Con el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador la manera en la que operan las organizaciones de trabajadores cuyo
propósito es defenderlos de los abusos laborales cambiará radicalmente, ya que
se prometió acabar con los cacicazgos de las dirigencias y la figura del outsourcing
podría desaparecer
Utilizados para la
consolidación del régimen priista en nuestro país, los sectores obreros y
sindicales fueron vistos por muchos años como una fuente para la generación de
votos bajo la promesa de amparo y respeto hacia sus garantías laborales.
Instituciones emblemáticas
como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), la Confederación de
Trabajadores de México (CTM) o la Confederación Revolucionaria de Obreros y
Campesinos (CROC) se convirtieron en las herramientas predilectas del priismo
en los tiempos de opacidad de contratos colectivos, falta de garantías de los
derechos humanos para el trabajador y manejos unilaterales por parte de sus
líderes sindicales.
Sin embargo, este año, el
cambio de régimen político encabezado por el presidente Andrés Manuel López
Obrador trajo consigo una nueva promesa para la clase obrera mexicana: mayor
libertad, mayor competencia sindical, transparencia en las elecciones de las
dirigencias y un impulso a las necesidades básicas de los empleados.
Tan sólo en el punto 14 de su
Plan Nacional, presentado en su discurso inaugural, López Obrador prometió,
además de bajar los sueldos de los altos funcionarios, aumentar
proporcionalmente los de los trabajadores de base y sindicalizados.
“Piso parejo” y cero
favoritismos fue la promesa lanzada por el mandatario y puesta a consideración
de su grupo parlamentario en el Senado de la República para hacerla realidad
“Esta LXIV Legislatura será
fundamental y trascendental en la vida de los trabajadores de México porque hoy
se les va a dar el lugar que merecen. Tenemos que recordar que los trabajadores
son seres humanos, no son artículos y tenemos que defender sus derechos como lo
marca la Constitución en el artículo 123”, dijo el senador, Pedro Haces Barba,
uno de los legisladores de Morena que forma parte de la Comisión del Trabajo en
la Cámara alta.
El también secretario general
de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM),
mencionó que el objetivo de la Cuarta Transformación en el ámbito laboral está
en el buscar mecanismos para ir de la mano con el trabajador dentro de la
“modernidad” que México requiere.
Después añadió que la
necesidad de las organizaciones de este sector está en la creación de un
“sindicalismo real, verdadero y que no traiciona; que no miente y que no roba.
En un sindicalismo que impulsa al empresariado para que cada vez nos pueda dar
un mayor número de fuentes de trabajo. Este sindicalismo moderno es uno que no
apoya ni a rateros ni a gente floja”.
NO TAN MODERNOS
Más allá del discurso
inicial, vale la pena revisar el historial de los dos principales promotores
que, desde el Senado de la República, abanderan la lucha obrera dentro del
partido guinda.
Por un lado el propio Pedro
Haces: empresario y exmilitante del PRI que se ha desempeñado por más de dos
décadas dentro del sector sindical.
Este año, Haces Barba tomó
protesta como senador el 4 de diciembre, como suplente de Germán Martínez,
quien ahora funge como director general del IMSS.
Por otra parte, el polémico
líder sindical, Napoleón Gómez Urrutia, quien tomó protesta el 29 de septiembre
de este año.
A él se le relaciona con el
presunto desvío de cerca de 55 millones de dólares de los recursos de
trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos,
Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana –el cual encabezaba en su
momento.
En mayo de 2018 y luego de 13
años de litigios, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) emitió un
fallo obligando a Gómez Urrutia a reponer los recursos antes mencionados.
Ambos senadores forman parte
de la Comisión de Trabajo de Morena y comenzaron a adelantar sus iniciativas
para 2019, las cuales tienen en común un discurso de apoyo al trabajador, el
fin de los liderazgos, los enriquecimientos ilícitos y el fortalecimiento de la
transparencia sindical.
“Ya lo dijo muy claramente el
señor presidente: no hay línea para nadie. El gobierno de la República no tiene
favoritismos en ningún sindicato de ninguno de los dos apartados”, adelantó
Haces Barba.
