jueves, 15 de mayo de 2014

MARINOS ASEDIAN A DEFENSOR DE DERECHOS HUMANOS EN TAMAULIPAS

Elementos de la Marina en Tamaulipas. Foto: Víctor Hugo Valdivia
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Más de un centenar de efectivos de la Secretaría de Marina (Semar) desplazados en Nuevo Laredo mantienen rodeada la oficina del Comité de Derechos Humanos de esa ciudad,  en un acto de “intimidación y amenaza”, acusó el presidente de esa organización civil, Raymundo Ramos Vázquez.

En entrevista telefónica, el defensor denunció que desde las 9:00 los marinos mantienen sitiada la colonia La Joya, donde se encuentra su oficina, sin permitir el ingreso y salida de los vecinos, “allanado a las casas sin orden de cateo, alegando que están en operativo, y amenazan con entrar a mi oficina que ya fue cerrada”.

El CDHNL es la única organización civil de defensa de derechos humanos que ha sobrevivido en Tamaulipas, por la violencia desatada en la entidad a partir de la “guerra contra el narcotráfico” y la disputa por la plaza entre los cárteles del Golfo y los Zetas.

Dicha organización ha documentado casos de desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de la Marina y de la Defensa Nacional, lo que ha derivado en amenazas contra Ramos Vázquez, quien es beneficiario del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras y Periodistas.

Durante la visita del relator para la tortura de la ONU, Juan Méndez, Ramos Vázquez presentó varios casos de abusos cometidos por las fuerzas armadas, mismos que fueron publicados en el número 1957 de la revista Proceso.

El defensor aseguró que a las 9:00 personal de la Marina que ya tenía sitiada la colonia, “estacionaron un vehículo no oficial afuera de la oficina” y  minutos después se presentaron para “solicitar unos folletos de derechos humanos, que les fueron entregados por mi secretaria (Hilda Muñiz);  yo llegué más tarde y no me dejaron entrar”.

A las 13:30, un oficial de Marina que no se identificó llamó a Ramos Vázquez para informarle que tenía interés de ingresar a su oficina para “saber cómo están trabajando y revisar los expedientes de los abusos documentados”.

El defensor se negó a dar autorización para que los marinos ingresaran y ordenó al personal de su oficina desalojarla y cerrarla. En la colonia hay siete vehículos de la Marina y seis no oficiales distribuidos en las calles, y por lo menos hay un centenar y medio de marinos, apuntó.

“Un amigo abogado se acercó a preguntar a los marinos, que no se identifican, sobre lo que estaba ocurriendo y por qué querían entrar a mi oficina, y la explicación que le dieron es que sospechaban que presuntos delincuentes estuvieran escondidos ahí”, contó.

Ramos Vázquez consideró la actuación de los marinos como un acto de “amenaza e intimidación”, ante la actividad desplegada por el CDHNL.

“Luego de presentar los casos ante el relator a fines de abril, hicimos una manifestación con motivo del Día de las Madres, para recordar a los desaparecidos, y este jueves tenía programada una conferencia de prensa en mis oficinas para sumar al Comité a la campaña mundial contra la tortura lanzada por Amnistía Internacional”, detalló.

Ramos Vázquez recordó que no ha sido la primera vez en que se ha sido amenazado por miembros de fuerzas armadas, hechos que atribuye a su labor como defensor.

/ 15 de mayo de 2014)  

VIDEO: CAPTAN UN TORNADO DE FUEGO DURANTE INCENDIO EN CALIFORNIA

El remolino de fuego se reportó en el área de San Marcos, una de las zonas del condado de San Diego afectadas por los fuertes incendios forestales


SAN DIEGO, 15 de mayo.- Un tornado de fuego fue captado este jueves en San Marcos, una de las zonas afectadas por los incendios forestales en California. 

En imágenes tomadas por la televisora local KSWB, se observa cómo un remolino de fuego amenaza a casas en dicha zona del norte del condado de San Diego.

Los fuertes vientos que avivan los incendios en el condado de San Diego han bajado de intensidad este jueves, lo que ha ayudado a los bomberos a avanzar en el combate del fuego.

La policía informó que fue detenida una persona acusada de iniciar uno de los incendios, según la televisora local KFMB.

Oficiales de emergencia informaron que se han unido al combate de los incendios cuatro aviones y 22 helicópteros. 

Los incendios comenzaron el pasado martes debido al intenso calor, la baja humedad y los fuertes vientos de Santa Ana. Hasta el momento han sido consumidas más de 30 casas.

Para ayer miércoles, había un total de nueve incendios en el Condado de San Diego. En el área han sido evacuadas más de 20,000 casas, según funcionarios locales.

(EXCELSIOR/  Redacción /15/05/2014 16:59)

CAE "Z-16", JEFE DE PLAZA EN NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS

Fernando Martínez Magaña fue detenido en Monterrey, Nuevo León sin que se detonara un sólo disparo, informó la Segob

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo.- El comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, informó sobre la detención de Fernando Martínez Magaña, uno de los 12 blancos  principales identificados dentro de la estrategia de seguridad para Tamaulipas, que se dio a conocer el pasado martes.

Este sujeto operaba principalmente en  la  región de la frontera chica en Nuevo Laredo, de donde salió huyendo para refugiarse en Monterrey, Nuevo León, donde fue detenido.

Martínez Magaña escaló en la estructura criminal del brazo armado del Cártel del Golfo, Los Zetas, tras la captura en 2011 de Raúl Lucio Hernández Lechuga, alias el “Lucky” o el “Z 16”, de quien “ocupo su lugar y alias, con el objeto de generar confusión sobre su identidad”, explicó Rubido García.

