martes, 23 de julio de 2013

UN NUEVO CAPÍTULO EN EL VIEJO CONFLICTO DE LOS YAQUIS Y EL ESTADO MEXICANO



Un proyecto para dotar de agua a la ciudad de Hermosillo enfrenta las necesidades de la urbe con los derechos y la forma de vida de los indígenas yaquis.
 
Hermosillo, Sonora.- El conflicto actual data de 2010, cuando el Gobierno de Sonora puso en marcha un plan para llevar agua de la cuenca del río Yaqui a la del río Sonora para abastecer a Hermosillo con 75 millones de metros cúbicos anuales del líquido a través del "Acueducto Independencia", de 150 kilómetros de longitud.

A partir de agosto de ese año, autoridades tradicionales del pueblo yaqui y diversas organizaciones campesinas interpusieron recursos ante los tribunales para frenar la obra con el argumento de que ésta les causaría afectaciones graves en su capacidad para acceder al vital recurso.

Como uno de los primeros efectos de esas acciones, un juzgado de Sonora ordenó a fines de ese mismo mes la suspensión el proceso de licitación del proyecto mientras se resuelve la cuestión de fondo, es decir, la presunta vulneración de los derechos de los demandantes.

Pese a ello, el Gobierno de Sonora siguió adelante con el proyecto, el cual fue autorizado en cuanto a su impacto ambiental el 23 de febrero de 2011 por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

"La Semarnat autorizó el impacto, pero creemos que no se han evaluado todos los efectos", dijo a Efe Andrea Cerami, abogado del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), que acompaña a los indígenas en sus mociones ante las cortes.

De acuerdo con Cerami, "la Semarnat debió evaluar debidamente las diferentes opciones viables que se presentaron para abastecer de agua a Hermosillo".

La autorización de Semarnat fue impugnada por los yaquis, y el 4 de mayo de 2012 otro tribunal sonorense ordenó la revocación del aval porque había sido emitido sin respetar la prerrogativa de los pueblos indígenas a ser consultados sobre las acciones oficiales que afecten los recursos naturales a los que tienen derecho.

Ese fallo atañe al derecho constitucional de los pueblos indígenas en general a ser consultados en la elaboración de los planes de desarrollo del país, y en particular al decreto emitido en 1940 por el entonces presidente Lázaro Cárdenas que otorgó a los yaquis el 50 % del caudal del río que lleva el nombre de la etnia.

HISTORIA TURBULENTA

El decreto de Cárdenas pretendía subsanar una larga cadena de injusticias que ha sufrido este pueblo y poner fin a los conflictos que han caracterizado sus relaciones con las autoridades en las distintas épocas de conformación del país.

Habiéndose mantenido al margen de la Guerra de Independencia (1810-1821), en 1825 se iniciaron las rebeliones de los yaquis por mantener su soberanía.

Esas revueltas marcaron desde entonces, y hasta la década de 1930, la tónica de sus relaciones con los Gobiernos de México y representaron para ellos matanzas, deportación hacia otros estados, merma demográfica y pérdida territorial.

En la revolución mexicana iniciada en 1910 hubo una importante participación yaqui bajo

la promesa de que le serían devueltos a este pueblo sus territorios. No obstante, el presidente Álvaro Obregón (1920-1924) faltó a la promesa y se dieron nuevos levantamientos.

No fue sino hasta los acuerdos con Cárdenas, quien gobernó de 1934 a 1940, que se les ratificó a los yaquis la posesión de 485,235 hectáreas reconocidas como territorio exclusivo, lo que sin embargo representó una importante disminución de la extensión de sus tierras ancestrales en el sureste de Sonora.

Con el lastre de esta historia, este pueblo ha protestado desde 2010 por distintas vías contra el proyecto del Acueducto Independencia, incluyendo el bloqueo parcial desde el pasado 28 de mayo de la carretera México-Nogales en las cercanías del pueblo de Vícam, en pleno corazón del territorio yaqui.

El gobernador de Sonora, Guillermo Padres, argumenta a su vez la obligación de garantizarle el abasto de agua a los alrededor de 800.000 habitantes de Hermosillo. "Si no fuera por el Acueducto Independencia se quedarían sin el 80 % del agua potable", aseguró en una entrevista reciente.

CUESTIÓN DE SUPERVIVENCIA

Pese a las promesas de Padrés de "no quitar ni una gota de agua a nadie", los indígenas mantienen sus protestas a la par que los recursos judiciales en defensa de un recurso que no sólo es crucial para su supervivencia física sino también para la cultural.

En torno a este conflicto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emitió el 28 de mayo de 2012 un dictamen según el cual uno de los problemas que ha enfrentado el pueblo yaqui es el acceso al agua.

Dicho problema, de acuerdo con el INAH, se ha incrementado en las últimas décadas debido a que el caudal el río Yaqui es bajo y la mayoría de sus escurrimientos son utilizados para surtir de agua a diversas ciudades, así como para la agroindustria, sin que sea suficiente para abastecer sus terrenos cultivables.

Por ello, muchos miembros de la etnia se ven obligados a trabajar como jornaleros agrícolas en las parcelas de otras personas, o como albañiles a menudo en lugares lejanos a su tierra natal, situación que ha generado un distanciamiento de sus familias y comunidades, así como de las prácticas de su cultura.

"Para ellos el agua es algo fundamental, es parte de su vida diaria, la utilizan para todas sus actividades. Y también hacen ritos tradicionales en el agua. Es una cuestión de supervivencia", aseveró Andrea Cerami, del Cemda.

En opinión del letrado, la continuación de las obras del acueducto, que actualmente está en fase de pruebas, tiene por objeto crear un hecho consumado ante el cual "es imposible pedir el respeto de un derecho".

En esta carrera contra el tiempo y a la espera de una solución final de la justicia que logre un equilibrio entre las necesidades y derechos de todas las partes, los yaquis reafirman su arraigo a la tierra y su forma de vida.

"Somos 45,000 indígenas que hemos vivido aquí, aun antes del Estado mexicano", declaró recientemente Mario Luna, portavoz del pueblo yaqui.

Luna le recordó al gobernador Padres que los yaquis "también son sonorenses" y que en esa etnia "hay gente que está tomando agua de desagües".

"Si nos roban el agua, si nos despojan de los pocos recursos naturales que tenemos en esta parte desértica, estaremos condenados a la muerte como pueblo", puntualizó.

DESTACADOS:

-- La construcción del “Acueducto Independencia” que pretende llevar agua de la cuenta del río Yaqui a la del río Sonora es el foco del nuevo enfrentamiento.

-- En 1825 se iniciaron las rebeliones de los yaquis por mantener su soberanía.

-- "Somos 45,000 indígenas que hemos vivido aquí, aun antes del Estado mexicano", declaró recientemente Mario Luna, portavoz del pueblo yaqui.


(DOSSIER POLÍTICO/ Vanguardia / Manuel Soberanes Cobo/EFE-Reportajes/ 2013-07-22)

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