jueves, 25 de octubre de 2018

LAS FINANZAS DE LÓPEZ OBRADOR


Sobre la mesa está el dilema del paradigma financiero de México en caso de que la consulta ciudadana rechace a Texcoco como la cuna del nuevo aeropuerto internacional. ¿Tiene razón el presidente electo Andrés Manuel López Obrador cuando dice que si la gente escoge la Base Militar de Santa Lucía no habrá impacto? O tienen razón las instituciones nacionales y extranjeras de que sí afectará las finanzas públicas del próximo gobierno. No habrá ninguna crisis, ni riesgo para constructores, inversionistas ni usuarios, dijo López Obrador. Tengan confianza, les pidió, porque no hay nada que temer ya que nada se alterará. Los contratos y las inversiones están protegidas. Su palabra, hoy como presidente electo, mañana como presidente de la República. Y aunque no hay ninguna razón para dudar de ella, sus argumentos no parecen tener asideras.

El proyecto de Texcoco tendrá un costo de 195 mil millones de pesos, 15% arriba del presupuestado, debido en parte a la depreciación de la moneda y porque ante el incremento de pasajeros en 2017, el total de 57 millones estimado en la primera etapa, se elevó a 70 millones, con lo que se requirió crecer la terminal 35%, y sobredimensionar el área de carga en 57%. Los 119 mil millones de pesos de bursatilización de la Tarifa por Uso de Aeropuerto y los 30 mil millones de la Fibra E, se invirtieron a partir de la capacidad de Texcoco, donde adicionalmente habría un costo de 9.7 pesos por pasajero de otros ingresos no aeroportuarios, como locales comerciales, estacionamientos y transporte terrestre.

La opción Santa Lucía-Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, incide en las inversiones. Primero porque su capacidad total final será de 60 millones de pasajeros, sin el volumen del costo por pasajero en servicios no aeroportuarios (el AICM no puede adaptarse). Asimismo, al dividirse el pasaje en dos aeropuertos, el ingreso por cada uno de ellos disminuye significativamente, al estar estudiado que quienes más consumen son aquellos que no salen de la misma terminal. Estos datos sí alteran la escala y el origen de las inversiones, y preocupa a los expertos.  Como botones de muestra están los reportes que recibieron esta semana los inversionistas:

Citibanamex: La administración de AMLO va a enfrentar su primera prueba incluso antes de entrar oficialmente en funciones: confrontará la credibilidad del Estado Mexicano ante inversionistas privados contra la voluntad de su base electoral en relación con el NAICM. Lo que está en juego es el destino de una obra de infraestructura de gran relevancia… y para la cual se ha asegurado el 70% de sus requerimientos financieros… Creemos que el anuncio de AMLO en realidad reflejará su preferencia personal como resultado de la consulta pública: aún estimamos que optará por la continuación del proyecto actual. Sin embargo, su opinión sobre el NAICM ha cambiado a través del tiempo… Pensamos que el impacto económico y financiero de la cancelación del actual proyecto del NAICM sería significativo tanto en el corto como en el largo plazo, lo que nos llevaría a hacer una revisión negativa de nuestro escenario macroeconómico.

BBVA Bancomer: El impacto del NAICM sobre las finanzas públicas es leve, y no suficiente para cambiar la calificación soberana, pero su cancelación representaría un daño a la reputación y una incertidumbre con respecto a las finanzas públicas del gobierno de AMLO… Es difícil de creer que un proyecto del tamaño del NAICM… no seguiría adelante. Este reporte busca subrayar la reacción potencial del mercado en caso de cancelarse: de un efecto casi nulo a las finanzas públicas, a un choque negativo a la confianza… Un rechazo a Texcoco podría catapultar los swaps de incumplimiento crediticio a niveles observados en 2016… Esperaríamos que el mercado elevara sus precios más de lo que estima el Banxico, y aunque sería una reacción efímera, es difícil verlo con ojos positivos.

Banorte: Hubo varios desarrollos que reflejan creciente nerviosismo por parte de los mercados con respecto a las políticas públicas que implementará el gobierno electo. Así, Mifel y Coppel cancelaron ofertas públicas de acciones. También hubo reacción negativa al anuncio del mecanismo de consulta del NAIM, que muestra un sesgo contra Texcoco. En este contexto, la calificadora Fitch redujo la perspectiva de la calificación de los bonos de Pemex. El cambio de expectativas de ingresos petroleros podría eventualmente impactar la calificación soberana de México… El criterio para cambio “Muy Alto” (en el panorama general de riesgos), es por la cancelación del NAIM por parte de AMLO.

Eurasia: Hemos venido argumentando que López Obrador modelará la consulta para obtener su resultado preferido y usarla como cobertura política para su decisión. Pensamos que será cerrada porque López Obrador quería evitar el costo a su reputación por la cancelación. Hemos estado perdiendo la confianza… Si el proyecto es cancelado, será la confirmación de que la influencia de algunos de los colaboradores de López Obrador más proclives al mercado, es limitada… Alfonso Romo, futuro jefe de Oficina de López Obrador, ha tratado de calmar a los inversionistas y decirles que el aeropuerto no será cancelado. Si el resultado es contrario a sus promesas, su papel como puente entre la comunidad de inversionistas y el gobierno entrante estará en peligro.

Sin importar el ángulo o los matices, las instituciones y consultorías financieras nacionales y extranjeras coinciden en el impacto que tendrá un voto contra Texcoco. Pero el principal elector, López Obrador, piensa lo contrario y lo dice públicamente. El domingo en la noche se resolverá la duda y si Santa Lucía gana, el paradigma propuesto involuntariamente por el presidente electo, tendrá su momento para ver si cambió como él sugiere, o estaba equivocado.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 25 DE OCTUBRE DE 2018)

CÓMO PIENSA ANDRÉS MANUEL


La anunciada Cuarta Transformación será consecuencia del cambio de régimen. El cambio de régimen será definido por Andrés Manuel López Obrador, que asumirá la Presidencia en 38 días. La definición estará marcada por su pensamiento y formación, y determinada por los acentos en sus acciones. Para entenderlo hay que tirar a la basura las categorías de análisis con las que se ha interpretado a la clase política hasta ahora, y construir nuevas para comprender que López Obrador no utiliza los símbolos para apelar a su base electoral, sino que dibuja abiertamente su proyecto de Nación.

Si no se cambia el análisis, López Obrador seguirá siendo el fenómeno político más notable del México moderno que representa la mayor complejidad para descifrar. Su decisión porque el nuevo aeropuerto internacional nunca se construya en Texcoco, para lo cual abrió una consulta ciudadana que no es legal pero será vinculante para decidir si vive o muere, es el estudio de caso sobre lo que será su Presidencia.

El contexto en el cual se llevará a cabo la consulta ciudadana a partir de este jueves es muy adverso para él. La incertidumbre en los mercados ante la posibilidad de que la obra de Texcoco sea cancelada y se opte por Santa Lucía, donde no hay proyecto ejecutivo, ni hay estudios de nada, ni licitaciones en puerta, ni inversiones ni, aunque tuviera ya todo eso, resolvería el problema de la saturación en el largo plazo, ya hizo perder al peso 61 centavos frente al dólar en cinco días, el peor rendimiento entre los mercados emergentes, y sigue depreciándose. La Bolsa Mexicana de Valores también está sufriendo por la incertidumbre.

El sector privado y los bancos advierten diariamente que la cancelación de Texcoco impactará en las inversiones, mientras que en el mundo cuestionan que el uno por ciento de la población sea quien decida qué va a pasar con el proyecto de infraestructura más ambicioso en cuando menos medio siglo, por lo que levantan las cejas de incomprensión ante lo que está sucediendo. “Hay un riesgo creciente que la consulta tenga un resultado negativo para Texcoco”, apuntó un reporte del Bank of America, con lo cual “los inversionistas revisarán al alza la probabilidad de que AMLO adopte políticas menos amigables para el mercado que las que ha señalado su equipo económico a los inversionistas”. Un análisis de Bloomberg señaló que esto podría causar el primer enfrentamiento del nuevo gobierno con el sector privado.

Pero López Obrador es refractario al entorno. No alcanza a comprender en este momento lo que significaría que la inducción por Santa Lucía y en contra de Texcoco, como demostró una encuesta publicada ayer por El Financiero, porque el escenario de un revés a la confianza pregonada no se encuentra en su estructura de pensamiento. Adentrándose en la forma como reflexiona y racionaliza, López Obrador debe estar convencido que la consulta es un mero trámite que va a confirmar lo que dijeron las urnas el 1 de julio pasado, cuando obtuvo poco más de 30 millones de votos, el 53% del total de quienes fueron a las casillas ese día.

