La
Paz (California).- En un fallo que no se esperaba, el juez Eduardo Velasco
Treviño determinó que no se vinculara a proceso penal al individuo señalado
como jefe de plaza de Los Cabos y generador de violencia en Baja California Sur
de nombre Abraham Cervantes (a) “El Babay”.
Esto
ocurrió cerca de las diez de la noche de hoy, luego de una larga audiencia con
un receso de hora y media que inició al mediodía de este lunes, justo una
semana después de la detención del acusado. Su vinculación a proceso únicamente
fue por delitos no graves.
Se
señalaron deficiencias y contradicciones en su captura, además de que la droga
decomisada no fue cuantificada correctamente.
Se
le dio el beneficio de la libertad bajo fianza, misma que se hará efectiva
cuando se haga un pago de 50 mil pesos, para después presentarse a firmar cada
15 días, dado a que se seguirá el proceso por la portación de armas de fuego de
uso exclusivo del ejército, además de que se abre la investigación por recursos
de procedencia ilícita, ya que le encontraron poco más de 19 millones de pesos
en efectivo.
Elementos
de la Armada de México no daban crédito a lo que ocurrió esta noche en los
juzgados federales.
Las
contradicciones fueron básicamente que no hubo coincidencias en los tiempos de
la detención, ya que el gobierno mencionó oficialmente que fue detenido cuando
conducía un vehículo de color blanco, pero testigos señalaron que la detención
se hizo en su domicilio del exclusivo fraccionamiento Pedregal de Cabo San
Lucas entre una y media y dos de la madrugada del lunes anterior.
La
defensa del BABAY fue rebatiendo uno a uno los argumentos que presentó en
contra de Abraham Cervantes la PGR, hasta que finalmente el juez llegó a la
conclusión de que no había elementos suficientes para su vinculación a proceso.
NO HA SIDO LIBERADO AÚN
De
última hora se da aviso que elementos de la Armada de México que trasladaron al
acusado a los juzgados federales, se lo llevaron de nueva cuenta luego de que
le fue leído un documento por parte de un funcionario no identificado en la
zona de estacionamiento. Se desconoce el rumbo que tomó el convoy, aunque se
menciona que puede ser que se le haya dictado otra orden de aprehensión de
parte de SEIDO.
Hace
unos tres años, el cártel más peligroso de los últimos tiempos tenía un campo
de tiro 'secreto' en San Buenaventura, en el corazón mismo del Estado. Aunque
el estruendo de las balaceras era escuchado por los vecinos, la policía no
actuaba. Hasta que una tarde, los marinos reventaron el cuartel del grupo
criminal
Orificios
que no sangran ¿Será cierto eso de que en este lugar puede haber enterrados
restos humanos como en Patrocinio, como en Santa Elena, como en Gurza, como en
Estación Claudio?
CAMPO DE TIRO 'SECRETO'
LA POLICÍA NO DABA COLOR
En San Buena no entendían cómo si todos sabían de la
existencia de “La escuela”, por el estallido de los plomazos, la policía no
actuaba.
LA REGLA DE 'SANBUENA'
“No te metas con nadie, no le digas a nadie nada, porque
no sabes con quién estás hablando”.
'SORDEADO'
Los sambonenses dicen 'sordeado' para entender lo
oculto, lo oscuro, lo que, como este campo de tiro, no sale en los periódicos.
A
las afueras de San Buenaventura, Coahuila, hay un predio solitario con bardas de block,
rafagueadas todas con ametralladora, al que la gente de acá ha bautizado con el
nombre de “La escuela”.
Algunos
dicen que porque todavía hace unos tres
años, este sitio era usado por los Zetas, el cártel más peligroso y sanguinario
de los últimos tiempos, para practicar el tiro al blanco.
Pero
otros, los menos optimistas, creen que éste era un lugar de ajusticiamientos y
que por eso, especulan, ha de haber enterrados aquí muchos cadáveres de
personas que fueron levantadas, secuestradas, asesinadas y después
desaparecidas de la faz de la tierra, en los días en los que la delincuencia
anduvo recio por estos lares.
Era
la época en la que en San Buena los malandros hacían lo que querían, sin que
nadie les dijera nada.
Desde
entonces la gente del pueblo evita pasar por este lugar, nadie va para allá.
Ninguno
se atreve a arrimarse ni asomar la nariz por equivocación.
El
miedo aún se palpa, se huele en las calles de San Buena y sus alrededores, como
si fuera un personaje urbano más, como si fuera parte del mobiliario citadino.
La
gente del pueblo habla poco cuando le pregunto por este campo de tiro
clandestino de los Zetas, con apariencia de corral o establo de vacas lecharas.
Dice
no saber nada o que “que pa qué chingaos, oiga” o “está cabrón, amigo”.
Porque
en San Buena, dicen los que saben, todavía quedan algunos zetas, “pero se
manejan muy sordeado”, “es más sordeada la cosa”, “sus movimientos son más
sordeados”.
“Sordeado”,
dicen los sambonenses, como para dar a entender lo oculto, lo secreto, lo
encubierto, lo oscuro.
Con
todo y que los registros de la policía municipal hablan de puros rateros o
delincuentes de baja estofa, que todos los días hacen de las suyas en San Buena
y puntos circunvecinos.
Desconfianza
A pesar de que los habitantes se enteraban de lo que sucedía en el pueblo,
preferían no comentarlo.
Tenías temor de salir a los ranchos a visitar
un familiar porque te paraban, te quitaban la troca, el dinero, te podían
quitar la señora, el hijo. Decías tú: ‘mejor no salgo’”.
JOSÉ
INÉS ROMO TORRES, REGIDOR DE SEGURIDAD PÚBLICA.
“Yo
no vi. Se oía. La gente te cuenta por ahí, ‘está una balacera para allá,
bruta’, que era donde decían que (los Zetas) se ponían a practicar”, dice José
Inés Romo Torres, regidor de la Comisión de Seguridad Pública de San
Buenaventura y uno de los pocos en el pueblo que ha aceptado platicar conmigo.
Aquí
la gente de todo se entera, pero no habla.
