viernes, 5 de julio de 2013

REDES Y FACCIONES



CHOQUE DE PROYECTOS, FACCIONES Y GRUPOS DE INTERÉS DETRÁS  DEL BLOQUEO DE VÍCAM 
 
Prof. Oscar Acosta Castro / Dossier Politico
En su interesante libro “Redes, facciones y liberalismo. Sonora 1850-1876” la doctora en Historia por el Colegio de Michoacán Zulema Trejo Contreras, investigadora del Colson, nos entrega un pormenorizado análisis de la Sonora de aquellos años y de la dinámica de las “redes de poder” de entonces y de la conformación de las facciones sonorenses y sus élites políticas, así como de las pugnas y rivalidades entre las diversas sociedades que conforman su norte, centro y sur, amén de los conflictos habidos con sus sociedades indígenas y la amenaza latente de los proyectos filibusteros de entonces.

Ahí, en dicho texto, podemos encontrar mucha de la raíz y explicación de los problemas que enfrenta actualmente la entidad, que vive uno de los conflictos regionales  más fuerte y alarmante de los últimos años, con reminiscencias de un acendrado regionalismo  que sacó a flote casos como el buylling a la menor Joan en una primaria de Hermosillo.  “El cazador de guachos” de José Teherán, ya bosquejaba algo del fenómeno desde su publicación.

El detonante de la conflictividad social y política que arrasa y divide al estado es el tema del agua, convertido en una verdadera guerra que ha roto los consensos y ha impedido la aplicación de un proyecto de desarrollo homogéneo para la entidad.

PROYECTOS VS INTERESES

Así vemos un enfrentamiento sin precedentes entre grupos empresariales, económicos y políticos de las diversas regiones y la repulsa a proyectos como el Sonora Sí que impulsa la administración del Nuevo Sonora desde la llegada al gobierno estatal de Guillermo Padrés bajo la bandera del PAN, inaugurando la era de la alternancia en la gubernatura, pues la etapa de los gobiernos divididos había llegado desde 1997, cuando el PRD se hizo como nunca antes, del poder de varias alcaldías sonorenses como Empalme, Guaymas, Cajeme y Navojoa, entre otras y logró importante representación en el Congreso Estatal.  El choque de ese proyecto y los intereses del complejo empresarial-industrial hermosillense con los planes productivos de los grupos tradiciones de poder económico de Cajeme, principalmente los ligados a la explotación de la tierra, verdaderos señores de horca y cuchillo que han hecho del municipio su feudo, ha sido el detonante para la escalada que presenciamos. Los desplegados a favor y en contra con firma de empresarios como Ricardo Mazón, Julio Luebbert Mazón, Félix Tonella, etc. y el promovido por políticos del sur son muestra de dicho encontronazo de intereses y visiones de desarrollo regional.

LOS YAQUIS: EN LA PRIMERA FILA DE LA HISTORIA

La tribu yaqui ha sido una protagonista de primera línea a lo largo de la historia de Sonora, en un principio por su oposición y resistencia a la conquista española y por su papel jugado en la revolución cuyos contingentes se integraron a las huestes constitucionalistas  de Alvaro Obregón, el Manco de Celaya, también ha sido uno de los grupos étnicos más reprimidos del país, como lo fue durante el Porfiriato, que incluyó destierros masivos a Yucatán.  Durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas, fue cuando realmente vivió sus años de gloria y  reconocimiento, pues fue el Tata, quien por decreto presidencial concedió en exclusividad a la etnia el uso de las aguas de la franja izquierda del río que lleva su nombre y cuyos derechos defienden ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Sin embargo, tampoco debe soslayarse que dicha tribu ha sufrido un abandono endémico y no ha podido salir del atraso a pesar de los muchos millones que se han invertido en proyectos y apoyos gubernamentales,  lo que se refleja en la pobreza que la abate, la drogadicción que muchos de sus hijos padecen, el alcoholismo que la golpea, el paramilitarismo que existe en su seno que ha sido aprovechado por algunos para dedicarse a transgredir la ley incluyendo asaltos a mano armada y que tiene a las comunidades a punto de convertirse en tierra sin ley por el temor de las autoridades policíacas a imponer orden, la desatención en materia de servicios públicos que hay y el divisionismo interno que se promueve y que ha resultado muy ganancioso para ciertos grupos de interés, lo que llevado a la existencia en la comunidad yoreme al margen de las autoridades tradicionales reconocidas oficialmente de grupos conocidos como los “duales” o los paticys, aquellos que fueron beneficiados por el Programa de Asistencia Técnica Integral para las Comunidades Yaquis, (cuyo fideicomiso oscilaba alrededor de los 64 mil millones de pesos de antes de quitarles los tres ceros), que han aportado en algunos momentos un coto de violencia al interior de la etnia y que han salido a flote en el bloqueo a la carretera internacional en el poblado de Vícam en donde confluyen miembros de la tribu identificados como “duales” con Tomás Rojo a la cabeza e integrantes del Movimiento No al Novillo, conformado por agrotitanes y representantes de grupos políticos de Cajeme.


