contestó el Licenciado Ignacio Montes, Fiscal Especial del Caso Colosio. Abril 28 del 94. Previno: Explotará una bomba en el aeropuerto de Tijuana y colgó. El abogado llamó al Gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel. A los dos les extrañó tal aviso. Por las dudas se transmitió alarma. El Director de Seguridad Pública tijuanense Licenciado Federico Benítez rápido subió a un pick-up oficial con su asistente-custodio. Llegaron a la terminal. Nada. A lo mejor pensaron “…fue la llamada de un ‘zafado’ o alguien sin qué hacer”. Regresaron a la Comandancia. En el camino los alcanzó una camioneta Ram Charger. Desde el asiento trasero García Gaxiola les disparó. Decenas de balas. El acompañante murió. A Benítez lo llevaron agonizando a la Cruz Roja. Vi las fotos del quirófano. Mesa de operaciones toda ensangrentada. Hasta el piso. Murió. Al rato Gaxiola y su compañía llegaron a la PGR. Estacionaron la camioneta en el sótano. Les dieron otra y se fueron a un hotel. Luego de unos tragos cenaron y a dormir. Al otro día, igualito al anterior: Un par de agentes los llevó al aeropuerto. Y otro los recibió en Hermosillo. Debieron reportar “sin novedad” a quien les ordenó el crimen. Y todo fue porque Benítez rechazó permitir el paso de marihuana por Tijuana a “El Mayo” Zambada. Pero como dicen por allí: “Quien a hierro mata a hierro muere”. García Gaxiola fue retirado de la PGR. Eran inaguantables sus relaciones. Cierto día manejaba lujoso pick-up en Ciudad Obregón, Sonora. Hizo alto en una esquina. Se le emparejó otra camioneta. Le dispararon y mataron. También fueron agentes federales.
Ernesto Ibarra Santés era doctor. Con esa etiqueta fue contratado en la Procuraduría General de la República. Pero le gustó mucho la investigación y abandonó la profesión. Tanto así hasta convertirse en jefe. Luego lo enviaron de Sub-Delegado a Tijuana. Estaba ligado a “El Señor de los Cielos”, Amado Carrillo Fuentes. Por eso en 1996 lo comisionaron para zarandear el Cártel Arellano Félix. Muchos no se olvidan: Cierto día llamó a todos los reporteros y sentenció que acabaría con los hermanos. La bravata cayó mal entre mafiosos. El doctor sabía a qué le iba tirando. Siempre andaba rodeado, protegido por seis hombres armados. Cierto día decidió viajar a la Ciudad de México. Era un secreto. Ni en la línea aérea sabían. Pero un agente federal se dio cuenta. Avisó rápidamente a los Arellano. Éstos a sus pistoleros y otros policías en el Distrito Federal. Lo mataron sobre Avenida Insurgentes con todo y guarda-espaldas. Iban en taxi. También le tocó al chofer.
Ese mismo año el Licenciado Sergio Manuel Moreno fue poco tiempo delegado de la PGR en Tijuana. No se la llevó con los Arellano. Regresó a su Michoacán. Hasta allá fue un par de agentes federales. Le torturaron. Estrangulado. Isaac García Pérez también llegó como Comandante de la Policía Judicial Federal. Era Licenciado. Usaba lentes con cristales de alta graduación. Se rodeaba de imágenes religiosas y veladoras en su oficina. Naturalmente no faltaba San Juditas. Hasta traía un anillo con el símbolo del Espíritu Santo. Obedecer, obedecer a los Arellano no tanto. Por eso lo retiraron y como dicen “concentrado a la Ciudad de México”. Un día se despidió de su madre y salió a la PGR defeña. Ya rodando el auto atinó: Lo seguían. Seguramente conoció a los perseguidores. Regresó a donde salió. Bajo del vehículo. Cuando abría la puerta dos fulanos lo ametrallaron y mataron. Eran agentes de la Policía Judicial Federal. Ese mismo año en el Distrito Federal sucedió otra ejecución: El Licenciado Jorge García Vargas era Director del Instituto Nacional del Combate a las Drogas. Un día iba manejando su pick-up. Fue tan descarada la ejecución que para informar el semanario ZETA de Tijuana, presentó un titular en primera plana: “Federales matan federales”.
José Luis Patiño fue Director de Averiguaciones Previas de la PGR. Llegó en 1997 a Tijuana. Nada más para investigar una emboscada y tiroteo de los Arellano. Orden del Presidente Ernesto Zedillo. Por eso se “metió” a fondo. Tanto hasta espiar a los Arellano cerca de sus casas en Estados Unidos. Los mafiosos nunca se lo imaginaron. Llegó tan, pero tan cerca de ellos hasta encorajinarlos. No podían eliminarlo en suelo estadounidense. Por eso llamaron a tres agentes de la policía federal en Tijuana. Y estos malvados esperaron a Patiño en la frontera. Un día pasó a territorio mexicano con sus colaboradores Óscar Pompa Plaza y Rafael Torres. Los siguieron. Secuestraron. Fueron llevados a la sierra. Torturados. Sobre su pecho pasaron la camioneta que traían. Nuevamente subidos al vehículo para desbarrancarlo. Todos murieron. No fue igual con Alfredo de la Torre. Era Director de la Policía Municipal en Tijuana. En febrero 27 del 2000, domingo, salió de su casa. Le dijo a su esposa: “Ahorita regreso para irnos a misa”. En el camino le tirotearon hasta matarlo. Todos eran policías municipales. Actuaron por ordenes de “El Mayo” Zambada. De la Torre le negó protección.
Rubén Castillo Conde llegó en su automóvil Grand Marquis color azul y último modelo. Se estacionó en el centro comercial de la Avenida Justo Sierra en Mexicali. Cerquita del “Blockbuster”. Abril 2003. Comandante de la Agencia Federal de Investigación. Fue atendiendo el llamado de un amigo. Allí estaba. Se acercó para platicar. Castillo no se bajó. Ni cuenta se dio cuando otro policía llegó por atrás. Le disparó y mató. Al publicar sus familiares la esquela en “Reforma” resaltaron: “Víctima de sus compañeros corruptos”.
Pedro Madrigal Trejo servía a la Policía Federal Preventiva. En el aeropuerto de la Ciudad de México logró grandes decomisos. No le acompañaba ningún guarda-espaldas al salir de su casa la semana pasada. Lo mataron a balazos. Periódicos, telediarios y funcionarios informaron “venganza mafiosa”. No lo creo. Estoy seguro que fueron policías. Por eso días antes se suicidó uno al ser descubierto. Así de tan “metidos” están los mafiosos en la Procuraduría.

J.J. BLANCORNELAS
blancornelas@zetatijuana.com
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EL HOSPITAL DE LA MUERTE

Hospital Comunitario de Villagrán
GUANAJUATO, Gto. (apro).- Una tras otra se acumulan las denuncias por presunta negligencia médica en el Hospital Comunitario de Villagrán, cuyo expediente negro acumula seis casos de recién nacidos fallecidos, dos más en estado delicado de salud y otro de una mujer con secuelas tras dar a luz.

A la fecha, las madres de los recién nacidos y sus familiares han presentado cuatro denuncias ante el Ministerio Público en contra de personal médico y administrativo, por la presunta negligencia en la atención obstétrica brindada en ese nosocomio.

Además, hay otras cinco denuncias públicas y quejas ante la Procuraduría Estatal de Derechos Humanos (PEDH) contra el Hospital y su personal, encabezado por Luis Antonio Chimal.

A cuatro meses de dar curso a las quejas formales ante el propio hospital, Secretaría de Salud y PEDH, las afectadas y sus familias aguardan la intervención del gobierno estatal para corregir las anomalías y que se investigue y sancione al cuerpo médico y administrativo que pudiese tener responsabilidad en las muertes de los recién nacidos.

“Tantos médicos y valió madres todo”, deplora en entrevista Marilú Zamora, la primera mamá del grupo de denunciantes que acudió ante las autoridades e hizo público su caso después de que su hija recién nacida falleció el lunes 3 de marzo. 

