Saltillo.- Lo que impide el crecimiento de México es la falta de un Estado de Derecho, de legalidad, de incentivos correctos, donde el Estado garantice que al que trabaja honestamente se le protege y le va bien, aseguró Felipe Calderón.
Al participar en el Sexto Congreso Loud, organizado por el ITESM Campus
Saltillo, el ex presidente de México expuso que dos de los principales
problemas que enfrentó en su gestión, fueron en materia económica y de
inseguridad pública.
En el auditorio del Parque Maravillas, Calderón dictó la conferencia Retos de la Presidencia de México y compartió las experiencias vividas en Los Pinos para enfrentar los grandes problemas.
Los momentos críticos de su administración fueron la recesión económica del 2009 y las muertes por influenza, así como el enfrentar a la delincuencia organizada, fundamentalmente.
“Quiero que al Gobierno y a México le vaya bien, quiero portarme bien como ex presidente y no andar dando lata”, expresó, al proponer que lo que tiene que gravarse más uniformemente es el consumo, no el ingreso de las personas; también captar a la informalidad.
Se pronunció porque finalmente se apruebe una reforma que estimule el crecimiento y que no haya déficit creciente del gobierno.
También, aseguró que se requieren mecanismos institucionales para frenar la corrupción, avanzar más en transparencia y erradicar la opacidad, pues en arca abierta hasta el más justo peca.
En su conferencia, a la que asistieron José María Fraustro Siller, secretario de Educación; Juan Carlos López Villarreal, presidente del Patronato del ITESM; Isidro López Villarreal, alcalde electo, y Esther Quintana, diputada federal, el ex presidente invitó a los jóvenes a romper los límites que aprisionan, a no dejarse anular por los problemas que en ocasiones requieren decisiones rápidas, como hizo en su administración.
Otro aspecto importante es que se ampliaron los programas sociales como Oportunidades, que llegaba a 6.5 millones de personas más pobres para romper con la marginación.
Implemento de estrategias
Al llegar a la Presidencia, recordó que México perdía competitividad y presencia en los mercados, por lo que aplicó varias estrategias, como reducir el déficit y aumentar los ingresos del gobierno, que a nadie le gusta, además de reducir gastos de gobierno ineficientes como el cierre de la compañía de Luz y Fuerza, que costaba a los mexicanos 50 mil millones de pesos al año.
También operaba con ineficiencia y el sindicato se oponía al uso de computadoras, porque en su ideología las computadoras atentan contra las fuentes de trabajo; otra cláusula es que había un gran burocratismo en su operación.
En materia energética, propuso que Pemex tuviera coinversión con empresas de calidad, que pudiera entrar en petroquímica, y en su momento le “patearon” propuestas que ahora salen adelante.
Lo comparó con un juego de futbol americano: “Yo andaba buscando un touchdown pero conseguí un primero y diez”. Ahora, con propuestas de más apertura, confió en que con un Congreso más responsable México pueda avanzar en su desarrollo.
Ante poco más de 2 mil 500 asistentes, cifra de los organizadores, subrayó que trabajó para aumentar la competitividad económica, apostándole a la apertura comercial y ahora los productos mexicanos entran en más países con millones de consumidores.
Además, se apostó a la infraestructura, para pasar del 3 a 5% en inversión del PIB, es decir, se invertían casi 50 mil millones de dólares por año en este rubro; así, en el sexenio construyeron o modernizaron más de 23 mil kilómetros de carreteras.
Asimismo, se avanzó en desregulación y eliminaron más de 16 mil normas de operatividad, prácticamente la mitad, para agilizar trámites. En este proceso se convocó al trámite más inútil del gobierno y hubo más de 3 mil propuestas.
En su mensaje destacó logros en salud y construcción de preparatorias y universidades en una especie de resumen de su sexenio y pidió reconocer estos avances.
Hoy en México se están graduando más ingenieros que en Alemania, Inglaterra, Canadá o Brasil, que le ha dado competitividad al mercado mexicano con mayor calidad en la producción, ejemplificó.
Aseguró que construyó un país con orden económico y la deuda pública, que fue la pesadilla de México, la hizo manejable
“En el Banco de México, dejamos dos veces y medio más reserva que toda la deuda externa de México”, aseguró.
El reto de la seguridad pública:
Calderón señaló que al llegar a la Presidencia, se encontró con que las organizaciones criminales crecían en poder y por otro lado se resquebrajaban las instituciones de seguridad y procuración de justicia.
El objetivo fue recuperar la seguridad de las familias y el Estado de Derecho, combatiendo a las bandas criminales.
“Los países que pueden lograr que la ley se cumpla, que haya incentivos correctos y que al que cumpla la ley le vaya bien y al que la viola le vaya mal, esos son los que avanzan”.
