El juicio a Joaquín Guzmán Loera
continuó con testimonios de narcotraficantes colombianos que, aseguraron, el
capo sinaloense quiso traficar drogar en buques petroleros y se reunió con
funcionarios de Petróleos Mexicanos
El narcotraficante colombiano
Jorge Milton Cifuentes Villa declaró como testigo en el juicio que se lleva a
cabo contra el narcotraficante sinaloense Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán
Loera en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
Cifuentes aseguró que en
2007, Guzmán se reunió con ejecutivos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para
plantearles cargar barcos petroleros de cocaína desde Ecuador.
Alan Feuer, corresponsal de
The New York Times señaló en Twitter que
durante la reunión estuvieron presentes un ejecutivo llamado Alfonso Acosta,
además de uno de los cercanos al capo sinaloense: Dámaso López Núñez “El
Licenciado”.
“Estuvo presente en la
reunión, en las montañas del escondite secreto del ‘Chapo’, un ejecutivo de
Pemex llamado Alfonso Acosta. También allí (estuvo) Dámaso López, uno de los
hombres del ‘Chapo’, y Jorge Milton Cifuentes Villa, un traficante colombiano”,
indicó el periodista.
“Según lo que contó
Cifuentes, el plan era mover cocaína de Ecuador en buques de Pemex a una
refinería mexicana. Sabremos más detalles en un momento”, escribió Feuer
durante un receso en el juicio. Sin embargo, el testigo acotó que el plan del
“Chapo” nunca se materializó, aunque hubo varias discusiones al respecto.
Según el colombiano, la idea
fue propuesta por Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo de Ismael “El
Mayo” Zambada García. “Vicente fue el único, dijo Cifuentes, que tenía ‘las
conexiones’ con Pemex”, tuiteó el periodista.
En 2007, el director de Pemex
era Jesús Reyes-Heroles González-Garza, quien ocupó el cargo del 1 de diciembre
de 2006 al 8 de septiembre de 2009, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Un día antes, por primera
vez, la voz de Joaquín “El Chapo” Guzmán se oyó en la sala del tribunal.
Fiscales estadounidenses mostraron un video de YouTube donde se ve al
narcotraficante mexicano con una gorra, hablando a la cámara. Se trata del
video que “El Chapo” grabó para Sean Penn y Kate del Castillo y que, según se
dijo en la Corte, fue colgado en internet en 2015.
En el registro audiovisual,
“El Chapo” responde a preguntas sobre el impacto que tiene el tráfico de drogas
en la sociedad y la violencia que genera. “En parte es porque algunas personas
ya crecen con problemas, alguna envidia, o por alguna información que dan en
contra de la persona. Eso crea violencia”, responde Guzmán entre cantos de
gallo, en lo que parece ser un rancho en las montañas. La fiscalía mostró cinco
segmentos cortos de ese video, con subtítulos en inglés.
Después del video, el jurado
pudo oír el testimonio de un hermano del colombiano Francisco “Pacho”
Cifuentes. Jorge Milton Cifuentes, quien habló de cómo en 1988 viajó a México
para dedicarse al tráfico de drogas, con el que llegó a ganar unos 300 millones
dólares en los noventa.
Sin embargo, en 1998 huyó del
país, tras el asesinato de su socio Humberto “Robachivas” Ojeda. Cifuentes
también declaró haber comprado 5 mil fusiles AK-47 para el grupo paramilitar
Autodefensas Unidas de Colombia. Pero la jugada le salió mal: el grupo quería
que Cifuentes fuera su proveedor. Al negarse, tuvo que huir a México para
reunirse en 2003 con “El Chapo” para pedirle, entre otras cosas, protección. Se
espera que Cifuentes prosiga el miércoles con su testimonio.
El 10 de diciembre, Tirso
Martínez Sánchez, de 54 años, quien fungía como distribuidor de drogas en
Estados Unidos, declaró en su calidad de testigo en la Corte neoyorquina.
