Líder campesino revela que deforestan la
zona y les cobran piso; autoridades de Seguridad Pública desconocen los reportes
de los poblador
Foto: Noroeste
Pobladores de la sierra
rosarense denunciaron la presencia de un grupo armado que amedrenta a la gente
para que se salga de sus pueblos y poder realizar actividades ilícitas, entre
ellas la deforestación.
“Hay muchas quejas, esto ya
tronó: de la sierra reportan que esa gente hace y deshace; corta madera cuando
quiere, como sea, y además agarra cosas que no son de él. Quiere cobrar piso a
los campesinos de allá, esa es la queja que yo traigo a grandes rasgos”,
expresó Víctor N., líder del Movimiento 11 de Septiembre de los Pueblos de la
Sierra del Municipio de Rosario.
Quien se hace llamar el
“Tigre de la Sierra”, por su labor en defensa de los campesinos, pide la
intervención del comandante de la Tercera Región Militar, Carlos Ramón Carrillo
del Villar.
El quejoso, que acudió a esta
redacción, señaló que este problema tiene varios años desde la comunidad de
Chilillos hacia arriba, donde se ha sembrado el miedo y la gente se ha
desplazado en buena medida a la cabecera municipal.
“Llega el momento en que se
rompe el tarro; se rompió la taza, aquí ya es un problema personal y además
público porque entonces, si yo ayudo a la agente, y yo la estoy liderando,
quiere decir que el 'Líder Serreño' le vino guango, entonces yo le voy a
demostrar que no, no digo soy el que más, pero yo protejo a los campesinos de
la sierra”, manifestó Víctor Ávila.
En cambio, el director de
Seguridad Pública, Abdon Caravantes Hernández, dice no tener ningún reporte al
respecto, e invitó a los inconformes a interponer denuncia ante la Fiscalía.
“No, no ha llegado a nosotros
todavía el reporte, pero directamente la Fiscalía es la que se encarga ahí de
presentar la investigación”, respondió al ser cuestionado sobre estas
acusaciones.
En cuanto a la situación de
seguridad en la zona serrana, donde el año pasado hubo una ola de éxodos
forzados y asesinatos, se limitó a decir que está “tranquila”.
De acuerdo con el Movimiento
Amplio Social Sinaloense (MASS), en 2018 hubo desplazamientos colectivos debido
a las disputas de grupos armados en los límites con el estado de Durango, sobre
todo de la comunidad minera de La Rastra. A la fecha, al menos 16 familias no
han podido retornar y viven en Mazatlán.
El despojo a México no tiene
comparación alguna en el mundo. Vea usted: a 157 kilómetros de la capital
campechana se encuentra Cayo Arcas, un conjunto de tres islotes paradisíacos
rodeados de arenas de talco y aguas color turquesa en sus mares. Lo que está
pasando parece una historia de ciencia ficción.
Cerquita de ahí se ubica una
boya de distribución de crudo que surte el hidrocarburo a los grandes buques
que lo transportan a diversas partes del planeta necesitadas de esos
bitúmenes. Hasta ahí, bien. El problema empieza cuando alguien analiza lo que
está pasando desde hace mucho tiempo.
El mercado petrolero mundial
tiene protagonistas cotidianos. Estados Unidos produce el 10% del petróleo
total, sólo que al interior su gente consume el 25% del total planetario. Todos
los países de la OPEP, incluyendo los grandes productores árabes, producen sólo
el 50% del total. Falta entonces un 40% para el consumo , que es lo que se
encuentra en medio de la gran conspiración del robo.
El mercado de Rotterdam,
llamado negro o Spot Market, fue iniciado en 1959 por las empresas inglesas
Halsey Peckworth y Shell Oil, que instalaron refinerías en casi todas las
grandes regiones controladas por las empresas multinacionales que procesan
gasolinas, gasóleos y cualquier producto.
La atracción del precio spot
es que se cotiza al momento, independientemente de las fluctuaciones
neoyorquiinas y de las condiciones volátiles de Arabia Saudita, Kuwait, Qatar,
Irak y los Emiratos Árabes. Los cuellos de botella de la refinación norteamericana
y todas las zarandajas que usted se imagine.
DESDE HACE 50 AÑOS EL PETRÓLEO MEXICANO VA AL MERCADO
DE ROTTERDAM
Y aquí es donde aparecen los
coyotes mexicanos, descastados y voraces, desde los grandes caciques sindicales
petroleros, los fruncionarios de Pemex, los prestanombres de los grupos
empresariales extranjeros y los representantes de tiburones voraces…
… como Carlyle, Evercord
Partners y BlackRock, el holding de holdings que encabeza el combate contra
nuestra seguridad nacional, a través de Carlos Salinas, Pedro Aspe, Peña Nieto,
Luis Téllez, Luis Videgaray, Ernesto Zedillo, Fox, Calderón, Joseph Marie
Córdoba Montoya y compañía truculenta.
Al término de los años 70 y
80 del siglo anterior se supo que México estaba vendiendo petróleo en el mercado
negro de Rotterdam, grandes volúmenes que no estaban contabilizados en los
flujos oficiales o formales, y se dirigían al mercado spot. La gran estafa.
