A pesar de la millonaria deuda del Ayuntamiento de
Guaymas con PASA…
Los habitantes
del ejido La Misa votaron por Otto Claussen... pero ahora no lo quieren ver ni
en pintura; "Mucho muy enojados", exponen a Dossier Politico que una
"bola de léperos", encabezados por el presidente municipal de
Guaymas, en lugar de apoyar a la comunidad quiere hacer un relleno sanitario
para beneficio suyo y de su gente…
Omar de la Vara / Dossier Politico
La Misa, ejido de
Guaymas, Sonora (DP).- Habitantes del Ejido “La Misa”, en el municipio de
Guaymas, reprobaron al presidente municipal Otto Claussen Iberri aun cuando
esta comunidad fue la única que lo apoyó con su voto para que ocupara el cargo
que ostenta; por si esto fuera poco, los ha olvidado, “son una bola de léperos
que lo único que ha hecho es trabajar para un grupo político que se han
dedicado a obtener beneficios”.
Las aproximadamente
160 familias que viven en la comunidad ejidal dicen estar "muy
molestos" con las autoridades. La Misa está siendo relegada y se resiste a
convertirse en pueblo fantasma luego de que fuera reconocida a nivel
internacional como una región junto con “Ortiz”, productiva y creciente.
El vocero de los
comuneros, César Ozuna Orduño, dice que su pueblo, de seguir las cosas como
hasta ahora, o desaparece o queda en el olvido: “Y eso no lo vamos a permitir.
La Misa yo la he defendido mucho porque no es un pueblo de guicos y cachoras,
es una comunidad de gente trabajadora y honesta, comprometida con el desarrollo
y la paz social".
Y lo que más molesta
a los habitantes de La Misa es que lejos de acarrear beneficio para los
pobladores, las autoridades pretenden construir un relleno sanitario donde
ellos van a decidir quién lo opera y bajo qué condiciones:
“Están queriendo
poner un relleno sanitario aquí y no los vamos a dejar, traen un pinchi pedote
en Guaymas con la recolección de basura y ahora quieren traernos el cochinero
para acá, convertirnos en el basurero del valle, construir sin siquiera
tomarnos en cuenta un relleno sanitario en La Misa, pero mira que
cabrones", se queja don César.
Y abunda molesto:
"desde hace seis años no nos pagan el 2% del predial ejidal, de hecho
tenemos demandas en contra de la anterior administración por ese concepto y
ahora vienen estos léperos a querer hacer un movimiento donde van armar ellos
un proyecto, van a conseguir recursos para comprar camiones recolectores y van
a querer hacer uso de un hoyo que tenemos nosotros donde sustrajeron tierra
para una carretera... todo para su beneficio, para nosotros nunca nada”.
Los ejidatarios
temen que con la construcción del relleno sanitario la cuenca del Río Mátape,
de donde dependen la agricultura y la ganadería de la zona se vea muy afectada.
"Es una cuenca
significativa porque va y desemboca a Empalme, pero se afectarían mucho las
comunidades que están sobre el río como son, Ortíz y Maytorena. El equipo de
Otto Claussen, la verdad trae un santo
desmadre, no sólo nos han abandonado sino que nos han usado para empapelar para
dar legalidad a los fraudes, a los trinquetes que han hecho las
administraciones anteriores y los que
pretende hacer su propia administración”.
La Misa tiene un
presupuesto asignado por el Congreso de un millón doscientos mil pesos, pero
todo el dinero se va en el pago de la nómina de funcionarios
"fantasma":
“No nos queda ni
para que nos pongan un foco, pues el problema que dicen los comuneros tener con
el municipio es que el Otto Claussen llegó sin proyectos, sin equipo, siendo
que en la única comunidad del valle que voto por él fue La Misa; es el único
pueblo (discúlpame la palabra) que el señor ganó con un margen de dos a uno y
donde estuvieron presentes todos los "operadorcetes" políticos que
traía en el valle.
La Misa es el único
pueblo donde al ahora presidente municipal se le brindó la atención y en lugar
de ser reciprocó nos está perjudicando en todos los sentidos, “los ciudadanos
consideran que si el gobierno local les prestara el apoyo y se condujera todo
en el marco legal el que más ganaría seria el gobierno mismo, porque
generaríamos más impuestos vía producción ejidal, crearíamos más empleos y
hasta serviría para que presumieran”.
Expuso además que
“parece ser que tenemos una especie de estigma o una maldición porque si
preguntas a cualquier habitante de aquí se expresará del Otto hasta con rencor:
"Oye, pero si fue esta la única comunidad donde ganó bien, es para que nos
estuviera chipiliando y en lugar de eso ni siquiera ha venido el cabrón este a darnos las gracias”.
Sin dejar que el
tono de molestia brote de su ronco pecho, Óscar Osuna Orduño dice que lo que
más les preocupa es la actitud del gobierno local:
“Aquí lo que
preocupa la actitud del gobierno municipal y el equipo de trabajo de Claussen,
como es claro que los proyectos van encaminados hacia su propio beneficio, para
alivianarse ellos no para alivianar a La Misa; y por eso la gente está
encabronada, esa es la palabra correcta, nos han provocado un encono una
confrontación donde el privilegio de la atención se la llevan los ´lepes´, esa
es la realidad”, lamentó.
Señaló a DP que las
autoridades municipales tienen que ver a La Misa como sector productivo de mil
quinientas hectáreas y cinco mil cabezas de ganado, con una dinámica de caza
deportiva y de concesionarios de arena y mineros que necesitan ser apoyados,
todos impulsados a trabajar en unión, para beneficio de la entidad ejidal,
"que los plebes que van ahorita, ya no digamos a la secundaria, sino los
del kínder, vean desde ya otra perspectiva de vida no la que ven ahorita con
toda la chamacada pensando ser un día como los héroes que narran los corridos
que oyen todo el santo día”, criticó el ejidatario.
Lo único que desean
los habitantes de La Misa, dice contundente Oscar Osuna, es que se les respete,
que se respete su historia, sus tradiciones, su nivel productivo, su potencial,
que los tomen en cuenta en las
decisiones que afecten a todos los moradores y que los apoyen para sacar
adelante al pueblo con trabajo, con recursos que los ayuden a fortalecer la
dinámica económica y no los vean como mina de oro, una franquicia o bono de
pago.
Asegura que si
siguen las cosas como hasta ahora los pobladores del ejido no volverán a votar
por el PRI, porque a nadie le gusta ver a Otto Claussen, a su equipo y al
diputado León Perea, trabajando en proyectos para asegurar su futuro, como el
relleno sanitario, donde firman contratos para la explotación sucia de su
terreno por veinte o veinticinco años sin pensar en el daño que pueden
ocasionar a la comunidad.
“Si, los apoyos
económicos que anuncia el gobierno federal están chingones, pero si los
canalizan a través de esa bola de léperos, va a ser lo mismo”.
(DOSSIER POLITICO/ Omar de la Vara / 2013-05-30)
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