En los cinco días previos y posteriores al parto, Marilú fue atendida por cuatro distintos médicos que la regresaron en diversos momentos a su casa con el argumento de que no tenía la dilatación suficiente, aunque posteriormente ninguno pudo evitar que su hija ingiriera líquido amniótico y falleciera dos horas después de nacer a consecuencia del llamado “síndrome de aspiración de meconio”.

“Me regresaron tres veces. Me presenté el jueves 27 de febrero, pues ese día cumplía 9 meses y tenía vómito y me dolía la cabeza, y poco antes me había hecho un ultrasonido. Llegué a urgencias y me dejaron unas horas con suero. La doctora Cristina me dijo que todavía me faltaba y me programó para el 6 de marzo para una cesárea, tuviera o no contracciones. Pero regresé el 28 de febrero porque me sentía mal. Me pusieron otra vez suero y la misma doctora me dijo que todo estaba bien, que no me preocupara y me mandó de nuevo a mi casa”, narra Marilú.

Un día después presentó un sangrado que hizo a la mujer volver a urgencias del hospital comunitario.

“Era un sangrado muy leve; mi esposo y yo creímos que ahora sí ya era momento del parto y nos pusimos muy contentos, lo estábamos esperando desde hace bien harto”. Pero otro médico, de apellido Chacón, determinó enviarla de vuelta a su casa luego de revisarla, ya que “llevaba muy poca dilatación, y me dijo que me pusiera a caminar”.

Al día siguiente, 2 de marzo, se presentó y fue un médico distinto a los anteriores, de nombre Óscar, quien esta vez atendió a Marilú en urgencias. Una vez más indicó a la entonces embarazada que caminara.

Marilú ya no se fue a su casa, y mejor se puso a dar vueltas en una cancha aledaña al hospital y, horas más tarde, volvió porque el médico le dijo que ya la iba a ingresar. No obstante, la enfermera que la recibió comenzó a interrogarla insistentemente sobre las contracciones. “¿No me estás echando mentiras?”, le dijo. “Ah, sí, es que yo quiero que me meta para que me tenga ahí esperando”, respondió la parturienta, ya molesta.

Desde la cama, escuchó al médico dar instrucciones a las enfermeras, puesto que le iban a inducir el parto. “Yo no tenía contracciones, no sentía nada”, recuerda Marilú. 

Transcurrió más tiempo y la pasaron a otra cama. Dos médicos más, uno de nombre Felipe y posteriormente la doctora Rosa Linares, la sometieron a revisión.

“Para la noche del día 2 yo ya tenía fuertes contracciones, ya no aguantaba. En la madrugada la doctora Linares me dijo que ya había roto la fuente, pero que no pujara porque la sala de expulsión estaba sucia y la iban a limpiar. Ya cuando me llevaron, ahí me di cuenta de que la fuente no se había roto. Mi hija nació y no la escuché llorar”.

Más tarde, la doctora dijo a Marilú que su hija, nacida a las 3:35 horas, había ingerido sus heces y estaba grave… luego me informó que ya habían llamado a una ambulancia para llevarla a Celaya, porque ahí no tenían las cosas para atenderla. Le llevaron un tanque de oxígeno y no sirvió, ¿usted cree?”, rememora en medio de lágrimas.

La ambulancia llegó hora y media después –cuando la distancia entre hospitales no consume ni 30 minutos–. A las 5:20 la bebé sufrió un paro respiratorio cuando estaba ya en el vehículo y murió.
Debido a que Marilú se sentía mal después de dar a luz, le pusieron una inyección y se quedó dormida en la misma sala de expulsión. A las 5:30, cuando despertó, dejaron entrar a su esposo, quien le dijo que su hija había fallecido.

La abuela de la niña se presentó con el director Luis Antonio Chimal y le exigió investigar lo sucedido con su nieta. Ese mismo lunes en la mañana entregaron el cuerpo a la abuela, sin ningún documento de por medio, otra irregularidad que se sumó a la pesadilla vivida por Marilú y su familia durante esas horas.

