Fotos:
Cortesia.-Jóvenes sicarios, narcomenudistas y halcones son sacados de colonias
de escasos recursos, utilizados algunos para reclutar más jóvenes y
adolescentes para enlistarse en el crimen organizado.
Jóvenes
de secundaria y preparatoria que habían sido reclutados por el grupo delictivo
ahora están en la mira. “Están arrasando con la nueva era de sicarios, la nueva
era de distribuidores y la nueva era de halcones”, explicó un elemento de
inteligencia a ZETA. La balacera en Playa Palmilla, suscitada el domingo 6 de
agosto, es un ejemplo de la nueva guerra
“La
situación de las drogas es lo que está sacando de control y que crea todos
estos conflictos, tanto en La Paz, como en Cabo San Lucas y San José del Cabo;
yo veo a diario la venta de drogas al menudeo, tanto en la marina, en las
playas, en el centro, y las autoridades también tienen identificados
exactamente quiénes son, y lo permiten”, denunció Walter Widmer, prestador de
servicios turísticos de Cabo San Lucas, en el municipio de Los Cabos.
Esa
es la realidad que ha tratado de ocultar el alcalde Arturo de la Rosa Escalante
con la inversión de millones de pesos de recursos públicos para justificar el
trabajo en materia de seguridad, aun cuando por lo menos veinte policías fueron
señalados recientemente por posibles nexos con el crimen organizado.
Todo
parece indicar que se ha detectado una red de jóvenes sicarios operando para el
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) o
Tijuana Nueva Generación (CTNG).
En
la edición número 2244 de ZETA, en el reportaje titulado “Los sicarios de ‘El
Colores’”, se informó de la pandilla que estaba reclutando el CJNG o CTNG.
Los
sicarios, halcones y distribuidores, según investigaciones, eran entrenados por
Carlos Ignacio Vázquez “El Barbas” o “El Caloso”, ejecutado a finales de marzo
en un tiroteo en el corredor turístico de San José del Cabo-Cabo San Lucas,
frente al Hotel Grand Mayan Los Cabos.
En
el resultó lesionada Carol “N”, de 60 años de edad y es originaria de
Pennsylvania, Estados Unidos; una bala perdida se le incrustó en una pierna, y,
afortunadamente, el gobierno de Baja California Sur apoyó en su atención médica
y traslado al lugar de origen, aminorando el lamentable suceso.
Entonces,
fuerzas de inteligencia revelaron a ZETA que “los trabajos de estos jóvenes
sicarios principalmente van dirigidos a levantar gente y entregarla para
ganarse un lugar cercano y de confianza con el jefe, tienen que romperse la
madre, para que vean que tiene huevos, eso manifestaron”.
Edwin
Alberto López Rojas, presuntamente líder de una red de jóvenes narcos en Los
Cabos, ejecutado en el Zacatal de San José del Cabo
Según
los agentes de inteligencia, a ese grupo le llaman “la nueva era de sicarios”,
incluso agentes ministeriales informaron que “tienen una banda delictiva, la
cual se ha dado a conocer como ‘El Arco’, suponemos y así es como lo
consideramos, son gente de ‘El Pecheras’, presunto sucesor de ‘El Babay’ en
Cabo San Lucas”.
De
acuerdo con la versión de algunos distribuidores de narcóticos detenidos, la
mayoría de los sicarios, narcomenudistas y halcones, fueron reclutados en
colonias de San José del Cabo, en barrios de alta incidencia delictiva, algunos
incluso han denominado el reclutamiento de pandillas para trabajar en las
líneas criminales y alcanzar una mayor extensión de clientes potenciales,
ávidos de sobresalir, y por ende, con mayor fuerza criminal.
Además,
según las indagatorias, jóvenes entre los 15 y 23 años de edad son enlistados
en nóminas del crimen, donde alcanzan pagos de entre 2 mil 500 y 7 mil 500
pesos.
“Es
sabido que los están adiestrando, pero puro morro que están agarrando en las
colonias, en un intento por demostrar poder están evidenciando falta de
recursos y de estructura. Todos los pistoleros recién llegados tienen al mando
pequeñas células de jovencitos sin experiencia, y son los que están
entrándole”, confirmó una fuente de inteligencia militar.
