Dice Enrique Krauze, “…que a
los veinticuatro minutos de ser presidente, Vicente Fox dejó de ser
presidente”.
Así resumió el historiador la
duración de la transición a la democracia, un clamor que el panista recogió
durante la campaña del año 2000, seis años antes frustrada con la ejecución de
Luis Donaldo Colosio.
A menos de dos meses de que
terminen las campañas, lo único cierto es que la democracia mexicana –débil y
desfalleciente— está bajo acoso.
Los demócratas, es decir
aquellos que se atienen al resultado de las urnas, cuando los ciudadanos
ejercen su derecho al voto, están ausentes.
Para Maquiavelo, quien separó
la política de la moral, el acceso al poder tenía dos vías: el apoyo del pueblo
o de los nobles. Y como se ve cada
candidato está eligiendo su propio camino.
En la elección del 1º. de
julio será un referéndum sobre los últimos gobiernos del neoliberalismo: 12
años del PAN y los últimos 6 del PRI.
LA AGONÍA DEL SISTEMA
Cuatro candidatos enarbolan
el mismo proyecto neoliberal –Anaya-Meade-El Bronco-Zavala— y solo AMLO, se ha
revelado como antisistémico, lo que le ha valido atraer el voto de castigo,
pero sin polarizar a la sociedad.
En cambio, se perciben grupos
de poder económico y político azuzando a sus hordas en lo que son los
estertores de un viejo sistema económico y político que agoniza: En Consejo
Coordinador Empresarial defendiendo sus inversiones; Mexicanos Primero la
organización de Claudio X. González Guajardo, usando a menores como misiles
políticos, lo cual no vio el INE el mismo 30 de abril; el ciudadano Meade
arropándose en Antorcha Campesina; Ricardo Anaya, cual pajarillo con maquillaje
a granel, buscando acercarse a Peña Nieto; el Tribunal Electoral del Poder
Judicial Federal, convertido en oficialía de partes del PRI; el magnate Carlos
Slim, implorando por su aeropuerto cual niño desamparado; el presidente Peña,
cual ventrílocuo pidiendo que no se vote con el estómago; Pejeleaks haciendo e
las suyas, aunque el Tribunal Electoral ya ordenó al INE y a la División de
Policía Científica de la Policía Federal lo investigara, etc., etc.
Manuel Buendía, en su
imprescindible libro “La ultraderecha en México”, sacó a la luz pública a los
grupos de derecha más reaccionarios del país en los cuales los que detentan el
poder encuentran un aliado incondicional.
Ese fenómeno denunciado por
el autor de su columna política Red Privada, parece hacerse presente en el
escenario de las campañas en curso.
En la cena de cumpleaños de
Carlos Salinas celebrada el 5 de abril quedó en claro la alianza política que
desde hace 30 años mangonea al país: Salinas, “El Jefe” Diego, mentor de
Ricardo Anaya, Emilio Gamboa, EPN del grupo Atlacomulco y algunos más.
LA LEY DE HIERRO DE LA OLIGARQUÍA
Para todo mundo está claro
que los partidos políticos en México no son democráticos. Es un verdadero
dilema la existencia de partidos no democráticos internamente en un sistema que
aspira a ser democrático.
En el PRI, Meade, fue
impuesto por el presidente Peña Nieto y es su jefe de campaña. Anaya se hizo de
la candidatura desde la presidencia del PAN y pactando con las cúpulas del PRD
y Dante Delgado, el dueño de Movimiento Ciudadano. En Morena no manda otro que
el Peje. El PANAL fue un proyecto gremial de Elba Esther Gordillo que robó Juan
Díaz de la Torre y puso al servicio de Los Pinos. El PVEM es patrimonio de la
familia González. Al PT lo fundó Raúl Salinas.
A eso refería el sociólogo
alemán Robert Michels, cuando a principios del siglo XX formuló “La Ley de
hierro de la oligarquía”.
Como es de sobra conocido los
partidos políticos necesitan la democracia para poder existir, necesitan
elecciones, parlamentos, leyes, etc., pero al mismo tiempo destruyen la
democracia interna en el camino para conseguirlo, aunque no la democracia en
sí. Es decir, el hecho que no haya democracia interna en los partidos no impide
que estos compitan entre sí de manera pacífica para alcanzar el poder.
Michels explicaba que “toda
organización partidaria representa un poder oligárquico fundado sobre una base
democrática”. Pero a la vez “la aparición de oligarquías dentro de diversas
especies de democracia es consecuencia de una necesidad orgánica y por eso
afecta a todas las organizaciones”.
