domingo, 25 de septiembre de 2011

50 MIL EJECUCIONES...EN LA ADMINISTRACION DE FELIPE CALDERON Y PRODUCTO DEL CRIMEN ORGANIZADO

* En el actual sexenio, asesinatos relacionados con el crimen organizado aumentaron cinco veces en relación con el sexenio de Vicente Fox.

 * Por lo menos 24 mil 651 muertos son clasificados por el Gobierno Federal como “otros” y “sin datos”.
* “Si es un decapitado, pues obviamente (se clasifica) en ‘otros’, porque no está la categoría de decapitados”: Sistema Nacional de Información.
 * “En el ‘Triángulo Dorado’ es donde se encuentra más fuerte una situación que inquieta y lo que nos tiene con un poco más de inseguridad en el Estado”: Gobernador de Durango.
* “Estoy trabajando y luchando contra todos”: Gobernador de Sinaloa.
* Los gobernadores y procuradores de Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua prefieren no dar entrevistas respecto al tema del narcotráfico. Enrique Mendoza Hernández Adela Navarro Bello

Hasta junio de 2011, a la administración del Presidente Felipe Calderón se le conocía como “el sexenio de los 40 mil muertos”.

Desafortunadamente, la cifra ya fue rebasada por mucho; léase: a partir de julio de 2011, a la gestión calderonista puede nombrársele ya como “el sexenio de los 50 mil muertos” o “el Presidente de los 50 mil muertos”… hasta el momento.

Los homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado no tienen fin. A lo largo y ancho del México bárbaro contemporáneo, abundan ejecutados, decapitados, desmembrados, desintegrados en ácido, enterrados en narcofosas, incinerados, encajuelados, asfixiados, enteipados, degollados, estrangulados, colgados.

 Los muertos oficiales Tomando en cuenta las tarjetas informativas de las fiscalías estatales y la federal, de secretarías de Seguridad Pública estatales y federal, en cuatro años y medio del sexenio del Presidente de la República, Felipe Calderón, ZETA ha documentado por lo menos 50 mil 490 asesinatos relacionados con el crimen organizado; la cantidad incluye lo que el Gobierno Federal clasifica como “ejecuciones”, “enfrentamientos” y “homicidios-agresiones”:

* 2006: 62 muertes relacionadas con el crimen organizado nada más en diciembre, cuando inició el actual sexenio.
* 2007: 2 mil 826.
* 2008: 6 mil 837.
 * 2009: 11 mil 753.
* 2010: 19 mil 546.
* 2011: 9 mil 466.

De acuerdo con la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados de 2006, de 2001 a 2006 se registraron 8 mil 780 ejecuciones; en cuatro años y medio del sexenio del Presidente Felipe Calderón los asesinatos relacionados con el crimen organizado aumentaron en un 575 por ciento, en relación con la administración de Vicente Fox Quesada.

Además, de los 74 mil 551 homicidios dolosos ocurridos durante el sexenio foxista, 8 mil 780 corresponden a ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. 11.7 de cada 100 homicidios dolosos durante la gestión de Fox estaban relacionados con el narcotráfico.

Mientras tanto, en la administración de Felipe Calderón, de 70 mil 107 homicidios dolosos ocurridos entre diciembre de 2006 y mayo de 2011, el 72 por ciento corresponde a asesinatos relacionados con el crimen organizado.

De hecho, cuando Alejandro Poiré informó el 12 de enero de 2011 que durante 2010 sucedieron 15 mil 273 asesinatos vinculados con el crimen organizado, de un total de 20 mil 127 homicidios dolosos reportados por la Secretaría de Seguridad Pública Federal, en realidad el funcionario reconoció que el 75.88 correspondía a crímenes relacionados con narcotráfico.

 Los “otros” muertos Por supuesto, no todos los homicidios dolosos son ejecuciones, estas últimas son definidas por el Gobierno Federal por su “presunta relación con el crimen organizado”.