Se
entera uno y ese uno le dice a otro y ese a otro y ese a otro y ese a otro y
así.
Pero
en San Buena son desconfiados, desconfían de los forasteros que se acercan a
preguntarles cualquier cosa.
Así
son las reglas, el protocolo de seguridad en San Buenaventura: “no te metas con
nadie, no le digas a nadie nada, porque no sabes con quién estás hablando”.
“No
vayan a ser ustedes de esos y entonces sí…”, me dijo don Gilberto Sandoval, un
ejidatario de Santa Gertrudis, municipio de San Buena, la tarde que fui a
buscarlo a su casa para que me contara sobe los estragos que hicieron los Zetas
en aquella región.
Sólo
hasta que le enseñé mi carné del periódico se quedó tranquilo.
Antes
de ir a San Buena, y durante los días que estuve allá, le pedí a varios de mis
contactos que nos llevaran a conocer “La escuela”, pero nadie quiso.
“El otro día andábamos allá, cortando
leña, y me dicen ‘vámonos, porque aquí hay chingos de casquillos tirados’.
Donde quiera te hallas casquillos”,
me contará Inés Romo, el regidor de la Comisión de Seguridad, una mañana que lo
entrevisto en su oficina del Ayuntamiento.
El
horror. Algunos habitantes de San Buena creen que este sitio era usado por los
Zetas para practicar el tiro al blanco. Otros, que ahí ajusticiaban y
enterraban cadáveres.
Cuando
entendí que teníamos que ir a “La escuela” solos, el fotógrafo y yo, sentí
temor y un hormigueo incesante corriéndome por todo el cuerpo. Eran mis
nervios.
“Todavía
andan allá”, me había dicho, refiriéndose a los Zetas, uno de nuestros
informantes, cuando le rogué que hiciera de guía, que nos acompañara, y se
negó.
El
mapa de la ruta de “La escuela”, es un desbarajuste.
Para
llegar allá hay que primero salir de día, y en coche, de San Buenaventura al
norte por la calle de Juárez, desde el centro.
Tomar
la salida al pueblo de Hermanas, municipio de Escobedo.
Doblar
a la izquierda, a la altura de la calle José María Pino Suarez y la gasolinera.
Internarse
en una brecha de terracería hasta cruzar el camino que conecta la salida a
Hermanas con la carretera a San Blas.
Pasar
un anuncio grande de obras de drenaje del Gobierno estatal.
Y
seguirse de largo por la trocha, bordeada de ranchos y de breña, hasta topar
con un predio bardeado de block, en medio de la nada.
Ahí
es “La escuela”.
Hace
ya algunos meses que alguien, voy a decir que “alguien” para evitar irme de la
lengua, me contó sobre este sitio perdido en el desierto y a mí me entró la
curiosidad de conocerlo, saber si existía, dónde estaba.
Y
ahora que estoy aquí, todo lo que quiero es salir corriendo, temeroso de
encontrarme con algo o alguien indeseable: un zeta bien amorterado, una
osamenta, qué sé yo.
La
respuesta. “Los policías estaban con los malos. Aparte de recibir su sueldo,
ellos les daban un salario”, me dijo una habitante de San Buena.
Acá,
el sol calcinando hasta los huesos, todo es silencio, sólo se escucha, de vez
en vez, el canto de las chicharras del mediodía y el ruido metálico, como de
muchas máquinas, que hace el molino de piedra situado en las faldas de un cerro
pelón y parduzco.
Me
quedo un rato contemplando “La escuela” que es este predio con bardas de block
agujereadas, acribilladas con fusiles de asalto, según parece; disparadas, dice
la gente de San Buena que, por los Zetas.
“La
escuela” es un cuadrado de aproximadamente 32 metros por 32 metros, con varios
huecos o entradas a lo largo de su perímetro y dos zanjas a sus costados, que
miden seis metros de ancho, aproximadamente, y unos tres de profundidad.
A
mí no me consta, pero en San Buena circula, de boca en boca, el rumor de que
los Zetas contrataron a un lugareño, dueño de maquinaria pesada, para que
hiciera estas fosas.
No
encontré en el pueblo quién confirmara o refutara esta versión, la gente no
suelta sopa: “no te metas con nadie, no le digas a nadie nada, porque no sabes
con quién estás hablando”.
Afuera
de las zanjas se ven todavía los cerros y cerros de tierra que una mano de
chango sacó del subsuelo.
Recorremos
por fuera la construcción, rodeada de matorrales, de silencio, de nada.
Ni
un cristiano se ve por aquí ni un animal de campo siquiera, sólo dos gusanos
negros, de esos que llaman milpiés, uno enroscado en la tierra, el otro
reptando por el muro de “La escuela”.
Miro
los milpiés y me dan ñáñaras.
Recuerdo
que cuando entramos en la brecha de 3.6 kilómetros que separara a San Buena de
este campo de tiro subrepticio, tampoco vimos a nadie. Ningún mueble, ningún
burro, ninguna liebre, ningún coyote, ningún correcaminos, ningún perro. Esa
fauna que suele encontrarse uno por el monte. Nadie.
A
“La escuela” nadie viene, nadie se atreve a arrimarse ni asomar la nariz por
equivocación.
Pintado
sobre el muro de block hay un tag ilegible y más allá la cara de un simio
trazada con saña.
Temor.
“Veía uno que andaban las gentes esas por la plaza y pensaba ‘que Dios te
bendiga y a mí que no me olvide’”, me dijo un bolero.
A
lo largo de la barda, boquetes y más boquetes de bala, abiertos con armas de
alto poder.
Si
eso hicieron las balas sobre el block, que no harán en un cuerpo humano,
reflexiono y siento escalofríos.
Un
taxista de San Buena me contó que en los días de la llamada guerra contra el
narco, a los Zetas les gustaba pasearse por el pueblo en sus trocas último
modelo, enseñando sus armas de grueso calibre sin que nadie les dijera nada.
En
uno de los lados externos de la
construcción, justo entre la zanja y la pared de block, hay un aljibe
subterráneo, rectangular y de varios metros de profundidad.
