Policías de todos los niveles, apoyados por el ejército, baten la
zona norte en busca de las células que atacaron a Jesús Carrasco, aunque
el jefe policiaco se haya abierto oto frente ante la corporación de
Guasave.
Luis Fernando Nájera
Batamote, Guasave.- En cuanto el cielo pardea, la gente sella sus
casas, aunque saben que ninguna barrera detendrá al sicariato del cártel
de Guasave ni a la policía que los caza. Aquí hay una guerra donde la
población civil quedó atrapada en el fuego cruzado, sin plan
gubernamental que la socorra.
Por eso la gente enmudeció.
En esa cacería de la autoridad estatal, los habitantes de las
sindicaturas de Juan José Ríos hasta Batamote, como las policías
preventivas y representantes municipales son sospechosos de ser parte de
La Mochomera y de servir al jefe del cártel de Guasave, Fausto Isidro Meza Flores el Chapo Isidro,
y a sus lugartenientes, los hermanos Ignacio y Jesús González, dicen
ministeriales, que participan en estas operaciones y traen las espaldas
pegadas a los muros.
“Nombre bato, ¿de quién confías aquí?”, justifican.
Según informes de los operativos de la Policía Ministerial del Estado
y de las Bases de Operaciones Mixtas Urbanas (BOMU), estos territorios
son el origen del cártel de Guasave y por ello, meses atrás, eran
impenetrable para el Gobierno. Pero desde la semana pasada prácticamente
han sido sitiados por las fuerzas del orden, convirtiendo al “corazón
agrícola de Sinaloa” en una nueva zona de miedo.
Y para ese rescate de la plaza a punta de armas, del allanamiento
bárbaro, de quema de fincas en Las Parritas y en el ejido Batamote, de
obtener información a base de tortura y amenaza, de ejecuciones sumarias
si se niegan a delatar a cómplices reales e imaginarios, existe una
justificación, un agravio: el atentado a la vida del jefe interino de la
Policía Municipal, Jesús Carrasco Ruiz, el 9 de mayo, frente al poblado
Adolfo Ruiz Cortines, del que salió ileso.
Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, director de la Policía Ministerial del
Estado, y quien encabezó la toma de tres sindicaturas de Guasave,
ofreció atrapar a los responsables del ataque en “unas horas”, pero ha
pasado una semana de ello y a nadie ha presentado, excepto vendedores de
drogas al menudeo, algunos tipos armados. Pero nada más.
Para él, la autoría del atentado en contra de su subordinado y protegido está definida, pero se negó a revelarla.
Sin embargo, el viernes arribaron a Los Mochis cientos de policías
federales con una consigna: dar y acabar con alguien que se hace llamar Dos Letras.
Mientras, el autor del ataque reaparece en las redes y advierte que
seguirá su ataque a Carrasco Ruiz, y el del 9 de mayo fue el primero,
como prueba de que su amenaza es seria.
“Te escapaste por piernas, porque había policías”, escribió en su
nueva cuenta de Facebook un día después de la balacera, pues la
anterior, Mochomera Mochis, el Gobierno la hackeó, según denuncia.
Prometió que habría ataques hasta acabar con Carrasco Ruiz y aseguró que del segundo atentado no saldría con vida.
En su nuevo comentario, el Dos Letras reitera que Carrasco
Ruiz es su objetivo porque cobra piso y vende plaza. El trabajo de ellos
es atrapar sicarios o vendedores de droga y a todo aquel que falte al
Bando de Policía y Gobierno, y el de nosotros es no dejarnos, pero
aparte de ese jale también vende plaza y cobra piso, dice, por eso se lo
va a llevar la …erga (sic).
Tras el atentado y los señalamientos ofensivos de Carrasco Ruiz a la
Policía Preventiva de Guasave, la Policía Ministerial del Estado atrapó a
cuatro de los elementos preventivos, imputándoles posesión de drogas y
armas.
Filemón Rodríguez Gaxiola, coordinador de turno; José Miguel Leyva
Camacho, Ramón Antonio Terrazas López y Emiliano López Saracho, pagaron
una fianza de 40 mil pesos cada uno para defenderse en libertad de los
cargos de narcomenudeo.
Tras estos hechos registrados dos días después de la emboscada, los
policías de Guasave fijaron su postura: enfrentarían a balazos a
Carrasco Ruiz y a sus agentes, si pretenden detenerlos, y cuando circule
por Guasave no tendría apoyo de nadie, porque la cabeza de este es la
que tiene precio y no la de ellos.
“Nosotros no robamos, no vendemos plaza, no asesinamos, no quemamos
casas, no asaltamos, no cargamos con drogas y armas para fabricar
culpables, como tú lo haces, Carrasco”, señalaron.
Miguel España, el jefe de Policía en Guasave y militar en retiro,
trató de calmar los ánimos de sus subordinados, pero no lo consiguió
pues la rabia contra el jefe de Policía de Ahome se contagió entre las
filas.
El alcalde interino, Miguel Ángel Robles Santillanes, reconoció que
la Policía de Guasave mantiene rencor contra Carrasco Ruiz, su escolta y
agentes subordinados, “pero no considero que el nivel de confrontación
sea una bomba de tiempo”.
En Ahome, el alcalde Zenén Aarón Xóchihua Enciso reconoció las
fricciones entre sus policías y las de Guasave a raíz de las incursiones
de su jefe de agentes, Jesús Carrasco Ruiz, y anunció que se trabaja
para limar esas asperezas y malos entendidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario