Fotos: Enrique Botello
En Ensenada los contenedores y tambos
están rebasados porque desde enero, la administración no paga 545 mil pesos a
la concesionaria, por lo que no deja entrar todos los camiones. Mientras
trabajadores enfrentan tal situación, descomposturas y falta de combustible,
alcalde insiste en que la solución son “más camiones”
Entre 100 y 120 toneladas de
basura se descomponen diario en las calles y domicilios de los ensenadenses,
quienes enfrentan una fuerte crisis con el Departamento de Limpia de Servicios
Públicos Municipales.
La ineficiencia del sistema,
manifestó Silvia, una vecina de la Escuela Primaria “Mariano García García”, se
enfrenta en el Bulevar Sokolov de la colonia Lomitas Indeco, donde una pared de
bolsas negras de basura divide el patio trasero del plantel, adonde el servicio
no ha pasado por cinco meses.
El problema es económico
porque el Ayuntamiento ha faltado a la responsabilidad de pagar las
obligaciones por 545 mil pesos por el uso del relleno sanitario de la empresa
PASA, SA de CV, generando un rezago.
Situaciones no presupuestadas
se presentan desde enero de 2018, cuando la empresa comenzó a bloquear el
acceso a los camiones por impago. Primero les impuso ciertos horarios para
después cerrar las puertas hasta regularizar lo convenido.
“Ahí vamos de regreso,
buscando dónde tirar toda la basura de la ciudad, apestosa, y se nos poncharon
las llantas en varias ocasiones por el peso de la basura”, narró uno de los
empleados.
Información de Servicios
Públicos Municipales, la dependencia con más empleados sindicalizados, refiere
que Ensenada tiene una deuda de poco más
de 13 millones de pesos con el relleno sanitario.
El Ayuntamiento hizo un
convenio para saldar 1.5 millones de pesos al mes, más la factura, pero como no
cumplieron con el acuerdo, en julio volvieron a bloquear el acceso.
Después la autoridad les
abonó y lograron regresar la basura. Se calcula que hay un ingreso de 200 a 240
toneladas de basura, cuando habitualmente se reciben de 300 a 350 toneladas.
Como parte del contrato, el relleno
cobra 131 pesos por cada tonelada de desperdicios que entra a la empresa,
ubicada en la carretera Ensenada-Ojos Negros.
El alcalde Marco Novelo Osuna
ha declarado que resolverá el apuro comprando más unidades, que le donarán una
veintena más y obligará a comerciantes a contratar empresas privadas de
recolección.
Mientras tanto, y como parte
de los más de cuarenta cambios de funcionarios de primer nivel que ha realizado
en su gobierno, el 5 de agosto despidió al subdirector de Servicios Públicos,
José de la Luz Valdez, para designar al anterior jefe de Talleres, Ignacio
Romero.
GASTOS Y CONCESIÓN EN LA MIRA
Sindicatura Municipal tiene
en su poder treinta quejas con expediente abierto respecto a la inoperatividad
del sistema de limpia. No obstante, hay otras más en las que se hizo labor de
gestoría ciudadana, solicitando la intervención de la dependencia para
recolectar la basura.
La síndico procuradora Karina
Castrejón Bañuelos inició una investigación de cada uno de los casos en
particular, mientras que el jurídico se encuentra en la revisión de la
concesión de la compañía.
Hasta 17 días han pasado los
camiones sin combustible en los patios municipales; en lo que va del año, seis
veces la administración del relleno sanitario les ha impedido el acceso y una
decena de ocasiones se han quedado sin guantes ni bolsas.
Trabajadores del Departamento
de Limpia hablaron de la situación y mostraron estadísticas de cómo a mediados
de 2017 tenían un retraso de 40 por ciento en la recolección y poco a poco
fueron bajando los números.
Mencionaron que el alcalde no
ha querido implementar un programa de mantenimiento para recuperar unidades,
sino que se ha empeñado en comprar más y negaron que ellos se roben las piezas,
como los han señalado autoridades municipales.
Se estima que en promedio, el
gasto por combustible de un camión recolector es de 38 mil pesos por día, pero
en meses recientes no ha habido fondos para abastecer.
“Cuando iniciamos el turno,
hacemos fila, nos quedamos en prenda hasta que nos liberan el pago”, indicaron.
A inicio de 2018, los
conductores de los camiones fueron sorprendidos con el relleno sanitario
cerrado por falta de pago, y encima, sin dinero para diésel.