En
su arranque, el Ayuntamiento de Los Cabos reconoció que había graves problemas
y tendrían que ser resueltos, pero hoy el reflejo es: “… Al menos el 4 por
ciento de los hogares con población menor a los 18 años, presentó alguna
carencia alimentaria, lo que impacta a su vez en los índices de desempeño y
aprovechamiento escolar de miles de cabeños, forzando a muchos de estos niños y
jóvenes a trabajar, poniendo en riesgo su integridad, así como elevando los
índices de deserción escolar y explotación infantil, problemática que se ha
incrementado en los últimos años”, se informó en el análisis que hiciera la
actual administración, plasmado en el Plan
Municipal de Desarrollo 2015-2018.
La falta de atención y cumplimiento de
sus compromisos de campaña por parte de Arturo de la Rosa ha llevado a la
descomposición social, pues según los registros, la falta de vivienda, empleos
y oportunidades para Los Cabos, “ha obligado a que jovencitos (por no decir
adolescentes, o en el peor de los casos niños) hayan decidido tomar el mal
camino de las drogas, de vender estas cosas para conseguir dinero fácil para
solventar las carencias en casa. Vemos que gran parte de los jóvenes
involucrados, hoy muertos, tenían serios problemas en casa, económicos, de
convivencia y demás”, expuso un experto en criminología consultado por ZETA.
De más de 300 mil habitantes en Los
Cabos, hasta 2015 existían más de 22 mil 535 hogares donde el jefe de familia
es la mujer, es decir, madres solteras, multiplicándolo por el promedio de
ocupantes por familia, que es de 3.6 integrantes, resulta una cantidad de más
de 81 mil 100 habitantes en riesgo de caer en manos del crimen organizado por
necesidad.
Tomando en cuenta la justificación de
las autoridades para afirmar que “la delincuencia organizada inicia desde el
ambiente familiar, en el tejido social”, hay puntos que las autoridades no
mencionan o no reconocen:
* En Los Cabos existen más de 55 mil 774
personas de 15 años o más con su educación básica incompleta, es decir, no
terminaron la preparatoria, secundaria o primaria.
* Más de mil 500 cabeños, de entre 6 y
14 años, no va a la escuela, siendo uno de los principales lugares donde se
educa y capacita para laborar.
* Más de 5 mil habitantes son
analfabetas.
JÓVENES NARCOS EN LA MIRA
“Buscan en lo que entendemos, la
eliminación de toda una generación de nuevos narcos en las líneas del crimen
organizado. Están arrasando con la nueva era de sicarios, la nueva era de
distribuidores y la nueva era de halcones”, especificó el efectivo de inteligencia.
La guerra que ha sido utilizada como
estrategia, revelan cuerpos de investigación, es la desintegración de las
nuevas células criminales que operan para los brazos armados de primer nivel
para células de CJNG y de Los Dámaso para el Cártel de Sinaloa.
La tarde del domingo 6 de agosto, una
masacre se registró en la turística y concurrida Playa Palmilla, la cual cuenta
con distintivo Blue Flag. Allí una familia que se encontraba disfrutando del
lugar, fue agredida a balazos.
Cerca de las dos de la tarde, de una
camioneta Kia de color azul y sin placas de circulación, descendieron al menos
tres sicarios con pistolas y armas largas, los cuales según los datos
recabados, iban por Yoshio Eduardo “N”, de 17 años, y presunto integrante de
una red de candidatos distribuidores de estupefacientes y halcones, la cual era
comandada por Edwin Alberto López Rojas, privado de la vida la tarde-noche del
5 de agosto.
“Los sicarios se bajan y dispararon en
contra no solo del joven, agarraron parejo contra todos los que estaban, eran
cinco y un bebé”, indicó el agente de investigación ministerial.
Lo peor del suceso es que a esa hora la
playa se encontraba llena de turistas que disfrutaban de la zona. “Cómo es
posible que ni a la playa podamos salir, en ese momento sentimos un miedo
tremendo y ni qué decirles a los niños de lo que estaba ocurriendo en ese
momento, solo decirles que jugábamos a las escondidas”, expresó un testigo del
cuádruple homicidio.
Jóvenes narcos, “Chiquinarcos” o
sinónimos de menores de edad en la droga, atrae hombres y mujeres desde los 14
a los 23 años para operar en una red de distribución en Los Cabos.
En el lugar quedaron sin vida Francisco
Sedano Bahena, de 26 años, de ocupación carnicero, con domicilio en la colonia
El Zacatal; el joven de 17 años, otra persona del sexo masculino que permanece
en calidad de desconocido.