En los años de José López
Portillo en el poder, el periódico francés Le Canard enchaîné, mencionaba a
José Ramón López-Portillo Romano como “el que manejaba e influía en los precios
spot de Rotterdam”. Tuvieron que pasar 23 años para que, sin temor a perder la
vida, Arthur Ruggeberg pudiera denunciar en cortes internacionales toda la
trama y las pasiones debajo de este caso.
Sin embargo, no pasó naaada.
Los consumidores del 40% de la producción mundial se ampararon entre los
grandes intereses europeos y ahí fue donde la marrana torció el rabo. Alguien
tenía que producirlo, distribuirlo y venderlo. Los mercados spot se han
reproducido en el Mar del Norte, como peces en el agua.
EL MERCADO NEGRO BENEFICIA A LAS GRANDES FAMILIAS
POLÍTICAS MEXICANAS
Acá en el rancho grande, un
fraude a Pemex calculado en cientos de miles de millones de dólares de esa época
duerme el sueño de los justos. Las familias López Portillo — Ruggeberg, cuyos
hijos y delfines se conocieron desde la primaria en el Colegio Alemán, tienen
demasiado qué declarar.
Pero por lo visto, no sólo
ellos. Los mercados negros han seguido siendo beneficiados por las grandes
familias de mandarines mexicanos, chiquitos y grandotes. Una simple observación
al funcionamiento de las plataformas petroleras, propiedad de muchos ex
presidentillos y de sus secuaces y en la boya de distribución de Cayo Arcas, en
el Mar de Campeche, lo confirma a placer.
Combate al huachicoleo, ¿distracción ante la
depredación nacional?
Para los depredadores
mexicanos puede ser que este asunto del huachicoleo y el robo de combustibles a
cielo abierto esté funcionando como un foco de mera distracción para la opinión
pública, mientras alguno de ellos no pise la cárcel y sea obligado a regresar…
lo que se llevó.
Pero a los mexicanos bien
nacidos, muchos de ellos trabajadores y técnicos petroleros que se han acercado
hasta este escribidor para aportar los datos duros y expedientes del despojo
nacional, esto debe tener un remedio urgente y necesario. El futuro y el
presente del país lo reclaman. La justicia que ha hecho oídos sordos ya no debe
ser la gran ausente.
Es el momento de saber lo que
desde hace muchos años sucede en Cayo de Arcas, Pajaritos y La Cangrejera,
emblemas de la depredación nacional, la verdad debe salir a flote, antes de que
sus consecuencias arrasen con todos nosotros y nuestros descendientes. Nadie
tiene derecho a callar, y menos a abstenerse de participar en la revelación de
esta conjura antipatriótica.
¿Dónde está el crudo que realmente se está produciendo
en México?
Lo que aquí se escribe es
fácilmente comprobable por cualquier persona con dos dedos de frente. Si usted
hace una visita de viajero a cualquier parte de la Sonda de Campeche, se
enterará de lo que denuncian todos los superintendentes de Pemex que tienen que
ver con la calibración y supervisión de las plataformas y las boyas de
distribución.
Declaran los patriotas
trabajadores del sindicato petrolero –que sí los hay; son los más– que al
llegar en cambio de guardia a las instalaciones, lo primero que hacen es
enterarse de la producción en la plataforma. Cuántos pozos, presión,
temperatura, diámetro de los estranguladores y resultado de barriles de crudo
por día.
Los datos que obtienen los
superintendentes nunca compaginan con los informes que les envía la Gerencia:
la producción siempre está por abajo de los números que manejan los mandarines.
Un 60% menos de lo que se está produciendo en los litorales de Tabasco.
Cuando comparan los números
reales con los aforos de las compañías y de la Schulemberger, es la misma que
traen ellos. Entonces, ¿dónde estaba el crudo que realmente se está produciendo
en México? Por toda respuesta, dicen que este es un caso cerrado.
Lo grave está en Cayo Arcas,
Pajaritos, Santa Elena, La Cangrejera…
Grandes barcos y cisternas petroleros
salen diariamente “hasta la madre” de crudo y con facturas apócrifas. El daño
ha sido hecho: gobernantes, líderes sindicales, políticos locales corruptos y
toda la fauna que usted se imagine se están robando diariamente ¡más del 60% de
la producción nacional de petróleo!
“Millones de barriles, esfuerzo de todos nosotros, los
trabajadores petroleros y patrimonio de los mexicanos desaparecen. Somos
víctimas de este fraude histórico que está secando nuestros vientres”, aducen.
“Lo de la gasolina, es para entretener. Lo grave está en Cayo Arcas, Pajaritos,
Santa Elena, La Cangrejera.”
Es el gran robo maquinado a
la Patria.
¿Hasta cuándo estamos dispuestos a aceptarlo?
¡Diga usted!
(DOSSIER POLIICO/TOMADO DE: PACO RODRIGUEZ / MEDIUM/
2019-01-21)
Dámaso López Núñez, alias el
Licenciado, testificó este lunes en el juicio contra su ex patrón y luego ex
socio, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el Chapo, que se lleva a cabo en la
Corte del Distrito Este de Nueva York, y aseguró que septiembre del 2013
recibió una petición de su jefe de plaza en Baja California Sur para matar a un
policía que molestaba a la entonces alcaldesa de La Paz, que en esa época era
Esthela de Jesús Ponce Beltrán.
Según contaron en Twitter los
periodistas Alan Feuer y Keegan Hamilton, corresponsales del diario The New
York Times y de VICE News, respectivamente -medios que tienen acceso a la sala
8D de la Corte-, en uno de los más de un millón de mensajes de BlackBerry
interceptados por una oficina regional en Nogales, Arizona, del Departamento de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), el
Chapo le dijo al Licenciado que la alcaldesa era una posible futura candidata a
gobernadora de la entidad.
“Vimos mensajes de texto
donde el Chapo y Dámaso discuten su relación con el alcalde de La Paz en Baja
California Sur. Fue candidata a gobernador en 2013 y quería la ayuda del cártel
[de Sinaloa] con su campaña. Les pidió el favor de asesinar a un policía”,
tuiteó el reportero del NYT.
Fue entonces que Guzmán Loera
ordenó matar al policía, pero sin que el asesinato pareciera estar relacionado
con el crimen organizado. “Que no te vean “, escribió el Chapo, quien también
instruyó a los sicarios a usar una pistola, no un rifle “para que no parezca
violento”. El ex líder del Cártel de Sinaloa quería que pareciera que un
“pandillero vengativo” había asesinado al funcionario de seguridad.
“El mensaje de Chapo a Dámaso
sobre la candidata a gobernador: ‘Sí. Ella es la favorita y debemos hacerle el
favor. Tal vez, como, cuando el policía abandone su casa que parezca la
venganza de un pandillero. Que no te vean. No con un rifle, pero con una
pistola, para que no parezca violento”, tuiteó Feuer.
Esthela de Jesús Ponce
Beltrán, de 54 años de edad, es miembro del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), instituto político por el cual fue diputada federal en dos
ocasiones -en las legislaturas LIX y LXI-, también fue presidente municipal de
La Paz, Baja California Sur, del 31 de abril de 2011 al 5 de marzo del 2015. Su
predecesora en la alcaldía fue Rosa Delia Cota Montaño.
El pasado 13 de junio del
2018 renunció a la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social en BCS,
después de un par de manifestaciones en su contra, principalmente del sector
trabajador perteneciente de Los Cabos. Sin embargo, Ponce Beltrán se incorporó
casi de inmediato a la Dirección de Planeación Estratégica Institucional del
IMSS, en las oficinas centrales de la Ciudad de México.
Keegan Hamilton señaló,
además, que el testimonio “más perjudicial” del Licenciado fue sobre la
corrupción. “Tenía dos hombres, Javi y Roberto, que eran los enlaces de Chapo
con el Ejército mexicano, la Policía Federal, la Fiscalía General de la
República [PGR] y los marinos. Javi pagó 100 mil dólares por mes en sobornos.
Roberto pagó más de un millón por mes”, tuiteó el periodista de VICE News.
“Otros mensajes entre Dámaso
y el Chapo hacían referencia a kilos de productos químicos utilizados para
procesar y cortar cocaína. Dijo que el cártel [de Sinaloa] estaba
experimentando con ‘cocaína sintética’, lo que sea que eso signifique. Trajeron
a los químicos colombianos para que lo hicieran por ellos”, tuiteó Hamilton.
“Dámaso López testificó sobre
al menos cuatro asesinatos cometidos bajo las órdenes del Chapo, incluyendo
cómo el cuerpo del primo de Chapo, Juancho, fue abandonado a un lado de la carretera.
También vimos un clip de un video de un interrogatorio, horripilante”, abundó
Hamilton.
Paso a paso Victor J. Vazquez narró en
la Corte de Brooklyn cómo bajo su mando marinos mexicanos capturaron al Chapo
Guzmán el 22 de febrero de 2014. Ahí, el agente de la DEA reconstruyó lo que
había informado al corresponsal de Proceso en 2015, año en que este semanario
publicó la historia. Y contó más: su intento previo de atrapar al sinaloense en
Culiacán y su infructuoso cateo de una propiedad del Mayo Zambada, quien pudo
esquivar a sus perseguidores.
NUEVA YORK (Proceso).-
Sonriente, Victor J. Vazquez, agente de la DEA, subió al estrado para ser
interrogado por la fiscal Andrea Goldbarg sobre cómo fue que, vestidos con
uniformes de la Marina de México, efectivos de la DEA, de la CIA y del Cuerpo
de Alguaciles de Estados Unidos capturaron al Chapo Guzmán el 22 de febrero de
2015.
En realidad este semanario
ofreció detalles de la captura en la edición 2020, correspondiente al 19 de
julio de 2015 y en la cual se citaron fuentes no identificadas. Ahora, tras el
testimonio de Vazquez en la Corte en Brooklyn –donde se lleva a cabo el juicio
contra Guzmán–, el reportero puede decir abiertamente que fue este agente de la
DEA quien le dio la información.
La portada de Proceso edición 2020
AL MANDO
Para confirmar lo que en
aquel momento reveló, Vazquez mostró al reportero videos y fotografías de la
captura, que tomó con su celular en la habitación del hotel Miramar, en
Mazatlán. En una de las fotos aparece una mano sobre la cabeza del Chapo. Esa
mano es del agente de la DEA.
Durante su testimonio, el
jueves 17, Vazquez dijo que actualmente es supervisor de grupo de la DEA en
Lima, Perú; que nació en Durango y que de diciembre de 2008 a julio de 2014
trabajó en México en lo relativo a dos organizaciones de narcotráfico: la
Familia Michoacana y el Cártel de Sinaloa.
Contó que en enero de 2014
recibió la asignación de “capturar a las tres cabezas del Cártel de Sinaloa:
Rafael Caro Quintero, El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán Loera”.
Describió que en el arranque
de aquel año “se incrustó” con un grupo especial de efectivos de la Secretaría
de Marina (Semar) de México para conseguir ese objetivo, dejando fuera a la
Policía Federal porque sus integrantes “estaban corrompidos y coludidos con los
narcos”.
Destacó que fue el 19 de
enero de 2014 cuando se inició oficialmente el operativo de captura de los tres
capos. Junto con los marinos instaló una base de operaciones en La Paz, Baja
California Sur. “Íbamos contra el cártel más poderoso del mundo”, narraba,
contento, el agente de la DEA.
Además de contar con la
asistencia tecnológica de agencias federales de Estados Unidos, los marinos
mexicanos llevaron a La Paz un poderoso arsenal y 17 helicópteros artillados
Black Hawk para desplazamiento y ataque, los cuales fueron proporcionados por el
gobierno estadunidense al mexicano en el sexenio de Felipe Calderón, como parte
de la Iniciativa Mérida.
“Estuvimos casi un mes en La
Paz. Fuimos allí por temor a la corrupción, a que se filtrara lo que estábamos
haciendo; no queríamos informar a nadie”, explicaba al jurado el agente de la
DEA.
El Chapo observaba a Vazquez
con mucha atención, como para no perderse ningún detalle de lo que relataba,
interrogado por Goldbarg. Hablaba con autoridad, dando a entender que él, y no
los marinos, era quien llevaba la batuta de la operación.
Llegó el 13 de febrero de
2014. Vazquez anotó que al atardecer, él y unos 40 o 45 marinos salieron de La
Paz rumbo a Culiacán en cuatro helicópteros artillados. El objetivo era
capturar al Mayo en un rancho donde presuntamente estaba escondido.
“Fuimos al rancho. Lo
cateamos, pero no lo encontramos; permanecimos dos días más en la zona y no
pudimos localizar al Mayo”, contó el agente de la DEA.
Para ilustrar su narración de
este operativo fallido, la fiscalía presentó dos videos tomados por el mismo
agente. Uno, grabado cuando volaban rumbo al rancho, a las afueras de Culiacán;
otro, dentro de la casa donde no encontraron al Mayo. Lo único que localizaron
en el lugar, de acuerdo con lo dicho por Vazquez, fueron cientos de armas
largas enterradas en tinacos en las inmediaciones del rancho.
El agente y los marinos no
regresaron a La Paz; de Culiacán se trasladaron a la base de la Semar en
Topolobampo.
“Estando en Topolobampo
decidimos ir por Joaquín Guzmán Loera”, apuntó el agente de la DEA al arrancar
la audiencia 31 del juicio contra El Chapo, la mañana del jueves 17.
Ya sin los helicópteros, sino
en autos y camionetas, el 16 de febrero de 2014 Vazquez y los marinos fueron a
Culiacán.
El agente continuaba contando
la historia en primera persona, sin dejar de dar a entender que él, un agente
extranjero, era el jefe de ese equipo de marinos mexicanos.
Los objetivos inmediatos de
Vazquez eran dos allegados del Chapo: Cóndor, su guardaespaldas y lugarteniente
más cercano, y Nariz, el mandadero del capo.
Por medio de informantes y
por la intercepción de mensajes de texto y de llamadas telefónicas que desde
Estados Unidos hacían la DEA y otras agencias para apoyar a Vazquez, éste y los
marinos capturaron a Nariz en su casa, en Culiacán. El mandadero del Chapo
comenzó a hablar y al instante reveló cuáles eran las guaridas de su jefe.
Para resaltar la labor de su
testigo, Goldbarg presentó como documento de prueba la foto de Nariz. En el
interrogatorio al que Vazquez sometió a Nariz la madrugada del 17 de febrero de
2014, el detenido dijo que El Chapo estaba en una casa de seguridad
identificada con el código número 3. “Pero me estaba mintiendo; El Chapo estaba
en el (código) 5”, destacó el agente de la DEA.
Esa madrugada y hasta ya
entrada la tarde, Vazquez y los marinos mexicanos catearon cinco casas de
seguridad en Culiacán. Casi todas tenían puertas reforzadas de acero y túneles
que se conectaban con la red de aguas negras. Los pasadizos estaban bajo las
tinas de baño, que se levantaban con sistemas hidráulicos y eléctricos.
La código 5 fue diferente. La
fiscalía presentó como documento de prueba un video tomado por Vazquez afuera
de la casa y dentro de la misma, donde se ve a Nariz activando el sistema de
levantamiento de la tina, y cuando el agente de la DEA y los marinos se turnan
para abrir a golpes la puerta reforzada de la residencia.
En torno a estos hechos, y
como documentos de prueba de la fiscalía, se presentaron fotografías de Vazquez
vestido con un uniforme de marino mexicano, armado con un rifle de alto poder y
una pistola.
Cuando por fin entraron a la
casa 5, corrieron al baño de la recámara principal y levantaron la tina para
entrar al túnel.
El agente de la DEA acotó que
aunque no encontraron a Guzmán, “algunos marinos que se metieron al túnel le
aseguraron que escucharon al capo correr dentro del pasadizo. No pudieron
perseguirlo”.
En esa residencia localizaron
armas de alto poder, drogas y un álbum de fotografías, donde había algunas de
dos hijos del Chapo: Ovidio y Joaquín. Vazquez los identificó a pedido de
Goldbarg.
Entre las fotografías de
armas mostradas por la fiscalía en la Corte en Brooklyn destaca una pistola
calibre 38 súper con las iniciales JGL en las cachas incrustadas con piedras
preciosas.
LA APREHENSIÓN
Luego de ese fracaso, el
grupo de Vazquez capturó a otro lugarteniente del Chapo, Picudo, quien les dijo
que su jefe se había ido a esconder a Mazatlán.
Entre las 4:00 y las 4:30
horas del 22 de febrero de 2014, Vazquez y los marinos llegaron al hotel
Miramar, en Mazatlán. El agente narró que frente al inmueble estaban
estacionadas dos patrullas de la Policía Municipal, pero que no interfirieron
con el operativo.
“Éramos unos 24 elementos”,
dijo el agente, aún sonriente y orgulloso.
Vazquez enfatizó que él se
quedó en el lobby y que fueron los marinos los que subieron al cuarto piso y
capturaron al Chapo, quien dormía con su esposa, Emma Coronel. También estaban
sus pequeñas mellizas y una niñera. Abajo ya habían detenido a Cóndor, que no
opuso resistencia.
“Lo bajaron al
estacionamiento; los marinos querían que yo confirmara su identidad. Tomé mi
celular y me fui a donde lo tenían. Le dije: ‘Eres tú, eres tú’ y lo paré”,
añadió Vazquez, dando a entender que al Chapo lo tenían hincado sus captores.
Tocó el turno de Eduardo
Balarezo –otro de los abogados del Chapo– de interrogar al agente. Guzmán
estaba muy atento.
–¿Cuál era su papel en esa operación en Mazatlán? –preguntó el abogado.
–De asesor y proveer
información.
–¿Iba usted armado?
–¡Objeción! –gritó la fiscal
Goldbarg, pero Vazquez ya había respondido que no.
–¿Era usted el único agente estadunidense presente en
esa operación en el hotel Miramar?
–insistió Balarezo. A Vazquez le cambió el rostro y sin poder esconder su
incomodidad y enojo no contestó.
La fiscal objetó y solicitó
al juez una sesión privada junto con los abogados del Chapo.
Al reanudarse el
interrogatorio de Balarezo, a Vazquez se le notaba molesto. El abogado continuó
preguntándole sobre si iba armado, si estaba seguro de que él no entró a la
habitación donde fue capturado El Chapo, pero la fiscal objetaba y objetaba y
pedía sesiones privadas con el juez.
Arrinconado, Balarezo hizo su
jugada: solicitó que se presentara la fotografía que Goldbarg expuso como
documento de prueba, en la que se ve a Vazquez armado y vestido con el uniforme
de la Marina mexicana.
“¿Qué es esto que lleva usted colgando del hombro?”,
le preguntó Balarezo a Vazquez, mientras dibujaba en la fotografía un círculo
rojo sobre el cañón del rifle de alto poder que portaba.
Mirando hacía Goldbarg,
Vazquez parecía implorarle con los ojos que objetara, pero el juez lo obligó a
responder. “Un arma”, dijo muy molesto y titubeante el agente de la DEA.
–¿Por qué portaba el rifle?
–Objeción –insistió Goldbarg,
pero el juez denegó.
–Para protección. Culiacán es
una ciudad peligrosa, dominada por el Cártel de Sinaloa –respondió Vazquez.
–¿Tenía usted autorización para portar armas en
México?
–Objeción –volvió a gritar
Goldbarg.
–Con su teléfono usted tomó
video y fotografías del momento de la captura, ¿no es cierto? –preguntó Balarezo.
–Objeción.
–Aceptada la objeción
–concedió el juez Brian Cogan.
–¿Ve esta fotografía? –insistió Balarezo mostrando la
imagen de la captura del Chapo, donde al sinaloense se le ve con el torso
desnudo y sobre su cabeza, una mano.
–Sí.
–¿No es esta su mano, la que está sobre la cabeza del
señor Guzmán?
–Objeción –gritó Goldbarg
otra vez, sin poder evitar que unos segundos antes muy enojado Vazquez dijera:
“No”.
La fiscal pidió otra sesión
privada con el juez. Concluido el cónclave, Balarezo dio por terminado el
interrogatorio.
Vazquez se levantó y, antes
salir de la sala, volteó a ver al Chapo…
Este texto se publicó el 20 de enero de
2019 en la edición 2203 de la revista Proceso.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ J. JESÚS ESQUIVEL/22
ENERO, 2019)
Había hecho mucho dinero, tanto
que eso le permitió lavar de sangre sus apellidos y ese pasado que lo
perseguía. Dinero, dinero. Muchos dólares para enjuagar ayeres salpicados,
inundados, con huellas rojas y olor a pólvora y cempasúchil podrido. Para eso
servían los billetes y esa trayectoria que él presumía impoluta, lejos de sus
padres, tíos y abuelos. Tal como le convenía.