Es identificado como jefe de zona en la región de Nuevo Laredo de uno de los grupos delictivos dedicados a la operación de tráfico de drogas, de armamento y de tráfico de indocumentados hacia los Estados Unidos”, precisó.
Este individuo es el presunto responsable dentro de la estructura delincuencial de las actividades de cruce tanto marítimas como terrestres de inmigrantes ilegales hacia  ese país”, detalló el comisionado Nacional de Seguridad.

Al momento de su captura, le fueron asegurados a Martínez Magaña un vehículo, armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, droga y equipo de comunicación.

Horas antes de su detención fue asegurado quien presuntamente es uno de sus operadores financieros, Ernesto Villegas Angulo, en una zona residencial del municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León.

Ambas detenciones se realizaron gracias a trabajos de inteligencia y vigilancia de la Policía Federal, la Sedena y la Semar.

Tanto Martínez Magaña, como Villegas Angulo, fueron puestos a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).

Por otra lado, Rubido García señaló que en una acción distinta y en atención de una denuncia anónima, el día de hoy, en un domicilio en la colonia Aztlán, en el municipio de Reynosa, elementos de la Policía Federal, con el acompañamiento de Sedana, Semar y PGR aseguraron varios paquetes de marihuana, dando un peso aproximado de 500 kilos; también 100 cargadores de diferentes calibres; cientos de cartuchos útiles; cinco granadas de fragmentación y cuatro granadas para aditamento calibre 40 milímetros.
Con estas acciones, se avanza en la desarticulación de las organizaciones delictivas que operan en la entidad y el Gobierno de la República refuerza su compromiso de recuperar la tranquilidad y la seguridad para las familias del estado de Tamaulipas”, señaló el comisionado.

(EXCELSIOR/ Carlos Quiroz /15/05/2014 17:52)

SUMAN 15 MUERTOS TRAS CHOQUE DE CAMIÓN Y PIPA EN TABASCO

La colisión se registró en el kilómetro 105 de la carretera federal, que se ubica en los límites entre Tabasco y Campeche, cerca de la caseta fitosanitaria

 
VILLAHERMOSA, Tab. 15 de mayo.- Al menos 15 muertos y 23 heridos es el saldo del choque de un autobús de pasajeros ADO y una pipa que transportaba gas. La unidad de transporte salió de la terminal ubicada en el municipio de Carmen, en Campeche, y se dirigía a la ciudad de Villahermosa, Tabasco.

La colisión se registró en el kilómetro 105 de la carretera federal, que se ubica en la comunidad Nuevo Campecito, Centla, en los límites entre Tabasco y Campeche, cerca de la caseta fitosanitaria.

Versiones de testigos señalan que la lluvia, el exceso de velocidad y la falta de pericia de ambos conductores provocó el accidente. De la pipa no se ofrecieron mayores datos, sin embargo se saber que el autobús ADO tenía el número económico 0453 de ADO, con placas circulación 770 HP 6.
Trasladan cuerpos y lesionados
Sobre los lesionados, se indicó que fueron trasladados al hospital al municipio de Frontera, Tabasco, por la cercanía del lugar, mientras que los fallecidos se llevaron al municipio de Carmen, Campeche. Hasta el momento continúan en la búsqueda de cuerpos que salieron proyectados de la unidad.

La unidad de transporte se partió en dos debido al impacto, una quedó totalmente calcinada. Los cuerpos fueron colocados a la orilla de la carretera para su posterior traslado.

En el lugar hay elementos de la Armada de México con un carro tanque para sofocar el incendio, además de elementos de Protección Civil del municipio de Centla que acudieron en auxilio para tratar de sofocar el fuego; al momento siguen tratando de sofocar el fuego.

(EXCELSIOR/ Fabiola Xicoténcatl y Adrián Virgen Miranda / 15/05/2014 17:26)

EL CÓDIGO SECRETO DE LA POLÍTICA


Las reglas no escritas para acceder a los más altos círculos del poder incluyen ser una persona reconocida, respetuosa y leal, hasta normas de vestimenta

Segunda de dos partes

Las de otras dependencias

CIUDAD DE MÉXICO, 12 de mayo.- Desde luego que todas las dependencias tienen su muy amplio catálogo de normas inéditas. Pero esta nota pretende sólo referir algunas muestras.

Así, veamos la Secretaría de Relaciones Exteriores. Una de sus reglas decía que el canciller debería ser un mexicano muy importante y no un mero burócrata del servicio exterior, normalmente desconocidos en el ámbito nacional. La razón de esto es muy clara: atiende al imperativo de que los gobiernos extranjeros, comenzando por sus embajadores, así como todas las fuerzas del exterior reconozcan y respeten la presencia de ese mexicano de primera, para lo que quieran arreglar en México y con mexicanos.

Por eso, el actual canciller de México cuenta con la historia personal de ya haber sido secretario de Energía y secretario de Hacienda. De lo contrario, cualquier embajador lo rebasaría y se entendería directamente con el Presidente, si no es que con su secretario particular. Lo mismo haría un banquero suizo, un dirigente de la ONU o un comunicador norteamericano. Vamos, hasta el presidente de la FIFA podría caer en indebidas tentaciones.

