viernes, 2 de noviembre de 2012

CARRETERAZO 3 MUERTOS EN VERACRUZ

image

                                                  Córdoba, Ver.- Dos niños y un joven perecieron cuando la camioneta en la que viajaban se volcó en un barranco con una profundidad de 50 metros, a la altura del km., 10 de la autopista Córdova-Veracruz, vía la Tinaja.

Según confirmo la Policía Federal, división Caminos, el hecho se trafico se registro cerca de la población de Cuitlahuac, Ver., y se desconocen al momento las causas del accidente.

En el lugar de los hechos murieron; Los niños Christopher Fernández, de dos años de edad y Yai Fernández Cifuentes, de tres, asimismo un joven de 26 años identificado como Amador Hernández.

Los servicios de socorro rescataron a otras cinco personas que son integrantes de la misma familia, los cuales resultaron lesionados algunos graves y fueron canalizados a hospitales públicos de la ciudad Córdoba.

LA PRÓXIMA SEMANA HABRÁ REFORMA LABORAL: CORDERO

El presidente del Senado recordó que en las iniciativas preferentes no se contempló el hecho de que la Cámara revisora pudiera regresarla

En entrevista con Joaquín López Dóriga, para Radio Fórmula, el senador aclaró que ninguna de las iniciativas preferentes que presentó el presidente Felipe Calderón, pierde este carácter y que “los diputados están trabajando con responsabilidad”.

Cordero recordó que ambas Cámaras cumplieron con los 30 días que marca la ley para la revisión y elaboración del dictamen tanto de la iniciativa de reforma laboral y la de contabilidad gubernamental. 

Agregó que en las iniciativas preferentes no se contempló el hecho de que la Cámara revisora pudiera regresar las iniciativas, con correcciones, a la de origen, proceso en el que se encuentra la reforma laboral.

EL INFIERNO DE LOS MIGRANTES






 Judith Ortiz
Incubado durante años en la frontera sur de México, la migración hacia Estados Unidos tiene un sinfín de testimonios sobre abusos, dolor y crueldad. Los indocumentados que cruzan el país a lo largo de las rutas del migrante han sido asaltados, extorsionados, violados, prostituidos, esclavizados, secuestrados y muchos asesinados. Muchas de esas vejaciones ocurren también en Culiacán.
En su huída de la pobreza extrema que vive en sus comunidades de origen, muchos del sureste mexicano pero también de Centroamérica, cerca de 400 mil migrantes al año, principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador, inician el peregrinar en Chiapas. Trepan a La Bestia, en un recorrido peligroso que cruza cientos de kilómetros de áreas rurales de 13 estados de México.

Sinaloa está a mitad de camino de una de las tres rutas que siguen los migrantes, la del Pacífico. Los extranjeros ilegales pasan por Jalisco y de ahí prosiguen hacia Nayarit, Sinaloa y Sonora, para llegar a las ciudades de Tijuana o Nogales.


Durante años, el paso por Sinaloa no significó peligro. Los puntos críticos eran ciudades fronterizas y del sureste. Pero hoy, transitar por Culiacán se ha vuelto riesgoso. Cada madrugada, grupos de delincuentes esperan en las inmediaciones de la estación el paso de La Bestia para asaltar a los migrantes. Les quitan su ropa, su calzado, sus papeles de identificación, su dinero y algunas mujeres han sido violadas. Pocos denuncian. Las víctimas tienen miedo. Están en suelo ajeno y no confían en nadie. Siguen su camino en el mismo tren que llegaron.


Contacto en Culiacán


Una de tantas historias es la de José Gerónimo Colón, hondureño de 20 años, quien junto con otros cinco amigos, decidió salir de su pueblo rumbo a la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, en donde radica su hermano. Llegó en camión a la frontera sur de México y abordó el tren en Tenosique, Tabasco. El recorrido transcurrió sin problemas hasta llegar a Culiacán, alrededor de las tres de la mañana.


“Todos veníamos dormidos, solo uno estaba despierto, y al parar el tren se subieron unos hombres y le pusieron a él la pistola en la cabeza. A todos nos quitaron dinero, ropa y documentos. Uno de mis amigos forcejeó con el que traía la pistola y resultó que no servía porque quiso disparar y se atascó, sacó un cuchillo y lo picó”.


El joven aún muestra signos de cansancio. Habla bajo, pero dispuesto a contar lo sucedido: “Nos bajamos y pedimos ayuda a los guardias de la estación y lo llevamos al Hospital General. Ahí estuvimos todo un día, en la calle, esperando que saliera”.


Ahí fue donde los encontró Salomón Monárrez Meraz, quien apoya a grupos vulnerables a través de la organización civil Oficina del Pueblo. Pero antes que él, un hombre ya había hecho contacto con José Gerónimo, quien le prometió ayudarle a cruzar la frontera. Le pidió el teléfono de su hermano en Los Ángeles, le habló y le dijo que le cobraría mil 200 dólares por el trabajo.


Mientras el herido se recuperaba, los seis hondureños fueron asistidos por Monárrez Meraz durante catorce días, para luego regresar a su país. Menos José Gerónimo, quien ya tenía el contacto que lo llevaría con su hermano.


Una semana después, ya con el dinero en mano, el contacto del muchacho lo envió a Mexicali en autobús y le dijo que lo esperara en la central camionera. Él se iría en su carro y allá lo vería “para no despertar sospechas”.


“Llegué a Mexicali y no lo vi, y estuve un día esperándolo en la terminal, hasta que llegó, como a las diez de la noche, y me llevó a una casa alejada y abandonada, me dijo que ahí me iba a quedar mientras buscaba a alguien que me pasara a Estados Unidos. Estuve dos días ahí sin comer. Ahí rondaba un grupo que entraban en la noche a drogarse. A los cuatro días regresó y le pedí dinero para comprar algo de comer y me dijo que ya no tenía ni un cinco. El habló con mi hermano y le pidió cuatro mil 500 dólares más. Mi hermano le dijo que ese no era el trato, pero él le contestó que igual le podía decir que me tenía secuestrado y que mandara los dólares”. Y lo dejó de nuevo encerrado, sin dinero ni comida.


“Un día se me hacía como una semana que pasaba, yo solo quería salir de ahí, no podía dormir porque tenía miedo que de repente el grupo de drogadictos me hiciera algo —el joven se agacha y se queda en silencio por un rato. Con voz más baja solo atina a decir: “Se me hace difícil todo eso”.