Por ejemplo, de los 19 mil 546 homicidios dolosos ocurridos en 2010, el Gobierno Federal, a través de Alejandro Poiré, reconoció el 12 de enero de 2011 la cantidad de 15 mil 273 “ejecuciones”, clasificadas oficialmente como relacionadas con el crimen organizado.

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública Federal, las 15 mil 273 “ejecuciones” corresponden a homicidios dolosos cometidos con arma de fuego, arma blanca e incluido un tercer renglón, denominado “sin datos”.

Pero hay una cuarta categoría de homicidios dolosos denominada por la Secretaría de Seguridad Pública como “otros”.

En una especie de “fosa común” en las estadísticas oficiales, en la clasificación “otros” homicidios dolosos, se encuentran apilados los que no fueron asesinados por arma de fuego ni arma blanca.

En este rubro se sumaron 4 mil 674 nada más en 2010.

Haciendo sumas:
En 2010 hubo 4 mil 674 “otros” muertos;
3 mil 946 en 2009;
3 mil 487 en 2008;
4 mil 202 en 2007;
271 en diciembre de 2006 y 2 mil 253 hasta mayo de 2011.

Por si fuera poco, en la categoría de homicidios dolosos “sin datos”, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública Federal, hasta los primeros cinco meses suman 459; en 2010, mil 271; en 2009, mil 043; en 2008, 2 mil 302 y en 2007, 743.

En total los “otros” muertos suman en cuatro años y medio del actual sexenio 18 mil 833, y en el apartado de homicidios dolosos “sin datos”, la cantidad es de 5 mil 818.

En pocas palabras, por lo menos 24 mil 651 muertos clasificados como “otros” y “sin datos” no son tomados en cuenta en las estadísticas del Gobierno Federal, relacionados con el crimen organizado.

 — En cuanto a las cuatro categorías de los homicidios dolosos (por arma de fuego, arma blanca, “otros” y “sin datos”), ¿en cuál de estas clasificaciones entran los decapitados, desenterrados de fosas comunes, enteipados, encajuelados, desmembrados, estrangulados, colgados e incinerados?, preguntó ZETA a un funcionario del Sistema Nacional de Información (SIN), quien pidió el anonimato. “Justamente en ‘otros’.

O sea, si es un decapitado, pues obviamente en ‘otros’, porque no está la categoría de decapitados.

Tampoco hay un apartado que diga ‘ejecuciones’, ‘decapitados’, que estén específicamente y que tú digas: ‘Bueno, ¿dónde está el descuartizado que encontraron hace dos semanas?’.

 Pues obviamente, a lo mejor lo reportan (las procuradurías estatales) sencillamente como un homicidio y es ‘sin datos’”.

 Un ejemplo muy claro de cómo el Gobierno Federal ha sido rebasado en cuanto al registro de ejecuciones, es el Estado de Chihuahua:

El 14 de marzo pasado, la Procuraduría General de Justicia de aquel Estado reportó 7 mil 209 homicidios, pero solamente informó a la Secretaría de Seguridad Pública Federal sobre 4 mil 233, de los cuales 3 mil 806 fueron clasificados como dolosos y 427 como culposos.

Es decir, restando 7 mil 209 menos 4 mil 233, da como resultado que por lo menos 2 mil 976 asesinatos no fueron reportados.

ZETA solicitó entrevista con el licenciado Carlos Manuel Salas, fiscal general del Estado de Chihuahua, para saber más sobre el evidente ocultamiento de información al Gobierno Federal, pero hasta el jueves 7 de julio no se obtuvo respuesta.

“Ahí entra la cuestión de las procuradurías (estatales) que a lo mejor quieren ahí dar alguna otra imagen y que a lo mejor no te reportan los cinco encajuelados que encontraron hace tres semanas, ¿no?”, dijo a ZETA el funcionario del Sistema Nacional de Información.

— ¿Habrá alguna estimación sobre a cuánto ascenderá la cifra negra de homicidios a nivel nacional?

“No, porque el Sistema Nacional de Información sólo captura la información, por eso te digo que no son estimaciones que proporcionan las procuradurías (estatales), y no es tarea del SIN checar, investigar o calcular una cifra negra”.