No siempre hay mexicanos de primera para sentarlos, antes en Tlatelolco y ahora en La Alameda. Entonces, el gobierno tiene que “designar” a cancilleres alternos. Durante muchas décadas los expresidentes Miguel Alemán y Lázaro Cárdenas se prestaron para ser cancilleres sin paga y servir a México con patriotismo y con silencio. Transmitir mensajes de altura, explicar posiciones políticas, representar advertencias y, muchas veces, hasta ultimátums que no podrían ser depositados en un diplomático de carrera, aunque tuviera la charola más grande de la cancillería.

Por eso es permitido servirse de uno o varios mexicanos que puedan cuidar nuestros intereses diplomáticos de acuerdo con sus conexiones, a sus especialidades y a sus posicionamientos.

La Secretaría de Hacienda tiene un cúmulo grande de normas no escritas. Algunas son similares a las de otras dependencias como la de que su titular debe ser un hombre conocido y respetado medios mexicanos y en muchos otros del extranjero. Otras normas son concurrentes como aquella de que en Hacienda, en Gobernación, en la Defensa Nacional y en la Procuraduría no puede meter ni sus narices la Secretaría de la Contraloría, hoy de la Función Pública.

Pero hay algunas muy exclusivas que le brindan atribuciones más allá de las leyes escritas. Una de las más importantes es que el secretario de Hacienda puede objetar, en corto y en discreto, los impulsos gastalones de su patrón. Es decir, tiene permiso para advertirle al Presidente  lo que pretende gastar de más, de indebido o de inoportuno. Alguna vez esta norma se ha transgredido, sobre todo con aquello de que “las finanzas públicas se manejan desde Los Pinos”, pero las consecuencias todavía no acaban de pagarse.

También es muy sabido que, en México, el secretario de Energía es el secretario de Hacienda. Él es quien determina los precios, la expansión, la inversión, el gasto y la producción de las empresas energéticas del Estado. Si tenemos una dizque “Secretaría de Energía” es para taparle el ojo al macho y que no nos critiquen los extranjeros pero, en realidad, esta no resuelve nada que no haya resuelto el titular hacendario.

Se dice, incluso, que todo secretario de Energía que pretende serlo de verdad, así como todo director de Pemex o de CFE que no reconozcan la autoridad suprema de Hacienda, tienen contados sus días. Se dice que el último titular de Energía que quiso cumplir fue Francisco Labastida pero, en l986, el alto mando financiero del gobierno logró conducirlo a la gubernatura de Sinaloa.

Quizá la más importante de las atribuciones no escritas del secretario de Hacienda es su potestad para convertirse en el auténtico jefe de la economía mexicana. Desde luego que muchos de ellos han rehuido tan enorme responsabilidad, pero los que la han asumido se han convertido en ultrapoderosos y supereficientes. Comentaré alguna de las ocasiones más notables.

Se cuenta que corría agosto de 1958 cuando el ilustre presidente Adolfo López Mateos, entonces electo, le hizo saber a Antonio Ortiz Mena que sería su secretario de Hacienda. A partir de entonces, el futuro secretario compartía jornadas vespertinas con algunos miembros de su inner circle.Se cuenta, y debe ser cierto, que un día les hizo un planteamiento muy trascendente. “La situación está más complicada de lo que pensábamos. Sólo tenemos una solución. Para tener una buena hacienda es imprescindible tener una buena economía. Por lo tanto ayúdenme con el manejo de la Secretaría que yo, con la autorización presidencial, me encargaré del manejo de la economía”.

Digo que debe ser cierto porque así sucedió durante dos sexenios. Ortiz Mena se convirtió en el coordinador general de la economía mexicana. Todas las áreas económicas del gobierno actuaban bajo su supervisión y última palabra. Así, el país pudo crecer, durante década y media a 8% anual casi sin inflación. Lo llamaron en todo el mundo “el milagro mexicano”. Economistas y políticos de todo el orbe venían a aprender del “desarrollo estabilizador” y a pedir sus recetas sobre crecimiento, distribución y estabilidad a una generación de gobernantes mexicanos.

  La Procuraduría General de la República, ésta una de las dependencias que tiene también muchas consejas en forma de regulación no escrita. Pero, de entre todas ellas, son interesantes aquellas que tienen que ver con la conducción de sus más altos funcionarios. Hay cuatro referentes normativos no escritos que el funcionario de la procuración no debe perder de vista: la lealtad, el poder, la valentía y la pericia.

Sobre esto hay una importante y sintética enseñanza anecdótica. Corría octubre de 1958. Adolfo López Mateos, entonces Presidente electo, la había informado a Gustavo Díaz Ordaz que sería secretario de Gobernación y que le pondría al tanto de las demás designaciones.

Una tarde, muy lleno de contento porque ya había resuelto una designación tan difícil le dijo, con gran entusiasmo: “Gustavo: ya tengo procurador General de la República. Será Fernando López Arias”.

Díaz Ordaz, que no sentía aprecio por López Arias, permaneció en silencio. López Mateos, que era muy caballeroso, lo motivó a expresarse. Le preguntó si sabía algo que él ignoraba o cuál era su personal opinión. El poblano simplemente dijo que le parecía acertada la decisión, como todas las de su patrón.

El ilustre mexiquense, con amplia generosidad, le brindó la siguiente explicación a su subalterno. “Mira Gustavo, para ser procurador General de la República se requiere llenar cuatro requisitos. El primero, ser un hombre de lealtades a prueba de todo. El segundo, tener un conocimiento perfecto del funcionamiento del sistema político mexicano. El tercero, tener el valor suficiente para tomar, oportunamente, las más graves decisiones. Y el cuarto… se me olvida… ya lo recordé (riéndose). Ser abogado, porque lo ordena la Constitución”.

