lunes, 29 de enero de 2018

BELTRONES EN EL PAÍS DE LOS AFÁSICOS

Cuentan las malas lenguas que Marco Antonio Llano, jefe político del priísmo guaymense salió este jueves volando rumbo a Hermosillo. La segunda visita del precandidato Pepe Toño Meade, era como la anunciación de María.

En Los Pinos urgía la toma para mandar el mensaje de unidad en torno del itamita para calmar los rumores de sus acercamientos con Morena, luego del espaldarazo de apoyo de Ricardo Monreal, Yeikol Polenski y Olga Sánchez Cordero, tras los escándalos chihuahuenses.

Si de por si los runrunes de que Miguel Ángel Osorio Chong, coquetea con el Peje, tienen desquiciados a los cerebros de la precampaña tricolor, no parar los decires sobre la defección de Beltrones, hubiera sido fatal.

Además de la foto con un encantador de serpientes, como le dicen sus fans, al dueño del PRI sonorense Manlio Fabio Beltrones, que valía más que mil palabras, habría encerrona para definir las candidaturas.

Todo era expectativa auspiciada por la prensa orgánica. El morbo rebasaba la razón y ya se hablaba de dedazo del verdadero poder detrás del trono Ricardo Mazón a favor del alcalde de la capital “El Maloro” Acosta, su ahijado político a quien haría senador y enredado en la “Estafa maestra”, de la que nadie sabe y nadie vio.

Una supuesta rebelión del exalcalde Antonio Astiazarán, que no ha dejado de ser “El Toñito”, ocupaba varios espacios. Igual las presiones del Clan Bours con Ricardo al frente.

El priísmo sonorense comía ansias y se mordía las uñas ante los anuncios que la venida del candidato del presidente Peña, haría públicos al definir ciertas candidaturas en consulta con la clase política estatal.

CUANDO EL PODER YA NO SE GANA, SE HEREDA

Se sabría que Sylvana Beltrones, decidió registrarse para buscar una senaduría al oír hablar al precandidato no priísta durante el Foro ecológico diseñado para el reencuentro Meade-Manlio.

A la muchacha le llegó la inspiración de voz de Meade, quien como el rey sabio que nunca falla de “El Principito”, le ordenó al día amanecer a las seis de la mañana y oscurecer a las seis de la tarde. Y ni el priísmo más fiel creyó la puesta en escena.

Manlio aseguró cargos con esa jugada. Senaduría para su hija, algo para el yerno del PVEM y desde luego blindaje ante lo que pudiera venir y si es una diputación federal, pues mejor. Todo el quid fue por posiciones y eso hasta el alumno más retrasado del ICADEP, la escuela de capacitación tricolor lo sabe.

SI LA FOTO HUBIERA SERVIDO

La esperada fotografía se dio halagos de por medio entre el tecnócrata y el grillo, pero el único inconveniente, es que la toma fue con el poseedor de la medalla de cobre y quién sabe.

Así, el priísmo sonorense, fue envuelto en esa dominante nube de pensamiento mágico al más puro estilo del viejo partido, que llamaban ortodoxia y que obviamente los tecnócratas adueñados del partido (Videgaray, Nuño, Ochoa Reza y Meade) no entienden, pero entienden que para algo sirve.

Y Manlio para quedar bien habló de su fidelidad a muerte con su partido, como si nadie recordara en 2009 su apoyo a Padrés, para descarrilar al “Vaquero” Alfonso Elías y de paso a Eduardo Bours.

En el pasado el de Villa Juárez, se tomó innumerables fotos con Roberto Madrazo, cuando coordinó su campaña y eso no impidió la estruendosa derrota de 2006. Ni la traición de priístas a favor de Felipe Calderón, cuando la maestra Gordillo acuñó aquella ingeniosa frase “¿Tú le crees a Madrazo? ¡Yo tampoco!”

Igualmente las muchas gráficas que se tomó al lado de su amigo del alma Luis Donaldo Colosio Murrieta, cuando buscaron juntos el senado por Sonora y luego cuando fue presidente priísta, bloquearon su trágica ejecución un 23 de marzo del 94 en Lomas Taurinas, aunque después haya interrogado a Mario Aburto en Playas de Tijuana.

A diferencia de Carlyle y su culto a los héroes, la revolución era inevitable con o sin Francisco I. Madero, a quien un espíritu le expresó cuando iniciarla con día, hora y mes.

El sistema político agoniza y parece que la clase política no quiere entenderlo y por eso se exponen al peor de los ridículos.

Así como en Aguaprieta se firmó el plan para derrocar a Venustiano Carranza y el ascenso del grupo Sonora liderado por Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Benjamín Hill y Adolfo de la Huerta, quienes como el héroe de Nacozari Jesús García Corona, piensan diferente, promueven un cambio sistémico.

La foto del cuento, no frenará la dialéctica de lo que viene, ni parará el ánimo generalizado de los mexicanos de rechazo a un gobierno tocado por la corrupción y el desprestigio.

 Por eso en el país de los afásicos dan risotadas los abrazos, saludos, rituales y demás elementos de la ortodoxia y otras excesivas simulaciones que ocultan la verdadera cara monárquica, patrimonialista y autoritaria del poder, que incluso se asume como un derecho de sangre hereditario y de corte familiar, como igual lo perciben los Yunes en Veracruz, don Graco en Morelos, los Murat en Oaxaca y los Moreiras en Coahuila.

 Nadie como Oliver Sacks, ha explicado el fenómeno:

 EL DISCURSO DEL PRESIDENTE

Oliver Sacks
De El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

¿Qué pasaba? Carcajadas estruendosas en el pabellón de afasia, precisamente cuando transmitían el discurso del presidente. Todos habían mostrado muchos deseos de oír hablar al presidente.

Allí estaba el viejo encantador, el actor, con su retórica habitual, el histrionismo, el toque sentimental... y los pacientes riéndose a carcajadas convulsivas. Bueno, todos no: los había que parecían desconcertados, y otros como ofendidos, uno o dos parecían recelosos, pero la mayoría parecía estar divirtiéndose muchísimo. El presidente conmovía, como siempre, a sus conciudadanos... pero, al parecer, más que nada los movía a reírse. ¿Qué podían estar pensando los pacientes? ¿No le entenderían? ¿Le entenderían, quizás, demasiado bien?

Solía decirse de estos pacientes, que aunque inteligentes padecían la afasia global o receptiva más grave -la que incapacita para entender las palabras en cuanto tales-, que a pesar de su enfermedad entendían la mayor parte de los que se les decía. A sus amistades, a sus parientes, a las enfermeras que los conocían bien, a veces les resultaba difícil creer que fuesen afásicos.

Esto se debía a que si les hablabas con naturalidad, captaban una parte o la mayoría del significado. Y, normalmente, uno habla con naturalidad.

En consecuencia, el neurólogo tenía que esforzarse muchísimo para demostrar que padecían afasia; tenía que hablar y hablar actuar normalmente, pero eliminar todas las claves extraverbales, el tono de voz, la entonación, la inflexión o el énfasis indicadores, además de todas las claves visuales (expresiones, gestos, actitud y repertorio personales, predominantemente inconscientes). Había que eliminar todo esto (lo que podía entrañar ocultamiento de la propia voz, teniendo incluso que llegar a recurrir a un sintetizador de voz electrónico) con objeto de reducir el habla a las puras palabras, sin rastro siquiera de lo que Frege llamó "colorido de timbre" (Klangenfarben) o "evocación". Sólo con este tipo de habla groseramente artificial y mecánica (bastante parecida a la de los ordenadores de Star Trek) se podía estar plenamente seguro, con los pacientes más sensibles, de que padecían afasia de verdad.

¿Por qué todo esto? Porque el habla (el habla natural) no consiste sólo en palabras ni (como pensaba Hughlings Jackson) sólo en "preposiciones". Consiste en expresión (una manifestación externa de todo el sentido con todo el propio ser), cuya comprensión entraña infinitamente más que la mera identificación de las palabras. Ésta era la clave de aquella capacidad de entender de los afásicos, aunque no entendiesen en absoluto el sentido de las palabras en cuanto tales. Porque, aunque las palabras, las construcciones verbales, no pudiesen transmitir nada, per se, el lenguaje hablado suele estar impregnado de tono, engastado en una expresividad que excede lo verbal... Y es precisamente esa expresividad tan profunda, diversa, compleja y sutil, lo que se mantiene intacto en la afasia, aunque desaparezca la capacidad de entender las palabras. Intacto y a menudo inexplicablemente potenciado.

Esto es algo que captan claramente (con frecuencia del modo más chocante, cómico o espectacular) todos los que trabajan o viven con afásicos: familiares, amistades, enfermeros, médicos. Puede que al principio no nos fijemos mucho; pero luego vemos que ha habido un gran cambio, casi una inversión en su comprensión del habla. Ha desaparecido algo, no hay duda de que está destruido, pero en su lugar hay otra cosa, inmensamente potenciada, de modo que (al menos en la expresión cargada de emotividad) el paciente puede captar plenamente el sentido aunque no capte ni una sola palabra. Esto, en nuestra especie Homo Loquens, parece casi una inversión o incluso también una reversión a algo más primitivo y elemental. Quizás sea por esto por lo que Hughlings Jackson comparó a los afásicos con los perros (una comparación que podría ofender a ambos) aunque cuando lo hizo pensaba más que nada en sus deficiencias lingüísticas y no en esa sensibilidad tan notable, casi infalible, para apreciar el tono y el sentimiento. Henry Head, más sensible a este respecto, habla de "tono-sentimiento" en su tratado sobre la afasia (1926) y destaca cómo se mantiene, y con frecuencia se potencia, en los afásicos.

De ahí la sensación que a veces tenemos todos los que trabajamos en estrecho contacto con afásicos de que a un afásico no se le puede mentir. El afásico no es capaz de entender las palabras y, precisamente por eso, no se le puede engañar con un ellas; ahora bien, lo que capta lo capta con una precisión infalible, y lo que capta es esa expresión que acompaña a las palabras, esa expresividad involuntaria, espontánea, completa, que nunca se puede deformar o falsear con tanta facilidad como las palabras...

Comprobamos esto en los perros, y lo utilizamos muchas veces con este fin, para desenmascarar la falsedad, la mala intención o la intención equívoca, para que nos indiquen de quién se puede fiar uno, quién es íntegro, quién de confianza, cuando, debido a que somos tan susceptibles a las palabras, no podemos fiarnos de nuestros instintos.

Y lo que un perro es capaz de hacer en este campo, son capaces de hacerlo también los afásicos y a un nivel humano e inconmensurablemente superior. "Se puede mentir con la boca -escribe Nietzsche-, pero la expresión que acompaña a las palabras dice la verdad". Los afásicos son increíblemente sensibles a esa expresión, a cualquier falsedad o impropiedad en la actitud o la apariencia corporal. Y si no pueden verlo a uno (esto es especialmente notorio en el caso de los afásicos ciegos) tienen un oído infalible para todos los matices vocales, para el tono, el timbre, el rito, las cadencias, la música, las entonaciones, inflexiones y modulaciones sutilísimas que pueden dar (o quitar) verosimilitud a la voz de un ser humano.

En eso se fundamente, pues, su capacidad de entender... Entender, sin palabras, lo que es auténtico y lo que no. Eran, pues, las muecas, los histrionismos, los gestos falsos y, sobre todo, las cadencias y tonos falsos de la voz, lo que sonaba a falsedad para aquellos pacientes sin palabras, pero inmensamente perceptivos. Mis pacientes afásicos reaccionaban ante aquellas incorrecciones e incongruencias tan notorias, tan grotescas incluso, porque no los engañaban ni podían engañarlos las palabras.

Por eso se reían tanto del discurso del presidente.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 27 Enero 2018)

DECAPITAN UN HOMBRE EN EMPALME Y LO ARROJAN EN CALLES DE BELLAVISTA

Un hombre apodado "El Pikis" fue decapitado la madrugada de este domingo en Empalme y su cuerpo fue arrojado en la vía pública en la colonia Bellavista.

Los hechos ocurrieron a las 2:15 horas en las calles CNOP y Héctor Noriega y según la Policía de Empalme el cuerpo estaba tirado a media calle.

Desde el momento que conocieron los hechos, acudieron al lugar elementos de la AMIC, peritos de la Fiscalía y policías municipales de Empalme.

Se sabe que el occiso tenía su domicilio en la colonia Pitic y que llevaba por nombre Francisco Aurelio O. de 35 años de edad.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ REDACCION/ 28 ENERO 2018)

QUEDA ATRAPADO EN MÁQUINA DE RESONANCIA MAGNÉTICA, MUERE…


Tres personas, un médico y dos asistentes del hospital, han sido arrestados bajo sospecha de negligencia.

NUEVA DELHI. - Un hombre en la ciudad hindú de Mumbai murió el sábado por la noche después de ser absorbido por una máquina de resonancia magnética (MRI),  el accidente marca el peligro que se vive en los hospitales administrados por el gobierno de India.

Los familiares dijeron que Rajesh Maru, de 32 años, había ingresado a una sala de pruebas de MRI en el hospital con un cilindro de oxígeno, luego de que un miembro del personal del hospital le diera permiso para continuar. No sabían que la máquina estaba encendida, y Maru fue atraído y atrapado por la fuerza magnética de la máquina, según informes de noticias locales.

Maru murió en cuestión de minutos, su mano quedó atrapada contra la máquina por el tanque de oxígeno que goteaba. Lo liberaron y lo llevaron a la sala de emergencias en 10 minutos, pero lo declararon muerto a su llegada.

Un informe postmortem dice que murió por el exceso de oxígeno que ingresa a sus pulmones, según el medio Indian Express. Las autoridades están investigando el incidente.

Tres personas, un médico y dos asistentes del hospital, han sido arrestados bajo sospecha de negligencia.

Con información de The Washington Post


(EL MAÑANA DE REYNOSA/ REDACCIÓN/29 / ENERO / 2018 - 10:49 A.M.)