Además mencionó que la
Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México es una organización
que respeta a todos y cada uno de los trabajadores que la conforman.
“Respeta a todas las
instituciones del país; respeta a los empresarios y respeta a todo el mundo. Y
eso es lo que hacía falta en este país: que hubiera respeto. Porque el respeto
antes no existía. Antes existían dedazos y anarquías”.
También comentó que una de
sus primeras acciones será pedir que se revisen todos los contratos colectivos
que hay en México.
“Yo hago un exhorto a que se
revisen todos los contratos que están depositados en las juntas de
conciliación, tanto en el área federal como en las juntas locales, para ver que
no haya contratos de protección. Con la llegada del convenio 98 de la OIT–el
cual permaneció “oculto” por más de 6 décadas– a la luz pública, se debe
respetar la libre afiliación y democracia sindical, y que las elecciones dentro
de los sindicatos sean transparentes”, sentenció
¿EL FIN DE LA STPRM?
Con las votaciones para la
renovación de las 36 secciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la
República Mexicana (STPRM) llevadas a cabo en octubre pasado, se marcó lo que
podría ser el inicio del fin para la dirigencia del líder sindical Carlos
Romero Deschamps, uno de los máximos representantes del “charrismo” –el control
corporativo y partidista de agrupaciones obreras– en México.
Acusado en múltiples
ocasiones no sólo de enriquecimiento ilícito, sino de diversas irregularidades
que van desde los malos manejos hasta la represión o intimidación de los
trabajadores del sector petrolero, Romero Deschamps se ha mantenido en el
puesto por más de 20 años.
Posicionado como uno de los
más emblemáticos del país, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la
República Mexicana atraviesa por un punto de quiebre, en donde la presión
impuesta por la disidencia amenaza el imperio de Carlos Romero Deschamps
Prueba de estas
irregularidades son los estatutos generales del sindicato, donde actualmente no
está contemplado el método de elección a través del voto libre y secreto.
El método que ha sido
empleado hasta la fecha, consistía en la incorporación de nombre completo y
ficha del trabajador en las papeletas, lo que permitía controlar el resultado
de los comicios internos.
Este tipo de prácticas
tuvieron como consecuencia la creación de un nuevo sindicato nacido del ala
disidente. Uno que propone expandir el nuevo “paradigma sindical” a través de
los trabajadores de México.
“Nosotros vamos por la pelea
del contrato colectivo de trabajo. Dejamos de conmiserarnos y decir ‘Carlos
Romero el todopoderoso; tiene dinero y tiene historia’ y comenzamos a ver el
poder de los compañeros trabajadores y la reunión de todas esas energías. No
vamos a vivir como los disidentes oficiales; vamos a pelear un amparo y vamos a
ir a los tribunales y al fondo de este asunto, que es el contrato colectivo
para que los trabajadores tengan en sus manos el poder”, dice Óscar Solórzano
Méndez, vocero del Movimiento Regeneración Nacional Obrero y Sindical (Morenos)
y fundador del sindicato de constitución reciente Petromex, el cual prevé la
desaparición del STPRM ante la nueva corriente.
“Nosotros pensamos que en
este país se debe cambiar a través de acciones concretas, de reglas concretas y
a través de proyectos decididos. Y no de ocurrencias como ha sucedido (…)”
“El STPRM debe desaparecer, debemos
arrancarlo de raíz y debe de dar paso a un nuevo sindicato como Petromex:
cuidado, con orden, con reglas y con castigos jurídicos directos para quien
robe o le pegue a la dignidad de los trabajadores”
- Óscar Solórzano Méndez
Fundador del sindicato Petromex
Creemos que Andrés Manuel
López Obrador está dando la apertura por primera vez en el país para que estos
nuevos sindicatos tengan vida. Para 2019 no van a existir sindicatos únicos por
sector –energético, educativo, minero, entre otros– sino que se le va a dar la
oportunidad al trabajador de ver a cuál se quiere integrar”, comentó el vocero.
