Estaba llamado a ser el heredero del
Cártel de Sinaloa, pero su enfrentamiento con la dinastía de “El Chapo” Guzmán
lo cercó y permitió su detención hace un año. Hoy está señalado como posible
autor intelectual del asesinato del periodista Javier Valdez.
Ciudad de México, 6 de mayo
(Infobae/SinEmbargo).– Este 15 de mayo se cumple un año del asesinato de uno de
los periodistas más respetados y queridos en México, Javier Valdez, fundador
del semanario Ríodoce de Sinaloa.
Él, como pocos, describió las
entrañas del narcotráfico en su estado natal, y las operaciones del Cártel de
Sinaloa, hoy en manos del hermano y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
De cómo se hicieron del
poder, dejando atrás a uno de los líderes del cártel, Dámaso López, “El
Licenciado”, escribió Javier antes de su asesinato. Y eso pudo costarle la
vida, presumen las autoridades.
Así apareció Dámaso López en el video
que tomó un hacker a su servicio que lo traicionó. Foto: Especial
A estas alturas, la
investigación de su asesinato tiene la mira puesta en “El Licenciado”. El jefe
narco que presuntamente pagó el asesinato del periodista al precio de una
pistola con su emblema. Al menos eso aseguró “El Koala”, el único de los tres
presuntos asesinos detenidos hasta ahora, quien solicitó protección y cambio de
prisión por temor a represalias.
“El Koala” fue detenido el 23
de abril y dos días después tuvo su primera audiencia ante un juez que lo
vinculó a proceso como uno de los presuntos asesinos de Javier. No declaró,
pero las evidencias apuntan a que él, junto con otros dos hombres identificados
como Francisco y Luis, recibieron la orden de matar al periodista por sus
publicaciones sobre las pugnas internas en el Cártel de Sinaloa: la poderosa
organización criminal que Dámaso López ayudó a construir como mano derecha y
compadre de “El Chapo”. Esta es su historia.
Dámaso López Núnez, “El Licenciado” fue
detenido en mayo de 2017, en la ciudad de México. Foto: Especial/Cuartoscuro
UNA INFANCIA DE PRIVILEGIO
Originario de Eldorado,
Sinaloa, donde nació el 22 de febrero de 1966, Dámaso López tuvo una vida
privilegiada de estudiante, que lo distingue de la mayoría de los capos de su
generación: muchos de ellos pobres, con educación básica y en origen
trabajadores de campo donde comenzaron con el cultivo de mariguana o amapola,
como en el caso de “El Chapo”.
Dámaso no. Él es hijo de un prominente
funcionario local, a quien llamaban Don Dámaso (López García), que fue
recaudador de impuestos, presidente de los ganaderos de la región y síndico
–funcionario municipal– de su pueblo en 2007 por el oficial Partido
Revolucionario Institucional (PRI). Don Dámaso tuvo los recursos suficientes
para hacerse de propiedades como un rancho de 6 hectáreas con lago, palapas,
capilla, canchas deportivas y una residencia de lujo.
Su hijo, por lo tanto, pudo
estudiar en una escuela privada de monjas carmelitas y cursar su educación
superior en la Universidad de Occidente. De allí salió con un título de derecho
y el mote que lo distinguiría en el mundo de las drogas como “El Licenciado”.
A los 25 años Dámaso López
tuvo su primer trabajo como policía judicial y hasta dirigió un programa de
detección de prófugos que lo llevó al sistema de prisiones, donde su biografía
cambió ruta en 1999. Ese año Dámaso López se convirtió en subdirector del penal
federal de Puente Grande, en Jalisco, bajo las órdenes del director Leonardo
Beltrán Santana. Allí estaba preso por primera vez un joven narcotraficante
detenido en Guatemala en 1993: Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Nada le convino más a “El
Chapo” que el nombramiento de aquellos dos funcionarios, los dos originarios de
Sinaloa y ya con vínculos con el Cártel de Sinaloa. En su libro “Los señores
del narco”, la periodista Anabel Hernández afirma que Dámaso López, entonces de
33 años, llegó a la subdirección de Puente Grande, por amigos de “El Chapo” y
acompañado de un grupo de colaboradores a quienes llamaron “Los Sinaloas”.