´ ¡EMPIECEN!´, LA ORDEN QUE DESATÓ LA MASACRE




Testimonio: nueve personas fueron hincadas y ejecutadas en San Nicolás, N.L.

Monterrey, N.L.- Un testigo de la masacre de nueve personas ocurrida el sábado por la noche en una casa de San Nicolás, relató que los homicidas primero les pidieron hincarse antes de acribillarlos.

Tres encapuchados que portaban armas cortas irrumpieron en la reunión de la colonia Constituyentes de Querétaro, donde unas 20 personas veían por televisión el juego de futbol entre Tigres y Tuzos, relató uno de los cuatro lesionados que sobrevivió, identificado como Jonathan Alberto.

Una fuente policiaca explicó que esta persona dijo que se encontraba disfrutando el partido en la casa de la calle Raúl Murrieta, del segundo sector de la colonia, donde vivía Juan, uno de los asesinados, quien era tío de su esposa.

Repentinamente, antes de las 21:00 horas, ingresaron estas personas con el rostro cubierto, y les pidieron a todos que se hincaran para proceder a despojarlos de dinero y teléfonos celulares.

"¡Empiecen!", fue la voz que escuchó Jonathan Alberto de una persona que no ubicó, tras lo cual comenzaron a disparar a los que estaban reunidos. El testigo dijo que salió corriendo "como pudo" del domicilio.

Cuando terminó la ejecución, trasladó a su suegro, quien resultó herido por proyectiles de arma de fuego en la muñeca izquierda y en la parte izquierda del abdomen.

El saldo del ataque fue de ocho muertos y cuatro heridos. Se presume que tres de los asesinados eran hermanos.

Los sospechosos fueron descritos como un hombre de 30 años, de 1.70 metros de estatura, moreno, complexión mediana, con gorra, que portaba cadenas de plata en el cuello; otro parecía de 25 años, delgado moreno, de cabello cargo, "cacarizo", con pañuelo en el cuello; y un último, de 30 años, que era moreno, robusto, pelón y quien vestía pantalón de mezclilla.

Los fallecidos fueron identificados como Juan Carlos Hernández Martínez, de 34 años; Alan Martínez Guerrero, de 26; Constantino Hilarión Martínez García, de 38; Juan Martínez García, de 49; Federico Martínez García, de 47; Guadalupe Martínez, de 46; Jesús Torres Romo y José Sergio Flores Padilla.

Este último llegó con vida al hospital, pero murió en el quirófano.

Hay cuatro lesionados: Jonathan Alberto, de 24 años; Alejandro, de 19 años, con dos tiros en la espalda; Alan Martínez Guerrero (mismo nombre de uno de los fallecidos), quien resultó con herida en el tórax; y un hombre con un disparo en la cabeza, que permanece inconsciente y no ha sido identificado.

´´ES HECHO AISLADO´´

El procurador de Justicia de Nuevo León, Bernardo González Garza, descartó que la masacre ocurrida el sábado en San Nicolás indique una guerra de cárteles en la entidad, pues el incidente violento "es un hecho aislado".

Se informó que el lugar de la tragedia era investigado como punto de venta de droga.

Además, informó que la cifra de fallecidos se incrementó ayer a nueve, luego del fallecimiento de otro de los heridos.

En entrevista que dio esta mañana al noticiero Telediario, González dijo que, pese a la magnitud del asesinato, no hay una alerta generalizada en la entidad.

"Esto es un hecho aislado. No tiene nada que ver con una disputa de cárteles en nuestro estado, no tenemos una alerta porque no estamos padeciendo, insisto, lo que en otros estados del país", declaró el funcionario estatal.

Sobre el evento ocurrido a las 21:00 horas del sábado en una casa de la calle Raúl Murrieta de la colonia Constituyentes de Querétaro segundo sector, González Garza dijo que había unas 20 personas reunidas y no había niños.

Al momento de perpetrar el ataque, los tres homicidas encerraron en un baño a las mujeres y a los hombres y los hincaron para dispararles. En el sitio murieron siete personas y en el transcurso de las siguientes horas, fallecieron otras dos. Hay tres heridos de bala por el mismo hecho.

Una fuente policiaca dio a conocer que el sitio del homicidio múltiple había sido cateado dos meses antes, en una investigación relacionada con el narcomenudeo, pues se presumía que ahí se vendía droga.


(EL MAÑANA DE REYNOSA/ AGENCIA PROCESO/ 29 / ENERO / 2018)

DIEGO: DEL JUICIO A POLÍTICOS Y TELEVISA AL DRAMA DE SU SECUESTRO


Diego Fernández de Cevallos, panista que fue legislador y candidato a la Presidencia, ha decidido abrirse de capa ante el mundo político en una entrevista con este semanario, con el cual tuvo muchas diferencias –esas que, sostiene, ya quedaron atrás. Como nunca, hoy habla de su vida personalísima, de sus encontronazos con la artillería del poder; permite ser cuestionado respecto de su riqueza y, aun, de su secuestro, y él mismo pasa revista a la clase política de las últimas tres décadas: Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto, López Obrador y Anaya, ninguno de los cuales se libra de sus implacables juicios.


CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- “Yo estoy ya de salida, no tengo por qué andar cuidando moditos ni formas con nadie”, advierte Diego Fernández de Cevallos en un momento de la amplia entrevista concedida a Proceso, medio que ha registrado críticamente su biografía como candidato, legislador y litigante.

Vehemente, El Jefe Diego disecciona la política de México, la actual y la que él mismo ha protagonizado desde 1988. No esquiva temas: airea su amistad con Salinas, evalúa a Enrique Peña Nieto, enjuicia a Vicente Fox y a Felipe Calderón, respalda y critica a Ricardo Anaya, alerta sobre Andrés Manuel López Obrador y habla de su fortuna y de su intensa vida política.

De Peña Nieto pondera positivas sus reformas, pero añade que su saldo es oprobioso en corrupción, violencia y pobreza… un gobierno de contrastes. Calderón, su correligionario, es desleal al PAN, afirma: su comportamiento es “absolutamente deleznable”. De Fox, en quien nunca creyó, dice: “Es un hombre que está mal de la cabeza”.

A Ricardo Anaya, el candidato presidencial de su partido en alianza con el PRD, le critica no hacer política para ser incluyente, pero lo ve dotado de inteligencia, capacidad de trabajo, formación y cultura.

–¿Le ve tamaños para presidente de México? –pregunta el reportero.

–¡Por supuesto que sí!

Y despotrica contra López Obrador: “Es un enfermo mental, un corrupto y un bribón de tiempo completo. Jamás voy a aceptarlo como el presidente que merece México”.

– ¿López Obrador puede ser presidente?

– ¡Pero facilísimamente puede llegar!

Reconoce que le dio dinero al empresario Carlos Ahumada a cambio de los videos de René Bejarano, y niega que se haya echado “para atrás” en las elecciones de 1994; lo que ocurrió, afirma, es que Salinas activó el aparato a favor de Ernesto Zedillo.

