lunes, 20 de mayo de 2013

LOS PARCHES ECONÓMICOS DE PEÑA NIETO

Post-FeatureLos-parches-económicos-de-EPNEl Gobierno de la República retoma la fórmula de Carlos Salinas que provocó la desvalorización financiera del país al finalizar el sexenio de 1994. “Lo más grave es que volvamos a comprar un proyecto artificial”: Economista José Luis Contreras Valenzuela

Francisco Navarro Fausto
Después de 18 años de la debacle financiera que causó la salida del Partido Revolucionario Institucional de Los Pinos, revive un proyecto económico (el salinista) que llevó al país a la devaluación de 1994, debido a la falta de reservas internacionales, donde miles de empresas quebraron, las familias mexicanas perdieron el patrimonio económico, casas y autos que habían adquirido con créditos a tasas variables. Aquella crisis económica de los años noventa fue considerada como el fin de la clase media mexicana.

“El proyecto de nación de Enrique Peña Nieto es la misma fórmula de Carlos Salinas de Gortari, donde no hubo un cambio estructural de fondo”,  adelanta el contador Juan Manuel Hernández Brito.

El parecido es tal, que habría que recordar que al inicio de su mandato, en 1988, Salinas de Gortari promovió una serie de reformas en busca del crecimiento económico del 6 por ciento, que procuró y sin embargo, nunca alcanzó (el promedio sexenal fue de 4.37%).

En lo que va de la presente administración, Enrique Peña Nieto ha dicho que México debe crecer por arriba del 5%, y para ello ha generado diversas reformas que, espera, logren dicho avance, tal y como ha repetido una y otra vez.

En ambas presidencias, la política monetaria se fundamenta en el control de precios, la acumulación de divisas y la entrada de capital extranjero, es decir, dinero especulativo que tan pronto como llega a la Bolsa de Valores, puede salir.

Asimismo, con sus acciones, el actual Gobierno Federal deja en claro que quiere aumentar la recaudación a como dé lugar, prueba de ello es la reforma a la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde se tasan las prestaciones que recibe el trabajador. Y todavía falta esperar la reforma hacendaria, donde se especula un Impuesto al Valor Agregado (IVA) generalizado, a cambio de políticas bancarias que faciliten créditos, por medio de una reforma financiera que ahora es analizada por el Congreso.

“Con la segunda acción, Peña Nieto afirma que habrá de activar la economía interna, sin embargo, no ha tomado en cuenta que arriba del 90 por ciento de nuestras exportaciones, van a parar a la Unión Americana, y éstas han tenido una baja. Mientras su economía no repunte, igual sucederá con México”, advirtió un contador consultado por ZETA.

Hay que recordar que un día después de iniciada su administración, el Presidente Peña Nieto firmó el “Pacto por México” con las tres principales fuerzas políticas del país: PRI, PAN y PRD. Divido en cinco acuerdos, establece: Sociedad de derechos y libertades; crecimiento económico, empleo y competitividad; seguridad y justicia; transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; así como gobernabilidad democrática.

El ex mandatario Carlos Salinas de Gortari tomó posesión el 1 de diciembre de 1988, estableció una privatización sistematizada de empresas públicas, la eliminación de la reforma agraria, y la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), acciones torales de un proyecto neoliberal que no tenía bien fincadas sus bases y, junto con el libertinaje de los banqueros -los llamados “delincuentes de cuello blanco”-, desató una crisis financiera que dio la bienvenida al Presidente Ernesto Zedillo.

“Definitivamente, una gran similitud”

Respecto al tema y sobre los riesgos que se corren con el actual proyecto de nación, el economista José Luis Contreras Valenzuela considera que lo más grave de la situación, “es que volvamos a comprar un proyecto artificial. Si bien es cierto hay planteamientos sobre muchas reformas y empezó muy fuerte, podemos ver alguna similitud en estos 150 días de gobierno, en principios y proyectos. 

Además, hasta similitud de acciones explosivas, como fue una reforma sacada a como diera lugar, lo cual es plausible para generar acuerdos con las fuerzas políticas del país, que igual lo logró Salinas, no obstante que entró con mucho descrédito y (fue) vapuleado. Lo que debemos entender es que las reglas de operación de estos pactos deben ser claras, y no endosar como se hizo en el caso de Salinas, el futuro del país a intereses poco sanos”.

A la par, explicó que la inversión bursátil especulativa ha crecido exponencialmente desde el año 2000, mientras que la Inversión Extranjera Directa ha disminuido, lo que pone al país ante un riesgo de una burbuja financiera como la creada en Estados Unidos (2007-2009), por lo que se empieza a vivir una economía de ficción que pudiera tener efectos muy negativos para las familias mexicanas hacia finales del sexenio peñista.

“No ha habido una política de desarrollo industrial, de fortalecimiento de actividad productiva. Se sigue apostando al mercado externo. Se ha abandonado el mercado interno. Se siguen definiendo programas de combate al hambre que poco le abonan al fortalecimiento de la actividad productiva, o a la recuperación de la actividad agrícola en el campo mexicano. En esos aspectos vemos muchos elementos similares, crear, mediante anuncios especulativos, una gran confianza, y que finalmente sabemos que es una gran  contradicción entre lo anunciado y lo que en realidad se está haciendo.

“Vemos muchas acciones espectaculares que nos pueden traer efectos inversos a lo que estamos esperando”, recalcó el académico.

De continuar por la misma ruta y de no darse un proyecto de nación, con una política de inversión para el sector industrial, jamás se logrará el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas, que son las generadoras del empleo que el país necesita. En pocas palabras, de continuar por el rumbo actual “tendremos para fines de sexenio una crisis similar a la que se vivió con el régimen de Salinas”, sentenció Valenzuela.

