¿El secreto? Bajo perfil, solvencia en
el mundo financiero, pocas o ninguna excentricidad y, fundamentalmente, creer
ciegamente en que el dinero puede persuadir más que las balas.
Los narcos que controlan el tráfico de
cocaína de Colombia (y que no se parecen a Pablo Escobar)
BBC Mundo
No hablan como mafiosos, no
se visten como mafiosos, no se comportan como mafiosos, pero sí son mafiosos.
No visten marcas de ropa
europea ni conducen coches de alta gama. Pueden ser vecinos de un docente de
universidad privada o de un viceministro del gobierno en un barrio de clase
media alta.
Es la nueva generación de
narcos colombianos que no tiene nada que ver con el estereotipo que encarnó
como nadie Pablo Escobar, quien murió hace casi 25 años.
Son gente mucho más formada
que la que fundó el negocio hace más de cuatro décadas, capaz de moverse con
solvencia entre las clases altas y pasar debajo del radar de las fuerzas antidroga
mundiales con asombrosa habilidad.
¿El secreto? Bajo perfil,
solvencia en el mundo financiero, pocas o ninguna excentricidad y,
fundamentalmente, creer ciegamente en que el dinero puede persuadir más que las
balas.
Por eso les llaman los
“invisibles”.
Por qué es tan fácil para el
narco en México hacer negocios con los bancos (y por qué es tan difícil
combatirlo)
Quién es Juan Carlos Mesa, el
“actual Pablo Escobar” que Colombia capturó en su fiesta de cumpleaños tras
buscarlo durante 20 años
Policía con cocaína incautada
Getty Images
En los primeros años de este
siglo se pensó en la posibilidad de que el narcotráfico sería derrotado en
Colombia.
¿QUÉ ERAN LOS “TRAQUETOS“?
En Colombia, algunos le
llaman “traqueto” al narcotraficante e incluso se habla de la “cultura
traqueta”, que son los hábitos, términos y símbolos que se forjaron desde los
primeros años del cartel de Medellín y de Cali.
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a ser investigado por la justicia: auge y caída de Hugo Aguilar, el mayor de la
policía que lideró la captura de Pablo Escobar
Escobar era, en ese sentido,
el “traqueto” por excelencia.
Salió de una familia humilde
con escasa formación académica, pero dotado de una ambición e iniciativa que lo
llevaron a ser considerado el narcotraficante más famoso de la historia en
pocos años (solo Joaquín “el Chapo” Guzmán le podría disputar ese sitial).
Llegó a ser senador de la
República, presumió su enorme fortuna desde Las Vegas hasta las playas de Río
de Janeiro.
Tuvo un zoológico propio con
especies importadas desde Estados Unidos y África, colección de autos clásicos
y una hacienda bautizada con el nombre de la ciudad en la que nació el padre de
Al Capone: Nápoles.
Hipopótamo de Escobar
Getty Images
Escobar montó un zoológico
propio en su hacienda Nápoles.
Acompañaba su talante
excéntrico con su implacable carácter sanguinario que lo llevó a ofrecer un
puñado de dólares a todo aquel que mate a un policía en Medellín o a estallar
un avión en pleno vuelo.
Falleció cercado por fuerzas
de seguridad en diciembre de 1993, después de declararle la guerra el Estado y,
según más de uno, estar cerca de ganarla.
Bajo su sombra se forjó toda
una generación de “traquetos” ansiosos de ser el nuevo “Patrón” con el
derroche, excesos y asesinatos como banderas. Ninguno lo logró (o al menos
ninguno de los que llegó a ser descubierto).
Escobar disfrazado de mariachi
Getty Images
Nadie encarnó como Escobar el
arquetipo del traqueto colombiano.
LA TRANSICIÓN
A partir de la extinción de
los poderosos carteles de Medellín y de Cali hubo una readecuación en las
dinámicas del negocio del narco, explica Hernando Zuleta, director del Centro
de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed), de la Universidad de Los Andes de
Bogotá.
Desde ese momento, en la
década del 90, el cultivo de hoja de coca se multiplica en territorio
colombiano y los grupos armados como las guerrillas y los paramilitares entran
en el negocio de lleno.
También es el momento en el
que los carteles mexicanos toman el control del mercado estadounidense de
cocaína y la paulatina aparición en Colombia de un nuevo tipo de
narcotraficante.
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narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero?
“Surgen nuevos actores en la
etapa de distribución de la droga que aprendieron algo: en el pasado la
visibilidad de los grandes carteles fue la que los destruyó“, explica Zuleta a
BBC Mundo.
El experto apunta que estos
nuevos narcos colombianos se caracterizan por su bajo perfil y “porque a
primera vista no son sospechosos”.
