CIUDAD DE MÉXICO (apro).-
Para conmemorar los 80 años de creación de la Comisión Federal de Electricidad
(CFE), el presidente Enrique Peña Nieto eligió iniciar las pruebas de operación
de la central eléctrica Empalme I que, edificada por las constructoras española
OHL y Senermex, será alimentada a través de un gasoducto construido por IEnova,
ambas empresas vinculadas a los escándalos de corrupción que pesan sobre el
exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin.
En su edición 2128, Proceso
publicó un reportaje de Quinto Elemento Lab, en el que se consigna que
directivos de Odebrecht confesaron en tribunales brasileños haber dado a Lozoya
Austin “propinas” que sumaban 10 millones de dólares, con lo que éste se vio en
medio del segundo escándalo de presunta corrupción, pues entre 2015 y 2016 la
difusión de conversaciones telefónicas entre directivos de OHL y el hoy
exfuncionario devinieron en su dimisión del cargo.
En medio de las revelaciones
del caso Odebrecht y sus ramificaciones en México, el miércoles 16 Peña Nieto
viajó a Sonora para visitar la comunidad de Empalme, cuyo nombre fue impuesto
al megaproyecto energético que ahí es nodal, pues consta de dos centrales
eléctricas y un gasoducto que, se supone, operarán a plenitud a principios de
2018.
El mandatario fue cuidadoso
de no mencionar a las españolas OHL y Senermex, contratistas de Empalme I, pero
aprovechó para felicitar a IEnova, empresa de capital estadunidense que en
México dirige el también exdirector de Pemex (1994), Carlos Ruiz Sacristán,
contratada para construir el gasoducto Ramal Empalme, que alimentará a la nueva
central.
Pero sobre todo, IEnova es la
empresa que en tiempos de Lozoya se asoció a mitades con Pemex en la razón
social TAG Pipelines, misma que otorgó a Odebrecht uno de sus contratos más
grandes en México: el gasoducto Los Ramones II.
“Hoy hay importantes inversiones
del sector privado, como empresas como IEnova, a quien felicito por participar
en los proyectos que hoy estamos inaugurando, particularmente, en este de
Empalme I, por participar dentro de esta gran apertura que se está dando dentro
sector eléctrico (sic)”, dijo Peña Nieto en su discurso alusivo a los nuevos
negocios de la Reforma Energética.
Además de inaugurar Empalme
I, Peña Nieto inauguró a distancia la Termoeléctrica Agua Prieta II, también en
Sonora, una obra que debió estar lista en 2013 pero que por diferentes
negligencias y omisiones observadas por la Auditoría Superior de la Federación
(ASF) desde su revisión del ejercicio fiscal 2012, se retrasó hasta ahora.
Agua Prieta II fue construida
por Senermex, en asociación con Elecnor, empresa también de capital español.
Son éstas las que construyen Empalme II, otra central adjunta a la inaugurada
por Peña Nieto y cuyo director, César Quevedo, ha participado en los grandes
proyectos de infraestructura, algunos también escandalosos, del peñanietismo:
De acuerdo con el perfil que
de Quevedo hizo el corporativo Senermex en su página de internet al designarlo
director general en México, “ha impulsado y desarrollado proyectos relevantes
como el tren interurbano México-Toluca, la línea 3 del metro de Guadalajara, la
autopista Atizapán-Atlacomulco, la supervisión de los túneles de la carretera
Durango-Mazatlán, la normativa mexicana en ITS (Sistemas Inteligentes de
Transporte, por sus siglas en inglés), la reestructuración del telepeaje de
Banobras o el plan maestro del Aeropuerto de la Ciudad de México”.
LAS FECHAS DE EMPALME
En 2015, las constructoras
españolas Senermex y OHL ganaron la licitación para construir la central
eléctrica de ciclo combinado Empalme I, en Sonora, cuyo inicio de pruebas puso
en marcha Enrique Peña Nieto el pasado miércoles 16.
Listada como uno de los
“Proyectos Principales” de la CFE, Empalme I es una de las cuatro centrales de
generación eléctrica que el peñismo se propuso construir en el sexenio. La obra
fue presupuestada en 476 millones de dólares.