La desaparición de las viejas
prácticas sindicales siempre trae consigo la duda sobre qué tan efectivas serán
las nuevas que vendrán en su lugar. Los críticos del nuevo régimen señalan que
tanto López Obrador como Morena están preparando un músculo político similar al
que en su momento presumió el PRI pero con otras organizaciones.
El actual líder sindical de
Pemex ha estado en el cargo por más de 20 años y ha sido acusado de diversas
irregularidades
“El STPRM tuvo por más de dos
décadas dentro de sus estatutos la cláusula de que eran parte organizativa del
PRI. Nosotros en Petromex dijimos ‘nunca más un sindicato afiliado a un
partido’. En nuestros estatutos está determinantemente prohibido que el nuevo
sindicato pertenezca a un organismo político; la corriente está abierta a toda
clase de ideologías”, afirmó Óscar Solórzano Méndez.
EL MISTERIO DEL OUTSOURCING
Terminar con el outsourcing
como una estrategia para brindar mayor autonomía sindical es una de las
propuestas con las que cerró el año el senador de Morena Napoleón Gómez
Urrutia.
Una iniciativa que se
pretende llevar a la Cámara alta durante este último periodo del 2018 pero
sobre la cuál no se tienen detalles ni estudios respecto al impacto que tendría
para las empresas que utilizan estos esquemas de contratación mediante
terceros.
El outsourcing se integró de
lleno tras la Reforma Laboral del 2012 durante el gobierno de Enrique Peña
Nieto, teniendo un impacto directo en los trabajadores del país. Un esquema
utilizado –entre otras cosas– para bajar el sueldo de los empleados y reducir
la carga impositiva de las empresas ante los organismos hacendarios
Aunque en apariencia este
esquema traería un gran beneficio para los aproximadamente 3 millones de
trabajadores que actualmente laboran bajo estos esquemas, hay sectores
empresariales que denuncian lo contrario. Pues a su consideración, la
flexibilidad que trae consigo la tercerización de empleos retrasa gravemente el
progreso de México en el mercado mundial.
“Ellos buscan la eliminación
del outsourcing cuando se ha visto que (este esquema) representa un ahorro
tremendo en costos de reclutamiento, selección y contratación de personal (…)
Las empresas ya están externando que sería una pérdida grande a las
flexibilidades que les otorgamos”, comento Óscar René Culebro Medina director
general de Grupo Soluciones Empresariales.
El empresario dedicado a la
subcontratación, principalmente para el sector maquilador del país, mencionó
que la medida impulsada por el senador de Morena, sin analizar los números ni
los beneficios que las empresas reguladas poseen, tiene intenciones sociales y
partidistas más que económicas.
“Definitivamente es
populismo. Lo que se está manejando es una política popular al 100 por ciento y
no se está viendo el impacto económico que causaría.
Sí necesitamos una reforma
laboral definitivamente, en protección al trabajo, la dignificación del empleo,
en el cumplimiento de los aguinaldos y las prestaciones laborales (…) pero
también en protección al empleador”.
Culebro Medina mencionó que
lo que se busca desde la bancada de Morena es dignificar un poco la fuente de
trabajo, pero que se sigue manteniendo en el mito a la tercerización del
empleo, afirmando que los outsourcing son una fuente que genera empleo, pero no
de calidad.
Para finalizar sentenció que
el impacto de presentar una iniciativa de ese tipo sin analizar correctamente
sus ángulos económicos, pondría a México en una situación de atraso frente al
resto del mundo.
“Somos un sector en donde
existe inversión extranjera. En Europa, Estados Unidos, Asia, la tercerización
es muy común, inclusive nuestro tipo de sector va en crecimiento a nivel
mundial.
Napoleón Gómez Urrutia
finaliza el año con una propuesta que provoca la inquietud de gran parte del
sector empresarial en México: el fin de los esquemas de outsourcing. Un formato
bajo el cual se da empleo a cerca de 3 millones de personas a nivel nacional
Si somos un país de tercer
mundo, (la eliminación de este esquema) nos atrasaría 30 años más. Hemos
avanzado, los tiempos son otros y hay muchísima inversión extranjera que
requiere de nuestra flexibilidad”, concluyó.
(REPORTE INDIGO/
SALVADOR VEGA/ DIC 17, 2018)