El
expresidente pidió que se investigue el papel que jugó Odebrecht en México
durante su gobierno y aseguró que sus reuniones con los ejecutivos de este
consorcio fueron parte de la agenda habitual de Los Pinos.
Raúl
Olmos y Daniel Lizárraga
La
Presidencia de México -durante la gestión de Felipe Calderón- y Pemex han sido
involucradas en la investigación del caso “Lava Jato”, en Brasil, sobre los
sobornos que el gigante de la construcción, Odebrecht, repartió en América
Latina y en dos países africanos para obtener contratos por miles de millones
de dólares.
Una
de las evidencias que involucra a México es un correo electrónico entre dos
ejecutivos de ese consorcio, llamados Roberto Prisco Ramos y Alexandro Alencar,
en el cual gestionaron una reunión entre Calderón y el entonces presidente de
Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, como parte de su estrategia de negocios en
Pemex, de acuerdo con una parte del expediente al que Mexicanos contra la
Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha
tenido acceso.
Este
mensaje en particular ha sido considerado como una prueba relevante por el juez
brasileño, Sergio Moro, en una línea de investigación contra Lula por
presuntamente haberse prestado a los intereses de Odebrecht, usando su
investidura como presidente de Brasil.
Esto,
incluso ya fue revelado desde hace casi un año, el 1 de abril del 2016, por la
revista Época editada en Sao Paulo y perteneciente el grupo O Globo. Lula –como
se le ha conocido internacionalmente- ha negado vehementemente esa acusación
por medio de sus abogados. No obstante, la indagatoria continúa abierta y ese
correo es una de las pruebas en su contra.
El
mensaje en el cual apareció el nombre de Felipe Calderón está fechado el 8 de
diciembre del año 2009, justo cuando él cumplía tres años de haber llegado a Los
Pinos tras ganar las elecciones presidenciales en el 2006. También en ese momento, Braskem una filial de
grupo Odebrecht, considerada la empresa líder en América Latina en la división
de petroquímica, tenía algo que festejar en México: estaban por cerrar un
negocio que le dejaría ventas estimadas en 2 mil millones de dólares anuales.
Sin
embargo, para alcanzar esta meta requerían que Pemex les suministrara 66 mil
barriles diarios de gas etano a “precios preferenciales”, canalizados a una
planta destinada a la fabricación de polietileno –un producto básico para la
industrialización de plásticos- que se construiría en Coatzacoalcos, Veracruz,
en el Golfo de México, de acuerdo con el contrato.
La
obra que finalmente se levantó ahora es conocida como Etileno XXI y desde
aquellos años el precio del gas etano es un secreto y así permanecerá por 20
años con posibilidad de prorrogarse por cinco más, al haberse clasificado como
“información reservada”, según consta en una respuesta oficial de Pemex ante
una solicitud de acceso a la información hecha por MCCI.
Esta
historia comenzó desde que Pemex le cedió a Braskem y a la compañía mexicana
IDESA la construcción de la planta Etileno XXI.
A cambio de esta inversión, México dejaría de importar polietileno y
habría empleos, según las estimaciones oficiales.
Las
relaciones políticas de Odebrecht en México les facilitaron llegar hasta la
residencia oficial de Los Pinos. Muestra de ello, fue ese mensaje electrónico
fechado el 8 de diciembre del 2009, en el cual apareció el nombre del ex
presidente Calderón. Textualmente dice
lo siguiente:
Querido
tricolor.
Necesito
tu ayuda con respecto a este tema:
Hacer
un esfuerzo para que LILS acepte una invitación especial de Calderón de ir a
México a principios de febrero.
Cuando
puedas, me llamas, para hablar al respecto.
Abrazo
R.
“LILS”
es el acrónimo del ex presidente Lula y era utilizado frecuentemente en los
correos recuperados para el caso “Lava Jato”.
Roberto Prisco Ramos, quien envió este mensaje y firmó como “R”, en ese
momento era el director de Braskem, la filial de Odebrecht que estaba por
cerrar el negocio por la planta de Etileno XXI, en Veracruz.
Roberto
Prisco fue detenido por la Policía Federal de Brasil y, posteriormente,
condenado a más de 10 años de prisión por los delitos de lavado de dinero y
corrupción pasiva, entre otros. Actualmente, se encuentra en libertad por haber
proporcionado información para el caso “Lava Jato”, aunque está impedido para
salir de Brasil.