A los siete días de encierro, José Gerónimo aprovechó la llegada del grupo nocturno para escapar. Anduvo vagando por Mexicali hasta que regresó como pudo a Culiacán. Ahora José Gerónimo está a salvo, pero el encargado de la Oficina del Pueblo sigue recibiendo migrantes que llegan asustados, asaltados, hambrientos y sin dinero.


Los mexicanos igual


En la madrugada del miércoles pasado, Eusebio Herón, Édgar Torres y María Esperanza Peña fueron golpeados y asaltados por un grupo de alrededor de siete personas junto a las vías del ferrocarril. Son mexicanos, pero como trampas sobre el tren, todos corren los mismos riesgos. Eusebio tiene una herida de navaja en las costillas que cubre con una gasa que le dieron en la estación. Lo picaron para quitarle los diez mil pesos que traía para cubrir el viaje.


Junto a la tumba de Malverde narran la historia. No se conocían, pero los tres coincidieron en la central camionera de Mazatlán, en donde acordaron continuar el recorrido por tren rumbo a Tijuana. Se mezclaron con decenas de indocumentados y salieron del puerto a la una de la mañana.


“Veníamos sentados en unos toldos dentro de un vagón y llegamos aquí como a las cinco de la mañana. Cuando el tren se detuvo se subieron tres hombres con lámparas. Pensamos que eran policías, pero traían cuchillos y nos quitaron la ropa y el dinero. A la otra muchacha le rompieron la ropa y la violaron. Le dimos una cobija para que se tapara y le dijimos que se bajara para avisar a la Policía, pero no quiso. Se siguió. Así se fue la pobre muchacha”.


Édgar Torres cuenta que cuando clareó le hicieron señas a una patrulla de la Policía Municipal, les contaron lo sucedido a los oficiales, pero nos dijeron que ahí ellos no se podían meter”.Dos horas más tarde, María Esperanza vislumbró una patrulla de la Policía Estatal y le hizo la parada. Los elementos escucharon con lujo de detalle la manera en que habían sido robados; ella y Édgar les indicaron el lugar exacto en donde habían sido asaltados y los llevaron hasta allá. Cuentan que alrededor de “60 policías catearon las casas aledañas”. Luego les dijeron que se fueran y no supieron más.


Alrededor de las cuatro de la tarde, un policía municipal los buscó para levantar un parte informativo. Hasta ahí llegó Salomón Monárrez Meraz, encargado de la Oficina del Pueblo, ubicada justamente frente a donde estaban las víctimas. De nuevo contaron lo sucedido. Y de nuevo se quedaron sin saber qué hacer.


Édgar expresa que tiene miedo: “Es que ya van dos veces que viene a decirnos uno de aquellos que están allá —y señala con un movimiento de cabeza a un grupo apostado sobre las vías del tren, a unos cien metros de distancia— que hasta ahí la dejemos, que si seguimos hablando nos van a levantar”.


Oscurece. Se sientan en los escalones que suben a la Oficina del Pueblo y ahí esperan que caiga la noche del día más largo de su vida.


Policías y asaltantes, coludidos


“Y es que esto que les pasó no es un caso aislado”, argumenta Salomón Monárrez: “Desde marzo pasado hemos atendido a más de 50 personas que han levantado 15 denuncias por asalto con armas blancas y de fuego, siempre en el mismo lugar, cuando llegan en el tren de la madrugada.


—Y después de 15 denuncias, ¿ningún resultado?

—Ninguno, las mismas autoridades los asaltan. La Comisión Estatal de Derechos Humanos tiene documentado un caso de dos hondureños que denunciaron cómo en el poblado de El Mármol, cerca de Mazatlán, policías federales de caminos pararon el autobús en que venían y les quitaron su dinero.

—¿Cuáles son las áreas más peligrosas para el migrante en su recorrido por Sinaloa?

—Mazatlán es el punto crítico, pero ahora también es Culiacán, en donde se está permitiendo la delincuencia, se tiene descuidada la estación del ferrocarril. Hay grupos de delincuencia local que esperan la llegada del tren para asaltar a los migrantes, los agreden, les quitan su ropa, su calzado, su poco dinero que traen y a las mujeres las violan, además de que son una tentación para los secuestradores. Es sumamente grave.

—¿Se tiene una estadística de cuántos migrantes cruzan por Sinaloa hacia Estados Unidos?

—No la hay. Yo he visto cada día, aproximadamente 120 personas encima del tren, pero vienen también dentro de los vagones.

—Hay programas de gobiernos locales de apoyo a los migrantes?

—No existen, para migrantes no hay.

—Entonces las organizaciones civiles de apoyo hacen lo que pueden. ¿Hasta dónde pueden?

—En mi caso yo los defiendo cuando se violan sus derechos, pero aquí han llegado grupos y se les da algo de comer y se quedan a descansar aquí en la oficina. De los 15 apoyos que se han brindado aquí a grupos que han sido robados, 13 cargaron baterías y siguieron su camino al día siguiente. Hay puntos de la ruta en donde la misma gente se acerca al tren para darles agua y algo de comer.

—Cree que hay complicidad entre autoridades policiacas y grupos de delincuencia que asaltan el tren?

—Aquí enfrente tenemos una tiendita donde venden droga y también aquí enfrente está el grupo de delincuentes que asaltan en el tren, pero los mismos que fueron asaltados cuentan que les dijeron que no se metieran más porque esos pagan plaza.

El camino de la muerte


Decenas de crímenes contra migrantes han sido documentados. El más cruel fue en 2010, cuando 72 de ellos fueron masacrados en una finca de la comunidad de San Fernando, Tamaulipas, y en donde alrededor de 200 cadáveres más fueron encontrados en 40 fosas clandestinas. Las autoridades informaron que los migrantes habrían sido secuestrados y asesinados por miembros del cártel conocido como Los Zetas.


El pasado 2 de octubre, 40 migrantes indocumentados centroamericanos fueron secuestrados en el sureste de México. De acuerdo a testimonios de testigos, fueron sacados de un tren de carga en la localidad de Medias Aguas, en Veracruz, mientras cruzaban México con la intención de llegar a Estados Unidos.


Trece días después del hecho, una caravana de 60 madres de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, iniciaron una marcha desde Chiapas hasta Tamaulipas, en la frontera con Texas, para exigir justicia a las autoridades mexicanas en la desaparición de sus hijos. Buscan a sus familiares en hospitales, morgues y plazas públicas. Hasta hoy se desconoce el paradero de los secuestrados.


El informe Víctimas invisibles: migrantes en movimiento en México, realizado por Amnistía Internacional, informa que cientos de migrantes irregulares que cruzan México desde Centro y Sudamérica para llegar a Estados Unidos, “han sido secuestrados por bandas criminales que, en ocasiones, trabajan en complicidad con las autoridades locales”, y agrega que “la impunidad ha permitido que estos abusos se incrementen”.



Datos violentos


— Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el flujo de migrantes que pasan por México es de alrededor de 400 mil al año, de los cuales cerca de 70 mil son detenidos.


— El Instituto Nacional de Migración de México documenta que el 20 por ciento de la población que emigra son mujeres.


— La organización civil Sin Fronteras registró en su último estudio que el 47 por ciento de las mujeres migrantes confirmaron haber sido atacadas sexualmente.


— Las autoridades sanitarias mexicanas estiman que durante 2010, entre 300 y 350 personas de origen centro y sudamericano sufrieron caídas graves o pérdidas de extremidades de su cuerpo.

ENGAÑOS, TRUCOS MATEMÁTICOS DE LAS TIENDAS

Agencias

Ciudad de México.- Cuando recorremos los pasillos de un supermercado, o entramos en una tienda de marca, o simplemente leemos el menú de un restaurante, no siempre sabemos interpretar realmente lo que estamos viendo. Especialmente cuando se trata de números. Padecemos una serie de defectos de comprensión matemática que no dependen de cada persona concreta, sino que nos afectan a todos. Son fallos de comprensión que están en la estructura misma del cerebro humano. Y gracias a ellos existen pequeños trucos que pueden inducirnos a comprar un producto creyendo que estamos realizando un gran ahorro, cuando realmente no es así.

Somos malos comparando precios

En efecto: somos retrasados matemáticos. Así como la evolución ha sintonizado nuestra percepción y nuestros sentidos para que podamos diferenciar con facilidad y precisión millones de tonos de color y sutiles matices de sabor y olor, nuestra percepción intuitiva de cantidades, números y relaciones entre magnitudes deja mucho que desear.

El cerebro fracasa de modo sistemático en muchas tareas de comparación cuando se trata de cifras y magnitudes. Veamos una demostración basada en experiencias habituales. Te encuentras ante dos ofertas de detergente. Una te ofrece un descuento del 33% en el paquete habitual. La otra te cobra lo mismo, pero añade un 33% de producto extra. ¿Cuál te conviene más? Rápido, decide, que se pasa el plazo...

La mayoría de las personas responde que las dos ofertas son equivalentes: que un 33% menos de precio equivale a un porcentaje idéntico superior de detergente en el paquete. Pero no es así: un 33% de precio equivale a un 50% de producto. Imaginemos que el paquete es de kilo, y el precio 5 euros. 
El precio sin oferta es así de 5 euros/kilo. Un 33% del precio serían 1,7 euros, así que la rebaja dejaría el precio en 3,3 euros/kilo. Un aumento del 33% de producto supondría pagar 5 euros por 1,333 kilos de detergente, lo que supone un precio de 3,75 euros/kilo. A primera vista las dos ofertas nos parecen similares, pero la rebaja del 33 por ciento del precio nos conviene más a nosotros y menos al comerciante.

Por eso, los pasillos de tu supermercado están repletos de ofertas del tipo “20% más de producto gratis”. Los vendedores se aprovechan de nuestra confusión. Y no es el único defecto de percepción matemática del que hacen uso los comerciantes. Porque la verdad es que no tenemos ni idea de lo que valen las cosas. Podemos memorizar precios, y hay gente capaz de recordar con detalle de céntimos de euro cuánto cuesta un vestido, una moto, una joya y una botella de raro licor. Pero si conocer precios de venta al público es sencillo, estimar cuánto debe valer un objeto es muy difícil.
Víctimas del número nueve.

Cuando se le pide a la gente que estime cuál debería ser el precio justo de algún producto (un vaso, una prenda de ropa, un mueble, un libro), las cifras varían enormemente. Porque, ¿cuánto cuesta fabricar una silla? ¿Cuál es el precio del papel y la tinta de un libro? ¿A cuánto se vende un ovillo de lana? Desconocemos cuánto cuestan las cosas, de modo que ante un producto acabado, el cerebro tiene pocos datos con los que calcular. Y ahí es donde entra el “anclado” (anchoring, en inglés), un sistema muy utilizado para manipular nuestras perspectivas comerciales.

Lo que hace el cerebro para estimar el valor o precio de un producto es comparar. ¿Y con qué compara? Pues con otro producto que esté cerca, o relacionado; un precio inicial que se convierte en el “ancla” de nuestra percepción de valor. No sabemos lo que cuesta ese jersey, pero al entrar en la tienda hemos visto una chaqueta que costaba 300 euros, y eso ha “anclado” nuestra percepción del precio. Ahora, los 50 euros del jersey parecen baratos, porque estamos comparando con los 300 de la chaqueta. Por eso, en muchas tiendas de lujo lo primero que nos encontramos son productos escandalosamente caros: un bolso de 8.000 euros, un traje de 2.500, una cámara digital de 6.000. En comparación con esta “ancla”, luego la pulsera de 300, la chalina de 250 y el teléfono móvil de 600 parecen tener un precio ridículo. Esta es la razón de que algunos restaurantes ofrezcan hamburguesas de 100 euros, o perritos calientes de 60. A su lado, un solomillo por “solo” 40 euros nos parece una ganga. Para aumentar las ventas de un producto no hay nada como poner al lado una versión de lujo y carísima de ese mismo objeto: de pronto, un precio que sin contexto nos habría escandalizado nos parece mucho más atractivo. Y el comerciante ha vuelto a jugar con nuestra percepción en su beneficio.