Alias “El Futbolista”, “El
Mecánico” o “El Ingeniero”, el originario de Guadalajara, Jalisco, es un
presunto traficante de drogas y lavador de dinero buscado por las autoridades
estadounidenses, cuyo gobierno ofrecía hasta 5 millones de dólares por
información que llevara a su captura.
De 1986 a 1994, vivió en Los
Ángeles, California, entrando ilegalmente entre 50 y 100 veces, muchas veces
con documentos falsos. En 1994 regresó a Guadalajara porque pensó que estaba
bajo la vigilancia del Departamento de Policía de la ciudad californiana.
Martínez Sánchez fue detenido
en León, Guanajuato, en febrero de 2014, informó en aquel entonces la Comisión
Nacional de Seguridad (CNS). Contaba con orden de aprehensión girada por un
juez de Distrito de Estados Unidos, por su presunta responsabilidad en delitos
contra la salud.
“El Futbolista” era empleado
de Ignacio Coronel Villarreal “Nacho Coronel”, pero continuó traficando por su
cuenta a la muerte de dicho capo en 2010.
Además, trabajó para el
Cártel de Juárez cuando éste formaba parte de la llamada “Federación”, en la
que también participaban “El Chapo” y los Beltrán Leyva.
Además se le señaló como
importador, transportista y distribuidor de droga.
Estuvo al servicio de Amado
Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos” -con quien tenía una relación de
compadrazgo- y Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” y/o “El Jefe de Jefes”. Martínez
Sánchez fue extraditado en 2015 a Estados Unidos. Un año más tarde se declaró
culpable en la Corte de Nueva York, de haber distribuido toneladas de cocaína
en territorio norteamericano y Europa.
Dijo que se le conoce como
“El Futbolista” porque le gusta jugar al futbol y era propietario de algunos
equipos profesionales en México en Querétaro, Celaya, Guanajuato y La Piedad,
Michoacán, todos comprados con dinero producto de la venta de drogas.
Su trabajo era encontrar
compañías y almacenes tanto en México como en Los Ángeles, para esconder las
drogas. También fue responsable de construir pistas dentro de estos almacenes y
envió toneladas de cocaína escondida en vagones cisterna y trenes a Los
Ángeles, Chicago y Nueva York.
En la Corte de Nueva York,
Martínez Sánchez contó que coordinó entre ocho y diez envíos de drogas a
Estados Unidos, cada uno con cargas de entre mil 200 y mil 800 kilos de cocaína
valorados en aproximadamente 30 millones de dólares, mismos que fueron
distribuidos en Chicago, con lo que el Cártel de Sinaloa habría ganado entre
200 mil y 300 mil dólares por envío.
“El Futbolista” aseguró que
las operaciones de los cárteles del narcotráfico se consolidaron tras la muerte
del “Señor de los Cielos”, y dijo que laboró tanto para el Cártel de Sinaloa y
para el de Ciudad Juárez entre 1990 y 2000.
Ambos grupos criminales
funcionaban en alianza en los primeros años de la década de los 90 del siglo
pasado, con Carrillo Fuentes como líder del Cártel de Juárez y “El Chapo” y “El
Mayo” como cabezas del Cártel de Sinaloa.
Tras la muerte de Carrillo
Fuentes en una cirugía fallida, Eduardo González Quirarte “El Flaco”, uno de
los sublíderes del Cártel de Juárez, se auto disparó en 1998, lo que perjudicó
sus facultades mentales y se retiró del negocio.
Martínez Sánchez narró que
“El Flaco” estaba “borracho, drogado, y un patrullero lo detuvo. No se detuvo,
sino que huyó. Llamó a Álvarez Tostado -otro miembro del cártel- y le dijo:
‘Compadre, no voy a dejar que me atrapen, yo me voy a matar”.
Según “El Futbolista”, las
ventajas de la fusión fortalecieron al Cártel de Sinaloa.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ CARLOS ÁLVAREZ/LUNES, 17 DICIEMBRE, 2018
01:02 PM)
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