NEGOCIADORES DE SOBORNOS EN MÉXICO
Las
autoridades que han desarrollado esta investigación tanto en Brasil como en
Estados Unidos y Suiza, han considerado a Prisco Ramos como uno de los
personajes encargados de pactar los sobornos. De hecho, sus correos
electrónicos personales fueron considerados como pruebas al momento de
condenarlo.
En
Brasil, por ejemplo, envió mensajes a un ex directivo de apellido Ferraz para
que impidiera la participación de empresas extranjeras en licitaciones en
plataformas petroleras. El mismo mecanismo fue utilizado para interferir en
refinerías, en complejos petroquímicos así como en diversos servicios para abastecimiento,
según consta en uno de los primeros legajos de la investigación.
El
26 de julio del 2015, Braskem entregó a la policía brasileña todos los mensajes
electrónicos de su ex director general quien en ese momento aún estaba bajo
investigación. La empresa hizo público este hecho mediante un boletín.
Roberto
Prisco eliminó correos comprometedores de su computadora personal cuando supo
que podrían detenerlo. Pero algunos de ellos fueron recuperados en Estados
Unidos por una corte federal en Nueva York, encargado del caso, de acuerdo con
el expediente revisado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Y
fue precisamente ahí en donde el pasado 22 de diciembre ex ejecutivos de
Odebrecht se declararon culpables de haber pagado sobornos a cambio de
atemperar los castigos en su contra y fin de que la empresa no fuera vetada
para participar en licitaciones públicas.
Este
consorcio ganó contratos en Pemex derivados de 4 grandes obras por más de 2 mil
millones de dólares y no sólo por 39 millones de dólares como lo han declarado
sus ejecutivos, justo durante la época (2010-2014) en que entregaron 10.5
millones de dólares a funcionarios en México, según consta en un archivo
integrado por MCCI, mismo que formó parte de la primera entrega de esta investigación
periodística.
El
intercambio de mensajes fue uno de los elementos que también permitió al juez
Moro sentenciar a Marcelo Odebrecht -el millonario y dueño del grupo Odebrecht-
a 19 años y 4 meses de prisión por el pago de 30 millones de dólares en sobornos
a Petrobras.
Alexandro
Alencar, el personaje que recibió instrucciones vía correo electrónico para que
Lula aceptara una reunión con Felipe Calderón, fungía como director de
Relaciones Institucionales de Odebrecht.
Al
menos tres delatores dentro del caso “Lava Jato” han señalado al mismo Alencar
como el responsable de los sobornos en el extranjero.
Uno
de ellos, llamado Rafael Angulo López, afirmó haber visitado varias veces a
Alencar en las oficinas de Odebrecht en Sao Paulo, para darle números de cuentas
a las que había que hacer transferencias fuera de Brasil. Angulo ha relatado a
los fiscales de Brasil y Perú cómo sacaron dinero dentro de sacos grandes y
bolsas desde Río de Janeiro hasta Lima para entregarlo en las oficinas del OAS.
Alencar
fue condenado a 15 años de prisión también acusado de delitos relacionados con
actos de corrupción. Este ex director de
Relaciones Institucionales de Odebrecht cobró notoriedad en América Latina
cuando se supo que pagó 1 millón de dólares en la remodelación de una
residencia de descanso en las playas de Aibaia –estado de Sao Paulo- que era
frecuentada por Lula y su familia. La
casa estaba registrada a nombre de dos amigos de los hijos del ex presidente.
De
hecho, también está sometido a una investigación por servir de enlace para que
Lula aceptara conferencias, foros y encuentros fuera de Brasil que convenían a
los intereses de Odebrecht.
CALDERÓN Y LULA CELEBRAN INVERSIÓN DE
ODEBRECHT
El
23 de febrero del 2010, Calderón y Lula tuvieron un encuentro privado en México
dentro de la Cumbre de la Unidad Latina y del Caribe organizada en Quintana
Roo. Para entonces, habían pasado dos
meses y medio, apenas 75 días, del correo electrónico entre los ejecutivos de
Odebrecht, Roberto Prisco Ramos y Alexandro Alencar, quienes buscaban que eso
sucediera.
