sábado, 28 de septiembre de 2013

ACTÚA MP DE GUANAJUATO TRAS PRESION EN REDES SOCIALES

En Change.org y en Facebook se inició la campaña “Justicia para Lucero” tras el intento de homicidio y lentitud en el proceso judicial.
Ciudad de México • María de la Luz Salcedo, guanajuatense de 18 años, fue golpeada de gravedad. A pesar de que su agresor fue plenamente identificado ante la Agencia del Ministerio Público, no fue detenido. La familia Salcedo asegura que de no haber iniciado una campaña mediática por Internet, no hubieran logrado llevar al presunto culpable ante el juez. 

La audiencia
 
Después de 18 días de la agresión, se concluyó la averiguación previa, y para el lunes 30 de septiembre, se iniciará el proceso en contra de Miguel Ángel Jasso, presunto agresor por los delitos de lesiones, intento de violación y tentativa de homicidio.

La Agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar que depende de la Procuraduría General del Estado de Guanajuato informó que la audiencia se desarrollará bajo el nuevo sistema penal acusatorio y oral, vigente en Guanajuato capital, lo que fue celebrado por Fermín Salcedo, padre de María de la Luz, de 18 años.

“La cultura gubernamental de Guanajuato casi la podemos calificar de misógina. Aquí no se aprobó la ley para protección a mujeres, por no considerarse necesario. Espero que la modalidad de juicios orales, agilice la aplicación de la justicia”, sostuvo Fermín Salcedo en entrevista para MILENIO.

La agresión
 
Los hechos ocurrieron la madrugada del 12 de septiembre.Lucero, como le dicen de cariño, salió del bar donde trabajaba como mesera cuando un amigo y el que más tarde sería su agresor la invitaron a tomar un trago. 

Estaba cansada y a las nueve de la mañana iniciaba turno en una tienda de bisutería, por lo que se negó.

Después de llevar al amigo en común a su hogar, Jasso llevaría a Lucero a su casa, o al menos eso fue le dijo. En realidad su intensión era tener relaciones sexuales, a lo que ella se negó.

“Trate de abrir la puerta del auto pero él aceleraba, con la mano izquierda iba manejando y con la mano derecha me venía sujetando por el cuello”, relató Lucero a MILENIO.

Llegaron hasta el poblado conocido como Ojo de Agua, en la Sierra de Santa Rosa, muy cerca de Dolores Hidalgo.

“Estaba fuera de sí, tenía demasiada fuerza, cuando al lado de la carretera encontró un acotamiento, se detuvo y me bajo del coche. Trate de defenderme pero su cuerpo estaba encima de mí, me daba puñetazos en la cara, intentó asfixiarme”, evocó Lucero.

Tras suplicarle que dejara de golpearla, Lucero recordó cómo salvó su vida.

“Le empecé a gritar que me viera a los ojos: ¡ve a tu mamá, ve a tu hermana! Algo lo desconcertó, se detuvo un poco y yo pude meterle las uñas a los ojos”, expresó.

Al otro lado de la carretera había una zanja donde pudo esconderse. 
 El agresor nervioso se subió al coche y se estrelló metros después.

Quejas a la autoridad
 
“Horas después Miguel Ángel Jasso era ingresado al mismo hospital a dos camillas de distancia de Lucero. Había chocado. No había seguridad, no había guardias, no había custodios. Mi hija estaba a unos pasos de la persona que unas horas antes había intentado matarla”, se lee en la petición que Fermín Salcedo lanzó a través de Change.org con el nombre “Justicia para Lucero”.

Ante esta situación, Lucero interpuso una queja contra la Procuraduría General de Justicia de Guanajuato, la Policía Federal y contra el Hospital General de la ciudad.

Si no se hubiera hecho público el caso, el proceso no hubiera sido tan rápido.

“Mi peritaje psicológico estaba programado para el 25 de septiembre porque no tenían tiempo, gracias a la campaña mi prueba fue el día 18”, denunció Lucero.

De acuerdo con el Código Penal vigente en el estado de Guanajuato, tan solo por el delito de lesiones Miguel Ángel Jasso podría recibir sentencia de entre tres y seis años de prisión y el pago de una multa de treinta a sesenta días.

A esto habría que sumar penas por ataque, intento de violación y tentativa de homicidio. Con el concurso de delitos podría alcanzar hasta cuarenta años de cárcel.

(MILENIO/

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