lunes, 27 de abril de 2015

MALOVA: UN ENGAÑO MÁS


Nuevamente el Gobernador Mario López Valdez les dio ‘atole con el dedo’ al pueblo guasavense; por lo pronto, no habrá expansión para esta temporada en la Liga Mexicana del Pacífico

Cayó el out 27 para Guasave. No habrá expansión en la Liga Mexicana del Pacífico para la próxima temporada.

Nuevamente el Gobernador Mario López Valdez engañó al pueblo guasavense y es que al final se hizo a un lado, teniendo como excusa la negativa del Congreso del Estado, que no aprobó un subsidio solicitado para el equipo.

En enero de este año, Malova se reunió con directivos de la LMP en un restaurante de esta ciudad y ahí se comprometió en conseguir el subsidio exclusivamente para la operación del equipo, ya que a Guasave ni siquiera le estaban pidiendo una cantidad monetaria para regresar al béisbol de invierno.

Pero después de que el Congreso lo bateara, el mandatario no se presentó a la primera asamblea de la liga, celebrada en Puerto Vallarta, y desde ahí se vino abajo la posible expansión, en la que también cabildeaban el retorno de los Potros de Tijuana.

Por lo tanto, Guasave deberá esperar no sólo este 2015, sino muchísimos años para volver a tener béisbol invernal, ya que nadie está dispuesto a perder dinero y si no se logró el retorno con un Gobernador beisbolero, mucho menos con otros políticos que en su vida han jugado siquiera a las canicas.

LMB, PODRÍA SER

El Alcalde de Guasave, Armando Leyson Castro lamentó dicha situación, pero aclaró que los empresarios seguirán trabajando en buscar contar con una franquicia, ya sea en la LMP o en la LMB.

“El grupo de empresarios que conformaron en el ánimo de poder rescatar el béisbol de la mexicana seguirá trabajando, aunque ahora con otros propósitos y se valorará la posibilidad de buscarla incursión de Guasave, quizá en la Liga de Verano”, comentó.

MALOVA Y ‘SUS VENADOS’

Lo que era un secreto a voces, y que la directiva de Venados de Mazatlán calló por meses, es que supuestamente la familia del ex gobernador de Sinaloa, Antonio Toledo Corro, será oficialmente la propietaria del equipo de la LMP.

Pero se dice que la familia Toledo sólo estará como prestanombres.

Una fuente que pidió anonimato dijo que el verdadero dueño es el Gobernador Mario López Valdez.

“Malova es el verdadero dueño”, dijo la fuente, quien agregó que en “una reunión que tuvo con algunos amigos, el Gobernador presumió que le costó muy barato el equipo: un millón de dólares”.

RECLAMA’ CANIZALEZ A MALOVA

Durante la serie final en Culiacán entre Tomateros y Charros, en una reunión que tuvieron en el Restaurante Mar & Sea, en la que estuvieron Malova, Juan Manuel Ley, Omar Canizales y el ex gobernador de Baja California, Guadalupe Osuna Millán, el presidente de la LMP le hizo algunas reclamaciones al mandatario estatal.

Resulta que Canizales, en defensa de su amigo y dueño de los Cañeros, Joaquín Vega, le reclamó a López Valdez por el poco apoyo que le ha dado el gobierno al equipo de Los Mochis y hasta le insinuó que su gente le estaba haciendo cosas extrañas al club.

Pero hay que dejar en claro que la relación entre los Vega y Malova no es buena, ya que supuestamente el club le quedó debiendo al Gobernador 5 millones de pesos cuando fue directivo.

La Liga ha financiado a los Cañeros en las últimas dos temporadas.



(RIODOCE/ Arturo González/  26 abril, 2015)

ASEGURAN VECINOS DE ARTURO ROSALES, LOS SICARIOS SE HABRÍAN EQUIVOCADO DE PERSONA


“No sé a quién buscan. Yo no soy. Yo soy Arturo, trabajo en El Manantial”, fueron las últimas palabras de Arturo Rosales, de 38 años, acribillado en su propia casa por un grupo armado que irrumpió intempestivamente en la colonia Potreritos.

Ana, la esposa de Arturo suplicó: “no oigan, no es a él a quien buscan, se los juro por mis hijos que no es él”.

Ante ambas súplicas, las almas de acero y los cañones de las armas de grueso calibre vomitaron plomo y fuego que cegó la vida de Arturo e hirió las piernas de su esposa.

El asesinato del empresario rosarense Ernesto Alonso Valdez Lozano perpetrado el 20 de abril en Culiacán, no tuvo ninguna conexión con las dos balaceras del 17 de abril, en la comunidad de Chilillos y en la colonia Potreritos,  pero el luto ya había extendido su manto sobre El Rosario.

Esa noche cruenta, entre las 20:30 y 21:00 horas, las dos balaceras habían dejado dos personas muertas y ninguno de los protagonistas del enfrentamiento fue detenido por las corporaciones policíacas.

Tres días antes de la muerte del empresario en la capital del estado, un grupo armado encapuchado y con ropa camuflada que viajaba al menos en cinco camionetas sin placas de circulación, incursionaron violentamente al otro lado de la Laguna del Iguanero, dejando una estela de sangre y muerte.

Algunas versiones policíacas les adjudican tácticas “guerrilleras”, debido a que “pegan y corren” y para cuando las fuerzas de seguridad pública reaccionan ya se esfumaron.

La muerte de Arturo Rosales, en el interior de su propia casa en la calle Nayarit de la colonia Potreritos del municipio de El Rosario, produjo tristeza, coraje e indignación a los rosarenses, que aseguran que los sicarios lo habrían asesinado por equivocación, cuando aparentemente buscaban al vecino.

Vecinos entrevistados por este semanario comentaron que en la casa con las paredes acribilladas a balazos vivía la persona a quien los gatilleros habrían buscado, mientras que en la vivienda vecina se encontraba Arturo Rosales, quien no tenía nada qué ver, pero los sicarios se equivocaron.

Compañeros de trabajo de Arturo Rosales sostienen que éste tenía alrededor de 20 años trabajando como técnico de mantenimiento en la empresa refresquera El Manantial, ubicada en el municipio de El Rosario.

La tarde del 17 de abril, Arturo Rosales había salido de trabajar de El Manantial, cuando se dirigió a su casa.

“Acababa de llegar del trabajo, estaba acostado, descansando”, dijo Ana, hoy viuda, quien fue herida a balazo en sus dos piernas.

La tarde del miércoles 22 de abril, Ana fue entrevistada por Ríodoce para conocer su versión de los hechos que enlutaron a su familia y que la postraron en una silla de ruedas donde se recupera lentamente de las heridas.

“No los esperábamos (a los hombres armados) y yo me imagino que ellos no esperaban la reacción de mi esposo y tal vez por eso lo mataron”, reflexiona.