Además, resultaron lesionadas dos
personas, una del sexo masculino y una femenina, la cual a la llegada de
paramédicos localizaron entre sus brazos un bebé de año y medio. Ella murió 24
horas después del ataque.
Anterior a este homicidio, en un fin de
semana sangriento para Los Cabos, con un total de 10 muertos, quedó registrada
la muerte de Edwin López Rojas, presunto líder de una red de jóvenes narcos,
quienes se autodenominan “Chiquinarcos”. Conforme a las indagatorias por parte
de las fuerzas del orden, el occiso “se encontraba reclutando jóvenes de
secundaria y preparatoria que quisieran trabajar en la mafia, pero así como lo
detectamos nosotros, la delincuencia organizada lo detectó y se encargaba de
eliminar a los candidatos a integrar la líneas criminales”, expresó la fuente
militar.
Lo cierto es que en el teléfono celular
de Edwin Rojas se localizaron grupos y conversaciones en WhatsApp que dan
cuenta de los posibles candidatos y amistades involucradas, por lo que las
autoridades consideran “de mayor relevancia que nos dieran mayores datos de la
red, a que el grupo rival los encuentre y pase lo que hemos visto
recientemente”.
De acuerdo con los datos recabados, tras
el especulado debilitamiento de la célula de Los Dámaso a nivel nacional, una
nueva guerra ha sido desatada. Información de las fuerzas federales, refiere
que la “tregua” que se habría planteado entre las células criminales fue
rechazada, de ahí los ajustes de cuentas entre grupos rivales.
“Este ataque y los últimos -por lo menos
los recientes- fueron dirigidos por la célula conocida de Los Colores, sicarios
al servicio de Sinaloa, los cuales pese al evidente debilitamiento por la
detención de Dámaso López Serrano ‘El Mini Lic’, se pusieron en el juego por la
plaza de Los Cabos”, informó el agente de la Policía Ministerial.
Los blancos se han dispersado tanto para
el Cártel de Sinaloa, como CJNG. Y es que las autoridades buscan de nueva
cuenta a los integrantes del primero, con operaciones para Los Javieres o Los
Acosta, a través de la célula de “El Colores”. Sin embargo, fuentes de
inteligencia confirmaron que la operación violenta también viene del CJNG o
CTNG.
Entre los días 23 y 28 de julio, la Procuraduría General de
Justicia en el Estado (PGJE), localizó seis cuerpos semienterrados y calcinados
en un predio a dos kilómetros de la Carretera Transpeninsular, a la altura del
Kilómetro 17.5 de San José del Cabo a La Paz.
En el mismo predio se encontraba Luis
Humberto Sánchez Heredia, de 27 años, originario de San Diego, California,
quien se dedicaba a la “venta al menudeo de droga en los antros de la zona de
Cabo San Lucas, era un chapulín que operaba en la zona y fue levantado”,
detalló el agente ministerial.
Hombres y mujeres de entre 14 y 23 años
han sido vinculados en la venta y distribución de droga, “se hacen llamar la
nueva era de narcos y se creen bien vergas, pero la verdad es que se exponen
demasiado por darse a conocer en el bajo mundo, o hasta para impresionar a los
demás”, refirió el agente policial.
Como semilleros criminales han sido
focalizados planteles de San José del Cabo como la Escuela Secundaria Técnica 14, de la
colonia San José Viejo; Escuela Secundaria Técnica 34, de la colonia Santa
Rosa; el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (Cecyte) 04,
también de Colonia Santa Rosa; y el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar
(Cetmar) 31, de la Puerto Nuevo.
De estos planteles han sido
identificados los jóvenes que recientemente han sido atacados, además, la red
criminal juvenil coincide en las investigaciones en curso. Hay una larga lista
de jóvenes presuntamente vinculados y algunos ya en operaciones “bajo
investigación de los tres órdenes de gobierno”, cerró el ministerial.
Por otro lado, el Gobierno del Estado de
Baja California Sur emitió un comunicado en el que reconoce el actuar de los
jóvenes y las medidas a implementar, temas tratados en el Grupo de Coordinación
de Seguridad Pública que encabeza Carlos Mendoza Davis, gobernador de
Sudcalifornia.
“Se acordó reajustar el despliegue de
fuerzas policiacas en Baja California Sur, específicamente en el municipio de
Los Cabos, a fin de atender nuevos patrones delincuenciales que se han venido
presentando en esa zona luego de la desarticulación de cabecillas y grupos
dedicados al narcomenudeo”.