Como parte de ese proceso de
quitarle tajadas al desprestigio, le puso muchas ganas a la escuela. Estudió
hasta profesional y luego un posgrado: su perfil era de inversiones,
presupuestos, políticas públicas, rendición de cuentas y algunos asuntos de
carácter fiscal. Alumno de dieces y exenciones. Sus notas eran notables y así
se lo hacían saber los maestros, cuando calificaban sus ensayos y exámenes.
Bien parecido, tenía pegue
con las morras. Lo seguían y asediaban: guapo, con mucho dinero, un convertible
en la cochera, de esos que solo muerden el asfalto los fines de semana, alto,
güerito y simpático, además de inteligente. Su fama lo hizo un hombre sin ayeres:
trabajador, honesto, servidor, bien preparado y con un chingo de lana.
Le endulzaron el oído para
que le entrara a la política. Se acercó con poderosos del mundo político y de
brincar de un lado a otro, besar las huellas y oler y aguantar gases ajenos, le
anunciaron que le iban a dar una delegación del gobierno federal, de esas que
atienden a los pobres, destinan subsidios, impulsan el desarrollo social y la
entrega de despensas y becas.
Tuvo que mediar en un
diferendo que tenían campesinos, en una comunidad rural. La otra parte era
poderosa. Antes de la audiencia entre los involucrados, él recibió al
representante de los adinerados. Le llevó dos maletines. Se mojó los labios,
saboreando. Dinero sucio, musitó. Mi especialidad. Cuando se reunieron, les dio
la contra a los ejidatarios: el resolutivo iba como se lo habían pedido, pero
con manchas rojas, apenas perceptibles, entre las letras negras del documento.
Al concluir la reunión, uno
de los campesinos se le acercó. Le dijo que era un corrupto, que sabía que se
había vendido a cambio de una fuerte suma de dinero: no te alcanzará la vida
para gastártelo, mijito. El hombre salió de la oficina detrás de los otros y él
se quedó con esa sonrisa completa, de pasta dental.
Salió a su hora y abordó el
carro negro. Iba luminoso y triunfante, acariciando los fajos de billetes,
apretados con ligas. Pensó en comprarse otro automóvil, irse de viaje con sus
mujeres, adquirir ropa, ahorrar o poner un negocio. En la cochera de su casa lo
esperaban: tres balazos en tetillas y cabeza. Sus mujeres le lloraron. El
campesino ni siquiera sonrió.
Columna publicada el 20 de enero de 2019
en la edición 834 del semanario Ríodoce.
Dámaso López, "El licenciado",
se sentó en la silla para testificar contra el Chapo después de Lucero
Guadalupe Sánchez López
Estados Unidos.- Dámaso
López, 'El Licenciado', llegó al banquillo de los testigos en el juicio al
Chapo que se celebra en Brooklyn.
López empezó a contar su
historia, como pasó de ser subdirector de seguridad en una cárcel mexicana en
la que conoció a Joaquín 'El Chapo' Guzmán, a fiel empleado del Cártel de
Sinaloa y padrino de una de las hijas del narcotraficante mexicano.
El compadre de Guzmán Loera y
considerado por él como un hombre de confianza testificó que conoció a Guzmán
en 1999, cuando López era subdirector de seguridad y custodia de la cárcel de
Puente Grande, en el estado de Jalisco.
"El licenciado"
reveló que permitió que Griselda, supuestamente una de las esposas de Guzmán,
pudiera entrar a visitarle a pesar de que las normas solo permitían entrar a
una cónyuge, que en este caso era Alejandrina. También le permitió a Guzmán que
tuviera teléfono celular. A cambio de estos y otros favores, 'El Chapo' le
pagaba, le compró una casa y cubrió los gastos del cuidado médico de un hijo de
López que se accidentó.
Dámaso López renunció a su
puesto en la cárcel de Puente Grande, en Jalisco, en el año 2000 porque el
Gobierno federal estaba investigando corrupción en el penal, comentó. Unos
meses después, en enero de 2001, Guzmán se fugó de la cárcel dentro de un
carrito de lavandería.
"El licenciado"
detalló que en 2001 se reunió con Guzmán en Nayarit y que este le explicó que
la fuga “fue algo espontáneo” y que un tal 'Chito', encargado de la lavandería
en el penal, fue quien lo sacó en el carrito, se lo llevó al aparcamiento, lo
metió en el maletero de su auto y lo sacó así de la cárcel.
El Fiscal General de la República, Alejandro
Gertz Manero, afirmó que fue intencional la perforación del ducto de Pemex que
explotó en Tlahuelilpan, Hidalgo. El siniestro ha dejado hasta el momento un
saldo de 66 personas muertas y 76 heridas.
“De que fue intencional, fue
intencional. Alguien hizo la perforación para obtener combustible de manera
ilegal. El incendio es otra cosa, pero derivado del primer delito”, aseveró
Gertz Manero en conferencia de prensa junto con el Presidente Andrés Manuel
López Obrador.
El Fiscal expuso que los
primeros indicios de los hechos son videos y actas periciales con las que
cuentan las dependencias oficiales:
“Existen indicios, que son
los videos, las actas periciales. Las personas que estaban más cerca de la
explosión fallecieron. Entonces también tenemos una serie de limitaciones, pero
eso no quiere decir que no podamos llenar el espectro”.