Asegura que corrió de su despacho a Emilio Chuayffet, secretario de Gobernación de Zedillo, por propalar la “infamia” de que Salinas le había regalado los terrenos de Punta Diamante; y cuenta que le mentó la madre a Emilio Azcárraga Milmo, el fallecido dueño de Televisa, por sabotear su campaña presidencial.

También narra que en 2006 desactivó una “felonía” de Fox contra López Obrador y que Luisa María Calderón, al tiempo que lo acusaba de traficar influencias en el Senado, le pedía favores.

Militante del PAN desde los 17 años, cuando Luis H. Álvarez era candidato panista a la Presidencia, Fernández de Cevallos se ufana de haber nacido prácticamente al mismo tiempo que su partido. Él, en 1941 y el partido, en septiembre de 1939.

“Acción Nacional nace propiamente en el 40 y yo estaba en el vientre de mi madre. Así que tuve dos bautizos: uno, de la Iglesia Católica y otro, del PAN, porque mi padre fue uno de los fundadores. Para mí es una segunda religión.”

Coordinador de la diputación panista en el segundo trienio de Salinas, a quien Acción Nacional acusó de haber ganado la Presidencia mediante un fraude, Fernández de Cevallos convenció al presidente del PAN, Luis H. Álvarez, de quemar las boletas electorales que hubieran probado dicho fraude. Y sigue pensando que fue lo correcto.

–En su libro Medio siglo, Álvarez se arrepintió de haber cedido a la propuesta suya de quemar las boletas de la elección de 1988. ¿Usted también se arrepiente?

–Por supuesto que no. Lo volvería a hacer.

“Tengo muchas cosas de qué arrepentirme, porque he cometido muchos errores, pero no tengo nada de qué avergonzarme. No he sido instrumento de nadie para dañar a nadie. He dado la cara toda mi vida, de acuerdo a mis convicciones. ¿Errores? Sí, por supuesto. Las diferencias que haya tenido con Proceso, ¿fueron culpa de Proceso, culpa mía o culpa de ambos? Habría que analizarlo. Por mi parte, rectifico”.

–Una de las cosas de las que se arrepiente… –se le pregunta.

–Precisamente de no haberme reconciliado con Proceso hace muchos años. Estaba en mi lugar haber venido a decir: “¿Qué traen conmigo?”… y aclararlo. Si fuera un hombre de rencores no estaría aquí, por la forma como me han tratado. Sin embargo, los quiero y los quiero bien.

-¿Lo hemos maltratado?

–Me han acusado de corrupto cuando les ha dado la gana. Y está bien. Ese es su criterio. Pero no guardo un costal de agravios.

Dueño de “muchos ranchos”, el panista ha sido un hombre rico que se ufana de su fortuna, aun después de pagar el rescate de su secuestro, hace ocho años: “Nunca he hecho declaración de bienes. Nunca. Yo he hecho ostentación de bienes, porque nada me he robado”.

– ¿Le duele que lo asocien al tráfico de influencias y a la corrupción?

–No. Es el precio que se tiene que pagar en un país donde el que acusa no tiene obligación de presentar pruebas.

CALDERÓN, LA DESLEALTAD

Litigante que inició su carrera en el despacho de Manuel Gómez Morín, el fundador del PAN, Fernández de Cevallos afirma que nunca ha vivido de la política y esa, dice, es su ventaja ante quienes sí viven de ella e incurren en conflictos de interés… como la familia Calderón.

“¿Qué dijo la señora Margarita Zavala hace dos años? Yo voy a ir en la boleta electoral, dentro de Acción Nacional o fuera del partido. ¡Lo dijo y era militante de un partido! ¿No hay ahí conflicto de interés? Cuando el expresidente Calderón está apoyando a su señora, ¿hay o no un conflicto de interés?”.

Y platica que su entonces compañera senadora, Luisa María Calderón, hermana de Felipe, promovió en 2003 una iniciativa para combatir el conflicto de intereses y la llamó “Ley Diego”, pues él era litigante al mismo tiempo que legislador. “Curiosamente cuando senadores del PRD, del PRI y del PAN criticaban mi trabajo como abogado, los mismos promotores de esa ley anti-Diego me estaban pidiendo defensa jurídica de asuntos personales y familiares”.

– ¿Luisa María Calderón?

–¡Por supuesto! Y tengo pruebas y testigos. Luisa María Calderón, cuando a mí me decía: “Esto es injusto porque hay conflicto de intereses y yo hago la ley”. “Hazla”, le dije. Y al mismo tiempo tenía un conflicto con un departamento que le estaban robando y fue conmigo. Y además con una aclaración: se lo puedo decir en su cara.

Revela que, tras resolverle el problema, se encontró con ella, quien le espetó: “¿Crees que te lo vengo a agradecer, verdad?”.

“–No, ¿por qué?

“–Pues no te lo vengo a agradecer. Esa es la forma que tú tienes para dominar a los demás.

“–Nunca lo hice para que me lo agradecieras, y si otro día te puedo volver a servir, lo haré con la misma intención”.

Sobre Felipe Calderón y sus críticas a Anaya y al actual presidente del PAN, Damián Zepeda, opina: “Este comportamiento me parece absolutamente deleznable por varias razones: por esa ingratitud que tiene para el partido que le dio todo y porque el cuento de que (el PAN) ya no es el mismo, no es suficiente. Que él se saliera de Acción Nacional (estaría) perfectamente justificado, pero que ahora apedree el tejado de la casa que lo albergó toda su vida, no me parece honorable.

“Si yo tengo críticas a mi partido y las hago públicas, es porque creo que con esto le hago un bien, no para acabar con el tejado, no para destruirlo, no para devaluarlo; sencillamente por gratitud, por lealtad a mi partido cuestiono ciertos comportamientos. Por eso digo: no vivo de la política. No tengo a una esposa apoyándola para que sea candidata independiente”.

– ¿Ese es el conflicto de interés?

– ¡Por supuesto! Eso salta a la vista. Yo hubiera preferido un Calderón (que dijera): “No estoy de acuerdo con el presidente de mi partido. Me repliego. Que mi señora busque la candidatura por su cuenta y riesgo. No intervengo, por decoro, por pundonor, hasta por ayudarle”. Punto.

Añade: “Mientras la rueda de la fortuna política los tenía arriba, el panorama era bellísimo y todo era justificado y democrático. Y Calderón pudo haber impuesto a dos presidentes de su partido y nadie dijo que eso era un partido distinto al de toda la vida. A la hora que la rueda de la fortuna los coloca abajo y ya no hay los espacios que ellos quisieran o consideran merecer, esto ya no valió”.

Sobre Fox, quien llegó a la presidencia gracias al PAN, del que renegó para apoyar ahora al PRI, es más crítico aún: “(Es) de dar pena. Un tipo que despertó tanto entusiasmo, que logró un cambio tan importante para dejar atrás todo un sistema hegemónico, que abrió las puertas de la alternancia, que después desbarró en muchos aspectos. Es verdaderamente penoso.