Esta anécdota-lección no deja lugar a dudas. La Procuraduría General de la República es la institución gubernamental, dependiente del Poder Ejecutivo, con mayor rango constitucional jurídico. A pesar de que casi toda la ciudadanía la ve como una simple agencia antinarcóticos, esta función es insignificante en comparación con la majestuosidad que tiene atribuida como la verdadera abogacía de la nación.

No todos los Presidentes de la República la han visto ni considerado de la misma manera. Han sido muy diferentes y, en ocasiones, hasta contrastantes la PGR de Adolfo López Mateos, la de Ernesto Zedillo o la de Felipe Calderón, por no mencionar más que a tres de los 21 presidentes que hemos tenido desde que existe constitucionalmente esta procuraduría. 

Pero este referente me parece ineludible para descifrar el futuro que le puede esperar a esta institución en la próximas décadas. Porque así como hay Presidentes que la han concebido como una comisaría policiaca, otros la han considerado como una consejería jurídica, algunos como un brazo de represión política, otros más como una dependencia maloliente y no ha faltado el que la utilizado como un empleo tan solo útil para acomodar a un amigo desempleado.

La parte secreta es el perfil de procurador general que le gustaría al Presidente en turno. El del bufete o el de la comisaría. El que sabe meterles a los criminales 50 golpes o el que sabe meterles 50 años. Es bien sabido que a todos los Presidentes les gustaría un procurador valiente que no le tuviera miedo a las delincuentes, pero no a todos los Presidentes les gustaría un procurador tan valiente que tampoco le tuviera miedo al Presidente.

 La Regencia Capitalina o Gobierno del Distrito Federal es una institución que ha cambiado su dependencia jerárquica desde 1997 y ya no depende del Ejecutivo federal ni este designa a su titular, hoy electo por voto ciudadano directo. Por eso, muchas de sus reglas no escritas han perdido vigencia. Pero nada garantiza que no vuelvan a cobrar vida propia en un futuro.

Una de ellas deviene de que, durante las siete décadas de gobierno priista, siempre se buscaron y se encontraron fórmulas de equilibrio político, como instinto de sobrevivencia. Todas ellas fueron consuetudinarias y ninguna llegó a formar parte de un manual escrito pero, eso sí, puntualmente observado.

El regente soportó una limitación, dado su enorme y privilegiado poder. Era el único funcionario que, al mismo tiempo, fungía como ministro y como gobernador. Trabajaba como anfitrión de los poderes federales. Sus policías, sus recaudadores y sus agentes del Ministerio Público atendían a los miembros del gabinete, del Congreso y de la Suprema Corte. A los empresarios y a los comunicadores. A los embajadores y a los líderes.

Además manejaba uno de los presupuestos formales más cuantiosos. Pero, por encima de ello, manejaba un presupuesto informal que superaba en diez o veinte veces el formal.

Ese hombre todopoderoso debía tener una limitación o no podría con él ni su propio jefe. Una de las más notorias fue que al procurador capitalino lo designaba el Presidente. Esto estaba en la ley. La otra, no escrita, fue que a los magistrados y jueces tampoco los ponía el regente sino el secretario de Gobernación. Pero, además, el sistema encontró dos poderosos candados. Uno de ellos es que no tuviera futuro político. Ni la Presidencia ni nada. El otro es que, debido a sus encomiendas informales, a sus patrocinios y a su operación, siempre quedara con “un pie en la cárcel”.

Hoy, decíamos, este hombre ya no es del Presidente. Los cuatro que han sido electos desde el 97 y los dos que han sido sustitutos, han pertenecido a un partido distinto que el de los cuatro presidentes mexicanos en ese mismo  periodo. Pero ¿qué sucederá si en un mañana las identidades se alinean? Muy pronto el gobernante capitalino le robaría los reflectores, la clientela y las posibilidades que brinda el tiempo futuro.

Otras reflexiones finales

Habrá quienes duden que estas reglas no escritas tienen que ver hasta con el vestuario, el traje, la camisa, la corbata, el reloj y los accesorios. O de otra manera, ¿cómo saber cuál es el reloj apropiado sin caer en la farsa insincera de usar un “reloj-patito” de 60 dólares ni, tampoco, en la insolencia ostentosa de portar un “reloj-joya” de 60 mil euros? Podría decirse que el reloj-oficial tiene marca determinada y debe costar lo que entre una semana y una quincena del sueldo del funcionario.

Pero, también tienen que ver con los colaboradores, los discursos, las crisis, la familia y las debilidades. Por ejemplo, el buen político no se viste con la misma ropa que su jefe para no parecer un “copión” y para no competir con él. Desde luego, no acudir al mismo restaurante que su jefe eligió ese día, para no incomodarlo. No adquirir una casa mejor que la de su jefe aunque tampoco vender la que ya tenía, aunque resulte superior.

Sobra decir que debe preguntar al Presidente si en tal fecha puede renovar el automóvil de su hijo, puede celebrarse la boda de su hija o puede cambiar de amante informando, también, el nombre de la nueva agraciada para certificar que la superioridad no tiene objeciones de sus antecedentes, de sus amistades ni de sus motivaciones.