Asimismo, el funcionario
recordó que el robo de combustible es un delito grave que se castiga con 20 o
hasta 30 años de prisión, por lo que iniciarán investigaciones para, por medio
de peritajes, conocer quién o quiénes cometieron el crimen.
Por su parte, el Presidente
López Obrador dijo que el incidente se explica en un contexto donde la gente no
ha tenido más opciones. Por eso se lanza con bidones, que ya tiene consigo,
cuando hay fugas en los ductos, por lo que pidió a la población que proporcione
indicios que permitan dar con las personas responsables.
“Yo le pido a la gente que
nos ayude. Que den su versión. No sólo de lo que sucedió el día de ayer sino
del por qué de esta actitud”, dijo el Jefe del Ejecutivo esta mañana en Palacio
Nacional.
“Estamos en una actitud que
se soslayó. Es importante saber cómo se da esta práctica [el robo] en lo
comunitario. Quién lleva a cabo la perforación del ducto, cuándo se sabe que
hay una fuga, si se prepara. Quién convoca, quién llama, cómo acude tanta
gente, por qué los recipientes, qué se hace con este combustible, si se consume
o se vende, cómo se vende. Reconstruir la historia. Eso es lo que tenemos que
hacer”, solicitó durante la conferencia.
“Nosotros no vamos a
enfrentar el fuego con el fuego. No se puede enfrentar el mal con el mal. Eso
no es solución. El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien. Esto no es un
asunto policiaco, militar, no se resuelve con medidas coercitivas, por eso se
agravó la situación en el país. Nosotros vamos a seguir convenciendo,
persuadiendo a la gente. Tenemos la convicción de que el pueblo es honesto y
que si ha llegado a estas prácticas, es porque se le abandonó. Hay millones de
pobres en el país, gente que ni siquiera tiene para lo indispensable”, destacó
el Presidente. ZETA/sin embargo
Juez de Distrito le concede
suspensión provisional contra posible orden de aprehensión
Diana N., esposa del
narcotraficante Rafael Caro Quintero presentó una demanda de amparo en Jalisco
para protegerse de una eventual orden de aprehensión en su contra, según
informaron fuentes judiciales al semanario ZETA.
Abogados de la mujer
acudieron ante un Juez de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad
Judicial Federal, ubicada en el municipio de Zapopan, para reclamar se respeten
los derechos fundamentales de su clienta.
Sin que se conozca aún la
existencia o no del mandamiento de captura, ni los delitos que se le imputan,
el escrito señala como autoridad responsable al Juez de Distrito Especializado
en el Sistema Acusatorio Penal Federal, en el Estado de Jalisco y otras
autoridades.
El juzgado de amparo concedió
la suspensión provisional a la quejosa para que no sea aprehendida fuera de
procedimiento y señaló como fecha para el desahogo de la audiencia
constitucional el próximo 13 de febrero.
El agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito al órgano jurisdiccional ya fue notificado de
la interposición de la demanda de garantías para que realice la intervención
que legalmente le competa.
La referida Diana N. fue
agregada a la lista negra de cabecillas del narcotráfico emitida el 11 de mayo
de 2016 por Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América, a través
de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC).
La autoridad norteamericana
informó en aquella fecha que la mexicana realizó diversas transacciones
acreditándose cómopareja de Rafael Caro
Quintero, ex líder del Cártel de Guadalajara, para actuar en su nombre.
Debido a lo anterior, la OFAC
ordenó el congelamiento de cualquier activo que Diana N. pudiese tener bajo su
dominio en ese país, donde se prohibió a sus ciudadanos realizar operaciones
comerciales o financieras con la designada.
El gobierno estadounidense
destacó que la mujer está vinculada con el narcotráfico desde hace muchos años
y en 2008 fue detenida en México junto a su entonces esposo de nacionalidad
colombiana, por lo que estuvo presa por delitos contra la salud y lavado de
dinero.
Cuando la señalada purgaba su
condena en el penal femenil de Puente Grande, en Jalisco, conoció a Caro
Quintero, que era interno del Reclusorio Preventivo. Actuando como su esposa,
Diana registró algunos de los bienes del ex convicto sinaloense a su nombre,
activos presuntamente adquiridos con ganancia del tráfico de drogas.
Para las autoridades
extranjeras, Rafael -presunto responsable del asesinato en 1985 del agente de
la DEA en Guadalajara, Enrique Camarena Salazar- “ha seguido participando en
las actividades de tráfico de drogas” después de su excarcelación en agosto de
2013.
Por su parte, Diana N., quien
fue coronada “Reina de las Fiestas de Octubre” en 2010 cuando estuvo presa en
el Centro de Reinserción Femenil, tiene un hijo del capo sinaloense originario
de Sitio de Abajo, municipio de Badiraguato.
Ya no hay partes de guerra
del combate contra el huachicol. El desabasto resultó más importante en la vida
cotidiana de los mexicanos que la cruzada contra los delincuentes, y requirió
que el gobierno reorientara su estrategia –no su discurso- para resolver el
suministro. El desbasto ya provocó una tragedia cercana a los 100 muertos, y
esta, más la urgencia por evitar mayor escasez de gasolina, provocó una compra
apresurada de pipas y el reclutamiento militar de conductores dentro de una
variación del Plan DN-III, diseñado para apoyar a la población en situación de
desastres, para distribuir hidrocarburos. De hechos insólitos se construye la
Cuarta Transformación.