Enfatiza: “Nunca me sorprendió el señor Fox. Apoyaba yo, pero sabía que era un perfil que no podía llegar, por grandote que esté, muy lejos. No traía esa consistencia del hombre cabal; y además es un hombre que está mal de la cabeza. Y ahí sí, sólo los médicos que saben de eso y Dios”.

AMLO, “EL MISMO DE SIEMPRE”

Fernández de Cevallos se ufana de que el PAN “está salvando cara e imagen dentro de un contexto muy complicado y muy turbio de la política en general”, sin ignorar que también se ha ensuciado de corrupción.

“¿Cuál ha sido una de las críticas que yo he hecho en relación con los partidos, incluyendo al mío? Una muy clara: cuando estaba concentrado el poder, estaba concentrada la corrupción; cuando se democratizó el poder, se democratizó, entre comillas, la corrupción”.

Y, dice, en todos hay conflictos, como en el PRI que son soterrados; y en Morena domina López Obrador. “Todos entregados a la divinidad”.

–¿Ya evolucionó?

–¡Por supuesto que no! Es el mismo de siempre. Está agazapado. Es un falsario de tiempo completo y, por supuesto, es un tipo sin honor, sinvergüenza en toda la extensión de la palabra. Corrupto. Lo que pasa, mañoso, es que le juega al pobrecito.

–¿Por qué corrupto?

–Porque todo su comportamiento es de estafa. Con un solo elemento lo digo: si todos los que están con la mafia son bienvenidos con tal de que se le entreguen a él, es un acto de corrupción política. No tenemos precedentes así. Este señor igual condena con la ira de Dios que perdona con la bondad de Dios. ¡Eso no puede ser! Es un enfermo mental, un corrupto y es un bribón de tiempo completo.

Admite que López Obrador está más cerca de ganar la Presidencia que en 2006 y es escéptico de lo que sería su desempeño.

“No sé lo que vaya a pasar. Lo que sí sé es que ese, en la Presidencia, no le conviene a México. ¿Hasta dónde va a llegar? No lo sabemos. El ser humano termina por ser, muchas veces, impredecible. Pero toda su trayectoria nos lleva a una conclusión: no es un hombre de honor, no es un demócrata. Es autoritario, es intolerante, es lépero, es alguien que ha venido cultivando todo su trayecto político en función de la división de los mexicanos entre buenos y malvados. ¿Quiénes son los malvados? Los que no están conmigo. Eso no puede ser honorable.

–¿Las instituciones son capaces de resistirlo?

–No lo sé. Hay mucha cobardía también en los demás poderes. Hay mucho de conveniencia y de acomodo. Entonces, ¿lo van a resistir en sus brutalidades, en sus abusos, en sus atropellos? ¡Quién sabe!

“Lo único que sí digo es: yo no tengo, ya no digamos miedo, no tengo temor de que llegue, porque ni él ni nadie me puede quitar nada que no me vaya a quitar la muerte. Entonces, en lo personal, no me quita el sueño”.

PEÑA NIETO, SALDO OPROBIOSO

Fernández de Cevallos defiende su amistad con Peña Nieto, una que viene desde que era gobernador del Estado de México –amistad criticada por los panistas–, pero eso no implica que avale su gobierno.

“El trato personal te acerca en la cordialidad, pero no quiere decir que seas tú el reflejo del otro y el otro el reflejo tuyo. Cada quien lleva su vida. Si tú tienes como amigo a un homosexual, ¿eso te hace homosexual? No. Él es así y tú de otra manera. Y tan respetable es una posición como la otra”.

Y aunque aplaude las reformas peñistas que para él son clave para el destino del país, contrasta: “Su paso por la política, como gobernador y como presidente, deja un saldo impresentable, oprobioso, en el ámbito de la corrupción, de la impunidad, de la violencia y por supuesto de la pobreza”.

–¿Él, siendo jefe de Estado, es corrupto?

–¡No! ¡Momento! Yo no voy a decir quién es bueno y quién es malo, porque no soy López Obrador. Hay unos aspectos de altísimo valor, en otros aspectos es oprobioso, impresentable, indigno de cualquier gobierno dejar estos saldos. Mas no puedo decir que la corrupción, que la pobreza, la violencia estén a cargo o a favor de una sola persona.

–¿Peña, para usted, es un hombre honesto?

–Yo digo el saldo que tiene positivo y el saldo que tiene impresentable. Saca la conclusión que quieras.

Y compara: “Es lo mismo que Salinas. Exactamente el mismo modelo de Salinas como presidente, con todas sus diferencias personales y de tiempo. Salinas fue un gran presidente de México en muchos aspectos y en otros… está su comportamiento en la elección de 1994”.

Y es que Fernández de Cevallos ha sido visto con desconfianza desde esa elección, cuando, tras resultar victorioso en el debate ante Zedillo y Cárdenas, se dijo que “desapareció” y eso se atribuyó a su relación con Salinas. Hasta Fox, en su libro A Los Pinos, escribió: “A la mera hora, se echó para atrás”.

“Una de las acusaciones que se han hecho en mi contra es que yo subí a las alturas inimaginables con el debate y que después me arreglé. Me arreglé con dinero, pues. ‘Despareciste’, dijeron. ¿Desaparecí o me desaparecieron?”.

Trae consigo y exhibe un ejemplar de la edición 1250 de Proceso, del 14 de octubre de 2000, con una entrevista de Rafael Rodríguez Castañeda con Carlos Salinas.

“Aquí está, en voz del expresidente, para que no haya la menor duda”, dice al citar que Salinas de Gortari admitió ser el orquestador de la campaña del PRI, tras el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio.

“Ante las ambiciones desatadas –declaró–, tuve que precipitar la designación del doctor Zedillo como sustituto de Luis Donaldo.

“–¿Con ello se terminó la pugna interna? –le preguntó Rodríguez Castañeda.

“–Con un gran esfuerzo político se logró cohesionar a distintos grupos del partido alrededor de la candidatura de Zedillo. Lástima que él haya perdido el debate televisado con Diego Fernández de Cevallos, porque estuvo también a punto de perder las elecciones.

“Si éstas se hubieran realizado unas horas después del debate, las hubiera ganado Fernández de Cevallos. La derrota de Zedillo en el debate obligó no sólo a fortalecer la condición interna del PRI, sino a facilitarle al doctor Zedillo todo un cuerpo de asesores y medios de comunicación para proyectar una imagen. Zedillo llegó a la conclusión que necesitaba apropiarse de los éxitos de mi gobierno para poder relanzar su candidatura, en lo cual yo estuve de acuerdo. De esa manera, pudo alcanzar la victoria en las elecciones del 21 de agosto de 1994”.

Ante esta declaración de Salinas, exclama: “¿Cómo defenderme de la maledicencia de ‘te rajaste, te dieron dinero, fuiste cobarde’? ¿Qué contestas? Para mí esto es maravilloso. Yo ya no tengo nada más que hablar. El propio presidente de la república dijo que hizo esta fechoría. Así fue”.