“Porque han de haber pensado ‘quiere huir o qué sé yo’; pero él nunca trató de huir, él les dijo ‘no sé a quién buscan, yo no soy, yo soy Arturo, trabajo en El Manantial’”, dijo.

“Pero nunca dijeron un nombre”, agrega cuando se le pregunta si los sicarios mencionaron el nombre de la persona que buscaban en esa noche fatal.

La versión de algunos de los vecinos es que el grupo armado ya había asesinado a Arturo Rosales, cuando el vecino de éste, al darse cuenta de que habrían venido por él y se habían metido a la casa vecina, les empezó a disparar atrincherado desde su casa y los sicarios cruzaron el fuego.

“Ah chingado, nos equivocamos…”, habrían dicho los gatilleros mientras emprendían la retirada.

Los testigos aseguran que mientras los sicarios salían huyendo de la colonia Potreritos, como a 40 metros balacearon un portón de otra casa vecina, para dirigirse con rumbo a Chilillos, donde presuntamente fueron interceptados por otro grupo contrario que los enfrentó y donde quedó otra persona muerta.

“EL NARCO NUNCA SE EQUIVOCA”

Una fuente de Ríodoce relató que desde el mismo viernes 17 de abril, cuando fue asesinado Arturo Rosales, su tío Víctor Soto intentaba recuperar el cadáver, abrumado por los “reproches” de Leticia Guajardo López, titular de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común del municipio de El Rosario.

En ese contexto, Guajardo López externaba su opinión a Víctor Soto al grado de que aseguraba que su sobrino “sí andaba mal” y para “fundamentar” su comentario la funcionaria agregaba que “el narco nunca se equivoca”.

“¿Cómo iba a andar mal?, si él tenía 18 años trabajando en El Manantial y con su trabajo mantenía a su familia y no tenía necesidad de meterse en problemas”, replicaba Víctor Soto.

Los argumentos de Soto coinciden con los de la esposa del finado, quien dijo que Arturo Rosales salía de El Manantial y seguía trabajando por su cuenta, haciendo instalaciones eléctricas, para ganar dinero que le permitiera superar las angustias económicas imprevistas de la familia.

“Nos cercenaron los sueños, planes y proyectos que teníamos mi esposo y yo, porque él era muy trabajador, y siempre buscaba sacar adelante a la familia”, dijo Ana.

 ROSARIO BAJO FUEGO

-17 de abril. Dos balaceras, una en Chilillos y otra en la colonia Potreritos dejados muertos y una mujer herida.

-23 de abril. Vicente Pérez Chávez, Juan García Deras y Pedro Chávez Alemán, de 60, 56 y 50 años, fueron acribillados en El Tecomate, Pueblo Nuevo Durango, colindante con zona serrana de El Rosario.

-21 de abril. Entre estos dos hechos, fue velado y cremado el empresario Ernesto Alonso Valdez Solano, quien fue asesinado en Culiacán.


(RIODOCE/ Cayetano Osuna /26 abril, 2015)

CASO CERRADO: EL ROBO EN LA MINA EL GALLO 1, SIN RESPONSABLES


Dieciocho días han transcurrido desde el robo de casi 900 kilos de concentrado de oro de la mina El Gallo Uno en Mocorito, Sinaloa. Con ellos han llegado y se han ido diferentes declaraciones del tema, muchas de ellas relacionadas al tema de seguridad y a las medidas que se tomarían respecto a la investigación que se debe realizar.

Tras las disculpas y aclaraciones emitidas por el empresario de la minera canadiense McEwen Mining, Inc., quien mencionó las dificultades a las que se enfrentaba el gremio minero, ya que tienen que contar con el permiso del crimen organizado para entrar a una zona minera a realizar expediciones.

Luego de esto, el gobernador Mario López Valdez consideró innecesaria la intervención de la Procuraduría General de Justicia del Estado para realizar una investigación sobre la presencia del crimen organizado en la zona alteña, que condiciona y hostiga esta actividad productiva.

El director de gobierno del estado de Sinaloa, Raúl Pérez Miranda, en entrevista con este medio, declaró que el caso de la mina, aunque en investigación, estaba prácticamente cerrado.

“Desde nuestro punto de vista es un tema ya aclarado, cerrado. Creo que tras las últimas declaraciones del empresario, dejó claro que las condiciones que da el gobierno sinaloense para ellos como inversionistas son las que se requieren” mencionó.

Y agregó que en el estado de Sinaloa se tiene una comunicación abierta con empresarios de todos los sectores y en este caso con los mineros, permitiendo que el flujo de ésta sea con total libertad, en dado caso de que ellos presentaran algún tipo de dificultad.

Pérez Miranda dejó claro que las instrucciones de Malova era mantenerse alerta aunque cualquier situación de riesgo que pudiera presentar el sector minero en Sinaloa y que esto implicaba operar para que dicho gremio pudiera trabajar de manera correcta.

El pasado viernes 17, el procurador del estado de Sinaloa, Marco Antonio Higuera Gómez mencionó que se estaba trabajando en coordinación con la Procuraduría General de la República (PGR), recabando pruebas periciales; siendo éstas en materia de contabilidad, así como relacionadas al material denunciado como robado.

“Son esas pruebas que hasta este momento no nos han llegado los resultados las que nos van a dar la confirmación de cuál es el monto de lo que se robaron”, expuso.

Así mismo, mencionó la confianza de la investigación, aunque no se tenía responsables aun, se había tomado la declaración de 20 personas, así como la ubicación exacta de uno de los dos vehículos que se tiene el conocimiento fueron usados en los hechos.

Por separado, el presidente de la Asociación de Pequeños Mineros y Gambusinos del estado de Sinaloa, Huáscar Peña Inzunza, manifestó que si bien había que esperar los resultados finales de las investigaciones de las autoridades, no tenía la menor duda de que en el robo perpetuado en la mina El Gallo Uno estaban involucrados trabajadores o ex trabajadores de la zona.

“Ese robo, ese atraco a la empresa minera debió contar de alguna manera con empleados o desempleados como cómplices para realizar el asalto. Hay investigaciones en curso y es muy importante que se aclare, que tengan hechos concretos que mostrar a la opinión pública”, opinó.

Peña Inzunza, en su papel de presidente de la asociación, dejó claro que hay medidas serias de seguridad que se deben de tomar de parte de los dos sectores, gobierno y minero.

“Hay que tener una estrategia de protección a la empresa minera que está en Sinaloa. Y las empresas mineras deben establecer medidas más rígidas, más severas para proteger sus intereses”, recomendó.

Resaltó que aunque existe un Consejo Estatal de Minería, presidido por el gobernador del estado y el secretario de Desarrollo Económico, Aarón Rivas Loaiza, ésta debe emprender medidas más eficientes, las cuales se buscarían tomar en una próxima reunión.

Dijo que era posible que mineros y gambusinos planteen propuestas de solución o medidas para proteger tanto la actividad minera como otros sectores, ya que la primera no era la única en padecer las violencia o delincuencia que no solo estaba en el estado, sino en el país.