Los
Pinos atribuyó dicha reunión –en la Riviera Maya- a un compromiso asumido por
ambos mandatarios cuando Felipe Calderón hizo una visita a Brasil el 17 de
agosto del año 2009.
Al
final de la cita de trabajo, emitieron un comunicado conjunto en el cual se
felicitaron precisamente por la inversión de 2 mil 500 millones de dólares que
realizaría el grupo mexicano Idesa y la brasileña Braskem para la construcción
de un complejo petroquímico en Veracruz.
“Dicha
inversión, la mayor de Brasil hasta ahora registrada en México, y una de las
más importantes registradas en el sector petroquímico de los últimos años,
generará una importante derrama económica en esa región del país (…)”, indicaron
en el punto número tres de su boletín.
Pero
eso no fue todo el apoyo que recibió Odebrecht durante el gobierno encabezado
por Calderón. Dos bancas de desarrollo
otorgaron créditos a Braskem: Nacional Financiera (Nafin) les prestó 280
millones de dólares y el Banco Nacional de Comercio Exterior(Bancomext) otros
120 millones de dólares.
Cuando
los ejecutivos de Odebrecht se pusieron en contacto para gestionar la reunión
Calderón-Lula, quien se encargaba de la agenda presidencial en México era
Patricia Flores Elizondo. Ella, como jefa de la Oficina de la Presidencia,
controlaba las actividades del mandatario. La llamaban “La Vicepresidenta”.
Inició en ese cargo desde agosto del 2008 y salió hasta el 14 de julio del
2010.
El
director general de Pemex era Juan José Suárez Coppel. Su antecesor fue Jesús
Reyes Heroles González Garza. Para la edificación del complejo petroquímico de
Etanol XXI, el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, hizo una gira de
trabajo a Sao Paulo, Brasil, durante la cual tuvo reuniones con Marcelo
Odebrecht.
De
acuerdo con los testimonios de ejecutivos de Odebrecht en Estados Unidos –de
quienes no se conocen sus nombres-, los sobornos en México por 10.5 millones de
dólares se repartieron en dos momentos distintos, de acuerdo con los
testimonios de los ejecutivos de Odebrecht -y de quienes no se tienen los
nombres- difundidos por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Primero
fueron 4.5 millones de dólares entre los años 2010 y el 2012, en el último
tramo del gobierno calderonista y posteriormente entregaron 6 millones de
dólares, entre 2013 y el 2014, ya cuando Enrique Peña Nieto habitó la
residencia oficial de Los Pinos.
CALDERÓN ABRE LOS PINOS A ODEBRECHT
Cuando
ya habían pasado un año y ocho meses de aquella reunión en la Riviera Maya para
festejar el proyecto Etanol XXI, exactamente el 24 de octubre del 2011, el
entonces director de Odebrecht fue invitado a comer a la residencia oficial de
Los Pinos.
El
anfitrión, Felipe Calderón abrió las puertas de la casa presidencial para
albergar una reunión del Consejo de Administración de la división petroquímica
de Odebrecht, que en forma excepcional se realizaba fuera de Brasil. El
expresidente pidió que se investigue el papel que jugó Odebrecht en México
durante su gobierno y aseguró que sus reuniones con los ejecutivos de este
consorcio fueron parte de la agenda habitual de Los Pinos con inversionistas
extranjeros, sin que ello implicara compromisos indebidos.
En
aquella reunión, Odebrecht le compartió a Calderón los avances en Etileno XXI,
proyecto que es señalado en el juicio que se lleva en Brasil, como resultado de
un posible tráfico de influencias que involucra al expresidente Lula da Silva,
de acuerdo con un comunicado de Los Pinos y con el expediente del caso “Lava
Jato“.
Marcelo
Odebrecht llegó a Los Pinos acompañado de Carlos Fadigas de Souza, director
general de Braskem quien sustituía en ese cargo a Roberto Prisco uno de quienes
promovió la reunión Calderón-Lula, según el mensaje electrónico integrado el
caso “Lava Jato”.
Este
segundo convidado de Calderón también está acusado de corrupción. Fadigas de
Souza es uno de los cuatro ejecutivos de Braskem demandados a mediados de 2015
en una corte federal de Nueva York por un accionista de la compañía, acusado de
verter “declaraciones falsas y engañosas sobre las políticas y operaciones de
negocios”.
