Agueda Barojas Ontiveros
La que terminó fue una semana de muchas emociones y la que empieza será igual o peor.
Hubo desde coincidencias hasta diferencias, pero nadie se salvó del escándalo, ni panistas, ni priistas.
Ni funcionarios ni ex funcionarios. Desde lo social hasta lo
policiaco estuvo plagado de escándalos, así que vayamos por partes en
este recorrido semanal en donde quedó claro algo: todos son iguales.
Después de mucho cantarla, por fin el fiscal de hierro cumplió el
sueño anhelado por muchos: inhabilitó a César Lizárraga Hernández. Ya se
lo echó, pues. Le traía ganas desde hace mucho.
La inhabilitación como ya lo saben es por el caso del asfalto perdido, que no estaba perdido pero nadie lo ha visto.
Las 205.1 toneladas de asfalto donadas por PEMEX al Ayuntamiento de
Guaymas, están bajo resguardo de la empresa OPOSON. Por lo menos en
papel.
Así lo dejó claro la administración panista durante la
entrega-recepción y así lo afirmó el representante de la empresa cuando
compareció en Contraloría y hace día cuando envió a los medios una carta
explicando la situación.
Esto que para los afectados pudiera representar una victoria, puede que no lo sea así.
Si bien es cierto, Héctor Hernández García omitió esta información
durante la conferencia de prensa a fin de que el golpe fuera mortal,
también lo es que lo más importante jurídicamente hablando es que se
demuestre que el asfalto está bajo resguardo que la empresa dice
tenerlo.
Pero no solo eso, aun cuando el asfalto físicamente si se encuentre
donde dicen que está, administrativamente hablando hay responsabilidad.
Y es que no puede ser que por no tener dinero, dejes con un particular 205.1 toneladas. No creo que la normatividad lo permita.
No puede ser que no hayan tenido capacidad para aplicar por completo las 400 toneladas de asfalto donadas.
Queda claro que Héctor Hernández está actuando con la viscera, el
Contralor no puede negar su personalidad vengativa, se le nota. Como
dijo Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta.
Al Contralor se le nota lo visceral y eso no ayuda al proceso.
Héctor Hernández es maquiavélico, mentiroso y su pasado no le ayuda a
que tenga una buena imagen, la imagen que requiere un fiscal para que
imparta un proceso serio y justo.
Para desgracia del ex alcalde César Lizárraga Hernández, las
debilidades de su juzgador no lo fortalecen. Ambos se ganaron la mala
fama a pulso.
Ninguno de los dos goza de buena fama, la diferencia es que ahora
Héctor Hernández está del otro lado y el ex alcalde es un simple
mortal.
César Lizárraga dice estar muy tranquilo y asegura que ganará el caso
en el Tribunal Contencioso Administrativo. Solo el tiempo lo dirá.
Las posibilidades de ganarlo o perderlo son las mismas. Dicen que el
asfalto donado lo resguardó OPOSON, ahora habrá que demostrarlo y aun
así dudo que se salven de alguna responsabilidad administrativa. Quién
sabe si de la penal.
Fue una irresponsabilidad no haber administrado correctamente esa
donación, pero que tampoco se azote PEMEX. Del otro saqueo también
debería ocuparse.
¿Guaymas seguro?
La semana que terminó dejó dos
grandes escándalos en Seguridad Pública. El primero tuvo que ver con la
presunta violación de una menor de 6 años de edad.
La noticia difundida por la dirección de Seguridad Pública sobre la
detención de tres menores y su madre por haber participado en la
violación de la menor, causó indignación no solamente entre los
guaymenses, también entre los altos mandos de la Procuraduría General de
Estado (PGJE)
Mientras el jefe policiaco Francisco Vidaurrazaga aseguraba que si
había violación, la vocera de la PGJE, Tatiana Gómez Unger, decía que
no.
Fue tan reprobable la forma en la que Seguridad Pública difundió los hechos, que la vocera estaba que no la calentaba ni el sol.
Y es que en el boletín oficial de Seguridad Pública se daban detalles grotescos que no había necesidad de manejarlos.
El caso sigue siendo extraño, lo que queda claro es que alguien mintió.
Ahhh pero más tardaron ellos en pelearse por este hecho que en
contentarse de nuevo, porque esta diferencia se les olvidó el sábado
cuando los policías municipales mataron a un vecino de la colonia San
Vicente.
Y es que en esta acción participó también la Policía Estatal
Investigadora (PEI) si hubiese sido solo la municipal, quizá otra fuera
la historia.
Curiosamente en este homicidio también hay dos versiones
completamente distintas. La familia del occiso cuenta una historia
distinta a la que contó la Procuraduría.
Acusan abuso de autoridad al entrar a la vivienda sin orden de cateo.
El fallecido era un pájaro de cuentas, sí, pero el 16 de abril pasado
la policía municipal lo tuvo en sus manos por el robo de un vehículo y
según la versión que manejaron en el boletín de prensa de ese día, “El
Pemo”, estaba en Cereso.
Un mes y dos días después lo matan. Pues qué no estaba en el Cereso?
¿Por qué estaba libre? ¿Quién no hizo su trabajo bien? ¿La Municipal o
la PGJE?
Tardaron seis horas en enviar el boletín de prensa donde explicaron
qué había sucedido. En este caso, a diferencia del de la niña violada o
presuntamente violada, no se pusieron de acuerdo.
¿A quién le cree usted?
Gobierno usurero
Vaya que hay inconformidad contra
este gobierno. Los comerciantes de Guaymas los llaman usureros y
utilizan las redes sociales para descargar su rabia por el cobro por
anuncio publicitario, un impuesto que nunca se había cobrado en Guaymas,
un impuesto nuevo, pues.
¿Pues qué no este gobierno está en contra de los impuestos? ¿Qué no
se amparó el alcalde para no pagar el COMUN? ¿Qué no está de lado de los
que menos tienen Otto Claussen?
¿Acaso no sabe Otto Claussen la situación económica de los comerciantes de Guaymas?
¿Qué no ha sido él quien ha dicho una y otra vez que las familias
sonorenses ya no aguantan tantos cobros, tanta carga tributaria?
Según el director de Control Urbano este cobro, para no llamarle por
su nombre, o sea, impuesto, porque ya tiene paternidad y es de los
panistas, ya estaba contemplado en la Ley de Ingresos, aunque no aclaró
si en la del 2013.
El funcionario aseguró que nunca se había cobrado por lo tanto el
gobierno priista que se espanta de los impuestos estatales ya enseñó el
cobre.
Los comerciantes ya no ven lo duro sino lo tupido. Estamos en la
época del piojillo, entre los gasolinazos, el COMU, el predial y el
impuesto por metro cuadrado de anuncio publicitario o barda pintada, los
quieren sepultar.
Definitivamente este gobierno también salió más cobrón que bonito.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Agueda Barojas Ontiveros/ Domingo, 19 de Mayo de 2013 21:20)