viernes, 11 de enero de 2019

MALAYERBA ILUSTRADA: ME DUELE



Para Eileen Troax y Diego, por ese corazón de madera, gatos y nopal

Cuatro de la mañana. Un joven flacucho y el cabello peinado por el desvelo, camina por esa calle malhumorada. Lo hace sin prisa, distraído. Se oye el motor de un carro que se acerca y él sigue avanzando. Las luces del automóvil muerden su espalda y hacen que crezca su sombra. Los del carro bajan la velocidad, lo alcanzan y se le emparejan. Uno de ellos saca un arma por la ventana: el joven voltea, ve su rostro en la boca oscura del cañón. Pum pum.

Alguien grita. Ayuda, ayuda. Por favor, ayúdenme. Unos se asoman por la ventana. Las cortinas se mueven detrás de los cristales de las viviendas. Algunos deciden llamar a la policía, a la ambulancia. Una señora sale y lo ve tirado. Dice Dios mío. Pero no se le acerca, no le habla ni se queda. Se mete tan rápido como salió y su bata se abre para enseñar rodillas gordas y pantorrillas varicosas.

Hace frío. Once grados culichis son dos menos cero en una ciudad caliente por el plomo rojo y el sol que siempre amanece con las pilas puestas. Dentro de las viviendas cuchichean. Ojalá se apuren, el morro está sangrando mucho, se va a morir. Se va a morir. Se va a morir. Se repite como un eco cuya primera vez no tiene dueño y es de todos, del otro lado de esas paredes.

Todos expectantes, atrás de los muros. Nadie más sale. Dicen que pueden regresar esos que le dispararon, cuando se enteren que el joven no ha muerto. A la media hora llega la patrulla. Son dos agentes. No tienen prisa y por esa parsimonia de perdonavidas tampoco tienen madre: se paran a los lados, lo ven, algo se dicen entre ellos, pero no toman sus armas ni revisan los signos vitales ni le dan primeros o segundos o terceros auxilios.

Le preguntan cómo se llama. Dónde vive. Él les dice me duele, me duele mucho. Ayúdenme por favor. Le vuelven a preguntar, de pie, sin agacharse. No responde. Los ve. Se toca las heridas, quiere detener la fuga. Un orificio en el pecho y otro en el abdomen. Ellos deciden levantarlo. Lo toman de los sobacos y lo obligan a mantenerse de pie. Lo sostienen. Qué te pasó. Por qué. Quién fue.

La ambulancia no llega. Nunca nadie en ese barrio había deseado tanto ese ulular lejano que luego se acerca y llega para socorrer. El joven de pie, sostenido por esos dos que no quieren que sus uniformes se manchen. Él suplica que lo lleven al hospital. Se escucha el viento, ya no sus palabras. Me duele. Me muero. Y se desvaneció, como esa madrugada.

A la hora y media llegó la ambulancia. Ya no reaccionó. Lo revisaron rápidamente y lo subieron a una camilla. Un poli le dijo a otro vamos a desayunar. Se me antojan unos tacos de buche.

Columna publicada el 6 de enero de 2019 en la edición 832 del semanario Ríodoce.

(RIODOCE/ JAVIER VALDEZ/MALAYERBA/8 ENERO, 2019)

MALAYERBA ILUSTRADA: DISCOS COMPACTOS



Dónde está, dónde. Se preguntó él, mientras, agachado, esculcaba el compartimento ubicado entre los asientos. Se estiraba y estiraba para alcanzar la guantera y un rinconcito ubicado debajo del estéreo, donde también ponían algunos de los discos compactos. Pero no podía, por más que extendía su cuerpo de dieciséis que no tenía prisa en crecer.

Estaban de huateque esa noche. Las diez y la oscuridad era aún joven, pero densa del otro lado de los cristales ahumados del vehículo en el que iban. Su primo, mayor que él, se había sentado a un lado y adelante iban unos amigos. El dueño del carro en el volante y el otro era el más cercano de sus compas.

Andaban mal. Drogas para consumo y para vender, deudas mal pagadas, promesas chuecas y pólvora en los índices. Pero ellos eran chingones, lo máximo: los reyes del barrio, los más temidos en la colonia, los dioses que borran los nombres de las listas malditas, los administradores del mañana y gerentes del futuro, los propietarios de la última palabra, esdrújula y de tres sílabas: mátalo.

Pero esa noche había que festejar, qué madres. Cerveza para todos, tecates blancas y sobredosis de tostitos con chile y Sabritas adobadas. Y que toquen los chirrines, aunque sea en el estéreo del carro. Pero eso sí, a todo volumen. Que se sientan el tololoche por debajo de la piel, como cuando retiembla en su centro la tierra. Que se escuche el acordeón. Órale pariente, ahí les va un corrido perrón, de esos que le gustan a los jefes.