“Ya hasta que yo estaba en piso me llevaron los papeles, el certificado de nacimiento y el de defunción. Una trabajadora social me dijo que había sido un delito haber sacado el cuerpo de la recién nacida sin el acta de defunción. ‘Qué bueno que el MP no se dio cuenta, porque eso es un delito grave; tu bebé no pudo haber salido sin esos papeles’, dijo”.

La mamá de Marilú advirtió al director que presentaría una queja. Entonces Brenda Jeannette, jefa de calidad del hospital, se acercó a la abuela y la mujer formalizó la queja. La funcionaria prometió darle seguimiento al expediente.

Encima de todo, Marilú continuaba presentando vómito y dolor de cabeza. Personal del hospital informó a la mujer que había sufrido una infección por el meconio, a pesar de lo cual la dieron de alta el martes, sin reportar esa infección en su hoja de salida.

El 1 de abril, Marilú acudió a revisión médica y dejó una nueva queja por escrito en el buzón del director Luis Antonio Chimal. En mayo volvió y depositó una nueva carta pidiendo al funcionario investigar y deslindar responsabilidades.

Y a fines de ese mes llamó a un número de atención de la Secretaría de Salud, donde grabaron su reporte y le dieron un número de folio “para el seguimiento”. 

Nadie la llamó ni la citó, ni nada.

“Fue hasta que salió una nota en el periódico (a principios de junio) cuando todos los doctores y funcionarios a los que había buscado me empezaron a llamar. Incluso me llamaron del Seguro Popular, me dieron los teléfonos de Derechos Humanos y de la Secretaría de la Transparencia. Brenda Jeanette me vino a buscar a mi casa; me dijo que el director me mandaba saludar, me trajo un informe y me dijo que ella había estado al pendiente de mi caso. Pero ya habían pasado cuatro meses”, aclara la mujer.

Según el informe, los médicos del hospital habían hecho bien su trabajo, pero resaltaban la tardanza con que la ambulancia de Celaya había llegado para trasladar a la bebé. “Pero nunca me dijeron por qué, si yo duré viniendo aquí cinco días, no me atendieron a tiempo”. Entonces interpuso su denuncia ante la PGJE, que quedó registrada con el expediente 10255/14 en la agencia 1 de Villagrán.

Después de encabezar el viernes 25 de julio una marcha hasta el hospital, Marilú y otras mujeres que vivieron situaciones similares se reunieron con un funcionario de la Secretaría de Salud, quien pidió un mes “para tomar medidas y corregir las anomalías”.

“Estamos pidiendo que destituyan al director, Luis Antonio Chimal Cisneros; a Eduardo Sánchez colín y a la jefa de calidad Brenda Jeanette, porque como encargados del hospital permitieron que pasaran estas cosas; han pasado por alto todas las quejas y denuncias. Como que no les importa. También queremos que sean presentados ante las autoridades los médicos responsables; que nos otorguen los tratamientos y medicamentos que necesitemos, nos den una atención digna y amplíen el hospital con mejor equipo, porque ya no es suficiente para toda la gente que lo requiere”.

Negligencia sin freno

Marilú se ha unido y ha acompañado a otras mujeres a presentar su denuncia ante el MP y el ombudsman estatal. El viernes pasado acompañó a dos mujeres más a la agencia de Villagrán, Beatriz y Montserrat.

Beatriz Karina Rodríguez, de 18 años, acudió el 18 de julio al Centro de Atención Integral y de Servicios Esenciales de Salud (CAISES) de Villagrán, debido a contracciones por el término de su embarazo. La regresaron a su casa y volvió al hospital por la noche, donde pasó el tiempo hasta que un ginecólogo le dijo que su bebé “venía muy grande”.

La joven pidió que la sometieran a una cesárea, pero una enfermera le dijo que no era necesario y la regresó a su casa. Cuando volvió al hospital, con cinco centímetros de dilatación, la ingresaron, pero pasaron varias horas sin que fuera revisada.

El ginecólogo comentó a la joven que el bebé “venía muy grande”, pero otra enfermera le dijo que “para qué quería que la rajaran”.