EL DIFERENDO POLÍTICO

Con independencia si les asiste la razón legal o no, cuestión que se dirime en las instancias judiciales competentes que tarde o temprano habrán de dar su veredicto o que la forma de ejercer el mando por parte de Padrés originó el diferendo, el problema político está latente y no puede soslayarse y va más allá de un simple enfrentamiento entre Panistas y Priístas o de que en ello se juegue el futuro político electoral de la entidad de cara al 2015, en donde el PRI apuesta recuperar la gubernatura y sus contrarios cocinan una alianza PAN-PRD siguiendo el ejemplo de la Baja, en aras de retenerla.

Por eso algunos de los aspirantes a la Mano de Doña Leonor, han dicho no sin temor esta boca es mía y no han tenido otra opción que montarse sobre el conflicto a sabiendas de los riesgos que entraña el atrevimiento cuando es conocido el encontronazo de fondo que se avecina entre beltronistas y boursistas, dos grupos que al interior del tricolor disputarán todos los espacios de poder y que como botón de muestra han trascendido las diferencias entre el coordinador de la bancada priísta en el Congreso del Estado, Samuel Moreno y el diputado local Abel Murrieta o la lucha por las delegaciones federales en la entidad para integrantes de dichas cofradías priístas.

Ernesto Borrego Gándara, Claudia Pavlovich, Alfonso Elías Serrano y Antonio Astiazarán, son las cartas fuertes para representar la causa priísta en 2015 para pelear por la gubernatura, debieron por presión de los fuertes grupos empresariales sureños de corte caciquil salir a la palestra, dejar su estado de confort y quemar cartuchos y activos políticos bajo el riesgo de que sus posiciones irritaran al electorado hermosillense que es una tercera parte del padrón electoral de la entidad, cuando el abasto de agua proveniente de la presa del Novillo beneficia a dicha región y a sus grupos económicos como los poderosos agricultores de la Costa de Hermosillo, cuyos cultivos consumen buena parte –82% según estimaciones-- del líquido vital y de ahí el enojo de los agrotitanes cajemenses que pronostican un bajón en sus áreas de riego debido al trasvase.

         Así las cosas, Javier Gándara Magaña, uno de los sonantes y conspicuo representante de las élites empresariales hermosillenses y supónese, quien lleva la mano por la candidatura en el PAN ha podido mantenerse al margen del caliente conflicto, no así el alcalde de la capital Alejandro López Caballero, quien debido a su investidura ha debido de dar la cara y meterse de lleno al problemático asunto, interponiendo una controversia constitucional ante la SCJN para evitar la suspensión del trasvase de agua al Acueducto Independencia, que promovieron a través de sendos juicios constitucionales alcaldes de municipios del sur gobernados por el PRI como Rogelio Díaz Brown y miembros de la propia tribu yaqui.

         Con el llamado al diálogo entre el gobierno de Sonora y las autoridades tradicionales de la tribu yaqui, aunque no significa en sí una solución a fondo del conflicto que ha resultado incómodo para ciertos sectores sociales, como transportistas, viajeros, turistas y empresariales, si ha bajado la tensión y permitido el flujo intermitente del tránsito por la vía tomada como medida de presión política, en donde el gobierno federal también ha debido desplegar sus oficios para encontrar respuesta a tan complicado diferendo, que al traslaparse sobre el venidero proceso electoral de 2015 tiene enfrentadas a facciones, grupos de interés, caciques políticos y empresariales locales y a las mismas élites políticas y partidistas de distintas regiones de la entidad.

En resumen, lo que vemos en Vícam, es un adelantado ejercicio de medición de fuerzas en la arena política sonorense que servirá de termómetro y permitirá afinar estrategias para dentro de un año cuando inicie el año electoral.

(DOSSIER POLÍTICO/ Prof. Oscar Acosta Castro / 2013-07-05)

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