“A raíz de su llegada al
Centro de Readaptación Social, la disciplina se convirtió en artículo del
reglamento que nadie ponía en práctica”, escribe la periodista. Al penal
ingresaban mujeres, celulares drogas y viandas para “El Chapo” y dos amigos
suyos: Héctor El Güero Palma y Arturo Martínez Herrera. Todo gracias al
“Licenciado”.
De Puente Grande, “El Chapo”
se fugó por primera vez el 19 de enero de 2001 y su escape selló la lealtad y
amistad con “El Licenciado”, quien había renunciado a su puesto apenas unos
meses antes, en octubre del año 2000. Sin embargo, había seguido visitando a
“El Chapo” hasta 10 días antes de su escape.
Dámaso López Núñez, El Licenciado. Ayudó
a escapar a Joaquín El ChapoGuzmán del penal de máxima seguridad de Puente
Grande, Jalisco, en 2001. Foto: Especial
EL DISCRETO CAPO
La investigación de la fuga
de “El Chapo” colocó por primera vez el nombre de Dámaso López en la mira de
las autoridades federales, que lo señalaron como artífice de la fuga al operar
la red de funcionarios públicos que permitieron a Guzmán Loera salir del penal
en un carrito de lavandería, de acuerdo con la versión oficial.
A partir de ese momento,
Dámaso se incrustó en el primer círculo de confianza de “El Chapo”, al
convertirse en su hombre de confianza, su operador y negociador en el negocio
de las drogas, el jefe de su propio ejército de sicarios y su compadre –el hijo
de Dámaso López, conocido como el “Mini Lic” es ahijado de Guzmán Loera.
De acuerdo con la periodista
Anabel Hernández, “durante 15 años de servicio a “El Chapo”, (“El Licenciado”)
construyó su propia estructura criminal, que incluía la compra de autoridades
mediante grandes sobornos y una amplia red en México, Estados Unidos, Centro y
Suramérica, dedicada al narcotráfico”.
Las autoridades de Estados
Unidos, en sus investigaciones, detectaron que “El Licenciado” llegó a tener
bajo su control las conexiones del Cártel de Sinaloa con grupos de narcotráfico
en Colombia y Perú, y el tránsito a través Panamá.
En enero de 2013, la Oficina
de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados
Unidos, (OFAC por sus iniciales en inglés) determinó que “El Licenciado” tenía
un “importante papel en el tráfico internacional de drogas”, y lo señaló como
responsable de enviar varias toneladas de narcóticos de México a Estados
Unidos.
En marzo de ese mismo año,
fiscales federales de Estados Unidos lo acusaron de cargos de narcotráfico y
lavado de dinero, y calcularon que el producto de sus actividades criminales
ascendía a unos 280 millones de dólares.
LA LUCHA POR EL PODER
De Dámaso López se sabía
poco. Aun ahora, preso en Estados Unidos no hay mucho más de su vida que lo
indagado ya por la prensa nacional.
Discreto siempre, antes de su
detención sólo se conocía una foto de él de hacía más de una década. Por eso
sorprendió el video con su imagen que transmitió Televisa en 2017. Las imágenes
las había captado un hacker que ayudó en su captura. Nadie, ni las autoridades,
habían visto una foto suya reciente.
“El Licenciado” durante su traslado al
penal de Ciudad Juárez, en Chihuahua. Foto: Especial/Cuartoscuro
“Quienes lo conocen lo
describen como un hombre astuto, explosivo, visceral y que no se tienta el
corazón para tomar decisiones que tengan que ver con su poder dentro el negocio
de las drogas”, escribió Anabel Hérnadez.
Ya encumbrado en la cima del
Cártel de Sinaloa, junto con el “Mayo” Zambada, “El Licenciado” se perfiló como
el relevo natural de “El Chapo” Guzmán. Así lo dijo el mismo Guzmán Loaera a
las autoridades, al ser detenido en Mazatlán, Sinaloa, en febrero de 2014. De
acuerdo con el periodista Carlos Loret de Mola, los marinos que lo
aprehendieron interrogaron al capo sobre su posible sucesor y este les
contestó. “Seguramente será mi compadre Dámaso”, diría el “El Chapo”.