En
el juicio que se sigue en Brasil, él mismo ha confesado el esquema de sobornos
a funcionarios y políticos. Por su parte, Calderón estuvo acompañado en la
comida con Odebrecht y con Fadigas por uno de sus colaboradores de mayor
confianza: Jordy Herrera Flores, quien en distintas etapas fue su secretario
particular, primero en el Congreso federal (de 2000 a 2003) y luego en su
efímero paso como director de Banobras y Secretario de Energía (2003-2004).
Ya
instalado en la Presidencia de la República, Calderón colocó a Jordy como
director de Pemex Gas y Petroquímica Básica en 2010. Luego lo nombró Secretario
de Energía, y con esa investidura acudió a la reunión con Marcelo Odebrecht en
octubre de 2011.
En
la misma comida estuvieron Bruno Ferrari, en aquel entonces Secretario de
Economía, quien se sentó entre Calderón y Fadigas, así como Carlos Guzmán
Bofill, director de Pro México.
ENCUENTRO EN SUIZA
Nueve
meses antes de esta comida, Calderón se había reunido con Fadigas en Suiza,
país en donde Odebrecht y Braskem movieron 211 millones de dólares en cuentas
secretas para el pago de sobornos a funcionarios y políticos latinoamericanos,
de acuerdo con la investigación del caso realizado por las autoridades suizas.
Aquella
primera cita con Fadigas -actualmente sujeto a proceso en Brasil por
corrupción- ocurrió en Davos, Suiza, el 28 de enero de 2011, durante el viaje
que el mandatario mexicano realizó a la reunión anual del Foro Económico Mundial.
El
objetivo de la reunión -según la versión de la Presidencia de la República- fue
dialogar sobre los avances en el proyecto de Etileno XXI, que encabeza Braskem
en Veracruz.
Luego,
el 16 de mayo de 2011, Calderón invitó otra vez a la casa presidencial a un
alto ejecutivo de Braskem, Roberto Bischoff, quien también es mencionado en la
investigación que sigue en Brasil la Policía Federal, al aparecer en las
cadenas de mensajes de Marcelo Odebrecht. Esa vez, el directivo brasileño
acudió a un encuentro empresarial.
Era
tan cordial el trato que el Gobierno de Calderón tenía con el Grupo Odebrecht y
sus filiales, que en septiembre de 2010 patrocinaron al organismo oficial de
combatir la corrupción (la Secretaría de la Función Pública, SFP) en la
organización de un encuentro internacional de control de obra pública.
Ese
encuentro tenía como objetivo establecer normas y criterios, entre expertos de
distintos países, para atajar la corrupción en la asignación de contratos.
Paradójicamente, los patrocinadores fueron Odebrecht y sus filiales Mina-Trico
y Ebramex. El titular de la SFP, que
aceptó el donativo era Salvador Vega Casillas, actual senador por el PAN.
Paradójicamente,
la misma Función Pública bajo la administración del Gobierno de Enrique Peña
Nieto, así como la Procuraduría General de la República, han abierto una
investigación sobre el caso Lava Jato en México. Hasta el momento se desconocen
públicamente sus avances.
SOBORNOS EN BRASIL, NEGOCIADOS DESDE
MÉXICO
Roberto
Prisco Ramos, uno de los personajes mencionados en el intercambio de correos
que involucraban a Lula, también negoció años después el pago de sobornos desde
México.
La
Policía Federal de Brasil tuvo acceso a los correos electrónicos en los que
Prisco Ramos le pedía a un ejecutivo de Odebrecht, Hilberto Mascarenhas Alves
da Silva Filho (a quien llama ‘Tío Bel’), la entrega de más de 50 ‘acarajés’,
que es el nombre coloquial con el que llamaban a los sobornos, y que hace
referencia a unos panecillos típicos de Brasil, elaborados con frijol y rellenos
de distintos ingredientes.
“Tío
Bel, ¿puede usted conseguirme más de 50 acarajés el día 4 (de febrero) por la
tarde (alrededor de las 15 horas) en la oficina de OOG en Río?”, preguntó
Prisco en un mensaje enviado el 27 de enero de 2014, a las 14:33 horas. “Estoy
en México, pero vuelvo por la mañana del día cuatro”.