Frontera de muertos
De los 50 mil 490 homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado documentados por ZETA, correspondientes a cuatro años y medio del sexenio del Presidente Felipe Calderón, 30 mil 740 sucedieron nada más en ocho estados del Norte de México, en el siguiente orden:

 1.- Chihuahua: 11 mil 264 ejecuciones
2.- Sinaloa: 6 mil 055
3.- Baja California: 3 mil 702
4.- Durango: 2 mil 800 5.-
Nuevo León: 2 mil 043 6.-
Tamaulipas: Mil 964 7.-
Sonora: Mil 876 8.-
Coahuila: Mil 036

Tal como lo muestran las estadísticas de ZETA, Baja California todavía ocupa el tercer lugar en cuanto a ejecuciones relacionadas con el crimen organizado, a pesar del discurso triunfalista del gobernador José Guadalupe Osuna Millán.

Asimismo, la guerra que mantiene el Gobierno Federal contra el crimen organizado y la que sostiene el Cártel de Sinaloa liderado por Joaquín Guzmán e Ismael Zambada contra otras organizaciones criminales, han arrojado 30 mil 740 ejecuciones, tomando en cuenta que, según la Procuraduría General de la República, en los estados fronterizos y norteños “El Chapo” Guzmán disputa toda la frontera a organizaciones como el Cártel Arellano Félix en Baja California, “Beltrán Leyva” en Sinaloa; el Cártel de Juárez en Chihuahua; y el Cártel del Golfo y “Los Zetas” en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango.

Una zona cruenta en la frontera de México con Estados Unidos es Nuevo León y Tamaulipas: Cielo, tierra y mar significan la plaza perfecta para el trasiego de droga a Estados Unidos y es harto codiciada por diversas organizaciones delictivas, entre ellas el Cártel del Golfo y “Los Zetas”.

En esos dos estados, en los últimos cuatro años y medio han sucedido por lo menos 4 mil 007 ejecuciones de las 50 mil 490 ocurridas en todo el país.

De acuerdo con el Informe PGR de 2010 sobre delincuencia organizada, “originalmente ‘Los Zetas’ eran el grupo armado del cártel del Golfo; sin embargo, en diciembre de 2009 rompieron con sus aliados por diferencias en el control de los mercados y rutas.

A partir de enero de 2010, se han enfrentado en Tamaulipas y Nuevo León, lo que explica el incremento de la violencia en estos estados”.

 — ¿Entonces cómo se da esta separación de “Los Zetas” del “Cártel del Golfo” y empiezan Ustedes (Los Zetas) a operar?, preguntó la Policía Federal a Jesús Enrique Rejón Aguilar, alias “El Mamito”, uno de los líderes y fundador de “Los Zetas” aprehendido el 5 de julio último.

“Ellos (los integrantes del Cártel del Golfo) empiezan, se juntan con los cárteles de ‘La Familia Michoacana’, con ‘El Mayo’ Zambada, con ‘El Chapo’ Guzmán, con los de Jalisco, ellos hacen su alianza y para cuando se hace la ruptura nos empiezan a matar gente; ellos ya estaban organizados y ahí es donde se separan los dos grupos, ya se hace un solo grupo, se hacen ‘Golfos’ o ‘Zetas’”.

“El Triángulo” de los muertos
La intersección de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango conocida como “El Triángulo Dorado” es el “narcoparaíso” de Joaquín “El Chapo” Guzmán, parcela fértil para el cultivo de marihuana y amapola; sobre todo es el corredor idóneo para el trasiego de droga hacia Estados Unidos.

Nada más en estos tres estados, en los últimos cuatro años y medio de Gobierno Federal se concentran 20 mil 119 ejecuciones de las 50 mil 490 documentadas: 11 mil 264 ocurrieron en Chihuahua, 6 mil 055 en Sinaloa y 2 mil 800 en Durango.

— ¿Tiene un análisis el gobierno de Durango sobre los cárteles que enfrentan una guerra en la Sierra Madre?, pregunta ZETA al gobernador de aquel estado, Jorge Herrera Caldera.

