En la semana que concluye, los hijos
del ex administrador del Cártel Arellano
Félix, Jesús “Chuy” Labra Avilés, fueron secuestrados y liberados en un lapso
de doce horas. También una mujer y sus dos hijos menores de edad fueron
rescatados tras ocho días de cautiverio. Las primeras indagatorias revelan que
los perpetradores están ligados a operadores de esa organización criminal
Jesús Manuel y Marcos Liborio
Labra Félix fueron privados de la libertad el miércoles 21 de marzo, luego de
atender una comida-reunión en el restaurante La Querencia en el distrito
gastronómico de Tijuana. Pasaban las cinco de la tarde cuando fueron interceptados
en plena Zona Río por varios hombres obesos, con camisas de uniformes falsos de
la Policía Estatal Preventiva (PEP). Doce horas después, alrededor de las seis
de la mañana del jueves 22, fueron liberados en la colonia 20 de Noviembre.
Jesús y Liborio fueron
identificados como hijos de Jesús “Chuy” Labra Avilés, ex operador financiero
del Cártel Arellano Félix (CAF) detenido el 11 de marzo del año 2000; la
información la proporcionó un primo, de apellidos Labra Gómez, quien al momento
del crimen, circulaba junto a sus familiares, pero en otro auto.
Relató cómo varios hombres
encapuchados que vestían chalecos balísticos algunos y otros camisas con la
leyenda PEP, los emboscaron, explicó cómo en el crucero sobre el Paseo de los
Héroes, en la inmediaciones de la Preparatoria Federal “Lázaro Cárdenas”, un
pick-up Ford Ranger de color gris, en el que iban sus primos, fue rodeado
por una Chevrolet Suburban, un Chevrolet Impala y un Toyota Camry, todos
blancos con vidrios polarizados.
Los agresores bajaron a la
fuerza a los Labra y se los llevaron en la camioneta, huyendo rumbo a la Vía
Rápida Poniente. La Policía Municipal inició un operativo, pero no hubo
detenidos. La noche del miércoles 20 de marzo, el primo Labra Gómez cruzó a
Estados Unidos.
En la junta de seguridad de
las Mesas de Pacificación, realizada a las ocho de la mañana del jueves 21, las
autoridades presentes ya habían sido enteradas -por vías extraoficiales- de la
liberación de Jesús y Liborio Labra.
Para corroborar, llamaron al
primo que denunció la desaparición, pero éste no mostró interés en mantener
contacto con el gobierno, sin embargo, confirmó “están bien los morros, ya se
solucionó todo”.
Información extraoficial
indica que después de haber sido privados de la libertad, los Labra fueron
llevados a un domicilio donde los mantuvieron vendados, pero sin agredirlos.
Toda la noche estuvieron escuchando lo que parecían conversaciones por radio,
entre miembros de corporaciones a través de claves policiacas.
A la mañana siguiente, de
acuerdo a las mismas versiones de personas cercanas a los afectados, les
dijeron que había sido una equivocación y los dejarían ir, lo que sucedió muy
temprano el jueves, ya con luz de día. Los bajaron de un auto en una calle de
la colonia 20 de Noviembre, no muy lejos de dónde los habían privado de la
libertad.
“Hablar de equivocación en un
caso como éste resulta poco verosímil, porque los vigilaron, tuvieron una
reunión en un restaurante, se ignora con quién, los delincuentes los esperaron,
los siguieron y cuando estuvieron seguros los emboscaron. No se los toparon”
expuso un investigador.
Alrededor de las seis de la
mañana del jueves 21 de marzo, los Labra notificaron a su familia que ya
estaban sanos y en la calle, después se dirigieron a la Garita de San Ysidro en
un taxi. Una vez en la franja fronteriza,
Jesús Manuel cruzó a Estados Unidos alrededor de las ocho de la mañana.
El destino de Marcos Liborio se desconoce, pero los primeros informes indican
que no tiene pasaporte.
Consultadas las autoridades,
informaron que ninguno de los hermanos Labra Félix registra antecedentes
delictivos ni en México, ni en la Unión Americana.
Conforme a los reportes no
oficiales de las áreas de inteligencia de las corporaciones policiacas en
Tijuana, el operativo contra los Labra fue “extraño” porque la información recabada en las
primeras doce horas indica que pudo haber sido realizado por gente del mismo
grupo delictivo en el que operó su padre. Por José Roque García y Gilberto
Camacho Valle “El Chayanne”, ambos identificados como integrantes del CAF, y,
presumen, tuvieron apoyo de efectivos policiacos, pero no definen de cuál.
Roque García tuvo mayor
actividad dentro del CAF bajo el liderazgo criminal de Francisco Javier
Arellano Félix “El Tigrillo” y Eduardo Sánchez Arellano “El Ingeniero”, ha sido
detenido dos veces, dedicado al cobro de piso y extorsión. En 2004 fue
capturado por elementos del Ejército Mexicano y la PEP lo reaprehendió en 2010.
En abril de 2017 pretendía
realizar una serie de delitos de alto impacto para “marcar territorio” en
Tijuana, pero fue frenado por una investigación de Estados Unidos. En noviembre
de 2018, después que facilitara a las autoridades información respecto a algunos homicidios,
fue visto acompañando a policías municipales y estatales. El reporte fue que
era informante del General Gabriel García Rincón, Comandante de la II Región
Militar con sede en Mexicali, y de elementos de la Administración para el
Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Por su parte, Gilberto
Camacho Valle fue liberado en Estados Unidos luego de purgar una condena de
doce años por tráfico y asociación delictuosa desde 2005, al ser detenido
estaba identificado como operador financiero del CAF, cargo que en las décadas
de los 80 y 90 desempeñó Jesús Labra Avilés, el padre de los secuestrados el 20
de marzo. Fue detenido en Tijuana en el año 2000 y extraditado a Estados
Unidos, donde cumple una condena de 40 años de cárcel.
Oficialmente, la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE) inició carpeta por el delito de privación
de la libertad, con el Informe Policiaco Homologado (IPH) de la Policía
Municipal. Con las declaraciones de un testigo y en las siguientes doce horas,
realizaron actos de investigación, procesaron la escena, remolcaron el
vehículo, tomaron la fijación de cámaras en la ruta de las víctimas y los
victimarios; la mañana de hoy viernes 22 de marzo trabajaban en la redacción de
los oficios para solicitar las grabaciones.
Sin embargo, al confirmar la
liberación de los hombres, la PGJE aún no informa si dará continuidad o
suspenderá la investigación.
45 muertos en la semana;
Tijuana suma 470 en el año
En los últimos siete días en
Tijuana, 45 personas fueron privadas de la vida en distintos hechos; con estos
crímenes la estadística se eleva a 106 víctimas en marzo y 470 en lo que va del
año.
Entre los últimos incidentes
destaca la ejecución de dos parejas cuyos cadáveres fueron encontrados con doce
horas de diferencia, huellas de violencia y amordazados; así como el asesinato
a golpes de un bebé de ocho meses, cuyo padre, de 20 años de edad, fue detenido
como principal sospechoso.
AQUÍ LOS HECHOS OCURRIDOS ENTRE EL LUNES 18 Y EL
MIÉRCOLES 20 DE MARZO.
LUNES 18. Por
disparos de arma de fuego en cuello y hombro, murió José Antonio Barajas
Lomelí, de 21 años; fue encontrado en el estacionamiento de Cruz Roja en el
Parque Industrial El Florido. Evany Monserrat Roblero García, de ocho meses de
edad, murió a consecuencia de los golpes que presuntamente le propinó su padre,
de nombre Mario Roblero, de 20 años; fue detenido por la autoridad. En un lote
baldío de la colonia Batalla Nacional fue encontrado el cuerpo de un
desconocido en completo estado de calcinación. En la colonia Sánchez Taboada,
dentro de la cajuela de un vehículo tipo sedán color verde con reporte de robo,
fue hallado el cuerpo sin vida de un sujeto de alrededor de 25 años, con
lesiones producidas por objeto punzocortante; junto al occiso se encontró un
narcomensaje. José Juan Chavarría Durán, de 38 años, murió en el Issstecali
Mirador tras ser baleado en Los Laureles.
MARTES 19. En
el Hospital General fallecieron Silvano Moreno Flores, de 45 años, y Luis
Fernando Méndez Vargas, de 47, por proyectil de arma de fuego. Andrés Victorio
Martínez, de 42 años, fue privado de la vida a tiros en Infonavit Presidentes. Los cuerpos sin vida de un
hombre y una mujer, hasta ahora sin identificar, fueron hallados amordazados de
pies y manos en la colonia 3 de Octubre.
MIÉRCOLES 20.
Dos cadáveres, uno del sexo masculino y otro femenino, fueron localizados con
huellas de violencia y maniatados en la colonia Xicoténcatl Leyva II. Un
desconocido fue encontrado muerto con heridas por arma de fuego y un
narcomensaje, en la colonia Buenaventura. En la Reforma, Carlos Adrián Serrano
Pela, de 27 años, recibió tiros en cuello, tórax y espalda, privándolo de la
vida. En un domicilio acondicionado como abarrotes con cuatro máquinas de
videojuegos en Las Delicias, fue asesinado Jesús Enrique Castillo, de 59 años.
En Rancho las Flores, un desconocido fue ejecutado. En tanto que José Humberto
Pasos Chávez, de 32 años, murió en Altiplano a causa de un tiro en la cabeza.
De acuerdo a estadísticas de
la Procuraduría General de Justicia de Baja California, a nivel estatal, 589
personas fueron privadas de la vida hasta el jueves 21 de marzo.
FAMILIA SECUESTRADA Y TORTURADA
La señora Soledad Anabel
estaba acompañada de sus hijos Samuel y Ángel, de 14 y 8 años de edad,
respectivamente, cuando un grupo de secuestradores la privó de la libertad la
tarde del 9 de marzo. Su camioneta Ford
Expedition quedó abierta y abandonada en el estacionamiento de Walmart sucursal
Jauja en Tijuana.
Inmediatamente, la familia de
las víctimas solicitó apoyo para localizarlos a través de las redes sociales, y
tres días después dejó de hacerlo. El 12 de marzo los delincuentes llamaron a
la madre y abuela de las víctimas para exigir un millón de dólares, con la
advertencia de que si no pagaban, los matarían.
Entre el 12 y el 15 de marzo,
los criminales se tornaron más violentos, desnudaron a dos de las víctimas y
las golpearon con cinchos plásticos, en espalda, glúteos y piernas, durante
esos tres días los torturaron continuamente hasta dejarlos marcados. Los
episodios de castigo fueron grabados.
La familia de las víctimas
recibió fotos de sus seres queridos golpeados, marcados, mientras eran
amenazados con armas en la cabeza. Y audios en los que se escuchaban los
latigazos, gritos de dolor y las súplicas
El 15 de marzo, los
criminales redujeron el importe del secuestro a 700 mil dólares, la familia
tiene tiendas de ropa y artículos
diversos en varias plazas de Tijuana, pero no disponían del dinero.
Tras una serie de acciones de
investigación e inteligencia, la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales,
a través de la Unidad Estatal de Atención al Delito de Secuestro (UEDS),
notificó que alrededor de las 7:00 pm del 16 de marzo localizaron la casa en
que los criminales “probablemente” tenían secuestradas a las víctimas.
Ordenaron el operativo de rescate en el domicilio ubicado en Calle Monte Casino
número 4, Colonia Lomas Conjunto Residencial La Mesa en Tijuana.
Los agentes ingresaron por el
frente y en el estacionamiento se encontraron con uno de los secuestradores,
estaba a bordo de un auto que de acuerdo al IPH, intentó echarles encima sin
lastimarlos; cuando lo rodearon se resistió al arresto, pero lo capturaron. Fue
identificado como Javier Adrián King, de 20 años de edad.
Luego, el grupo de la UEDS
entró a la casa y encontró una recámara en la que sólo se veía una cocina
integral y un hombre moreno, joven alto y armado, con una pistola apuntando al
oficial del Grupo Antisecuestros que ingresó punteando al equipo.
El agente ministerial, que
también apuntaba con su arma, ordenó al delincuente tirar la pistola, pero no
hizo caso y disparó, dándole en la
cabeza al uniformado, pero como el policía vestía equipo táctico, la bala le
pegó en el casco, le hizo perder el equilibrio pero no lo derribó.
Entonces sus compañeros
respondieron el ataque y el secuestrador cayó, pero desde el suelo continuó
disparando y de nuevo hirió al uniformado puntero en la mano; después de eso,
el malhechor fue abatido.
Este hombre aún está como “no
identificado” más allá de sus características físicas, masculino de entre 25 y
28 años que portaba un arma Glock 9 milímetros.
Un tercer secuestrador estaba
en el interior de la casa, los integrantes de la UEDS le ordenaron salir con
las manos en alto y se negó,
argumentando que temía por su vida, finalmente se rindió y se identificó como
Brayan Mora Carranza, de 19 años.
Al revisar los cuartos de la
casa, en uno de ellos encontraron a una
mujer tirada en el piso, con las manos atadas, los ojos vendados con plástico y
una soga en el cuello que había sido utilizada para torturarla. Estaba viva,
pero presentaba golpes en todo el cuerpo, una mano se la habían dejado
prácticamente inservible y la cara lucía hinchada y moreteada. La identificaron
como Guadalupe Reyes Pérez alias “Lili”. Fue llevada al Hospital General, donde
permanece en estado de coma.
Inicialmente las autoridades
creyeron que era otra víctima de secuestro, pero tras las primeras
declaraciones descubrieron que era socia de los plagiarios, ella fue quien les
dijo a los criminales que la familia tenía dinero y citó a la víctima en el
centro comercial donde fue secuestrada. La conocía porque era su cliente en la
tiendas de ropa, y quedaron de verse para que Soledad le entregara una
mercancía.
Los cómplices de Guadalupe
Reyes informaron que la mujer era “pollera” y debía pagar piso al líder de la
organización criminal, pero le dijo que no había tenido mucho trabajo y no
tenía dinero, pero a cambio le “pondría” un trabajo fácil. Le garantizó que en
dos días les pagaban el secuestro, asegurando que en el pasado la familia de la
víctima había incursionado en el tráfico de personas y que tenían dinero.
Como no lograron nada a los
dos días, Reyes y “el jefe” pelearon, la
golpeó en la cara y le derribó al piso, ordenó que los otros hombres la
golpearan.
En la casa de seguridad de la
colonia Lomas Conjunto Residencial La Mesa también aseguraron en calidad de
víctima a Lizeth Torres Casales porque también tenía rastros de haber sido
golpeada en el rostro. Pero después resultó que “cuidaba” a los plagiados y le
pegaron cuando intentó defender a “Lili”.
Tras la captura de los
secuestradores, Soledad, Anabel y sus dos hijos fueron rescatados y devueltos a
su familia.
La carpeta de este secuestro
continúa abierta, la UEDS sigue en las pesquisas para localizar al cabecilla
del grupo criminal, del que saben, lidera tres células delictivas de entre
nueve y doce delincuentes cada una, las
cuales operan con grupos del CAF.
De hecho, Guadalupe Reyes
alias “Lili” está identificada como pareja de Jonathan Tapia Rojas, cabecilla
de la célula de traficantes de personas fichados como “Los Tapia”, quienes
trafican con gente en la franja fronteriza en el tramo entre la colonia Alemán
y El Mirador, en Tijuana.
Datos de inteligencia
refieren que ellos pagaban piso al CAF en la persona de Luis Roberto Toscano
Torres “El Monito” – asesinado en enero de 2019-. El encargado de cobrarles a
él y al resto de los traficantes de esa zona, era Diego Abel Miranda Rodríguez
“El Cateo”.
“Quien ordenó el secuestro de
la familia sería quien se quedó en lugar de Toscano Torres”, concluyó un
investigador.
SECUESTROS EN NÚMEROS
De acuerdo a cifras de la
PGJE, en el transcurso de 2019, la Unidad Estatal de Atención al Delito de
Secuestro ha desarticulado dos grupos de plagiarios y detenidos a 18
secuestradores. En 2018, con 15 secuestros denunciados, desarticularon once
células de secuestradores y detuvieron a 69 plagiarios.
Entre 2012 y 2019, oficialmente
se han denunciado 48 secuestros y las indagatorias han resultado en la captura
de 448 secuestradores.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / INVESTIGACIONES
ZETA/ LUNES, 25 MARZO, 2019 01:00 PM)