Siguiendo su línea de pensamiento a lo largo de los años, aquel domingo los mexicanos apoyaron lo que había prometido durante la campaña, que iba a cancelar la obra en Texcoco, por faraónica y ostentosa, y que iba a buscar otras alternativas, como es el caso de la Base Aérea Militar de Santa Lucía, planteada por sus asesores José María Riobóo y Javier Jiménez Espriú en 2015. Si a nadie engañó ni cambió sus promesas electorales, el hecho que la votación por él haya sido masiva, de acuerdo con la forma como López Obrador empaqueta sus ideas y las racionaliza, es que le dieron el mandato para que descarrile Texcoco y que sin importar todo lo que se ha construido, lo que el pueblo quiere es que el nuevo aeropuerto no se construya en ese municipio, cueste lo que cueste liquidar el proyecto.

Pero al mismo tiempo juega con la consulta ciudadana. Se instalarán mil 73 mesas de votación en 538 municipios en cada una de las 32 entidades del país, donde se concentra el 82% de la ciudadanía. En el 75% de los municipios se instalará una mesa de consulta en la plaza principal de las cabeceras municipales. De este total, el 23% se localizará en Chiapas, estado de México y Veracruz, donde la presencia y movilización electoral de Morena es poderosa, y casi un cinco por ciento adicional podría sumarse si le añaden otras regiones de fuera de su maquinaria política, como son Guerrero, Oaxaca y Tabasco. En la Ciudad de México, habrá 74 mesas que equivalen a un 6.9% del gran total.

La argumentación de López Obrador, según su forma de pensar, es que si alguien desea que Texcoco sea la sede final del nuevo aeropuerto, debe ir a votar. Si no lo hace, en su misma lógica, ni siquiera tendrá autoridad moral para criticar. No se sabe cuánta gente acudirá a las urnas, pero hay quien señala su negativa de ir a porque se trata de una consulta ilegal -no está prevista por la ley-, ni legítima -porque no es representativa-.

No hay que engañarse. Sería extraordinario que la consulta, por la forma como se organizó, se maneja y se controla, resultara positiva para Texcoco. La legitimidad de las urnas del 1 de julio, quedaría entonces, ratificada por la gente. ¿Algo más democrático? En su lógica no hay nada más puro. A muchos otros, como los inversionistas, les parece antidemocrático. Pero de esa dialéctica, se hablará más adelante.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ REAYMUNDO RIVA PALACIO/ 24 DE OCTUBRE DE 2018)

NUEVO ENEMIGO DE LÓPEZ OBRADOR


Por una razón inexplicable, Andrés Manuel López Obrador sigue cosechando enemigos antes de que asuma la Presidencia. El tiempo de construir lo ha dedicado en buena media a destruir, al pelear con diferentes sectores. Internamente la emprendió contra las Fuerzas Armadas y contra la burocracia, a los que acusó de violadores de los derechos humanos, corruptos y llenos de privilegios. Hacia fuera, se ha confrontado notoriamente con empresarios y medios de comunicación. No son todos, pero esta muestra permite ver hasta dónde está dispuesto a llegar para lograr lo que denomina la Cuarta Transformación. No tiene tiempo que perder, y a 40 días de asumir el poder está clara la ruptura.

Las reacciones por los agravios han surgido de diferente manera. Hacia el interior de la administración pública, el ejemplo más sobresaliente es la burocracia, que no ha chocado con él; simplemente, lo está abandonando. Cerca de mil funcionarios han solicitado su jubilación anticipada o piensan renunciar, que es una acción colectiva, no consensuada, que López Obrador ha desestimado. Hacia fuera de lo que será su gobierno, agentes económicos y sociales están observando el reordenamiento del régimen que quiere edificar, para ir encontrando su nuevo rol.

Al no ser aún presidente constitucional, la ruta la señala el legislativo, donde las mayorías de Morena en el Congreso y el Senado avasallan a la oposición para apurar los cambios legales que necesita la Cuarta Transformación. El Poder Legislativo, uno de los tres pilares del Estado Mexicano, está sometido al presidente electo, quien los tiene subordinados, convertidos en obreros de la fábrica de leyes donde trabajan como autómatas parlamentarios. No hay espacio para la discusión ni para el cuestionamiento en las cámaras. El aplastamiento a las minorías se da con sevicia política. La urgencia por servir al jefe político de una forma acrítica, peligrosamente, ha eliminado al Poder Legislativo como uno de sus pesos y contrapesos.

Elizur Arteaga, amigo de López Obrador y uno de los más brillantes constitucionalistas que ha dado este país en los últimos 50 años, escribió en septiembre en Proceso: “Morena ha asumido parcialmente el poder; lo ha hecho durante unos días. A pesar de ello, ya tuvo salidas en falso; ha violado la Constitución Política, las leyes, los reglamentos y las prácticas parlamentarias… Morena pretende aglutinar a hombres libres y dignos. Nos comprometimos a realizar un cambio verdadero, y este únicamente se puede alcanzar dentro de la ley”. La descripción de los primeros días legislativos de Morena realizada por el maestro Arteaga y su crítica legalista, no tuvo mella alguna. En las cámaras abandonaron el papel de contrapeso del Ejecutivo y está hincada ante López Obrador.

Ahí, en el intento de conculcar la Constitución, es donde está la resistencia de fondo más abierta. El Poder Judicial, otro de los tres pilares del Estado, escogió una ruta diferente a la de muchos actualmente: confrontar al presidente electo. Dentro del Poder Judicial están decididos a enfrentar el proceso de desinstitucionalización implícito en la Cuarta Transformación, y oponerse al proceso de destrucción de las instituciones como las conocemos. Si acaso a alguien se le olvida, el cambio en el proyecto de López Obrador no es el reemplazo de cuadros únicamente, sino la transformación de instituciones, que no sean autónomas –de ahí los ataques al INE, al Tribunal Electoral, al Banco de México, o al INAI-, o que no estén bajo su control, como lo esfuerzos por acotar y transformar al Poder Judicial.

El ataque al Poder Judicial comenzó con la presión para que reduzcan sus salarios, bajo el discurso de la austeridad republicana, que no sólo viola la ley al vulnerar su autonomía, sino afecta su funcionamiento. Siguió con una serie de iniciativas de Morena para que el legislativo sea quien fije los plazos de las asignaciones de los jueces y magistrados, y no el Consejo de la Judicatura. En la cocina del presidente electo se encuentra también la desaparición de la Suprema Corte por un Tribunal Constitucional.

Los jueces y magistrados están en desacuerdo. Colectivamente están analizando  estrategias para defender la independencia judicial. La separación de poderes no es algo nimio, ni su defensa algo que deba ser liquidado por lo pericos del presidente electo en las redes sociales. La separación de poderes surge de siglos de desarrollo político y filosófico, y tiene en Aristóteles, con su tratado Política, a su padre. La independencia del Poder Judicial es uno de los principios más importantes del Estado de Derecho y, en palabras de James Madison cuando se escribía la Constitución de Estados Unidos, busca protección de la “tiranía de la mayoría” al formar parte de un diseño de gobierno balanceado, con tres ramas iguales pero separadas, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

Desaparecido o disminuido el Legislativo como poder, el Judicial llevará su defensa al Instituto Interamericano de Responsabilidad Social y Derechos Humanos, cuyo presidente Víctor Rodríguez Rescia, quien actualmente también preside el Centro Civiles y Políticos en Ginebra, ya sostuvo su primer encuentro con jueces y magistrados mexicanos para tomar el asunto. Es decir, la estrategia es internacional. Llevarán el caso a tribunales extranjeros, donde lo que está sucediendo en México no pasará desapercibido, porque el alegato de cómo se está afectando la independencia y autonomía del Poder Judicial, es persuasivo.

Si López Obrador no comprende o no quiere ver el daño que le está empezando a hacer a su Presidencia antes de entrar en funciones, su equipo tiene que hacérselo notar. Debe corregir para evitar que lo vean y traten en el mundo como un político empeñado en destruir el funcionamiento de una democracia para convertirse en autócrata.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 23 DE OCTUBRE DE 2018)

OBEDECIENDO A TRUMP


Vaya. De la postura arrogante y bravucona de inicio de sexenio, a la subordinación vergonzosa ante el presidente Donald Trump en el cierre de la administración del presidente Enrique Peña Nieto. La caravana de migrantes hondureños detenida en Chiapas, es la metáfora de un gobierno que se va, que nunca tuvo claridad en la elaboración de sus políticas, su aplicación y seguimiento. Las consecuencias son la humillación electoral sufrida, y que sus reformas energética y educativa estén en riesgo de ser revertidas. La caravana exhibe las contradicciones de un gobierno asustado ante las amenazas de Trump y el enanismo político de Peña Nieto, contagiado quizás también de lo mismo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. No debería de sorprender pero, sin embargo, asombra e indigna.