Explicaron que el turno de la
noche abarcaba más zonas, sin embargo, por órdenes del presidente municipal lo
suspendieron, con el argumento de que los empleados no eran productivos.
“No hay aceite, no hay
llantas, no hay nada para mantenerlos”, alegaron.
Por catorcena, el gobierno
debe pagar 545 mil pesos, sin embargo, han pasado meses sin que se pague lo
presupuestado en la Ley de Egresos del Municipio de Ensenada, junto con la
gasolina y otras reparaciones.
ALCALDE TIENE UNA VERSIÓN OPTIMISTA
Cuestionado sobre la
situación de la recolección de basura, Marco Novelo instó a la comunidad a
cumplir con el pago de Impuesto Predial como una de las medidas urgentes para
resolver el problema, “ya tenemos un tracto camión para llevar la basura 14
kilómetros desde el Valle de Guadalupe, también en la delegación Maneadero”,
comentó de entrada.
Hace unos días instruyó a la tesorera, Guadalupe Méndez
Maldonado, a invertir en los talleres de Servicios Públicos para la reparación
de vehículos.
“Ya tenemos más equipo,
suspendí el turno de la noche, nos estamos quedando sin camiones por la noche
como se suponía y tenemos 22 camiones en la zona urbana, pero vamos a reparar
otros para tener 29 en activo”, afirmó, a la vez de urgir a los negocios a
contratar una compañía privada: “Ya hablé con ellos para que pongan
contenedores donde tiren sus desechos”.
Por su parte, el secretario
del Ayuntamiento, Iván Barbosa Ochoa, negó la posibilidad de privatizar el
servicio de traslado de basura con la renta de unidades, ya que se trata de un
problema administrativo que tiene solución.
LA COMUNIDAD PIERDE
Emprendedores han hecho
negocio con la ineficiencia de servicio, usando unidades propias para recoger
los tambos en zonas residenciales por 20, 40 o 100 pesos, dependiendo de las
dimensiones.
En las calles de la ciudad
volantean con la consigna “Nos llevamos tu basura”, sin embargo, los
prestadores particulares no tienen obligación de trasladarla hasta el relleno
sanitario, convirtiendo zonas de recreación o de reserva, sobre todo arroyos,
en basureros clandestinos.
Laura Medina, vecina del
fraccionamiento Villas del Prado I, denunció la existencia de un basurero
clandestino con varios años de operación en el arroyo que desemboca en la presa
“Emilio López Zamora”.
De manera ilegal, los
invasores cobran una cantidad de dinero a los usuarios que les dejan los
desechos. En el lugar había montañas de desperdicios emanando malos olores en
la zona suburbana.
La Comisión Nacional del Agua
y la Dirección de Seguridad Pública Municipal, iniciaron un operativo de
desalojo. El riesgo era inminente y, dos días después, se generó un fuerte
incendio a lo largo del arroyo.
“ES BASURA DE VERANO”: CANACO
El gobierno municipal asegura
que obligando a los comerciantes a pagar a una empresa privada para que recoja
la basura y comprar más camiones, será la solución al conflicto.
El presidente de la Cámara
Nacional de Comercio (Canaco) en Ensenada, Jorge Menchaca Sinencio, considera
que no será así:
“Este tema de los
comerciantes no es nuevo, desde la administración pasada decían que los
comercios tiran más basura y lo solucionamos”, calificándolo como un “problema
de verano” donde no hay infraestructura para almacenar la basura que dejan
miles de turistas que visitan la ciudad en estas fechas. Comparó con el
servicio de casetas de peaje y restaurantes, que también tienen un tiradero de
basura.
En su opinión, la mayoría de
los negocios acondicionaron espacios para que en grupo depositen la basura en
un sitio o contratar el servicio a un costo aproximado de mil 500 a mil 800
pesos.
Y asegura, es una situación
aterradora para el vendedor, ya que cuando no hay servicio eficiente de
recolección, casi los obligan a cerrar los negocios porque no tienen donde
poner un contenedor de basura.
En el caso de la zona
turística, “pasan una vez a la semana, pero no hay un lugar estratégico dónde
colocar el contenedor”, indicó Menchaca, cuyo antecesor en la Canaco, José de
la Luz Valdez, estableció un programa para colocar centros de acopio, pero se
hizo un “escándalo” porque la gente politizó la propuesta con el argumento que
personas estaban enriqueciéndose con el proyecto.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / LORENA LAMAS /LUNES,
20 AGOSTO, 2018 01:00 PM)