Desde su perspectiva, la gran diferencia son tres aspectos que marcan el desarrollo y el progreso de un país; el despegue industrial, la inversión en capital física y humana, y el grado de institucionalidad plasmado en el Estado de Derecho.
“Lo que impide crecer más rápido es la falta del Estado de Derecho, de legalidad, de incentivos correctos, donde el Estado garantiza que al que invierte y produce se le protege, que al que trabaja honestamente se le protege y al que delinque se le penaliza”.
Explicó que el poder de los criminales creció por el cambio de operaciones y porque el PIB per cápita de México creció de 2 mil a 11 mil dólares, en poco tiempo, y aumentó el poder de compra: televisores, automóviles y vivienda estuvieron al alcance de las familias.
También creció el consumo de drogas y las bandas decidieron distribuirlas en el país, ya no era lugar de tránsito y los criminales se disputaron los territorios con puntos de venta, negocio al menudeo y control de corporaciones policiales.
Luego, pasaron a extorsionar a los que estaban en actividades ilícitas como tianguistas, vendedores de piratería y a los rateros, porque ellos no se pueden defender ante la ley. Después la extorsión afectó a los comerciantes formales por la debilidad de la autoridad.
La estrategia, dijo, fue contener a los criminales con toda la fuerza del Estado, con las fuerzas armadas incluso, para decir que la ciudad es de los ciudadanos y de la autoridad.
No basta la fuerza, por eso el segundo eje fue reconstruir las instituciones, que se debilitaron por la corrupción, por eso se hizo esfuerzo para contar con instituciones confiables con los exámenes de control de confianza.
Como tercer punto, trabajó en recuperar el tejido social, en darles oportunidades a los jóvenes con más preparatorias, universidades, campos deportivos, sin descuidar el fortalecimiento de las corporaciones policiales.
Calderón también deseó el mejor de los éxitos a Isidro López, quien a partir del primero de enero próximo será el presidente municipal de Saltillo.
José María Fraustro Siller, secretario de Educación y representante del gobernador Rubén Moreira Valdés, dio la bienvenida a Calderón y destacó que el evento ayuda a formar personas éticas y personalmente competitivas, ciudadanos comprometidos con el desarrollo económico, político, cultural y social y con el uso sustentable de los recursos naturales.
El Congreso, dijo, pretende impulsar líderes de cambio capaces de influir en la toma de decisiones de la comunidad, en una sociedad carente de sueños.
Lo que México necesita es una nueva generación de personas con valores que tomen la iniciativa para influir en el futuro del país y este tipo de actividades contribuyen a lograr el objetivo.
En el auditorio del Parque Maravillas, Calderón dictó la conferencia Retos de la Presidencia de México y compartió las experiencias vividas en Los Pinos para enfrentar los grandes problemas.
Los momentos críticos de su administración fueron la recesión económica del 2009 y las muertes por influenza, así como el enfrentar a la delincuencia organizada, fundamentalmente.
“Quiero que al Gobierno y a México le vaya bien, quiero portarme bien como ex presidente y no andar dando lata”, expresó, al proponer que lo que tiene que gravarse más uniformemente es el consumo, no el ingreso de las personas; también captar a la informalidad.
Se pronunció porque finalmente se apruebe una reforma que estimule el crecimiento y que no haya déficit creciente del gobierno.
También, aseguró que se requieren mecanismos institucionales para frenar la corrupción, avanzar más en transparencia y erradicar la opacidad, pues en arca abierta hasta el más justo peca.
En su conferencia, a la que asistieron José María Fraustro Siller, secretario de Educación; Juan Carlos López Villarreal, presidente del Patronato del ITESM; Isidro López Villarreal, alcalde electo, y Esther Quintana, diputada federal, el ex presidente invitó a los jóvenes a romper los límites que aprisionan, a no dejarse anular por los problemas que en ocasiones requieren decisiones rápidas, como hizo en su administración.
Otro aspecto importante es que se ampliaron los programas sociales como Oportunidades, que llegaba a 6.5 millones de personas más pobres para romper con la marginación.
Implemento de estrategias
Al llegar a la Presidencia, recordó que México perdía competitividad y presencia en los mercados, por lo que aplicó varias estrategias, como reducir el déficit y aumentar los ingresos del gobierno, que a nadie le gusta, además de reducir gastos de gobierno ineficientes como el cierre de la compañía de Luz y Fuerza, que costaba a los mexicanos 50 mil millones de pesos al año.
También operaba con ineficiencia y el sindicato se oponía al uso de computadoras, porque en su ideología las computadoras atentan contra las fuentes de trabajo; otra cláusula es que había un gran burocratismo en su operación.
En materia energética, propuso que Pemex tuviera coinversión con empresas de calidad, que pudiera entrar en petroquímica, y en su momento le “patearon” propuestas que ahora salen adelante.