El gobierno del presidente Peña Nieto, rompiendo con la política de abrirse a la inmigración y respondiendo a los deseos de Trump, selló la frontera sur con Guatemala para impedir el ingreso de hondureños, y establecer retenes donde sólo dejarían pasar a aquellas personas que tuvieran visas –hasta ahora se desconoce que alguno las haya presentado- o que documentaran que su vida está en riesgo en su país y justifiquen la petición de asilo. Lo que parecía ser un acto soberano, donde cada gobierno toma la decisión que elija en función de sus intereses y sin interferencia externa, hoy es un acto de genuflexión: México hizo lo que le dictó la Casa Blanca. Envió a la policía federal a la frontera sur para hacer el trabajo de contención, y hace el filtro migratorio.

La cadena de televisión Fox News, que respalda completamente al presidente Trump, reveló el viernes que México había acordado con Estados Unidos un plan para lidiar con la caravana de migrantes hondureños, en donde ya no los dejaría recorrer el territorio mexicano para que fueran las autoridades migratorias estadounidenses quienes lidiaran con el problema, sino que los detendría en Chiapas donde, con la ayuda del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas, establecería albergues para procesar sus peticiones. De esta manera, para efectos prácticos, México aceptó el corrimiento estratégico de la frontera de Estados Unidos al Suchiate.

Fox News reportó que el plan fue informado al equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que se comprometió a no criticarlo y que una vez en la Presidencia trabajaría con Estados Unidos para convertirlo en una acción permanente. El equipo de López Obrador no ha dicho nada sobre este informe de la televisión trumpista. El presidente electo tampoco ha criticado el plan y ha dicho que no sólo con deportaciones se debe abordar el problema migratorio, sino mejorando las condiciones de desarrollo y seguridad que provocan la expulsión de sus naciones.

No hay nada que indique si López Obrador estuvo de acuerdo con el plan, pero un ingrediente informativo llama la atención: el anuncio de un plan del próximo gobierno para dar visas de trabajo a los centroamericanos, que serían empleados en la construcción del Tren Maya, con lo cual la solución duradera que describió Fox News se concretaría. En la región maya, adelantó el futuro secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se necesitará esa mano de obra porque habrá inversiones de 20 mil millones de pesos. ¿De dónde salió esa cifra? ¿Quién va a invertir en esa zona? ¿Estados Unidos? La duda queda sobre el papel que está jugando el próximo gobierno en este tema.

Lo que quedó de manifiesto es que la frontera estratégica de Estados Unidos al sur de México, anhelada por gobiernos estadounidenses por décadas, fue lograda por Trump a través de amenazas, al dejar abierta la posibilidad de retirarse del reciente acuerdo alcanzado con México y Canadá si Peña Nieto no hacía con la caravana de hondureños lo que él quería. El temor a que Trump cumpla con lo que grita –una razón que explicaría la actitud moderada de López Obrador en este tema-, y que México sea desenchufado del aparato productivo de Estados Unidos, aparece como sombra en el entreguismo mexicano. Ni el gobierno actual ni el entrante, quieren ese desenlace. Pero el costo es alto.

El gobierno peñista quedó desnudado ante la nueva realidad. Cuando inició la administración afirmó que se cambaría por completo la cooperación con Estados Unidos, porque consideraban se había llegado a niveles que comprometían la soberanía. No tardaron mucho en rectificar y retomar una colaboración similar. Pero lo de ahora rebasó lo que hizo el presidente Felipe Calderón y todos los anteriores. Entregó soberanía y se convirtió en subordinado de la Casa Blanca. El presidente Peña Nieto quedó atrapado en una situación sin buena salida para él.

Los migrantes en la caravana han mostrado una fuerte determinación por entrar al territorio mexicano y continuar su camino hacia Estados Unidos, acumulando respaldos y simpatías a lo largo de su camino. Los aplausos al presidente Peña Nieto vinieron de Trump y de los sectores más conservadores en Estados Unidos. El jefe de la Casa Blanca que más ha insultado a los mexicanos, le da palmadas en las espalda a Peña Nieto. No se vive el mundo al revés. Peña Nieto abandonó el principismo por el pragmatismo en la política exterior y se entregó a Trump por razones comerciales. Arrasó con la política de asilo y la protección de migrantes, incurriendo en un doble discurso al incurrir en prácticas de las que se queja incurren en Estados Unidos contra los mexicanos. Pero él ya se va. Entra López Obrador en medio de la sospecha de complicidad con Peña Nieto y Trump, y debe a los mexicanos una aclaración.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/22 DE OCTUBRE DE 2018)

QUÉ REVISAR EN TEXCOCO


Jesús Ramírez Cuevas, vocero del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, dice que si en la consulta ciudadana resulta Texcoco el sitio donde quede el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, varias cosas cambiarán. Se van a revisar adjudicaciones, contratos, subcontrataciones y cómo se fueron adquiriendo y vendiendo los terrenos en la zona donde se realiza la obra. El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no sólo fue laxo, sino tolerante con irregularidades que se fueron dando en el proceso de construcción y tienen que ser corregidas. No las hará jamás de manera transparente el gobierno que dejará de serlo en un mes y medio, pero sí lo debe hacer el entrante.

La obra en Texcoco está a cargo del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, una empresa de participación estatal mayoritaria, que publica en red toda la documentación sobre licitaciones, adjudicaciones, opiniones de los testigos sociales y los diversos mecanismos de transparencia. Hasta el 7 de septiembre pasado, según un reporte del Instituto Mexicano de Competitividad sobre los trabajos aeroportuarios, las adjudicaciones directas representaron el 0.5% del importe total, mientras que las licitaciones públicas correspondían al 88%. Un total de 292 empresas -90% aproximadamente son mexicanas- participan en los 274 contratos de la obra. Sin embargo, esto no significa que sean plenamente transparentes.

No necesariamente se encontrarían irregularidades en las licitaciones y sus adjudicaciones, sino en algo subjetivo que entra en un terreno de opacidad, como es el conflicto de interés. Según funcionarios federales, hay dos personajes cercanos al presidente Peña Nieto que han participado activamente en el proyecto sin dar la cara, sino detrás de dos de las empresas que han ganado licitaciones. Uno es el expresidente Carlos Salinas, y el otro es el empresario Juan Armando Hinojosa, que fue el operador inmobiliario en la adquisición de la casa blanca del presidente Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera.

La participación de ellos no significa automáticamente un acto ilegal, pero su involucramiento tendría que ser revisado para determinar si su acceso al presidente influyó a que se les asignaran parte de las obras. No es un elemento fácil para determinar si hubo irregularidades o un delito, pero sí sería importante que una revisión de sus contratos arroje luz para tener certidumbre que pudieron haber sido únicamente gestores, o incluso co-inversionistas, pero sin preferencias en el proceso de las licitaciones. Otro caso similar es la barda perimetral de 70 kilómetros que protege la zona del nuevo aeropuerto, cuya construcción fue entregada a la Secretaría de la Defensa Nacional. Otra fuente señaló que existen indicios que la obra fue subcontratada al yerno de un importante general en activo.

La anatomía de los contratos está en la mira del próximo gobierno, pero el énfasis probablemente debería estar en los servicios no aeroportuarios y los bienes raíces. Los servicios no aeroportuarios involucran a todos los locales que renten las aerolíneas, las empresas que requieran de oficinas y bodegas, los restaurantes, hoteles, arrendadoras y establecimientos comerciales. En el caso de estos últimos, desde hace más de un año están asignados, e intentos de autoridades estatales para rentar espacio y promover a sus entidades, han sido inútiles. El análisis de quiénes se quedaron con esos espacios y cómo se asignaron, podría arrojar indicios que permita saber si hubo información confidencial que fue entregada para el beneficio de individuos o grupos empresariales, y sus nexos con funcionarios del gobierno federal.

En el caso de los bienes raíces, la adquisición de terrenos se ha venido haciendo desde hace casi 20 años, cuando estuvo en el horizonte la construcción de un nuevo aeropuerto. Funcionarios federales consultados sobre este tema, no negaron que esto haya sucedido, pero desestimaron que formara parte de un círculo de corrupción o donde hubiera conflictos de interés. En todo caso, la plusvalía de los terrenos en las zonas colindantes con el nuevo aeropuerto, ha hecho que se estén ofreciendo departamentos a precios accesibles, con la zanahoria de que una vez terminada la obra, el valor de sus propiedades se va a multiplicar. La pregunta a hacer es quién vendió los terrenos a las desarrolladoras inmobiliarias.

