Juan Lorenzo
Vargas Gallardo, señalado por la Procuraduría del Estado, la Secretaría de
Seguridad Estatal y el grupo Coordinación de Seguridad, en diversas ocasiones
como líder de una de las células del crimen organizado en Tijuana,
presuntamente asociado con el CAF y después con el Cártel de Sinaloa, no tiene
mandatos judiciales en su contra. Fue detenido por una denuncia ciudadana y
capturado mientras huía llevando al hombro un cuerno de chivo, según la versión
del Ejército, por eso fue consignado
Investigaciones
ZETA
La denuncia la
recibió el Ejército el domingo 20 de octubre, el hombre que habló informó de la
presencia del narcotraficante Alfonso Arzate García “El Aquiles” en una casa
ubicada en una calle cerrada con entrada por avenida del Bosque, entre calles
Abeto y Fresno, del fraccionamiento Chapultepec en Tijuana.
El denunciante
explicó que se estaba realizando una reunión y aparentemente por la cantidad de
gente, todos eran criminales importantes, los soldados no aparecieron sino
hasta el día siguiente, el lunes 21 de octubre acordonaron el área con
patrullas militares, y el denunciante se quejó “…lo hicieron todo para dejarlos
ir”.
Considerando la
línea de acción de la II Zona Militar, distinta a la ejercida en Comandancias
anteriores, cuando recibieron la denuncia anónima, los uniformados no acudieron
para atender el reporte de manera inmediata. De haberlo hecho, habrían llegado
a la reunión criminal. Lo que hicieron los soldados: solicitar una orden de
cateo para la casa denunciada.
Las horas que tardó
la autoridad en conceder la orden, fueron cruciales para la huida de los
buscados por las corporaciones policíacas. Cuando los soldados llegaron con su
orden judicial, ya se habían retirado. En el lugar solo quedaba Gallardo. Aun
así, intentó escapar. Fue detenido dos cuadras adelante, armado.
La estrategia
militar, que contrasta con aquella campaña de “nosotros sí vamos”, iniciada en
la entidad por el General Sergio Aponte Polito, y continuada por el General
Alfonso Duarte Múgica, ahora fue de retrasar la atención a la denuncia anónima;
no acudiendo en tiempo tras la flagrancia, sino buscando la orden de cateo, lo
cual alertó a los buscados para huir.
Desde hace más de un
año que Vargas empezó a ser visto en la zona, no era raro verlo circular en
autos ostentosos y menos observar el arribo de personas armadas en la zona,
reclamaron.
La presencia militar
se dio hasta la mañana del 21 de octubre en la avenida Del Bosque en el
fraccionamiento Chapultepec Novena Sección, muy cerca de la casa del alcalde
electo, Jorge Astiazarán. Al menos ocho vehículos del Ejército permanecieron
hasta tarde, estacionados desde la esquina con calle Abeto hasta llegar a la
avenida Del Fresno.
ZETA abordó a los
soldados al mediodía de ese lunes para preguntar por el motivo de su presencia,
los militares argumentaron un operativo de vigilancia y seguridad que se
instala normalmente en distintas zonas de la ciudad. “Algo de rutina”, tenían
entendido los uniformados atrincherados en sombras y paredes de “La Chapu”.
La vigilancia
trasnochó. Sin la presencia de otras corporaciones policiacas, los militares
esperaron hasta el día siguiente para presentar un nuevo movimiento:
obstruyeron el tránsito en el mismo tramo de 200 metros sobre la avenida Del
Bosque en espera del Ministerio Público Federal.
Dos unidades
estacionadas para impedir el paso en cada dirección de la avenida, vehículos y
peatones eran enviados de vuelta a la avenida principal del exclusivo
fraccionamiento residencial. Ni residentes, ni visitas mucho menos a curiosos
se les permitió el paso.
Así, quedó resguardada
la calle cerrada –sin nombre, pero que se extiende desde la avenida Del Bosque–
donde, el martes 22 de octubre, agentes de la Procuraduría General de la
República (PGR) se apersonaron en el lugar para efectuar un cateo.
