viernes, 20 de mayo de 2011

RED 54

LAS TRAICIONES
Javier Velázquez Peña

La siembra de vientos, con el paso de los días, se convierten en huracanes incontrolables que destrozan todo a su paso y, esto es lo que está sucediendo actualmente al interior del gobierno municipal panista, encabezada por César Lizárraga Hernández y operada por Alonso Arriola Escutia, como secretario del Ayuntamiento de Guaymas.


La desafortunada indiscreción cometida por Alonso Arriola Escutia ante un reportero “amigo” que sin saberlo, lo estaba grabando, no se midió en sus expresiones, que fueron desde amenazas como de acusaciones de traición a su proyecto político para alcanzar la candidatura a la alcaldía guaymense.


Lo que descubre este pasaje de los sótanos de la política local, es que describe de una manera cruda, las ambiciones personales de cada uno de los protagonistas principales del gobierno municipal, de lo que se puede obtener a través de la traición, la deslealtad, la ingratitud y el cinismo, según ellos, es lo que mejor paga, ya que con ello no solo se amasan fortunas inexplicables, sino que se cobran facturas y se destruyen carreras políticas de los que ayer eran “amigos del alma”, y ahora son enemigos a muerte, en lo político, en los negocios y lo personal.

Lo que se observa con este “affaire político” es que el gran perdedor, les guste o no, es y será el partido Acción Nacional en las elecciones del 2012, llevándose entre las patas a toda la fórmula, si antes no se toman las decisiones políticas adecuadas para recomponer la actual crisis política que se vive al interior de la Casa de Piedra.


Decisiones
Ante éstos acontecimientos, el CDE del PAN fue tomado por sorpresa, ya que lo que se manejaba en los pasillos de Palacio Municipal y se filtraba en algunas columnas políticas locales, el “choque de trenes” (César Lizárraga Hernández contra Alonso Arriola Escutia, presidente municipal y secretario del Ayuntamiento, respectivamente) los ha tomado de sorpresa, después de supuestamente haber “planchado” muy anticipadamente el acuerdo político de las candidaturas a la presidencia municipal y la diputación local por Guaymas, para Manuel Aguilar Juárez y César Lizárraga Hernández, respectivamente, pero la marginación de Alonso Arriola Escutia del horizonte de la candidatura a la presidencia municipal, no la soportó, que de manera inmadura, irresponsable, ingenua e infantil se confiesa con un reportero “amigo” al que le expresa sus pensamientos de venganza, amenazas y frustraciones al sentirse traicionado por su amigo y socio, el presidente municipal de Guaymas.


Y lo que nunca se imaginó, es que sus comentarios fueran grabados y que les fueran entregados a sus enemigos políticos la grabación de sus palabras, por lo que vieron una oportunidad inmejorable para hacer una “jugada de tres bandas” y, frustrarle, no solamente a Alonso Arriola Escutia sus aspiraciones a la alcaldía guaymense, sino que de paso, se pueden llevar a César Lizárraga Hernández enredado entre la piola para tumbarlo no sólo de la candidatura a la diputación local, sino de la propia silla de la presidencia municipal.


Las consecuencias
En las últimas 72:00 horas, se han cruzado bastantes llamadas de Hermosillo a Guaymas, desde las oficinas del CDE del PAN como del Gobierno del Estado. Unas buscando confirmación de los hechos, otras informando sobre las decisiones que se han tomado por parte de Acción Nacional y las últimas, especulando sobre el destino político de Guaymas en los próximos días.


Unos hablan de la salida inminente de Alonso Arriola Escutia, como secretario del Ayuntamiento y, otros agregan que le pedirán la bola a César Lizárraga Hernández como presidente municipal ante la incapacidad mostrada en el manejo y operación política de la Casa de Piedra, y obviamente, quedando fuera de cualquier candidatura de elección popular por parte del PAN.


Posibles sustitutos
Ante la posible destitución de César Lizárraga Hernández como presidente municipal, se desató una estampida entre los regidores panistas, interesados en arrebatarle la silla principal de la Casa de Piedra a todos sus compañeros panistas, que según ellos, son los merecedores de la joya de la corona.
Y la primera lista que ha surgido, es la siguiente: Mónica Marín Martínez, Francisco Javier “Pío” Ponce, Jorge Villaseñor Lozano, Luis Zaragoza Navarro y Blanca Sánchez.


Luego, en segundo nivel están: Susana Aguilar Esquer, Águeda Meza, Marisela Alcántar Rodríguez, Verónica Arce.
Por último, se encuentran: Martha Elvira Amparo Ruiz, María Fernanda Albín y Martha Tánori.


Conclusión
Lo que se observa de todo esto, es que de manera sistemática y hermética mantendrán todos los hechos. No solamente negarán sino que buscarán por todos los medios echarle tierra al asunto de las traiciones y deslealtades entre el X1 y el X2, para ganar tiempo y restañar heridas de las escaramuzas palaciegas, que diariamente se libran en palacio municipal de Guaymas.


Es grave la descomposición de la estructura política orgánica de la Casa de Piedra, que parece que no existen los operadores políticos encargados de mantener los equilibrios internos, además de sostener los pactos, libres de contaminaciones y compromisos no adecuados para los dos principales actores municipales, que no niegan tener aspiraciones políticas, pero que en sus excesos, celos e inmadurez política, no superan ni entienden que solamente uno de los miembros de un grupo o equipo de trabajo, podrá llegar a un puesto de elección popular, no dos ni tres, como lo han querido hacer creer los nuevos aprendices de brujos de la política guaymense.

Si no cae, César Lizárraga Hernández, entonces Alonso Arriola Escutia se va del gobierno municipal panista, en busca de una candidatura con otro partido ajeno a Acción Nacional y, según parece, que este va a ser el único camino que va a seguir el actual secretario del Ayuntamiento.

MEMORIAS DE UN DIARIO ANÓNIMO