El trabajo que enfrentará el próximo gobierno, si Texcoco es el sitio donde se termine el nuevo aeropuerto, no va a ser sencillo, por la complejidad para encontrar irregularidades y porque los intereses económicos se cruzan. Desde octubre de 2015, el entonces senador Alejandro Encinas planteó en un informe las posibilidades de corrupción inmobiliaria, detallando el modus operandi del grupo mexiquense cercano a Peña Nieto. No hubo acusaciones directas sobre la construcción del nuevo aeropuerto, pero mostró el camino por donde empezarán a buscar.

Si se llega a fondo, muchas otras cosas van a saltar, porque los intereses empresariales no corren sobre una sola pista, ni benefician sólo a una parte interesada. Por ejemplo, si no fuera Texcoco, se tendrían que revisar los intereses empresariales del constructor José María Riobóo y del futuro secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, en la Base Militar de Santa Lucía, que tanto promueven, o analizar los porqués se incorporó la modernización del aeropuerto de Toluca en el último momento, que beneficia a OHL, utilizada por la oposición de Peña Nieto como símbolo de la corrupción en infraestructura, y al empresario Alfredo Miguel, muy cercano al presidente y a varios miembros del entorno cercano del presidente electo.

Intereses económicos hay por doquier. Visto fríamente, ese no es el fondo del problema. El fondo es determinar si hubo preferencias y favoritismos, actos irregulares o ilegales. Eso, en Texcoco o en cualquier otro sitio donde quede el nuevo aeropuerto, no se puede permitir.

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(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ VIERNES, OCTUBRE 19, 2018 - 06:18)


EL ERROR DE TEXCOCO


Con el avance de una tercera parte del nuevo aeropuerto internacional en Texcoco, parece un sin sentido que una consulta ciudadana donde participará menos del uno por ciento de la población, muchos de los cuales ni utilizan ni les importa el destino de la nueva terminal, definiera un modelo de desarrollo nacional. La construcción trunca quedaría en la memoria como el recuerdo lastimoso de la principal obra de infraestructura que nunca fue del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, y la más importante desde que se construyó Ciudad Universitaria en 1952. En el corto plazo, la cancelación de Texcoco significaría la pérdida de 100 mil millones de pesos ya invertidos, más las multas y las pérdidas futuras al cambiar, a valor de mercado, al decidirse por un proyecto conceptualmente enano.

La derrota de Texcoco en una consulta ciudadana sería una victoria política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, que desde que andaba en campaña dijo que era una obra “faraónica”. La paradoja es que Texcoco está en una trampa retórica. Aún si la consulta ciudadana o él, decidieran que Texcoco es la mejor alternativa, la obra no dejaría de ser faraónica. El problema no está en lo que falta por construir y el vestido con los acabados de la terminal, sino en el origen de la asignación del ganador del concurso por su diseño y construcción. La ambición estrambótica del gobierno de Peña Nieto lo llevó al predicamento de lo que podría ser el colapso estrepitoso de una obra necesaria.

El error de Texcoco no es su ubicación o que haya mejores alternativas. Desde hace casi 50 años en que se ha hablado de un nuevo aeropuerto, Texcoco siempre ha figurado como la opción preferida. El error radica en que el aeropuerto se concibió más como un proyecto arquitectónico que como una obra de ingeniería civil. Esta diferencia conceptual provocó que los costos se elevaran significativamente. El secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, ha comentado que entre los diferentes proyectos que entraron a la licitación, no hubo mucha diferencia en costo. Pero pensar en lo que se vería sobre la superficie, en lugar de funcionalidad pura, que optimizaría costos, llevó el proyecto a una inversión total superior a los 285 mil millones de pesos. Pudo haber costado menos.

El punto central de la elevación de costos es que el reconocido arquitecto británico Norman Foster, presentó un diseño que evoca el aeropuerto de Beijing, o emula al de Hong Kong y al “Queen Alia” en Amman, que al igual que otros proyectos arquitectónicos que ha desarrollado, refleja su proclividad a la alta tecnología encerrada en arte de acero y vidrio, con futuristas formas a base de curvas que parecen olas o espigas que tocan el cielo. El diseño Foster significó la elaboración de un millón de planos de obra, cuya dimensión se alcanza a ver al comparar que la Línea 12 del Metro, la más sofisticada de todo ese sistema de transporte, tuvo 12 mil planos de obra. Esto significa que por cada plano de obra se tuvieron que construir las piezas exactas para irlas ensamblando, porque muy pocas pueden repetirse con el mismo molde.

El nivel de costo se disparó en la medida que el diseño produjo una complejidad en la construcción. Se puede argumentar que el costo de la obra habría sido inferior si se hubiera recurrido a otro diseño, igual de funcional que el planteado por Foster, pero donde los planos de obra para una terminal pudieran haber sido replicados para las terminales subsiguientes, sin generar costos adicionales. El espectacular aeropuerto de Nueva Delhi, el “Indira Gandhi”, por ejemplo, tiene tres terminales con un diseño e ingeniería idéntica, como también el aeropuerto internacional de Denver, cuyo diseño general incluye lo que en el nuevo aeropuerto en Texcoco denominan la “ciudad aeropuerto”.

La opción por el diseño del aeropuerto en Texcoco, que integró elementos emblemáticos como el águila y la serpiente de la fundación de Tenochtitlán, pesó más en la decisión final que la obra de ingeniería civil. Lo cosmético por encima de lo profundo. Ruiz Esparza explicó que el diseño fue vital, no por priorizar sobre la ingeniería civil, sino porque se quería mostrar como la puerta de entrada a un México moderno. Un impacto visual, generador de percepciones y estimulador de emociones, como la primera imagen mexicana.

Aunque el argumento tiene una asidera como concepción de país e identidad, haber soslayado en las disruptivas formas del diseño el ahorro por otro tipo de ingeniería civil, disparó los costos en un porcentaje que no puede ser calculado. La carrera por reducir los costos en las terminales, mediante el cambio de los materiales de los acabados o la contratación de nuevos proveedores para equipos que con las nuevas tecnologías cumplan las mismas funciones, pero a costo menor, ayuda a mitigar la inversión final, pero, en el conjunto general del gasto, es relativo. El costo pudo haberse reducido con otro diseño, sin bajar la ambición de país, pero es tarde. Lo que emergerá del suelo ya está construido, con su millón de planos de obra. Eso no puede modificarse, y cancelar la obra será más costoso que concluirla.

Texcoco se mantiene como la mejor opción para el nuevo aeropuerto. Incluso, por el solo hecho de su avance de obra y la inexistencia de un proyecto ejecutivo para Santa Lucía, o las limitaciones de capacidad de una red aeroportuaria. El error de Texcoco ya se consumó. No caigamos en una nueva equivocación cancelándolo. Mejor, que se revisen otros aspectos de la obra, que se abordarán aquí en un siguiente texto.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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(VANGUARDIA/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ JUEVES, OCTUBRE 18, 2018 - 06:40)

SANTA LUCÍA, ¿VA?


Los dados están cargados para decidir que será Santa Lucía, no Texcoco, donde se edificará el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Nadie lo dice de esta manera, pero el folleto de 13 páginas para informar a la sociedad sobre las ventajas y desventajas de las alternativas, no deja lugar a dudas. El texto es sesgado, tramposo, sin balance y tendencioso. “La consulta es un ejercicio democrático para que la gente opine sobre lo que le conviene”, indica en su introducción. En efecto, eso se espera de la consulta. Pero la explicación a la sociedad no sólo es antidemocrática por la forma como induce al voto a través de la parcialidad en la presentación de las opciones, sino también es ideológica y recrea la polarización que ha caracterizado la carrera política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

El folleto establece en su primera parte la necesidad indiscutible de que la capital federal tenga otro aeropuerto que satisfaga las necesidades de pasaje y carga que hoy en día están saturadas. No menciona en ninguna parte que la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue terminada en 2007 como una solución temporal, en espera de la construcción de un nuevo aeropuerto porque el planteado por el presidente Vicente Fox, se frustró por la oposición de los pueblos nucleados por San Salvador Atenco, que tuvieron el apoyo de la izquierda social que encabezaba López Obrador.

Las comunidades que encabezan los activistas de Atenco habían estado en silencio desde que empezó la construcción del aeropuerto en Texcoco, pero resurgieron animados por el discurso de López Obrador contra la obra, e incentivados por la oposición de su futuro gabinete. El folleto es claro. Al hablar de posturas en contra de Texcoco, sólo menciona a los pueblos de Atenco y el Frente de Pueblos de Defensa de la Tierra, mientras que a favor únicamente señala al Consejo Coordinador Empresarial, en un ejercicio de maniqueísmo ideológico.