Horas después fueron
subidos paquetes y mochilas a una unidad oficial resguardada por armas y
elementos policiacos. El vehículo y los bultos extraídos de la casa tuvieron el
destino hacia las oficinas de la delegación de la PGR en Zona Río.
OFICIALMENTE
MILITARES
A la PGR fue presentado la noche del martes 21
de octubre; conforme al parte informativo entregado por los militares, previa
orden de cateo solicitada. Habían ingresado a una casa en busca de un miembro
del crimen organizado.
Mientras ellos
ingresaban al domicilio el residente intentó huir saltando por la barda,
mientras brincaba llevaba al hombro un cuerno de chivo, rifle calibre 7.62 por
39 y, fajada, una pistola calibre 9 milímetros.
Después del mediodía
empezó a circular la versión de que el MP le estaba pidiendo 100 mil dólares a
la esposa de Gallardo, para no consignarlo por delincuencia organizada, para no
ligarlo a los narcotraficantes buscados, como “El Aquiles”, y para no asegurar
la casa donde fue capturado. El abogado incluso, fue alertado por la esposa del
detenido, que en el Ministerio Público Federal, le dijeron que si no tenía
dinero, podían aceptar propiedades.
ZETA se comunicó con
autoridades federales que confirmaron la captura de “El Chan”, explicaron que
todos los titulares en la procuraduría sabían de la detención del presunto
delincuente, que nadie podía ofrecer dejarlo en libertad y aseguraron que
Gallardo sería consignado.
Se les preguntó por
qué delitos. Y respondieron que solo por las armas. Porque habían preguntado y
el Fuero Federal no tenía ningún cargo o expediente en su contra. También habló
la PGJE, donde lo han mencionado en repetidas ocasiones como parte de los
cárteles, y resulta que el estado tampoco tiene ningún proceso judicializado, u
orden de aprehensión en su contra.
De hecho, pese a las
versiones públicas, y de haber sido corrido por falta de confianza en el año
2006 de la corporación, en los expedientes de la procuraduría local su nombre
solo está incluido en la AP 606/10/201 como testigo, no presencial, en el homicidio
de dos de sus primos.
En estas condiciones
fue consignado ante el juez XVI de Distrito por el delito de Portación de arma
de fuego de uso exclusivo del Ejército. Se preguntó si por ese delito podría
ser liberado. Y la respuesta fue: “…sí pero en el juzgado, no la PGR. Y solo si
el abogado puede desmentir la versión del Ejército”.
Si lo declaran
penalmente responsable, conforme al artículo 83 de la Ley Federal de armas de
Fuego y Explosivos, se le sancionará:
“Con prisión de
cuatro a quince años y de cien a quinientos días multa, cuando se trate de
cualquiera de las otras armas comprendidas en el artículo 11 de esta Ley.
En caso de que se
porten dos o más armas, la pena correspondiente se aumentará hasta en dos
terceras partes”.
ANTECEDENTES DE
GALLARDO
La madrugada del 17
de diciembre de 2009 un grupo armado, presuntamente encabezado por delincuentes
al servicio de Eduardo García Simental “El Teo” (detenido 12 de enero de 2010)
entró a la casa del veterano agente ministerial Lorenzo Vargas Romero, se lo
llevaron violentamente. ZETA se comunicó el 18 de diciembre con los jefes de la
PGJE para verificar cómo actuarían ante la agresión a la corporación y
respondieron que no se trataba de un ataque a la institución.
Detallaron que el
hombre secuestrado era padre de un ex ministerial corrupto –se dio de baja en
2006– que delinquía para el Cártel Arellano Félix y se llamaba Juan Lorenzo
Vargas Gallardo, lo apodaban “El Chan”. Explicaron que de acuerdo a las primeras
indagatorias “el levantón” se trataba de una medida de presión, mediante la
cual “Los Teos” intentaban que Gallardo
liberara a uno de sus cómplices –que tenía secuestrado– y también dejara de
apoyar a Juan Sillas (capturado 4 de noviembre 2011) en la pugna interna contra
los García Simental.
Lo único que se supo
después fue que el padre del presunto criminal fue liberado sano y salvo el 20
de diciembre.