El fallo de la licitación
ocurrió el 31 de marzo de 2015, esto es, en la quincena en la que se ha fechado
una serie de conversaciones telefónicas filtradas a través de YouTube el 28 de
julio del mismo año, en las que aparece el entonces presidente de OHL México,
José Andrés de Oteyza, sus colaboradores, así como Lozoya Austin.
La primera llamada filtrada
tiene fecha del 27 de marzo de 2015, esto es, cuatro días antes de la
licitación de Empalme I. De Oteyza plantea a un subalterno (aparentemente su
sobrino) que está por llegar a México el español Juan Villar Mir, presidente
del Grupo OHL, sobre quien dice:
“Pero me estaba diciendo que
quería… que a ver si veíamos a Peña Nieto, y al otro y al otro y la puta
madre”.
La molestia de De Oteyza es
que debía viajar a ver a su jefe español a la Riviera Maya, pero reitera
numerosas veces que debe hacerlo porque le dieron un bono por 40 millones de
pesos (mdp) por las obras que ha conseguido en México, mismo que valían hacer
el viaje.
La siguiente llamada da
cuenta del regreso de De Oteyza de Cancún, quien habla con su subalterno Pablo
Wallentin, aparentemente el 29 de marzo, a quien le que dice que Enrique Ochoa
Reza, entonces director de la CFE, ya lo invitó a cenar a su casa y que hay que
invitarlo a la Riviera Maya. Añade Wallentin: “Ese es el camino precioso”, para
conseguir contratos con CFE.
La siguiente llamada habría
ocurrido entre De Oteyza y Lozoya, quienes acuerdan verse en el estacionamiento
de la CFE, y la fecha atribuida a esa conversación es el 10 de abril siguiente,
es decir, 10 días después del fallo de la licitación por la central Empalme I.
Esas y otras conversaciones,
filtradas en el contexto de la investigación por corrupción que se sigue en
España a OHL y a su accionista
mayoritario, Juan Villar Mir, marcaron la salida de Lozoya Austin de Pemex en febrero
de 2016 y, un mes más tarde la de José Andrés de Oteyza, de OHL México.
Ampliamente documentado el
contratismo durante el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México, apenas
iniciado su periodo presidencial OHL se extendió en el negocio energético. Sólo
en 2013, la española consiguió con Pemex Refinación un contrato por un
Turbogenerador TG-8 en la refinería Ciudad Madero: mil 16 mdp; una planta de
hidrógeno en la refinería de Cadereyta, así como un ramal de ahí al Gasoducto
Los Ramones, por 927 mdp (asociada con Senermex), y una planta de rebombeo en
el poliducto de Salamanca-Guadalajara por 453 mdp.
Eso es todo lo que aparece en
el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT), donde no hay rastro del
contrato con Empalme I.
LA CONEXIÓN LOZOYA
Al inicio del sexenio, Emilio
Lozoya Austin era considerado uno de los más cercanos colaboradores de Peña
Nieto. Antes de involucrarse en la candidatura presidencial y el equipo de
transición, se había desempeñado como miembro del Consejo de Administración de
OHL México, donde compartía asiento con Carlos Ruiz Sacristán y José Andrés de
Oteyza.
Los otrora llamados
“tecnócratas” de los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo,
ahora son directivos de las trasnacionales involucradas en negocios de energía
e infraestructura (Proceso 2063). Pero OHL es emblema de eso y con
representación transexenal:
De Oteyza fue secretario de
Patrimonio y Fomento Industrial (antecedente de la Secretaría de Economía) con
José López Portillo y embajador en Canadá con Miguel de la Madrid; Emilio Lozoya,
hijo del secretario de Energía y amigo de juventud de Salinas; Ruiz Sacristán,
director de Pemex con Salinas y titular de Comunicaciones y Transportes con
Zedillo; además, Jesús Reyes Heroles González Garza, quien fue director de
Pemex en el sexenio de Felipe Calderón.
Así que, por el mismo consejo
de administración de OHL, pasaron Lozoya Austin y Ruiz Sacristán, el presidente
y director de IEnova.