A las 22:00 horas, Beatriz fue llevada a la sala de expulsión y se le indicó que pujara, pero cuando médicos y enfermeras vieron que el producto no salía, sólo insistieron en que continuara pujando, por lo que ella pidió que llamaran a su familia para que la trasladaran a otro hospital. Luego de un fallido intento por hospitalizarla en Celaya, llegó al nosocomio de Salvatierra, donde de inmediato fue pasada al quirófano. Su hijo pesó 3.685 kilogramos, pero nació con una hemorragia cerebral, según narró Beatriz al portal www.zonafranca.mx

Los médicos que practicaron la cesárea a Beatriz informaron que la hemorragia pudo producirse en el hospital de Villagrán, cuando se pretendió que ella diera a luz en un parto normal.

Una de las más recientes denunciantes narró que en 2012, en un embarazo anterior, su hijo también sufrió el síndrome de aspiración de meconio durante el parto… en el mismo hospital comunitario de Villagrán. El recién nacido sólo vivió tres días.

La denuncia de Beatriz quedó asentada con el folio 12774/14, después de un extenso interrogatorio por parte del personal del MP y el médico legista. “Nos trataron bien mal, yo iba acompañando a Beatriz y a la otra mujer que denunció por un caso similar, Montserrat, y las del Ministerio Público me preguntaban que yo a qué iba, me ordenaban que me saliera, que yo qué traía”, describió Marilú.

Después de presentar estas nuevas denuncias, las mujeres, acompañadas por el regidor Emmanuel Reyes Contreras –presidente de la comisión de salud del ayuntamiento de Villagrán–, se reunieron con el coordinador de asesores de la Secretaría de Gobierno, Héctor García Cerrillo, quien ofreció tenerles resultados en 15 días, por encomienda del gobernador Miguel Márquez, según informaron a las quejosas.

“Ya les dije que si no hacen nada, vamos a bloquear la carretera federal 45. Cuando fui yo a denunciar al Ministerio Público me acompañaron enviados de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y me trataron muy bien. El viernes que acompañé a Brenda y a Montserrat, todo lo contrario, pésimo”.

“Si todas dijéramos nuestra inconformidad o la hiciéramos saber, nos harían más caso. Ya no tenemos que decir, ‘hoy fui al hospital y me tocó suerte de que me atendieran bien’”, señala Marilú.

“No debe ser cuestión de suerte, sino de que hagan bien su trabajo y nos atiendan bien a todas. Al menos deberían cuidar su trabajo, porque ellos también tienen familia”, aconseja.

DETIENEN A SIETE MARA SALVATRUCHA EN CHIAPAS

De acuerdo con las investigaciones, los integrantes de la banda “Barrio 18” se encuentran relacionados en la comisión de diversos asaltos y robos en Mapastepec

MAPASTEPEC, Chis. 10 de mayo.- Efectivos asignados en la zona Costa de Chiapas detuvieron a siete integrantes de la banda “Barrio 18”, grupo de la Mara Salvatrucha, a quienes aseguraron diversas armas blancas en el municipio de Mapastepec.

En estas acciones participaron elementos de la PGJE, a través de las Fiscalías Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes y Fiscalía de Distrito Istmo Costa; Policía Federal, Marina Armada de México, Ejército Mexicano, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

De acuerdo con un comunicado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) durante el operativo en la zona de tolerancia del municipio de Mapastepec se detuvo a Luis Fernando Rodríguez, de 18 años de edad; Joel Rodríguez Ramos, de 33; e Irving Morgan Martínez de 22.

Efectivos asignados en la zona Costa de Chiapas detuvieron a siete integrantes de la banda “Barrio 18”, grupo de la Mara Salvatrucha, a quienes aseguraron diversas armas blancas en el municipio de Mapastepec.

Además a Rodrigo Velázquez Cortéz, de 20; Meño Enríquez Trujillo de 25; y Fabián Mejía Mejía de 19, así como Alexander Medina, de 28 años de edad.

De acuerdo con las investigaciones, los integrantes de la banda “Barrio 18” se encuentran relacionados en la comisión de diversos asaltos y robos en esta región de la entidad.