“No son individuos que andan
en grandes carros y se pueden mezclar fácilmente entre gente de alta sociedad”,
señala el investigador.
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legalizó (brevemente) las drogas
Zuleta añade que “claramente
son urbanos, con contactos cercanos con la mafia mexicana, pero que pueden
pasar desapercibidos”.
“Son gente formada que, desde
la forma de hablar, dan la señal de ser gente educada. Eso les permite codearse
con cualquiera. No se visten de manera muy vistosa, pueden ser un vecino de
cualquier barrio de clase media alta que maneja un carro normal“.
Por lo que se ha logrado
saber hasta ahora, indica el investigador, por lo general están vinculados a
sofisticadas redes empresariales.
“Pueden pedir un crédito en
el banco y usar ese dinero para financiar un cargamento en conexión con capos
mexicanos. Maquillan esos acuerdos con viajes de negocios a México porque es
verosímil que un colombiano diga que viaja a México para exportar productos”,
indica.
Zuleta concluye que se trata
de “mafiosos que no parecen mafiosos“.
Ingreso a Nápoles
Getty Images
Ahora la Hacienda Nápoles es
un sitio turístico, pero fue un símbolo del poder que tenía Pablo Escobar.
LOS “INVISIBLES”
Los “éxitos” en lucha
antidroga alcanzados en Colombia en la primera década de este siglo, a la par
del empoderamiento de las organizaciones mexicanas que se apropiaron del
mercado estadounidense, llegaron a hacer creer que el narcotráfico finalmente
estaba por ser derrotado en el país sudamericano.
Sin embargo, de acuerdo al
informe “La nueva generación de narcotraficantes colombianos post-FARC: ‘Los
Invisibles'”, escrito por Jeremy McDermott, del centro de investigación de
crimen organizado Insight Crime, este diagnóstico optimista fue apenas un
espejismo.
“Los narcotraficantes
colombianos han aprendido que la violencia es contraproducente para el negocio.
La nueva generación de traficantes ha aprendido que el anonimato es la mejor
protección y que la plata es muchísimo más efectiva que el plomo“, destaca el
estudio.
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la operación secreta antidrogas de Argentina y Rusia que acabó con diplomáticos
rusos en la cárcel
Otro aspecto que resalta el
informe es que esta nueva generación les cedió a los mexicanos el mercado de
Estados Unidos, todavía el mayor consumidor mundial de cocaína, pero no como
una señal de debilidad sino como un hábil movimiento mercantil.
“El tráfico de drogas hacia
el mercado estadounidense no es un buen negocio. Los traficantes tienen un alto
riesgo de ser interceptados y extraditados. (…) Los precios al por mayor
oscilan entre US$20.000 y US$25.000 por kilo. Los colombianos prefieren poner
sus ojos en Europa, donde un kilo de cocaína vale más de US$35.000, en China
(US$50.000) o Australia (US$100.000). Los riesgos allí́ son menores y las
ganancias mayores”.
Plantaciones de coca
Getty Images
El cultivo de hoja de coca se
multiplicó a niveles inauditos desde la década del 90 en Colombia.
Los narcos colombianos que
son parte de la nueva generación, resalta McDermott, “hoy no tocan nunca un
kilo de cocaína y mucho menos una pistola 9 mm chapada en oro“.
“Sus armas son un teléfono
móvil encriptado, una variada cartera de negocios establecidos legalmente y un
íntimo conocimiento de las finanzas mundiales”.
¿QUÉ PUEDE HACER COLOMBIA?
La gran interrogante que
surge es cómo combatir a mafiosos que son expertos en pasar por debajo de todos
los radares.
Para Zuleta, las labores de
inteligencia se han vuelto más importantes que nunca.
“El hecho de que sepamos que
esto está sucediendo es porque ya se atrapó a algunos. Eso se logra con
inteligencia y colaboración internacional. Las fuerzas de inteligencia de
Estados Unidos, Colombia y México tienen que actuar juntas”, señala.
No es la primera vez que el
narcotráfico muta dado que, según varios expertos, es el rubro con mayor
capacidad de adaptación e iniciativa en el mundo.
“Ahora no hay nadie que puede
estar libre de sospecha y hacer labores de inteligencia será más costoso”,
indica Zuleta.
Para el experto, queda una
vez más en evidencia que la lucha contra las drogas como se ha planteado sigue
lejos de ser efectiva.
Y lo más probable, según él,
es que cuando se logre encontrar a los “invisibles”, aparezca otro modelo de
“traqueto”. Otra generación.
(ANIMAL POLITICO/BBC MUNDO/ ABRIL 21 2018 08:00)