martes, 29 de octubre de 2013

EL OBISPO TENDRÁ QUE COMPARECER



La violencia sacude de nuevo a Mexicali, esta vez con el asesinato de un agente ministerial con largo y dudoso historial, que estaba comisionado en el turno nocturno a la vigilancia de la casa del Obispo de Mexicali Isidro Guerrero Macías. Este homicidio se suma a una larga cadena de ejecuciones que las primeras indagatorias de la PGJE  ligan con actos de corrupción y protección de grupos de narcotraficantes

 Investigaciones ZETA
Apacible la noche en Mexicali, en la colonia Nueva, la tranquilidad en pleno, parecía que nada perturbaba el ambiente. Era cerca de las once de la noche del jueves 17 de octubre de 2013 y apenas una hora antes había arribado a su guardia el agente de la policía ministerial Antonio Ruiz Vargas, quien estacionó su camioneta Expedition gris frente a la casa del personaje que resguardaba, el Obispo de Mexicali Isidro Guerrero Macías.

El líder religioso vive exactamente a un lado de la parte posterior de la iglesia Perpetuo Socorro en la avenida Pino Suárez.

La colonia Nueva es considerada una de las áreas exclusivas del Mexicali antiguo –junto con Villafontana y Los Pinos–, ahí se ubican residencias como la del ex gobernador Eugenio Elorduy, la del ex presidente Zedillo, del ex alcalde Pérez Tejada, incluso la Casa de Gobierno se encuentra en la misma zona residencial.

Ruiz Vargas estacionó su camioneta por la avenida Pino Suárez, apuntando hacia el Oeste y se dispuso a descansar-trabajar, como lo hacía en ese punto desde hacía dos años.

De repente un vehículo que circulaba de sur a norte por la calle I dio vuelta a la derecha hacia Pino Suárez, abruptamente frenó al emparejarse a la camioneta del  ministerial y desde la ventanilla surgió una mano empuñando una escuadra de la que salió una ráfaga. Cuatro impactos hicieron blanco en el cuerpo del policía ministerial, uno en el brazo, otro en la cara y dos en la espalda, todos del lado izquierdo. Uno de éstos le perforó el corazón.

El agente quedó muerto casi al instante y los agresores huyeron rápidamente, dieron vuelta en U y viraron hacia la derecha en la Calle I, hacia el sur, donde literalmente desaparecieron.

Antonio Ruiz Vargas tenía 25 años en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California –desde que era Policía Judicial del Estado–, lapso en el que acumuló un historial público –no concretados en expedientes ante asuntos Internos–, marcado por la corrupción y su presunto involucramiento con grupos criminales.

El señalamiento más sonado en su contra tuvo que ver con su mención en el llamado “narcovideo”, publicado en exclusiva por ZETA en mayo del 2007, donde el ex comandante de la PJE, José Ramón Velázquez detallaba el pleito entre agentes y ex agentes de la policía ministerial, unos involucrados con el Cártel de Sinaloa, otros con el Cártel de Tijuana.

En la larga lista que aportó el ex comandante Velázquez habló de Antonio Ruiz Vargas como parte del grupo, que no solo los protegía, sino también que era integrante del cártel sinaloense, que participaban en operativos delictivos.

Antes, el nombre de Ruiz había salido a relucir en 2001 en declaraciones vertidas por un testigo protegido ante la PGR, donde lo mencionaban como parte del grupo de agentes de la Policía Judicial del Estado, que eran parte del núcleo de apoyo a las actividades criminales que en Mexicali encabezaba Gilberto Higuera, “El Gilillo”, hermano de Ismael Higuera, “El Mayel”, el principal lugarteniente del Cártel Arellano Félix (CAF).
 La indagatoria

La inmediata reacción del Obispado de Mexicali fue “aclarar” que el agente acribillado no era escolta personal del Obispo, no se conocían personalmente y hasta apuntaron una línea de investigación.

“Tal como las averiguaciones previas lo comprueban, este ataque no tiene ninguna relación con la persona del Obispo o el Obispado y se siguen las líneas de investigación de ataque personal en contra del Agente Ministerial”.

Por su parte, el Procurador Estatal Rommel Moreno fue contundente al afirmar que “Le vamos a dar toda la atención para que el señor Obispo pueda comparecer”.

De acuerdo a datos aportados desde la Procuraduría General de Justicia del Estado, frente a la camioneta del agente abatido se localizaron 6 casquillos percutidos calibre 5.7 por 28, un tipo de proyectil caracterizado por el poder de penetración en chalecos antibalas e incluso en cascos con blindaje, se utiliza en fusiles de asalto y escuadras.

Entrevistado el 22 de octubre de 2013, al final de su comparecencia ante los diputados –por la Glosa del VI Informe– el procurador estatal Rommel Moreno Manjarrez dijo que lo primero era esclarecer el hecho.

