MÉXICO, D.F.,
(apro).- Era la noche del sábado 15, el segundo día de ofertas y descuentos del
programa de El Buen Fin. Angélica Trinidad Romero Severiano, una joven madre de
24 años, terminaba su turno a las 22:00 horas como afanadora en la tienda
departamental Liverpool, sucursal Perisur, luego se dirigiría a su casa a
reunirse con su hija dos años pero ya no regresó.
Un infarto
fulminante la sorprendió en el baño de empleados, informaron directivos de la
tienda a familiares de Angélica, al día siguiente cuando fue hallado su cuerpo.
También les dijeron
que no se preocuparan, que un médico particular pagado por la tienda ya había
expedido el certificado de defunción que amparaba la muerte por un infarto
fulminante y el cuerpo de Angélica ya se estaba preparando en una funeraria
particular para la cremación. Todo con cargo a Liverpool.
Según contó Omar
Robles al portal La Izquierda Diario, primo de Angélica, al enterarse de la
noticia los familiares se trasladaron de inmediato a la Funerales Gris, en
Tlalpan, donde tuvieron que pelear, literalmente, con los empleados para que
les permitieran ver el cuerpo de la joven madre antes de cremarla.
Lo que descubrieron
echó abajo el relato de los directivos de Liverpool que, hasta ese momento, se
habían desvivido en atenciones hacia la familia.
Al retirar el
maquillaje mortuorio sobre el cuerpo de Angélica una de sus primas notó que tenía moretones en
la cabeza, una herida profunda y rastros de violencia.
Luego descubrieron
que el médico que extendió el certificado de defunción, además de haber
consignado como causa de muerte un infarto fulminante, dio fe de que Angélica
había muerto en su casa, no en la tienda.
Con todas esas
inconsistencias, la familia solicitó la intervención del Ministerio Público de
Tlalpan para que tomara conocimiento del caso, pero encontraron resistencia
para que accediera a realizar la diligencia.
Finalmente lograron
que el cadáver fuera llevado al Servicio Médico Forense del Distrito Federal y
el diagnóstico fue completamente distinto al que les habían dado.
Angélica
presentaba heridas defensivas en el pecho y abdomen y se rechazó que hubiera
muerto por infarto.
“Ahí nos dieron otro
diagnóstico totalmente distinto, el cual fue congestión visceral generalizada,
que es provocada por aplastamiento de tórax, golpes o asfixia. Aparte, la
médica forense nos comentó que la muchacha presentaba golpes defensivos”,
aseguró el primo de la víctima.
Después del
viacrucis que siguió la familia, el personal jurídico de Liverpool les dio la
espalda, se negaron a entregar los videos de vigilancia de ese día y les
advirtieron que si querían perder el tiempo que lo hicieran.
La familia aclaró
que no busca dinero, pero sí que se capture al asesino y que el asesinato de
Angélica no quede impune.
El miércoles pasado,
la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) confirmó la
muerte de Angélica la noche del 15 de noviembre en el interior de la sucursal
ubicada en Perisur y difundió en un comunicado los resultados de la necropsia.
“El día de hoy
(miércoles 17 de diciembre), el Instituto de Ciencias Forenses del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, en ampliación al protocolo de
necropsia de fecha 17 de noviembre pasado y con base en las fotografías y el
estudio histopatológico realizado al cuerpo de la víctima, concluyó que la
congestión visceral generalizada que presentó se debió a una asfixia por
estrangulamiento”, informó.
Tras la confirmación
de que se trató de un crimen, decenas de personas se trasladaron a Liverpool
Perisur para realizar una protesta y exigir justicia en el caso.
Algunas personas
hicieron máscaras con bolsas de la tienda departamental y en carteles y mantas
cambiaron el slogan de la empresa: Liverpool es parte de tu vida, por el de
“Liverpool es parte de tu muerte, #JusticiaParaAngélica”.
Hasta hoy, la tienda
departamental con presencia en todo el país, no se ha pronunciado sobre el
caso.
PIDEN INVESTIGACIÓN A FONDO
El diputado
perredista Alejandro Ojeda pidió que la PGJDF investigue a fondo el homicidio
de Angélica quien afirmó que la tienda deber ser verificada y suspender
actividades hasta que se aclaren los hechos.
Es “inadmisible”,
dijo, que un particular como Liverpool “pretenda jugar al Ministerio Público y
decida que hechos son y no son delitos” y subrayó que quienes tomaron la
decisión de ocultar los hechos deben ser sancionados, así como la empresa dueña
de la tienda.
El cateo para
extraer los videos y demás evidencias, abundó, es imperativo para dar certeza a
las autoridades de que no se hayan ocultado otros delitos de los que no se
tenga conocimiento.
Ojeda señaló, a
través de un comunicado, que desde que los familiares de la víctima expusieron
el caso a través de las redes sociales han salido a la luz nuevas denuncias.
Entre ellas,
hostigamiento de la gerencia de recursos humanos a las y los trabajadores de la
tienda, despidos injustificados, sin indemnización alguna y “salarios de
miseria, pese a que la cadena de tiendas se presume como una empresa que ofrece
servicios de lujo y para consumidores de alto poder adquisitivo”, acusó.
Además, dijo, en clara
violación a la dignidad de sus empleadas, la política de Liverpool las obliga a
usar faldas convirtiéndolas en “una mercancía más para mostrar”.
En suma, abundó,
“prevalece la discriminación, en todas sus formas por no cumplir con el canon
de belleza imperante –blanca, delgada, de facciones que tiendan a europeo—o por
orientación sexual.
El asambleísta llamó
a la PGJDF a realizar las indagatorias para deslindar responsabilidades y en
particular pidió revisar la actuación de la empresa “porque hasta ahora sólo se
ha empeñado en ocultar la información de la muerte de la empleada, mostrando
poca disposición a colaborar con las autoridades”.
Asimismo, demandó
que el Instituto de Verificación Administrativa del DF (INVEA) y las
autoridades laborales revisen las condiciones laborales en que se encuentran
los trabajadores.
(PROCESO/ LA
REDACCIÓN/ 18 DE DICIEMBRE DE 2014)