Lo comparó con un juego de futbol americano: “Yo andaba buscando un touchdown pero conseguí un primero y diez”. Ahora, con propuestas de más apertura, confió en que con un Congreso más responsable México pueda avanzar en su desarrollo.
Ante poco más de 2 mil 500 asistentes, cifra de los organizadores, subrayó que trabajó para aumentar la competitividad económica, apostándole a la apertura comercial y ahora los productos mexicanos entran en más países con millones de consumidores.
Además, se apostó a la infraestructura, para pasar del 3 a 5% en inversión del PIB, es decir, se invertían casi 50 mil millones de dólares por año en este rubro; así, en el sexenio construyeron o modernizaron más de 23 mil kilómetros de carreteras.
Asimismo, se avanzó en desregulación y eliminaron más de 16 mil normas de operatividad, prácticamente la mitad, para agilizar trámites. En este proceso se convocó al trámite más inútil del gobierno y hubo más de 3 mil propuestas.
En su mensaje destacó logros en salud y construcción de preparatorias y universidades en una especie de resumen de su sexenio y pidió reconocer estos avances.
Hoy en México se están graduando más ingenieros que en Alemania, Inglaterra, Canadá o Brasil, que le ha dado competitividad al mercado mexicano con mayor calidad en la producción, ejemplificó.
Aseguró que construyó un país con orden económico y la deuda pública, que fue la pesadilla de México, la hizo manejable
“En el Banco de México, dejamos dos veces y medio más reserva que toda la deuda externa de México”, aseguró.
El reto de la seguridad pública:
Calderón señaló que al llegar a la Presidencia, se encontró con que las organizaciones criminales crecían en poder y por otro lado se resquebrajaban las instituciones de seguridad y procuración de justicia.
El objetivo fue recuperar la seguridad de las familias y el Estado de Derecho, combatiendo a las bandas criminales.
“Los países que pueden lograr que la ley se cumpla, que haya incentivos correctos y que al que cumpla la ley le vaya bien y al que la viola le vaya mal, esos son los que avanzan”.
Desde su perspectiva, la gran diferencia son tres aspectos que marcan el desarrollo y el progreso de un país; el despegue industrial, la inversión en capital física y humana, y el grado de institucionalidad plasmado en el Estado de Derecho.
“Lo que impide crecer más rápido es la falta del Estado de Derecho, de legalidad, de incentivos correctos, donde el Estado garantiza que al que invierte y produce se le protege, que al que trabaja honestamente se le protege y al que delinque se le penaliza”.
Explicó que el poder de los criminales creció por el cambio de operaciones y porque el PIB per cápita de México creció de 2 mil a 11 mil dólares, en poco tiempo, y aumentó el poder de compra: televisores, automóviles y vivienda estuvieron al alcance de las familias.
También creció el consumo de drogas y las bandas decidieron distribuirlas en el país, ya no era lugar de tránsito y los criminales se disputaron los territorios con puntos de venta, negocio al menudeo y control de corporaciones policiales.
Luego, pasaron a extorsionar a los que estaban en actividades ilícitas como tianguistas, vendedores de piratería y a los rateros, porque ellos no se pueden defender ante la ley. Después la extorsión afectó a los comerciantes formales por la debilidad de la autoridad.
La estrategia, dijo, fue contener a los criminales con toda la fuerza del Estado, con las fuerzas armadas incluso, para decir que la ciudad es de los ciudadanos y de la autoridad.
No basta la fuerza, por eso el segundo eje fue reconstruir las instituciones, que se debilitaron por la corrupción, por eso se hizo esfuerzo para contar con instituciones confiables con los exámenes de control de confianza.
Como tercer punto, trabajó en recuperar el tejido social, en darles oportunidades a los jóvenes con más preparatorias, universidades, campos deportivos, sin descuidar el fortalecimiento de las corporaciones policiales.
Calderón también deseó el mejor de los éxitos a Isidro López, quien a partir del primero de enero próximo será el presidente municipal de Saltillo.
José María Fraustro Siller, secretario de Educación y representante del gobernador Rubén Moreira Valdés, dio la bienvenida a Calderón y destacó que el evento ayuda a formar personas éticas y personalmente competitivas, ciudadanos comprometidos con el desarrollo económico, político, cultural y social y con el uso sustentable de los recursos naturales.
El Congreso, dijo, pretende impulsar líderes de cambio capaces de influir en la toma de decisiones de la comunidad, en una sociedad carente de sueños.
Lo que México necesita es una nueva generación de personas con valores que tomen la iniciativa para influir en el futuro del país y este tipo de actividades contribuyen a lograr el objetivo.
(ZOCALO / Ernesto Acosta /28/09/2013 - 06:00 AM)
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