Destacaron que en todos los hechos
delictivos se vieron involucrados vehículos sin placas y con vidrios
polarizados, por lo que las autoridades acordaron intensificar los operativos.
Por último, se advirtió que en los recientes hechos participaron menores de
edad, por lo que se acordó intensificar los programas públicos, como “Vivir en
Paz”, a fin de ofrecer espacios de desarrollo personal y laboral para los
jóvenes, al tiempo que se instruyó a la Secretaría General de Gobierno a
privilegiar la parte preventiva del combate a la delincuencia”.
POLICÍAS NEUTRALIZADOS
En las recientes ediciones de ZETA se ha
evidenciado la complicidad que han mantenido las fuerzas de la Policía
Municipal de Los Cabos con células criminales, incluso con el ex presunto líder
de plaza de Cabo San Lucas, Abraham Cervantes Escareaga “El Babay”, tenía
fuertes lazos con servidores públicos del municipio.
“El Babay” fue capturado la madrugada
del 19 de junio en Cabo San Lucas, aunque autoridades afirmaron que se le
detuvo en las calles del centro de esa localidad; datos extraoficiales
confirman que la detención se dio en su domicilio, en el exclusivo
fraccionamiento Pedregal.
Balacera en Playa Palmilla dejó 5
muertos; tres murieron en el lugar de los hechos y dos más murieron en el
centro médico de San José del Cabo, según información actualizada al 10 de
agosto
Trascendió que apenas iniciaba la semana
y oficiales y mandos de la Policía Municipal de Los Cabos habrían sido
despojados de sus teléfonos celulares y desarmados, presuntamente por
encontrarse vinculados a células delictivas, tanto de Sinaloa como de Jalisco.
De acuerdo con los informes, “los celulares fueron asegurados para
investigación, saber quiénes y con quién estamos tratando, además, acabar con
la corrupción en la corporación”, dieron a conocer efectivos militares.
Por otro lado, la sociedad aplaude que
se tomen medidas para erradicar la corrupción que se ha evidenciado en este
Semanario, pues las autoridades son omisas, ni siquiera brindan entrevistas y
ejecutan toda acción en la opacidad.
“Los oficiales no deben contar con
celulares para que cumplan con su tarea. Si traen teléfonos, deben estar
monitoreados por el patrón, en este caso el Ayuntamiento, para tener el
monitoreo de a quién llaman o quién les llama o manda mensajes, para evitar que
avisen a células delictivas”, aplaudió Fabricio González, presidente de la
Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Veinte agentes, entre mandos y policías,
fueron privados de sus equipos de telefonía, “sin embargo, con el afán de
evitar que el contenido de los teléfonos sea evidenciado, el personal pretende
realizar huelgas. La cuestión es que si no deben nada, por qué están tan
temerosos, yo digo que debemos ponernos a trabajar y bien, para quien nos
debemos”, expuso un agente municipal adscrito al Mando Mixto.
Lo peor es que inteligencia militar
detectó que “algunos mandos compartían información con la mafia”, lo que hace
pensar que hay colusión y permiten la impunidad, cuestión que hoy tiene hundida
a la comunidad cabeña.
Según datos obtenidos por ZETA, algunos
de los policías a los que les fueron retirados los celulares y que están bajo
investigación por posible colusión con el crimen, son:
* Cota Cota Marcelo// 12 – Confianza//
178-Policia Segundo // 12/01/2001.
* Segura Almíkar José// 12 Confianza//
177 Policía Tercero// 1/18/2006.
* Leyva Valenzuela Jesús//12
Confianza//178-Policia Segundo//6/1/2003.
* Domínguez Alvarado Aníbal Isabel//12
Confianza//188-Policia//7/16/2003.
* Un oficial identificado como Borbón
* El equipo del Teniente Efraín.
Policías Municipales de Los Cabos,
ingresaban a escenas del crimen para filtrar fotografias a bandas criminales
Aunque los agentes intentaron realizar
una denuncia para evitar que se sepa el contenido de sus celulares, el
Ministerio Público negó dicha denuncia, informaron a este Semanario, pero como
se ha venido haciendo la mala integración de las investigaciones, este caso no
fue la excepción.