De tal manera que el sistema
democrático es fundamental para los partidos, es lo que les permite existir y
competir entre ellos. Sin embargo, para poder llegar a ser organizaciones en
una democracia dejan de ser democráticos y se convierten necesariamente en oligarquías.
La consecuencia del
sacrificio de la democracia interna y de la supuesta falta de interés por parte
de los electores y militantes, es que los partidos, que son la espina dorsal de
la democracia, están dominados por élites que funcionan de manera no
democrática dentro de las organizaciones, pero que necesitan a la democracia
para legitimarse en su poder interno y para aspirar al poder más allá de esas
organizaciones. Es decir, la democracia está controlada por un grupo de
personas que funcionan de manera no democrática.
Así las cosas, al estar
dominados por elementos oligárquicos, los partidos políticos presentan a las
elecciones candidatos que forman parte de las élites de estos partidos: la
“aristocracia con forma democrática”.
De esa manera los ciudadanos
tienen la oportunidad de elegir entre diferentes oligarcas de los diferentes
partidos para dirigir la democracia, lo que sería la “democracia con contenido
aristocrático”. A esa casta Gaetano Mosca la llamó “la clase política”.
Lo real, es que los
ciudadanos comunes y corrientes no tienen acceso al ejercicio real de su
soberanía, y por lo tanto a participar realmente en la democracia, si no es
formando parte de esta clase. La voluntad general, de que hablaba Hans Kelsen,
que se materializaba en la Ley, que es el marco normativo de la convivencia
social terminaba siendo algo decorativo e infuncional.
GANADORES Y PERDEDORES
Por todo esto hay gobernadores priístas que ante
la ineludible derrota presionan para que Peña Nieto pacte con Morena una
transición suave, pues no quieren pagar los platos rotos y quieren salvar algo.
Si gana Meade gana el grupo que lo
impulsa de Luis Videgaray. Si pierde gana Videgaray quien agandalló las
posiciones legislativas, lo que es causa de malestar de diversos grupos
priístas desplazados.
En el PAN está más que claro
que si Anaya pierde, el partido de por sí fracturado, será botín de los grupos
hechos a un lado, como el calderonista, quienes vendrán por la revancha y el
PRD, se juega su carta final, como los empresarios que lo promueven, pues en un
eventual escenario como el que se propone, la derrota será el último clavo de
su ataúd, pues ese partido ya fue desfondado por Morena.
LA ULTRADERECHA AL PODER: EL TONTO INÚTIL
Como buen ultraderechista, el
candidato de la coalición “Por México al Frente”, propone combatir el fuego con
el fuego. Afirma que usará inteligencia
y fuerza para bajar la inseguridad, producto de una guerra sin estrategia
convertida en carnicería que lanzó su hoy enemigo a quien guiñe el ojo, Felipe
Calderón.
A Ricardo Anaya le pesa su
pasado como defensor y promotor de las reformas peñanietistas avaladas por el
Pacto por México, así como su dispendiosa vida y su trayectoria llena de
truculencias, traiciones y mentiras y la lista incluye a Gustavo Madero, Felipe
Calderón, Margarita Zavala, EPN, Miguel Angel Mancera, etc.
Bajo la guía de personajes de
dudosa reputación como “El Jefe” Diego Fernández de Cevallos, autor de las
“concertacesiones” salinistas, Santiago Creel, secretario de Gobernación
foxista, Jorge Castañeda, un exrenegado comunista y canciller de Fox y quien no
hace mucho hablaba pestes de Anaya y Rubén Aguilar, un ex guerrillero de El
Salvador y vocero también de Vicente Fox, “El Cerillo”, pretende encabezar a
una coalición de derecha pro empresarial para parar la ascendente campaña del
Peje.
Con esos coqueteos con el
PRI-Gobierno, escribió el analista político Jesús Silva Herzog-Márquez, el
Frente “…destrozó sus escasísimas credenciales de renovación que podía ofrecer
esa opción partidocrática”.
Leonardo Curzio en la cita de
Citibanamex, le puso la banderilla al exchico Maravilla cuando lo cuestionó
respecto a su disposición de negociar con Peña Nieto. El beso de la muerte que
llevó al suicidio a Anaya ya estaba dado.
El llamado “voto útil” a que
apela “El Cerillo”, se definió desde un principio en contra de quienes signaron
el Pacto con México y Anaya, al acercarse a Los Pinos, por consejo de Jorge
Castañeda, cayó en la trampa y quedó evidenciado de que fue usado como parte de
la guerra sucia contra el puntero AMLO. Como “tonto inútil”, quedó reducido el
frentista.
La salida de Enrique Ochoa,
“El Clavillazo” de la presidencia del PRI y la llegada de René Juárez,
identificado con Miguel Angel Osorio Chong, de quien fue subsecretario de
Gobernación, fue tomado como una señal de que no habrá anda de alianza entre el
PAN y Los Pinos.
Esta llegada de uno de los
“duros” al partido, es indicativo de que los políticos de la vieja guardia van
al rescate de lo que puedan en el naufragio anunciado y de que el “ciudadano”
Meade y el grupo tecnocrático que lo promueve no funcionaron.
Y el líder de Morena, al
exhibirse en uno de sus multitudinarios mítines flanqueado por los
expresidentes del PAN, los más ganadores de su historia, Manuel Espino
Barrientos y Germán Martínez, lanzó un fuerte gancho al hígado a Anaya.
EL EMPRESARIADO ULTRACONSERVADOR: LOS CANTOS DE LAS
SIRENAS
Para buena parte del
empresariado mexicano, principalmente aquel que hace negocios al amparo del
poder, la democracia ha sido una coartada.
En 1982, a raíz de la
nacionalización bancaria, un sector de la IP hizo berrinche y se fue a reforzar
al PAN y fueron conocidos como los “neopanistas”. Entre ellos destacaron
Vicente Fox, Manuel“Maquío” Clouthier, Santiago Creel, Fernando Elizondo,
Francisco Barrio, etc., quienes bajo las siglas blanquiazules llegaron al
poder.
Hoy, los cantos de sirenas de
los hombres del dinero, a más de nerviosos, claman por un redentor que proteja
sus rentas y lo mismo les da Meade que el “Little Chicken” frentista, ambos
partidarios del neoliberalismo rapaz. La
desesperación hace presa de los gargantones aburguesados.
De ahí que se haya destapado
la intentona de conformar un TUCAM (Todos Unidos contra Andrés Manuel) por
parte de un grupo empresarial que presionan a Meade y a Margarita para que
declinen –realmente o de facto— a favor de Anaya, para conformar un frente unido
en contra del Peje.
Ese apanicamiento que se ha
apoderado de la casta empresarial neoliberal hizo que un reservado Carlos Slim,
saltara a la palestra a dar la cara con motivo de la construcción del Nuevo
Aeropuerto de la CDMX. Y el magnate no salió a defender los afores de Inbursa
invertidos en la obra sino el proyecto elaborado por su yerno en beneficio de
contratistas amigos y el suyo propio.
Las presiones de empresarios
ligados al Consejo Coordinador Empresarial, banqueros y opinadores –escribió Jenaro
Villamil—para que Meade y Margarita Zavala declinaran a favor de Anaya, fue
bateado por el expanista vocero de la campaña priísta Javier Lozano con un
lacónico: “…no puede haber voto útil por un inútil”.
Ante el ruido de las
declinaciones, el presidente Peña, lanzó su “no se hagan bolas”, cuando afirmó
que lo más seguro es que Anaya decline a favor de Meade y no al revés, como
reporta la comentocracia.
LOS INTELECTUALES ORGÁNICOS: LA COMPARSA DE CASTAÑEDA
Y a ese canto de las sirenas
se han sumado opinadores e intelectuales que han comprado la idea de “El Güero”
Castañeda como viable, quien como canciller, por esos aceleres que le son
propios llevó al gobierno de Vicente Fox al choque con un aliado estratégico
histórico de los gobiernos priístas en el famoso affaire del “comes y te vas”,
que destapó la trama armada para dañar a López Obrador, del polémico
constructor argentino Carlos Ahumada, en donde metieron mano Carlos Salinas,
Diego Fernández, Vicente Fox y hasta el presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación Mariano Azuela: El comandante Fidel Castro Ruz.
Prácticamente Castañeda ha
sugerido que Meade y Zavala, le hagan de comparsa de su pupilo para encaramarlo
en la presidencia al trasladarle en automático sus votos.
Ese sueño guajiro de “El
Güero”, para quien Armando Ríos Piter, el exsenador perredista y fallido
aspirante a la candidatura independiente a la presidencia hoy apoyando al
candidato del PRI-PVEM-PANAL, era el “Macron mexicano”, choca con la realidad, cuando entre priístas
y panistas un 80% prefiere a AMLO como segunda opción.
Ni un voto para Anaya, fue el
mensaje que se dio con el relevo en la presidencia tricolor.