“Tenemos información por parte de aquí de la Fiscalía General Autónoma de Durango que está trabajando directamente con la PGR a nivel nacional, y en base a ese análisis que se tiene conjuntamente, pues sí se ve la existencia de diferentes grupos que actúan sobre todo en el lado de la sierra del ‘Triángulo Dorado’, lo que es Sinaloa, Chihuahua y Durango, es donde se encuentra más fuertemente una situación que inquieta y lo que nos tiene con un poco más de inseguridad en el estado.

Y por otro lado en la zona que es ‘La Laguna’, que es la frontera entre una zona metropolitana de Torreón y (el municipio de) Gómez Palacio aquí en la zona de ‘La Laguna’.

Y la otra zona que también se ha vuelto peligrosa es la frontera del Sur de Durango, que son los límites con Zacatecas”.

— ¿Son diferentes organizaciones criminales las que mantienen la inseguridad en estos tres puntos que nos comenta, gobernador?

“Bueno, son diferentes organizaciones de los diferentes cárteles que existen en la región, y pues hay como un trabajo conjuntamente que se está realizando entre los tres niveles de gobierno, sobre todo con el apoyo de la Federación, de la Policía Federal, del Ejército y elementos de la Policía Estatal, es como hemos estado haciendo diferentes operativos y en algunas ocasiones con la ayuda de las fuerzas municipales, pero también hay que decirlo, pues son organizaciones, más bien las policías municipales tienen realmente poca manera, pocos elementos para poder realizar una labor conjunta; y lo estamos haciendo, pero más fuertemente Gobierno Federal y Gobierno Estatal”.

 — ¿Funciona la presencia militar para inhibir la inseguridad, para disminuir las ejecuciones de alto impacto?

“Definitivamente sí; creo que se ha hecho una labor muy eficaz por medio de las Fuerzas Armadas y no solamente de las Fuerzas Armadas del Ejército mexicano, sino también ha tenido una participación muy activa y eficaz toda la Policía Federal en diferentes operativos, pues han realizado un trabajo exitoso en los diferentes puntos donde se ha hecho este trabajo del Estado y en los puntos también que se ha realizado, que es conjuntamente con otros estados como es el caso de ‘La Laguna’”.

— ¿Entonces a qué se debe el incremento el número de ejecuciones? Hasta mayo de 2011, Durango ocupa la quinta posición, con 567…

“Bueno, definitivamente estas acciones se dan precisamente con ese objetivo: ir disminuyendo estas acciones”.

Hasta ahí la entrevista del día martes 5 de julio, porque la comunicación telefónica con el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, fue interrumpida. ZETA insistió los siguientes días para continuar, pero hasta el jueves 7 de julio no hubo respuesta.

Este Semanario también platicó brevemente con el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, no obstante, al igual que su homólogo de Durango, a “Malova” tampoco le interesa hablar sobre narcotráfico: – Gobernador ¿cuántos de estos 6 mil 055 homicidios durante los últimos cuatro años y medio están en el orden federal y cuántos en el común?

“Pues mándame una lista con tus preguntas. No tengo datos y no quiero cometer errores en las cifras, porque pues no tengo estadísticas en este momento”.

— Dejando de lado las cifras, ¿sabe cuáles son las organizaciones criminales que convergen ahí en Sinaloa? El cártel de “El Chapo” Guzmán, “Los Zetas”… ¿Los tienen identificados en la Procuraduría o Fiscalía estatal de Sinaloa? “Bueno, pues eso es una pregunta para el Procurador…”.

 — ¿No hablas del tema (de narcotráfico) o no quieres hablar con nosotros?

“No le saco a nada. Pero tengo funcionarios que son los especialistas en la materia, y bueno, pues esas preguntas que tú haces están muy claras, ¿no?”.

— En febrero último, Manuel Clouthier Carrillo, diputado federal panista, hijo del ex candidato presidencial Manuel Clouthier en 1988, dijo que “El Gobierno Federal habla de una guerra contra el narcotráfico que en Sinaloa no se ha visto… Sinaloa sigue sin ser tocado en la guerra contra el narco y la narcopolítica”.