Tienen que ver desde temas que parecen frívolos como la oficina y su decoración. Veamos esto. La primera zona la del escritorio está diseñada para que funcione la autoridad; allí recibe y atiende el gobernante. Allí lo acompañan solamente su poder y su deber. Allí no hay concesiones ni sentimientos. La ley y la obligación de cada quien. La del ciudadano y la del funcionario. Al hombre de Estado que recibe en el escritorio no puede pedírsele nada que la ley no conceda. No se le puede ofrecer nada que la ley no permita.

Más aún, a su lado y hacia el frente de su interlocutor, siempre está deliberadamente colocada una bandera nacional y a sus espaldas el retrato de su superior o de algún héroe. En esa zona de la oficina no hay retratos de su familia ni de sus amigos. Ningún recuerdo personal ni diploma alguno. Cuando mucho, su nombramiento o algún emblema de su jerarquía.

Una segunda zona es el área de juntas. La gran mesa donde se desarrollan las sesiones de trabajo, principalmente con los colaboradores. Allí el funcionario medio se humaniza en algo. Allí afloran sus dudas, sus ignorancias, sus precauciones. Allí se puede preguntar lo que no se sabe. Se puede opinar lo que se cree. Allí se puede disentir y hasta discutir. Sin embargo, allí hay límites. Cuando el que debe decidir decide que ya decidió o cuando decide que no va a decidir la ecuación de los equilibrios cambia de súbito. En ese instante la mesa se convierte en escritorio y el conductor en jefe.

Una tercera zona es la que algunos llaman el área de cortesía, otros la conocen como el recibidor y nuestros padres o abuelos le llamaban el terno. Esa es la pequeña salita en la que el anfitrión nos recibe como si fuera nuestro amigo o porque de verdad es nuestro amigo. Allí reina la distensión. Los retratos son personales. Los adornos casi siempre son propios. Allí se trata de simular el ambiente hogareño. Como si el anfitrión nos recibiera en su casa. Eso no significa que allí se va a sincerar con nosotros. Simplemente que allí podemos sincerarnos si queremos. Ya él sabrá qué hacer con nuestra sinceridad.

Así, hasta temas tan graves como cuando hay necesidad de invitar a un alto y superior jefe a comprender que ha llegado el momento de ingresar al doloroso terreno en el que, para funcionar, la política tiene que apartarse un poco de la ley o de los valores.

El código no escrito del verdadero oficio político dice que ese tipo de propuestas tienen que germinar en el jefe, sobre todo si se trata del Presidente y, cuando más, sólo se le pueden acercar si se acatan tres imperativos.

El primero, que no se utilicen palabras precisas y concretas sino aquellas meras insinuaciones que permitan al jefe tener el mayor espacio de maniobra. El segundo, que se haga en la más absoluta privacidad, discreción y secrecía. El tercero, que se incline la cabeza y se baje la mirada para subrayar el respeto, para desterrar la insolencia y para no espiar hacia el interior de las reacciones del jefe del Estado mexicano. Vamos, que quede en ambos la certificación de que no son un par de cínicos y que lo que van a hacer, por obligación, lo sufren y no lo gozan.

No está por demás decir que el buen político sabe disentir de su jefe, porque es una obligación básica alejarlo del error o de la equivocación. Pero debe hacerlo observando las siguientes reglas. La primera, que utilice palabras comedidas. La segunda, que planteé su posicionamiento como teorema y no como axioma. La tercera, que lo haga una sola vez por cada tema y no esté repitiéndolo. La cuarta, que lo haga en privacidad.

Una regla muy importante consiste en que nunca debe mentírsele al jefe. Pero, por encima de todo, jamás mentirle si ese jefe es el Presidente. Las consecuencias del engaño pueden resultar catastróficas y no me refiero a las personales para el embustero, que bien merecido se las tendría. Me refiero a las consecuencias nacionales que habríamos de pagar todos los que no hicimos nada para merecerlas.

Para no ejemplificar indiscretamente con lo de otras personas lo haré conmigo mismo, compartiendo lo que me sucedió en diversas ocasiones, todas con diversos presidentes. Una de ellas, el Presidente me convocó para consulta jurídica. Me recibió con otros de sus colaboradores y de inmediato me planteó su problema y su posición frente al mismo, la cual era contraria a la de los otros funcionarios. Cuando me invitó a opinar, tuve que decirle que ellos tenían la razón y no el Mandatario. Para mi fortuna, fue entonces cuando se sinceró y me reveló que había invertido las posiciones para que, si yo le concedía la razón, no pareciera una vulgar cortesanía. Fue entonces cuando, como se dice, me volvió el alma al cuerpo.

La segunda se dio cuando fui llamado para una opinión política. Antes que nada, me preguntó que si seguía siendo tan sincero como siempre. Le contesté que yo decía verdades y mentiras como todos los hombres. Que recordara, de nuestra juventud, cuando les mentía a mis padres, a mis maestros o a mis novias. Pero, al no mentirles jamás a los Presidentes, ya se había olvidado de cómo fui. Se rió y entró en materia.

Me preguntó si consideraba que se había equivocado en la designación de un cargo del gabinete, ocurrido años antes. Le contesté que si el Presidente de México me honraba al permitirme ver su valentía en confesarme sus dudas sin ninguna vergüenza, yo sólo podría tratar de corresponder mostrándole mi sinceridad y reconocerle que me parecía un error la designación de ese ministro.

Me dijo: “¿Lo consideras muy pendejo?”. Le respondí que no tenía nada de tonto sino, al contrario, que era muy inteligente. Pero también, que era muy ambicioso y que había sido instalado en una dependencia que lo hacía muy poderoso. Que esa triple combinación podría desequilibrar el poder presidencial sobre todo en las grandes decisiones sucesorias. Me dijo que pondría pronto remedio y así lo hizo, unas semanas después.