Al ser capturados les fueron asegurados siete machetes, con los que presuntamente perpetraban los ilícitos.

Ante estos hechos, la Fiscalía de Migrantes dio inicio a la averiguación previa 016/FEDCCI-04/2014 por los delitos de Pandillerismo y Portación de Arma Blanca, contra los siete imputados, quienes se encuentran plenamente identificados por diversas víctimas.

Ante ello, en las próximas horas los presuntos responsables serán consignados ante el Juez del Ramo Penal y recluidos en el Centro de Reinserción Social para Sentenciados, desde donde enfrentarán el proceso en su contra.

Al mismo tiempo, la Fiscalía Especializada continúa con las investigaciones con la finalidad de conocer de su participación en otros eventos delictivos, así como de la ubicación de sus cómplices.


(excelsior/ Notimex /10/08/2014 12:44)

TRAGEDIA EN EL AUTOMOVILISMO; PILOTO ES ATROPELLADO Y PIERDE LA VIDA

Tony Stewart, piloto de Nascar, atropella y causa la muerte de Kevin Ward Jr, quien se había bajado de su auto para reclamar un incidente previo

WASHINGTON, 10 de agosto.- Tony Stewart, piloto de Nascar, atropelló y causó la muerte del joven piloto Kevin Ward Jr, quien se había bajado de su auto para confrontarlo tras un incidente durante una carrera en el estado de Nueva York.

Phillip Povero, alguacil del condado de Ontario, dijo el domingo que Stewart está sumamente alterado por lo acontecido, cooperando con la investigación, y señaló que no hay cargos criminales para él por el momento.

Stewart, tres veces campeón de la Copa Sprint de Nascar, se retiró de una carrera de ese circuito que debía disputarse este domingo en Watkins Glen, según informó Greg Zipadelli, director de competencia de Stewart.

Escenas de la televisión muestran como Kevin Ward comenzó a caminar directamente hacia el auto de Stewart antes de ser atropellado y lanzado por el aire.

Se especula que el joven piloto buscaba confrontar a Tony porque éste había golpeado su auto y con ello lo sacó de la carrera que se disputaba el sábado en el Parque Automotriz de Canandaigua, en el norte del estado de Nueva York.

Ward fue llevado a un hospital y pronunciado muerto poco después del incidente.

  (EXCELSIOR/ Notimex/

FALLA MONTAÑA RUSA EN EU; 24 PERSONAS ATRAPADAS



(MILENIO TV/ 10 DE AGOSTO 2014)

BUSCA PROFEPA SANCIONAR A MINERA QUE DERRAMÓ ÁCIDO SULFÚRICO A LOS RÍOS SONORA Y BACANUCHI

Habitantes de las rivieras han reportado la muerte de peces y ganado por el derrame de ácido sulfúrico en los ríos Sonora y Bacanuchi.
 
La Profepa ordenó a la empresa Buenavista del Cobre aplicar un plan de Remediación Total debido al derrame de ácido sulfúrico en dos ríos en Sonora.
México.- La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) anunció que inició un procedimiento para aplicar sanciones contra Buenavista del Cobre por el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en los ríos Bacanuchi y Sonora.

La Profepa también ordenó a la empresa aplicar un plan de Remediación Total luego de que resultaran afectados al menos cinco municipios de Sonora, entre ellos Arizpe y Banámichi, en los cuales se reportó la muerte de peces y ganado.

El jueves la Profepa instaló el Protocolo de Contingencia junto a la Comisión Nacional del Agua, los gobiernos de los municipios afectados, así como Protección Civil del estado, para contener el derrame.

Las acciones que se implementaron fueron: la neutralización del ácido sulfúrico por medio de cal, la construcción de represos para evitar mayores escurrimientos, el rebombeo del agua contenida, y el análisis de los niveles de agua contaminados, entre otras.

Buenavista del Cobre, antes llamada Mexicana de Cananea, es parte de Grupo México del empresario  Germán Larrea, el cual maneja diversas minas en el norte del país, incluida la famosa Pasta de Conchos, Coahuila, donde 65 mineros quedaron atrapados por una explosión de gas en 2006.

(Milenio Digital/