Gobernador, ¿tiene abandonado el gobierno federal al Estado de Sinaloa? “No me quisiera meter en esa dinámica.

Yo quiero entrevistas que le sirvan a Sinaloa, no que provoquen controversias con nadie. No respondo ese tipo de entrevistas”.

— Gobernador, la inseguridad es una realidad en el país a la cual no nos podemos sustraer… “Ahí hay una declaración de un diputado federal que Ustedes la están expresando, y bueno, no me meto en eso”.

 — ¿No tienes opinión en relación al narcotráfico? “No, yo tengo trabajo. Estoy trabajando y luchando contra todos”. 

 Y en el tema de la seguridad, ¿cuál es su estrategia para Sinaloa, Gobernador?

“Te la puedo pasar, si me das oportunidad, te puedo pasar mi Plan Estatal de Desarrollo, te puedo pasar todas mis acciones, mis metas, te puedo pasar una relación de todo lo que hemos logrado en estos seis meses de gobierno, encantado de la vida, si me das oportunidad y hoy mismo”.

 Hasta ahí la breve entrevista con el Gobernador de Sinaloa. Dicho sea de paso que, para saber cuál es la situación en cuanto a narcotráfico en la frontera de México con Estados Unidos, ZETA también solicitó entrevista con César Horacio Duarte Jáquez, Gobernador de Chihuahua; Tamaulipas, Egidio Torre Cantú; y Rodrigo Medina, de Nuevo León, pero hasta el jueves 7 de julio ninguno emitió respuesta favorable.

Las “cifras menores” del Presidente
“El gobierno va ganando la lucha (contra el narcotráfico)”, diría Francisco Blake Mora, Secretario de Gobernación, el 2 de diciembre de 2010.

Tal ha sido el discurso oficial del gobierno federal. Obviamente, el Presidente Felipe Calderón tampoco reconoce que no va ganando su guerra contra el crimen organizado: “Entiendo perfectamente y sé que es la percepción generalizada de que la guerra se va perdiendo. No comparto la afirmación”, ha dicho.

 A lo largo del sexenio el gobierno federal no ha reconocido la totalidad de las ejecuciones. De hecho, en 2010 calificó como cifras menores los homicidios relacionados con el crimen organizado: “Hubo cifras menores en enero, hubo cifras menores en febrero”.

Por supuesto, los pronósticos presidenciales fallaron porque las “cifras menores” alcanzaron el récord en 2010 de 19 mil 546 asesinatos relacionados con el crimen organizado de acuerdo con las propias fiscalías estatales, la federal, secretarías de seguridad pública estatales y federal.

El promedio de ejecuciones por mes durante 2010 fue de mil 628. Cifra nada menor, la que se ha generado este año. El promedio de ejecuciones aumentó en los primeros 5 meses de 2011 alcanzando una media de mil 893 mensualmente.

 “La tasa de homicidios en México es de 12 por cada 100 mil habitantes, mientras que en Brasil es de 25 por cada 100 mil habitantes. Eso sí, Brasil se lleva la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos”, justificó Calderón en 2010.

Pero resulta que si el INEGI da cuenta de 112 millones 336 mil 238 mexicanos y si en 2010 el gobierno federal registró 20 mil 127 homicidios dolosos, entonces la tasa de asesinatos en México ese año fue de 17.9 por cada 100 mil habitantes.

Pero antes que cambiar su estrategia contra el crimen organizado, Felipe Calderón prefiere encomendarse al Papa Benedicto XVI: “Santo Padre, gracias por su invitación, gracias a usted y a la Iglesia. Le traigo una invitación del pueblo mexicano.

Estamos sufriendo por la violencia. Ellos lo necesitan más que nunca, estamos sufriendo. Lo estaremos esperando”, dijo el Presidente Felipe Calderón al Papa Benedicto XVI durante la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II en mayo último.