“Esto marca una línea, una frontera de lo de ayer para lo que viene, porque no había habido en el estado grandes desarrollos mineros, son recientes, pero se tienen que tomar las medidas pertinentes”, expuso.

PRODUCCIÓN MINERA EN SINALOA

A nivel nacional Sinaloa se encuentra en la posición número 12 en la producción de oro, quedando debajo de la Ciudad de México. Mientras que en la producción de plata se ubica en el lugar onceavo.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) recientemente dio a conocer que solamente Sinaloa y sus estados colindantes suman el 46 por ciento del PIB minero nacional. Informó también que esta entidad es la quinta con el mayor número de proyectos de exploración —96 en total—,  de los cuales siete corresponden a proyectos  pertenecientes a la empresa canadiense McEwen Mining Inc.

 (RIODOCE/ Natalia Ramírez / 26 abril, 2015)


CÁLCULO MORTAL: LA EMBESTIDA POLICIACA, BAJO LA HIPÓTESIS DE QUE EL SECUESTRADO ESTABA MUERTO


Ernesto Alonso López Solano, provenía de una familia de empresarios dueños de la mueblería Valdez Baluarte, aunque él se dedicó, entre otros negocios, al restaurantero.

Dueño de Casa Martina, restaurante ubicado frente a la plazuela Rosales, era muy común verlo atender personalmente a los comensales, o verificando que todos estuvieran bien atendidos, tomándose fotos con ellos.

En la página de Facebook del restaurante aparece una foto tomada en un cumpleaños en mayo del año pasado. En la imagen aparecen algunos amigos del empresario, entre ellos una mujer de estatura baja, complexión delgada, rubia con el cabello rizado y ojos de color claro, de nombre Laura Elena Quevedo Gastélum.

Laura Elena resultó no solo ser amiga de Ernesto, sino la tía de Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, hijo del fallecido narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes el Niño de Oro y de Giovana Quevedo.

Es, según acusa la procuraduría de justicia, presunto líder de la banda de secuestradores que privaron de la libertad al joven restaurantero.

Laura Elena, lo dijo ella misma, se quedó con la custodia de los niños del matrimonio Carrillo Quevedo y como albacea de la herencia de los menores.

El pasado 12 de abril en la madrugada, Ernesto iba en su automóvil casi llegando a su casa en el fraccionamiento Bonanza, cuando tres hombres a bordo de un automóvil Toyota Corolla lo secuestraron, identificados luego por la PGJE como Jorge Joel Echeverría Portillo, José de Jesús Sosa Paredes y Sergio Elio Urías Moreno, este último prófugo y los dos primeros actualmente detenidos y acusados.

Ese mismo día más tarde, llaman a la familia del empresario para pedirles 70 millones de pesos por su liberación y es así como se dan cuenta que se trata de un secuestro.

Según la información proporcionada por el procurador de justicia, Marco Antonio Higuera Gómez, la familia hizo la denuncia en ese momento a las autoridades y se inició la averiguación previa 102/2015 por la agencia séptima del Ministerio Público. Se turnó a la Unidad Especializada Antisecuestros, a cargo del comandante “Julio”.

La procuraduría informó que Ernesto Alonso había sido seguido durante dos días por Luis Alberto Pérez Jacobo y por el supuesto líder de la banda, Jaime Eduardo Carrillo, y vigilado desde un departamento ubicado frente al fraccionamiento donde vivía.

Posteriormente, el hijo del Niño de Oro, en compañía de Luis Alberto Pérez Jacobo, verificó el traslado de la víctima a la casa ubicada en calle Tarahumara 1159, del fraccionamiento San Carlos, donde días más después fue la balacera con los delincuentes y se encontró muerto al empresario.

El 20 de abril de este año, alrededor de las 12 horas y tras labores de investigación, las autoridades detienen por la zona de la Isla Musala a Luis Alberto Pérez Jacobo, quien según informó el procurador, les proporcionó información relacionada con los integrantes del grupo delictivo.

“Luis Alberto Pérez Jacobo establece que la célula delictiva de la cual forma parte está dedicada al secuestro y homicidio de sus víctimas o de quienes pagan dinero para la liberación.

“Refiere esta persona inicialmente detenida, en su declaración, que en donde mantenían en cautiverio a la víctima era en un domicilio particular del fraccionamiento San Carlos, y señaló que era probable que ya estuviera privado de la vida”, narró Higuera Gómez.

Con base en la información que proporcionó Pérez Jacobo, fue detenido ese mismo día Jaime Eduardo Carrillo Gastélum, quién se identificó como hijo de Rodolfo Carrillo, y a quien desde pequeño se le cambió el apellido por el Quevedo Gastélum, cuando su tía Laura Elena lo registró a él y a sus hermanas posterior a la muerte de sus padres, en una balacera de Cinépolis, en septiembre del 2004.

Al salir del fraccionamiento Las Nubes, ubicado en la zona Tres Ríos, donde al parecer vivía Carrillo Quevedo, viajaba en un Ford Mustang Color blanco modelo 2015, junto con dos escoltas de seguridad, identificados como Nelson Quintero González, quien portada un fusil calibre .223 con silenciador y Miguel Ángel Castillo Carrillo, primo de Jaime Eduardo, hijo de Luz Berthila Carrillo Fuentes.

Ambos escoltas en la declaración de la etapa procesal de la averiguación previa, informaron no tener conocimiento del secuestro del empresario, por lo que fueron consignados ante la PGR por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.

Alrededor de las tres de tarde de ese día, el comandante “Julio” de la  UEA pide apoyo a la policía Ministerial para montar un operativo y trasladarse al domicilio que ya habían señalado los detenidos que se encontraba Ernesto.

En el domicilio se encontraban Jorge Joel Echeverría Portillo, Cristian Paul Benítez Ortiz y José de Jesús Sosa Paredes. Los reportes de las autoridades indican que al llegar al domicilio fueron atacados con armas de grueso calibre, por lo que al valorar lo que ya se les había informado sobre el deceso de la víctima de secuestro, respondieron el ataque.

Vecinos de la Sierra Tarahumara que hablaron con Ríodoce afirmaron que nunca se escucharon disparos antes de que iniciara el enfrentamiento.

“Debo decirles que entre el momento de que fue detenido Luis Alberto y la hora que se inicia el operativo que son las tres de la tarde, el estudio de necropsia nos determina que el crono diagnóstico de que la hora aproximada de que privaron de la vida a la víctima de secuestro fue 1:30 a 2:00 de la tarde”, dijo el Procurador.

En el enfrentamiento, que duró alrededor de dos horas, solamente quedó vivo José de Jesús Sosa Paredes, quien se entregó a las autoridades. En la casa se aseguraron un rifle calibre .50, conocido como Barret; dos rifles .223, uno con aditamento lanzagranadas y el otro con mira; un fusil calibre 7.62×39; un rifle.308; una carabina calibre 5.56×45; dos pistolas 9 milímetros; y dos pistolas calibre 45. También se recolectaron 680 cartuchos.