Por mi parte, cuando esa noche llegué a casa, me encontré con que me había enviado una caja de su presidencial y costoso vino. Era toda una deferencia porque no era “un” vino sino que era “su” vino. Pero, en el código secreto, eso significaba que estaban pagados mis servicios de consultoría. Aclaro que yo no esperaba nada, ni siquiera un regalo.

Esta sinceridad también alcanza a los presidentes que no son nuestros jefes. Las dos siguientes las viví con mandatarios de los sólo amigo. La primera es chusca. Cierto día me preguntó si me gustaron y utilizaba las mancuernillas que me había enviado en mi más reciente cumpleaños. Con toda vergüenza le confesé que había perdido una de ellas. Se rió y me dijo: “La tiraste aquí en tu anterior visita, la recogieron y me la entregaron. La identifiqué por tus iniciales. Tuviste mucha suerte en recuperarla”. A ello le contesté: “No, señor Presidente. Mi suerte no fue recuperarla. Mi gran suerte fue no haberle mentido”. Su carcajada me complació mucho.

La otra fue dramática. El Presidente anunciaría una importante medida gubernamental y fui invitado a escucharlo. Cuando terminó, me preguntó mi opinión. Le dije que mi opinión era buena siempre y cuando él estuviera consciente de que no era la solución del problema sino tan sólo su paliativo. Me dijo que sabía que esa no era la verdadera solución. Le expresé que su realismo me dejaba tranquilo. Pero, al final de cuentas, nunca buscó la solución definitiva. Por eso, nunca he sabido si me mintió o si, contra su voluntad, tan solo fracasó.

La última que narraré fue con el candidato presidencial de mi partido a quien, desde la campaña, le había prometido mi franqueza y mi lealtad, como si ya fuera Presidente en funciones. Cuando terminó un evento al que lo acompañé, ya junto a su vehículo, en tono muy ufano y triunfalista, me preguntó: “¿Cómo estuve?”. Mi respuesta muy seca fue: “Estuviste de la chingada”. Me creyó y se preocupó. Me dijo: “Vámonos juntos y platicamos en el camino. Súbete adelante y yo manejo”. 

En fin, toda esta nota ha sido el intento de un mínimo acercamiento con esas leyes políticas inéditas con las que cuentan todas las sociedades civilizadas. No está por demás aclarar que muchos políticos niegan su existencia y fingen que todo se aprende por generación espontánea. Es imposible creer que un sistema ha funcionado con alta eficiencia, durante casi un siglo, a través de miles o millones de individuos que hacen y piensan lo que les viene en gana.

Por eso resultaría conveniente una propuesta de funcionalidad que permita la operación de la gobernabilidad a partir del conocimiento perfecto del funcionamiento del sistema político mexicano. Sin embargo, este sólo se logra a través del ejercicio profesional de la política toda vez que las reglas mexicanas, como las de muchos otros países, son complejas, consuetudinarias y sumamente crípticas. Ello obliga al diseño de los mejores sistemas que permitan la incorporación de políticos de recambio sin la remisión integral de los ya tecnificados.

Porque, como le hemos dicho, no existe ningún libro donde se encuentren editadas las reglas del sistema político mexicano. Por ello, sólo experimentando el ejercicio de la política puede despejar cada quien las dos o tres mil respuestas de su funcionamiento.

De que otra manera podría alguien resolver este cuestionario de mero ejemplo. ¿Con cuáles miembros del gabinete le conviene al Presidente que tenga amistad el secretario de Gobernación? ¿Con cuáles no le conviene que la tenga? ¿Por qué los congresistas del PRI usan distinto método en la Cámara de Diputados o en la de Senadores? ¿Quién debe decidir y bajo qué criterio la cámara de origen de cada iniciativa presidencial? ¿Cómo se integra el gabinete alterno? ¿Cómo se designa un gobernador adjunto? ¿Qué grupos tienen derecho a colocar por lo menos un miembro del gabinete?

Estas preguntas y miles más tienen que ver con el gobierno, el Congreso, los estados, los partidos, la empresa, las fuerzas armadas, la banca, las universidades, los tribunales, los sindicatos, los gremios, la prensa, la televisión, la radio, la diplomacia, el campo, la fábrica, las iglesias, las potencias, los financieros, los profesionistas y los cárteles.

De allí la conveniencia de tomarse en serio la propuesta de funcionalidad de los expertos. Porque, en palabras simples, los motivos y propósitos del perfeccionamiento político mexicano no son estéticos ni éticos sino cinéticos. Es decir, no deberá lograrse para que el Estado se vea mejor ni para que sea mejor sino para que funcione mejor.

También debe quedar en claro que muchos políticos mexicanos no las conocen a plenitud. Independientemente de su jerarquía quizá sólo una décima parte de los políticos mexicanos son los que conocen y practican el manual completo. Ellos son la alta clase política, la aristocracia política mexicana. Sin duda la más importante y reconocida escuela política de todo un siglo latinoamericano.

Es esa la clase política que creó los partidos gobernantes y los partidos opositores más sólidos y vigorosos del subcontinente. La que evitó revoluciones sin usar la fuerza armada. La que transformó sus estructuras vitales sin sobresaltos y sin retrocesos.

