domingo, 22 de octubre de 2017

HACE UN MES, EL PAÍS SUFRÍA POR UN MITO CREADO EN TELEVISIÓN: “FRIDA SOFÍA”. ¿CÓMO LLEGÓ TAN LEJOS?


Hace un mes, fue “localizada” bajo los escombros de la escuela Enrique Rébsamen “Frida Sofía”, una niña de entre 12 y 13 años que tuvo en vilo a todo México, pendiente casi dos días de su inminente rescate tras el terremoto.

A pesar de las confirmaciones oficiales y del entusiasmo con que Televisa y otros medios hicieron suya la historia, al final supimos que la niña nunca existió. Este es el relato de cómo se produjo tan singular malentendido.

Este texto fue publicado originalmente en el sitio del periodista Diego Salazar y en ElDiario.es, de quien SinEmbargo es socio de contenidos, con el título: “Frida Sofía no estaba allí o los peligros del periodismo en directo”. Lo compartimos a los mexicanos por el enorme interés que genera el tema.

Diego Salazar*
Ciudad de México, 22 de octubre (ElDiario.es/SinEmbargo).- El pasado 20 de setiembre, a las 9:18 de la mañana– veinte horas después de que un terremoto de 7.1 grados remeciera la Ciudad de México– la periodista Danielle Dithurbide conectaba en directo con el set de Televisa Noticias, donde se encontraba el presentador Carlos Loret de Mola.

Dithurbide, conductora de un noticiero matutino y directora de información internacional de noticieros Televisa, había llegado la tarde anterior al colegio Enrique Rébsamen, ubicado al sur de la ciudad.

En el momento del terremoto, el 19 de setiembre a las 13:14 horas, Dithurbide se encontraba en las oficinas de Televisa Chapultepec, en el corazón de la ciudad, según me dijo en una de nuestras conversaciones telefónicas. Siguiendo el protocolo del canal de noticias “24 horas” de Televisa y Foro TV, Dithurbide empezó a transmitir en vivo los detalles de la emergencia junto a otros dos periodistas desde el set.

A las 17:00 horas, luego de casi cuatro horas frente a cámara y de que tomara el relevo la conductora principal de Noticieros Televisa, Denise Maerker, Dithurbide subió a una moto que la llevó hasta el colegio Enrique Rébsamen. Uno de los edificios de la escuela había colapsado ante las cámaras horas antes y se creía que había niños y profesores por rescatar.



Dithurbide cuenta que mientras se encontraba al aire en el set, la redacción le iba pasando datos de los lugares donde se habían reportado daños y el nombre de la escuela Rébsamen se le quedó grabado porque las anotaciones indicaban: “hay niños atrapados dentro”.

Cuando su jefe le indicó que saliera a reportear desde el terreno, Dithurbide buscó el colegio en Google Maps e indicó al motorizado que la llevara para allá. Este es el trayecto entre los estudios de Televisa y la escuela Rébsamen:



En condiciones normales, y a bordo de una moto, el camino debe tomar unos 20 minutos. Según cuenta la reportera, esa tarde tardaron alrededor de una hora porque “todas las calles, todas las avenidas estaban paradas, parecían un gran estacionamiento”. Durante esa hora, desde detrás de la moto la periodista vio “casas derrumbadas, cadenas de remoción de escombros impresionantes, gente caminando como zombies entre los coches, gente con letreros, cartulinas que decían ‘hablo inglés, si necesitas ayuda acércate’, ‘dame ride, no me tengas miedo’, gente muy agresiva, gente muy nerviosa”.

Una vez que llegó a la escuela, la periodista empezó a enviar despachos telefónicos desde una tienda cercana porque al principio y debido al caos no consiguió encontrar al camarógrafo que se suponía estaba en la zona y, además, la señal celular era muy débil. Su primer reporte en vivo, en conversación con Maerker, tuvo lugar a las 18:16 de ese martes 19.

Pero no sería sino hasta la mañana siguiente, luego de haber enlazado en directo unas 15 veces a lo largo de la noche, que su nombre empezaría a hacerse familiar para todos los mexicanos.

La mañana del jueves 20 a las 9:18, el relato de Dithurbide decía así:

“Las imágenes que ustedes están viendo son desde el techo de una de las estructuras de la escuela que se mantiene en pie. Estamos literalmente en la zona cero de esta desgracia y estamos viviendo un momento muy emocionante, Carlos. Te puedo confirmar que están teniendo contacto con una niña con vida, le acaban de pasar una manguera para que pueda tomar agua […] Está muy alejada de la zona a la que pueden tener acceso hasta el momento los rescatistas, pero, bueno, te puedo confirmar que está con vida y que tan sólo en unos minutos podremos estar al aire con el rescate de esta pequeñita”.



El rescate, pudimos saber casi 30 horas después, no iba a ocurrir nunca. Es más, la pequeñita “no fue una realidad”, en palabras del subsecretario de Marina, el Almirante Ángel Enrique Sarmiento.

El jueves 21, a las 14:05 horas, Sarmiento leía ante las cámaras un comunicado que afirmaba que no quedaba ningún niño por rescatar y “que la versión que se sacó con el nombre de una niña, no tenemos conocimiento, nosotros nunca tuvimos conocimiento de esa versión [sic]”.




Esto pese a que tanto él como el Almirante José Luis Vergara, Oficial Mayor de la Marina y responsable junto a Sarmiento de las labores de rescate en el colegio Rébsamen, habían repetido lo contrario a las cámaras de distintos medios los días anteriores.




Pese a que entre las 9:00 de la mañana del 20 y las 14:00 del 21 la pequeñita había adquirido nombre (“Frida Sofía”)– confirmado en una entrevista en directo con Milenio TV por el Almirante Vergara a las 23:00 horas del día 20; pese a que se le asignó una edad (entre 12 y 13 años); pese a que se dijo primero que sus padres estaban presentes en la escena, para que luego, horas después, el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, dijera lo contrario en directo durante una comunicación telefónica con los periodistas Denise Maerker y Joaquín López Dóriga; pese a que se dijo, en distintas ocasiones, que había sido ubicada por perros de rescate, que un escáner térmico – en realidad dos– había registrado su temperatura corporal, que había respondido con golpecitos, que habían escuchado su voz, sus gemidos y llanto, que se habían comunicado con ella, que había dicho su nombre y que, incluso, había indicado que tenía dos, tres y hasta cinco cuerpos cercanos que ella creía estaban con vida; a que se dijo que ella y los otros niños –dos, tres, cinco– estaban a salvo debajo de una mesa de granito en la oficina de la directora de la escuela; que se le había dado agua, que había hablado con uno o varios rescatistas y hasta con una maestra…

Toda esta información, nombre incluido, fue divulgada o validada en distintos momentos, durante los días 20 y 21, por el Almirante José Luis Vergara o por el Almirante Sarmiento, responsables del centro de mando, delante de una cámara de televisión o en conversación con periodistas.

Un detalle tangencial, que a muchos ha pasado desapercibido, es que Frida Sofía es también el nombre de la hija de una de las artistas más populares de México.

¿Se acuerdan de ese hit noventero de Alejandra Guzmán llamado “Yo te esperaba”?

A quien Alejandra Guzmán esperaba cuando compuso esa canción es a su hija Frida Sofía, quien hoy, a los 26 años, convertida en instructora de fitness y chica de portada Playboy, acumula medio millón de seguidores en su cuenta de Instagram y aparece con regularidad en las páginas sociales de los medios mexicanos.



Así que cuando el día 20, fuentes oficiales y periodistas ubicados en la escuela Rébsamen empezaron a repetir que la niña del rescate inminente se llamaba “Frida Sofía”, el nombre –sonoro de por sí– no tuvo que hacer mucho para clavarse en la memoria del público.

El nombre y todos los otros detalles que fueron surgiendo a lo largo de los dos días fueron además corroborados ante cámaras –y fuera de ellas– por distintos rescatistas, miembros de la Marina o el Ejército y civiles. Algunos de los cuales eran, de hecho, las fuentes originales de la información. Léase, aquellos que habían realizado algún descubrimiento y lo habían comunicado a Vergara y Sarmiento, y que luego declararon por su cuenta a los periodistas. Volveré sobre este punto, fundamental, más adelante.

Luego del desmentido de Sarmiento y de las disculpas públicas que él y Vergara más tarde ofrecerían también ante cámaras, las redes sociales mexicanas estallaron.



En Twitter y Facebook todos tenemos siempre a mano una antorcha encendida y un trinche afilado para linchar a quien, creemos, ha cometido un error. Yo mismo, periodista y analista de medios, lancé una serie de tuits y estados de Facebook en los que reflexionaba sobre la importancia de dudar de las fuentes oficiales. Dirigiendo las críticas, como casi todos los periodistas cuyos comentarios leí, a los reporteros de Televisa que habían dado cuenta de la historia de “Frida Sofía”.



Digamos que la Marina y el Gobierno mexicano tuvieron suerte de que fuera Televisa –y su querencia por las telenovelas– quien puso en pantalla durante dos días la historia de esa pequeñita inexistente bautizada con el nombre más mexicano que se nos pueda ocurrir.

Sólo el odio que despierta Televisa y su siempre cuestionada relación con el Gobierno de turno consiguió que pasemos por alto el desastre que fue la gestión de información de los responsables del rescate en el colegio Rébsamen.

Como muestra un botón.

El miércoles 20, a las 14:39, el subsecretario Sarmiento aparece en directo frente a una multitud de cámaras y micrófonos junto a tres rescatistas. Uno de ellos, llamado Juan Ramiro de la Fuente, le explica lo que ha hallado el escáner térmico que opera.

“Tenemos dos temperaturas, este que vemos aquí puede ser tórax, o sea órganos vitales. Ahorita confirmados por la doctora de policía federal”, dice De la Fuente. En ese momento interrumpe otro rescatista, vestido de azul y casco amarillo: “Dice que puede ser un cuerpo. Y debe estar con vida, porque la temperatura de todo el entorno es fría y un cuerpo sin vida toma la temperatura del entorno”. Ahí retoma la explicación De la Fuente: “Mi recomendación sería tratar de ver un ángulo distinto, con una cámara, con la intención de asegurarlo al cien, para poder ahora sí utilizar todos los recursos. Tendríamos que volver a entrar al compañero –en este momento, un tercer rescatista a su derecha, con camiseta militar, dice ‘Yo soy’-, tendríamos que volver a entrar para tratar de girar un poco la cámara a ver si pudiéramos ver el tórax y más de la cabeza y de los brazos”. Aquí vuelve a intervenir el segundo rescatista, que dice: “Pero definitivamente es un cuerpo con vida”.

En ese momento, Sarmiento, a quien toda esta explicación iba dirigida (además de a las cámaras de televisión, claro), pregunta: “¿Y gritaron ‘mueve los dedos’?”. Los tres rescatistas asienten y dicen que sí. El tercero, el de la camiseta militar, dice: “Movió y con el escáner logramos detectar. Y después me pasaron la cámara técnica y ya con eso [sic.]”. Sarmiento aquí pregunta: “¿Físicamente, la ven?” Los rescatistas dicen que no. De la Fuente aclara: “En la parte de movimiento y en la parte térmica está confirmado. En la parte sonora no está confirmado, hay mucho ruido ambiental. Entonces tendríamos, pues, tratar de tomar una adicional [sic.]”. El rescatista de la camiseta militar interviene: “Yo creo que hay que girar”. Sarmiento, dirigiéndose a él dice: “¿Quién entraría otra vez? ¿Tú?” El rescatista asiente y un cuarto rescatista con casco blanco detrás de él dice: “Volvería a entrar él, mi Almirante”. Sarmiento aquí se dirige a De la Fuente y le dice: “¿Tú también entrarías de nuevo?”. Este responde: “Sí, pero yo entro en la parte exterior. Yo llevo el apoyo técnico con él. Entraría la parte de la Secretaría de Marina, el grupo de rescate es el que entraría con él”. Sarmiento asiente y dice: “Ok, sale. Adelante”.

Aquí pueden ver la escena casi al completo. Ocurre entre el minuto 7:24 y el 8:45:



Un minuto después, Sarmiento declara de nuevo en directo, esta vez ante las cámaras de Milenio TV: “Responde a las señales, le indican que mueva las manos y al menos en el equipo térmico hay movimiento. Físicamente no la ven, pero con el equipo térmico está respondiendo, entonces ahorita lo que van a hacer es corroborar por otro medio que realmente esté la niña ahí y entonces ahora sí meter más equipos para poder sacarla”. Pueden verlo aquí:




Conversé por teléfono con Juan Ramiro de la Fuente, voluntario civil, miembro de Rotary International, unos días después, cuando se encontraba, según me dijo, ayudando en otras labores de rescate en Oaxaca.

De la Fuente tiene 20 años de experiencia en rescate en estructuras colapsadas y opera ese equipo térmico y de ultrasonido, propiedad del Rotary, desde hace unos dos años. Le pregunté si la explicación que vimos por televisión fue en realidad en directo. Es decir, si el subsecretario Sarmiento se enteró al mismo tiempo que todos los televidentes de los hallazgos del equipo que él manejaba. Me dijo que sí.

Es decir, el responsable del centro de mando de la Marina permitió que se le diera una información extremadamente sensible, la posible confirmación de la detección de un sobreviviente, ante las cámaras. Convirtiendo así uno de los momentos claves del supuesto rescate en un espectáculo televisivo.

Si uno ve las imágenes o relee la descripción, puede ver cómo lo que era en principio la detección de una variación de temperatura y cierta cautela de De la Fuente recomendando la confirmación de este hallazgo con un nuevo ingreso de un rescatista en el boquete donde se presume se encuentra la niña, se convierte ante cámaras, en cuestión de segundos, en “un cuerpo vivo” que “mueve los dedos”, sin que nadie rechiste.

Quise conocer la versión de los dos oficiales de Marina al mando, entender por qué habían permitido que las cámaras presenciaran esta y otras escenas igual de delicadas, y preguntar acerca de la manera en que habían manejado la información que iban recibiendo durante el rescate. Solicité a la oficina de Atención a Medios de la Secretaría de Marina, tanto por teléfono como por email, conversar con el Almirante Sarmiento y el Almirante Vergara, pero nunca recibí respuesta.

En mi conversación con De la Fuente, le pregunté qué es lo que había podido detectar su equipo, ahora que sabíamos que no había ahí ningún cuerpo con vida en el lugar donde trabajó su escáner. Luego de una compleja explicación, en la que me dijo que “lo que hacen estos equipos son dar probabilidades, porcentajes de aproximación a una hipótesis”, De la Fuente recalcó que su equipo “detectó una temperatura” y “unos sonidos de movimiento”. A continuación, comentó que durante los trabajos tuvieron varios falsos positivos.

Cuando insistí en qué podían haber sido esas temperaturas y movimientos, me dijo: “Muchas cosas, por ejemplo, si tú tienes una entrada de luz a esa zona, por cualquier orificio, esa entrada de luz puede calentar una superficie y eso te lo puede marcar la cámara térmica, si tú tienes un tubo o una lámina o un cable y en la parte exterior está expuesto al sol, como es un conductor puede generar un aumento de temperatura. Esos son los falsos positivos normales en un rescate”.

Sin una multitud de cámaras delante, De la Fuente seguramente habría podido explicarle esto al Almirante Sarmiento, quien, a su vez, podría haber tomado con pinzas la delicada información. En una transmisión en vivo y en directo, “unas temperaturas” se convirtieron en pocos segundos en “un cuerpo con vida”.

Tanto Danielle Dithurbide como otros periodistas –Televisa no fue el único medio que desplegó reporteros y cámaras en la escuela Rébsamen y fue dando detalles sobre la niña y su inminente rescate– tienen parte de responsabilidad al haber transformado esta historia en una telenovela en vivo. Pero casi toda esa responsabilidad recae en la espectacularización propia de la televisión en directo antes que en el trabajo individual de uno u otro reportero.

Incluso algunos medios y periodistas que luego se han colgado medallas incurrieron en prácticas cuestionables, presas también ellos de la urgencia del directo. Por ejemplo, hay cierto consenso entre la prensa y el público mexicano en que quienes desbarataron la “farsa” de “Frida Sofía” fue el equipo de la periodista Carmen Aristegui. Lo cual, en realidad, no es cierto.

Aristegui y su equipo plantearon dudas sobre lo que ocurría en la escuela Rébsamen, alguna de ellas alarmada y alarmante, pero no lograron desbaratar nada porque no llegaron a verificar nada. De hecho, hicieron lo mismo que criticaron a sus colegas de Televisa y otras cadenas: repetir –o amplificar– testimonios ajenos sin hacer esfuerzo alguno para contrastarlos.

Dos ejemplos.

El día 20, a las 12:12 del mediodía, Aristegui conectaba por teléfono con su reportera Laura Castellanos, quien desde el colegio Rébsamen le decía:

“Es una buena noticia. La maestra Amalia Carrillo de sexto de primaria nos dice que desde hace 40 minutos ubicaron a una niña que movió la mano y la están hidratando, precisamente a través de una de estas camelback, le están dando agua, no saben quién es esta niña, simplemente la tienen ubicada y están en las labores de rescate”.

A continuación, Castellanos empieza a dar el reporte de algunas personas que han sido encontradas en el área cuando alguien la interrumpe, a lo que Aristegui replica: “Laura, ¿qué sucedió?”.  Y Castellanos aclara:

“Lo que pasa, me están pidiendo un momento, me acaban de proporcionar la información de la otra persona adulta, cuerpo femenino, me pasaron los datos pero ahorita se está acercando un funcionario de la oficina del Comisionado Nacional de Seguridad y me está… que todavía yo no mencione esta información que directamente me dio la agente del Ministerio Público. Esperamos un momento a que él me precise esta información, Carmen. Bueno, lamentablemente como estoy ahorita en una mesa cargando el celular en la mesa precisamente pensaron que yo era autoridad y ahorita me dieron esa información a mí”.

Pueden ver la secuencia entera desde el minuto 4:13:00:



Pero el momento cumbre de la transmisión de Aristegui Noticias llegaría sobre las 13:00 horas del viernes 21 de setiembre, cuando Carmen Aristegui pone en pantalla y conversa, en vivo, con un muchacho llamado Dorian Riva.

Según explica Aristegui, Riva es “un joven traductor alemán que esta mañana acompañó a los brigadistas alemanes y escuchó a un jefe policiaco mexicano [decir] que “Frida Sofía” no existe y que la esperanza de vida es nula, qué tremendo”. Tras la introducción, Aristegui conecta con Riva para que dé su testimonio en vivo:

“Estaba yo afuera y comenzaron a preguntar por voluntarios que traducieran [sic] alemán para los brigadistas alemanes, y entré. En lo que nos daban un casco y todo para, pues para ayudar, me puse a platicar con uno de los encargados de la Policía Federal, el cual me contó que todo eso de ‘Frida Sofía’ y que están intentando rescatar gente pues que no es cierto, que solamente están intentando que el edificio no colapse. O sea que hay gente adentro pero que la esperanza de vida que tienen es nula, que ya no se les puede salvar, o sea que es muy difícil, pero pues me dijo que eso de que ‘Frida Sofía’ está dentro, que ni siquiera existe una ‘Frida Sofía’, ni siquiera saben qué nombres hay, ni siquiera saben dónde están, o sea en sí no están intentando salvar gente, simplemente están rescatando el edificio. Y me enseñó una foto de una señora alemana que rescataron hace un rato. Él tiene la foto únicamente, dice que no quiere lucrar con la desgracia de los demás y por eso no va a mandar la foto, pero dijo que rescató a una alemana y que ahorita ya no están rescatando gente, que solamente están pues, este, evitando que el edificio colapse”.

La periodista, desde el set, replica:

“Dorian, lo que nos cuentas es muy fuerte porque efectivamente se ha creado una expectativa nacional sobre esta niña, se han hecho crónicas, informaciones que hablan, y las hemos aquí comentado, citando a los medios que están compartiendo estas crónicas, una serie de informaciones en donde se dice que ‘Frida Sofía’, la presunta ‘Frida Sofía’, habría pedido ayuda, que la única palabra que había pronunciado era ‘auxilio’, que había movido la manita, que la habían hidratado, todo eso que se ha ido diciendo a lo largo de las horas. Si no existe una niña ‘Frida Sofía’, bueno, pues, se pone en duda la historia misma”.

El improvisado traductor insiste:

“A mí me dijo que todo eso que se está comunicando desde adentro y que hay gente con ella y con eso, que es mentira. No hay ninguna comunicación desde adentro, y que pues no se sabe si hay gente acompañando a la tal ‘Frida Sofía’, no se sabe”.

Aristegui comenta la ausencia de padres de Frida Sofía y Riva le dice:

“El policía dijo también que no hay ningún papá aquí dentro reclamando niñas o niños, que no hay nadie esperando a sus hijos, y ahí me dijo ‘si tú fueras papá, ¿a poco no estarías aquí esperando a tu hija? No te moverías de aquí’. Dice que no hay ningún papá aquí y que la directora del colegio Rébsamen está yendo de casa en casa a preguntar si están los papás y los hijos, para saber en verdad quién falta. Porque no saben quién falta, no se sabe cuántas personas hay adentro y no se sabe quiénes son”.

Luego de esto, finalmente, Aristegui parece recordar que el trabajo periodístico no se limita a ponerle un micrófono delante a una fuente para que declare sin filtro, por muy explosivo que sea su testimonio, y dice:

“Déjame regresar al punto de tu fuente en este momento, Dorian. Volvemos a decir, tú eres un joven que está trabajando en este momento ayudando a los brigadistas alemanes, que han venido a México a ayudar en la tarea estructural y en este trabajo de traductor del alemán tuviste acceso a lo más cercano, precisamente del asunto, estás directamente trabajando con los alemanes en la traducción. Ahí es cuando este diálogo tuyo con un elemento policíaco o militar o… ¿puedes reconocer quién te dijo lo que nos estás diciendo ahora?”.

El muchacho responde:

“No, no me sé su nombre, pero era un miembro de la Policía Federal, quien acompañaba al encargado de todo esto que está pasando aquí en el colegio Rébsamen. Era el encargado de todo, estaba organizando todo, estaba viendo quién debe entrar y quién no debe entrar, él decía qué se necesita y qué no se necesita, el que me dijo esto iba acompañando a esa persona”.

Aristegui aquí –de nuevo, en vivo y en directo– hace las preguntas que algún periodista tendría que haber hecho antes de poner el testimonio en cámara:

“¿Quieres decir que es alguien que lleva mando en la escena de rescate? Perdón que te lo vuelva a preguntar de esta manera, Dorian, ¿cómo es que fraseó las cosas? ¿Recuerdas exactamente cómo te lo dijo? ¿Por qué empezaron a hablar del tema? ¿Cómo se dio la conversación entre tú y esa persona que ahora nos estás compartiendo?

Aquí pueden ver toda la entrevista:



Recapitulemos. Una de las periodistas más prestigiosas y respetadas de México, azote de los poderosos y crítica severa de sus colegas, pone en pantalla, en vivo y en directo, a un muchacho ubicado en una zona de desastre del que no sabe absolutamente nada, tan sólo el nombre, para que su testimonio se tumbe la operación de rescate que realiza la Secretaría de Marina. Testimonio que, como el mismo muchacho admite, está basado en lo dicho por un tercero, cuya identidad desconocen tanto el entrevistado como la periodista.

¿Cuál es la diferencia– visto lo ocurrido en la cobertura del rescate en el colegio Enrique Rébsamen– entre el trabajo de Carmen Aristegui y su equipo y el de Danielle Dithurbide o Denise Maerker? ¿Quién hizo más esfuerzos por verificar los testimonios que ponían en pantalla? ¿De quién podemos decir que intentó conducirse con el mínimo rigor periodístico exigible?

Que Dorian Riva estuviese parcialmente en lo cierto resulta irrelevante. Aristegui, cuando decidió ponerle una cámara y un micrófono delante, no tenía cómo saber que el muchacho no mentía o su relato era cierto.

El periodismo es, sobre todo, un método, un procedimiento. Y aquí el procedimiento, visto lo visto, tuvo el mismo rigor que una tirada de dados en una mesa de casino. Lo que, lastimosamente, es demasiado habitual en el periodismo televisivo que se hace en vivo.

Muchos periodistas y parte del público ven en la transmisión en directo una cima del periodismo. Un error que historias como esta desnudan. Se piensa que es así porque, posmodernos todos, creemos que la información trabajada por un periodista está mediatizada, y esa mediación supone un obstáculo para conocer la verdad.

La cámara transmitiendo en directo y el periodista narrando al mismo tiempo lo que nuestros ojos ven serían así el ejemplo más puro de periodismo no contaminado por la subjetividad humana.

Pero, en realidad, es precisamente debido a la mediación, a que un periodista se da el trabajo y se toma el tiempo de verificar, contextualizar y narrar unos hechos que ha presenciado o reconstruido a partir de testimonios ajenos, que el periodismo puede acercarnos a la verdad.

El periodismo en directo es casi un oxímoron. En directo pueden presenciarse y hasta narrarse hechos, pero verificarlos y dotarlos de contexto se hace extremadamente difícil. El directo añade una barrera aun más alta, muchas veces infranqueable, a la de por sí complicada labor de hacer periodismo.

Pese a ello, algunos de los periodistas presentes en la escuela Enrique Rébsamen, entre ellos Dithurbide, lo intentaron. Luego de conversar con ella y contrastar su testimonio con decenas y decenas de horas de transmisión, los reportes de otros periodistas y las declaraciones de las distintas personas que hablaron para la televisión, mi conclusión es que su trabajo estaba condenado al fracaso. No porque confiara en una fuente oficial sin verificar, como muchos criticamos instantánea y alegremente en redes sociales. Sino porque esas fuentes oficiales se encontraban montadas junto con los rescatistas en una montaña rusa de entusiasmo de la que nadie, ni siquiera los periodistas, supo bajarse.

Ese es uno de los peligros del directo: sin tiempo para digerir la información resulta extremadamente difícil, si no imposible, que un periodista haga a un lado las emociones de un rescate que ofrece un envión de esperanza en medio de la tragedia.

En una zona de desastre quien controla todo, incluido el flujo de información, debe ser la autoridad al mando. Los periodistas debemos hacer nuestro trabajo intentando no poner en riesgo las labores de rescate, mucho más importantes que la labor informativa ya que de su éxito depende la vida de personas. Muchas veces, eso supone confiar en la información que nos brinda una fuente oficial. No es una confianza a ciegas, ni mucho menos. Hay formas de verificar de forma suficiente lo que se nos dice sin entorpecer los trabajos.

¿Qué podía hacer un periodista que retransmite en directo cuando alrededor reina el caos y el entusiasmo y la principal fuente de información es oficial? ¿Podía haber buscado las listas de alumnos del colegio? ¿Podía haber insistido en hablar con los supuestos padres que aguardaban el rescate de su hija? Dithurbide me dijo que lo hizo, pero cuando uno de los supuestos padres señalados por el Almirante Vergara le pidió respeto, accedió a su pedido y se retiró sin más preguntas.

El problema mayor en el colegio Enrique Rébsamen fue que quien debía controlarlo todo no ejerció ningún tipo de control. Los oficiales al mando no solo no manejaban el flujo de información y recibían datos sensibles -que hubieran tenido que valorar y confirmar en privado- delante de las cámaras. Esa información no solo provenía muchas veces de fuentes civiles sobre las que no tenían ninguna autoridad ni control, sino que, como he explicado ya, la repetían casi de inmediato ellos mismos frente a las cámaras, convirtiéndola así en oficial.

Luego, los rescatistas que habían sido el origen de la información volvían a compartirla ante otras cámaras, sazonando su pequeña pieza con los detalles declarados por otra fuente, haciéndolos suyos sin filtro alguno y acrecentando la bola sin que nadie se percatara ni pisara el freno.

Aquí, por ejemplo, un rescatista que supuestamente ingresó al boquete por donde se buscaba rescatar a “Frida Sofía” cuenta que “la niña hablaba por teléfono y le mandaba whastappsa la directora”:



Aquí otro indica que escuchó “unas voces muy débiles de una niña, al parecer de nombre Sofía…se le preguntaba su nombre y decía ‘Sofi, Sofi’”:



Aquí un tercero dice que es posible que haya más de un niño “porque se confirmó con cámara termodinámica” (sic):



Y aquí un cuarto señala que “la niña lloraba, pero muy muy muy bajo, en un tono muy bajo. Se siente que está muy desgastada. Se escuchaban lloriqueos. Dos diferentes niños, niños más chicos, más pequeños que ella. Ella se escucha una niña ya…yo no soy experto, pero arriba de 10 años”:



Y aquí Juan Ramiro de la Fuente, el rescatista del Rotary que manejaba el escáner térmico, vuelve a declarar delante de cámaras sobre los “hallazgos” de su equipo. Entre otras cosas, dice que “al momento que generamos la pregunta [a la niña] inmediatamente nos contestó, se comunicó, se escuchaban quejidos en el ultrasonido”:



En esta otra entrevista un oficial del Ejército, que también maneja un escáner térmico, afirma que el aparato les “ha permitido identificar oportunamente” hasta “cinco cuerpos con vida”, cuya “ubicación está perfectamente bien identificada”. Pero además, dice el oficial, hicieron “contacto con una niña, de nombre Sofía, que lloró, y estaban algo desesperados”:



Los picos más altos de ese descontrol informativo ocurrieron la noche del día 20, cuando distintos rescatistas anunciaron a las cámaras que “Frida Sofía” había sido rescatada:




¿Podemos atribuir todos esos testimonios a la mala fe? ¿Podemos suponer que todas esas personas que dijeron haber detectado, sentido, oído, visto a una inexistente niña debajo de los escombros de un colegio tras un terremoto están mintiendo interesadamente? ¿Podemos argüir que existió un oscuro poder intentando manipular a una población en estado de shock en medio de un desastre nacional?

Sí, claro. De hecho, no son pocos los que lo han hecho. No voy a premiar a los conspiranoicos con links pero Google, Facebook y Youtube están repletos de artículos, columnas, declaraciones y vídeos en esa línea. El binomio Gobierno de México y Televisa supone un sueño húmedo para los teóricos de la conspiración.

Pero, como he mostrado, Televisa no fue la única televisora que convirtió esta historia en una telenovela ni todos los rescatistas que salieron a declarar eran agentes de alguna entidad estatal o gubernamental. Por supuesto, cabe la posibilidad de que todos esos marinos, militares, civiles y periodistas estuvieran compinchados para engañar a un país entero pero, la verdad, visto el caos informativo y la cantidad de gente que había en el colegio Enrique Rébsamen, resulta bastante difícil de creer.

Como sabe cualquier aficionado a desmenuzar teorías de la conspiración -y yo me cuento entre ellos- la inmensa mayoría de las veces aquello que queremos atribuir a un cerebro maligno y un aceitado engranaje de manipulación es achacable, en realidad, a la inepcia o el azar. Y, también, a las diversas y complejas maneras que tiene de engañarnos nuestro propio cerebro.

Luego de que la Marina pidiera disculpas y se reafirmara en que “Frida Sofía” nunca existió, otro rescatista, este llamado Antonio Juárez Valladares, se convirtió en noticia gracias a un video de Facebook Live que colgó en su cuenta personal. Júarez Valladares ha eliminado ya el video, pero hay varias copias que sobreviven en Youtube:



Esta es la transcripción de su testimonio, que fue visto por cientos de miles de personas en Facebook, Twitter y Youtube:

“Hola, tengo dos minutos para decirles. En verdad, estuve ahí. Cuando empezamos a rascar por la parte de arriba del colegio Rébsamen, encontramos una vocecita de una niña, le pedimos cómo se llamaba y la niña nos respondió ‘Sofía’. Es verdad, hay una niña ahí de nombre Sofía, yo y otros brigadistas estábamos ahí, alrededor de ocho, vino un marino que con su radio y un escáner detectó el calor y nos dijo ‘sí, aquí hay vida’. Empezamos a golpear, la niña nos respondió y le preguntamos ‘Si estás viva, golpea dos veces’, golpeó las dos veces. Le preguntamos ‘Si estás con más personas, golpea por cada una de esas personas’ y nos golpeó tres veces. Con un micrófono especial, un especialista, un topo, le preguntó si estaba con alguien más y se escuchó que estaba con tres personas y estaba debajo de una mesa. Hablé con la maestra, la dueña de esa casa, que es la maestra Mónica, y nos dijo que sí, en efecto hay una mesa de granito con polines de metal, que era la mesa principal y que posiblemente los niños, o los adolescentes, habían corrido hacia su casa para salvarse o por algo llegaron ahí.

“El chiste es que no solamente hay esas cinco personas, no solamente está el nombre de ‘Frida Sofía’, sino también hay otras personas, aparentemente cinco o cuatro por lo que escuchamos con el sonar, con el infrarrojo, que están en el primer piso. Hoy 21 de setiembre nos han sacado a las cinco de la tarde, la Marina nos retiró, tuvimos una entrevista con medios que no ha salido a televisión diciendo ‘sí existe una niña llamada Sofía’, estábamos ahí ocho personas inclusive un capitán de la Marina que tuvo comunicación con el Almirante, y el Almirante no se dejó llevar por dudas. Supo de su existencia, aparentemente hicieron una mala maniobra que colapsó la manera en cómo iban a rescatarla, pero al colapsarla se perdió la posibilidad de rescatarla, por eso la están desapareciendo. Muy trucha, que esto no vaya a pasar en otros lugares, que la Marina no vaya a desplazar a los topos y a los civiles, por favor difundan esta información”.

En esta secuencia de imágenes, sacada de la transmisión de Televisa del día 19, puede verse a Juárez Valladares en el rescate del colegio Rébsamen. En esta escena, el rescatista, reconocible por el chaleco fucsia que lleva también en su video, ingresa al boquete donde se suponía que se encontraba “Frida Sofía”, luego sale y pide silencio:

Al comienzo de mi investigación, tras ver el video de su testimonio y atisbarlo en varios momentos de la transmisión de Televisa y otros medios, intenté ubicar a Antonio Juárez Valladares. Dado que, según averigüé, es payaso y su nombre artístico –”ToTo, el payaso loco”– es bastante específico, pensé que no sería muy complicado comunicarme con él. Intenté por varios medios, pero no obtuve respuesta. Sin mucha esperanza, dejé un mensaje directo a través de su cuenta personal de Facebook.

Durante semanas, Juárez Valladares ni siquiera vio mi mensaje. Hasta que, unos 20 días después, el viernes 13 de octubre por la noche, una alerta de Facebook me indicó que el payaso había aceptado y visto mi mensaje. Tras unos minutos, a las 23:25, Juárez Valladares me envió un mensaje de voz. Intercambiamos unos cuantos mensajes de inmediato y acordamos una entrevista para la mañana siguiente.

Charlamos durante una hora y cuarto. Una de las primeras cosas que me dijo y que volvió a recalcar varias veces durante nuestra conversación es que él no es rescatista. El chaleco que llevaba durante las labores del colegio Rébsamen pertenece a Escápate Ecoturismo, una agencia de viajes que busca, según su propia página de Facebook, “fomentar experiencias de turismo que aperturen la visión de cada viajero y generen sensibilidad cultural, ecológica y social en nuestro país y otras latitudes”. Juárez Valladares trabaja con la agencia y participa en sus viajes, donde realizan actividades como “rescatar huevos de tortuga de los desoves”.

En este video de la página de Escápate Ecoturismo se puede ver a Juárez Valladares llevando el chaleco que lo haría reconocible en la zona de desastre del colegio Rébsamen:

La razón por la que llevó el chaleco durante las labores de rescate, me dijo, fue que “era lo único fosforescente, visible” que tenía. Ocurre que, como el mismo Juárez Valladares me dijo, “en esa situación todas las personas que llevaban algún chaleco se convertían en rescatista. Así tuvieras el chaleco debajo de la almohada, lo sacabas y en la calle automáticamente ya eras un rescatista”.

Luego del terremoto del 19, según su propio relato, Juárez Valladares se quedó en casa escuchando la radio porque “no había internet, no había celular”. Luego de dos horas, un vecino le tocó la puerta, le mostró videos de edificios colapsados en otras zonas de la ciudad que había recorrido caminando de vuelta de la oficina y le dijo que debían ir a ayudar. Juárez Valladares le hizo caso y, según me contó, pasó la tarde colaborando en distintas labores, sacando escombros, alcanzando alimentos, cargando herramientas, hasta que, caída la noche regresó a su casa.

Pese al agotamiento, no consiguió dormir. “Mientras yo estoy durmiendo hay alguien que está ahí debajo de los escombros”, me dijo que pensaba. Así que se levantó, se duchó, volvió a ponerse el chaleco y salió a buscar lugares para seguir ayudando. Pasó por varios puntos, pero todos se encontraban ya bien organizados y no necesitaban más manos.

Luego de caminar un rato, sobre las 4:00 de la madrugada, llegó al colegio Rébsamen. Ahí “no sé por qué estaba hecho eso un búnker para entrar, pero adentro era un desmadre, no estaba nada organizado”. Que el acceso estuviera fuertemente resguardado podía deberse a que, horas antes, sobre las 22:00 horas, el Presidente Enrique Peña Nieto había visitado la escuela:




Las razones de la desorganización dentro de la escuela, bueno, podemos achacarlas al descontrol de las autoridades al mando y el caos general que, como he relatado, dominó esa zona de desastre particular de inicio a fin.

Juárez Valladares, me dijo, logró ingresar ayudando a un voluntario que había traído una olla de tamales y unos recipientes con café. Una vez superados varios retenes, dejó el café y un rescatista le pidió que se quedara a cargo de picos, palas y otras herramientas. Según avanzaba la noche tuvo que aprender qué era un “disco de corte limado”, y que una “maceta”en argot de construcción es una especie de martillo grande de doble cara.

Ya a la mañana, Juárez Valladares entra en contacto con otro rescatista que también ganó fama durante el rescate del colegio Rébsamen. Se le conoció por el apelativo Jorge “Houston” debido al estampado de la sudadera que llevaba. En este momento de Twitter puede verse más sobre Jorge “Houston”.

Según Juárez Valladares, “si Cantiflas fuera rescatista sería Jorge ‘Houston’, era la representación viva del pueblo mexicano”. Pero los espectadores no pudimos ver ese despliegue de carácter costumbrista que hizo popular a “Houston” entre quienes se encontraban en la zona de desastre. Lo que sí pudimos ver fue cuando el rescatista de la sudadera estampada, a quien los periodistas en la zona describían como “un hombre de complexión delgada, piel blanca y cabello negro”, ingresaba o salía de alguno de los boquetes que se suponía conectaban con el lugar bajo los escombros donde se encontraba “Frida Sofía”.

De hecho, es a Jorge “Houston” a quien Juárez Valladares está asistiendo cuando lo vemos entrar y salir de un boquete en la secuencia de imágenes varios párrafos arriba. Según me dijo Juárez Valladares, “Jorge era de esas personas que no creen en el Gobierno y no quería que ningún marino lo tocara”. Por eso le pidió a él que lo asistiera con la soga y las herramientas cuando entró a buscar a la supuesta sobreviviente que luego conoceríamos como “Frida Sofía”.

¿Por qué ingresó también Juárez Valladares al boquete? Según su relato:

“No había cuerdas de vida profesionales, eran unas cuerdas que aquí les decimos mecates, amarillos, que consigues en cualquier ferretería. No había equipo. Entonces el marino me dice muy cortésmente ‘¿quieres entrar?’, el Jorge ‘Houston’ mientras me está diciendo ‘¡Pásame una cegueta, pásame un polín!’. Pero ya estaba muy adentro, muy adentro. Y cuando le digo sí, yo ya estaba dentro. Me habían empujado. Cuando dije sí, el marino y un topo, que se supone que son los que debían estar ahí, me meten”.

No tengo cómo verificar esa parte del relato de Juárez Valladares, la Marina no respondió a mi solicitud y nadie ha sido capaz de ubicar a Jorge “Houston”, el “héroe anónimo” de la escuela Enrique Rébsamen. Pese a ello, el testimonio que da del desgobierno y desorganización que reinaban en el rescate del colegio Rébsamen coincide con lo que he podido ir reconstruyendo y que, de hecho, todos pudimos ver a través de la televisión.

Lo que no coincide, al menos con el consenso general alcanzado tras las declaraciones y disculpas de los almirantes Vergara y Sarmiento, es su aseveración de que en las ruinas del colegio Rébsamen sí había personas vivas. Entre ellas una niña “llamada Frida, que no se llamó Frida, no sé ni por qué le pusieron Frida, se llamaba Sofía y estaba ahí”. Ella y el resto, según Juárez Valladares, habrían sido abandonados a su suerte por la Marina y el Gobierno.

Cada vez que le pregunté si seguía pensando lo mismo, si se reafirmaba en lo dicho en su famoso video de Facebook, la voz de Juárez Valladares se quebró, lloró y me dijo que sí. También me dijo que llevaba varios días sin dormir y sentía fiebres.

No soy experto en estrés postraumático ni pretendo diagnosticar a nadie. Sólo un profesional en psiquiatría, luego de auscultar a los pacientes, podría afirmar si es el caso, pero resulta útil ver los varios testimonios de los rescatistas -Juárez Valladares incluido- que afirmaron durante dos días que habían visto, oído o percibido a una niña a la luz de lo que sabemos ocurre con la memoria y el proceso de formación de recuerdos cuando nos enfrentamos a situaciones de estrés elevado.

Según explica el doctor Bessel van der Kolk en su libro The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma, “enfrentados al horror, este sistema [de formación de memoria] se ve abrumado y se quiebra”. En estudios donde han replicado en laboratorio las condiciones que producen experiencias traumáticas, se ha descubierto que…

…cuando se reactivan rastros de los sonidos, imágenes y sensaciones originales, el lóbulo frontal se apaga, incluyendo la región necesaria para poner nuestros sentimientos en palabras, la región que crea nuestra sensación de ubicación temporal, y el tálamo, que integra la data en bruto de nuestras emociones. En este punto, el cerebro emocional, que no se encuentra bajo nuestro control consciente y no se puede comunicar con palabras, se adueña de la situación. El cerebro emocional (el área límbica y el tallo cerebral) expresa su alteración a través de agitación emocional, fisiología corporal y acción muscular. En condiciones normales los dos sistemas de memoria -racional y emocional- colaboran para producir una respuesta integrada.

“Pero la agitación emocional no solo altera el balance entre ambos sino que también desconecta otras áreas del cerebro necesarias para el almacenamiento y procesado de información, como el hipocampo y el tálamo. Como resultado, las huellas de experiencias traumáticas no están organizadas en relatos con coherencia lógica sino en sensaciones fragmentadas y rastros emocionales”

A sabiendas de la manera en que se comporta nuestro cerebro ante situaciones traumáticas, no podemos pretender que rescatistas voluntarios, sin mayor experiencia en zona de desastres ni en manejo de situaciones de alto estrés mantengan la calma, el orden y además se conviertan en voceros confiables cuando tienen una cámara o un micrófono delante.

No se puede decir lo mismo de profesionales entrenados y experimentados, como se supone que son dos altos oficiales de la Marina como los almirantes Vergara y Sarmiento, y el resto del personal militar que estuvo apostado en el colegio Rébsamen. Si bien estos también pueden ser presa del estrés postraumático, debido a su entrenamiento sí podría exigírseles cautela a la hora de manejar información delicada y que no contribuyan al caos informativo con declaraciones a cámara en vivo.

Fue así que una niña inexistente mantuvo en vilo a un país gracias a la cámara de eco que construyeron unas autoridades irresponsables –que además intentaron luego escurrir el bulto– y unos medios presos de la espectacularidad del directo, sobre las ruinas de un colegio en el que murieron 19 niños y siete adultos. Estos sí, todos de verdad. De ellos, un mes después, seguimos sin saber casi nada.

*Diego Salazar es periodista y escribe en su blog de medios “No hemos entendido nada”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ElDiario.es.


(SIN EMBARGO/ ELDIARIO.ES/ REDACCIÓN / OCTUBRE 22, 2017, 1:30 PM)

MUJERES POLICÍA DE TLAPA, GUERRERO, DETIENEN, TORTURAN Y VIOLAN A LA ACTIVISTA YNDIRA SANDOVAL


Los ataques contra personas y colectivos que defienden los derechos humanos en el país constituyen una práctica generalizada en México, lo que refleja la falta de voluntad del Estado para proteger a las personas defensoras. El último caso en salir a la luz pública es el de la activista y defensora de los derechos humanos, Yndira Sandoval Sánchez, quien fue sometida por una policía de Tlapa, Guerrero, identificada como Claudia Juárez Gómez. La oficial le manoseó los senos le bajó el pantalón e introdujo sus dedos de manera violenta en su vagina.

La defensora de los derechos humanos denunció los hechos, situación que provocó que su casa fuera allanada y que incluso recibiera amenazas de muerte, sin embargo, dice, seguirá buscando justicia.


Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).– La activista y defensora de los derechos humanos, Yndira Sandoval Sánchez, fue detenida, torturada y violada por policías de Tlapa de Comomfort, Guerrero, luego de que participara en una conferencia en la Universidad Autónoma de Guerrero sobre la violencia contra las mujeres.

En entrevista con La Jornada, Yndira Sandoval, relató que los hechos ocurrieron el pasado 16 de septiembre en Tlapa. La activista recordó que durante su estancia se accidentó con un clavo que le lastimó una zona cercana a un seno, motivo por el cual decidió acudir con un compañero con el que viajaba a la Clínica San Antonio para recibir atención médica.

La activista contó que en primera instancia el doctor le cobró 2 mil pesos, pero ante la insistencia bajó el costo del servicio a 900 pesos. Cuando Yndira intentó pagar con su tarjeta, el médico le explicó que sólo aceptaba dinero en efectivo y que tenía que buscar un cajero para poder cubrir los gastos.

Cuando salió de la clínica recordó que había olvidado su teléfono celular y regresó. Fue en ese momento cuando se percató de que seis elementos de la policía municipal de Tlapa intentaban detener a su compañero por supuestamente haberse negado a pagar la cuenta del doctor.

¿Por qué lo detienen? Soy defensora de derechos humanos, les dijo, y un agente le contestó: “usted también está detenida”.

Yndira Sandoval, relató al medio que se negó a subir a la patrulla, pero una oficial, identificada con el nombre de Claudia Juárez Gómez, la aventó hacia el interior de la batea de la camioneta y la apretó de la herida a pesar de que la joven le había dicho que estaba lastimada.

“Todo el trayecto hacia la comandancia municipal me tuvo de rodillas, jalándome el cabello hacia atrás, apretándome la herida y me preguntaba, riéndose: ‘¿Te duele?’”.

Una vez que fue trasladada a la cárcel municipal de Tlapa, Yndira fue ubicada en una celda, en donde fue sometida por la policía Claudia Juárez Gómez. La oficial le manoseó los senos le bajó el pantalón e introdujo sus dedos de manera violenta en su vagina.

“Me penetró con sus dedos, me lastimó mucho. Luego me soltó, me aventó, me pateó, mientras otra mujer policía, cómplice, vigilaba la entrada a la celda. Yo ya no sabía qué seguía después de la tortura”, relató Sandoval Sánchez a La Jornada.
Tras ser agredida sexualmente, Yndira fue liberada. Pero ese era tan sólo el inicio de un viacrucis que continúa hasta el día de hoy, pues ha vivido en carne propia las burlas, la inoperancia de los servidores públicos y la manera en las que son expuestas las mujeres víctimas destaques sexuales.

Un día después, el 17 de septiembre Yndira presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Guerrero, en la Unidad de Investigación 1 Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Familiar Región Montaña, con la carpeta número 12080470200090170917, y el 13 de octubre ante la Procuraduría General de la República (PGR), con la célula de investigación de la agencia tercera de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) y la carpeta FED/SDHPDSC/FEVIMTRA-GRO/0000634/2017.

Pese a las circunstancias, la defensora de los derechos humanos ha continuado con las denuncias que ha provocó que su casa fuera allanada y que incluso recibiera amenazas de muerte, sin embargo, dice seguirá buscando justicia.

“El hecho que me violara una mujer me confirma que nos está carcomiendo el propio sistema, que normaliza la violencia y nos quiere obligar a pensar que este es nuestro destino. Las instituciones están podridas. Quiero caminar sin miedo; el Estado me pudo haber quitado la seguridad, pero no me va a quitar ni la dignidad ni mi vocación de seguir defendiendo los derechos de las mujeres”.

Los ataques contra personas y colectivos que defienden los derechos humanos en el país constituyen una práctica generalizada en México, lo que refleja la falta de voluntad del Estado para proteger a las personas defensoras.

Al menos mil 37 personas (273 indígenas) y 422 colectivos defensores de derechos humanos sufrieron algún tipo de abuso en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, y hasta julio de 2017 se contabilizaban 106 defensores asesinados y 81 desaparecidos, reveló un informe de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los derechos para todas y todos”.

Por regiones, el 69 por ciento de los casos se concentra en siete entidades: Chiapas, Oaxaca, Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Estado de México y Puebla.


(SIN EMBARGO/ REDACCIÓN / OCTUBRE 22, 2017, 5:35 PM)

LA VIOLENCIA EN VERACRUZ SE AGUDIZA CON YUNES; CUITLÁHUAC: ÉL ES PARTE DE LA DELINCUENCIA


El plazo de seis meses para cambiar la cara de inseguridad de Veracruz no sólo fue incumplido por Miguel Ángel Yunes Linares, Gobernador de la alianza PAN-PRD, sino que ha aumentado de forma considerable.

Los primeros ocho meses del 2017 representan un incremento en las carpetas por homicidio doloso  del 100 por ciento con relación al primer año del ex Gobernador, hoy procesado, Javier Duarte de Ochoa.

Las causas detrás de la violencia podrían estar en los vínculos del Gobernador del PAN con bandas delincuenciales, afirmó el otrora contendiente a la gubernatura Cuitláhuac García Jiménez.

Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).– En Veracruz las autoridades son cómplices de la violencia, afirmó el Diputado federal Cuitláhuac García Jiménez. La entidad atraviesa un alza en los índices delictivos durante el Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, en tanto que grupos civiles ven con preocupación los oídos sordos ante sus demandas de seguridad.

“Lamentablemente, el mismo Gobierno tiene impunidad, vicios en sus corporaciones policiacas y la cabeza del mando. El Gobernador utiliza cuerpos delincuenciales electoralmente”, acusó García Jiménez, Diputado federal por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).



Antes de cumplir su primer año en el Gobierno veracruzano, con el panista Miguel Ángel Yunes Linares se han elevado 40 por ciento los homicidios en esa entidad. Foto: Cuartoscuro

García, otrora contendiente por la Gubernatura, expuso que las elecciones municipales de este año, realizadas el 4 de junio, avalan el vínculo entre el crimen y la autoridad. Ese día, en plena contienda, Gonzalo Vicencio Flores, candidato a Edil de Morena en Chicontepec, fue secuestrado.

Las autoridades dirigidas por la nueva administración han sido coprotagonistas de delitos, dijo García. Este 17 de octubre dos ministeriales fueron grabados intentando detener a una mujer en Boca del Río. Tras la resistencia de la doctora Aracely Serralta González, los policías admitieron que se trataba de un error.

En el video, González acusa a uno de ellos de intentar someterla bajo el apunto de una pistola.

“Qué falta de profesionalismo alguien podría decir, pero no. Iban a levantar a la doctora, ¿por qué? Porque la policía ministerial cuando pretende hacer la detención de una mujer siempre se instruye a una mujer para que acompañe al personal que hará la detención”, expuso García, una diligencia de rigor que no ocurrió.

En el Gobierno de Yunes Linares se dispararon los secuestros: entre enero y agosto se registraron 119 carpetas de investigación, un aumento del 40 por ciento con relación a las 85 que hubo en los mismos meses del 2016, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Público. .

García expuso que habría un subregistro importante en este delito, de acuerdo con al menos seis casos que se le han hecho llegar.

“Los empresarios me han hecho saber de secuestros, que por temor no han reportado, pero han tenido que pagar el rescate, y obvio una condición para recuperar a sus familiares con vida es guardar absoluto silencio”, explicó.
Los robos con violencia también han encontrado su punto más álgido. Entre enero y agosto hubo 6 mil 443 carpetas de investigación por robo con violencia, esto representa un aumento del 107 por ciento con relación a las 3 mil 101 del mismo periodo en 2016.
Los robos llegan a diferentes rubros, esta semana la directora de Relaciones Gubernametnales de Ferromex y Ferrosur, Lourdes Aranda, sostuvo su preocupación por los 16 asaltos diarios que sufre la ruta Veracruz-Puebla.

De acuerdo con la directora los grupos de asaltantes cuentan con fusiles de asalto, como el Ak-47 o el AR-15. Los criminales han proliferado en la zona debido al robo de huachicol, indicó.

El reporte de tomas clandestinas de Pemex muestra que Veracruz es la cuarta entidad en el país; 677 tomas se han suscitado en los primeros ocho meses del año.

ONG’S CONDENAN VIOLENCIA



Miguel Ángel Yunes Linares, Gobernador del estado, ha señalado a la guerra entre grupos de causar la violencia. Foto: Alberto Roa, Cuartoscuro

Campesinos encontraron los cuerpos de cinco hombres atados de manos y los ojos vendados en un terreno en las inmediaciones de la autopista Tuxpan-Poza Rica, a la altura de la comunidad Zapotal Zaragoza en Tuxpan, la mañana del pasado miércoles.

El 4 de abril del 2016, Yunes Linares prometió recuperar la seguridad de Veracruz en seis meses, una promesa que no cumplió. Entre enero y agosto Veracruz registró mil 53 carpetas de investigación por homicidio doloso.

Esto representa un aumento del 47 por ciento con relación a las 716 que sumó en los mismos meses del año pasado Javier Duarte de Ochoa, ex Gobernador de Veracruz.

“Lo vivimos como una decepción porque con la alternancia aspirábamos a que hubiera un cambio, y no sólo no ha cambiado sino que ha empeorado, pese a los ofrecimientos de que en menos de 6 meses estaríamos viviendo en un estado seguro”, dijo Iván Gidi, director de Organización Nacional Anticorrupción (ONEA).

Hace dos semanas, Yunes Linares reconoció un aumento en el número de ejecuciones en el sur del estado, y culpó a los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado de abonar al número de víctimas.

Las palabras del Gobernador sucedieron a los asesinatos de 12 personas entre el 23 y 26 de septiembre. Dos de ellos en los límites de los municipios de Las Choapas y Minatitlán, cuatro en Coatzacalcos; así como un asesinato en los municipios de Nanchita, Jáltipan, Las Choapas y Cosoleacaque.

“Hay una percepción de que no hay autoridad en Veracruz. A mí se me ocurre pensar de que los delincuentes podrían entender que hay un Gobernador que abrió un vacío de poder muy grande”, dijo Lucía de los Ángeles García Henao, directora del Colectivo Solecito Veracruz.

En las últimas dos semanas, al menos nueve colectivos continuaban haciendo colectas de dinero en el Puerto de Veracruz para comprar pruebas de identificación de cuerpos con las que apoyarán a las autoridades de la Fiscalía estatal.

De los Ángeles indicó que la poca apertura que había de parte de la FGE hacia los familiares ha terminado durante la gestión de Yunes.

“Teníamos inseguridad, violencia, pero teníamos apertura de las autoridades. Las actuales autoridades son déspotas, indolentes, éstas son las peores de todas”, se quejó la madre convertida en activista.


(SIN EMBARGO/ JUAN LUIS GARCÍA HERNÁNDEZ/ OCTUBRE 22, 2017, 5:00 PM)

RECRUDECE VIOLENCIA EN MEXICALI

El asesinato a sangre fría de un joven bachiller de 18 años de edad, se volvió el caso más importante para todo el grupo de Homicidios Violentos en Mexicali, pero además de este, tres crímenes más llamaron la atención de la ciudadanía, sobre todo el de un ex agente de la PEP y el ataque a balazos de un empresario agricultor frente a la UABC

Pese a que el director de la Policía Municipal, Alonso Ulises Méndez, dice que en Mexicali solo ocurren el 7 por ciento de los homicidios de Baja California, e incluso ha sido desplazado por Ensenada como el segundo lugar en este tipo de crímenes, el cierre de la semana pasada y el inicio de esta, recordaron a los cachanillas que la Capital del Estado no es segura, pues por unos días se activó el código rojo a raíz varios crímenes de alto impacto.

Y aunque ninguno está relacionado (según información de la Procuraduría General de Justicia del Estado, PGJE), la percepción ciudadana de inseguridad preocupó a las autoridades, pues los hechos sucedieron en zonas concurridas o de condición económica favorable. Incluso en un caso se aprehendió a un ex militar que intentó esconderse en el cuartel tras acuchillar a una persona.

EL ASESINATO DEL BACHILLER RAÚL VELDERRAÍN

Viernes 6 de octubre por la tarde. El joven estudiante del Colegio de Bachilleres (Cobach) Plantel “José Vasconcelos”, Raúl Velderraín Quijada, salió de su escuela a bordo de un automóvil Toyota Camry de reciente modelo color plata, con placas de circulación AKP4491 de Baja California, registrado a nombre de su madre.

Tomó la carretera a Islas Agrarias “A” y luego cortó hacia la derecha sobre Avenida Heres. Justo frente a la entrada de los fraccionamientos Toledo I y Alcázar, al oriente de la ciudad, un vehículo Chevrolet Malibú color gris, se le emparejó. El conductor tomó un arma calibre nueve milímetros y la accionó en una ocasión.

El proyectil ingresó por el vidrio de atrás, perforó el asiento y se incrustó en el cuello de la víctima; la bala obedeció el trayecto hasta salir por la barbilla del estudiante, quien aturdido perdió ligeramente el control de la unidad; guardias de seguridad refieren que otras dos detonaciones sonaron sin encontrar destino, pero la PGJE insiste que solo hay evidencia de un disparo.

Los vehículos difirieron en la velocidad, mientras el auto del joven aceleró, este, herido, titubeó y detuvo el vehículo a mitad de la calle para descender, pero la fuerza solo le alcanzó para dar dos pasos y desvanecerse; sus últimas palabras fueron “Ayúdame, ayúdame”, recuerda un testigo presencial que pidió el anonimato, quien le respondió que llamaría a la patrulla. Raúl murió a los pocos segundos a un costado de su unidad en marcha, con el estéreo a alto volumen tocando un “narco corrido”.

Una vez cometida la agresión, el vehículo Malibú aceleró hasta la entrada del fraccionamiento Toledo, giró a la izquierda, llegó al fondo de un campo de futbol y una sucursal de Oxxo, sobre la calle San Luis Río Colorado, y en ese momento se perdió de vista. Hay dos posibilidades, transitar al sur para llegar al Bulevar Lázaro Cárdenas o al norte y retomar la carretera a Islas Agrarias, lo que permite un mundo de caminos hacia la fuga.

El asesinato de Raúl conmocionó a la ciudadanía, pero por lo menos tres crímenes más ocurrieron a la misma hora, cuyo saldo fue de tres individuos en diversos hospitales a causa de impactos de bala. La PGJE no los relaciona pese a que ocurrieron también en la zona oriente de la ciudad y con diferencia de minutos, algunos de ellos.

Además, el ataque a balazos a un ex policía estatal, quien recibió impactos de dos armas distintas, una de ellas de asalto, y el intento de homicidio de un empresario agricultor, incrementaron la percepción de inseguridad en Mexicali, la cual presenta una cifra de crímenes per cápita superior y rondar los 120 homicidios, ligeramente encima que años anteriores.

VENGANZA POR FOTOS SEXUALES, LA OTRA HIPÓTESIS

Aunque la PGJE estableció en conferencia de prensa que había algunos indicios para considerar un altercado de tránsito como el motivo del homicidio del estudiante del Cobach, otra versión surgió tras las diligencias.

Según fuentes allegadas a la investigación, una joven estudiante amenazó a Raúl Velderraín con hacerlo pagar por subir a una red social material fotográfico comprometedor de su persona, y le dijo que pagaría por lo ocurrido.

La advertencia ocurrió días atrás y, aunque inicialmente se dudó de esta versión, la PGJE comenzó a trabajar y, apoyándose en el testimonio, han encontrado elementos para establecerlo como la hipótesis principal de este atentado, pues tanto la familia como el joven, cuentan con un historial limpio hasta el momento. De hecho, la directora del Cobach, Aidé Pelayo Torres, declaró ante los medios de comunicación que Velderraín era un buen estudiante y no se metía en problemas.

Se estima que la joven podría tener algún amigo o familiar con facilidades para adquirir un arma, y aunque se presumió inicialmente que el tirador fue muy preciso y se trató de un experto, pues solo accionó el arma una vez, el investigador comparó el crimen con el ocurrido contra el ex agente de la Policía Estatal Preventiva (PEP), donde los gatilleros vaciaron sus cartuchos para asegurarse del asesinato.

Por otro lado, la versión oficial que dio a conocer David Lozano Blancas, coordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales (SIE), establece que la víctima pudo tener un altercado de tránsito con el agresor momentos antes.

El funcionario estatal señaló que no hay elementos para pensar que se trató de una confusión, pues afirmó que el ataque fue directo contra el bachiller, y, aunque se tiene una grabación del momento del ataque, el ángulo no favorece a las investigaciones, pues la unidad del agresor bloqueó el momento del disparo. No se vislumbra discusión o alguna señal de confrontación previa al atentado en la grabación.

Versiones de guardias de seguridad del lugar indican que el vehículo del agresor iba siguiendo a la víctima, pero tampoco ha sido confirmado por las autoridades.

Desde ese día, estudiantes de la preparatoria se acercan al lugar donde pereció su amigo y dejan flores y veladores para recordarlo.

“NARCO” MATÓ A EX PEP

El asesinato del ex agente de la PEP, Nicolás Francisco Ibarra Pino, no tiene de otra: fue el “narco”.

Antes de salir de la corporación le fueron detectados algunos nexos con criminales, y cuando renunció, formalmente fue ligado a células del Cártel de Sinaloa, según policías estatales consultados por este medio.

De igual manera, el modo como se dio el hecho y las condiciones económicas favorables del ex policía pese a que tiene siete años desempleado, hacen pensar que el asesinato se debió por un ajuste de cuentas cuya autoría se le adjudica al crimen organizado.
El incidente ocurrió afuera de la vivienda marcada con el número 288 de Avenida Adolfo Ruiz Cortines, en la colonia Adolfo López Mateos, en una zona de clase media alta donde incluso residen funcionarios y ex funcionarios locales.

Ibarra Pino conducía una camioneta Mazda de reciente modelo, color gris, con placas de circulación de California, cuando un automóvil sedán le cerró el paso justo frente a su vivienda. Dos criminales se emparejaron y dispararon un arma calibre R-15 y un revólver .357; una gran cantidad de cartuchos fueron localizados en la escena, la víctima recibió seis impactos en cabeza, pecho, abdomen y brazo, pero su pareja, que se encontraba a un lado, resultó ilesa.

Alcanzó a ser trasladado por la Cruz Roja al Hospital General, pero murió horas después, durante la intervención médica.

En la pared de la casa -que cabe señalar tiene grandes dimensiones- quedaron los impactos de bala, al igual que en la puerta del vehículo. También había una niña de 12 años de la que se desconocen mayores datos.

Ibarra Pino, de 36 años de edad, quien fue escolta del hoy subdirector de la PEP, Osiel García Hernández, cuenta con antecedentes penales por el delito de narcomenudeo, además de abuso de autoridad y lesiones calificadas, estas últimas cuando aún estaba en la corporación estatal.

Renunció en 2010, pero según información de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), el uniformado no acreditó los Exámenes de Control y Confianza, por lo que se inició un proceso de remoción.

Tras separarse del cargo, tuvo diversos altercados, el primero de ellos después de su renuncia cuando desconocidos “rafaguearon” una vivienda donde se encontraba en el fraccionamiento Los Portales II. El incidente fue documentado por diversos medios de comunicación el 21 de junio de 2010, pero no hubo lesionados.

Tres años después, el 26 de febrero de 2013, provocó una intensa movilización policíaca en la que participaron agentes ministeriales y municipales, pues se negó a bajar de un vehículo Dodge Charger color negro, con placas sobrepuestas 6DTH710 de California.

Policías municipales y ministeriales le marcaron el alto, a lo que obedeció sin reclamo, pero al pedirle que descendiera de la unidad porque esta llevaba placas sobrepuestas, se pidió el arribo de varias unidades preventivas para hacerlo bajar y detener.

UN AGRICULTOR ACRIBILLADO Y UN EX MILITAR PRESO

Iván Valdivia Hernández, representante de la empresa VH Asociados del Ejido Tlaxcala, fue acribillado en el estacionamiento de Plaza Cimarrón, sobre Bulevar Benito Juárez, justo frente a las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC); iba al gimnasio junto con su pareja sentimental.

El subprocurador Fernando Ramírez Amador comentó que la víctima recibió tres impactos de proyectil de un arma calibre 9 milímetros: uno en la cabeza, otro en el abdomen y un tercero en el brazo. Sin embargo, ninguno puso en riesgo su integridad.

La agresión ocurrió alrededor de las siete de la mañana del miércoles 11 de octubre y, según lo referido por policías ministeriales, la víctima no reconoció a su agresor, quien fue descrito como un individuo joven, de complexión delgada, que llevaba una camiseta polo con estampado de la UABC, igual a la que reciben los alumnos de nuevo ingreso. La camiseta fue hallada sobre la Calzada López Rayón, cerca de la misma universidad.

La víctima se encontraba lúcida y pudo entrevistarse con policías ministeriales, a quienes les refirió que los autores intelectuales podrían ser unos agricultores competidores, con quienes días atrás tuvo un altercado que casi llega a los golpes; la acusación fue directa.

Por otro lado, una pelea originada al interior del bar Capri, en la colonia Esperanza, culminó en el asesinato de Ubaldo Ambrosio Valentín, de 36 años, quien presuntamente fue acuchillado por un ex miembro del Ejército Mexicano la mañana del domingo 8 de octubre.

La gresca comenzó al interior del bar. El ex militar de 21 años, llamado Gabriel, sostuvo una pelea con el hoy occiso, por lo que el castrense decidió salir de la cantina localizada a escasos metros del cuartel militar, y esperarlo sentado en su motocicleta.

Cuando el hoy occiso salió, lo vio sentado en su vehículo y le exigió se retirara, pero el ex integrante de la milicia se abalanzó contra la víctima y le clavó un cuchillo en el pecho.

Gabriel corrió hacia la entrada del 23 Regimiento de Caballería, pero fue detenido por los guardias, ya que descubrieron que tenía sangre en su ropa y una navaja con manchas hemáticas en su bolsillo, por lo que dieron aviso a la Policía Municipal, la cual se desplazó para aprehenderlo.

La audiencia de control de detención se llevó a cabo la noche del martes 10, donde el Ministerio Público justificó cómo se dio la aprehensión.



ESTAMOS 30% ARRIBA EN LOS HOMICIDIOS QUE EL AÑO PASADO: ULISES

Por su parte, el director de la Policía Municipal, Alonso Ulises Méndez, declaró que Mexicali tiene la tasa más baja de homicidios en la entidad y sus números son positivos a nivel nacional, según sus estimaciones.

Comentó que en Mexicali solo ocurren el 7% de los homicidios de la entidad, lo que consideró como un resultado muy positivo.

Méndez Manuell-Gómez aseveró que en materia de homicidios se encuentran por encima de la media normal, pues registra más de 12 homicidios por mes. Sin embargo, reconoció que al inicio del año la cifra de asesinatos estaba arriba un 200%, pero conforme han pasado los meses se ha logrado reducir a 30%, calificándolo como positivo.

Agregó que en la Capital del Estado la mayoría de los homicidios derivan de temas pasionales o personales, a diferencia de Tijuana, donde entre el 70 y 80% tienen relación con el crimen organizado.


(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA  EDUARDO VILLA LUGO/ LUNES, 16 OCTUBRE, 2017 12:00 PM)