Algo grave debe de estar
sucediendo en los entretelones del poder público en la entidad para que hayan
renunciado “por motivos personales”, las dos cabezas de la seguridad pública
del gobierno de Claudia Pavlovich.
Tanto como Rodolfo Montes de
Oca, como Adolfo García Morales, eran cuadros salidos de las filas del PRI,
como igual lo procedencia tienen Odracir Espinoza de la Fiscalía
Anticorrupción, Aldo Padilla, magistrado presidente del Tribunal de Justicia
Administrativa y Ramón Moya Grijalva, auditor mayor del ISAF.
“El Rudy” fue compañero de
carrera en la UNISON de la gober y “El Conito”, desempeñaba el rol de
distinguido operador electoral tricolor.
Con la salida de ambos, uno
de la Fiscalía General de Justicia del Estado y otro de la Secretaría de
Seguridad Pública estatal, queda descabezada la rama de gobierno encargada de
brindar tranquilidad, mantener el orden social y la investigación y persecución
de los delitos.
Mientras a nivel nacional el
gobierno por entrar lleva a cabo Foros de Seguridad y Reconciliación, con miras
a definir las estrategias y políticas públicas para abatir la inseguridad que
permea en todo el territorio, en Sonora, el ataque a mansalva en Guaymas y
Hermosillo de varios agentes del orden detonó la crisis que desde hace rato
sofoca a Nogales, Cajeme y la zona serrana.
FUNCIONARIOS FALLIDOS
Rebasados por la actividad de
los grupos criminales, ambos funcionarios, forjados en la burocracia y no en el
campo, salieron con la cola entre las patas.
Ni la asesoría de lujo del
general y exprocurador Rafael Macedo de la Concha, pudo frenar la caída de los
personajes y el descrédito que alcanzó a las dependencias que dirigían.
La violencia ya cobró el
puesto a dos funcionarios de alto nivel y de plena confianza de la gobernadora,
pero el quid es si es o no Sonora a estas alturas un Estado fallido, empiezan a
preguntarse algunos.
Tras su renuncia, en Cajeme
acontecieron varios hechos violentos, entre ellos un atentado a un policía.
CASOS PANCHOS PLATAS Y GIZELA PERAZA
No debe olvidarse que los
excesos en la detención ilegal de Pancho Platas, como en su tiempo el de la
trabajadora doméstica de la casa de gobierno con Guillermo Padrés, Gizela
Peraza, torturada y detenida por los chicos de Carlos Navarro Sugish, ya habían
salpicado de lodo tanto al fiscal como a García Morales.
“Me torturaron, intentaron
ahorcar a la madre de mis hijos y me fabricaron delitos”, declaró en su momento
Francisco Monge Araiza “Pancho Platas”. Tras ser acusado de delitos contra la
salud, cohecho y portación de armas, fue absuelto, tras permanecer cuatro meses
preso en el Cefereso de Hermosillo, en donde le rompieron los dedos de los pies
y le aplicaron toques eléctricos en sus partes nobles, declaró para Proyecto
Puente.
De su casa de Bacadéhuachi
fue sacado por hombres encapuchados y presentado en la Policía Estatal acusado
de viajar en carro robado, transportar crystal, portar arma y ofrecer 3 mmd
como mochada para que fuera liberado.
En el caso del Pancho Platas,
García estaba clavado debido a la detención fuera del marco legal del
exfuncionario padrecista y “El Rudy”, debía de informar a un juez federal al
respecto. O sea, que por donde se le viera Montes de Oca, tenía en sus manos
poner la cabeza de “El Conito”, para que la cuchilla judicial se la arrancara.
Y era cuestión de tiempo.
UNA POLICÍA QUE NO CUIDA, NI VIGILA
La crisis de violencia que
ahoga al estado, tiene como origen la incapacidad de los mandos policiacos,
gobernantes y políticos, más preocupados en atender sus carreras y sus
intereses personales o de grupo que cumplir con la tarea de proveer de
seguridad a la sociedad. La policía es una de las instituciones con menos
credibilidad entre la ciudadanía.