“No van a poder realizar una
investigación utilizando los datos, en caso de que hayan encontrado algo en los
celulares. Aun encontrando evidencias de conexión con grupos criminales, lo
único que pueden hacer es informar a sus superiores, las cuales también van
a estar impedidas, y mucho menos actuar
laboralmente para un despido, porque no se hizo debidamente el procedimiento,
fue arbitrario o fuera de Ley”, dijo el agente ministerial.
Lo lamentable de este procedimiento no
es solo el actuar de los policías corruptos, sino que las autoridades de nueva
cuenta no realizaron el procedimiento como lo marcan los procesos,
jurídicamente no hay mucho por hacer, sería como burlarse de los agentes y en
consecuencia que la autoridad federal, de nueva cuenta sea exhibida como “una
mala organizadora de evidencia, y, por ende, una liberación de los cargos a los
agentes involucrados, por la incapacidad de sancionarlos”, lo que a final de
cuentas lleva de nuevo a la falta de capacitación.
Ya quedó claro con el caso de “El Babay” que la mala integración de un caso
puede eximir de culpabilidad de un delito, sin embargo, autoridades federales
tuvieron que emplear un plan B para retener y trasladar al sospechoso ante la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO) a la Ciudad de México.
“Esto que estamos viendo en las
ejecuciones, es producto de la falta de prevención en la violencia y la
delincuencia, de haber dejado o hacer caso omiso a las alertas que se hicieron
hace años. Alrededor de tres o cuatro meses que ha estado la Policía Federal
con la Gendarmería en nuestro Estado, después de dos y tres meses no vemos
temas de inteligencia que permitan desarticular estas células”, alzó la voz el
titular de Coparmex en Baja California Sur.
Es claro cómo autoridades federales han
dejado a las locales a su suerte, pues han sido detenidas células delictivas y
se ha solicitado la intervención de la SEIDO, sin embargo, “nos dejan o nos
toman con poca importancia, a lo cual dichas bandas siguen operando o se acaba
la competencia estatal, y es cuando vienen los problemas”, declaró un agente
ministerial.
Las labores de inteligencia fueron
cantadas por la Federación como vitales para erradicar a la delincuencia
organizada, además de tener la competencia para investigar los hechos; ante la
llegada de más de mil 600 elementos federales, principalmente a La Paz y Los
Cabos, dicha labor de inteligencia ha quedado a deber.
“Vemos que en el caso del Gobierno
Federal, tal vez esté haciendo falta más labor en materia de inteligencia para
combatir con una mayor precisión a estas bandas delincuenciales, si bien sus
actos los realizan en lugares específicos, sus dominios, sus territorios de
influencia, trascienden el ámbito local”, lamentó Rigoberto Mares Aguilar, dirigente
estatal del Partido Acción Nacional (PAN).
SIN TREGUA ENTRE CÉLULAS
Respecto al suceso del domingo 6 de
agosto, “estamos viendo cómo hoy estas personas sin miedo y escrúpulos, no
solamente lo hacen en playas públicas como ya vimos en Los Cabos, sino que
hemos visto que se han metido a las casas de las personas, al lugar más privado
de una familia a ejecutar personas”, lanzó Fabricio González, de la Coparmex.
Varias bajas ha sufrido una red de
“Chiquinarcos” en Los Cabos, la mayoría entre los 14 y 23 años
Y es que la guerra entre las células
criminales tanto de Sinaloa, como de Jalisco en dos frentes, ha desencadenado
una serie de enfrentamientos y respuesta al fuego entre grupos delictivos. La
principal razón es “una gran cantidad de jovencitos sedientos por trabajar en
las líneas criminales, basta con venderles la imagen de los narcos a gran
escala y solitos se arriman”, afirmó un agente municipal con labores en el
Mando Mixto de Los Cabos.
Muchos jóvenes se encuentran en malos
pasos, y esto ha sido recabado en las opiniones de los pobladores de colonias
de San José del Cabo, quienes aceptan que la descomposición y la falta de
atención en casa, ha llevado a delinquir.
“Actos lamentables que nos quitan la
tranquilidad a quienes habitamos en esta media península. Vemos en lugares
turísticos, en otros lados como en Acapulco, Guerrero; en Cancún, Quintana Roo,
están viviendo; no queremos que en Baja California Sur lleguemos a esos
niveles, en ese sentido vemos que hay una enorme responsabilidad de las áreas
de seguridad de los tres órdenes de gobierno, particularmente del Gobierno
Federal, que efectivamente se ha planteado el incremento de las fuerzas
federales; con lo que sucede, deja claro que hace falta más para poder contener
esta situación”, declaró el panista Mares Aguilar.