“Lo que tenemos es que las armas utilizadas, de acuerdo al examen balístico y al registro, no participaron en otros eventos”, dijo el fiscal estatal, explicando que están desarrollando una “dinámica de testimonios” en esa investigación a cargo de la Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada.

Respecto a los señalamientos criminales en contra del agente asesinado, Moreno solo agregó: “Es una persona que, como muchos otros policías, tenían algunos datos, que no eran contundentes y que no tenía un expediente específico en Asuntos Internos de la procuraduría. Algunos de estos funcionarios que constantemente están en la institución, no los podemos dar de baja porque no tenemos argumentos válidos de acuerdo al Tribunal Contencioso Administrativo”, expuso el procurador.

Y aunque no pudieron fincarle cargos ni darlo de baja por sus presuntos antecedentes criminales, el dudoso historial del ministerial sí está siendo considerado en la indagatoria de su muerte.

“Una línea de investigación que estamos tratando es que se trató de una venganza, con un tema relacionado con situaciones del pasado en el cual estaba presuntamente vinculado. No tenemos todavía la capacidad de determinar”, detalló Moreno.

Entre los elementos también analizan la balística y el posible uso de al menos dos vehículos, los que fueron localizados por los fiscales en la zona cercana al crimen.

A pesar del deslinde del obispado, el procurador bajacaliforniano afirmó que era importante la comparecencia del Obispo “para atender su punto de vista”, igual deberán comparecer compañeros de trabajo del ministerial asesinado.

“La intención es esclarecer este caso, como otros más”, dijo el fiscal estatal, a quien le queda una semana en el cargo.

“Estamos limitados por el tiempo, la próxima semana termina esta administración, vamos a dejar contundente esto”, dijo Moreno, quien aseguró no descartar la posibilidad de que el caso lo atraiga la Procuraduría General de la República. El funcionario dijo desconocer cuantas personas habían participado en la ejecución, solo confirmó que hay dos vehículos a disposición de la Fiscalía en donde se buscan huellas o indicios que puedan ayudar a identificar a los responsables.

“Estamos viendo en este momento tres líneas de investigación”, dijo el Procurador antes de “tratar de evitar entrar en detalles”, según sus propias palabras.
 Te encargo

 El 18 de octubre de 2013, al día siguiente del crimen, el Alcalde de Mexicali, Francisco Pérez Tejada, expuso algunos detalles del incidente, dijo que Ruiz Vargas era el agente asignado por la PGJE para resguardar la casa del Obispo, aclaró que no era su escolta.

“La investigación va mucho que iban directamente contra él, hay que ver sus antecedentes y sobre todo si andaba metido en algún tema últimamente, que es lo que se tiene que revisar”.

Pérez Tejada recordó que la noche del homicidio habló con el Obispo. “Tenía muy poca comunicación, pocas veces lo había visto, no era una persona con la que convivía, no es algo que vaya a ser en contra del señor Obispo, es algo muy particular de la persona que perdió la vida”, reiteró el alcalde cachanilla.

Sobre el tema del antecedente del ministerial acribillado, Pérez Tejada expuso que sobre ese punto había hablado con el Obispo Gurrero Macías, quien le dijo “Oye, pues te encargo mucho la gente que vayan mandar y que vaya a estar aquí afuera de mi casa…”, añadiendo el alcalde que había que tener mucho cuidado para que los agentes que estén en ese tipo de comisiones sean agentes que “no estén en ninguna situación que pueda provocar algo como lo que pasó”, dijo en referencia al crimen.
 El historial

 Quienes conocieron a Ruiz Vargas coinciden en que se trata de un agente que siempre buscó la permanencia con bajo perfil. Tras del escándalo del narcovideo. La PGJE lo congeló al comisionarlo a los llamados “puntos fijos”, sobre todo al Grupo Nocturno, donde estaba asignado desde hace dos años a la vigilancia de la residencia del Obispo.

Ahí llegaba alrededor de las 10 de la noche y se retiraba a las 6 de la mañana. Después del incidente afuera de la casa del líder religioso se ubica como guardia un agente de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Y aunque el Procurador insista en que nunca hubo elementos suficientes para removerlo de la corporación, el currículum público de Ruiz Vargas era identificado con corrupción y crimen organizado.

El 13 de febrero del 2001 fue detenido en Mexicali, en la colonia Francisco Villa, Miguel Ángel Fernández Loera, identificado por las autoridades como escolta y brazo derecho de Gilberto Higuera “El Gilillo”, quien alcanzó a escapar de ese operativo.

Loera se entregó, pero posibilitó la fuga de su jefe; se convirtió en testigo protegido y delató a sus cómplices, entre sus declaraciones relató como llegaban al estado avionetas con mariguana, con cocaína, como los apoyaban militares, municipales y judiciales, entre éstos Ruiz Vargas a quien le correspondió en  varias ocasiones apoyar el traslado de droga –que dirigía directamente Ismael Higuera– por La Rumorosa hasta Mexicali.