No sabemos ya qué es más
importante que lo anterior, por la velocidad con la que cambian los temas y el
énfasis de la conversación. Lo que sí se puede hacer es una primera evaluación
sobre la estrategia de la guerra contra los huachicoleros, emprendida por el
presidente Andrés Manuel López Obrador el 27 de diciembre. Lo último que
supimos sobre los logros de esa cruzada son del 8 de enero, cuando se informó
que se había frenado el robo de hidrocarburos, y se habían ahorrado 2,500
millones de pesos. Ya no hay más datos duros porque el torbellino de las
consecuencias de un plan diseñado en tres semanas, son enormes.
Lo que estamos observando
ahora es que los costos están resultando más grandes que los beneficios. Pero
que no se mal interprete. La lucha contra el huachicol debe apoyarse
incondicionalmente. Si por corrupción o para evitar desabasto, si porque el
delito no se originaba sólo en la delincuencia organizada y los gobiernos, sino
también en las comunidades enteras que entraron al negocio ilícito como una
forma de vida y subsistencia, la realidad es que anteriores gobiernos no lo
hicieron a fondo. El problema radica en la estrategia. Si se hace algo bueno
que resulta más perjudicial en su implementación, no es para dejar de hacerlo,
sino para corregirlo.
Para que funcione se requiere
alinear todos los esfuerzos dentro de un plan estratégico. Si no existe este
alineamiento, por mejor pensada que esté la estrategia, habrá tropiezos,
estancamientos e, incluso, retrocesos. Es lo que está sucediendo: la estrategia
de la cruzada contra el huachicoleo fracasó en esta primera etapa. Pese a
alinear a todo el gobierno, el recurso humano es lo que no le funcionó. A la
lucha militar y policial, cuyos resultados divulgados la semana pasada fueron
positivos, la logística que debieron desarrollar la Secretaría de Energía y
Pemex ha sido un desastre. El desconocimiento de sus titulares y la ligereza
con la que inicialmente se refirieron al desabasto, permite conjeturar que
incurrieron en dos errores que llevan al fracaso de una estrategia: la ausencia
de escenarios para saber los pros y contras de cada medida, y la falta de un
plan de contingencia.
Los resultados derivados del
desabasto se expresan de manera distinta. La forma más dramática fue el viernes
pasado en Tlahuelilpan, donde cientos de pobladores de la zona buscaron
abastecerse de gasolina que se fugaba de una toma clandestina en un ducto, tras
10 días de desabasto. López Obrador responsabiliza a gobiernos corruptos del
pasado de esa tragedia, lo que si bien puede alegarse como parte del origen del
problema, no tiene nada que ver con la realidad objetiva que Pemex no abasteció
combustible en la zona. Esto, de ninguna manera, hace responsable de la
tragedia al director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, pero muestra las
deficiencias de una estrategia mal diseñada y peor instrumentada.
El desabasto se dio por el
cambio de logística de Pemex, que incluyó el cierre de ductos y la distribución
de combustible mediante auto-tanques. Las cuentas de Romero Oropeza fueron
pésimas. Este lunes, López Obrador anunció la compra de 571 pipas en Estados
Unidos, que se suman a las 3,500 que aportó la Cámara Nacional del
Autotransporte de Carga. Este error de cálculo -el déficit de 4,000 pipas no
previstas en Pemex- tuvo un costo no revelado aún con la CANACAR, y de más de
1,615 millones de pesos por el equipo que se adquirirá en Estados Unidos. Las
pérdidas no paran ahí.
Citibanamex reportó la semana
pasada que la escasez de combustible va a generar una pérdida neta de 23 mil
600 millones de pesos del Producto Interno Bruto, derivada del cambio poco
eficiente y costoso del transporte de combustible que, añadió, excedió los
beneficios. Aunque no hay nuevos datos sobre cómo va el ahorro por la cruzada
contra el huachicol, si se duplicara mecánicamente la cifra anunciada por López
Obrador a las dos semanas de haber iniciado el combate, se podría argumentar
que se ha reducido la utilidad de los criminales en cinco mil millones de
pesos; es decir, poco menos de una cuarta parte de las pérdidas causadas por la
mala estrategia.
Esta estrategia, señaló
Citibanamex, debe de ser temporal, acompañada de un éxito en el combate al
huachicol, para que compense y mejore el balance económico entre costo y
beneficio. No parece que así sea, porque no se ha planteado temporalidad ni,
como exige una guerra, se establecen los términos de la victoria. Se puede
argumentar que el presidente sí lo estableció, acabar con la corrupción. Pero
es retórico. La corrupción nunca se acaba, aquí o en el mundo, pero combatir la
impunidad la reduce. Elevar el costo para que nadie sea impune no está en el
discurso ni en la voluntad política presidencial plena, como sugiere
Tlahuelilpan, como tampoco un cambio de estrategia. O sea, si las cosas van
como hasta ahora, la medicina habrá sido la correcta, pero matará al paciente.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(EJE CENTRAL / RAYMUNDO RIVA PALACIO/ESTRICTAMENTE
PERSONAL/22 DE ENERO DE 2019)