En ese linaje político ha sido notable la aparente facilidad con la que hacen sus realizaciones. Se creería que nada les cuesta trabajo. Saben para lo que es el poder y cómo debe llevarse. Y lo llevan muy bien. Se mueven con él como si fuera un traje a la medida o, más aún, como se lleva la piel. Hacia donde se mueve el poder va con ellos. Estos hombres pueden ser comparados con aquellos patinadores, bailarines o acróbatas que realizan sus rutinas como si fuera muy sencillo. Provocan el deseo de imitarlos suponiendo que cualquiera podrá hacerlo igual.

En algunas ocasiones esos artistas de magistral destreza hacen necesario que el público ingenuo quede advertido de no intentar ninguna emulación porque podría resultar en una fatalidad. Quizá la política debiera disponer de cautelas similares. Explicar a todos los tarugos que quieren meterse a gobernar, suponiendo que ello es muy fácil, que en el intento pueden llegar al desastre o pueden llevar a sus pueblos a los terrenos de la catástrofe.

Por encima de ideologías, de partidos, de poderes, de generaciones, de facciones, de clases y de intereses, el código secreto de la política ha regido a plenitud de vigencia.

*Político y abogado. Presidente de la Academia Nacional, A.C

(DOSSIER POLITICO/ José Elías Romero Apis / Excelsior/ 2014-05-13)

SE LE CALENTÓ EL TERRENO

Agueda Barojas Ontiveros
Desde que era diputado local, Otto Claussen Iberri, tuvo un sueño, un sueño que se convirtió en pesadilla.

Como diputado prometió a la hermana república de Guaymas, o sea, Guaymas Norte, una Unidad Deportiva.

El entonces diputado local etiquetó para el presupuesto de Guaymas 20 millones de pesos para esa obra.

Obvio, presumió a los guaymenses su gran hazaña en el Congreso, pero la cristalización de la obra, nunca llegó.

Su conflicto con el gobernador del Estado, Guillermo Padrés, impidió que el recurso aterrizara en Guaymas Norte y por el contrario, los 20 millones  se fueron a la Unidad Deportiva del sur del Estado.

En el proceso electoral del 2012 prometió nuevamente la obra, pero lógicamente ahora el dinero tendría que llegar de la federación.

Ya no fueron 20, sino 14 millones de pesos los que se aprobaron para dicha obra en el  presupuesto federal.

El diputado federal, Antonio Astiazarán, presumió  haber sido quien etiquetó el dinero para la gran obra de Otto Claussen Iberri.

El alcalde dice que fue su amigo Beltrones. “Haiga sido como haiga sido”, dijo Calderón, el dinero llegó, pero se perdió.

Los 14 millones de pesos se perdieron por falta de terreno.

¿Qué fue primero el huevo o la gallina? ¿ Qué era primero el terreno o el dinero? Supongo que las dos cosas.

Consiguió el dinero pero no tenía terreno. Estaba seguro de tenerlo por su relación con Francisco Uribe Maytorena, el empresario que escogió para Guaymas como Síndico Procurador a Oralia Sánchez Hernández.

El “bissness” no les resultó, ese no, otros sí, por supuesto.

Como no hubo terreno el recurso se perdió y la Federación le requirió la devolución del dinero.

Otto Claussen perdió la gran oportunidad de su carrera política, hacer una Unidad Deportiva en el corazón de las jornadas electorales.

La obra es buena, sin duda. Todas aquellas obras encaminadas a recuperar espacios para los jóvenes serán siempre buenas obras, pero esta obra en especial significaba para Otto Claussen votos.

Es decir, su único gran interés es meramente electoral.


El fin justifica los medios

Nunca como ahora  está vigente esa frase de Nicolás Maquiavelo en una acción de gobierno.

Otto Claussen recuperó los 14 millones de pesos perdidos y ante el fracaso de sus transacciones con Francisco Uribe Maytorena, decidió hacer transacciones con José Ordaz Aguiar. O sea, salió de Guatemala para entrar a Guatepior y ahí están las consecuencias.

Sin dar ninguna explicación a los hermanos de Guaymas Norte, el alcalde planeó la construcción de la Unidad Deportiva en Niza.

Niza no es Guaymas Norte, aunque este ubicada al Norte de la ciudad.

Niza no representa tantos votos como la hermana república de Guaymas Norte, pero era Niza o nada. Es ahí o el suicidio político.

De concretarse, esta sería la primera promesa de campaña cumplida después de un año y ocho meses. De ese tamaño la preocupación del alcalde.

Pavimentar es lo más ordinario que un presidente municipal puede hacer, lo han hecho todos.

El panista César Lizárraga pavimentó como ningún otro alcalde en los últimos 20 años.

Que el gobierno de Otto Claussen pavimente calles no debe ser motivo de asombro.

Pero que Otto Claussen no haya cumplido, hasta ahora, ni un obra de las que prometió en campaña, sí es motivo de preocupación.

Ni el teléferico, ni el mercado de mariscos, ni el cuartel de bomberos, ni los puentes en la Calzada, ni el Centro de Convenciones, ni el mercado de artesanías, ni la Unidad Deportiva en Guaymas Norte, ha podido cumplir.

Ante eso, lo que caiga  es bueno, donde caiga es bueno.

Y si el terreno está caliente, que importa, el fin justifica a los dueños.

José Ordaz Aguiar, se burló del Ayuntamiento, escribieron los amigos del presidente municipal.

No señor, José Ordaz no se burló del Ayuntamiento, ni de Otto Claussen. Aunque Otto Claussen tenga residencia temporal en Guaymas, sabe perfectamente quién es José Ordaz Aguiar.