Y añade: “En aquel tiempo, con aquellas autoridades, con aquellos medios de comunicación, donde Televisa era ‘soldado del presidente’, yo hubiera querido ver al guapo que hubiera podido remontar esta realidad”.

–Si Salinas le hizo fraude, ¿por qué es su amigo?

–Yo soy un hombre muy apasionado en el trato con todos los seres humanos y no guardo rencores para con nadie. Si no dialogo con López es porque él no quiere. ¿Por qué puedo tratar a Cárdenas con gran afecto y reconocimiento? Porque yo no soy el juez de la conducta. Yo puedo decir lo que hizo Salinas con mi campaña y eso no quita que sea un tipo brillante y que haya hecho muchas cosas positivas para México. Yo privilegio el trato humano, pero eso no significa ser tapadera o entrar en componendas.

LA MENTADA A AZCÁRRAGA

En la elección de ese año, apunta, fue clave Televisa. Las multitudes que iban a sus mítines no aparecían, mientras que se exaltaba a Zedillo en las pantallas. Afirma que esa parcialidad de la televisora hizo que, en Durango, le dijera a una reportera de esa empresa que, de tener enfrente a Emilio Azcárraga, le mentaría la madre.

Televisa se quejó con el secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, quien llamó al presidente del PAN, Carlos Castillo Peraza. “Oye, le mentó la madre Diego al señor Azcárraga”.

Cuenta que se reunió con Castillo y Carpizo para aclararles: “Yo no le menté la madre. Yo a la niña le dije que me gustaría tener enfrente a Emilio Azcárraga para mandarlo a chingar a su madre. Son cosas distintas”. Días después, dice, rechazó la petición de una entrevista que le hizo telefónicamente Fernando Alcalá: “No. A ti te digo: de Emilio Azcárraga para arriba y para abajo, vayan y chinguen a su madre. Y colgué el teléfono”.

Otra vez intervinieron Carpizo y Castillo Peraza, quien le pidió que para “arreglar” la cobertura de Televisa, ya a tres semanas de los comicios, debía disculparse con Azcárraga.

“¿Así es que ahora soy yo el que tiene que disculparse? ¿De qué me viste la cara?”, cuenta que le dijo a Castillo Peraza. “Es por el partido”, respondió aquél. “No, señor. Ni vivo ni muerto, ni por una Presidencia ni por mil. Jamás le voy a pedir perdón a ese hijo de puta. Y me dice: ‘Pues yo te lo puedo pedir como presidente de Acción Nacional’. ‘¡No te atrevas!’ Ahí quedó”.

La noche misma de la elección, el 21 de agosto de 1994, Azcárraga envió un emisario al PAN, Gastón Melo, para invitarlo a cenar al día siguiente. “Estaba esperándome en la banqueta y entramos”, evoca.

“Estoy muy agradecido contigo, porque estoy muy interesado en platicar sobre lo pasado”, le dijo Azcárraga de inicio.

“No nos engañemos, Emilio. Tú no puedes ser el agradecido de aquí. El agradecido soy yo y por una razón muy sencilla: tú y yo sabemos muy bien que desde hace mucho tiempo yo vengo acariciando este momento con un solo propósito: mandarte a chingar a tu puta madre. Es a lo que vengo. Y dime en qué otra cosa te puedo servir.

“–Diego, tienes toda la razón, pero mira, Televisa…

“–No, no, no. Ustedes son el negocio y soldados del presidente. Me queda claro.”

Tras eso, cuenta, platicaron “sin ofensas y sin agravios” y acordaron una entrevista con Ricardo Rocha, en el mejor horario, sin límite de tiempo ni cortes, que se retransmitiría al día siguiente. Diego embistió a Zedillo. “Me la cumplió Azcárraga. No soy alguien que no sepa reconocer o agradecer”.

CHUAYFFET, “BRIBÓN Y COBARDE”

Fernández de Cevallos fue acusado por Santiago Oñate y Roberto Campa Cifrián, presidentes del PRI nacional y del capitalino, respectivamente, de haber recibido como regalo de Salinas unos terrenos en Punta Diamante, Guerrero. Ya era presidente Zedillo.

“La crisis económica del gobierno de Zedillo subió mi popularidad mucho más que como candidato y muchos decían: ‘Diego debió haber sido presidente’. De ahí surgió que alguna forma debería existir para bajarme a mí de un escenario en el que yo ya no tenía ninguna competencia. Y del PRI surgió la idea de que Salinas me había regalado el terreno de Playa Diamante, aunque la llaman Punta Diamante”.

Como sabía que ambos priistas no se mandaban solos, buscó al secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, quien se ofreció a ir a su despacho de Lomas Virreyes.

“A ver secretario –le dijo–, yo he sido honesto y derecho con ustedes. Si tienen algo que imputarme, háganlo de frente, pero que manden al jefe nacional del PRI y al de la Ciudad de México a golpearme a la mala, no me parece justo.

“–Te aseguro que el gobierno no tiene nada que ver –dijo Chuayffet.

“–No le demos muchas vueltas: yo no le voy a cobrar la cuenta a este par de imbéciles. Esta cuenta me la paga el presidente Zedillo. O los calla, porque me están difamando a la mala, o se atiene a las consecuencias”.

Chuayffet prometió que vería el asunto, pero una semana después volvió al despacho de Fernández de Cevallos para reiterarle que el gobierno nada tenía que ver. Y en una tercera conversación, el panista le ratificó: “Dile a ese hijo de puta de Zedillo que la cuenta se la voy a cobrar a él”.

Y sí: exhibió en televisión a Zedillo como dueño de un departamento en Acapulco con una deuda de predial de tres años. Pero Chuayffet, también por televisión, lo acusó de mentir y aseguró que el presidente no era el propietario.

“Como a los 15 días del escándalo fue Emilio a mi despacho a ofrecerme una disculpa y a decirme que en realidad lo que él había dicho en la televisión fue porque había sido obligado por el presidente”.

“Le dije: ‘Además de todo, bribón y cobarde’. Y saqué de mi despacho al secretario de Gobernación, amenazándolo con sacarlo a golpes. Esa es la historia de Punta Diamante”.

EN DEFENSA DE AMLO

En 2003 Fernández de Cevallos fue clave para la difusión de los videos de Carlos Ahumada que exhibían al diputado local René Bejarano, exsecretario particular de López Obrador, recibiendo dinero. Pero lo hizo, dice, porque era un asunto de interés público, no por órdenes de Salinas.

Revela que le hizo un préstamo a Ahumada, cuya cifra no precisa, pero que hasta la fecha le adeuda. “Yo lo hice de mi cuenta personal y ante notario público, porque no estaba escondiendo nada. Yo hice ese préstamo, que nunca me pagó, y de ahí surgió todo. Esa fue mi participación. Él fue a la procuraduría y se hizo el alboroto. Y yo lo reconocí”.

–¿Cuánto dinero le prestó a Ahumada?

–Ese es asunto mío.

–¿No son los 400 millones que él dice en su libro que le prometieron usted y Salinas?
Se ríe.

–No. Lo único que puedo decirte fue que el trato lo hice con él. Lo hice públicamente y además él lo ratificó en Cuba… El dinero no me lo pagó.