Seis años después, en mayo de 2007, el nombre de Antonio Ruiz Vargas salió a relucir de nuevo en el video –entregado a varios medios de comunicación, pero solo ZETA publicó, con el testimonio vídeo-grabado del ex comandante de la policía judicial José Ramón Velázquez, quien fue parte de la escolta del gobernador Ernesto Ruffo.

En el documento el ex agente José Ramón Velázquez reconoció que él encabezaba la célula en Mexicali del Cártel de Sinaloa donde participaban agentes y ex agentes de la PGJE, asegurando que contaban con el apoyo del entonces Procurador Antonio Martínez Luna y de su asesor, un abogado tijuanense que apodaban “El Pato”, Humberto Valdez. Según la versión, a instancias del mismo Procurador se había creado un grupo al interior de la Procuraduría conformado por agentes ministeriales –quienes enfrentarían a otro grupo de  agentes y ex agentes ministeriales en activo que servían al Cártel de Tijuana.

En la larga lista incluyó al recientemente asesinado Antonio Ruiz Vargas y a otros agentes en activo.

Eso fue en mayo de 2007 y el 1 de noviembre de ese mismo año el procurador Martínez Luna terminó el sexenio, entregó el cargo sin ser requerido por la autoridad, los ministeriales activos mencionados tampoco fueron llamados a declarar. En ese ínter, la historia y el crimen organizado cobró la cuenta, de los agentes mencionados en el video:

Adolfo Roa Lara y Hernando Villegas fueron detenidos en Mexicali, con media tonelada de cocaína, ambos siguen presos en el penal de máxima seguridad de El Altiplano.

Alejandro Ruiz Chaparro fue asesinado al llegar a su casa en Tijuana, el 14 de julio del 2007; Gabriel González Mejía, también fue acribillados en Mexicali, el 29 de julio del 2010, ejecutado a plena luz del día en la colonia Industrial; Martin Guzmán Montelongo fue despedido de la Procuraduría, en agosto de 2010 acusado de intentar robar y chantajear a un comerciante en la zona del Ejido Puebla; Sergio Alvarado Chong, detenido por agentes federales con 7.5 kilos de cocaína en agosto del 2009.

Macario Nakay, Valente Tizoc Núñez, Jaime Arroyo y Hernando Villegas fueron dados de baja oficialmente el 6 de octubre del 2009.

Y Antonio Ruiz Vargas, quien fue asesinado el 17 de octubre de 2013.

MEXICALI: ASESINATOS POR GANES DE DROGA

Una serie de asesinatos se han suscitado en Mexicali en octubre, la mayoría relacionados con pleitos por drogas. Cinco de éstos ocurrieron durante el primer fin de semana del mes, y de acuerdo a reportes de la Procuraduría General de Justicia del Estado, hasta el martes 22 sumaban 17 homicidios.

La madrugada del lunes 7 de este mes, afuera de su casa en la colonia Valle del Pedregal, fue asesinado Francisco Lugo Zamora, de 36 años de edad, e identificado por su esposa Elizabeth Daniel Peñuelas, quien dijo a los investigadores que su marido tenía deuda por fraudes en la venta de autos, y que en ocasiones se dedicaba al narcomenudeo.

Ese mismo día, se encontró un cuerpo envuelto en una cobija en la zona del Valle de Mexicali, cerca del Ejido Colima. Estaba enteipado y esposado. El nombre del occiso era Iván Ernesto González Méndez, quien residía en la vecina ciudad de San Luis Río Colorado, Sonora.

De acuerdo a datos ministeriales, González, quien había participado en San Luis en el robo de 15 kilogramos de cocaína, fue “levantado” tres días antes y a su pareja le insistieron vía telefónica para que pagara un adeudo.

Otros dos asesinados fueron localizados ese mismo día, cerca de las tres de la tarde en el fraccionamiento Misión del Valle. Se trató de una pareja de jóvenes, Mitzy Abigail Salcedo y el ciudadano estadounidense Daniel García Balderas. El joven tenía un disparo en la cabeza, ella dos. La versión de los familiares indica que ambos se dedicaban al cruce de droga y habían acudido a cobrar una carga, pero fueron abatidos.

La noche del domingo 20 de octubre, resultó muerto Luis Germán Venegas, mientras que su acompañante, Ricardo Orozco Alarcón, quedo malherido tras un ataque armado en el Ejido Villa Zapata, durante las carreras nocturnas que se realizan en la zona.

Según testigos, los agresores primero chocaron el auto en que viajaban los dos sujetos, luego provocaron una riña y finalmente los balearon. Los datos anotan que el padre del joven asesinado -ya fallecido también- se dedicaba al narcomenudeo en la colonia Santa Isabel.

 (SEMANARIO ZETA (Mexicali) / ZETA Investigaciones /octubre 28, 2013 12:00 PM )



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