¿Quién no sabe en Guaymas que hacer negocios con José Ordaz es un riesgo?

¿Quién no sabe que cuando José Ordaz dona algo al municipio, más bien está regresando algo de lo que le ha quitado?

Lo hizo con Antonio Astiazarán Gutiérrez, quien a cambio de varios millones de pesos, ordenó a Hortensia Díaz Frayde, la entonces Síndica, desistirse del pleito por 26 hectáreas en Las Tinajas.

Con César Lizárraga, el malo, el transa, el corrupto, intentó hacer lo mismo, pero a diferencia de Antonio Astiazarán y Otto Claussen, el panista no hizo negocios con él. Claro que eso no lo hace menos corrupto.

Con  César Lizárraga, José Ordaz también quiso entregar terrenos, es decir, hacer una dación de pagos, a cambio de que se borraran del sistema los más de 4 millones de pesos que debe de impuesto predial.

Los malos,  los corruptos, o sea, los panistas, no quisieron.

Ordaz esperó pacientemente que se fuera ese gobierno para que llegara el nuevo, el del PRI, en donde él siempre ha recibido buenos tratos.

Mientras, “fundó”,  la Asociación Guaymas tú Puerto”, cuyo vocero Víctor Parra Maldonado, tiene la encomienda de golpear, un día si al gobierno anterior y el otro también.

En pocas palabras, El buitre es empleado, testigo, vocero, cómplice y sicario mediático.

La función de Víctor Parra  es mantener fresca la idea entre la memoria de los guaymenses de que el gobierno anterior fue corrupto.

Mientras, el gobierno del PRI metiendo goles, Ordaz, quemando terrenos y dañando el único pulmón que le queda a Guaymas, el director de Ecología haciendo como que lo sanciona y su vocero como si nada.

La donación

El artículo 61 de la Ley de Gobierno y Administración Municipal establece que toda donación que se le haga al Municipio debe ser aprobada por cabildo.

Sin embargo, los regidores de Otto Claussen Iberri, le dieron al inicio de la administración un cheque en blanco.

Los ediles aprobaron darle la facultad absoluta al alcalde para que aceptara donaciones.

Quién sabe cuántas donaciones más y de quién habrá recibido y los regidores y los ciudadanos, ni enterados.

Al alcalde se le “aguadeó” la fiesta luego de que se puso al descubierto que el terreno donado tiene dueños, dicen que no uno, sino dos.

¿Por qué Ordaz donó al Ayuntamiento un predio de 6 hectáreas y escrituró en un mes cuando hay cientos de guaymenses que tienen añosssssssss esperando que les entreguen sus escrituras?

¿Por qué Otto Claussen Iberri decidió hacer negocios con José Ordaz Aguiar?

El ex regidor del PRI hizo negocios con Otto Claussen porque no los pudo hacer con César Lizárraga, obvio.

Hizo negocios con el Ayuntamiento de Guaymas donando este predio porque sabía de la urgente necesidad de Otto Claussen por hacer la obra antes de volver a perder el dinero.

Bien lo dijo Alfonso Flores, el que cobra como director de APIM, pero en realidad es pistolero del alcalde. “Se va a ver muy mal el Otto si no se hace esta obra”, le dijo al representante de uno de los que se dice dueño del predio.

La donación no es un acto generoso de amor  a Guaymas, es una transacción.

Ordaz busca dos cosas del municipio, que le condonen la deuda de 5 millones de impuesto predial o que le cambien o le den claves catastrales del predio de Las Tinajas.

Para lo primero, se necesita la autorización del Cabildo, para lo segundo no.

¿Seguirá la rebelión?

Si bien es cierto, los regidores le dieron el poder absoluto al alcalde para que aceptara donaciones, también lo es que el poder era para donaciones simples.

Es decir, para mala suerte del alcalde, si esta donación  es a cambio de la condonación de la deuda de prediales, sí necesita que la autorice el cabildo.

Después de saber con quién hizo acuerdos el presidente municipal, no creo que los ediles de oposición arriesguen su pellejo para que se cristalice la obra.

Y no es frenar la obra, es pensar en las consecuencias que traería para todos autorizar la transacción a sabiendas de que está en duda la propiedad del terreno.

Me meto por que me meto

Otto Claussen hubiese querido que este escándalo no trascendiera. Todavía está muy reciente la pasada friega que le metieron los regidores de oposición, por el tema de PASA, incluyendo tres de su partido, a quien por cierto, intentó correr del PRI, como para que este escándalo llegara  a sus oídos.

El día que tronó la bomba, personalmente fue demostrar que él manda en Guaymas.

Intentó imponerse, porque no está acostumbrado a otra cosa. Cuando se dio cuenta quiénes reclaman el predio, optó por doblarse.

Pidió misericordia para su obra y se la dieron, pero a cambio de presentar denuncias contra Ordaz por donar un predio que había sido vendido hace años.

Ahora se dice que no hay uno sino dos dueños y que el contrato de compra-venta se rescindió.

Lo cierto es que se le calentó el terreno y detrás de esta transacción hay cosas muy tenebrosas de las cuales han salido beneficiados, notarios, contadores y hasta un Secretario del Ayuntamiento.

Aún cuando la obra se realice en ese lugar, nadie puede asegurar que las consecuencias no se verán más adelante.

El que hace negocios con José Ordaz corre riesgos, al alcalde se lo advirtieron y él decidió correr riesgos, veremos si los regidores hacen lo mismo.

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Agueda Barojas Ontiveros/ Domingo, 04 de Mayo de 2014 14:08)