Y habla de un episodio desconocido hasta ahora: desde Los Pinos se tramó, unos días antes de la elección de 2006, una maniobra para afectar a López Obrador con declaraciones de su exsecretario de Finanzas, Gustavo Ponce, encarcelado por fraude, peculado y enriquecimiento ilícito.

“Me llamó un amigo de parte de Marcelo Ebrard y me dijo: ‘Oye, tu gente está haciendo una picardía de las que no se valen’. ‘¿Qué está pasando?’ Y me dice: ‘Van a ir hoy a medianoche a la cárcel, con el jugador de Las Vegas, a sacar una declaración contra López Obrador, porque mañana la quieren estallar’. Le digo: ‘¡Esa es una felonía!’ ‘Pues sí’. ‘¿Y por qué no hablan con Gobernación?’ ‘Ya hablamos’”.

Entonces, narra, él mismo fue a hablar del tema con Carlos Abascal, secretario de Gobernación en el tramo final del sexenio de Fox, quien le confirmó la maniobra: “Me dijo que era una decisión tomada, que había operaciones y trabajos de la Procuraduría que estaban en curso”.

Entonces intervino: “Me crucé para que no se hiciera ese trámite contra López Obrador. Era una sinvergüenzada, era un abuso de poder. Lo detuve y eso les consta a Ebrard y a varios de sus amigos. ¿En favor de qué? Sí, de López Obrador, pero fundamentalmente de la justicia. Porque hay cosas que en la política no se deben permitir”.

–¿Quién tramó eso?

–El gobierno federal de ese tiempo.

–Vicente Fox.

–El gobierno federal de ese tiempo, al más alto nivel. Yo lo discutí con ellos.

–Pero en Los Pinos.

–A fuerzas. Y ahí se detuvo. Y en forma muy dura además. Lo que quiero decir es: yo estoy ya de salida, yo no tengo por qué andar cuidando moditos ni formas con nadie. De mí pueden decir lo que quieran, voy a dar la cara. Cuando supe que le iban a dar un golpe a la mala a López Obrador, me crucé, no porque fuera López Obrador sino porque el golpe era a la mala.

Y rubrica: “Lo de Bejarano yo lo hice, yo di la cara, yo lo anuncié. ¿Qué más? ¿Qué a mí me mandó Salinas? Eso ya son cuentos, son enredos”.

Anaya, la ambición

No oculta su simpatía por Anaya, pero aclara que su comportamiento “tiene aristas que no comparto”.

–¿Cuáles?

–La primera, que abarca todas: la falta de trabajo político para conciliar. Más bien ha sido una actitud, no sólo de él sino de su grupo, demasiado cerrada para decir “voy y voy para adelante.”

Admite que la ambición ha llevado a Anaya a donde está. “Yo no se lo critico. Lo que critico es que debió haber hecho un trabajo político más abierto, más incluyente; pero tampoco se puede que todos los que quieran queden donde quieran quedar, porque no hay espacio para todos”.

Lo describe: “Un hombre de verdad excepcional en determinadas características. Su inteligencia, su capacidad de trabajo, su formación personal, su cultura y su capacidad para comunicar me parecen espléndidas, un tipo verdaderamente brillante, inteligente, competente, echado para adelante y que no se detiene ante ninguna agresión y ninguna amenaza. Para mí, todas ellas cualidades fundamentales para que pueda llegar y para que pueda ser un buen presidente de México”.

Avala, también, la estrategia de Anaya de aliarse con el PRD: “Estoy muy de acuerdo, porque no sería lo ideal en un mundo ideal, pero en el contexto de nuestra realidad es pertinente, explicable, como ha pasado en muchos países, donde supuestos grupos de derecha y supuestos grupos de izquierda encuentran no lo que los separa, sino que los une”.

–Pragmatismo político.

–Pragmatismo. Nada más que la política, si dejas el pragmatismo a un lado, deja de ser política. La política finalmente es el ideal que busca lo posible, no el ideal en las nubes.

–¿Usted se podría aliar con López Obrador?

–Depende para qué. Obviamente jamás voy a aceptarlo como el presidente que merece México. ¡Jamás! Pero si yo veo que hay una injusticia contra él, no necesito pedirle permiso.
Acota: “Yo prefiero al López Obrador de las campañas pasadas, que decía: ‘Aquí no pasa nadie y tiznen a su madre todos los de enfrente’, que ahora que a todos los de enfrente les dice: ‘Vénganse’. ¡Es un cínico, es un desvergonzado, un bribón de siete suelas. Punto!

EL “NAUSEABUNDO” PODER JUDICIAL

La corrupción y la impunidad, afirma Diego Fernández, también tienen que ver con la pérdida de valores y con la evolución del país.

Pero para combatirlas, señala, se necesita limpiar al Poder Judicial, al que describe putrefacto: “Veo felonías en todas partes. Si a mi nivel de abogado veo toda esa cuestión de oprobio, también veo a los que están en las barandillas y a los que están hasta abajo pidiendo justicia. Y es para llorar. En infame lo que se vive en el ámbito de la justicia en este país”.

Aclara que no generaliza, porque si bien hay jueces y magistrados de consigna, también los hay libres, y aun coloca a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como “orgullo de México”.

Y concluye: “Como abogado les digo: arreglemos al Poder Judicial y lo demás se arregla solo”.

Entrevista especial publicada en Proceso 2152, ya en circulación


(PROCESO / REPORTAJE ESPECIAL/  ÁLVARO DELGADO , 27 ENERO, 2018)

LAS REVELACIONES DE DIEGO - PRIMERA PARTE



  (PROCESO/28 DE ENERO 2018)

MALAYERBA ILUSTRADA: LA PIÑATA

Malayerba nace junto a Ríodoce. La columna que Javier Arturo Valdez Cárdenas pensó al emprender la aventura del semanario se publicó ininterrumpidamente por casi 15 años, desde La Piñata hasta El Licenciado, del número 1 al 746, semana a semana burlando tempestades y sequías.

Con Malayerba Javier Valdez consuma un estilo propio, libre, que fraguó luego de años de un reporteo que le resultaba doloroso y de compromiso a largo plazo. Las historias lo embestían y tenía urgencia por contar un mundo entero, enterrado entre códigos no escritos, corrupción, maldad, sangre, plomo.

Malayerba son historias concisas, redondas, que se ganaron por sí mismas sobrevivir al tiempo. Con esa idea Ríodoce reproduce a partir de este número una selección de las crónicas de Javier Valdez ilustradas por Luis Enrique Luna, un joven cartonista que aportará sus trazos para convertir en imágenes el mundo de Malayerba.



LA PIÑATA

Los habían invitado a una fiesta especial. Y era cierto: todo estaba preparado para que hubiera de todo. Definitivamente iba a ser especial.

Desde temprano llegaron a esa casona de Pueblos Jodidos el equipo de sonido de los Intocables del Norte. Poco después hizo lo mismo el camión de la banda los Nuevos Coyonquis, cuyos integrantes arribarían posteriormente.