CUANDO EL TIGRE NO ES DE PAPEL
Los señalamientos de AMLO
sobre el cabildeo de algunos hombres del dinero con Anaya y de sus presiones
para orillar a la declinación de Meade y Zavala a favor del panista, hizo poner
el grito en el cielo a la Coparmex, el Consejo Coordinador Empresarial, la
Concamin y el Consejo Mexicano de Negocios, quienes sin pudor han salido a los
medios a hacer política vía desplegados ilegales.
López Obrador indicó que
encabezan esa negociación el empresario minero, Alberto Baillères, financiador
de Margarita; Germán Larrea, director ejecutivo de Grupo México, empleitado con
Napoleón Gómez Urrutia; Eduardo Tricio, presidente del Consejo de
Administración de Grupo Lala; Claudio X. González, de Kimberly Clark, y
Alejandro Ramírez, presidente de Cinépolis.
Como una minoría rapaz que
tiene secuestrado al gobierno, les respondió el Peje, a los empresarios que se
le enfrentan. Ante tal autoritarismo de la élite económica, el Peje, parece más
inofensivo de Fray Ivo Toneck.
Huerfanitos se notan los
poderosos magnates ante el viraje que viene.
Existe un sector
empresarial, que está por llevar la
fiesta en paz y por llegar a acuerdos con el tabasqueño, a quien auguran la
victoria en los comicios.
“Llegó el momento de rescatar
a nuestro país”, soltó en las redes el actor Damián Bichir.
LA CONSIGNA ES ELIMINAR COMO SEA AL PUNTERO
Declarado enemigo público
número uno, el Peje, quien ha capitalizado el hartazgo social, se ha
posicionado como quien encarna las esperanzas de cambio.
La última encuesta del diario
Reforma ubica a López Obrador con un 48% de voto posible ante un 32% de Anaya. Desde los años 30´s, no se miraba en México
un fenómeno de masas como el que concita el tabasqueño.
El feroz linchamiento que
encabezan las fundamentalistas cúpulas empresariales en un país inmerso en una
guerra no declarada que ha dejado miles de muertos y desaparecidos, se torna
peligroso.
Ni los señalamientos que se
le pretenden endilgar de populista irredento a la Maduro o Chávez, han
permeado, cuando muchos de los beneficiados con las políticas neoliberales
tuvieron en Carlos Salinas, a un populista de carne y hueso, con el PRONASOL y
su “liberalismo social” y en Vicente Fox, alguien que fue populista seis años,
mientras Calderón el 3 de enero de 1997 se vistió con la casaca militar.
El desprecio por los débiles,
anota Umberto Eco en su ensayo “El fascismo eterno”, es una ideología propia de
los fascistas. Para estos no puede haber patricios sin plebeyos. Buscan el
poder no a través del mandato, sino de la fuerza. El fascismo, dice el autor italiano, con sus
múltiples caras se va instando en una sociedad sin que nadie lo note.
Los virulentos ataques en su
contra se han multiplicado en comparación del 2006, cuando Antonio Solá, acuñó
la frase “Un peligro para México”, que hoy no ha hecho mella ante el enojo
colectivo, pero si han desatado infinidad de bajas pasiones ajenas al juego
democrático.
En el toma y daca de Tercer
(Le)Grado en Televisa, el morenista llevó a pasear a los entrevistadores, como
antes hizo lo mismo con los de Milenio TV. A Joaquín López Dóriga, quien finge
como asesor político oficioso de Meade, se le vio un carón todo el programa.
Fracaso el comunicador en su compromiso de hacer ver mal al Peje.
Y al nobel Mario Vargas
Llosa, convertido en su opositor, la respuesta les llegó desde el espacio,
cuando el astronauta Neri Vela, un convencido pejista, calificó la versión que
difunde el peruano de apocalíptica.
Las alianzas que López
Obrador, armó internacionalmente con los laboralistas ingleses lo que le
permitirá tener un pie en Europa, hizo que despreciara “apoyos” como el de
Dante Delgado de Movimiento Ciudadano o del PANAL, que eran más bien un
estorbo.
La mesa está servida y solo
un escenario “extraordinario”, entre los podría estar un tema de “seguridad”,
afirma el publicista español podría impedir que triunfe con más de 45 puntos y
a quien su discurso antisistema le ha dado popularidad.
Todo esto ha creado
–artificialmente, obvio-- un ambiente
que hace recordar el fatídico año de 1994, previo a la ejecución de Luis
Donaldo Colosio.
Nadie parece querer detenerse
ante la violencia verbal que tiende a
extenderse. La política, también
es prudencia, sostenía Aristóteles.
Y eso parecen olvidarlo los
detractores del Peje…