Me pregunto: ¿quién carajos mandaría, y
para qué, levantar este corralón con aspecto de granja o establo de vacas?
En
San Buena nadie lo sabe, pero dicen que es inverosímil que lo haya construido
la mafia.
Sólo
me cuentan que durante la época de la peor violencia en el pueblo, los Zetas se
dedicaron a despojar de sus propiedades a medio mundo.
“Tenías
temor de salir a los ranchos a visitar un familiar porque te paraban, te
quitaban la troca, el dinero, te podían quitar la señora, el hijo. Decías tú:
‘mejor no salgo’, la gente estaba muy temerosa”, me dijo José Inés Romo Torres,
el regidor de Seguridad Pública.
Entonces
los Zetas eran los amos y señores de las calles de San Buena que iban hechos la
fregada en sus muebles del año sin placas, atravesándose al paso de quien fuera
sin que nadie les dijera nada.
“Les
valía, no podías decirles tú ‘eh, fíjate’, porque a lo mejor te balaceaban.
Entonces tenías que aguantar si te rebasaban o te decían ‘quítate a la
chingada, quítate’, no podías decirles ‘¿qué, güey?, ¿qué traes?’, o ‘bájate’,
te tronaban. No salías a pistiar en la noche ni nada, porque era un pedo aquí”,
me contó el regidor.
Pero
eso no salió en los periódicos.
Rumores.
Se dice que los Zetas contrataron a un lugareño para que hiciera esas fosas. No
se pudo encontrar aun sambonense que pudiera confirmar o refutar esta versión.
“Ya
decían ‘mataron a julano’ o ‘hubo una balacera en tal parte’, y así. Los miraba
uno con las… (armas) que las traiban en la mano, iban caminando con ellas”.
Gilberto
Sandoval, ejidatario de Santa Gertrudis.
En
los ejidos de San Buena, como Santa Gertrudis y San Blas, los campesinos
cuentan historias tremebundas sobre muertos, desaparecidos, despojados y
desplazados por los Zetas.
“Ya
decían ‘mataron a julano’ o ‘hubo una
balacera en tal parte’, y así. Los miraba uno con las… (armas) que las traiban en la mano, iban
caminando con ellas”, narra don Gilberto Sandoval, ejidatario de Santa
Gertrudis, una tarde que sudamos a chorros bajo el portal de su casa.
La
mayoría en Santa Gertrudis es gente que vive y trabaja en Estados Unidos (lo
noté en el estilo americano de las casas, el día que pasé por esta
congregación), pero seguido viene a visitar el pueblo.
Con
esto de la violencia, los paisanos se han ido retirando y ya regresan poco,
porque han agarrado miedo.
De
vuelta en “La escuela”, maleza crecida, polvo y regados o enterrados entre el
polvo, cartuchos percutidos calibre .223, que, después sabré por un amigo
reportero veterano de la policiaca, son como los que escupen los rifles AR–15 o
las metralletas Uzi.
Un
vecino de San Buena, dueño de un rancho cercano a “La escuela”, me platicó del
miedo que pasaba todas las tardes, cuando escuchaba el estruendo de las
balaceras proveniente del campo de tiro de los Zetas.
Una
verdadera “Fiesta de las balas”, como el capítulo del libro de “El águila y la
serpiente”, de Martín Luis Guzmán.
“A
estas horas estaba el tiroteo cabrón de ametralladoras: pa-pa-pa. Yo no me
arrimaba allá, ¿a qué chingaos te arrimas? Por andar de mirón, cabrón…”, me
dijo el hombre un día que lo entrevisté en su solar, rumbo al ocaso.
Pero
eso no salió en los periódicos.
Tiroteos.
Los vecinos del rancho platican que todas las tardes se escuchaba el estruendo
de las balaceras.
En
San Buena no entendían cómo si todos sabían de la existencia de “La escuela”,
de este campo de tiro “secreto”, por el estallido de los plomazos, la policía
no daba color.
La
respuesta llegó un día en que, ante la vista del pueblo, un convoy de soldados
irrumpió en la alcaldía para llevarse a un grupo de municipales.
“Los
policías estaban con los malos. Aparte de recibir su sueldo, ellos les daban un
salario”, me dijo una habitante de San Buena que prefirió no revelar su
identidad.
Camino
con sigilo escudriñando el predio.
De
pronto me sale al paso un saltamontes, otro y otro, chingos de saltamontes.
Los
restos de una camisa descolorida aquí, un tenis Converse blanco allá, el par
más allá.
Los
Converse no parecen tan viejos.
Alrededor,
paredes heridas por las balas, orificios que no sangran.
¿Será
cierto eso de que en este lugar puede haber enterrados restos humanos como en
Patrocinio, como en Santa Elena, como en Gurza, como en Estación Claudio?, ¿o
acaso es pura leyenda urbana, chismes, habladurías de la gente?, ¿quién puede
saberlo?
En
San Buena hubo matazón.
“Se
oía decir que los malandros iban a tirar los cuerpos de sus víctimas en las
brechas que llevan a las rancherías cercanas al pueblo, pero…”
Heridas.
Alrededor del predio, paredes agujereadas por las balas de fusiles de asalto.
Me
confío otra tarde sentada en una mecedora del porche de su casa, una joven
señora que vive por las calles de Hidalgo y Viesca, en el centro, el sitio
donde los Zetas se apoderaron de tres mansiones, casi una manzana, y
establecieron ahí su cuartel con circuito cerrado de televisión y sistema para
espiar llamadas.
Los
Zetas tenían su guarida en pleno centro de San Buena, muy cerca de un parque y
una escuela, y nadie les decía nada.
—¿Cuántos eran?
—Muchísimos,
pero por lo regular siempre llegaban en la noche, en camionetas ¿El barrio?,
todo asustado, porque ahí estaban, entraban y salían y se oían los gritos de
las personas donde las torturaban. Mucha gente se fue de aquí.
La
gente del pueblo susurra anécdotas que hablan de asesinatos cometidos con saña
por los Zetas, en contra de sambonenses de apellidos sonoros o de personas que
se metieron a la “maña”, vino el Ejército y se las llevó.