Noche de peda. Ríos de ambarina, agua de fuego. Mares de meados. Por eso hicieron una parada: volver a surtir líquidos bien helados y tirar fluidos calientes en cualquier retrete, o pared o rincón. En el expendio de cerveza hay baño, aviéntate por otro seicito. Es más, cómprate un dieciocho para no andar batallando, y nos vamos a seguir rolando, buscando morritas y pisteando.

Se orillaron para surtirse de tecates. Se bajaron tres, dos de ellos a comprar cerveza y más botana, y el otro, el primo, a mear. El carro con la música a todo volumen, agrietando los cristales. Él se acordó de ese disco, de ese grupo, esa rola que tanto le gusta y que hasta a cantar se anima. Se agachó, se estiró. Dónde está. Y barajeó los compactos sin suerte. Y quedó atorado entre los dos asientos, esculcando compartimentos. Abrió la caja, la guantera, se arrojó al espacio hueco bajo el estéreo. Dónde, dónde.

En eso se escuchó una ráfaga y luego otra y otra. Uno se dirigió al minúsculo baño y soltó la tercera ráfaga. Y él ahí, entre los respaldos y los latidos del bajo y la tuba y la metralla de la tarola. Apenas escuchó. Luego se dio cuenta que nadie regresó. Salió y vio a los tres tirados. Y él con el disco compacto que tanto había buscado, en la mano.

Columna publicada el 30 de diciembre de 2018 en la edición 831 del semanario Ríodoce.

(RIODOCE /MALAYERBA/ JAVIER VALDEZ/ 1 ENERO, 2019)

REPORTAN SEIS EJECUTADOS MÁS EN TIJUANA


Seis personas fueron encontradas muertas en distintas áreas de Tijuana ayer jueves 10 de enero.

El primer hecho se reportó en privada Naranjos de la colonia Ribera del Bosque, un hombre hasta ahora desconocido, fue asesinado a balazos.

En un predio baldío localizado en avenida de los Pinos de Nares, en el fraccionamiento Los Pinos fue localizado un cráneo humano.

Un hombre identificado como Carlos Eduardo Pérez, de 24 años, fue localizado muerto con lesiones por arma de fuego en calle Acuario de la colonia Panamericano.

A tiros, fue asesinada una mujer que en vida llevaba el nombre de Maura Elena Reyes Quijada, de 48 años. Su cadáver fue localizado en privada Salvia del Fraccionamiento Urbi Villa del Prado primera sección.

Enterrado en un predio baldío localizado en caminos vecinales a Valle de San Pedro, fue localizado el cadáver de un hombre. La causa de muerte aún es desconocida.

En la calle Mexicano en el Fraccionamiento de Jardines de La Mesa, fue encontrado muerto con heridas producidas por arma de fuego, Héctor Rocha González, de 37 años.

En ninguno de los hechos se reportan personas detenidas.

BALEAN A DOS CERCA DE LA PENI

Alrededor de las 23: 30 horas del jueves 10 de enero, fue reportado que en la avenida Los Charros a unos metros de los Juzgados Penales, en la Delegación La Mesa, dos hombres resultaron heridos de bala tras un tiroteo.

Las víctimas se encontraban a bordo de una camioneta Ford Explorer, cuando sujetos descocidos les dispararon en por lo menos 30 ocasiones.

Los lesionados fueron trasladados a un nosocomio de la localidad en condición grave.

Sobre los presuntos responsables nada se sabe.

(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS  ZETA/ VIERNES, 11 ENERO, 2019 01:17 PM)

REPORTAN CINCO PERSONAS MUERTAS EN TIJUANA


Cinco personas fueron privadas de la vida en distintos hechos violentos en Tijuana, durante las últimas horas.

El último crimen se registró durante esta tarde de jueves 10 de enero, cuando un joven de alrededor de 20 años, fue asesinado de un tiro en la cabeza. Los hechos ocurrieron en Privada Naranjos del Fraccionamiento Ribera del Bosque, en la Delegación La Presa.

La víctima portaba entre sus pertenencias una identificación de los Estados Unidos de Norteamericana. Hasta ahora se desconoce su identidad.

Ayer miércoles, un masculino, hasta ahora sin identificar, fue ejecutado con arma de fuego cuando se encontraba  en el segundo callejón Baja California, en la Zona Norte. Los hechos ocurrieron alrededor de las 15:43 horas.

El cadáver de un hombre maniatado y con lesiones de arma de fuego en la cabeza, fue localizado en la canalización de la Vía Rápida Alamar en la colonia Los Álamos.

En un terreno baldío a espaldas de la privada Paricutín en el fraccionamiento Urbi Villa del Prado en la segunda sección, fue localizado sin vida un hombre de alrededor de 45 años. La víctima tenía lesiones propinadas por arma de fuego.

A las 00:58 horas de este jueves, fue reportada una casa con daños totales por incendio y el cuerpo calcinado de una persona en calle La Palma en la colonia Praderas de la Mesa, Delegación Cerro Colorado.

No se reportan personas detenidas tras los hechos.

(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS  ZETA/JUEVES, 10 ENERO, 2019 03:26 PM)

ANDRÉS MANUEL Y TRUMP


La claridad sobre la política de no intervención que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene sobre el papel que debe jugar en Venezuela, es antagónica a la subordinación política que desde que ganó las elecciones ha mostrado frente al presidente Donald Trump. Su promesa de campaña que las cosas serían diferentes entre él y Trump a como habían sido con el presidente Enrique Peña Nieto, porque lo convencería que era mejor tener una buena relación con México que de conflicto permanente, se quedó en un discurso maniqueo. No lo confronta, cierto, pero tampoco lo persuade de nada. Le extiende un tapete para que haga con México lo que quiera.

La semana pasada, en el conflicto de Trump con los demócratas en el Capitolio porque no le quieren presupuestar cinco mil 700 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México, dijo que estaría dispuesto, de no conseguirlo, de cerrar la frontera con México. Cuando la prensa le pidió una reacción a López Obrador, se lavó las manos y dijo: “Hemos actuado con prudencia y de manera precavida. No hemos opinado de este tema porque se trata de un asunto interno del gobierno de Estados Unidos y preferimos abstenernos”.

Ciertamente, la discusión presupuestal sobre el muro es doméstica, pero cuando en las presiones de Trump contra los demócratas involucra a México, el tema ya corresponde atenderlo a los mexicanos, en voz de su gobierno. Sellar la frontera no es un tema menor. De acuerdo con las estimaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cada día hay más de un millón de cruces legales de personas, además de 300 mil vehículos de los cuales, 70 mil son camiones de carga, lo que representa un intercambio comercial de más de mil millones de dólares cada 24 horas. Un cierre desestabilizaría a 94 municipios en seis estados fronterizos, que participan con el 21% del PIB nacional. El problema que quiere estallar Trump se traduciría en una crisis social y económica regional en México.

López Obrador soslaya la amenaza para no quedar atrapado en la lucha de Trump y los demócratas, pero su silencio tampoco contribuye a que se movilicen otras fuerzas internas en Estados Unidos, como los empresarios y comerciantes que también resultarían afectados por el cierre fronterizo, que podrían presionar a Trump para que si quiere mantener abiertos los frentes de guerra en el Capitolio, no utilice a México como chivo expiatorio de sus arrebatos. Su enmudecimiento contrasta con la celeridad como quiere ayudarle a resolver el problema de la migración centroamericana, que también le disminuye vulnerabilidades en su diferendo político con el Capitolio.

Esta afirmación tiene su sustento en el comunicado de prensa del Departamento de Seguridad Interna el 20 de diciembre pasado, que da cuenta del anuncio realizado por la secretaria Kirjsten Nielsen, sobre “la acción histórica” para confrontar la crisis migratoria, donde Estados Unidos dejaría de mantener en su territorio a los migrantes centroamericanos que buscan asilo político en ese país, porque de acuerdo con una negociación con el gobierno de López Obrador, sería México quien haría ese trabajo. El acuerdo entre los dos gobiernos modificó radicalmente las políticas migratorias de ambos, sirviendo el mexicano a los intereses de la Administración Trump.

Varios funcionarios del gobierno lópezobradorista han dicho que si bien hay pláticas aún no hay nada concreto, salvo la decisión de que México no serviría como la estación migratoria para Estados Unidos. Sus palabras realmente no tienen peso en Washington, ni son creíbles. Este lunes, en la reunión con embajadores y cónsules mexicanos en el exterior, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tuvo oportunidad de clarificar la posición de su gobierno, pero fue omisa, probablemente en forma deliberada. Explicó que los migrantes centroamericanos tendrán garantías a sus derechos humanos cuando crucen territorio mexicano rumbo a Estados Unidos, y mientras se resuelve su situación migratoria en aquel país. Es decir, aceptó implícitamente la existencia de la nueva política estadounidense, aceptada según Washington por el gobierno de López Obrador, llamada Permanecer en México.

Esta política sólo ha generado preocupación en Estados Unidos. El 2 de enero, el presidente del Caucus Hispano en la Cámara de Diputados, Eliot Engel, miembros del Comité de Asuntos Exteriores, y Albio Sires, miembro del Subcomité de Asuntos de América Latina del mismo Comité, enviaron una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, preocupados por el acuerdo de los dos países. “Aunque ambos gobiernos han descrito esto como una política unilateral de Estados Unidos que el gobierno de México aceptó”, dijeron los diputados.

Los diputados querían saber puntos específicos: ¿cuándo se acercó el gobierno de Estados Unidos a México y cuántas dependencias estuvieron involucradas en la discusión?, ¿qué tipo de acuerdo alcanzó el gobierno con México? ¿cuáles son los detalles? ¿fue previo al anuncio del 20 de diciembre sobre el cambio en la policía de asilo? Hasta esta fecha, Pompeo no ha respondido a los diputados, pero tampoco ha desmentido la existencia del acuerdo. En México, el silencio del presidente López Obrador ha sido protegido por la complacencia del Senado, controlado por Morena.

No hay presión alguna en México para que el presidente responda sin evasivas sobre lo que está haciendo Trump, ni forma de que los secretarios de Gobernación y Relaciones Exteriores rindan cuentas sobre lo que han estado hablando con Washington. Pero esconderse no blinda lo que viene. Trump no se detiene ante nadie, ni le importa nada salvo sacar adelante su agenda. A México lo ha utilizado como instrumento de presión y el gobierno López Obrador se ha prestado para ello. De este vasallaje, como en el pasado sucedió, no saldrán buenas cosas.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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(EJE CENTRAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ESTRICTAMENTE PERSONAL/9 DE ENERO DE 2019)

ANDRÉS MANUEL Y MADURO


Hubo un tiempo, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador al responder porqué el cambio de posición de su gobierno con respecto al de Nicolás Maduro en Venezuela, que se perdió una política exterior basada en la no intervención, cuando se secundaron “decisiones tomadas en otras latitudes y por otras causas”. Tiene razón. Sin ser potencia militar o económica, la política principista de México le dio autoridad moral y respeto en el concierto mundial, que se fue desvaneciendo cuando el presidente Carlos Salinas abandonó el multilateralismo como eje de la política exterior y logró la membresía en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, el llamado “club de los ricos”, en París, con lo que perdió influencia y poder dentro de América Latina, que volvió a ser unipolar con su histórico rival regional, Brasil.

Salinas alineó a México con Estados Unidos en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuya relación fue evolucionando de los temas económicos a los políticos y de seguridad que llevaron, en el extremo, que durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, dentro del Grupo de Lima, la cancillería fuera instrumental en el estrangulamiento político de Maduro. El fuerte deterioro socioeconómico en Venezuela y la manipulación de los instrumentos democráticos para instaurar un régimen autoritario, provocaron un creciente aislamiento de Maduro, al cual se sumó México de una manera proactiva como nunca antes se había visto. Pero se perdió forma y fondo por servir a los intereses, del presidente Donald Trump y Estados Unidos. El trabajo sucio, lo haría México.

López Obrador cambió radicalmente la postura al ofrecer a México como mediador en la crisis venezolana y no como ariete contra Maduro, precisando este lunes que no lo hacía por simpatía, sino en acato de una política de no intervención. Se puede argumentar, aunque no lo exprese él abiertamente, que también obedece a una empatía ideológica, al existir un choque frontal entre gobiernos de izquierda y progresistas, contra conservadores, como lo fueron los últimos cinco gobiernos mexicanos. Pero hay una variable adicional que quizás López Obrador no está contemplando, que le da fortaleza a su posición, y que durante la administración de Peña Nieto se dio como un acto de ambivalencia e hipocresía. ¿Por qué promovió la intervención extranjera en Venezuela y rechazó la intervención extranjera en México? Visto en este plano, las dos posiciones son incompatibles por incongruentes.

El gobierno de Peña Nieto se opuso de manera sistemática a la injerencia de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas a que se involucrara en el tema de las desapariciones forzadas y de las violaciones cometidas por las Fuerzas Armadas. Las recomendaciones formuladas durante el último Examen Periódico Universal fueron rechazadas. Peña Nieto hizo bien. Abrir la puerta a la ONU habría sido allanar el camino para que como sucedió en 2012 con el gobierno de Guatemala acordó con esa organización crear la Comisión Internacional contra la Impunidad en esa nación. La Comisión se adentró rápidamente en rutas paralelas, e investigó la corrupción en el sistema aduanero, que produjo la captura del presidente Otto Pérez Molina en 2015, acusado de encabezar la organización criminal que llevó a cabo esos actos.

En una entrevista con la agencia rusa Novosti en agosto de ese año, Michael Mörth, uno de los artífices de la Comisión, dijo que cuando fue concebida, “siempre la entendimos como un modelo que se puede expandir en América Latina o países donde no hay Estado de Derecho. No tengo ni la menor duda de que una CICIG sería muy útil en México y Honduras”. La tentación de presionar a México para que acepte una comisión a imagen y semejanza de la guatemalteca ha rondado en círculos internacionales desde hace varios años, y varios expertos y políticos mexicanos, tomando a Guatemala como un ejemplo, sugirieron que podría ser una buena solución en México.