En apoyo a Texcoco, sin embargo, están las cámaras del sector de la industria aérea, las asociaciones de pilotos, los controladores aéreos, los colegios de ingenieros, los organismos internacionales de aviación civil y, también, todas las organizaciones empresariales, que ignora el folleto. No existe la misma categoría sobre Santa Lucía, aunque incluye a manera de apoyo el informe de la Organización de Aviación Civil Internacional de 2013, que en realidad respaldó a Texcoco como la alternativa viable, y que en septiembre pasado, a petición del equipo de López Obrador, señaló que Santa Lucía requería de estudios técnicos que aún no se contratan.

La información del folleto tampoco menciona que carecen de estudios sobre viabilidad y factibilidad financiera de Santa Lucía, y que las estimaciones presentadas en el folleto fueron proporcionadas por personas sin información ni soporte técnico a José María Riobóo, que participó sin éxito en la licitación de las pistas del nuevo aeropuerto en Texcoco, tras lo cual se convirtió en su principal detractor. Riobóo es asesor de López Obrador y se ha convertido en el cerebro de la oposición a Texcoco, subordinando a Javier Jiménez Espriú, el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes.

Otra de las grandes omisiones es sobre qué tipo de aeropuerto se pretende. La alternativa de Texcoco es un hub, un centro de conexión internacional –que está mencionado en el folleto-, con una capacidad final de 135 millones de pasajeros, mientras que Santa Lucía, alterno del AICM, no sería un hub, y el máximo de pasajeros que absorbería es de 60 millones. Sería una solución tan temporal como la Terminal 2, con capacidad máxima al 50% de Texcoco, pero con un costo que probablemente, de acuerdo con los expertos, terminaría presupuestalmente más alto que terminar la obra en Texcoco.

Esto tiene que ver con una serie de factores financieros que no están contenidos en el folleto y que tendrían que haber sido incorporados. La diferencia de escala entre los dos proyectos es enorme en términos financieros a valor presente. Los ingresos aeroportuarios por pasajero son muchos más altos en un hub, por el impuesto al uso de aeropuerto, la TUA, y por los ingresos no aeroportuarios, que no aparecen en ninguna parte del folleto. Estos ingresos no están bursatilizados como es el TUA –que ya se invirtió en la obra y que no podrían trasladarse a Santa Lucía-, la Fibra E –cuya inversión se perdería-, o los recursos inyectados por las Afores.

Los ingresos no aeroportuarios son los que se cobran a las aerolíneas para oficinas, los estacionamientos, las tiendas, restaurantes o establecimientos como las arrendadoras de automóviles. Tampoco considera la fuente de ingresos de lo que llaman “la ciudad aeropuerto”, una superficie de 400 hectáreas dentro del aeropuerto de Texcoco, que incluiría hoteles, bodegas de paquetería y oficinas, además del aprovechamiento del bien raíz del actual aeropuerto. Todos estos ingresos no existirían en Santa Lucía.

Esta opción tendría un costo adicional en multas por la cancelación de Texcoco, que no podría ser compensado, porque no sería hub y su volumen lo haría insuficiente en menos de 20 años, lo que disminuye significativamente sus ingresos. El folleto sólo menciona que habría “posibles pérdidas económicas por cancelación en Texcoco”. Es más grave, y según los expertos, la repercusión en los mercados será mayor. “Sería visto como una opción de radicalismo que los asustará”, dijo uno de los expertos. “Verían que López Obrador no es Felipe González, sino Bolivia”. Esto es lo que menos, piensa uno, desearía el presidente electo antes de iniciar su gobierno, aunque por la inducción por Santa Lucía, no parece ser que le quite el sueño.

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(VANGUARDIA/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ MARTES, OCTUBRE 16, 2018 - 22:36)

LA IGNORANCIA DE JIMÉNEZ ESPRIÚ


Las acciones y declaraciones del próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, son un creciente irritante para una creciente parte de la sociedad. La expresión más nítida de esta molestia la expresó Macario Schettino la semana pasada en El Financiero, donde describió las ocurrencias y la incapacidad del próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con énfasis en el futuro funcionario. Cuesta trabajo creer que el ingeniero Jiménez Espriú sea tonto como sugirió Schettino, aunque tampoco se entiende, salvo que tenga intereses creados para sabotear la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, cómo puede decir tantos disparates.

No se entiende que Jiménez Espriú, en desacato de la instrucción de López Obrador para ser imparcial en la discusión sobre dónde construir el nuevo aeropuerto, insista en desinformar a la sociedad, salvo que en realidad sea por ignorante. El último episodio, explotado en público, fue la manipulación que hizo del informe de la Organización de Aviación Civil Internacional, que afirmó decía que la Base Militar Aérea de Santa Lucía y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez” podían operar de manera simultánea. Tramposo el ingeniero. Lo que realmente señalaba es que la alternativa de Santa Lucía “a largo plazo, y aún en combinación con el AICM, se consideraría insuficiente e invalidaría la opción”.

La OACI certificó, en cambio, el diseño de tres pistas de operación simultánea en Texcoco, donde participó la Corporación Mitre, con sede en Estados Unidos, que es la autoridad mundial en seguridad aérea, que Jiménez Espriú creía era una empresa argentina. Tampoco se entienden los dichos del futuro secretario de Comunicaciones y Transportes cuando dice que de seguir la obra en Texcoco, el aeropuerto estaría listo hasta 2024, porque según el cronograma de la obra, dos pistas estarán listas a finales del próximo año, y la terminal para 2020, cuando dejaría de operar el AICM. O miente con dolo, o es un alcornoque.

Jiménez Espriú dijo que más allá de cuál sea la opción final, habría que resolver la saturación de vuelos en la Ciudad de México, apoyándose en el aeropuerto el “Adolfo López Mateos” de Toluca, cuya operación simultánea, afirmó, permitiría dar cabida de 48 a 50 millones de pasajeros anuales. Se le olvidó que el año pasado, el AICM tuvo casi 45 millones de pasajeros, y en los ocho primeros meses de este año, hubo 31 millones y medio de pasajeros, un incremento de 5.7% con respecto al mismo periodo en 2017. Sin Toluca, la cifra será probablemente rebasada para 2019.

La rehabilitación de los dos aeropuertos para aliviar la saturación supondría una inversión de cinco mil millones de pesos, aunque hay otras dificultades. Jiménez Espriú adelantó que se ampliarían las terminales en el AICM, pero no caben más terminales junto a la Terminal 1. Para ampliar la Terminal 2 tendrían que tirar los hangares presidencial –si López Obrador vende el avión presidencial, no sería problema-, pero también el de la Marina –si como afirma el presidente electo, también venderá las aeronaves de la Marina, tampoco habría problema-, así como la terminal de la aerolínea privada Aeromar.

Con ligereza, Jiménez Espriú. dijo que rehabilitar Toluca generaría entre 10 y 14 millones de pasajeros anuales, como resultado de un “sistema aeroportuario con mayor eficiencia, capacidad y mejor tecnología”.

El informe de OACI que cita parcialmente, estudió la red aeroportuaria propuesta en el gobierno de Vicente Fox por el entonces subsecretario de Transporte, Aarón Dychter, -hoy asesor de Jiménez Espriú-, y concluyó que ninguno de los aeropuertos del sistema metropolitano o la combinación de varios de ellos, “representa una solución con garantías suficientes para complementar la demanda no atendida por el AICM”.

Es decir, Toluca no resuelve la saturación, Cuernavaca tiene un aeropuerto que no sirve, Puebla ayudaría parcialmente y Querétaro está muy lejos. Santa Lucía, en combinación con el ACIM, tampoco.

Es cierto que Jiménez Espriú la planteó como temporal, mientras está el nuevo aeropuerto. Pero no se entiende, negándose uno a aceptar que sea tonto, como sugiere Schettino, que desconozca tanta información. La operación en Toluca se desplomó porque las aerolíneas de bajo costo –que normalmente operan desde aeropuertos secundarios-, encontraron que era inviable, financiera, logística y operacionalmente trabajar desde esa terminal, y se mudaron al AICM.

Jiménez Espriú tampoco ha dicho -esta es la principal dificultad que ve la industria a sus dichos-, cómo dividiría el nuevo gobierno las operaciones aéreas entre los dos aeropuertos, lo que hace suponer que se trata de una ocurrencia. Además, ignora o esconde que Toluca es la principal terminal privada de América Latina, por lo que una operación de gran escala como la que plantea –entre 100 y 300% más de su capacidad histórica-, generaría otra saturación de vuelos.

Toluca presenta, además, dificultades climatológicas, y por temporadas está cerrado por niebla cuando menos una vez a la semana, por lo que desde 2007 se tuvo que instalar un servicio de localización categoría 3 para apoyar a los pilotos, que tendrían que ser capacitados. La altura es otro problema.

El costo de combustible en Toluca incrementaría el costo para las aerolíneas en 15%, y cuando la mayor carga de combustible se combina con altas temperaturas los vuelos se complican. Por ejemplo, cuando hubo una ruta directa a Madrid hace unos 10 años, se dieron casos que por alta temperatura los aviones tuvieron que hacer escala para llegar a España.

Son demasiadas las inconsistencias de Jiménez Espriú, quien ha dado muestras suficientes para que se dude de su capacidad de comprensión y conocimiento. Ciertamente, el ingeniero, en el mejor de los casos, es un incompetente.

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(VANGUARDIA/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ MARTES, OCTUBRE 16, 2018 - 03:43)

MENSAJE MILITAR A LÓPEZ OBRADOR


Desde el fin de semana circula profusamente un escrito anónimo de un militar, en donde encara al presidente electo Andrés Manuel López Obrador por su intención de deshacerse de las Fuerzas Armadas y le pide que se apoye en ellas, sin menospreciarlas ni difamarlas porque son leales a él. Son mil 35 palabras respetuosas pero fuertes donde apunta que deshacerse de ellas es prescindir de la institución más sólida en México. La carta fue firmada por un oficial de alto rango, según fuentes castrenses, y no representa el punto de vista de un militar, o de algunos, sino expresa el sentir generalizado en las Fuerzas Armadas. El texto, ligeramente editado por razones de espacio, es el siguiente:

“Me dirijo a usted con el respeto que impone su próxima investidura como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. No le escribe un periodista, columnista, analista o especialista en fuerzas armadas, no le escribe un adversario político. Le escribe un militar. Comenzaré por manifestarle que desde que tengo uso de razón, siendo apenas un niño, deseé fervientemente pertenecer al Ejército Mexicano y desde ahí servir a mi país. Así que con ese amor a mi país y a mi ejército le escribo.

“Primero, quisiera que le quedara claro que ser militar es una profesión; así como usted es un licenciado en derecho, yo soy un militar; así como otros son médicos, yo soy militar; así como otros son ingenieros, yo soy militar y no se puede cambiar una profesión por decreto o por ley. Usted decidió ser abogado y estudió en la UNAM para serlo. Yo decidí ser militar y estudié en el Heroico Colegio Militar. No sé si usted ha ejercido como abogado, pero yo sí he ejercido mi profesión por décadas sin interrumpirla por un segundo.

“Equivocadamente, usted piensa que un soldado ejerce su profesión únicamente en la guerra, es decir, en la lucha armada entre naciones. No, un militar aplica sus conocimientos y los ejerce aún sin que el país esté en un conflicto armado, y no profundizaré sobre este tema porque me llevaría horas hablar sobre teoría del Estado, soberanía, geopolítica, diplomacia, historia, estrategia, geoestrategia, defensa nacional, política de defensa, política militar, estrategia militar, logística, táctica, orgánica, economía de guerra, economía de paz, movilización, seguridad internacional, seguridad hemisférica, seguridad regional, seguridad nacional, poder nacional, sociología de la guerra, derecho de la guerra y otras tantas disciplinas que requiere conocer un profesional de las armas.

“En sus últimos discursos, usted ha planteado dar un giro a la naturaleza de las Fuerzas Armadas Mexicanas, cambiarles, o, mejor dicho, quitarles su razón de ser: la defensa exterior. Esta función está mandatada para usted en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 89 y, una vez que tome el cargo, será su facultad y obligación. Sepa usted que el espíritu de ese artículo tuvo sus orígenes en la necesidad del Estado mexicano no solo de defenderse ante una agresión armada sino, primordialmente, de prevenir la guerra.

“Con el respeto que merece, le digo que se equivoca al pensar que solo porque no hay guerra, no se necesita un ejército. Análogamente, sería como pensar que sólo porque en México está erradicado el sarampión, ningún niño debería ser vacunado contra es enfermedad. Señor López, usted plantea la posibilidad de una guerra al decir que si esta ocurre en México todos los mexicanos realizarán la defensa nacional. Efectivamente, así debe ser, solo que su concepto de defensa nacional es erróneo. La defensa nacional y la guerra requieren que los médicos sigan curando y salvando vidas, que los ingenieros sigan diseñando, creando y construyendo, que los obreros y campesinos sigan produciendo, que los maestros sigan enseñando, que los banqueros sigan operando el sistema financiero, que los empresarios sigan invirtiendo, que los abogados sigan litigando y así, todos los profesionistas y técnicos sigan haciendo las actividades para las que fueron preparados mientras los militares hacemos la guerra.

“Equivocadamente, afirma que en nuestra historia la defensa del país la ha hecho todo el pueblo, si así hubiera sido, tendríamos hoy un territorio más grande que el de los Estados Unidos. La defensa del país durante las invasiones únicamente la realizó el ejército, pero sin armas suficientes, sin municiones, sin comida, sin equipo para el frío o el calor y sin demás pertrechos. ¿La razón? En la defensa no participó todo el pueblo. No había quien diseñara las armas ni quien las fabricara; la economía era raquítica, no había quien produjera todo lo que se necesitaba para la guerra; no había unión. En 1847, el Ejército Mexicano fue vencido en combate y el resto del pueblo solo observó cómo el invasor izaba su bandera en Palacio Nacional después de que miles de soldados mexicanos murieron en el intento de detenerlo.

“Usted pretende convertir al Ejército en guardia civil, eso sería un gravísimo error. Ningún gobernante que quiere pasar a la historia como un estadista se deshace de su ejército. Por el contrario, lo emplea como el más fuerte instrumento a su disposición para proteger al Estado. Así ha sido siempre. Convertir a un militar en un policía es como querer convertir a un ingeniero en un médico; a un biólogo en un arquitecto; a un matemático en un sociólogo o a un electricista en un carpintero, en todo caso, en el intento de ejercer su nueva actividad, fracasará. Los militares no debemos y no queremos ser convertidos en policías. No cometa un error elemental de política, deshacerse del ejército es poner en riesgo la propia existencia del Estado mexicano”.

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(VANGUARDIA/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/ LUNES, OCTUBRE 15, 2018 - 01:12)

SEGURIDAD INSEGURA


El primero de diciembre, los muertos como consecuencia de homicidios dolosos ya no serán del presidente Enrique Peña Nieto, sino del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las emboscadas a los cuerpos de seguridad federal, serán suyas no de Peña Nieto, como también los secuestros, los robos y las extorsiones. Ese día y los subsiguientes serán iguales como hoy, mañana y el 30 de noviembre, porque la inseguridad no desaparece por decreto ni con actos de fe, sino con un trabajo sostenido y planificado para que con los años puedan comenzarse a dar resultados. Pero esa es la trampa en la que se metió el futuro gobierno de López Obrador, al fijar plazos para acabar con la violencia sin tener el método para enfrentar a los criminales de manera efectiva, y no como sugieren, con palabras en lugar de balas.

El nuevo gobierno podrá decir que le entregaron un país en ruinas, lo que en el tema de la seguridad es correcto, pero no podrán sostener eternamente la plañidera porque se comprometió a resolver en 36 meses el fenómeno que más agobia a los mexicanos. El presidente electo dice que el crimen tiene que enfrentarse de manera integral, lo que es cierto. Los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto así lo propusieron, pero nunca pudieron llevarlo a cabo como lo diseñaron. Hay que frenar el reclutamiento de jóvenes, mediante oportunidades de vida que sin bien no compiten con los ingresos que les deja el narcotráfico, su principal estímulo sería que la vida no será corta. Pero sin combate a los delincuentes ni trabajo de inteligencia, nada va a cambiar; todo lo contrario.

La experiencia de Peña Nieto al dejar de combatirlos en sus primeros ocho meses de gobierno pensando que así se reduciría la violencia, es la mejor muestra de que eso es un error estratégico. Las personas a las que encomendó López Obrador el diseño del modelo de seguridad y el andamiaje jurídico para echar a andar una nueva Secretaría de Seguridad, no han cumplido con su trabajo. La iniciativa de ley para crearla, presentada por su responsable, Alfonso Durazo, fue rechazada por el presidente electo, quien le encargó a su asesor jurídico, Julio Scherer, que trabajara el proyecto porque el que revisó no servía.