Pero
eso no salió en los periódicos.
Guarida.
Los Zetas tenían su cuartel en pleno centro de San Buenaventura, muy cerca de
un parque y una escuela, y nadie les decía nada.
Hasta
que un mediodía llegó una expedición de marinos a reventar el cuartel de los
Zetas, que una noche antes habían escapado después que alguien les diera el
pitazo.
Eran
los años en los que la delincuencia anduvo desatada en San Buenaventura y las
palabras “levantón”, “malandro”, “balacera”, “arma”, “halcón” se hicieron parte
del vocabulario cotidiano de los lugareños, aun de las zonas rurales.
“Aquí
tenían un halcón, aquí venían y lo dejaban y lo relevaban. Un halconcillo que
estaba al pendiente de día y de noche”, me platicó un aldeano del ejido Santa
Gertrudis, municipio de San Buena, al que una tarde bochornosa encontré en su solar
partiendo elotes con las manos.
Los
sambonenses recuerdan que siempre veían en la plaza principal a varios
halcones, niños de entre 15 y 16 años, vigilando, escuchando y alertando a sus
patrones sobre el paso de caravanas militares por el pueblo.
“Yo no vi. Se oía. La gente te cuenta por ahí,
‘está una balacera para allá, bruta’, que era donde decían que (los Zetas) se
ponían a practicar”.
José
Inés Romo Torres, Regidor de Seguridad Pública.
La
flora de 'la escuela' Maleza crecida, polvo y cartuchos percutidos calibre
.223, como los que escupen los rifles AR-15 o las metralletas Uzi.
Los
miraban con sus radios afuera del Oxxo o en las esquinas y nadie decía nada.
“No
te metas con nadie, no le digas a nadie nada, porque no sabes con quién estás
hablando”.
La
mañana que me pasé entrevistando a los habitantes de la plaza principal de San
Buena, un bolero anónimo me contó de una memorable balacera, a plena luz, que
hizo que los visitantes que descansaban en las bancas bajo la sombra de los
árboles se tiraran pecho a tierra, más por instinto de conservación que por
estar entrenados para un narcoataque.
En
San Buenaventura, un municipio de 24 mil 410 habitantes, gente hospitalaria,
tranquila, obsequiosa, nunca habían presenciado algo así.
Se
oían los balazos donde quiera y en San Buena no estaban impuestos a eso.
“Estuvo
muy feo en aquellos años. Veía uno que andaban las gentes esas por la plaza y
pensaba ‘que Dios te bendiga y a mí que no me olvide’”, me dijo el bolero.
Al
fondo del predio veo un montículo de tierra, qué sinsentido, pienso, y luego un
cuarto más chico con preparación para baño.
En
eso el fotógrafo me señala a lo lejos, en lo profundo del monte, una casa
abandonada con un papalote de esos que se usan para sacar agua de los pozos por
medio de la fuerza del viento.
Pero
el fotógrafo no quiere ir a mirar lo que hay en ese cantón ni yo tampoco.
Silencio.
Hace tres años, los sambonenses no salían a asomarse ni por error.
Se
me figura que alguien aparece de repente y nos echa en corrida.
De
regreso por la brecha de polvo blanco como talco y arbustos a las orillas,
pasamos por varias casas estilo campestre, con cercas de malla ciclónica,
árboles, palapas.
Paramos
en algunos de estos ranchos.
La
mujer, piel tatemada por el sol, que está tomando el fresco en el quicio de su
puerta, dirá que no sabe nada cuando le pregunto por el predio de bardas
baleadas que dejamos atrás.
El
hombre sin camisa que me invita a pasar a su casa para sacudirme los 40 grados
de calor a la sombra de su huizache dirá que alguien, no recuerda quién, le
contó que en aquel monte se armaban las balaceras en grande, pero él no sabe,
no estaba aquí, llegó hace poco.
Y
el señor de playera de tirantes y gorra que se acerca cauteloso cuando lo llamo
desde la puerta de su finca dirá que “no, mi amigo”, que no sabría qué decirme
sobre el campo de tiro clandestino de los Zetas.
A
mí se me viene a la cabeza la regla favorita de los sambonenses:
“No
te metas con nadie, no le digas a nadie nada, porque no sabes con quién estás
hablando”.
Un
empleado actual y dos personas que trabajaron para la firma hablaron con The
Associated Press y dijeron que a veces los hacían trabajar hasta después de la
medianoche, les fijaban pesadas cuotas de producción y eran maltratados
verbalmente en la Ganzhou Huajian International Shoe City Co. Era común que
recibieran golpes, pero el incidente con el zapato el año pasado –que los tres
trabajadores dijeron haber atestiguado– fue algo que resaltó.
Este
miércoles, las autoridades chinas han concedido la libertad bajo fianza a los
tres activistas detenidos a principios de este mes acusados de espionaje tras
investigar las condiciones laborales de la fábrica, informó hoy la ONG China
Labor Watch (CLW).
Erika Kinetz
GANZHOU,
China, 28 de junio (AP) — Un trabajador sangrando de la cabeza marcó uno de los
peores momentos para una fábrica del sudeste de China que produjo zapatos para
la marca Ivanka Trump, entre otras. Un capataz lo había golpeado con la punta
de un tacón.
Un
empleado actual y dos personas que trabajaron para la firma hablaron con The
Associated Press y dijeron que a veces los hacían trabajar hasta después de la
medianoche, les fijaban pesadas cuotas de producción y eran maltratados
verbalmente en la Ganzhou Huajian International Shoe City Co. Era común que
recibieran golpes, pero el incidente con el zapato el año pasado –que los tres
trabajadores dijeron haber atestiguado– fue algo que resaltó.
“Sangraba
justo por el centro de la cabeza”, dijo el empleado que sigue trabajando en la
firma. “Salía mucha sangre. Pasó a mi lado para ir a la enfermería de la
fábrica”, agregó un ex empleado, quien dijo que se fue de la empresa porque
debían trabajar muchas horas y la paga no era buena.