Incluso la primera cifra de un precio actúa como “ancla”. Por eso hay tantos precios acabados en 9. Porque 29,99 para nuestra mente no es “prácticamente 30”, sino “veinte y pico”: casi 10 euros de diferencia en un solo céntimo. La comparación y el “ancla” se hacen desde esa primera cifra. Y las estanterías y etiquetas acaban repletas de precios que están a uno o cinco céntimos de la siguiente decena, para aprovechar esta debilidad. Este truco de evocarnos la decena inferior con precios acabados en 9 se ha empleado tanto que hemos acabado por considerar casi mágica esta cifra. En la mente del consumidor dicho número significa rebajas, precios ajustados, el intento del vendedor por recortar el precio lo más posible. Y así, el 9 se ha transformado en una especie de código secreto, una manera de comunicar al posible cliente que uno conoce y respeta sus tendencias ahorrativas; una señal de precio mínimo. Por eso es el “9” la cifra más repetida, con mucha diferencia, en los precios de venta al público.

La comparación es nuestra forma básica de establecer precios. Por lo cual, y de modo natural, tendemos a aborrecer los extremos. A la hora de estimar precios procuramos triangular, buscar la media entre el más caro y el más barato en oferta. Como en muchas otras cosas, buscamos el “dorado punto medio” de los filósofos griegos. Claro, que eso permite de nuevo al comerciante avispado jugar con nuestra percepción alterando los términos de la comparación. Un ejemplo: modificando el plato más caro o más barato de un menú se puede conseguir atraer la atención del comensal hacia el plato que resulte más rentable al restaurante.
El olor de la injusticia.

Este truco resulta particularmente eficaz cuando en la compra existe un componente social, cuando se hace delante de testigos: porque nadie quiere parecer avaro delante de sus amigos. ¿Sabes cuál es el vino en una carta de restaurante que deja el mayor beneficio al patrón? El segundo más barato, que es sistemáticamente el que más se consume: nadie pide el más barato. El precio puede “templarse” con facilidad incluyendo en la carta de vinos un Vega Sicilia de 500 euros: los 20 euros del riojita decente que está en segundo lugar parecerán, así, un precio razonable y prudente. Y el restaurador, que es quien pone los precios en el menú, sonríe para sí.

Todas estas manipulaciones matemáticas son posibles porque nuestro cerebro estima mal las cantidades, pero sobre todo porque tenemos programado un sentido innato de la justicia. En el más literal de los sentidos, las injusticias nos huelen mal, sobre todo cuando se cometen a nuestra costa. En experimentos que analizan las áreas cerebrales que se activan durante un proceso de compra o análisis de precios, aparecen sorpresas. Cuando pensamos que nos están engañando, se dispara la ínsula, la región del cerebro que reacciona ante los malos olores, las cosas desagradables y el dolor. Al cerebro no le gusta sentirse tratado injustamente. Cuando detecta injusticia, se duele. Y al revés: cuando alguien nos ofrece lo que parece un trato ventajoso, se activan las áreas cerebrales relacionadas con el placer. Una oferta muy favorable nos sube el ánimo porque dentro de nuestra cabeza se disparan los mismos circuitos que se activan al comer chocolate y al recibir una caricia.

Lo malo es que al cerebro se le puede engañar. Nuestras debilidades matemáticas hacen posible activar la sensación placentera (y bloquear el “hedor mental” del precio demasiado alto) incluso cuando la oferta no es tan buena como podría parecer. Si a los defectos de nuestra percepción de cantidades les añadimos, además, nuestra conocida debilidad por las buenas historias, la combinación puede resultar irresistible. Así que la próxima vez que veas un programa de la teletienda, trata de analizar cuántas de las técnicas de manipulación matemática que hemos reseñado están presentes en el discurso de los presentadores.

Fuente: Quo

NARCOMINAS: TODOS SABÍAN, PERO NADIE LAS DENUNCIÓ


En diversas ocasiones, el presidente Felipe Calderón exhortó a la sociedad a denunciar las actividades ilícitas para frenar la violencia y aprehender a los criminales, pero en este caso los funcionarios de su administración no atendieron el llamado.


Saltillo, Coah.- El procurador de Justicia en Coahuila, Homero Ramos Gloria reveló en el Noticiero de Radio Zócalo Saltillo que sostuvo una reunión con la Procuraduría General de la República con quien intercambio información sobre las tres minas de carbón que están bajo investigación de la SEIDO por estar presuntamente involucradas con el narcotráfico.

Desde hace más de un año la Secretaría del Trabajo tenía conocimiento de estas actividades, pero solo realizó acciones para proteger a sus inspectores y no presentó ninguna denuncia.

Javier Lozano, ex titular de la dependencia, dijo que desde mayo de 2011, cuando ocurrió la explosión en la mina en Sabinas, Coahuila, en la que murieron 14 trabajadores, se tenía conocimiento de la presencia del crimen organizado. También reveló que los mineros eran acosados, pero el tema no pasó a más.

“No presentamos una denuncia formal como tal; pusimos manos a la obra para proteger a nuestros inspectores”, explicó la semana pasada, y agregó que como no era una cuestión tan visible y generalizada no se hizo algo más.

En noviembre de 2011 la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentó “El informe sobre condiciones de seguridad e higiene en la zona carbonífera de Coahuila”, en el que denuncia la presencia del hampa.

“Es posible encontrar dentro de la minería ilegal, subtipos o distintas clases que se distinguen por el grupo que la realiza y los fines. Así, vale distinguir entre minería artesanal, minería irregular y minería vinculada a la delincuencia organizada”, se detalló el documento.

En entrevista con Milenio, especialistas y defensores de derechos humanos que solicitaron el anonimato, aseguraron que los inspectores acuden a los “pocitos de carbón”, pero cuanto se enteran que es administrado por un grupo del crímen organizado se retiran sin levantar denuncia. Tampoco piden apoyo policiaco para regresar y cumplir con su labor.

Los entrevistados dijeron que en la zona hay hasta 500 pocitos ilegales. En el último año hubo un boom de esa actividad, pues se pueden encontrar en patios de viviendas, afuera de escuelas o a un costado de carreteras.

La CNDH reportó la muerte de 124 mineros en dichos pozos en los últimos cinco años, pero los especialistas aseguran que la cifra es de 141. Los responsables, sin embargo, permanecen en la impunidad, además de que no se han tomado las medidas suficientes para proteger a los trabajadores de la zona.

La Secretaría del Trabajo cuenta con 25 inspectores para toda la zona carbonífera de Coahuila. El número se quintuplicó, pues al inicio de esta administración federal solo había cinco.

