viernes, 5 de julio de 2013

VENCIENDO AL DESIERTO (PARTE 1)




Esto es lo que resulta de la convivencia sana entre el hombre y la naturaleza  

"Canto al mar, a la tortuga... canto a la montaña y a su verdor... canto al desierto y al sol que nos ilumina".

Noticieros Televisa
Si alguien conoce el desierto y sus misterios, el mar y sus secretos, el volcán y su grandeza. Son los seris, los últimos habitantes de las tierras más áridas del estado de Sonora y guardianes por tradición de su historia e identidad.

"Yo creo que debemos de respetarlos en primer lugar, de imitarlos en su forma de proteger y de estar en contacto con la naturaleza", explica la doctora Otila Caballero, antropóloga y psicóloga, Universidad de Sonora.

Entendiendo la filosofía de los seris, un grupo de investigadores de la Universidad de Sonora estudian los mares y los desiertos para mejorar los cultivos y la alimentación humana.

"Estamos enfocados a conocer cuál es la biodiversidad que está presente en los desiertos del mundo. Recordemos que alrededor de un 65 a un 75% de la producción de alimentos se produce precisamente en ambientes áridos salinos", manifiesta Edgar Omar Rueda, investigador agrícola de la Unison.

Los investigadores buscan aprovechar la cercanía con el mar, actualmente están experimentando el riego de cultivos con agua marina.

Vea usted el tamaño de estas calabazas gigantes, y esto sólo es una muestra de lo que estos campos de cultivo con agua de mar pueden producir. Aquí están estos chiles serranos, ricos en una mayor cantidad de vitamina A que es muy bueno para la vista, o en el caso de la calabaza la vitamina E que ayuda al mejoramiento de la piel. O en el caso del ajo que ayuda como antibiótico natural para el organismo, para el estomago. Esto y más es lo que se puede producir aquí en estos campos de experimentación, campos de cultivo de la universidad de Sonora.

El doctor Edgar Omar Rueda ha estudiado otra planta nativa, sagrada para los seris. Es la salicornia Bigelovi. Crece en la zona costera del desierto sonorense. Tiene una alta tolerancia a la salinidad y un valor nutricional importante.  El aceite que produce esta planta se puede utilizar como combustible. Un combustible tan potente que podría generar una energía similar a la turbosina usada en los aviones, pero 80% más limpio.

"Estamos dando ese empuje de utilizar agua de mar, plantas con potencial agroindustrial y una biofertilización desde el punto de vista sustentable. Es un proyecto, es un modelo que ya lo estamos desarrollando en el sur de África con la participación de otros organismos internacionales para proveer de alimento a ciertas comunidades de bajos recursos", explica el investigador agrícola, Edgar Omar.

También están colaborando en programas de reverdecimiento de desiertos en Irán y Chile.

"Ahí tenemos la colaboración con el gobierno iraní para embellecer un alto porcentaje de su desierto", dice Edgar Omar Rueda.

Otro misterio del desierto sonorense lo encierran sus cráteres volcánicos, viajamos a la reserva de la biósfera  de El Pinacate, una región rica en cráteres, inmersa en el desierto de altar. Recientemente la UNESCO nombró a esta sorprendente reserva y a su fascinante desierto patrimonio de la humanidad.

Los investigadores creen que este tipo de suelo podría aprovecharse en la fabricación de biofertilizantes.

"Mis abuelos siempre han sido respetuosos en su forma de convivir con la naturaleza", reconoce Miguel Ángel Robles, habitante seris, Sonora.

Esta filosofía les ha sido transmitida por don Antonio, máxima autoridad del Consejo de Ancianos de la Comunidad Seris. A sus 81 años de edad dice que se conserva fuerte y sano por consumir sólo lo que la naturaleza da al hombre.

"Yo vivo con pura carne de caguama nada mas, no conozco comida mexicana: arroz, tomate, frijol, harinas, pan, azúcar, harinas... ¡nada de eso!", manifiesta Antonio Robles, presidente del Consejo de Ancianos de la Comunidad Seris, en Sonora.

Para la comunidad seris sus antepasados continúan vigilando y protegiendo los tesoros del desierto.

"Llamo a nuestros antepasados que nos vigilan, que nos cuidan, que nos enseñan lo que fuimos y lo que somos".

La comunidad científica también busca darle  valor a los tesoros que el desierto y el mar, desde tiempos inmemorables, ha puesto en resguardo y aprovechamiento del ser humano.

(DOSSIER POLÍTICO/ Noticieros Televisa/ 2013-07-01)

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