Los
tres trabajadores son las primeras personas con conocimiento directo de las
condiciones en la fábrica de Ganzhou que hablan con la prensa. Los tres
hablaron a condición de no ser identificados por temor a represalias o a ser
detenidos.
El
mes pasado, tres individuos que investigaban las condiciones de trabajo en la
fábrica del Grupo Huajian en Ganzhou fueron detenidos y acusados de usar
ilegalmente aparatos de grabación para robar secretos comerciales. Ellos, al
igual que uno de los tres individuos que hablaron con la AP, trabajaban para
una organización sin fines de lucro de Nueva York llamada China Labor Watch,
que ha estado investigando por más de un año las fábricas que producen zapatos
para Ivanka Trump.
Las
autoridades chinas han concedido la libertad bajo fianza a los tres activistas
detenidos, informó hoy la ONG China Labor Watch (CLW).
Las
familias de los detenidos recibieron ayer una notificación de la policía en la
que se les informaba de la posibilidad de pagar una fianza para liberar a los
activistas a la espera de que se celebre el juicio, cuya fecha está aún por
determinar, según señaló este miércoles CLW en un comunicado.
La
organización, con sede en Nueva York, expresó su esperanza de que los
activistas reciban un “juicio justo” y apuntó que en opinión de los abogados
“las acciones que llevaron a cabo no se consideran crímenes”.
Los
activistas Su Heng, Hua Haifeng y Li Zhao trabajaban en una fábrica de Dongguan
(en la sureña provincia de Cantón) que suministraba calzado para la marca Ivanka
Trump y otras conocidas marcas internacionales.
Li
Qiang, director de China Labor Watch. Foto: AP.
El
fundador de China Labor Watch, Li Quiand, describe la fábrica de Huajian en
Ganzhou como una de las peores que ha visto en las dos décadas que lleva
denunciando las condiciones de trabajo en China. Su organización afirma que la
paga llega a ser de apenas un dólar la hora, lo que viola las leyes laborales
de China. Según China Labor Watch, hasta hace poco los trabajadores podían
recibir solo dos días francos por mes, o menos.
China
Labor Watch asegura que la empresa obligaba a sus trabajadores a firmar recibos
de pago falsos, con salarios inflados, y que amenazaba con despedir a los
empleados que no respondieran de determinada manera cuestionarios sobre las
condiciones de trabajo. Los empleados dicen asimismo que los presionaban para
que no hablaran con nadie de afuera sobre las condiciones de la fábrica.
En
comentarios para la AP, el Grupo Huajian se negó a responder preguntas
específicas, pero negó las acusaciones en general, las cuales calificó como “no
fieles a los hechos, sacadas de contexto y exageradas”. La compañía dijo que
opera conforme a la ley y que China Labor Watch “inventó los así llamados
‘hechos’ por medios ilegales, como comprar trabajo encubierto, el cual ya ha
afectado seriamente las operaciones normales de la empresa y afectó la
supervivencia y el empleo de decenas de miles de trabajadores”.
La
compañía señaló que hace una significativa contribución a la economía y a la
sociedad, en particular mediante la contratación de personas discapacitadas.
Antes
de asumir una función oficial como asesora de su padre, Ivanka Trump se disoció
del manejo cotidiano de su marca, pero sigue siendo propietaria. No ha hecho
comentarios sobre las detenciones o los reportes acerca de las condiciones de
trabajo en uno de sus proveedores. Su portavoz se negó a hacer comentarios
sobre este despacho.
Abigail
Klem, presidenta de la marca Ivanka Trump, dijo que la “integridad de nuestra
cadena de suministro es una prioridad y tomamos todas las acusaciones con mucha
seriedad”. La compañía dice que ya no hace sus productos en la fábrica desde
marzo, pero China Labor Watch dijo que tenía un programa de producción de abril
que señalaba que casi 1.000 pares de zapatos Ivanka Trump debían entregarse en
mayo.
En
otras ocasiones, algunas marcas han usado los reportes de China Labor Watch
como apoyo para mantener limpia su cadena de suministros. Por ejemplo, Walt
Disney Co. investigó y a la postre decidió romper su relación con al menos un
proveedor después de reportes de malas condiciones, y trató de mejorar las
prácticas laborales de otros.
China
Labor Watch manifestó sus hallazgos en cartas enviadas en junio a Ivanka Trump
y a otras marcas. El grupo dice que no ha recibido respuesta.
La
organización dijo que también envió a Ivanka Trump un video tomado en mayo
dentro de la fábrica. Ese video incluye imágenes de un capataz que amenaza con
golpear a un trabajador que aparentemente había acomodado los zapatos en el
orden incorrecto.
“Si
lo vuelvo a ver todos revueltos…”, grita el capataz “te voy a golpear aquí
mismo”.
El
video no ha sido difundido en público, pero fue mostrado a la AP en la oficina
de China Labor Watch en Nueva York.
Li
Zhao en un paisaje en la provincia de Hubei, en la parte central de China. Li
es uno de tres hombres involucrados en una investigación sobre las condiciones
de trabajo en una fábrica de China que produce zapatos de la marca Ivanka
Trump. Foto: AP.
Marc
Fisher, que ha fabricado zapados para Ivanka Trump y para Easy Spirit en la
fábrica de Ganzhou, ha dicho que revisará las acusaciones.
G-III
Apparel Group, que produce zapatos para Karl Lagerfeld, dijo que no ha recibido
una carta pero que “apoya por completo la supervisión independiente de las
cadenas globales de suministro”.
“Cuando
se nos exponen problemas de seguridad y justicia en el lugar de trabajo, los abordamos
muy seriamente y trabajamos con nuestros socios para resolverlos”, dijo el
portavoz de G-III, Chris Giglio, en un correo electrónico.
El
portavoz de Ann Taylor, Shawn Buchanan, también dijo que la compañía tomas las
acusaciones “muy seriamente” y que “conduce activamente una investigación para
evaluar el cumplimiento de esta instalación con nuestro código de conducta y
con las leyes y normas aplicables”.
La
marca Kendall & Kyle dijo que su fabricante de calzado trabaja con muchas
fábricas y a todas ellas se les exige operar dentro de estrictas normas”.