PAN con lo mismo

El contador Juan Manuel Hernández Brito abundó sobre el mandato de Carlos Salinas, argumentado que en primera instancia, “fue un cambio de proyecto de nación donde no estaban la bases fincadas de un modelo económico neoliberal, definido éste como algo donde más o menos entras a regular la actividad, pero no entras. Un modelo donde se quita la potestad de algunas dependencias y se las transfieres al ciudadano, pero no en el 100 por ciento. Cambias el tipo de modelo, obviamente con un costo que fue bastante alto.

“Si no se tiene el cuidado de cambiar las cosas de fondo, y no nada más para hacer un bacheo en el sistema político y económico, la verdad es que podemos tener las cosas tan desafortunadas como las tuvimos en el pasado, las famosas crisis. Porque tan solo en el tema de inversión extranjera seguimos amarrados del principal socio, que es Estados Unidos, que si no se detona, difícilmente nosotros vamos a detonar nuestra economía.

“Por otro lado, las reservas volvieron a bajar, y se sigue trabajando en mantener los factores de la macroeconomía”, destacó el especialista.

Existe riesgo

Para el investigador del Departamento de Estudios Económicos  del Colegio de la Frontera Norte, Eliseo Díaz González, las reformas que ha presentado el Gobierno de la República han tenido propósitos específicos. Estableció que la más trascendente fue la laboral, cuya finalidad es introducir mayor flexibilidad en el mercado de trabajo para favorecer a las empresas; pero también para crear más empleos.

“Sabemos que la reforma no tocó a los sindicatos, y en el presente, el problema sindical es uno de los que más escandaliza a la opinión pública. Los efectos de la reforma están todavía sin verse”, estableció.

“La reforma del IMSS tiene sí un claro propósito de aumentar las contribuciones del Seguro, que está en una crisis financiera estructural que en parte se puede remediar con el cambio. Desde el punto de vista de la sociedad, sin embargo, los problemas de la seguridad social van más allá del problema financiero. La reforma fiscal, por su parte, se ha postergado para 2014, porque tiene el asunto delicado del aumento del IVA y la imposición de alimentos y medicina. Hay otros temas también, como la eliminación del IETU y la reducción de la tasa máxima del ISR, que fue aumentada por Calderón en 2008”.

Por cuanto al tema recaudatorio, indicó que desde la óptica del gobierno, al conseguir más, se habrá de dar mayor impulso al desarrollo económico y social. Sin embargo, desde la óptica de la sociedad, no tiene sentido pagar más impuestos si lo que se ve es el despilfarro, corrupción, gastos excesivos de los partidos, campañas electorales caras, congreso sobrecargado de representantes diseñado al gusto de las camarillas partidistas, entre otros males.

A final de cuentas, si bien la reforma mercantil busca aumentar el financiamiento a empresas e individuos y eso es correcto, el riesgo es que aquellos mexicanos que aún no saben utilizar el recurso de los préstamos, perderán su patrimonio, ya que la nueva reforma financiera incluye agilizar los embargos de los deudores morosos.

Exportación, inversión y política monetaria

En el apartado de exportaciones, Díaz González enfatizó que si bien, son el eje del crecimiento de la economía, se han estancado y tienden a disminuir por efecto de la lenta recuperación del gasto privado en Estados Unidos; mientras que respecto a la apreciación del tipo de cambio que actualmente se goza en México, no hay que olvidar que obedece a la entrada excesiva de capitales financieros de cartera, los cuales pueden retirarse en cualquier momento.

“Con Peña Nieto continuó la política de Calderón de recibir montos muy grandes de inversión extranjera de cartera. Hubo un cambio importante en la política monetaria con la reducción en la tasa de interés en el primer trimestre del año actual, pero como vimos, eso no impidió que continuara ingresando gran cantidad de capitales foráneos”, expuso el catedrático, para continuar:

“El aumento de la calificación en la deuda soberana de México, recién la semana pasada hará bajar el riesgo país y México podría disminuir aún más su tasa de interés. El ingreso de esos capitales a México lo determina la baja tasa de interés en los mercados financieros internacionales, porque los países desarrollados buscan impulsar sus economías manteniendo bajo el costo del dinero. El gobierno en México tiene que resolver ese dilema, porque tampoco es deseable que el país se inunde de dólares volátiles, como reiteradas veces lo ha señalado Agustín Carstens, del Banco de México”.

Pero aun con todos los puntos en común ya revisados, el consultado no coincide con las similitudes del gobierno de Salinas y el de Peña Nieto. Expresó que para efectos de propaganda, la izquierda suele equipararlos porque es cómodo y mucha gente tiende a rechazar intuitivamente “todo lo que huela a Salinas”, sin dejar de reconocer que “el problema está en el riesgo de que dicho estado de cosas se revierta, cuando las economías desarrolladas recuperen su ritmo de crecimiento, que México sea capaz de avanzar al mismo ritmo, o a un ritmo superior a como lo hagan los países desarrollados.

“Por lo pronto, un obstáculo será que el actual flujo de ingreso de inversiones extranjeras de cartera se va a detener, e incluso se revertirá. Esto acarreará presiones del tipo de cambio, que México deberá enfrentar para sostener el ritmo de expansión económica. 

Un factor interno muy importante, es determinar si la sociedad logrará soportar las tensiones generadas por las reformas estructurales que, como en el caso del magisterio disidente, se expresarán con más fuerza y amplitud con las demás reformas; y por supuesto, enfrentar el desorden disruptivo de la violencia criminal”, finalizó el investigador del COLEF.

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