SE DECLARA INOCENTE; ME TORTURARON, DICE…

Desde temprano, los empleados del Juzgado Cuarto Penal se dieron cuenta que no sería un día común. Laura Elena Quevedo llegó temprano al lado de su abogado, para verificar a qué hora sería presentado ante el juez su sobrino junto con los otros tres detenidos. Pero no fue la única, alrededor de las 10:30, César Romanillo, subprocurador de la zona centro, dejó el juzgado y ya no regresó.

La secretaria primera fue la encargada de integrar el expediente para el proceso, alrededor de las 13:40 horas del pasado jueves; presentaron a los cuatro jóvenes ante la rejilla para que declararan; el primero en salir fue Carrillo Quevedo, a quien el secretario le informó de la presencia de los medios de comunicación.

–Aquí está la prensa, ¿está de acuerdo que estén aquí? —le preguntó.

—No —respondió el joven.

—A petición de la persona que va a declarar, no está de acuerdo de que estén ustedes aquí, entonces es algo que debemos de hacerle saber a ustedes.

—Pero si no vamos a anotar, ni grabar ni tomar fotos —respondió un periodista.

—Pero pues… que puedo hacer —mencionó el secretario.

Posteriormente los reporteros fueron sacados de la sala con la promesa de que, al finalizar, el Juez daría una entrevista para informar.

Alrededor de las 16:00 horas terminó la diligencia, y el Juez al ser abordado mencionó que él no daría ninguna información, pasándole la batuta al Secretario, quien solo informó que tres de los jóvenes se abstuvieron de declarar y que los cuatro habían solicitado duplicidad del término, que se extendió a 144 horas.

El único en declarar fue Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, quien negó las acusaciones y alegó que había sido torturado.

SECUESTROS BAJO LA MISMA LÍNEA

Durante la conferencia que dio el procurador un día después de la balacera de San Carlos, fue muy reiterativo en que el modo de operar del grupo de secuestradores consistía en secuestrar, matar a la víctima y cobrar el rescate.

“El modus operandi de esa célula era  privar de la vida a las personas secuestradas y que solo en una ocasión, a la víctima la liberaron en razón de que era el abuelo del jefe de la célula”, informó el procurador.

El 2 de diciembre del año pasado fue secuestrado Jaime Antonio Quevedo Barrera, abuelo materno de Jaime Eduardo, en la Cofradía, Navolato. Cobraron un rescate de 400 mil pesos, dejándolo en libertad por ser abuelo del supuesto líder de la banda, pero asesinaron a Jesús Humberto Rivera Gastélum, quien fue encargado de entregar el dinero del rescate.

Posteriormente, el 19 de diciembre del mismo año, privaron de la libertad al joven Carlos Iván Urías López, hijo de Jesús Fernando Urías Peñuelas, ambos procedentes de Guasave. Al papá le solicitaron 20 millones por la liberación de su hijo, sin embargo al pagar el rescate a ambos los mataron, enterrándolos clandestinamente en la comunidad de El Pochote.

El Procurador del estado dijo que ambos secuestros habían sido confesados por los detenidos. Lo que el procurador no mencionó en ese momento es que ambos secuestros tenían una misma línea. Fuentes extraoficiales informaron a Ríodoce que el hijo del Niño de Oro eligió a las víctimas porque estaban relacionadas con su padre, al que le quedaron debiendo fuertes sumas de dinero.

Cuando en el 2004 mataron a Carrillo Fuentes y a su esposa Genoveva Quevedo, Jaime Eduardo y sus hermanas se quedaron bajo la custodia de su tía Laura Elena. Giovana dejó una herencia para sus hijos a cargo de su padre, pero posteriormente la encargada de manejarla fue también la tía Laura Elena.

En el caso del secuestro del joven de Guasave, según la versión de fuentes extraoficiales, el padre trabajó para Rodolfo Carrillo Fuentes en el transporte de droga, y quedó adeudándole una fuerte cantidad de dinero al fallecido narcotraficante.

¿RESCATE FALLIDO?

Desde el mismo momento en que se desataba la balacera en el sector Cañadas, se manejó diferente información, incluso de autoridades policiales que estaban en el lugar de los hechos, lo que provocó dudas a los medios de comunicación.

—¿Cree la procuraduría que podría ser esto un rescate fallido? —se le cuestionó al procurador durante la conferencia de prensa que dio un día después.

—No, jamás. Se trabaja operativamente para rescatar una persona mientras está cautiva, siempre se ha trabajado en prevalecer la negación de cara a la familia que tenga la negociación y ya una vez que culmine y se libere a la víctima, se trabaja.

“Ese siempre ha sido la forma de trabajar de la unidad especializada, aquí cuando tienes ya conocimiento de que la víctima puede estar ya privada de la vida es cuando se establece primeramente el interés de ubicar el domicilio, porque tienes que corroborar la certeza de lo que te está diciendo la persona”.

Por separado, el Gobernador Mario López Valdez comentó el viernes que posterior al suceso donde perdió la vida Ernesto Alonso Valdez, se reunió con empresarios para mostrarle cómo opera la UEA y cuáles fueron los protocolos y estrategias que se llevaron a cabo.

“Creo que todos quedaron de alguna manera con tranquilidad y confianza de que no están abandonados a su suerte y que el estado tiene de alguna manera un área que no les puede garantizar que no haya secuestros.

“Lo que si les puedo garantizar como estado es que cualquier secuestro que haya vamos a echarle guante a los responsables”.


(RIODOCE/ Cristian Díaz /26 abril, 2015)

PETICIÓN FALLIDA: MALASIA RATIFICA: HORCA PARA LOS TRES HERMANOS SINALOENSES ACUSADOS DE NARCOTRÁFICO


La última instancia para que los tres hermanos culiacanenses acusados de narcotráfico en Malasia tuvieran la esperanza de no ser condenados a muerte en la horca, se esfumó.

José Regino, Luis y Simón González Villarreal son tres hermanos que hasta febrero de 2008 residían en la colonia Loma de Rodriguera, donde crecieron desarrollando la actividad que por años de tradición realiza su familia: hacer ladrillos.

Sus pocos estudios los orillaron a trabajar en la ladrillera de su padre, el señor Héctor González, pero siempre buscaron salir de ese destino: intentaron desde el boxeo, atender una tienda de abarrotes en su casa y hasta enlistarse en el Ejército.

Pero cada actividad era fallida y de nueva cuenta regresaban al fuego, lodo y estiércol que les proporcionaban mil pesos de ganancia por cada mil ladrillos.

En diciembre de 2007, la tragedia invadió a la familia González Villarreal: tres de los 11 hermanos sufrieron un asalto donde perdió la vida el más pequeño, Roberto González.

Este evento terminó con los pocos ahorros con los que contaba la familia. A partir de eso momento, la angustia y desolación invadirían su hogar.