Otras
marcas identificadas por China Labor Watch como clientes de la fábrica de
Ganzhou son Nine West, Naturalizer y Camuto Group, que produce zapatos para
BCBG Max Azria, Jessica Simpson y Tory Burch. Ninguna respondió solicitudes de
comentarios.
El
empleado de la fábrica de Huajian que habló con la AP dijo que las condiciones
habían cambiado mucho tras la publicidad que tuvieron los arrestos de los tres
individuos que trabajaban para China Labor Watch.
El
tiempo de trabajo extra se redujo drásticamente este mes, señaló. Los turnos
solían ser de las 7:10 a.m. hasta las 9 o 10 p.m., y a veces hasta después de
la medianoche, con dos descansos, dijeron él y uno de los ex empleados. Pero en
las últimas semanas, los trabajadores salen antes de las 7 p.m.
Abigail
Klem, presidenta de la marca Ivanka Trump, dijo que la “integridad de nuestra
cadena de suministro es una prioridad y tomamos todas las acusaciones con mucha
seriedad”. Foto: AP.
También
han comenzado a tener libres todos los domingos, una práctica estándar
contemplada por la ley laboral de China, dijo el actual empleado, quien también
colabora con China Labor Watch.
Funcionarios
del gobierno municipal se presentaron recientemente, dijo, y la fábrica dio a
todos un huevo para comer a la mitad de su turno vespertino.
La
vida dentro de Ganzhou Huajian gira alrededor de una sola cifra: la cuota de
producción mensual, de acuerdo con investigadores de China Labor Watch y
trabajadores. Una sola línea de producción de 50 obreros debe producir cerca de
30 mil pares al mes, dependiendo de la demanda, dijeron el actual empleado y un
ex empleado.
Quienes
no cumplen con la cuota, no cobran su sueldo completo, dijo el empleado.
“Es
imposible alcanzar la mesa, porque siempre sube”, dijo uno de los ex empleados.
El
menor número de horas trabajadas es una buena noticia a medias, dijo el
empleado, porque no podrán cumplir sus metas de producción.
En
tanto, Huajian ha estado transfiriendo su producción a Etiopía, donde los
trabajadores ganan unos 100 dólares al mes, una fracción de lo que se paga en
China, de acuerdo con Song Yiping, un gerente de la fábrica de Huajian en
Etiopía, quien habló con la AP en enero.
Dijo
que ha escuchado al presidente Trump hablar de llevar de nuevo los empleos a
Estados Unidos, pero duda que eso pase con los zapatos.
“Los
clientes estadounidenses empujan los precios a la baja”, explicó Song. “Los
consumidores quieren comprar zapatos más baratos”.
Marc
Fisher, productor de zapatos para Ivanka Trump y otras marcas, ha declarado que
están investigando las denuncias. Foto: Tomada de video de CNN.
Antes
de asumir una función oficial como asesora de su padre, Ivanka Trump se disoció
del manejo cotidiano de su marca, pero sigue siendo propietaria. Foto: Tomada
de video de CNN.
-El
investigador de AP Fu Ting colaboró en este despacho desde Ganzhou, China;
también colaboraron los redactores Anne D’Innocenzio y Bernard Condon en Nueva
York, y Elias Meseret en Addis Ababa, Etiopía.
Tres
de los cuatro ex policías de la SSP de Veracruz implicados en la desaparición
de tres jóvenes en 2014, acudieron a su audiencia bien blindados y con abogados
privados. El caso ha estado plagado de irregularidades desde que se cometió la
desaparición forzada y fueron solapadas por la PGJE de Amadeo Flores Espinosa y
de Luis Ángel Bravo Contreras.
Policías que mataron a mi hijo fueron
premiados por Bermúdez, dice papá de cantante de La Voz
Yerania
Rolón
Ciudad
de México, 28 de junio (SinEmbargo).- Los ex policías acusados de la
desaparición de José Eduardo de la Cruz Caballero, Gibrán Mártiz y otro menor
de edad, cometida el 7 de enero de 2014, fueron trasladados del Centro de
Readaptación Social de Pacho Viejo, Veracruz, a la zona de juzgados para la
audiencia de imputación a proceso.
Bajo
una fuerte lluvia, descendieron de un vehículo blindado los ex elementos de la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Mauricio Ramírez Santiago, José Luis
Pérez Vela e Iván Cortés Espíritu, para rápidamente ingresar a la sala 2 de
Juicios Orales.
Efraín
Mártiz, padre de Gibrán, observaba a los detenidos. Tras el asesinato de su
hijo, el hombre, de origen panameño, decidió regresarse a su país natal, pero
antes acudió a la audiencia que se realizó durante la tarde noche y madrugada
del lunes.
Efraín
permaneció cerca del Fiscal Especial en Atención de Denuncias por Personas
Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa, quien también acudió a la
audiencia. Ambos evitaron dar declaraciones a los medios y mantenían un trato
de respeto pero distante entre ellos.
Se
informó que en esta ocasión, los ex policías acusados se presentaron con nuevos
abogados para su defensa, a quienes apenas habían contratado dos días antes.
“De
dónde sacan el dinero los ex policías para una defensa privada, alguien los
estará ayudando”, se cuestiona para sus adentros el padre de Gibrán.
Ya
dentro de la Sala de Juicios orales la juez de control, Alma Aleida Sosa
Jiménez, dio inicio a la audiencia con la presencia de los integrantes de la
parte acusadora y la acusada, es decir los ex elementos de la SSP, durante el
lapso en que estuvo a cargo de la dependencia Arturo Bermúdez.
La
Fiscalía tenía un objetivo, relacionar a Ramírez Santiago, Pérez Vela y Cortés
Espíritu con el delito de desaparición forzada y para ello tuvo que sacar a la
luz una serie de complicidades realizadas por la extinta Procuraduría General
de Justicia del Estado.
Veracruz
de los sueños rotos: Sergio, de 17, iba con el cantante de La Voz. Y también
fue asesinado
Las
irregularidades no han cesado desde ese fatídico 7 de enero y fueron solapadas
por la PGJE durante el lapso de Amadeo Flores Espinosa, así como le llegada de
Luis Ángel Bravo Contreras a la desaparecida dependencia estatal.