En una reunión de procuradores en Puebla, el secretario de Gobernacion, Alejandro Poiré, fue cuestionado sobre el tema.

—¿Estas investigaciones se iniciaron por denuncias de empresarios o de ciudadanos?

—Por denuncias anónimas y otros sucesos relacionados con la investigación de fuerzas federales y la procuraduría estatal.

—¿Denuncias anónimas, pero no formales ante la autoridad?

—Desde luego. Las investigaciones se están llevando a cabo a partir de junio de este año y hay distintos tipo de denuncias en distintos casos.

COAHUILA INVESTIGA A 84 EMPRESAS

El gobierno de Coahuila investiga a las 84 empresas mineras que operan en la entidad para verificar que estén explotando sus propios pozos y no comprando el carbón a terceros, incluidas bandas del crimen organizado.

El procurador del estado, Homero Ramos, dijo que hay indicios de que algunas compañías compran el mineral a terceros, lo cual se ha notificado a la PGR. Esa revisión, agregó, lleva meses y se realiza en coordinación con el gobierno federal.

También lea:
Investigan Procuradurías narcominas en Coahuila: Homero Ramos Gloria
Saltillo, Coah.- El procurador de Justicia en Coahuila, Homero Ramos Gloria reveló en el Noticiero de Radio Zócalo Saltillo que sostuvo una reunión con la Procuraduría General de la República con quien intercambio información sobre las tres minas de carbón que están bajo investigación de la SEIDO por estar presuntamente involucradas con el narcotráfico.

Entrevistado en la 28 Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, señaló que Promotora para el Desarrollo de la Minería en Coahuila (Prodemi), empresa dependiente de Coahuila, revisa los contratos de dichas empresas junto con la Secretaría de la Función Pública estatal.

“Prodemi comercializa poco menos de la quinta parte del volumen total (de carbón); tiene un padrón de 84 empresas, o sea, tiene 84 contratos y son los que está revisando en este momento la Secretaría de la Función Pública y el área respectiva de Pordemi.

“Esto (se hace) para que no estén comprando carbón a terceros, sino que sea la explotación de sus tajos o pozos la que se esté comercializando por parte de Prodemi”, declaró.

SE REUNE BLANCA CAMACHO CON RESIDENTES DEL VALLE DE EMPALME


Plantean la necesidad de contar con un centro contra las adicciones, resolver el problema de contaminación generado por el “basurón”, entre otros

Fabian García
El Rielero

Empalme.- La diputada federal suplente, doctora Blanca Aurora Camacho Sosa, sostuvo ayer una reunión con comisariados ejidales del valle de Empalme, encuentro en el que informó a detalle sobre el trabajo que viene desarrollando Antonio Astiazarán Gutiérrez a favor de las familias sonorenses.

En representación del legislador federal, Camacho Sosa expuso los objetivos y beneficios de los programas Energía Sonora y Salud Sonora, así como también sobre los apoyos que se han brindado para la aplicación de mamografías y el esquema mediante el cual se realiza la donación de lentes a personas de escasos recursos económicos.

En su participación de la diputada federal suplente, planteó a los vecinos del valle allí reunidos, la posibilidad de ser incluidos en alguno de los programas de apoyo para proyectos productivos con que se cuenta en las dependencias federales o estatales, tanto para iniciar un pequeño negocio o bien dar continuidad a los ya establecidos, con apoyos que pueden ir desde los 5 mil hasta los 300 mil pesos, e inclusive sumas superiores, dependiendo del proyecto que se quiera aterrizar.

Por su parte, los pobladores del valle expusieron las necesidades de las diferentes comunidades rurales, entre las que destaca la necesidad de contar con un centro contra las adicciones, otro tema abordado en la reunión fue el relacionado con la contaminación que genera las condiciones en que opera el actual “basurón” ubicado en las cercanías del ejido Maytorena, el tema del mantenimiento a los caminos y carreteras del área rural.

Tema por tema, la doctora Blanca Camacho Sosa tomó nota y les aseguró que dará seguimiento a cada uno de los asuntos allí tratados, comprometiéndose a promover un encuentro con el Presidente Municipal, Héctor Moisés Laguna Torres, a quien reconoció la voluntad que ha presentado para trabajar en equipo y procurar mayores beneficios para los empalmenses.

Al término de la reunión, Camacho Sosa aseguró que mantendrá el trabajo de acercamiento con los residentes de las comunidades del valle de Guaymas y Empalme.

EX FUNCIONARIA APREHENDIDA EN LOS CABOS

 
  • Se trata de una secretaria de acuerdos de Junta de Conciliación de Chihuahua
  • La dama residía en la ciudad de San José del Cabo
  • Fue asegurada por la ministerial de Baja California Sur
  • Aprehensión dada a conocer por gobernador César Duarte
  •  
San José del Cabo, B.C.S.- Elementos de la Policía Ministerial destacamentados en ésta ciudad, realizaron la aprehensión de Jahire Yenery Armendáriz Palma, quien era requerida por las autoridades del estado de Chihuahua debido a su participación probable en fraudes. Lo anterior cuando se desempeñaba como secretaria de acuerdos de la Junta Especial No. 4 de Conciliación y Arbitraje.

El suceso fue dado a conocer públicamente por el gobernador del estado de Chihuahua César Duarte Jáquez, quien señaló que la mujer está acusada de sustraer expedientes y trabajar con abogados que maquinaban fraudes procesales y con ello facilitaban las definiciones o los laudos de juicios laborales establecidos en esa dependencia.

El gobernador añadió que este proceso permite: “recuperar la confianza de la inversión en Chihuahua de manera muy importante”.

La exservidora pública Yahire Yenery Armendáriz durante el cumplimiento de sus funciones, desapareció varios expedientes, entre ellos el de MEXALIT INDUSTRIAL S. A. DE C. V., la cual era demandada por el trabajador Juan Javier Quiñónez Quezada, a quien la empresa le depositó un cheque Banamex por la cantidad de 50 mil pesos.

El cheque y el expediente fueron encontrados en el escritorio de Yenery Armendáriz y las indagatorias de estos hechos arrojaron que fue el esposo de la exfuncionaria, Mario Gámez, quien cambió el cheque.