A finales de 2007 Regino conoció a un hombre llamado Jorge Enrique, quien le ofreció trabajo en el extranjero para él y sus hermanos.

En diciembre de ese mismo año, cansado de la vida en la ladrillera, Regino convence a Simón para que lo acompañe al extranjero y trabaje con él.

El viaje no dura mucho. Para Navidad los dos hermanos están de regreso, pero esta vez con la intención de llevarse a una tercera persona, su hermano Luis.

Convencidos de que esta nueva oportunidad de trabajo les ofrecería la estabilidad económica que tanto habían deseado, se embarcan en esta aventura sin saber que sería la peor decisión de sus vidas.

LA DETENCIÓN

Los tres hermanos salieron de Culiacán rumbo a Malasia en febrero de 2008, con la intención de trabajar allá para mandar un sustento a sus familias, pero un mes después son detenidos y acusados de narcotráfico.

Fueron aprehendidos en una fábrica donde había 250 kilogramos de metanfetaminas, pero los contratistas Jorge Enrique y Jesús Alfonso no fueron detenidos por falta de pruebas y salieron libres.

Malasia es un país que se encuentra a 15 mil 934 kilómetros de México por vía aérea. Antes de poner un pie en ese territorio, las autoridades de Malasia anuncian y recalcan con mayúsculas a todos los visitantes extranjeros, que el narcotráfico está penado con muerte.

Aun así, estos tres hermanos se atrevieron a ir al otro lado del mundo para realizar un trabajo ilícito, del que sus familiares se enterarían de la peor manera.

Ese mismo 4 de marzo en la colonia Loma de Rodriguera, la familia González Villarreal recibió una llamada de Simón quien les informó que estaban en Malasia y que habían sido detenidos.

LA NOTICIA

La noticia no llegó a oídos del gobierno mexicano ni de su embajada en Malasia. Nadie sabía que había tres mexicanos con peligro de ser condenados a la horca.

El reportero que se interesó por este caso fue Víctor Hugo Michel, quien hasta marzo de 2011 se enteró de esta situación y decidió viajar a Malasia para encontrarse con los hermanos González Villarreal en la cárcel llamada Ayer Molek.


En su libro Morir en Malasia, describe el encuentro con estos hermanos que llevaban más de dos años sin hablar con alguien en su mismo idioma, salvo con el embajador de México en Malasia, que para ese entonces solo se había presentado con ellos dos veces.
El panorama con el que se encontró fue desalentador para los mexicanos; desde que fueron detenidos no han tenido entendimiento de nada sobre su juicio, habían cambiado tres veces de abogados, con los cuales no podían entenderse y estaban exiliados de toda comunicación entre ellos.

Víctor Hugo Michel menciona en su libro parte de la conversación que sostuvo con el abogado de los hermanos, el chino KitsonFoong, ante la pregunta de “¿qué tan probable es que los condenen a la pena de muerte?”.

El abogado chino contestó: “En Malasia se es culpable hasta que se pruebe lo contrario… Todo depende de que tanta mierda tengas encima y a estos chicos se les acusa de haber estado en una fábrica con 250 kilos de metanfetaminas. Eso es mucha mierda. Si pierden van a colgarlos. La ley antinarcóticos es muy estricta”.

EL ENCUENTRO

Para este reportero fue sorpresa que ninguna autoridad mexicana metiera la manos por ellos, como lo hacían en casos de reos condenados a muerte en Estados Unidos, donde el gobierno ha logrado interceder y evitar que esto suceda.

Pero hay algo que no jugó a favor de estos tres hombres. Para su poca suerte, en los años que estuvieron detenidos, el gobierno mexicano encabezado por Felipe Calderón había declarado una guerra contra el narcotráfico. Y ellos tres estaban acusados de eso, en otro país.

Víctor Hugo Michel se encontró cara a cara con los tres sinaloenses, los describió como tres hombres calmados y tímidos.

Cuando les pregunta ¿cómo están? ¿Cómo va su caso?, Regino es el primero en contestar “estamos muy mal, estamos bajo mucha presión. Eso que nos quieren cargar tiene pena máxima… El juez no cree en nosotros. Todos aquí nos dicen que nuestro caso es fácil, que tendríamos que salir libres. Pero la verdad es que es un juez bien duro, nada humano”, comentó.

Mientras Luis, otro de los hermanos comenta “¡Yo sí estoy bien triste! Ya me contaron cómo es la ejecución. Es un cuarto pequeñito donde nadie habla. Y después te cuelgan”.

Los hermanos intentaban ponerse al tanto de las noticias de su país, querían saber cómo iban sus grupos favoritos de fútbol, quién había ganado el mundial, cómo estaba la situación en México. Todo lo que pudieran contarles, pues ellos se habían quedados congelados en el 2008.

Preguntaban por la situación de su familia. Ellos dejaron en Culiacán a esposas y nueve hijos entre los tres. Antes de irse, Simón dejó a su esposa embarazada y no ha conocido a su hija, cuyo nombre es Blanca.

“Pienso a diario en Culiacán. Todas las noches me duermo pensando que estoy allá, con la familia y los amigos, a diario lo pienso”, comentó Simón.

Los mexicanos comentaron que nunca habían tenido un traductor en ninguna de sus audiencias y que no tenían entendimiento claro de su caso y su verdadera situación legal.

LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

A partir del 4 de marzo de 2008, que fueron detenidos en una fábrica ubicada en Johor Bahru, una ciudad de Malasia, los tres culiacanenses han llevado un proceso legal de más de siete años.



Para el 17 de mayo de 2012, el magistrado Mohamed Zawawi, mejor conocido como “juez soga”, encontró a los tres hermanos culpables de los delitos de narcotráfico, crimen que es sentenciado con la pena capital.

Un año después, el 19 de agosto de 2013, se ratificó la pena de muerte a los tres hermanos y a los otros dos hombres enjuiciados con ellos.

El 28 de septiembre de 2013 se pospuso el juicio de los hermanos González Villarreal.

El 25 de abril de este año se convirtió en el día clave para saber el destino de estos tres hermanos: los sentenciarían a la horca o podrían librarse de la pena de muerte.

La familia, que en agosto de 2013 había vivido el seguimiento del juicio mediante el informe vía twitter por parte del reportero Víctor Hugo Michel —en una laptop, en el porche de su casa, rodeados de los medios de comunicación locales—, esta vez huyó.

RATIFICAN LA SENTENCIA

Apenas el martes 21 de abril aún se encontraba la familia en su casa y una de las hermanas de los muchachos, Leticia González, salió a atender.

“Mi madre está muy enferma, tuvo cita con el doctor, tuvo problemas con su pierna y se la tuvieron que amputar, ahorita está muy cansada y está dormida, no puede estar mucho tiempo sentada”, comentó.

Para el miércoles 22 de abril, día del juicio final en Malasia, la familia González Villarreal desapareció.