Bravo
Contreras fue favorecido por el Gobernador, Javier Duarte, de ahí que ocupó la
PGJE y después la Fiscalía General del Estado (FGE), cuando pasó a ser un
organismo supuestamente autónomo del Poder Ejecutivo.
Entre
sus argumentos para vincular a proceso a los ex elementos, la FGE reveló que
actualmente hay cuatro exfuncionarios de la FGE y de la PGJE que están siendo
investigados por una actuación “fraudulenta”, aunque Coronel Gamboa no detalló
los nombres.
Por
su parte la defensa fue simple y ante la premura ni siquiera presentaron
elementos de prueba. Los abogados argumentaron que el delito de desaparición
forzada no estaba incluido en el Código Penal de Veracruz en el año que
ocurrieron los hechos, por lo que se estaría aplicando la Ley de forma
retroactiva a sus clientes.
Incluso
explicaron que en 2015 sus clientes ya fueron juzgados casi con los mismos
elementos de prueba que aportó la FGE por el delito de incumplimiento de un
deber legal, lo que generó que perdieran su empleo al interior de la
dependencia.
Al
no ser un delito grave los ex policías obtuvieron su libertad, de ahí que los
abogados argumentaron que nadie puede ser juzgado en dos ocasiones por los
mismos hechos, lo que ocurriría si de nueva cuenta la juez permitiera un
proceso legal por desaparición forzada.
Así,
los abogados de los ex policías acusaron a la Fiscalía General del Estado,
actualmente a cargo de Jorge Wínckler, de intentar convertir a los acusados en
“chivos expiatorios”, afirmando que en todo caso la desaparición forzada fue
cometida por los superiores jerárquicos que participaron en la detención de
José Eduardo de la Cruz Caballero, Gibrán Mártiz y el menor.
La
posible desaparición forzada y asesinato del cantante de La Voz le calienta los
pies a Bermúdez
Los
ex elementos permanecieron sentados detrás de sus defensores, a quienes
constantemente trataban de asesorar o puntualizarles cierta información.
Todavía más atrás en la sala estaba Efraín Mártiz, junto a los escoltas de los
reos.
Los
argumentos de la defensa fueron desestimados por parte de la FGE, pues de
acuerdo con el fiscal, Luis Eduardo Coronel Gamboa, existe jurisprudencia y
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que en casos como el
de Gibrán Mártiz pueden reabrirse los expedientes para investigarse a fondo.
Esto
ya que se trata de delitos de lesa humanidad, los cuales son permanentes o
continuos, es decir que el delito se sigue cometiendo mientras dura la
privación de la libertad y José Eduardo de la Cruz Caballero sigue en calidad
de desaparecido hasta la fecha.
La
juez de control, Alma Aleida Sosa Jiménez aceptó que se puede volver a juzgar a
los ex policías sin violar el principio de irretroactividad.
Se
recordó que Cortés Espíritu, Ramírez Santiago y Pérez Vela no rindieron un
informe de la detención, ni informaron sobre el posible paradero de las
víctimas, pese a que es sabido que fueron levantados y, al menos en el caso de
Gibrán y el menor de identidad resguardada, fueron asesinados.
Por
esto, Sosa Jiménez dictaminó la imputación del delito de desaparición forzada
en contra de los ex integrantes de la SSP.
La
defensa intentó replicar que los tres acusados no tenían por qué informar sobre
las irregularidades en la detención de los jóvenes, pues los acompañaba el
“Comandante Platino”, Felipe de Jesús López, su superior jerárquico y
responsable directo de los hechos del 7 de enero.
La
juez reviró explicando que el orden jerárquico no exime al funcionario cuando
se trata de un acto ilícito. Es por esto que a los acusados sí se les debe investigar
por el delito de desaparición forzada.
Colectivos
de Veracruz exigen juzgar a Bermúdez por su crimen más grave: los desaparecidos
Dentro
de las otras pruebas presentadas, la FGE mostró entrevistas de los ex elementos
de la SSP donde ellos mismos confirman su participación en la detención de los
tres jóvenes.
Se
reunieron declaraciones de testigos que observaron el momento de la detención
el 7 de enero de 2014, informando en total son 7 los policías que participaron
ese día y que a los otros 4cuatrotambién se les está buscando.
También
se comprobó por medio de un dictamen de balística que uno de los policías
acusados portaba el arma de uno de los desaparecidos y la entregó a la SSP,
luego de que se abrió una investigación por el caso, aunque contradictoriamente
nunca se generó un informe de la detención de los jóvenes.
Con
dichas pruebas presentadas por la FGE, la juez de control, Alma Aleida Sosa
Jiménez, vinculó a proceso a los ex policías, que recibieron un año de prisión
preventiva imputados por la desaparición forzada de José Eduardo de la Cruz
Caballero, Gibrán Mártiz y el menor de edad.
Se
añadieron tres meses para una investigación complementaria, no seis como pedía
la Fiscalía, debido a que este caso ya se ha investigado previamente.
De
acuerdo con la recomendación 14/2015 de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH), son 13 ex funcionarios en total los que incurrieron en
incumplimiento de un deber legal.
Tras
la detención, desaparición forzada y durante los años transcurridos, la PGJE y
la FGE no hicieron nada por perseguir, investigar o llevar a juicio a los
policías estatales involucrados en el homicidio del Gibrán Mártiz y los otros
dos jóvenes.
Sin
embargo, la Fiscalía advirtió que las irregularidades que se cometieron serán
investigadas y se buscará una sanción contra los responsables.
De
igual forma, se busca detener a los otros ex policías partícipes, Ángel Bravo
Martínez, Manuel Ortiz Alarcón, Uriel Pérez Pérez y Felipe de Jesús López
Domínguez.
Así,
se confirmó que a la fecha ya existe una denuncia e investigación en contra de
cuatro ex funcionarios de la FGE, entre los que podrían estar Bravo Contreras y
Flores Espinosa, ex titulares del organismo autónomo y de la desaparecida PGJE.