“OK
programado. Sus acarajés llegaron calientes”, respondió el ‘Tío Bel’.
Prisco
Ramos estaba de visita en México en la supervisión de la planta Etileno XXI,
construida y operada por la empresa Braskem, en la que él era directivo.
A
partir de los mensajes que envió desde México, la Policía Federal de Brasil
inició la ‘Operación Acarajé’, enfocada a detectar el pago de sobornos.
LA CONFESIÓN EN BRASIL
Otros
dos de los principales personajes de la mayor trama de corrupción de
Latinoamérica, actualmente presos en Brasil, extendieron su red de operaciones
a México, según consta en expedientes judiciales del caso consultados para esta
investigación.
Glauco
Colepicolo Legatti, quien durante 35 años trabajó para Petrobras –la empresa
petrolera de Brasil-, confesó que intervino como gestor de la empresa Odebrecht
ante autoridades mexicanas.
En
su declaración rendida el 9 de noviembre de 2016 ante la Policía Federal
brasileña, reveló que había recibido siete millones de dólares en sobornos
entre 2001 y 2014 de parte de Odebrecht, a cambio de contratos, asesoría e
información privilegiada. Y al menos uno de sus servicios consistió en
recomendar a Odebrecht en México, aunque no reveló el pago recibido esa vez ni
los funcionarios mexicanos a los que contactó.
Legatti
citó a México como un ejemplo de los trabajos que realizó fuera de sus atribuciones
en Petrobras, para beneficiar a Odebrecht. Su contacto en estas operaciones era
Rogerio Araujo, director de la constructora, quien ya fue condenado en Brasil a
19 años de cárcel por corrupción.
“Rogerio
pidió al declarante en una ocasión, una referencia de Odebrecht para una obra
en México, que debía ser proporcionada a una persona en particular”, cita la
declaración ministerial del ex directivo de Petrobras.
El
ex funcionario brasileño trabajaba como gerente de la Refinería del Nordeste de
Petrobras (conocida por sus iniciales RNEST), que fue uno de los primeros
objetivos de la operación anticorrupción conocida como Lava Jato, en donde se
descubrió el pago de sobornos, blanqueo de capitales y sobreprecio en la obra.
Su costo inicial en 2005 estaba previsto en 2 mil millones de dólares y se
disparó a 18 mil millones de dólares: 9 veces más. De acuerdo con las
investigaciones de la Policía Federal de Brasil, se desvió parte del dinero de
esa refinería para sobornar a políticos y funcionarios.
En
su confesión, Legatti reveló que “en razón de los pagos recibidos, acabó por
proporcionar un canal diferenciado para Rogerio Araujo (director de
Odebrecht)”, para quien “siempre estaba disponible”.
Los
pagos indebidos no estaban vinculados a actos específicos, según Legatti, pero
garantizaban que fluyeran los negocios de Odebrecht en la refinería.
Y
es en este punto de su declaración, cuando el ex directivo de Petrobras refirió
el trabajo que hizo al margen de sus atribuciones en México y luego en Angola.
También
confesó cómo intervino para que Odebrecht obtuviera utilidades indebidas en la
refinería RNEST que se construía en Brasil: “Rogerio (Araujo) llamó para pedir
sugerencias de adaptaciones para reducir costos y simplificar procedimientos en
las obras de RNEST, que sería bueno para Odebrecht, porque reducía los costos
cuando el precio ya estaba cerrado”.
La
obra en México a la que hizo referencia Legatti en su declaración, al parecer
es Etileno XXI, la planta petroquímica que Odebrecht opera en Veracruz gracias a
un contrato de suministro de gas etano a 20 años firmado con Pemex el 23 de
febrero de 2010, ante los entonces presidentes de México, Felipe Calderón
Hinojosa, y Luiz Inacio Lula, de Brasil. Y es que en la causa penal que se
sigue en su contra en Brasil, el ex directivo de Odebrecht, Rogerio Araujo,
pidió que se llamara a declarar como testigo a Alejandro Daniel Castaño, quien
se desempeñaba como Director de Construcción en la planta Etileno XXI, en
Veracruz. Su solicitud fue denegada.