Pero los aumentos en hechos
delincuenciales se debe principalmente a que estalló el conflicto entre células
criminales que se disputan Los Cabos.
“Intentaron llevar una tregua entre
ambos bandos (Sinaloa-Jalisco), pero la respuesta fue negativa por parte de
Jalisco, el interés de este cártel principalmente se centra en tomar el control
absoluto, así se ha venido dando en todo el país. Hay más intereses que
simplemente Los Cabos y los servidores públicos lo saben, si esto no es así,
por qué llegaban fuertes cargamentos directamente al puerto de Cabo San Lucas:
porque hay un fuerte ingreso de armas a la zona sur, por qué no caen, no solo
de Jalisco, sino de los dos bandos”, cuestionó el experto en criminología
consultado por este Semanario.
Aunque autoridades se mostraron
confiadas en que los homicidios disminuirían ante la caída de “El Mini Lic” en
Estados Unidos, lo cierto es que la célula de Los Dámaso en Baja California Sur
buscó hasta cierta medida operar de manera distinta y cerrar líneas en “paz”,
al ser rechazada la tregua, autoridades ven el incremento de hechos
sangrientos, aunque se ha identificado a diferentes operadores para ambos
bandos, incluidos policías.
“Los reportes de inteligencia militar
indican cuáles son los vehículos, los operadores principales, al menos así lo
han hecho sentir, pero a la hora de los hechos es evidente que, o hay
complicidad, o de plano hay total desconocimiento de los movimientos criminales
del Estado”, finalizó el policía ministerial abordado.
POLICÍAS SIN OPERACIÓN CONTRA EL CRIMEN
La red de jóvenes narcos descubierta no
es algo nuevo, los encargados de investigar la delincuencia organizada han
dejado crecer el fenómeno social y solo actúan cuando perjudica a la
institución.
Un caso reciente se dio en una vivienda
del fraccionamiento Villas del Cortez en San José del Cabo, donde marinos
tundieron con toda la fuerza tras registrarse el homicidio de un efectivo en el
operativo.
Cuando entraron armados a un picadero
que todos conocían, la mayoría dentro eran adictos, y cegados por el coraje,
los efectivos de la Secretaría de Marina abrieron fuego y se abrieron paso con
las armas hasta dejar a todas las almas sin vida. “¿Por qué esa fuerza no se
utiliza para acabar con los criminales fuertes? Muy simple, no hay disposición
para la atención al problema que tiene Baja California Sur”, planteó un policía
ministerial.
Para la Federación ya es un tema
generalizado, imposible erradicar en la recta final del mandato del Presidente
Enrique Peña Nieto; dejando muy claro el
mensaje de poca acción de prevención y apoyo de seguridad en los estados;
decenas de unidades de la Policía Federal son vistas constantemente en el Hotel
SAR, sitio donde se hospedan.
“Son chingaderas que ahí se la lleven
estos señores, tanto que anunciaron la llegada de fuerzas federales y para
nada, ahí los tienen guardados, en las calles queremos recorridos y que
verdaderamente desquiten el sueldo y no vengan al estado a descansar”, demandó
Alberto González Mancilla, ciudadano que caminaba por el centro de La Paz.
Los Cabos es sin duda el principal sitio
del enfrentamiento de los cárteles de la droga, también es evidente que
criminales se movilizan hasta por 10 kilómetros o más dentro de las
comunidades, con gente levantada o privada de la libertad, sin que cuerpos
policiales puedan detectar la operación, lo que evidencia que los recorridos
son inexistentes, y por si fuera poco, las labores de inteligencia nulas.
“En un recorrido que haces en Los Cabos,
puedes entrar a colonias como Vista Hermosa, Zacatal, Puerto Nuevo, no ves un
solo policía, ¿y los operativos federales que eran para proteger la zona?,
¿dónde quedaron los oficiales que deberían resguardar la zona turística a la
hora de la balacera en Playa Palmilla? Todo es una falacia y nos la estamos
creyendo, sin duda la violencia prevalece en Los Cabos, aunque el alcalde lo
niegue”, finalizó el criminólogo consultado por ZETA.
(SEMANARIO ZETA BCS/ EDICIÓN IMPRESA /
RAMÓN TOMÁS BLANCO VILLALÓN /MARTES, 15 AGOSTO, 2017 12:00 PM)