Tras
la audiencia, el padre del ex cantante de la Voz México, Efraín Mártiz reveló
que en una investigación que él mismo realizó, logró documentar que los ex
elementos ahora detenidos fueron solapados al punto de continuar laborando en
el servicio público, ahora como taxistas.
Detalló
que se otorgaron concesiones de taxis a los acusados de la desaparición de su
hijo, pues José Luis Pérez Vela conducía un taxi que logró conseguir porque
está a nombre de su suegro, mientras que Iván Cortés Espíritu lo tenía a nombre
de su esposa y Mauricio Ramírez a nombre de hermana.
Debido
a que para obtener estos permisos no debes tener antecedentes penales, estas
personas utilizaron el nombre de algún familiar para hacerlo.
Cuando
concluyó la audiencia todos los presentes se apresuraron a salir y los ex
policías fueron trasladados de nueva cuenta al CERESO de Pacho Viejo.
Sin
embargo, Efraín señaló que los ex elementos involucrados que se encuentran en
libertad también obtuvieron concesiones de taxis, tal es el caso de Felipe de
Jesús López Domínguez y Manuel Ortiz, lo que demuestra la protección que les
dieron las autoridades.
Al
informar sobre esto, Efraín dijo no temer: “No hay que tener miedo, si uno les
teme se empoderan más. Uno no se puede esconder con este tipo de cosas”.
ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR
SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE BLOG EXPEDIENTE.
(SIN EMBARGO.MX/ BLOG EXPEDIENTE/ REDACCIÓN / JUNIO 28, 2017, 5:48 PM)
Se
recomienda leer los siguientes datos antes de continuar:
(GEA
inició sus labores en 1990 como consultora política y a la postre empezó a
realizar encuestas en alianza con ISA. Su marca se volvió controvertida cuando
en 2012, asociada con el periódico Milenio, fue la que más falló. En los
últimos meses, aparece mancomunado con Excélsior, periódico en el que ha
publicado sus últimos ejercicios. En estos momentos no se encuentra en ninguna
asociación colegiada.
En
2012, dio ventaja al candidato del Partido Revolucionario Institucional,
Enrique Peña Nieto, de 25.1 puntos porcentuales sobre el segundo lugar,
Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional. Falló por 18.48 puntos.
Debido a este resultado rompió su relación con Milenio.
Todas
las encuestas aquí publicadas son responsabilidad plena del medio y la casa
encuestadora.)
La
popularidad del Presidente Enrique Peña Nieto sigue en picada: sólo el 19 por
ciento de los mexicanos aprueba su gestión, de acuerdo con GEA-ISA; el 36 por
ciento se siente “enojado” y el 31 por ciento “preocupado” por las
consecuencias de la administración del priista, manteniéndose así como el Jefe
de Estado peor calificado en la historia del país. Su Gabinete tampoco se queda
atrás: 74 por ciento desaprueba su desempeño.
A
esto se suma que, de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán el
próximo año, el 53 por ciento de los ciudadanos prevé que se cometerá fraude en
esos comicios.
2016
fue terrible para Peña y para su partido, el PRI; pero 2017 pinta aún peor,
afirman politólogos
México,
28 jun (EFE).- El 74 por ciento de la población desaprueba la labor del
Gabinete de Enrique Peña Nieto, que llega así a su nivel más bajo de
popularidad desde que inició el sexenio a finales de 2012, indicó hoy un
estudio de las encuestadoras GEA-ISA.
De
acuerdo con el sondeo, que corresponde al segundo trimestre del año, únicamente
el 19 por ciento de los ciudadanos aprueba el trabajo de los secretarios de
Estado.
En
cuanto al propio Presidente Enrique Peña Nieto, este ha repuntado mínimamente
sus niveles de popularidad, dado que tiene una desaprobación de 74 por ciento,
es decir, tres puntos porcentuales menos que la reportada en el sondeo del
primer trimestre.
La
aprobación de su gestión se mantiene en el mismo nivel que hace tres meses, un
19 por ciento, la misma que la de su Gabinete.
En
cuanto a las emociones que provoca entre los encuestados, el 36 por ciento
siente “enojo” frente a Peña Nieto, el 31 por ciento “preocupación”, el 22 por
ciento “esperanza” y el 7 por ciento “orgullo”.
El
58 por ciento de las personas declaró que no cree “nada” al Jefe del Ejecutivo,
mientras que solo el 3 por ciento le cree “mucho”.
Seis
de cada diez ciudadanos responsabilizan al Gobierno de la situación actual del
país, y el 42 por ciento opina que la inseguridad en su barrio ha empeorado
durante los últimos seis meses.
No
trabajo para mejorar índices de popularidad, dice EPN tras reprobar encuesta
Asimismo,
la mayoría de las personas (42 por ciento) considera que la corrupción ha
aumentado tanto en el país como en su estado en particular, y el 44 por ciento
piensa que este delito les ha “afectado directamente”.
De
cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo año, el
sondeo revela que el 53 por ciento de los ciudadanos prevé que habrá fraude en
estos comicios.
Cerca
de la mitad de los ciudadanos considera que ni el Instituto Nacional Electoral
(INE) garantizará la imparcialidad en 2018 ni el Tribunal Electoral ayudará a
que se aplique la ley.
En
la pregunta “¿con qué partido se identifica usted más?”, la opción mayoritaria
es “ninguno” (23 por ciento).
Tras
esta, el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el
conservador Partido Acción Nacional (PAN) tienen una preferencia del 20 por
ciento, seguidos por el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena),
que acumula el 19 por ciento.
No
obstante, a la hora de hacer balance entre las opiniones positivas y negativas
sobre los partidos, Morena resulta ser el mejor valorado, seguido del PAN, el
izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el PRI, en último
lugar.
El
sondeo incluyó entrevistas a mil ciudadanos realizadas del 17 al 19 de junio en
viviendas de todo el país, tiene un margen de error de +/- 3 por ciento y un
nivel de confianza de 95 por ciento.
La
impopularidad del Gobierno de Peña podría llevarlo a soltar el gasto en
elecciones: Moody’s