Al año siguiente, en julio de
2015, Joaquín Guzmán volvió a escapar. Esta vez del penal del Altiplano, en el
Estado de México, a través de un túnel. Hubo quienes sospecharon que detrás de
su fuga estaba de nuevo la mano de su compadre Dámaso López.
Atrincherado para evitar su
captura, se presume que “El Chapo” hizo a un lado a Dámaso del poder del
cártel, confiándoselo a su hermano Aureliano Guzmán Loera, “El Guano”, y a sus
hijos Iván Archibaldo y Alfredo.
Para entonces, Dámaso López
ya tenía su propio grupo dentro del cártel, conocido como Fuerzas Especiales de
Dámaso (FED), que controlaban la parte sur de Sinaloa y Baja California Sur.
Con su propio “ejército”,
Dámaso quiso enfrentar a la dinastía Guzmán Loaera, luego de la tercera captura
de “El Chapo” en enero de 2016. Y allí comenzó la guerra.
La atención centrada en su
compadre permitió que “El Licenciado” estuviera fuera del radar de las
autoridades durante un tiempo. Pero la violencia en Sinaloa que desató el
enfrentamiento entre grupos del Cártel de Sinaloa lo colocó de nuevo en la
mira.
Ya con “El Chapo” fuera de
juego, extraditado en Estados Unidos, hay versiones que apuntan a que Dámaso
buscó una alianza con el jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG),
Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, y con Alfredo Beltrán Guzmán, “El
Mochomito”, del Cartel de los Beltrán Leyva.
Después, en agosto de 2016,
ocurrió el secuestro de los hijos de “El Chapo” en el restaurante La Leche, de
Puerto Vallarta, Jalisco. El hecho fue atribuido a integrantes del CJNG como
parte del acuerdo con Dámaso López. De acuerdo con el semanario Ríodoce, Ismael
“El Mayo Zambada negoció su liberación. Pero este hecho selló la ruptura dentro
del Cártel de Sinaloa.
De manera pública, en una
carta enviada al periodista Ciro Gomez Leyva, los hijos de “El Chapo” acusaron
la traición de Dámaso y afirmaron que había atentado contra el Mayo Zambada.
Entonces vino la revancha.
En abril de ese año la Marina
asesinó a uno de los lugartenientes de “El Chapo” y sus hijos: Francisco Javier
Zazueta Rosales, “Pancho Chimal”, quien había escapado de la prisión de
Aguaruto un mes antes, en marzo.
De acuerdo con información de
la prensa local, las autoridades pudieron montar el operativo en su contra
gracias a una llamada anónima que recibieron de la localidad de Eldorado. El
delator dio información detallada de su ubicación en el poblado de San
Cayetano, de la sindicatura de Tepuche. Allí estaba con 5 de sus hombres, quienes
enfrentaron a los marinos. “Pancho Chimal” cayó abatido.
Las grietas en el Cártel de
Sinaloa, las traiciones y detenciones fueron cerrando el cerco en torno de
Dámaso López.
La última captura del “Chapo” Guzmán
desató la guerra en Cártel de Sinaloa. Foto: Cuartoscuro
Así las autoridades pudieron
contactar a uno de sus hackers, a quien Dámaso había contratado en 2016 para
montar una campaña viral en contra de los hijos de”El Chapo”, según sus propias
palabras, publicadas por Vice en mayo de 2017.
Ese hacker filtró después a
la prensa imágenes y un video de Dámaso de ese año, que aparecieron en medios
en abril de 2017, en medio de la pugna dentro del Cártel de Sinaloa. Por primera
vez las autoridades miraron el rostro de Dámaso, ubicaron al hacker y le
ofrecieron protección y 1.5 millones de dólares para que ofreciera información
sobre El Licenciado.
Su detención ocurrió el 2 de
mayo de 2017, en la colonia Anzures de la Ciudad de México. Estaba solo, sin
escoltas. Ahora está preso en el penal federal número 9 de Ciudad Juárez,
Chihuahua, donde estuvo su compadre “El Chapo” antes de ser extraditado a
Estados Unidos.
A un año de su captura, “El
Licenciado” está de nuevo en la mira de las autoridades que investigan el
asesinato de Javier Valdez.
ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON
AUTORIZACIÓN EXPRESA DE INFOBAE.
(SIN EMBARGO/ INFOBAE/ ELIA BALTAZAR/06 DE MAYO 2018)
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