Cuadrar la seguridad pública con la seguridad nacional, como pretende la nueva Secretaría de Seguridad al incorporar el Cisen –reduciendo el trabajo de inteligencia- y Protección Civil, ha resultado mucho más complejo de resolver jurídicamente de lo que se imaginaban. La creación de una Guardia Civil con militares al frente, es un distractor retórico que, sin embargo, se va a concretar como una fuerza de 250 mil elementos, divididos en células de mil cada una, encabezada por un militar o un marino, que tendrá a su mando policías federales y estatales, distribuidos en 250 ciudades, entre las que destacan la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, así como los destinos turísticos en Acapulco, Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta.

Estas células combatirán la delincuencia del fuero común. Lo que tiene que ver con el fuero federal, que implica la lucha contra los cárteles de la droga, no va a ser una prioridad –la violencia, ciertamente, la genera el narcomenudeo, no el narcotráfico, aunque están vinculados-, por lo que el presupuesto de sólo 0.8% del PIB que se dedicará a la seguridad, parece suficiente para el nuevo gobierno. No presupuestar para compras de armamento y pedir la cancelación de equipo ya ordenado, puede hacerle sentido a López Obrador en su idea de austeridad, pero en el combate a criminales es cederles el monopolio de la fuerza. Si su objetivo involuntario es que su gobierno pone los muertos y los criminales le ganan la guerra, está haciendo lo correcto. Si no ha visto que ese será el resultado, tiene que corregirlo.

La estrategia de seguridad del nuevo gobierno es un galimatías. El presidente electo y su equipo están llenos de contradicciones y de ocurrencias coyunturales. La seguridad, parafraseando a Georges Clemenceau, es demasiada seria para dejárselo a estos políticos, que además, están confundidos y sin encontrar la respuesta al reto. Pero la suerte les sonríe. El grupo parlamentario del PAN presentó este martes una iniciativa para crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que no es rebuscada ni egoístamente ambiciosa como originalmente la deseaba López Obrador, pero resuelve el embrollo en el que se encuentran.

La iniciativa tiene mucho eco en lo que propuso en un libro este año el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, acusado en México de estar vinculado a los cárteles de la droga y odiado por muchos, pero reconocido por la OEA y el Departamento de Estado, que tienen otro tipo de información sobre él, le encargaron un plan de seguridad pública para América Latina. García Luna no asesoró al PAN, pero las propuestas que tomaron de su libro han probado funcionar para reducir la violencia.

No estaría mal que López Obrador dejara de ocupar a improvisados y hablara con profesionales en el tema –en su equipo hay varios-, para que dejen a un lado la creatividad destructiva y se enfoquen en la seguridad pública. Si no quiere al Cisen en la Secretaría de Gobernación, que tampoco lo meta con calzador en la Secretaría de Seguridad, y lo convierta en un órgano desconcentrado adscrito a la Presidencia, y que Protección Civil se quede dónde está. Le quedan seis semanas escasas para tener algo sensato como política de corto, mediano y largo plazo, antes de iniciar su administración y que los muertos por la violencia empiecen a contabilizársele y a pesarle.

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(VANGUARDIA/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA/ VIERNES, OCTUBRE 12, 2018 - 01:26)

ES LA HORA DE OÍR A LOS QUE EXPONEN EL PELLEJO


Entre la tropa que da la cara por la seguridad de los guaymenses empieza cundir la idea de que ya basta de imponerles mandos externos que no conocen la problemática de la corporación policíaca, los cuales históricamente más que soluciones al entrar se convierten en parte del problema.

Los hechos están a la vista. El fracaso de quienes han llevado las riendas de la Dirección de Seguridad Pública, ha dejado más elementos inconformes que contentos.

Por eso el hecho de que se mencione que un militar, ingeniero naval, sin formación policial, viene cual destino manifiesto a dirigirlos ha levantado un mar de indignación, cuando es conocido de que entre los uniformados hay gente capaz, proba y experimentada, sabedora de los entretelones e intereses creados que operan al interior.

Incluso saben bien a bien quien es quien en la dependencia. Es decir, a quien sirven o que tan eficaces son como elementos policiacos.

Y pues bien harían los regidores del ayuntamiento porteño en oír lo que tienen que decir los que exponen el pellejo, le sea reconocido o no por las autoridades y la sociedad, para salir del callejón sin salida en que la seguridad pública se ha convertido en gobiernos ausentes, que han dejado la iniciativa a las bandas mafiosas con más poder de fuego y protección política que las propias policías.

Un burócrata más, sin don de mando y empatía o incapaz de poner disciplina, al frente de una corporación que amerita una percudida, una depuración y ser saneada de malos elementos, es volver a experimentar y enfilarse al fracaso.

A la llegada de Lorenzo De Cima a la administración (2015-2018) su jefe de policía, un exMP como Humberto David González Cano y su segundo de abordo Efraín Godínez, decidieron desmantelar al grupo operativo, un cuerpo de élite de reacción rápida muy señalado socialmente al que detectaron como una amenaza para el buen funcionamiento de la dirección de seguridad pública. Tiempo después los citado salieron de la dependencia sin lograr su cometido, salvo el económico.

El comandante Silvestre Armenta, quedó encargado del despacho de Seguridad Pública por mientras.

La agrupación Sangre Azul, que aglutina a bastantes gendarmes y que lidera el comandante Obed Medina Leyva, promueven interesantes peticiones a favor del gremio y bien podrían convertirse a favor a tomar en cuenta en una remozada de la corporación.

EL COMPLICADO PANORAMA ESTATAL

En la busca de soluciones no hay respuestas fáciles y por lo mismo no cabe la improvisación, tal como quedó demostrado en los últimos días en la entidad y concretamente en Guaymas, en donde se han presentado ataques a policías y balaceras a plena luz del día

Aunque por la víspera se saca el día, se habla de 150 homicidios dolosos en el trienio pasado y más de 500 levantados o desaparecidos en Guaymas y Empalme, lo que ya valió un alerta por parte de la embajada de E.U. para que sus empleados se abstengan de visitar ciudades de Hermosillo al sur.

Con la salida del fiscal carnal estatal Rodolfo Montes de Oca y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Adolfo García Morales, “suponese” dos chuchas cuereras en los temas de sus dependencias, quedaron acéfalas dos estratégicas áreas, por razones y versiones que van desde el embate de los grupos criminales, hasta que el Peje y Alfonso Durazo, metieron mano o de que ambos exfuncionarios tienen pendientitos al involucrárseles en actos de corrupción advertidos por la Auditoría Superior de la Federación sobre deficiencias administrativas, programáticas y en uso y destino de recursos federalizados. La mezcla explosiva de líos judiciales como el caso Pancho Platas y aumento de la violencia, los reventaron. Nomás.

Dicho movimiento obligará al enroque y pone de entrada la pelota en la cancha del Congreso del Estado, quien tendrá injerencia en el nombramiento de un fiscal imparcial, independiente y eficaz, según los parámetros esgrimidos por Morena. O sea, Durazo y Jorge Taddei, llevan mano como en todo juego que tiene desquite. Manita de cochi le harán a la mandataria quien tendrá que salir de su zona de confort y encarar a sus detractores.

En el nombramiento de los sucesores en dichos cargos, pasa por un Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de corte elitista, de inclinación tricolor y proclaudillero y tal sesgo político choca con la visión transformadora que derrotó en las urnas a proyectos o estrategias fracasadas como Escudo Ciudadano, programa non de prevención del delito de Claudia Pavlovich, cuando se contabilizan más de 700 homicidios en el último año.

Para la fiscalía suenan los abogados del círculo íntimo del Rudy Héctor Contreras Pérez, Raúl Guillén y el beltronista Erick Iván Jaime Archundía. También suena Horacio Valenzuela. Todo en familia, pues.

El diputado petista Rodolfo Lizárraga, empuja un plan de 60 días para la seguridad y como parte de la Comisión del Congreso, recibió los documentos del panista Héctor Hernández, contralor de Otto Claussen, quien busca convertirse en fiscal general. De risa loca la descabellada idea de la “Mujer Barbona”, quien hizo oídos sordos al despapaye del Alemán y persiguió y se “arregló” con exfuncionarios de César Lizárraga.

Está tan critica la situación que la gober pidió ayuda al presidente Enrique Peña Nieto, quien poco o nada hizo en el rubro durante su sexenio y se habla de gestarse una huelga en la PF por viáticos no pagados, para enfrentar la emergencia, que según World Justice Protec, coloca a Sonora entre los estados peor evaluados en niveles de violencia, corrupción e impunidad y resultados que el presidente del Supremo Tribunal de Justicia Francisco Gutiérrez Rodríguez, rechazó.

Las bancadas de Morena, PES y PT más la Lola del Río, en la legislatura estatal se lanzaron a solicitar que el gobierno federal retome la seguridad pública en la entidad.