Por eso aunque la realidad
está más que diagnosticada, en los foros pejistas y por declaraciones de los
encargados del gabinete de seguridad del próximo régimen morenista, léase Olga
Sánchez, Alfonso Durazo, Alejandro Encinas y Loretta Ortiz, hablan de la
instauración de Comisiones de la Verdad, liberación de drogas, mando único,
capacitación y depuración de los cuerpos policiacos, justicia transicional,
amnistía (no para delitos de lesa humanidad), reducción de penas, atacar el
lavado de dinero, formación de la Guardia Civil como ejército de paz y otras
novedosas medidas para pacificar al país y recomponer el tejido social.
Loretta Ortiz, ha dicho que
se está armando un sistema integral de justicia, verdad, garantías de no
repetición y reparación de daño a las víctimas y se van a crear una Comisión de
la Verdad, una Comisión de Investigación, una Fiscalía Especial para la Paz y
un Tribunal Penal para la Paz, que atenderán los casos de desaparición y
ejecuciones forzadas, trata de menores y delitos contra periodistas, entre
otros.
En este proceso de conformar
el plan de seguridad, las policías municipales tienen especial atención sabido cómo
es que son las más débiles estructuralmente, además de fácilmente penetrables
por el crimen.
Temas como el de Iguala, en
donde la policía municipal entregó a un cartel a los 43 estudiantes
desaparecidos de la normal de Ayotzinapa, ha levantado la indignación mundial.
¿CÓMO SE TITULABA EL CUENTO QUE LEÍA SARA VALLE EN LA
UNI?
La alcaldesa de Guaymas Sara
Valle, echa a las marchas y los plantones desde cuando lideraba a El Barzón, se
sacó de la manga realizar una marcha del Obelisco a la Plaza de los Tres
Presidentes, luego de los sucesos del Jueves Rojo que enlutó a cinco familias
de policías del puerto.
Algo menos que una fotografía
de una aspirina del doctor Simi para un cáncer terminal. La convocatoria
llamaría al ridículo si no derivara de un tema tan doloso para las familias
afectadas.
Sin idea del problema, el día
de hechos se encontraba leyendo un cuento en la escuela de medicina de la
Unison en el Festival de la Palabra 2018, mientras en el puerto corría la
sangre de los gendarmes ultimados. El evento coincide con el de George Bush
junior, quien se encontraba en un kínder cuando le avisaron el ataque de Al
Qaeda a las Torres Gemelas.
“La muerte tiene permiso”,
podría haberse llamado el cuento que leía la dama en el festival universitario,
obvio pero sin la maestría escritural del porteño Edmundo Valadés.
La PGR ya indaga si los
lamentables homicidios tienen derivaciones de la entrega de tres personas
procedentes de Alamos, a un grupo desconocido en la Comisaría de San Carlos. La
línea del cobro de facturas o de venganza fue asumida por la autoridad ministerial.
El escandaloso hecho de
sangre puso en boca de todo México a Guaymas, pues su manejo ocupó los
principales espacios noticiosos desde Denise Maerker de Atando Cabos de
Televisa hasta Ciro Gómez Leyva, cubrieron el tema.
A minutos del mismo las redes
sociales se volvieron locas difundiendo el atentado y el peso de la noticia
cimbró desde sus cimientos al gabinete claudillero y ha de haber puesto en
alerta roja al Poncho Durazo, futuro secretario de Seguridad Pública federal.
EL PÉLATE TIN TÁN DE DANIEL MORALES: ¡A SUS ORDENS
JEFE!
Sin estrategia para combatir
la inseguridad, sin malicia y sin formación policial, a Daniel Morales Pardini,
comisario de seguridad pública en Guaymas, le tuvieron que aplicar calmantes y
colocarle un chaleco antibalas el día en que corrió la sangre, al enterarse de
lo sucedido.
No dio el ancho en el cargo y
para el lunes dicen los enterados tiene programado dejar el puesto, en lo que
será su debut y despedida como sheriff del condado. El mismo jueves habría
renunciado, pero no se la aceptaron a pesar del suicidio que significa su
permanencia al frente de la Dirección de Seguridad Pública.
El inspector Ardilla, el
inspector Clouseau de la pantera rosa, el inspector Gadget y el Super Agente
86, duraron más en sus programas y series que el Danny como el Sherlock Holmes
del gobierno saravallista. Con su dada de baja el grupo Coyota del caudillo
Santiago Luna, pierde uno de sus alfiles. Es más, ni siquiera al Agente 777
personificado por Cantinflas, llegó a acercársele.
Es sabido que en la
corporación policiaca no todos sus integrantes son blancas palomitas y laboran
en ella elementos que son verdaderas amenazas sociales, algunos de los cuales
han estado envueltos en líos y señalamientos.
Ejemplos como los atentados a
los comandantes Francisco Genaro Bogarín y Lilian Arce y duros señalamientos
como los del “policía rebelde” en contra del jefe policíaco José Antero
Castillo Altamirano “El muerto”, habían puesto en la mira a la corporación, en
cuyo interior se conformaba la agrupación Sangre Azul, como un intento de los
gendarmes de unirse para defender sus derechos.
La declaración de Sara de que
los policías no tenían miedo puso los pelos de puntas de dos que tres
conocedores de la realidad porteña, ante lo que podría leerse como un reto a
las fuerzas invisibles del crimen organizado y sus bandas criminales impunes,
algo de lo que es consciente hasta un estudiante de primer cuatrimestre de la
licenciatura de Criminología de la Vizcaya.
De poco sirvieron los
patrullajes de la Armada de México y de la Gendarmería, que en nada han
inhibido el actuar de los delincuentes, como lo demuestra el hecho a plena luz
del día, como si retaran a dichas instituciones.
El operativo arrancado luego
la matanza, tuvo como resultado tres albañiles detenidos con lujo de
prepotencia en Montelolita, para coraje y molestia de los vecinos del lugar.
¿DÓNDE ESTÁN LOS RESPONSABLES?
La irresponsabilidad de
Daniel, por asumir un cargo de dirección de una institución policial para el
que no tenía experiencia ya costó la vida de cinco elementos y lesiones a
varios más, por falta de previsión o de programa de seguridad pública.
La curva de aprendizaje ha
sido costosa para el imberbe comisario, al cual se queja, le heredaron una
dependencia sin presupuesto i para la gasolina de las patrullas.
A estas alturas ya deben de
haber entendido él y los nuevos mandos que la seguridad no es un juego.
Las balas AK-47 atravesaron
el chaleco del policía Pedro Corral y de eso pocos hablan. Morales dice que le
dieron de costado por eso no la libró.
En la sesión del domingo 16
de septiembre el profesor José Luis Portillo Liera, fue claro cuando se opuso
al nombramiento de Daniel Morales Pardini, como comisario por no reunir los
requisitos del artículo 140 de la Ley de Seguridad Pública del Estado, entre
ellos el contemplado en la fracción “VII.- Aprobar los procesos de evaluación y
control de confianza”.
Pero la mayoría saravallista
en cabildo hizo caso omisa al llamado y ahí están las consecuencias.
En el corte de caja, de su
sangriento saldo son corresponsables en los que les toca el grupo Coyota y su
líder “El Cabezón” Luna, por empujar a uno de los suyos a un cargo tan delicado
sin contar con la preparación suficiente para desempeñarlo decentemente; la
frívola alcaldesa Sara Valle y la convenenciera fracción saravallista,
incluidos los regidores del PRI y del PAN por poner oídos sordos al mandato de
la Ley y para no dejar sentido a nadie, los liderazgos de Morena y el PT, como
Jacobo Mendoza y Ana Gabriela Guevara, por no frenar la arbitrariedad y la
ilegalidad de los miembros de sus partidos.
Como siempre, ahora sí
ahogado el niño, van a querer tapar el pozo con marchas, condolencias a los
deudos, lamentos, promesas y declaraciones al aire…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 07 DE
OCTUBRE 2018)
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