DETIENEN A FUNCIONARIA CORRUPTA DE CONCILIACION Y ARBITRAJE DE CHIHUAHUA


La secretaria de Acuerdos de la Junta Especial No. 4., Jahire Yenery Armendáriz Palma, es acusada de sustraer expedientes y de trabajar con abogados que maquinaban fraudes procesales.
Chihuahua • En medio de las investigaciones que se realizan para desmantelar la red de de abogados y funcionarios que ‘fabrican’ juicio laborales en la Junta de Conciliación y Arbitraje de Chihuahua, se informó la detención de una funcionaria de esa dependencia.

El gobernador César Duarte Jáquez y el fiscal General del Estado, Carlos Manuel Salas, informaron que fue ejecutada una orden de aprehensión en contra de Jahire Yenery Armendáriz Palma, secretaria de Acuerdos de la Junta Especial No. 4.

Durante una rueda de prensa, se informó que fue acusada de sustraer expedientes y de trabajar con abogados que maquinaban fraudes procesales, facilitando con ello, las definiciones o los laudos de juicios laborales establecidos en esa dependencia.

Duarte Jáquez sostuvo que esta detención marca la voluntad de su gobierno: “para actuar en contra, no sólo de abogados, sino de funcionarios deshonestos”, que han estado participando en actos de corrupción en los juicios laborales.

El fiscal informó que Armendáriz Palma desapareció varios expedientes, entre ellos, el de la empresa Mexalit Industrial S. A. de C. V., la cual era demandada por el trabajador Juan Javier Quiñónez Quezada, a quien la empresa le depositó un cheque de Banamex por la cantidad de 50 mil pesos.

“El cheque y el expediente fueron encontrados en el escritorio de Yenery Armendáriz y las indagatorias de estos hechos arrojaron que fue el esposo de la ex funcionaria, Mario Gámez, quien cambió el cheque”, explicó el titular de la fiscalía.

Mientras avanzan las investigaciones para desmantelar la red de corrupción que opera en esa dependencia, donde se detectó a 20 abogados externos, el diputado local del PRI emanado de la CTM, Francisco Salcido Lozoya, llamó a las autoridades estatales:

En este contexto denunció que los empresarios, “siguen obligando a los obreros a firmar sus contratos en blanco”, y sostuvo que esta práctica se realiza con más frecuencia de lo que se imagina el secretario del Trabajo Estatal, Fidel Pérez Romero.

“Tiene que ser cuidadoso porque hay empresarios que siguen con prácticas deshonestas, y voy a ser muy claro: las triquiñuelas no solo las hacen los abogados de los trabajadores, también para el otro lado se cuecen habas”, dijo el cetemista.

YA ME "ENCARGUÉ" DEL SOBRINO: "EL LAZCA"


En una conversación en poder del gobierno federal, el líder de "Los Zetas" informa a un jefe de plaza que la decisión se da en venganza al asesinato de un sobrino de Ángel Treviño; cae "El Flaco", presunto homicida material.
Ciudad de México • El líder de Los Zetas, Heriberto Lazcano, El Lazca, ordenó la muerte de José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo de Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, y no Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.

Funcionarios cercanos al caso revelaron que esto se desprende de los mensajes telefónicos que el líder absoluto de Los Zetas envió a su compadre Salvador Alfonso Martínez Escobedo, La Ardilla, el pasado 3 de octubre, fecha en que se cometió el crimen.

Las transcripciones de dichas conversaciones están en poder del gobierno federal, informaron los funcionarios consultados.

En el material se establece que Heriberto Lazcano informó ese mismo día que Alejandro Treviño Chávez, sobrino de El Z-40, había sido abatido por policías estatales, junto con cuatro integrantes de la organización criminal.

La noticia sorprendió a La Ardilla, quien supuso que la muerte ocurrió en su plaza, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde se encontraba Miguel Ángel Treviño, segundo al frente del cártel.

Según las transcripciones, Lazcano le dijo que la muerte había ocurrido en Piedras Negras, Coahuila, y dejó claro “que ya se había hecho cargo del asunto”, es decir, del asesinato de un familiar del gobernador Rubén Moreira.

También queda claro que Lazcano dio la orden de vengar la muerte de Alejandro Treviño Chávez. El sobrino de Treviño Morales era de Laredo, Texas; su cuerpo fue reclamado por su viuda, de nacionalidad estadunidense. 

La venganza se ejecutó tres horas más tarde y la víctima fue José Eduardo Moreira, sobrino del mandatario coahuilense.

Para cometer el crimen, narraron los funcionarios, El Lazca dio instrucciones de que la operación la coordinara Miguel Ángel Rodríguez Díaz, Alfa Metro, jefe zeta en el norte de Coahuila.

Una vez recibida la orden, Miguel Ángel pidió el apoyo de los uniformados coludidos con la banda, particularmente al subdirector operativo de la policía de Acuña, Rodolfo Castillo Montes.

Al ser enterado de la petición de Lazcano, el mando se comunicó con el hijo del ex líder nacional del PRI, a quien citó en ese municipio con el engaño de que debía entregarle una “invitación”.

Cuando José Eduardo llegó a la cita fue sometido por el supervisor de la policía de Acuña, Víctor Landeros Sifuentes, La Iguana, y el oficial Jorge Tenorio Takajasi, El Taka.

Después lo entregaron a Carlos Arnulfo Flores Flores, El Flaco, jefe de Los Zetas en Acuña presentado ayer como presunto autor material del crimen, quien iba acompañado de Rubén Sifuentes Cadena, El Shaggy.

El cuerpo del joven fue encontrado a las 10 de la noche, tres horas después de ser levantado.

De acuerdo con los mensajes, El Lazca se quejó porque el grupo no ejecutó a Rodolfo Castillo Montes, el único que los podía ligar con el homicidio.

Según los funcionarios consultados, los peritajes demostraron que el hijo de Moreira fue asesinado a bordo de la camioneta, mientras que los policías que hallaron el cuerpo declararon que se encontraba en un camino de terracería. 

Se comprobó que no fue así y que ellos mismos limpiaron el vehículo por orden de los jefes zetas, señalaron los funcionarios.

Otra versión
El Ejército presentó ayer a Carlos Arnulfo Flores Flores, El Flaco o El Fantasma, presunto jefe de plaza de Los Zetas en Acuña y autor material del homicidio de José Eduardo Moreira. El sujeto fue detenido tras un enfrentamiento en Monclova, Coahuila.

Sin embargo, la dependencia aseguró que el crimen fue ordenado por el líder del cártel, Miguel Angel Treviño, El Z-40, en represalia por la muerte de su sobrino.

Indicó que luego del asesinato de Moreira, los integrantes de la célula criminal abandonaron la ciudad y se refugiaron en distintos lugares de Coahuila.

La Sedena confirmó que el ex subdirector operativo de la policía de Acuña, Rodolfo Castillo Montes, y el policía Víctor Landeros Sifuentes citaron con engaños a José Eduardo.

Luego lo entregaron a El Flaco, a El Shaggy y a otro sujeto apodado El Pelón, quienes se lo llevaron y asesinaron.

De acuerdo con la Sedena, El Z-40 ordenó ejecutar al hijo del ex gobernador tras el abatimiento de su sobrino y cuatro zetas que enfrentaron a fuerzas de seguridad estatales.

“Por las actividades de apoyo a las autoridades de Seguridad Pública que realiza el Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos en Coahuila, se tuvo conocimiento de que la mayoría de los integrantes de la célula de Los Zetas en Acuña abandonaron la plaza y se refugiaron en distintos lugares, incluida la ciudad de Monclova, donde fue ubicado Flores Flores”.

El Flaco resultó con heridas leves y fue puesto a disposición de la SEIDO. Junto con él fueron detenidos César Zapata Riojas, El Nejo; José Gumaro Esquivel Flores, Gumaro, y Carlos Emanuel Espinoza Sifuentes, El Gordo

Claves
Cronología
José Eduardo Moreira fue asesinado el 3 de octubre pasado. Un mando de Acuña lo citó con engaños y lo entregó a la célula de Los Zetas a la que pertenecía Carlos Arnulfo Flores.

Salvador Martínez Escobedo o Carlos García, La Ardilla, presunto jefe regional de Los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, fue detenido por la Marina el 6 de octubre.

Un día después, el domingo 7 de octubre, la Armada abatió durante un enfrentamiento en Progreso, Coahuila, al líder absoluto de este cártel, Heriberto Lazcano, El Lazca.

EL EXTRAÑO FIN DEL M1







No hubo banda ni disparos de despedida, no hubo excesos, salvo por la presencia militar y por esas toneladas de flores que lo acompañaron hasta Jardines del Humaya, donde están los restos de su hijo Atanasio. Sobrio el funeral de Manuel Torres, hasta parecía el adiós de un hombre de bien.

Manuel Torres Félix le dijo a su gente que lo dejaran solo. Y le cumplieron: solo, solo, solo.

 
Sus exequias estaban lejos de ser las del gran capo, a pesar de los esfuerzos: pocos en su funeral, pocos en la San Martín del Zapata, en la colonia Guadalupe, donde hasta los soldados se mostraron desconcertados por la poca afluencia y abandonaron los retenes que habían aplicado en los alrededores. Y se quedaron ahí, nomás viendo. Dizque vigilando.

Quizá por esa soledad, terca y abrasiva, fueron compradas coronas y arreglos florales: llenar la oquedad con olores y colores monumentales, del piso al techo. Así inundaron la sala en la que estaba su féretro y sus familias y allegados, igual que los pasillos, durante los funerales.


Las florerías del sector tuvieron su repunte en las ventas: hubo coronas para el Ondeado, para el M1, de 500 rosas, a un precio de 10 mil pesos, y las más caras, de mil 500 rosas y otras flores, de 30 mil pesos, aunque esas fueron las menos. Cada uno de estos establecimientos comerciales logró vender tan solo en el primer día de velorio entre 12 y 15 coronas y otros arreglos.


Ataúd de faraón para un capo que se quedó solo. El féretro, metálico y chapeado en oro, junto con todo el servicio funerario contratado por la familia, tuvo un costo cercano a los 620 mil pesos.


Sus favoritas
 
Manuel Torres Félix vivía en el monte. Su rabia creció y se alimentó con una materia prima: el homicidio de uno de sus hijos, Atanasio, en abril de 2008. Estos ataques se dieron luego del resquebrajamiento del cártel de Sinaloa y las pugnas con los hermanos Beltrán Leyva.

Rara vez, confiesan fuentes de Ríodoce, venía a la ciudad. Y no pasaba más allá de Cosalá. Conocía la serranía culichi y sus alrededores, sobre todo en el sector sur, porque era su casa, su viento, su predio y su patio. Desde ahí operaba y controlaba, al servicio de Ismael Zambada García, el Mayo, uno de los líderes de esta organización criminal.


La información oficial indica que los militares le dieron muerte en una zona deshabitada, cerca de Oso Viejo, la madrugada del sábado 13 de octubre. Otras fuentes cercanas a este grupo indican que los uniformados le tendieron una pinza hasta que lo cercaron, y luego lo ultimaron.


Pero hay sospechas y no pocas: versiones extraoficiales indican que cuando el Ejército lo tuvo en sus manos ya estaba muerto, que tenía más golpes que balazos, una fractura expuesta de codo, tal como se aprecia en una de las fotografías que circulan en las redes sociales.


De acuerdo con información que contiene el peritaje realizado por la Procuraduría General de la República (PGR), se registraron seis lesiones de bala, una en el tórax anterior, otra en el posterior, una más en el abdomen, otra en el brazo izquierdo, una en un muslo y otras más en la pierna izquierda.


La causa de la muerte, según a conclusión pericial, fue por laceración pulmonar en ambos pulmones. La posición del occiso fue decúbito dorsal.


El cadáver duró en el Servicio Médico Forense desde la mañana del sábado hasta la noche del lunes. Pero nadie explicó porqué la noche en que supuestamente cayó abatido, elementos del Ejército mexicano levantaron el cuerpo y se lo llevaron al Semefo sin las actuaciones previas del Ministerio Público.


El cadáver fue paseado y retenido cuantas veces se pudo, al parecer por decisión de familiares: desde la noche del lunes y todo el martes en la funeraria, el miércoles una misa matinal y su traslado a los pueblos donde era conocido, y el jueves de nuevo a la funeraria y luego, durante la tarde, a Jardines del Humaya, a la tumba donde está su hijo Atanasio.