A nivel nacional el Poncho Durazo y el equipo de seguridad de AMLO se tomó un respiro y suspendió los foros de la pacificación y reconciliación, para armar la propuesta de Secretaría de Seguridad Pública Federal y el plan de seguridad.

CERO Y VAN DOS: SE DESMORONA LA ADMINISTRACIÓN DE SARA VALLE

De los cuatro funcionarios de primer nivel nombrados el 16 de septiembre, como la canción de los perritos a la alcaldesa Sara Valle Dessens, ya nomás le quedan dos.

El primero en brincar del barco fue el ex contralor Jesús Osuna Agramont, quien duró cuatro días en el puesto. El cuñado cómodo Santiago Luna García, está impugnado, no puede firmar y ya le dicen el pavo, pues corren apuestas que no llega diciembre.

El segundo en abandonar la nave es Daniel Morales Pardini, quien renunció a la comisaría de Seguridad Pública, puesto en el que duró apenas tres semanas. Al cargo llegó de la mano del cuñado incómodo Santiago Luna García y era pieza clave en el proyecto del grupo Coyota, que arribó con aires de conquista al puerto.

El Dany, quien ni siquiera pasó por el escuadrón Vial de Bolaños, sufrió las de Caín tras atentado que costó la vida de cinco agentes policiacos que coronó la vorágine de violencia que asola desde hace tiempo al municipio y que ya había tocado a la corporación en los casos de los comandantes Genaro Bogarín ---que provocó la salida del jefe de la policía Norman Castillo-- y Lilián Arce.

Su reconocida fidelidad a la banda será premiada con la Contraloría municipal, instancia en donde ya tiene experiencia habida cuenta que en el pasado sobrevivió un proceso administrativo –el expediente 35/03-- en el área de responsabilidades del Órgano Interno de Control SAGARPA, motivo por el cual dejó el cargo de oficial de la Profepa.

La prudencia finalmente se impuso y la cosa no pasó a mayores, pero quedó claro que no se tienta el corazón y confirmó lo declarado por Oscar Villa Encinas, su comandante en los álgidos días previos a su revocación de mandato cuando ordenó echarles gases lacrimógenos a los ediles que la criticaban y balear el auto del “Flaco” Raúl Rodríguez.

Para la Ley de Gobierno y Administración Municipal y la Ley de Seguridad Pública estatal, lo sepa o no Sara, la cadena de mando le llega y atañe.

¿EL RATÓN DETRÁS DEL GATO?

Después del evento sangriento la psicosis abunda en el puerto y en los elementos policíacos. Tal pareciera que el ratón anda detrás del gato.

El viernes anterior toda la caballería se desplegó para detener a tres albañiles en la colonia Montelolita. Y así por el estilo dan palos de ciegos para justificar la chamba.

Una Hummer cerca de una patrulla puso de nervios a más de tres ante el ambiente pesado que dejó entre los hombres de azul los hechos del jueves pasado, en donde se indaga a cierto mando que salió ileso del atentado.

Ráfagas de disparos por rumbos de Las Golondrinas provocaron este martes la movilización de las fuerzas del orden en más de 15 unidades de la Gendarmería, policía municipal y policía estatal.

Mientras la policía municipal está en un estado de zozobra, se recibió como algo de muy mal gusto ante el luto de las familias afectadas y como un balde de agua fría por la insensibilidad mostrada, cuando el horno no está para bollos, el nombramiento del responsable del Comité de Festejos que habrá de organizar las fiestas del carnaval 2019. El show debe continuar, debió decir la alcaldesa, mientras el vacío de poder en la policía sigue ante la falta de un titular capaz.

Ver pegados a dos aves de malagüero en la Marcha por la Paz como Jaime Moreno Berry a Sara y Raúl Sánchez al secretario técnico Alejandro Rodríguez Zapata, “El Piolas”, de la gente que se trajo “El Cabezón”, no fue buen mensaje para el respetable.

¿MILITARIZAR LA SEGURIDAD PÚBLICA?

Ante el fiasco que representó Daniel Morales en la jefatura de policía y el descontrol que vive la dependencia se impulsa al capitán de navío C.G. retirado Rodolfo Frías Zavaleta, para entrar en su relevo con el supuesto aval de la Armada de México.

A su nombramiento fast trax se opusieron los regidores José Luis Portillo Liera (Morena), Sergio García (Movimiento Ciudadano) y Ernesto Uribe (Independiente), por lo apresurado. Mientras tanto en dicha sesión el coordinador de asesores de Rodolfo Lizárraga, es decir el ex villeguista Roberto Palafox “El Pipas”, le daba línea al regidor petista y presidente de la Comisión de Seguridad Pública Iván Rodríguez Nava y el reportero Carlos Razcón Valenzuela, indagaba respecto a cierta calidad de blindaje.

Los ediles exigieron checar si tal marino no es militar de espada virgen, cuenta con pericia en las lides policiacas y si cumple los requisitos del apartado A artículo 140 de la Ley de Seguridad Pública del estado para dirigir una institución policial civil, muy diferente a una de tipo militar, es decir si está apto física, medica, ética y psicológicamente para desempeñar el cargo, además de haber cubierto los exámenes de evaluación y control d confianza, porque caras vemos, corazones no sabemos. Ya se vio lo que pasó por obviar tales requisitos con Morales Pardini, en donde no bastó el apoyo del caudillo Luna.

Con sus argumentos los regidores le mojaron la pólvora a la alcaldesa y Sergio García, se fue los ediles bultos, esos que levantan la mano a indicaciones de su amo.

En la sesión pasada, ante la situación caótica los ediles aprobaron solicitar al Congreso del Estado apoyos extraordinarios por 35 mil pesos diarios para gasolina de las patrullas y 160 pesos diarios para comidas de los agentes, que laboran doce horas al día, además pugnaron los regidores opositores de que se indague como se aplicaron los recursos autorizados en el presupuesto del 2018. La PGR se dice ya investiga sobre la compra de chalecos para la policía.

El lunes anterior, cuando el sindicato del ayuntamiento SUTSEG, protestaba en palacio municipal, Daniel Morales, siguiendo instrucciones de su jefa la alcaldesa, quien se hizo perdidiza para no atender a los sindicalistas e hizo circular la nota, con foto incluida, de que se encontraba en Phoenix tirando la primera bola en un partido de beis con Rodolfo Lizárraga, Heriberto Aguilar y Ana Gabriela Guevara, mandó al Grupo Operativo –el cual sería atacado dos días después— para atorar a los trabajadores.

El ejemplo más claro de militarización fallida es el de la Policía Federal Preventiva, institución creada en el gobierno de Ernesto Zedillo, con el traslado de varios batallones de la policía militar y los excesos y omisiones al actuar fuera de los protocolos de uso de fuerza quedaron evidenciadas en San Salvador Atenco, Oaxaca con la APPO, Nochixtlán y Ayotzinapa.

LA POLICÍA A LA QUE SE ASPIRA

Por eso ahora, que el tema se ha puesto sobre la mesa – por supuesto falta de seguro de los policías ultimados, chalecos de mala calidad, bajos sueldos, patrullas sin gasolina, etc.-- no se permite, si en verdad se busca encaminarse hacia la solución de un asunto tan peliagudo traer de vuelta cartuchos quemados como un José Bolaños Castro o un Julio Vidaurrázaga y otros más que suenan.

Ana María Vega, es su artículo de El Universal “Las policías que queremos y las policías que queremos”, afirma que el problema de inseguridad tiene que ver con el abismo que hay entre las policías que queremos y las policías que tenemos, que lejos de inspirar respeto y orden son un factor de inseguridad.

Dice que más de la tercera parte de la policía del país gana menos de 10 mil pesos mensuales y que destina buena parte de su salario para equiparse (botas, chalecos, uniforme, cartuchos, gasolina para sus patrullas, etc.).

Es decir que el Estado como su empleador no les da lo suficiente para cumplir con su deber. Esa precariedad en el trabajo, falta de incentivos y los riesgos del mismo afectan su desempeño y las hace propicias para la cooptación por parte de los malandros.
La exigencia de “cuotas” por parte de los jefes, es otra realidad que enfrentan a diario.

A pesar de los miles millones invertidos en capacitación, profesionalización y control de confianza las policías apenas subsisten en condicione indignas y sin practicar ni siquiera tiro, anota la analista.

La anhelada paz pasa por contar con policías bien capacitadas y equipadas y porque los gobiernos en turno se aseguren que nunca más un policía pague por sus botas y no mueran por la carencia de cartuchos para sus armas.

Ojala en Guaymas, de una vez se pongan las pilas y agarren la onda…

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/10 DE OTUBRE 2018)