Esa solución, sin embargo, es una aberración para quienes consideran que la soberanía de los Estados debe prevalecer por encima de los intereses del mundo. La postura de López Obrador sobre la Venezuela de Maduro es exactamente esa. Defendiendo la no intervención, congruentemente, defiende la soberanía mexicana a partir de los principios de su política exterior. Los asuntos internos de Venezuela tienen que ser resueltos por los venezolanos. Quien en México piense lo contrario, debe entonces asumir su proclividad a que el mundo decida sobre los asuntos mexicanos, o que sea teórica y prácticamente, el resumidero de Estados Unidos.

Respaldar la política de no intervención no significa apoyar a Maduro ni su gobierno corrupto, violador del Estado de Derecho, manipulador electoral y responsable de la desgracia económica y social venezolana. Pero no es mediante una política del gran garrote del presidente de Estados Unidos Thedore Roosevelt hace 118 años, donde el gobierno de México se preste como la parte superior del garrote, como se resuelvan esas controversias. Hace bien el presidente López Obrador en el caso venezolano, pero no es impoluta su incipiente política exterior.

La política principista esgrimida se contrapone con la política entreguista que ha mostrado, hasta ahora, frente al presidente Trump, quien está buscando resolver su crisis migratoria en el patio trasero mexicano. El gobierno de México ha aceptado, en principio, retener a los migrantes centroamericanos en su territorio mientras se define su situación de refugio en Estados Unidos, lo que es un cambio radical en la política migratoria de ambos países. Si López Obrador no está dispuesto a hacer el trabajo sucio de Washington en Venezuela, ¿por qué sí en materia migratoria? Congruencia, por favor. De esto hablaremos mañana.

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(EJE CENTRAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ESTRICTAMENTE PERSONAL/8 DE ENERO DE 2019)

DEJÉMONOS DE TONTERÍAS


Como decíamos ayer, parafraseando a Miguel de Unamuno, después del reposo, el encono sigue y la polarización avanza. Su última expresión, el ejecutómetro del periódico Reforma publicado el miércoles pasado que mencionaba, sugiriendo actos del crimen organizado, que el número de asesinatos durante el primer mes de gobierno de Andrés Manuel López Obrador había sido 65% superior al último mes de gobierno de Enrique Peña Nieto. Quienes antes validaron esa misma no-metodología de Reforma, la criticaron en defensa de la nueva administración, y quienes antes criticaban a los críticos por utilizarla para denostar a quienes ya se fueron, hoy los censuraron por su incongruencia. La realidad es que todos están y estaban mal, nunca quisieron aceptarlo, y soslayan los temas de fondo sobre el tema de la seguridad que son los que deberían de estar en la mesa de la discusión.

Los ejecutómetros han sido por más de una década el instrumento periodístico más engañoso que existe, porque no explicó absolutamente nada del fenómeno de la inseguridad y sí, en cambio, distorsionó la realidad y contribuyó a que México fuera equiparado en términos de violencia a los países asiáticos en guerra. Pero cualquier persona que haya estado en Siria, Irak o Afganistán, sabe que es falso. Puede haber más periodistas muertos en México que en esos países, pero no porque las condiciones de trabajo sean mejores en esas naciones rotas, sino porque la prensa no se mueve por donde quiera, como en este país. La libertad de movimiento en México no existe en esos países en guerra, donde prácticamente ningún periodista que quiera salir vivo, se adentra en la zona de conflicto sin acompañantes de una de las fuerzas beligerantes. Esto, por supuesto, no reduce la gravedad de la violencia que se vive en México.

Los ejecutómetros los comenzó a hacer El Universal a mediados de la década pasada, y fue el primero en desecharlo como herramienta de trabajo. El primer error explícito, como señalaron los neo críticos de Reforma, es que legalmente no existe el delito de ejecución, por lo cual su interpretación es subjetiva. No importa cómo se le disfrace –v.g., que fuese resultado de un choque entre pandillas-, son llanamente asesinatos. ¿De dónde sale que todos los homicidios dolosos son perpetrados sólo por el crimen organizado? De la imaginación periodística que fuerza una información para hacerla verosímil.

Dedicarle la prensa tanto empeño a esta desinformación, llevó a que varios fenómenos importantes no fueran registrados en su plena dimensión para entender lo que estaba sucediendo. Niños empuñando armas, fueron vistos como una degradación de la violencia, y no como uno de los ejemplos de cómo el Estado Mexicano iba ganando la partida a las organizaciones criminales, que tenían que reclutar miembros cada vez más de chicos ante la pérdida de sus cuadros. Las fugas en las cárceles de miembros de cárteles se registraron unidimensionalmente, y no como una externalidad de que el reclutamiento de niños y jóvenes tampoco funcionaba y necesitaban a su gente experimentada. Los asesinatos en de las cárceles tampoco fueron vistos como otro de los fenómenos de esa lucha, donde los cárteles empezaron a matar a sus rivales en las prisiones para evitar que replicaran otros la estrategia. Todo esto nos pasó de noche y seguimos envueltos en la misma discusión fallida.