Las “bajas colaterales”
Empresarios, defensores de los derechos humanos, activistas, secuestrados, estudiantes, niños, periodistas y muchos otros civiles forman parte de la larga lista de asesinatos cometidos en medio de la violencia en el país.

En la memoria de los mexicanos están los civiles muertos como, por ejemplo, “por estar en el lugar equivocado”, por protestar como la activista Marisela Escobedo en Ciudad Juárez, los más de 70 cuerpos exhumados de las narcofosas en Nuevo León en 2010; los 72 emigrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas en 2010, y en 2011, 193 cuerpos exhumados también en San Fernando; las 251 personas desenterradas de diversas narcofosas de Durango; los 11 empresarios asesinados en 2010 y 8 en lo que va de 2011, las matanzas de adolescentes mientras se encuentran en fiestas como en Ciudad Juárez, los 60 periodistas asesinados en el actual sexenio.

Y así, la lista de víctimas civiles no tiene fin. No hay estadísticas oficiales de cuántos civiles han sido asesinados en el actual sexenio.

Ante la falta de investigación federal, la especulación del gobierno del Presidente Felipe Calderón se ha convertido en oficial: “90 por ciento de bajas está en la delincuencia organizada.

 Sólo un 10 por ciento de esas bajas son de las instituciones y de blancos civiles”, emitiría la Secretaría de Gobernación en abril de 2010 en tiempos de Fernando Gómez Mont.

Ése ha sido el discurso oficial. Si desde diciembre de 2006 hasta los primeros cinco meses de 2011 ZETA ha documentado 50 mil 490 ejecuciones a lo largo y ancho del país, el diez por ciento de bajas de las instituciones y blancos civiles serían 5 mil 490.

 En todo caso lo que invita a la especulación es la ausencia de investigación por parte del gobierno federal para determinar con exactitud las estadísticas:

Algunas cifras de instituciones no oficiales dan un panorama peor: La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) documentó 214 casos de secuestros masivos de emigrantes, dando un total de 11 mil 333 víctimas nada más en el lapso comprendido entre abril y septiembre de 2010. Otras estadísticas de la CNDH son reveladoras: 5 mil 397 personas reportadas como extraviadas nada más en el sexenio del Presidente Felipe Calderón y 8 mil 898 cadáveres no identificados han sido algunos de los “resultados” de su “guerra” contra el crimen organizado.

 Los muertos en la historia Para tener una idea de la magnitud de la cantidad de muertos durante la guerra del presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado, es necesario tener presente otros acontecimientos históricos alrededor del mundo que han arrojado pérdida de vidas al por mayor.

De hecho, en el interior del Ejército Mexicano algunos militares ven en perspectiva histórica las muertes del sexenio federal. Por ejemplo, el General de División Luis Garfias Magaña dice a Don Julio Scherer en su reciente libro titulado “Historias de Muerte y Corrupción” editado por Grijalbo:

“En España, todas las muertes provocadas por grupos terroristas en los últimos cincuenta años, sumadas, son menos de las que ha habido en México durante los cuatro años pasados. Increíble.

Si contamos todos los muertos de la ETA en España, el ERI en Irlanda, el Beader-Meinhof en Alemania, las Brigadas Rojas que mataron a Aldo Moro, Sendero Luminoso, los tupamaros, los montoneros, suman menos que los treinta mil en México”, reconocería el General Garfias en 2010 para el libro de Don Julio Scherer publicado en febrero de 2011.

También el 3 de agosto de 2010 durante el “Diálogo por la Seguridad”, Guillermo Valdés, Director del Cisen, explicó que las ejecuciones ocurridas durante los primeros tres años y medio de gobierno del Presidente Felipe Calderón representaban una tercera parte de los muertos ocurridos en 12 años de la guerra civil de El Salvador y que la suma superaba al número de desaparecidos durante las dictaduras argentinas de la década de los 70.

Definitivamente, el de Calderón ya no es el sexenio de los 40 mil muertos. A partir de julio de 2011, puede nombrársele ya como “el sexenio de los 50 mil muertos”. Hasta el momento y a falta de año y medio para que concluya su mandato.