JULIÁN GONZÁLEZ. Estudiante plagiado.
Se despide marzo con cuatro
homicidios perpetrados la semana antepasada por un grupo armado en la sierra
del municipio de El Rosario, sumados a las privaciones ilegales de la libertad,
la muerte con fuego y gasolina de una persona, más los tres cadáveres hallados
en fosa clandestina en Mazatlán.
El viernes 22 de marzo, los
hermanos dedicados a la minería Leonel y Alonso, de 26 y 23 años
respectivamente, originarios de La Tebaira, fueron encontrados asesinados en un
camino de terracería ubicado en el entronque que conduce a la comunidad de
Santa María, en la sierra de El Rosario.
De acuerdo a un reporte
extraoficial, las víctimas habrían sido masacradas a mansalva luego de haberlas
bajado de la camioneta Ford Explorer en la que viajaban.
El martes 26 de marzo también
fueron asesinados el minero Damián, y el gambusino Miguel, en un camino de
terracería del poblado El Llano de la Palma a la comunidad de San Julián, en la
sierra rosarense.
Avecindados en la comunidad
de La Rastra, habrían sido privados de su libertad para luego asesinarlos con
armas de grueso calibre por un grupo criminal que opera en la sierra y que está
desplazando a los pobladores que laboran en las empresas mineras establecidas.
La pregunta que hacen los
habitantes de la zona serrana de este municipio sureño es qué están haciendo
los encargados de la Seguridad Pública de los tres niveles de Gobierno para
proteger a los ciudadanos en esa tierra de nadie.
LA CASA MÁRTIRES
Las privaciones ilegales de
la libertad y las ejecuciones criminales no solo ocurren en la zona serrana de
la zona sur, sino también en la periferia y primer cuadro de Mazatlán.
La madrugada del martes 19 de
marzo, un grupo de desconocidos se introdujo en la casa de José Luis, de 39
años, ubicada en el fraccionamiento Santa Teresa, le rociaron gasolina y luego
prendieron fuego. La víctima murió en el hospital.
El clima de impunidad que
impera en torno a los crímenes cometidos obligó a los vecinos de la víctima a
mantenerse en silencio voluntario sobre el homicidio.
Este hecho violento ocurrido
en la periferia de Mazatlán, relativamente cerca de la caseta policiaca de
Urías, antecedió a la privación ilegal de la libertad del universitario Julián Guadalupe González
Meraz, perpetrado en la Casa Estudiantil Mártires 7 de Abril, situada a unas
cuadras de la presidencia municipal.
Según versiones
extraoficiales, fue la noche del lunes 25 de marzo cuando un grupo de hombres
armados vestidos de civil irrumpió violentamente en la Casa del Estudiante, y a
punta de golpes sacó de su cuarto al estudiante
de la carrera de Ingeniería Civil.
El miércoles 27, familiares
de González Meraz acudieron a las
instalaciones de la Policía Ministerial del Estado, a interponer denuncia
formal de los hechos.
El encargado de Servicios
Asistenciales de la Universidad Autónoma de Sinaloa, entrevistado sobre los
hechos, aseguró que es la primera vez que ocurre una privación ilegal de la
libertad al interior del recinto estudiantil, con las características
mencionadas.
El funcionario recordó que en
la década de los 80, durante el sexenio de Antonio Toledo Corro, quien reprimía
a estudiantes y dirigentes estudiantiles que se manifestaban en el contexto de
la lucha por la UAS, irrumpían policías uniformados en las casas estudiantiles
a detener a quienes protagonizaban las protestas callejeras que terminaban en
la explanada municipal.
TESOROS HALLADOS
Con ese fondo siniestro, el
grupo de rastreadoras sobreviviente en Mazatlán, continúa encontrando cuerpos
de personas con reportes de desaparición forzada.
El martes 26, el grupo de
rastreadoras “Tesoros Perdidos Hasta Encontrarlos” localizó tres cuerpos en un
camino de terracería que conduce de la subestación “Venadillo” de la Comisión
Federal de Electricidad a las inmediaciones del camino viejo a la zona de
Cerritos.
Los tres cadáveres rescatados
por peritos de la Fiscalía General del Estado se suman a los 44 que se han
hallado en 2019.
La fosa, ubicada en la salida
norte hacia la carretera a Culiacán, marcó un punto geográfico distinto a las
fosas halladas en la comunidad de Miravalles y en el fraccionamiento Santa Fe,
situados a la salida sur del puerto.
Un año atrás, el grupo de
rastreadoras desaparecido “Una Luz de Esperanza” encontró un cadáver a flor de
tierra por los rumbos de Hacienda del Seminario.
JULIÁN GONZÁLEZ. Estudiante plagiado.
OTRO COMANDO “INVISIBLE”
La privación ilegal de la libertad del estudiante Julián González
trae a la memoria las palabras de Ricardo Olivo Cruz, secretario de Seguridad Pública
y Tránsito Municipal de Mazatlán, ante el plagio de otra persona en enero
pasado.
“Es el primer cuadro de la
ciudad, pero no tergiversemos, porque se encuentra prácticamente a una cuadra
de la avenida Emilio Barragán, el primer cuadro de la ciudad no llega hasta
ahí, estamos hablando del perímetro de la zona centro, más no del primer cuadro
de la ciudad”, dijo.
Aquel 16 de enero, un comando
de hombres armados y encapuchados privó de la libertad a una persona cuando se
encontraba en la marisquería Las Palmas.
En ambos plagios, ninguna
autoridad vio nada.
Artículo publicado el 31 de marzo de 2019 en la
edición 844 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ REDACCIÓN/MAZATLÁN EN 2 ABRIL, 2019)