El Séptimo Informe sobre Violencia Política de la consultora Etellek en septiembre pasado –aún no sale el octavo-, estableció que en el periodo entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto pasado, hubo en México al menos 850 agresiones con un saldo de 175 políticos asesinados, de los cuales 63 ataques y 21 homicidios dolosos contra políticos se registraron después de las elecciones presidenciales. De ese gran total, precisó Etellekt, el 81% fueron contra opositores del PRI y de las coaliciones gobernantes en las 32 entidades. Estábamos muy mal y no estamos bien. Hace una semana, 90 minutos después de tomar posesión como presidente municipal de Tlaxiaco, Oaxaca, Alejandro Aparicio fue asesinado.

Este fue un asesinato doloso, pero ¿alguien puede asegurar en este momento que fue producto del crimen organizado? El problema de los ejecutómetros es que los medios los han nutrido y la sociedad los ha utilizado para sus fines políticos o existenciales sin ser un instrumento que ayude a entender el fenómeno de la violencia y sí, por el contrario, la distorsiona. La inseguridad es un problema real que afecta al país en su conjunto y su crecimiento está vinculado directamente a la debilidad institucional. No es un tema de este gobierno o del anterior. En 1984, el entonces director de la CIA, William Casey, circuló un informe secreto de 33 páginas que subrayaba la debilidad institucional de los cuerpos de seguridad mexicanos.

Mucho se hizo después, por las presiones de Estados Unidos, para que México atacara a los cárteles de la droga. El gobierno de Vicente Fox abandonó la estrategia y al entregar el mando a Felipe Calderón, casi un centenar de municipios estaban bajo control total del narcotráfico. A pocos les gustó su guerra contra las drogas, aunque logró recuperar los territorios. El de Peña Nieto, mucho se ha escrito aquí de ello, fue un desastre. Volvieron los cárteles a conquistar territorios, se fortalecieron, nacieron algunos y la violencia se atomizó en cientos de pandillas más violentas que los criminales trasnacionales. Lo que tenemos lo venimos arrastrando hace buen tiempo. Dejemos de discutir sobre ángulos que engañan, como los ejecutómetros, y discutamos cómo vamos a resolver, entre todos, el problema de la debilidad institucional en México.

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(EJE CENTRAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ 7 DE ENERO DE 2019)

INCOMPETENCIAS PETROLERAS


La crisis de la gasolina ha sido la crisis del nuevo gobierno de México. El equipo energético del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha hundido como resultado, se puede argumentar, de su novatez. Pemex ha difundido comunicados consecutivos donde afirma que hay suficiente gasolina para abastecer al país, con la petición de que no hagan compras de pánico, porque la sobredemanda siempre le ganará la carrera al suministro de combustible. Pero entre más lo hace, más gente apresura sus vehículos a las gasolineras. No es un problema de abasto, sino de distribución, dice el presidente López Obrador. Pero la distribución, se supone, estaba prevista y organizada, según la secretaria de Energía, Rocío Nahle.

La secretaria dice que la estrategia se empezó a preparar desde el 27 de diciembre, cuando el presidente anunció el programa contra el robo de combustible. Estaba tan confiada de lo bien que lo habían hecho, que el domingo, mientras seis estados mostraban un problema de abasto de combustible, Nahle veía el partido de futbol entre Veracruz y los Pumas de la UNAM, sin pudor para escribir en Twitter sus sentimientos deportivos. La crisis de la gasolina crecía y ella se divertía. Cuando la acusaron en las redes sociales de insensibilidad, respondió que todo estaba bajo control porque había una estrategia para evitar el desabasto. Nahle, la jefa del sector energético, no parecía tener idea de lo que sucedía.

No se puede decir que la estrategia fuera un desastre, porque en realidad no había estrategia para la distribución del combustible. Nahle dijo que 15 secretarías de Estado y dependencias federales participaban en la preparación de la estrategia, lo cual es cierto, pero era para detectar los puntos de fuga de combustible al interior de Pemex, y el reforzamiento militar para resguardar 58 instalaciones estratégicas de Pemex, que incluían seis refinerías, 39 terminales de almacenamiento y despacho, 12 estaciones de rebombeo y control de ducto. Adicionalmente, se intervino a personal de Pemex, se monitorearon y observaron sus procedimientos de abastecimiento y reparto. Es decir, nada sobre la contingencia de distribución.

¿Por qué no lo hubo? A partir de la información aportada el 27 de diciembre, porque no había necesidad de ello. El abasto y la distribución no sufrirían alteración alguna. Sin embargo, algo que desconoce la opinión pública sucedió, porque cuando la crisis de la falta de combustible afectó a seis estados, el presidente López Obrador explicó a la prensa, a manera de justificación, que obedecía a que se habían cerrado los ductos para evitar el robo de combustible, y que se estaban utilizando pipas para suministrar la gasolina. El cierre de ductos no estaba contemplado en la estrategia contra el huachicoleo, ni hubo explicación del porqué se hizo.