En los pasillos de la funeraria están sus parientes, amigos, vecinos y allegados. Todos parecen tristes, pero en paz. Resignados a la fuerza. Tranquilos, al final. Sueltan el aire: saben que murió un hombre con fama de sanguinario, a quien velan como un hombre apacible, de bien.


—¿Te quedó debiendo? —preguntó un hombre a un músico que acudió al funeral.

—No, ¿por qué?

—Para que te pague la familia. Porque si no, ya te chingaste.

—Ni modo. El señor fue bueno con nosotros. Vine a despedirlo.

El Señor, el Ondeado, el M1. Hermano de Javier Torres Félix, el JT, preso en Estados Unidos por narcotráfico. Ejecutor fuerte, duro: cercenador, decapitador y firmante de mensajes fúnebres dirigidos a sus enemigos, los Beltrán Leyva. Su firma, ese machete grande que dicen estaba chapeado en oro, fue la rúbrica en muchas, por no decir que todas, sus ejecuciones.


—¿Y cuál canción era la que más le gustaba al Señor?

—Carta a Esther… y Flor de Dalie.

Y se puso a cantarlas. Ahí, a capela. A solas.


¿Y los periodistas?


A cada foto, un militar. Un militar sin rango que dice: “¡Identifíquese!”. Y pide que no le tomen fotos, que no salga su cara. Con esa condición y luego de pedirle permiso al oficial a cargo del operativo, permite que se tomen gráficas del actuar de la tropa, los retenes, las revisiones que realizan los enviados por la Novena Zona Militar.


Bulevar Zapata, Manuel Bonilla y Domingo Rubí. Retenes, tanquetas, camionetas artilladas. Preguntas y más preguntas. Miradas afiladas. Miradas que miran y apuntan y sostienen la mirada con sospecha. Nadie, ningún periodista, en la escena, los camellones, las banquetas, tomando nota.


La “línea” —de los medios, del narco o del miedo—, confesaron algunos, fue no acudir a la funeraria por seguridad, porque no era un “narco pesado” y sus familiares les habían echado la camioneta encima a los reporteros que acudieron al Semefo el lunes que les entregaron el cuerpo, para evitar confrontaciones con la Policía o el Ejército, o con amigos. Nadie, nada.


El narco acecha, el Gobierno cede, los medios callan. La rendición de la pluma, libreta, cámaras y micrófonos frente a los mequetrefes de fusiles automáticos: el abandono de los periodistas a sí mismos y por lo tanto a la sociedad, el imperio del silencio postrado, la mordaza autoimpuesta a punta de amenazas, el fracaso del oficio y la renuncia de facto a la obligación moral de cubrir, reportear, escribir, informar.


Y ganó el encierro. Y los medios anunciaron, con su actuar, el repliegue. Y que hablen los poderosos, que tableteen las armas y corra la sangre: al cabo que nadie oye, nadie ve. El páramo de una ciudad triste. Muerte y silencio. Ganan los malos.


Caravana desnutrida


Un flaco desfile siguió el féretro, que iba en una camioneta blanca, casi color crema, modelo Gran Cherokee. Zapata, Obregón al sur, Costerita y al final la carretera México 15, hacia los terruños del Ondeado: de El Salado para arriba, Santa Cruz de Alayá y puntos intermedios.


Ocho vehículos, no más, siguiendo el cortejo. Un par de camionetas de modelo reciente y otros carros no tan viejos. Tres patrullas del Ejército y dos de la Policía Estatal, discretas y a distancia. Silentes, vigilantes. Pero dieron vuelta en u cuando terminó la mancha urbana, antes de llegar al cerro de El Tule.


Déjenme solo
 
Dicen los cercanos que pidió, ordenó: “Déjenme solo”. Que ya estaba cansado. Harto. Que sabía lo que venía y que había decidido enfrentarlo él y no quería a nadie más. Cuentan, casi a manera de mito, que siguió a pie entre el monte y los predios de plantíos de temporal, que pidió ayuda y las puertas se cerraron. Solo, solo, solo.

Así lo dejaron y así murió. Las versiones de las autoridades indican que fueron calibres pequeños los que perforaron su piel, pero que también tenía muchos golpes, que los militares nomás llegaron por el cuerpo, que no hubo tal balacera y que por ahí, cerca de donde lo recogieron, había fiesta.


Y en esas fiestas, aseguran, siempre hay muertos.


Solo ahí, entre los matorrales. Parecía sonreír ese cadáver. O ironizar: dónde quedó el Ejército que comandaba, dónde las armas. Porque en el funeral estuvieron pocos. Porque al cortejo asistieron menos.


Porque así lo pidió, dicen. “Déjenme solo”.


Y solo se quedó.

A GRANADAZOS ATACAN A "GATES"; NO HAY MUERTOS

Redacción

Piedras Negras, Coah.- Un ataque a granadazos sufrieron unidades del Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE) de la Secretaría de Seguridad Pública mientras custodiaban en las oficinas de la Subdelegación de la PGR en Piedras Negras a un grupo de cuatro sujetos detenidos, entre los que se encontraban dos de los reos fugados del Cereso de esta ciudad el pasado mes de septiembre.

De acuerdo con la Vocería para Asuntos de Seguridad del Estado, todo sucedió en pocos minutos cuando los agentes del GATE ponían a disposición del MP a los detenidos y varios sujetos armados a bordo de un vehículo en movimiento los rafaguearon y les lanzaron granadas.

El estruendo se escuchó en la colonia Las Fuentes, donde se ubica la subdelegación federal de la PGR, justo en la entrada del Campus de la Universidad Autónoma de Coahuila, donde por fortuna se suspendieron las clases.

Aún así, decenas de personas huyeron despavoridas y se refugiaron en casas y negocios, mientras que las actividades en esta zona de todo tipo se paralizaron.

La vocería dio a conocer que tras el ataque se activó el Código Rojo, sin embargo no se reportaron víctimas. Tras la agresión, elementos del Ejército llegaron al apoyo formando un perímetro de protección, mientras las autoridades del Estado hacían recorridos de búsqueda de los agresores.

Las autoridades sólo reportaron daños leves a patrullas y a la fachada de la subdelegación federal, que permanece resguardada.

Dos de ellos, Marco Antonio Gutiérrez Ávila y Miguel Ángel Nava Patiño, fueron identificados como parte de los internos que se evadieron del Cereso.