El nombre de
Gallardo surgió después en declaraciones de varios detenidos, fue mencionado
por las autoridades del Grupo Coordinación como parte de las células operativas
del CAF, pero no le fincaron ningún cargo.
Por ello, el 21 de
diciembre de 2010, cuando fue detenido después que sus primos Adrián Vargas
Gómez y Omar Alejandro Vargas Gómez fueron asesinados frente a su domicilio en
la calle Génova número 14416 del Fraccionamiento Chapultepec Californias,
únicamente fue presentado como testigo.
Declaró ante el
Ministerio Público del Fuero Común que el día del crimen él: “… estaba en
compañía de mi compadre de nombre Juan Carlos Salgada y dos amigas de ésta de
nombres Liliana Sevilla y Elizabeth, ya que estábamos conviviendo, bebidas
embriagantes, pero se nos terminaron las cervezas y le hablé por teléfono a mi
primo de nombre Adrián Vargas Gómez que fueran a mi domicilio para ver si me
podían llevar una cervezas”.
Siguió “… llegando a
mi domicilio mis primos Adrián y Omar Alejandro de apellidos Vargas Gómez, a
los cuales les pedí que me fueran a comprar unas cervezas dándoles dinero para
que fueran a comprarlas, por lo que una vez que se fueron mis primos nos
quedamos en la casa mi compadre Juan Carlos y sus amigas…”
Y concluyó: “…
minutos después tocaron la puerta de mi domicilio, percatándose mi compadre
Juan Carlos que eran oficiales de la policía municipal a los cuales mi compadre
les permitió el acceso, manifestando que los oficiales al entrar a mi domicilio
sin permiso alguno me aseguraron así como a mi compadre de Juan Carlos y nos
trasladaron a la delegación municipal y después al cuartel militar, en donde me
enteré que a mis primos de nombres Adrián Vargas Gómez y Omar Alejandro Vargas
Gómez, habían sido privados de la vida, y que en cuanto a la privación de éstos
ignoro el motivo por el cual los privaron de la vida”.
“EL MONO”, SIN
CARGOS EN SU CONTRA
Como resultado de la misma falta de trabajo
ministerial –sea por impericia, cobardía o complicidad– ante la no
judicialización de los casos, otro presunto criminal, señalado por las
autoridades públicamente como líder del narcomenudeo en la zona norte de Tijuana y cabecilla del grupo identificado como Los
Pelones, fue detenido y liberado esta semana, se trata de Luis Manuel Toscano
Rodríguez “El Mono”, la PGR lo liberó porque no había cargos en su contra.
La policía municipal
lo detuvo la madrugada del domingo 20 de octubre de 2013, después de un reporte
por detonación de arma de fuego en el fraccionamiento Lomas Virreyes, según el
parte policiaco al llegar al lugar, Toscano y Julián Ramírez estaban en el
patio de una casa y corrieron al interior dejando en el suelo una bolsa donde
encontraron el arma, la cual Ramírez admitió era de su propiedad y él había
accionado, por eso “El Mono” quedó libre de cargos, aunque al ser detenido dio
un nombre falso, se presentó como Manuel Barajas.
Lo mismo había
sucedido después de haber sido capturado el 3 de junio de 2012, el ejército lo
apresó en la zona norte con una pistola, un rifle, 20 mil dólares en efectivo y
38 gramos de cocaína. A pesar de que ninguno de esos delitos alcanza fianza,
quedó en libertad.
Antes, en julio de
2010, la Procuraduría del Estado había solicitado una orden de
aprehensión en su contra como presunto autor intelectual del secuestro de una
mujer estadounidense, lo habían delatado sus cómplices Ernesto Palma y Érika
Medina. En ese expediente se sabe que estaba amparado y no se concretó la
detención.
Y tampoco fue
presentado el 8 de enero de 2010 –para
que declarara como víctima– cuando
intentaron matarlo a balazos en la colonia Altamira de Tijuana.
(SEMANARIO
ZETA/ ZETA Investigaciones / octubre 28, 2013 12:00 PM)
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