Desde su posición como
director de Pemex, Emilio Lozoya Austin llevó como director de Finanzas a Mario Beauregard, quien hasta hacía poco
ocupó el mismo cargo en OHL. Ahí, operaron otro negocio estratégico y uno de
los más costosos del sexenio:
Poco después de aprobada la
Reforma Energética, Pemex se asoció con IEnova a partes iguales para constituir
Tag Pippelines, una razón social que, por tener inversión privada escapa a los
controles de transparencia, y que fue la que adjudicó en absoluta opacidad el
gasoducto Los Ramones II a Odebrecht.
De hecho, fue la trasnacional
brasileña y no Pemex la que difundió, el 2 de julio de 2014, la operación que
implicaba un monto cercano a mil millones de dólares.
Tag Pippelines fue creada
antes de que se aprobara la Reforma Energética, e inclusive, antes de que
entrara en vigor, ya había presentado a la Comisión Reguladora de Energía, el
proyecto de Los Ramones II que terminaría asignando a Odebrecht.
EMPALME DE CONOCIDOS
Durante el acto de la central
Empalme I, el presidente Enrique Peña Nieto, aprovechó para destacar otras
obras energéticas y de infraestructura que su gobierno ha desarrollado en el
noroeste de México y, particularmente, en Sonora.
Por ejemplo, entre las obras
que presumió el jefe del Ejecutivo como producto de la Reforma Energética,
inaugurada ese mismo día, está la ya mencionada termoeléctrica Agua Prieta II,
realizada por Senermex, y respecto a la que subsisten observaciones de la ASF
por el retraso. La central debió entrar en operación en marzo de 2013 y no el
pasado miércoles 16.
Otra obra mencionada en el
discurso de ese día por Peña Nieto, “entregada” en el mismo acto, fue la
reconfiguración de la central de Puerto Libertad que de combustóleo pasó a
combustión dual, merced a un contrato por 28 millones de dólares adjudicado a
Cerrey, una de las empresas del mexiquense Carlos Hank Rohn.
Aunque la ASF no ha publicado
información respecto a esa obra, Transparencia Mexicana, en su calidad de
testigo social, documentó un aspecto llamativo de la licitación: sólo se
presentó la empresa de Hank Rohn, a pesar de que habían manifestado su interés
en participar Double V Hollding y Babcox & Wilcox, esta última también
propiedad de Hank. Así, el magnate mexiquense, heredero del líder del Grupo
Atlacomulco con el que se identifica a Peña Nieto, llegó solo a la competencia
y la ganó, como ya había ocurrido en otra ocasión y otra obra, según el mismo
testigo social.
Es decir, las otras obras que
Peña Nieto “entregó” ese día, también están relacionadas con la élite política
y empresarial priista, lo mismo que aquellas de infraestructura carretera y de
salud que presumió en su mensaje.
Entre dichas obras destaca el
Libramiento Ciudad Obregón, una obra por 60 millones de pesos adjudicada a
Constructora y Edificadora GIA+A, empresa propiedad de Hipólito Gerard, cuñado
de Carlos Salinas de Gortari y también de José Antonio González Anaya, actual
director de Pemex que sustituyó a Lozoya Austin.
Además, Peña Nieto en ese
mensaje presumió la edificación de tres hospitales, uno de éstos ubicado en
Nogales, Sonora. Se trata de un hospital construido con 232 millones de pesos,
adjudicado a Acciona, empresa también española de la que el otro cuñado, Jerónimo
Gerard, es miembro del Consejo de Administración.
Aunque en su auditoría 243 de
2016, la ASF no identificó la relación de Gerard con González Anaya, entonces
director del IMSS, sí pidió que se iniciaran procedimientos de responsabilidad
administrativa por la negligencia en el retraso de la obra, además de una
recuperación de 20 millones de pesos, es decir, casi el 10% del monto
adjudicado por pagos de obras que no se realizaron, trabajos de mala calidad y
entrega de equipos distintos a los comprometidos en el contrato, entre otras
irregularidades.
Es decir, como en las
anteriores, la marca del sexenio: amiguismo y corrupción, presumidos por el
mandatario como obras que están moviendo a México.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL / ARTURO RODRÍGUEZ
GARCÍA/ 20 AGOSTO, 2017)