Alrededor de las once de la mañana sólo había dos mujeres usando el lavadero de la casa. Se les preguntó por Leticia y la familia, y sólo dijeron “pues Leticia llevó a su mamá al doctor y no sabemos cuándo van a volver”.

Después de eso, la casa rosa con portales y tela de gallinero lucía desolada, en el barandal una cadena y un candado sellado.

Pareciera que la familia no quiso compartir de nuevo ese momento con los medios de comunicación locales, ante los cuales habían estado en la última rectificación de la condena de muerte.

Esta vez no fue así. La familia se movió a la casa de Leticia, una de las hermanas de los jóvenes condenados. Todavía el día siguiente del juicio aún no se encontraba nadie en casa.

Después de toda la angustia vivida por estos dos padres, la señora Carmen Villarreal ha sufrido de problemas de salud, la diabetes hizo que perdiera una pierna, el señor Héctor González padece de problemas cardíacos.

El miércoles pasado, la información sobre el juicio de los tres sinaloense detenidos en Malasia provenía del twitter de Víctor Hugo Michel, quien a través de sus publicaciones narraba paso a paso el desarrollo del juicio.

Los hermanos estuvieron acompañados de Alejandrina y Consuelo, dos de sus hermanas, mientras el abogado de los acusados sentía un panorama alentador para los muchachos: “estamos optimistas con el panel que se nos ha asignado”, comentó KitsonFoong.

La defensa de los mexicanos y los otros dos detenidos argumentaba fallas y manipulación de las pruebas. Cuando tocó el turno de la fiscalía hizo pedazos las palabras del abogado Foong.

La fiscalía desaprobó totalmente la defensa de los tres mexicanos y desestimó que ésta tuviera solidez alguna.

La defensa indicaba que los hermanos nunca tuvieron acceso a los cuartos donde se encontraban las drogas, pero la fiscalía tenía el testimonio de dos guardias que decían lo contrario.

Los estudios realizados a la ropa que en ese entonces usaban los hermanos mostraban residuos que indicaban que habían tenido contacto con drogas, lo que hizo que la defensa se desmoronara en pedazos.

Después de que terminara el alegato y durante varios minutos, la familia estuvo a la espera de los resultados del magistrado.

Los familiares tuvieron la oportunidad de acercase a los hermanos, abrazarlos y mostrarles su apoyo. Regino, uno de los hermanos, le comentó al reportero “primero dios, nos vamos”.

Pero no fue así, la corte federal de Malasia desestimó el caso y se ratificó la pena de muerte para los mexicanos. La última apelación falló y los tres hermanos González Villarreal son culpables y su más probable destino es la horca.

Lo único que puede salvar a los tres sinaloenses es que el sultán Abdul Halim Muadzam Shah les otorgue el perdón.


(RIODOCE/ Emma Leyva Valdez / 26 abril, 2015)

SE “ENCACHIMBAN” LOS AGRICULTORES; AMENAZAN CON MÁS BLOQUEOS


“Ahorita ya tenemos el mecate en el pescuezo”, exclamaba un productor sinaloense ante miles de agricultores que mantuvieron cerrada durante once horas la caseta de peaje en la autopista Mazatlán-Culiacán, cerca de Costa Rica.

Cansados, sin agua y con los alimentos agotados en las dos tiendas de servicio que se  ubican a los costados de la caseta, los productores no cedían en su protesta.

Y es que el “mecate en el pescuezo” de los productores sinaloenses se apretó en los últimos cinco años, con una caída del precio del maíz de un 35 por ciento, a la par que el costo de los insumos para la producción creció en un 30 por ciento.

El miércoles 22 de abril, una comitiva de dirigentes agrícolas, acompañados por el gobernador de Sinaloa, estado líder en producción de maíz en México, asistió a las oficinas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) para negociar el costo del producto por tonelada.

Al mismo tiempo, en cuatro casetas de peaje de Sinaloa, los productores esperaban la respuesta mientras permitían el paso sin costo a los vehículos.

Tras cuatro horas de espera, la postura de SAGARPA llegó vía telefónica, pero sólo para enfurecer a los maiceros.

“Nomás no le dijimos ‘estás pendejo’, por respeto”, relató horas más tarde el presidente de la Coordinadora Estatal de Productores de Sinaloa, Arnoldo Verdugo Aguilar, al referirse a la propuesta del secretario de SAGARPA, Enrique Martínez y Martínez.

GRANERO COLAPSADO

Según un informe elaborado por la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES) y presentado ese día ante las autoridades federales, el precio por tonelada de maíz pasó de cuatro mil 400 pesos en 2012 a dos mil 900 pesos en 2015.

Apenas el año pasado, el precio de la tonelada de maíz alcanzó los tres mil 100 pesos y al agregarle el apoyo gubernamental, los productores lograron un precio de tres mil 700 pesos.

Este año, a los 2 mil 900 pesos sólo se le sumarían 400 pesos para llegar al llamado ingreso objetivo fijado en 3 mil 300 pesos por tonelada. Sin embargo, la exigencia de los productores sinaloenses es alcanzar los cuatro mil pesos.

Manuel García López, director general de CAADES, explica a detalle la situación que ha llevado a la desesperación y enojo de los más de siete mil productores sinaloenses que el pasado miércoles bloquearon las casetas del Estado y que se reorganizan para un nuevo bloqueo en los próximos días.

Según precisó, el costo de la tonelada de maíz blanco para vendérsela al industrial, lo establece SAGARPA a través de la fórmula de agricultura por contrato, que se basa en los precios del maíz amarillo, fijados a nivel internacional. Dicha fórmula es utilizada en México para el maíz blanco, a pesar de que el maíz amarillo es 75 dólares más barato que el blanco.

“Nuestros costos se han incrementado en un 30 por ciento, cada vez nos cuesta más caro producir y eso tiene que ver con la macroeconomía, está más caro el diesel, los seguros, los fertilizantes. En otro factor, los precios internacionales cayeron, en los últimos años se redujo un 40 por ciento, por lo tanto la fórmula de la agricultura por contrato también cayó y a la hora de hacer los cálculos te da menos”, explicó García López.

O dicho de forma más simple y directa, “el burro ya no aguanta la carga”, como lo expresó un productor que se manifestó junto a otros miles en la caseta de peaje de Costa Rica.

Habían llegado ahí a las ocho de la mañana con más de 500 tractores y camionetas repletas de agua embotellada. El plan inicial era tomar la caseta y permitir el libre paso sin costo, pero horas más tarde y tras la llamada que llegó desde las oficinas de SAGARPA, los ánimos se encendieron.

Discutieron entre ellos y desoyeron las voces de sus otros compañeros que se habían quedado de forma simbólica a cargo del movimiento.

En medio de la confusión sobre las acciones a seguir y la rabia por la respuesta de SAGARPA, un grupo de productores se plantó frente a un tráiler que apenas cruzaba la caseta, otro grupo acomodó tres tractores frente a los vehículos que se aproximaban y entonces, la circulación se detuvo.

Pasarían siete horas para que liberaran el paso en la caseta de Costa Rica.

Esa tarde, el último intento por bloquear el Aeropuerto Internacional de Culiacán, en junio de 2014, era constantemente recordado. En aquella ocasión, el gobernador Mario López Valdez arribó en un helicóptero, caminó junto a ellos y les pidió confianza, los productores aceptaron y se retiraron.

“El año pasado nos jugaron el dedo en la boca”, recordaban los productores, algunos de ellos a los que el gobierno federal hasta el momento no ha terminado de pagarles los apoyos de 2014.

Alrededor de las siete de la noche, un productor anunció por micrófono que los líderes ya habían regresado de México y se trasladaban hacia la protesta.

“Pero no viene ninguna autoridad porque dicen que hay temor a que los agredan, temen a un conato de violencia”, agregó el productor y su dicho se cumplió, ninguna autoridad estatal ni federal acudió.

Comenzaba a oscurecer y la fila de tráileres y autobuses de pasajeros que se extendía de norte a sur y de sur a norte alcanzaba más de dos kilómetros. Arnoldo Verdugo Aguilar, presidente de la Coordinadora, fue el único líder, de los que habían viajado a México, que llegó esa noche a la manifestación.

“Ya me llamaron como 20 veces de gobernación para decirme que los quite”, advirtió al tomar el micrófono. Alrededor de él, los miles de productores se mostraban firmes en su intención de no ceder.

Algunos alzaban la voz para proponer un bloqueo al aeropuerto esa misma noche, otros recomendaban acampar ahí y al día siguiente moverse al aeropuerto, lo más prudentes pedían regresar a sus casas y reorganizarse.

La discusión se prolongó durante una hora más.

GOBIERNO INDOLENTE

Baltazar Hinojosa Ochoa, quien asumió la dirección de ASERCA al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, es hoy aspirante a una diputación plurinominal federal y en días pasados fue nombrado como secretario de organización del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

La dirección general de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA), responsable de la comercialización agrícola en México, no cuenta con director desde el 4 de marzo de 2015.

El diputado local, presidente de la comisión de Asuntos Agropecuarios, Guadalupe Carrizoza Cháidez, consideró que la actitud del gobierno federal ante la exigencia de los productores es además de ineficaz, indolente y desafiante.

“Ni en la época de Salinas, ni Zedillo, ni con Fox, ni Calderón, que tampoco voy a decir que hicieron un buen papel en lo agrícola porque los cuatro eran desconocedores de la problemática y tuvieron pésimos secretarios, pero en este sexenio no sólo hay ineficacia, hay una actitud indolente, insensible y desafiante hacia el productor”, criticó Carrizoza.

El legislador cuestionó que además de enfrentar una crisis en el precio de los granos, el gobierno federal ha retrasado el pago de los apoyos al campo.

“No sólo no lo atiende, ven el pago como un favor que le están haciendo al productor. En el 2013 iniciaron con pagos tardíos pero en 2014 todavía es hora que no han pagado complementos del año pasado. Es justa la desconfianza y la molestia del productor”, enfatizó.

Para García López, director general de CAADES, hay soluciones integrales a las que el gobierno federal no ha querido acceder, como a la reformulación del esquema de agricultura por contrato, en la cual se podría encontrar un promedio entre el costo del maíz amarillo y el maíz blanco.

“El que está definiendo los precios es prácticamente ASERCA y SAGARPA. Lo que sería deseable es que este esquema cuide los equilibrios de la cadena. Se tiene que encontrar un punto medio en el que todos quedemos conformes, desde el productor hasta el industrial”, destacó García López.

El miércoles por la noche, los productores levantaron su plantón alrededor de las 21 horas pero convencidos de volver a organizarse para tomar los aeropuertos de Culiacán y Mazatlán la próxima semana.

En días recientes comenzó a circular la versión de que el próximo miércoles 29 de abril, los productores de Sinaloa podrían manifestarse durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Mazatlán.

Maíz en picada

En los últimos cinco años, el precio del maíz cayó en 35 por ciento, a la par que el costo de los insumos para la producción creció en un 30 por ciento.

Precio contratado       Precio con apoyo gubernamental

4 mil 400 4 mil 800
3 mil 300 3 mil 850
3 mil 100 3 mil 700

2 mil 900 propuesta de 3 mil 300



(RIODOCE/ Miriam Ramírez /26 abril, 2015)

¿QUIÉN LO MATÓ? FALLA LA UEA EN UNA OPERACIÓN INFERNAL


Seis detenidos y tres muertos, incluido el secuestrado, saldo del operativo

Lunes 20 de abril. 15:18 horas. Es el registro del mensaje de WhatsAPP. Con clara ortografía, respetando mayúsculas y puntos, Carlos recibía el aviso de su hijo de la balacera afuera de su casa. Aún tiene guardada la conversación en su teléfono. Viven casi pegados al patio de la casa donde murió Ernesto Alonso Valdez Solano el lunes 20 de abril, cuando intentaban rescatarlo de un secuestro de 10 días.

La Unidad Especializada Antisecuestros, UEA, llevaba justamente una semana investigando el plagio del empresario restaurantero. Ese lunes 20 las negociaciones seguían abiertas. Los secuestradores habían mantenido la exigencia del rescate a familiares de Valdez Solano. La UEA tenía identificadas las llamadas telefónicas: la primera desde Mazatlán, luego de Nayarit, después de Vallarta… el negociador se iba moviendo al sur y se comunicaba desde los teléfonos de las casetas de peaje del trayecto.

Aun así, en la UEA decidieron “reventar” la casa de Sierra Tarahumara 1159 en San Carlos. Pidieron el apoyo a la Policía Ministerial. Un grupo de agentes, un helicóptero y el auto blindado Tiger esperaban la orden apostados por el bulevar Manuel Clouthier y Zapata.

Dos horas antes, casi a la una de la tarde, habían detenido al primero de la banda de secuestradores, Luis Alberto Pérez Jacobo, en la Isla Musala. Estaba perfectamente ubicado por los investigadores, aparece en cámaras de vigilancia cercanas al sitio del plagio en la madrugada del domingo.

Luis Alberto Pérez, el joven del tatuaje con una calavera multicolor en la espalda, los llevó al líder del grupo: Jaime Eduardo Carrillo Quevedo —hijo del Niño de oro, Rodolfo Carrillo y Giovana Quevedo, asesinados en la balacera de Cinépolis el 11 de septiembre de 2004—, registrado en realidad con los apellidos de su madre, Quevedo Gastélum.

Luis Alberto Pérez le dijo a la UEA en el interrogatorio que Ernesto Valdez estaba muerto, que la orden de matarlo ya se había dado. Eso aceleró todo. De Musala se fueron directo a la privada Las Nubes, junto a la Escuela Activa, ahí detuvieron a Jaime Eduardo Carrillo Quevedo —el hijo del menor de los Carrillo Fuentes, jefes del Cártel de Juárez— junto a dos escoltas armados, Nelson Quintero González y Miguel Ángel Castillo Carrillo. En Las Nubes, los vecinos lo conocían como el niño con el auto caro. Manejaba un Mustang 2015, blanco, recién comprado.

UNA SEMANA EN CAUTIVERIO

Domingo 12 de abril. 3:00 am. Ernesto Alonso Valdez Solano es trasladado a la casa de Sierra Tarahumara en San Carlos. No volvería a salir de ahí. Lo capturaron cuando llegaba a su casa en un fraccionamiento en la margen derecha del río Humaya. Llevaban días siguiéndolo y no se percató. Estaba señalado como objetivo y se planeó el secuestro.

Esos nueve días que el empresario pasó en cautiverio en la casa de Sierra Tarahumara, fue José de Jesús Sosa Paredes el encargado de la compra de los víveres. Recorría en una camioneta gris el abarrote, la tortillería y el Oxxo, todo en la calle Sierra Madre Occidental, la principal de Cañadas. Apenas bajaba una cuadra, pero lo hacía en carro siempre. Un par de testigos lo describen como de lo más normal, nada llamaba la atención. Nuevo en el barrio se mostraba agradable y dejaba propinas. Pagaba y no recogía la feria. A José de Jesús es al único que señalan vecinos, los otros captores Cristian Paúl Benítez Ortiz y Jorge Joel Echeverría Portillo —ambos abatidos en la balacera— no abandonaban la casa.

La noche de la pelea de box entre Julio César Chávez hijo y Andrzej Fonfara, hubo fiesta en el número 1159 de Sierra Tarahumara. Estaba por cumplir ocho días Ernesto Alonso secuestrado. Los vecinos aseguran que se escuchaba alto el volumen del televisor con la narración de la pelea —el aparato sobrevive aun dentro de la casa después de la balacera— y la plática de un grupo de jóvenes como otros más viendo la pelea del culichi, el hijo de la leyenda. Luego de la derrota de Chávez hijo, la reunión siguió.

La calle Sierra Tarahumara es una vialidad con muy poco tráfico. La circulación es solo de los vecinos. Incluso una parte de la calle está sin pavimento, los autos circulan por el lado norte. Más de la mitad de la cuadra donde está la casa del secuestro no tiene viviendas en la acera sur, un inexistente parque ocupa la colina que concluye en la entrada del área deportiva de la Escuela Normal de Sinaloa.

Los vecinos ya saben que esa casa siempre está de renta. No es raro ver que cambian constantemente los inquilinos. Frente a la puerta principal una cica adorna la banqueta, otra sobreviviente de los muchos que han pasado por la casa y de la refriega de ese lunes aciago.

EL OPERATIVO

Lunes 20 de abril. Unos diez minutos antes de las 15:00 horas. Empiezan a colocarse las unidades de inteligencia de la Unidad Especializada Antisecuestros al sector Cañadas. Tienen la ubicación exacta de la casa, el número de los captores y la descripción del armamento con que cuentan. Discretas, silenciosas, los acompañaban algunas patrullas de la policía ministerial.

El operativo está a cargo de la UEA por completo, el resto de elementos son solo apoyo. La Policía Estatal Preventiva cubre el primer anillo exterior, la policía municipal le sigue. Cierran el paso dos cuadras a la redonda.

Al mismo tiempo se da aviso a Protección Civil y empieza el resguardo de los alumnos de dos escuelas de los alrededores. Una primaria y una secundaria.

Un video de la UEA muestra el arranque de la operación. La videograbación muestra a la unidad de inteligencia de la UEA aproximándose a la casa, y a los lados la fuerza especial de policía que se encargará de la incursión en la casa. Intentan abrir el portón con un mazo, pero está completamente trabada.

Luego, con el Tiger, el vehículo blindado que mandó la Policía Ministerial, chocan el portón de la cochera. Justo ahí se escuchan los primeros disparos, son en algunos relojes las 15:14 horas, en otros las 15:10. El blindaje del Tiger cede, el calibre de los disparos es mucho más alto del que esperaban —lo que les había dicho sobre las armas el primer detenido, Luis Alberto Pérez Jacobo, era falso—. El Tiger hace una maniobra de repliegue, intentaba atacar de frente por el portón de la cochera y se coloca de lado, sigue recibiendo disparos.

Después, los disparos serán intermitentes. No cesarán desde dentro de la casa por más de una hora. A las 13:51 horas llega un segundo vehículo blindado, siguen parapetados dentro de la casa los secuestradores. Y siguen los disparos.

Muy poco después de la llegada de las fuerzas de la UEA a la casa, salió una llamada telefónica. Uno de los captores, quien salía a comprar las tortillas, el agua, la comida, había llamado para que lo rescataran. Su madre llegó a la operación y rogaba que la dejaran hablar con ellos. Por teléfono celular le pedía a José de Jesús Sosa que se entregara, que los policías le garantizaban que nada pasaría.

Antes de las 17:00 horas se escucharon los últimos disparos, la operación había terminado. Dos de los captores cayeron abatidos, uno se entregó, pero el empresario secuestrado, Ernesto Alonso Valdez, también estaba muerto dentro de la casa.

EL PASEO DE CESARÍN

Miércoles 22 de abril. 16:45 horas. Cesarín no se quiere bajar del auto. El niño de unos cinco años llora y se amarra al asiento trasero del Tsuru habilitado como taxi que conduce el papá. Tiene miedo aun cuando César grande le dice que no pasa nada, que es un paseo familiar a la casa de Sierra Tarahumara 1159 en el fraccionamiento San Carlos, pegado al conocido sector de Cañadas. Hace dos días, dentro de la casa tres jóvenes mantenían cautivo a Ernesto Valdez y se enfrentaron a policías hasta caer abatidos.

La casa amarilla, de cargados adornos en las ventanas de la fachada, está salpicada de agujeros y es el atractivo del sector. No dejan de pasar autos, y es un desfile de visitantes durante mañana y tarde. Papá César, mamá e hija se bajan celular en mano a tomar fotos y video. Pisan vidrios rotos, polvo, aceite y hasta sangre, extrañamente les causa risa introducirse a la casa.

Los vecinos tampoco lucen sorprendidos. Solo dicen que un día después del enfrentamiento los sellos de la Procuraduría colocados en la única puerta fueron violados y hoy hay paso franco a la casa. Excepto Cesarín, que solo mira la fachada cuando César grande lo saca a fuerza del carro y casi lo obliga a mirar.

La familia del taxi se va, pero llegan otros dos jóvenes de cachuchas y lentes en una camioneta roja. Casi como requisito se bajan rápidamente, se toman la foto y se van. Luego, un hombre y una mujer… los más tímidos solo observan desde el auto, sin bajarse.


(RIODOCE/ Andrés Villarreal /26 abril, 2015)