Y llegó el momento. Ya estaban las mesas distribuidas en el amplio patio, en la cochera, la sala y a mitad de la calle. Allá al fondo del patio todo estaba listo para que tocara el grupo norteño. Al frente, del otro lado de la calle, la banda.

Y en medio de aquel escenario de fiesta de cumpleaños, la piñata: grandota, frondosa de tanto papel celofán y china, colorida de rojo, azul, amarillo, morado, anaranjado. En el centro de todo. En lo alto. Majestuosa, presumida, ufana, bailaba al son del viento que coqueteaba con sus papeles. Se miraba en el espejo del sol, a punto de caer en el horizonte.

Los niños del lugar se arremolinaban para ver el espectáculo. Algunos se acomedían a colaborar acomodando las sillas con tal de estar cerca de todo y ver la piñatota de cerca.

Entre ellos, como si fuera una travesura, gritaban, intentaban cantar. “La piñaaata tieeene caaaca, tieeene caaaca, cacahuates de a montón”. Para ellos no era más que una fiesta infantil, una posada de navidad.

Bien les había dicho el Chalino: órale compas, vayan a mi fiesta, va a haber de todo, chingón.

Y los Intocables se turnaban con los Coyonquis. Era un mano a mano. En las mesas botellas de bucanans de 18 años. Todo caro. Carísimo. Manteles, sillas acojinadas, meseros de primer orden. Cerveza y tequila del mejor para los que no fueran güisqueros. Coca en el baño por lo que se ofreciera. Guardias aquí y allá. Mujeres que no eran del pueblo, con apariencia de teiboleras citadinas, distribuidas entre los invitados que llegaron solteros.

Era cierto. Había de todo.

Los asistentes estaban en un harem, en una fiesta de burdel en El Rodeo, entre los amigos, en el mejor teibol dens, en el aguaje a su servicio. El paraíso en el pueblo. Horas de diversión. Medianoche. De madrugada. Tres de la mañana. Tiempo de quebrar la piñata.

Borrachos, cansados, con suficiente polvo blanco en la sangre y el cerebro y amanecidos empezaron los invitados aquellos a darle de palos a la piñata, cuya majestuosidad y elegancia habían quedado atrás.

Le dieron duro en un ambiente festivo. Otros fueron más enardecidos y violentos, como si se desahogaran pegándole más fuerte a la piñata, que al final fue quebrada.

Pero de su interior no salieron dulces ni mandarinas, sino cocaína.

Decenas de dosis en sobres pequeños, nutridos y transparentes, caían del cielo entre la algarabía aquella, la música estridente y los empujones.

Al día siguiente, ya de tarde, los niños más enterados cantaban a grito abierto: “la piñaaata teeenía coca, teeenía coca, cocaína de a montón”.

*Luis Enrique Luna. Nació en Chilpancingo, Guerrero. Colaboró en muchas publicaciones, estudió arquitectura, pero es con un plumín como se encuentra pleno.



(RIODOCE/ JAVIER VALDEZ/ 6 NOVIEMBRE, 2017)

MALAYERBA ILUSTRADA: 35 SEGUNDOS

Cámara. Acción.

En la imagen aparece un hombre adulto boca abajo. Tiene ambas manos en la cabeza. Ojos cerrados. Ojos cerrados y apretados. Alguien lo sujeta de la cabeza, le jala los cabellos.

Está postrado en el piso de algún vehículo. Debajo se ven los tapetes y a un lado el asiento.

Son dos o tres los que lo mantienen ahí, cautivo, amarrado a los puños y a los nudillos. Aparece en la imagen, bien centrada, una pistola escuadra. Puede ser una cuarentaicinco. Cachas blancas.

Le gritan: cierra los ojos, hijo de tu pinchi madre. Ciérralos. Pídele perdón a este cabrón. Y el prisionero responde a gritos que parecen llantos: perdón, perdóname, viejo. Ya nunca lo voy a volver a hacer. Chingo mi madre si lo vuelvo a hacer. Ya nunca, viejo, ya nunca.

Si no, te mato, a la verga, ¿no? Te mato, hijo de la chingada.

Ya nunca, Pa. Ya nunca.

¿Nada? Nada, Pa. Ya nunca. Nada. Lo juro, Pa. Chingo mi madre si lo vuelvo a hacer.

Aquello es un diálogo desigual en el que sólo el cautivo escucha, recibe órdenes, amenazas, insultos: del otro lado no hay quien reciba sus súplicas.

¿Seguro?

Seguro, viejo. Seguro, Pa. Seguro. Chingo mi madre si me vuelvo a meter. De verdad, viejón.

A la escuadra se une un fusil. El cañón gris asoma en el cuadro del video sin dejar de moverse ni de apuntar. Frente al hombre sólo parecen estar los cañones, que no le quitan la mirilla de encima.

Pérate. Pérate, pendejo. Dos patadas. Una, otra y otra cachetada. Pérate, pendejo. Y el tipo no se mueve. No va a ningún lado. No espera más que ese funesto escupitajo de fuego. Ese manojo de plomo. Ese rasgar del sonido y del viento. Esa muerte cortita, terminante y cercana.

Pérate. Le vuelve a gritar. Otra cachetada acompañada de su respectivo puntapié. Voltea. Voltea. Y el tipo no se mueve. No puede porque está sujeto a esos nudillos morenos que lo mantienen sometido. Abre los ojos. Abre los ojos, a la verga. Y los abre.

¿Cuál prefieres? ¿Cuál, pendejo?

Uno de ellos corta el cartucho del cuerno de chivo. Craccrac. Cuál quieres para que te lleve la chingada.

Apenas abre los ojos, pero no quiere ver. No de tan cerca, no tan rápido. Y parece decir: déjame ir, respirar, vivir un poco más. Las venas de la frente se asoman bajo la piel. Sobresaltan la epidermis. Quieren emerger, reventar.

Un mapa de venas saltadas se le forma. Los ojos también se le saltan. Quieren brincar. Hay humedad en sus cavidades. Es la eternidad certera de la muerte y lo efímero del respiro vital.

Otra cachetada. Está rojo, azul, verde, gris el rostro.

Ya ciérralos. Ciérralos, pendejo. Y no sólo los cierra: quiere girar la cabeza, no ver más, no tener de frente los túneles oscuros de ambas armas.

Ya no abras los ojos. Fíjate bien en qué terreno te metiste. Fíjate bien porque a la otra te mato, a la verga.

Sí, sí. Está bien, viejón. Ya no me voy a meter, ya no. Ya no me voy a acercar.

Fíjate bien porque no va a haber otra. Y no abras los ojos.

Corte.

Son treintaicinco segundos de un video. Lo trae Juanito en su celular. Lo trae y lo presume. Dice que son sus amigos. Que al bato lo dejaron ir, pero que lo trae para enseñarlo, para repartirlo. Que sepa la raza quién es él. Con quién se meten.



Columna publicada el 21 de enero de 2018 en la edición 782 del semanario Ríodoce.


(RIODOCE/ JAVIER VALDEZ/ 25 ENERO, 2018)