Pero, para efectos de argumentación, si hacerlo obedeció a circunstancias no previstas al finalizar el año, Nahle y el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, debieron haber tenido listo el plan de distribución de combustible a través de pipas. Como ha quedado perfectamente claro, no lo hicieron, o si lo hicieron, lo realizaron de manera muy deficiente. El desabasto en seis estados contaminó a la Ciudad de México, donde en cuando menos 12 puntos de la capital federal se acabo el combustible en las gasolineras, provocando la percepción desabasto, que fue creciendo con las horas, como se pudo observar por la forma como se fueron saturando las gasolineras, y otras tres entidades empezaron a tener los mismos problemas.

López Obrador es el único que ha hablado de problemas de distribución. Romero Oropeza está escondido en su oficina y emite comunicados institucionales poco tranquilizadores, a decir por los resultados que provoca, mientras que Nahle, en la línea marcada por el presidente, no habla de nada operativo, sino que se encierra en la retórica del robo de combustible como la explicación de acción-reacción por la falta de gasolina. El robo de combustible ciertamente es un crimen lacerante para la economía en México y en muchos países. Pero no es nuevo. Se viene arrastrando desde 2002 y tuvo un incremento sustantivo en los dos últimos años del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, el problema del huachicoleo no provocó desabasto ni una crisis en la distribución de la gasolina. El contraargumento de que el robo no es la madre del desabasto lo ofreció el propio presidente López Obrador en su conferencia de prensa el martes por la mañana, cuando reveló que desde que comenzó el programa contra el robo de combustible, los criminales se han robado ocho mil 540 pipas menos. Entonces, la narrativa de que la falta de gasolina es resultado de la estrategia contra el huachicol, significa que el desabasto tiene que ver con que se cortaron los suministros de gasolina robada.

Asumiendo que es cierto lo dicho por el presidente, regresamos al punto de la distribución. Si el programa del 27 de diciembre se anticipaba tan exitoso en el corto plazo y se cerraron los ductos para impedir nuevos robos, ¿qué hicieron Romero Oropeza y Nahle para evitar el desabasto? Romero Oropeza quién sabe, porque no da la cara. Nahle estaba viendo el partido del futbol confiada en que había una estrategia, que no contemplaba la distribución, que resolviera el abasto. Entre los dos, por su incompetencia profesional, provocaron una crisis donde no la había, que de no atajarse crecerá hasta a afectar el aparato productivo y el transporte terrestre y aéreo. Por lo que ha dicho el gobierno hasta ahora, todo se trata de un fenómeno de percepciones. Pero que no se les olvide que las percepciones, sino se atajan, se convierten en realidad.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/10 DE ENERO DE 2019)

DETRÁS DEL HUACHICOL


Cuando Andrés Manuel López Obrador dijo en su campaña presidencial que habría amnistía a quienes hubieran participado en el narcotráfico, hubo quien vio una ventana de oportunidad. Fue Miguel Ángel Treviño, el Z-40, el jefe de Los Zetas, preso desde julio de 2013, quien a través de sus abogados envió un mensaje a la campaña del candidato presidencial. Se comprometía a reducir en un 50% la violencia en Nuevo Laredo, el tráfico de drogas, de armas, el contrabando de migrantes y el robo de combustible, a cambio de una sola cosa: si llegaba López Obrador a la Presidencia, que no lo extraditara a Estados Unidos. No hubo tiempo de nada, porque el 19 de julio del año pasado, salió de México hacia una cárcel en ese país.

Los Zetas siguieron administrando su empresa criminal, a la que entraron hace casi 15 años, cuando por falta de droga se diversificaron hacia el robo de combustible. Fue el primer cártel que entró en ese negocio. Los Zetas lo convirtieron en una operación trasnacional, y vendieron cuando menos 46 millones de dólares de petróleo a refinerías en Estados Unidos, que posteriormente enfrentaron juicios y varios de sus directivos fueron a la cárcel. La delincuencia organizada es quien más ganancias extrae del robo de hidrocarburos en el mundo, uno de los más grandes fenómenos criminales de este siglo.

De acuerdo con un documento del Centro de Energía Global del Consejo de Atlántico, una organización privada estadounidense que nació en 1961, publicado en 2017 (Downstream Oil Theft: Global Modalities, Trends and Remedies), el negocio criminal deja utilidades anuales por 133 mil millones de dólares, que es superior al PIB de Kuwait, una de las naciones petroleras. El informe cita 10 casos de estudio, incluido México, en donde dice que extraer petróleo refinado durante sólo siete minutos, representa a un cártel ganancias de 90 mil dólares. Un ingeniero de Pemex fue detenido cuando se descubrió que cobraba mil 250 dólares por cada toma clandestina que dejaba sin reportar.

