MÉXICO, D.F.
(apro).- Peor que la revelación fue la explicación de Luis Videgaray para
justificar que es propietario de una mansión de 7.5 millones de pesos en Malinalco,
comprada a la empresa Bienes Raíces H&G del multifácetico contratista Juan
Armando Hinojosa.
El tan celebrado
Ministro de Finanzas del Año y virtual vicepresidente del país, cree que todos
los mexicanos son idiotas o que sus propias cuentas no resultan ilógicas frente
al escándalo revelado por The Wall Street Journal.
Cualquiera con
nociones mínimas de contabilidad sabe que las cuentas de Videgaray respecto a
su casa, no cuadran.
En su repuesta a The
Wall Street Journal, Videgaray dio una demostración de por qué las cuentas
nacionales no cuadran bajo su conducción. Y peor aún: fue una bofetada a los
millones de mexicanos perseguidos por el fisco que él encabeza ya que el propio
secretario de Hacienda presumió que es más importante la informalidad
financiera que cumplir puntualmente con los impuestos y los compromisos
bancarios.
El cerebral Videgaray
se puso flamenco y en la molestia soltó dos o tres cosas que lo retratan de
cuerpo entero:
1-Videgaray confirmó
que adquirió la propiedad en 581 mil dólares (aproximadamente 7.5 millones de
pesos de ese año) en octubre de 2012, unos meses antes de que iniciara la
administración de Peña Nieto. La hipoteca original con H&G iba a ser pagada
en 18 años, pero el mago de las finanzas nacionales tuvo recursos suficientes
en menos de 14 meses y liquidó la hipoteca original en enero de 2014.
Según Videgaray, para
la adquisición del inmueble obtuvo un crédito hipotecario otorgado por la
propia empresa vendedora, no por un banco. “Por razones financieras, decidí
prepagar el crédito con recursos propios. Ello ocurrió el 31 de enero de 2014”,
afirmó.
¿Cómo logró Videgaray
tener los recursos suficientes para liquidar la deuda hipotecaria de 6.8
millones de pesos en tan sólo 14 meses de tener como único salario el de
secretario de Hacienda? ¿Obtuvo otros ingresos? ¿De dónde provinieron? ¿Le
pagaron antes como jefe de campaña de Peña Nieto? ¿A cuánto ascendieron esos
ingresos?
Si estos recursos
provienen de sus propios ahorros y de su esfuerzo como exfuncionario del Estado
de México y consultor de Protego (de su mentor Pedro Aspe), ¿por qué Videgaray
no pagó, desde el principio, el monto de la propiedad de Malinalco y tuvo que
recurrir a un crédito de una empresa vinculada con multimillonarios contratos
con el gobierno del Estado de México, donde él fungió como secretario de
Finanzas?
¿Con qué autoridad
ética el todopoderoso secretario de Hacienda va a autorizar la cacería fiscal a
micros, pequeños y grandes empresarios si él mismo está violando la lógica y la
aritmética en la explicación de sus propios ingresos?
Estas dudas fueron
expresadas así por Marcelo Torres Cofiño, vicepresidente de la bancada del PAN
en la Cámara de Diputados:
“Lo que nos ha dicho
hasta ahora (Videgaray) no es suficiente y se tienen dudas muy fundadas sobre
los ingresos que obtuvo entre el tiempo que estuvo como jefe de campaña de Peña
Nieto, la fecha en que adquirió la casa de Malinalco y su inicio como miembro
del gabinete presidencial. Las cuentas no le salen al Secretario de Hacienda y
deja espacio a la sospecha”.
2.-El máximo
responsable de las finanzas públicas nacionales y de los futuros recursos que
se manejarán en el Fondo Mexicano del Petróleo da una muestra de criterios muy
laxos para juzgarse a sí mismo frente a un evidente conflicto de interés y
presunto tráfico de influencias.
Videgaray le
respondió a The Wall Street Journal que “no hay conflicto de interés. Hice el
trato cuando no tenía un cargo público y el trato estuvo dentro de los
parámetros del mercado”.
Videgaray no puede
evadir la pregunta lógica: ¿acaso no conoció como secretario de Finanzas de los
multimillonarios contratos que el gobierno de Enrique Peña Nieto firmó con
Grupo Higa y sus decenas de filiales y denominaciones, incluyendo la
escandalosa construcción del Hospital de Zumpango cuyo sobreprecio ha sido
ampliamente acreditado por el propio Congreso local mexiquense?
El fue jefe de la
campaña de Peña Nieto como candidato del PRI a la presidencia de la República.
El Grupo Higa, a través de la empresa Eolo Plus, alquiló aeronaves al PRI y al
propio aspirante presidencial. ¿No existió acaso conflicto de interés alguno
entre Videgaray y uno de los prestadores de servicio de la campaña priista?
¿Videgaray quiere que creamos que el arrendamiento de las aeronaves de Eolo
Plus no pasaron por la autorización del propio jefe de campaña peñista?
3.-Según Videgaray,
su relación con Juan Armando Hinojosa es de índole social y proviene de una
década atrás. “En algún momento conversando con él le comenté que tenía interés
de adquirir una propiedad específicamente en Malinalco, que resultó en una operación
primero legal y con una persona con quien no he tenido nunca un trato como
servidor público”, explicó.
Para el señor
Videgaray las relaciones sociales que él entabla siendo servidor público (fue
secretario de Finanzas del Estado de México y presidente de la Comisión de
Presupuesto de la Cámara de Diputados antes de asumir como secretario de
Hacienda el 1 de diciembre de 2012) no tienen ninguna conexión.
En otras palabras,
lo importante es hacer tratos y contratos mientras juega en un campo de golf y no
mientras esté en su despacho de servidor público. Si así se hacen los trueques,
no hay conflicto de interés.
Con razón, el
escándalo de las casas de Grupo Higa ha convertido al gabinete y al gobierno de
Enrique Peña Nieto en el hazmerreír de los escándalos de corrupción a nivel
internacional.
(PROCESO/
ANÁLISIS/ JENARO VILLAMIL/ 16 DE DICIEMBRE DE 2014)
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