PRIVILEGIAN INVERSIÓN DE ODEBRECHT
PEMEX
canceló tres proyectos de infraestructura propios, para no competir con la
inversión de Odebrecht.
El
Programa Nacional de Infraestructura requería ejecutar entre 2007 y 2012 una
inversión de 14 mil 203 millones de pesos para el desarrollo de cinco proyectos
petroquímicos, pero sólo destinó el 32% de ese presupuesto para ejecutar dos.
A
partir de 2010 PEMEX dejó de invertir 9 mil 644 millones de pesos, para darle
prioridad a la inversión privada de Odebrecht en el proyecto Etileno XXI.
Los
proyectos cancelados por PEMEX fueron: la ampliación de las plantas de etileno
en los complejos Cangrejera y Morelos, además de la modernización de una unidad
de estireno en Coatzacoalcos.
La
inversión privada en petroquímica se abrió el 28 de noviembre de 2008, cuando
se publicaron en el Diario Oficial de la Federación siete decretos, entre los
que destaca el de la Ley de Petróleos Mexicanos.
En
esa primera fase de la reforma energética se dispuso que la petroquímica
secundaria es una actividad no básica, por lo que a partir de esa fecha ya no
es exclusiva del Estado.
Esta
reforma legal se realizó para promover inversiones en petroquímica, con lo que
se buscaba elevar la producción nacional y sustituir importaciones.
En
1992, PEMEX Petroquímica atendía el 100% de la demanda de insumos
petroquímicos, mientras que actualmente cubre menos del 50% del mercado
nacional.
NEGOCIOS EN SECRETO
El
19 de febrero de 2010, PEMEX firmó con la empresa mexicana IDESA y con la
brasileña Braskem (filial de Odebrecht) el contrato para suministrarle gas
etano a precio preferencial, para la operación de la planta Etileno XXI que los
inversionistas construyeron en Coatzacoalcos, con una aportación de 2 mil 500
millones de dólares.
La
planta fue inaugurada en junio del año pasado, con una capacidad anual de un
millón de toneladas de petroquímicos, con la que se proyecta sustituir el 40%
de las importaciones totales de polietilenos.
En
el contrato firmado con la filial de Odebrecht, PEMEX se comprometió a
suministrar etano por 20 años, a un precio preferencial, que se mantendrá en
secreto, según acordaron ambas partes.
A
pesar de que el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) ordenó
elaborar versiones públicas de la fórmula utilizada para determinar el precio del
etano, PEMEX alegó que se encontraba jurídicamente imposibilitada para cumplir
las resoluciones, debido a que IDESA y la filial de Odebrecht habían
interpuesto recursos legales para mantener en secreto esa información.
El
argumento para mantener en secreto la fórmula del precio del etano, es que si
se hace público se causaría un daño comercial a Odebrecht y a su socia
mexicana.
Un
juzgado de distrito emitió sentencias, en las que concedió amparo a favor de
Braskem e IDESA, para que se mantenga en secreto la información contenida en el
contrato de suministro de etano suscrito con PEMEX, y la fórmula del precio del
gas.
En
otro juicio promovido por la filial de Odebrecht, también se otorgó suspensión
definitiva para que el IFAI se abstenga de requerir a PEMEX a entregar
información sobre el contrato y el precio del etano.
Tras
una serie de solicitudes de acceso a la información, PEMEX elaboró una versión
pública del contrato, pero censuró toda la información sobre el precio al que
vende el gas a Odebrecht, así como el volumen que suministra, las condiciones y
características de las entregas programadas, el pago de costos, los términos de
pago, y las obligaciones de compra-venta.
El
contrato fue firmado en febrero de 2010 por los siguientes funcionarios de
PEMEX Gas y Petroquímica Básica: Arturo Arregui García, subdirector de
planeación; Armando Arenas Briones, subdirector de producción; Fernando Amor
Castillo, subdirector de Gas Licuados y Víctor Domínguez Cuéllar, subdirector
de ductos.
Por
parte de la filial de Odebrecht firmaron Airton Beretta y Cleantho de Paiva
Leite Filho, éste último mencionado en el caso Lava Jato, en una investigación
por posible tráfico de influencias en el proyecto de Etileno XXI.
(ARISTEGUI
NOTICIAS/ Redacción AN/ marzo 2, 2017 8:00 am)