+ La inseguridad se ha apoderado de las vías del tren
en Sonora
+ Exigen a Ferromex reinstalación de tripulaciones
bajo estatus de investigación
Javier Velázquez Peña
En medio del monte bajo la oscuridad de la noche se para
el tren. Le sacaron el aire. Se escuchan balazos. Gritos de migrantes y
“trampitas”, corriendo hacia la locomotora. Niños y mujeres llorando. Gritos
amenazantes alrededor de la bestia. Varias camionetas con gente armada buscando
gente debajo y los alrededores de los furgones, góndolas, carrotanques y
plataformas. Los que eran descubiertos, eran subidos a punta de pistola y armas
largas a un tráiler de caja refrigerada.
No había piedad para nadie.
En esta ocasión la tripulación
del tren, queda atrapada dentro de la locomotora. La rabia, la impotencia y la
frustración, se apoderó de ellos, que como mudos testigos observaban lo que
estaba pasando a su alrededor.
Delante del tren estaba una camioneta
con gente armada vigilante para que no se moviera la locomotora ni se bajara la
tripulación de la misma.
Qué subieron o qué bajaron
del tren, nadie lo sabe. Y sobre el destino de los migrantes capturados, mucho
menos. Si hubo muertos o heridos, nadie tuvo conocimiento de los hechos.
Desde el momento en el que se
paró el tren hasta que se fueron,
pasaron más de cinco horas. Nadie
acudió en su auxilio, a pesar de tener contacto directo con la empresa, desde
el primer momento, incluso el personal de seguridad privada de Ferromex, estuvo
enterado del incidente, pero inexplicablemente se perdió contacto con ellos,
cuando aseguraron que harían acto de presencia en unos minutos.
Afortunadamente en esta
ocasión, la tripulación del tren no fue agredida físicamente, como ha ocurrido
en otros incidentes, donde incluso, trabajadores han perdido la vida, pero ahora
fueron verbalmente amenazados por gente armada, que actuaba impunemente en
contra de los migrantes que viajaban a bordo de la bestia.
Las diferentes corporaciones
policiacas entre ellos los Federales, Gendarmería, Policía Estatal e incluso
municipal, brillaron por su ausencia. El ejército llegó seis horas después,
porque se equivocaron de camino.
Después del “incidente” al
llegar la tripulación a la estación, inmediatamente son enviados a un motel a
“descansar” mientras se realizan las primeras pesquisas e investigaciones.
Y en calidad de mientras, a
la tripulación se les saca de la cadena o rol de trabajo, porque ahora los tienen
bajo “estatus” de investigación, por haber “parado el tren”.
Cabe recordar que el tren
tiene un sistema de localización satelital, que al momento de realizar una
parada no autorizada, inmediatamente se comunican con la tripulación por radio
para preguntarles sobre la causa porqué está detenida su locomotora.
Asimismo, tienen las
coordenadas exactas de ubicación del tren en ésos momentos, por lo que les
resultaría ocioso preguntarles sobre la ubicación en dónde se encuentran
Y del año pasado a la fecha,
hay ocho tripulaciones en estatus de
investigación, por este mismo hecho. Cada
caso tiene su historia y Ferromex, se voltea para otro lado, cuando sabe que
estas acciones las realiza la delincuencia organizada, no solamente en las vías
sino en los patios de Guaymas, Empalme, Obregón, Hermosillo, Sufragio y Nogales.
En pocas palabras, la
inseguridad rodea a los trabajadores ferrocarrileros de la Sección Ocho, que
abarca de Sufragio, Sinaloa hasta Nogales, incluyendo el ramal a Nacozari y
Caborca, durante las veinticuatro horas.
En los casos de Guaymas,
Empalme, Obregón y Sufragio, es “normal” encontrarse en los patios, con gente
desconocida armada entre los trenes a plena luz del día, aumentando la
inseguridad en la noche cuando se realizan los cambios de vía de las
locomotoras de patio.
La incertidumbre de los
ferrocarrileros de camino, es que las amenazas en su contra como a sus
familiares, es constante, que no solamente les envían mensajes vía Whatsapp
sino que lo hacen a través del sistema
de comunicación que tiene Ferromex.
De todo esto, ha habido
denuncias, pero no hay ninguna respuesta por parte de la empresa. Solo les
dicen que van a investigarlo, pero hasta la fecha, solamente se le contesta a los trabajadores con el
silencio.
El estado de indefensión en
el que estuvieron por seis años los trabajadores ferrocarrileros de la Sección Ocho del STFRM en Empalme, ha
calado muy profundo, que ahora le ha explotado a la reciente representación sindical que del año pasado a
la fecha, se han “castigado” a ocho tripulaciones.
Aún se recuerda a la tripulación que fue bajada en Benjamín
Hill y fue enviada detenida hasta Tepic, Nayarit, quedando presos por 4 meses y
20 días, saliendo absueltos.
La empresa no ha pagado el
tiempo que duraron presos ni se responsabilizó
de los gastos del abogado que llevó el proceso.
Y el último incidente, fue la
gota que derramó el vaso. Ahora, no
solamente se han organizado para exigir a la empresa Ferromex las garantías
laborales contempladas dentro del
Contrato Colectivo sino la reinstalación
de las ocho tripulaciones “castigadas” además la seguridad de su integridad
física durante la realización de su trabajo, tanto en el camino como en los
patios.
Se avecinan tiempos de lucha
en el gremio ferrocarrilero, donde no están en juego sus prestaciones sociales
y económicas contempladas en su Contrato Colectivo de Trabajo sino sus propias
vidas al realizar su trabajo en patios y camino, que por ende les da su
identidad como ferrocarrileros.