El informe menciona que la delincuencia organizada es quien más está involucrada en el robo de hidrocarburos, pero no es la única. En orden de importancia hay funcionarios o empleados gubernamentales, comunidades “desesperadas” porque no tienen otra forma de obtener recursos, políticos y terroristas. En el caso mexicano, de acuerdo con un estudio elaborado en 2017 por la consultora EnergeA para la Comisión Reguladora de Energía, además de cárteles participaban del llamado huachicoleo, grupos armados especializados, bandas criminales de bajo impacto, empleados y ex empleados de Pemex, gasolineros, policías y empresarios. Paradójicamente, aunque el robo estaba convertido en uno de los problemas más apremiantes, López Obrador no habló sobre esto durante sus conversaciones con el presidente Enrique Peña Nieto en la transición, ni este se lo planteó como una prioridad.

No fue prioridad del Estado Mexicano hasta el 27 de diciembre pasado, cuando el presidente López Obrador anunció un plan para combatir el robo de hidrocarburos. La crisis del abasto de combustible, resultado de incompetencia de las autoridades energéticas en la planeación adecuada de la distribución para acompañar ese combate, ha sido capitalizada por López Obrador para socializar didácticamente el problema enfrente, e ir construyendo un consenso nacional, que no tuvieron anteriores gobiernos, para ir a golpear al corazón del huachicoleo, que se encuentra en quiénes son los principales responsables, por cuanto de beneficios obtienen, del robo de hidrocarburos, y quienes pudieran ser figuras emblemáticas involucradas en el delito que manden un mensaje a quien quiera seguir delinquiendo: quien quiera seguir delinquiendo, que sepa que la pasividad y la tolerancia se acabaron y si los atrapan, pagarán las consecuencias.

A través de declaraciones públicas, el gobierno de López Obrador ha contabilizado cuatro personas que investiga por este tema. Funcionarios federales dicen que han ido a declarar en la PGR en calidad de “presentados”, lo que no significa que sean imputados en este momento por cualquier delito. El único nombre que ha trascendido, al tener que confirmar el presidente reportes de prensa, es el del brigadier general Eduardo León Trauwitz, que de jefe de escoltas del gobernador Peña Nieto, pasó a ser jefe de seguridad de Pemex en el gobierno anterior. En junio de 2017 se retomó en este espacio una investigación publicada en ejecentral, donde el brigadier general era la figura central en una demanda civil en Florida, por haber incumplido con el pago de 1.7 millones de dólares de comisión -de un total de 9.7-, por la compra de dos aeronaves para transporte de personal, cuya información se mantiene en reserva.

Funcionarios federales dijeron que además del militar hay otras cuatro personas, para un total de cinco, sobre los cuales hay sospecha de haber participado en el robo de hidrocarburos. Los nombres los mantienen en reserva, pero incluye a dos ingenieros de Pemex en el área de logística, un empresario y un ex legislador. En la administración anterior, cerca de 200 personas, incluidos funcionarios de Pemex, fueron a la cárcel por ese delito, que sigue siendo no grave, donde se utilizó información del SAT. El gobierno de Estados Unidos también ha dado a conocer redes de gasolineras utilizadas por los cárteles de la droga, y se han congelado sus cuentas bancarias.

Es decir, gobiernos anteriores no fueron omisos, pero sí limitados en su alcance y débiles para enfrentar a los criminales. López Obrador tiene la voluntad política, la fuerza y el consenso. Adelante con todo el respaldo a cambio de algo: que llegue hasta el fondo y mande a la cárcel a todos los responsables, sin importar apellido, dinero, relaciones o filiación política.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa

(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO /11 DE ENERO DE 2019)

#ARISTEGUIENVIVO 11/01/19: MÁS DE LOS NEGOCIOS EN NAIM; #MESADEANÁLISIS SOBRE ‘HUACHICOLEO’, Y TRUMP EN LA FRONTERA


Si te perdiste el último programa de la semana, aquí encontrarás el noticiario en el que además dimos cuenta de la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

(ARISTEGUI NOTICIAS/ REDACCIÓN AN / IR /11 DE ENERO 2019)

SINDICALIZADOS DE PEMEX ORDEÑAN LOS BUQUES QUE IMPORTAN GASOLINA: ANA LILIA PÉREZ (#ENTÉRATE)


La periodista Ana Lilia Pérez presentó en #AristeguiEnVivo un mapa del 'huachicoleo' que trabajadores de Pemex operan desde el Golfo de México y Tamaulipas.

(ARISTEGUI NOTICIAS/ REDACCIÓN AN / AL /11 DE ENERO 2019)