viernes, 31 de mayo de 2013

LA NIÑA Y EL PERRO

Relatos y leyendas

Monterrey, N.L.- Nos cuenta mamá sobre un extraño evento sobrenatural que les sucedió allá en la década de los 70, cuando vivía en la colonia Morelos, en Monterrey, Nuevo León.

Como eran días muy calurosos, acostumbraban dormir con las ventanas abiertas para que corriera el aire fresco, además, no existían tantos malandros como ahora.

Decía que aproximadamente a las tres de la mañana se despertó porque escuchó un ruido extraño que provenía de la calle.

Al abrir los ojos observó que una niña de algunos 4 años, estaba asomándose hacia el interior por la ventana.

Curiosamente a su lado estaba un gran perro negro, que parecía una estatua que la custodiaba.

Entonces le dijo a mi abuelita:

-¡Mira mamá, en la ventana está una muchachita! ¿Qué haces en la calle a estas horas? –le preguntó– ¿te perdiste y andas buscando a tus padres?

Pero no recibió respuesta, sólo una mirada fría.

¡Vamos a ver qué le sucede! –dijo angustiada–; apresuradamente se cambiaron y salieron a la calle.

Pero algo raro sucedió, pues cuando salieron a la banqueta ya no estaba, parecía que se había desvaneció en medio de la oscuridad de la noche.

Sin duda habían presenciado un par de fantasmas, el misterio era saber qué hacían ahí, observándolas mientras dormían.

Al día siguiente, muy temprano llegó un pariente, quién vivía a tres casas y muy en secreto comentó: “Oigan, ¿de casualidad no vieron a una niña que andaba en la madrugada con un perro?

Enseguida platicaron lo sucedido y le preguntaron si ella no sabía el motivo de la presencia de la infante en esta casa.

Nadie supo nada acerca del origen de los espectros, pero años después, en varias colonias aparecieron historias relativas a esas presencias.

Un compañero de trabajo comentó que curiosamente, en la colonia Moderna sucedió algo similar, pero una década antes, en los 60.

Por la madrugada observó a una niña montada en el lomo de un enrome perro, el cual aullaba en tono lastimero.

De igual forma en que apareció, así se fue y nadie más volvió a verla o saber de ella.

Existe otra leyenda urbana (que no es de Monterrey), pero que también habla sobre una niña y su perro, sólo que es una historia distinta

Cuentan que esta nena sufría de soledad, que sus padres no cuidaban de ella y que le habían regalado un perro para que le hiciera compañía.

El perro acostumbraba meterse bajo la cama y cuando ella bajaba la mano, él cariñosa mente le daba lengüetazos.

Pero una madrugada la pequeña escuchó ruidos extraños y se puso nerviosa, entonces bajó su mano y al sentir que la lamían se quedó tranquila.

Dicen que por la mañana se levantó y lo primero que vio fue una imagen terrible: su perro yacía en medio de la habitación sobre un charco de sangre.

Y en el espejo que estaba colgado en la pared se leía un texto escrito con la sangre del noble animal: “No sólo los perros lamen”.

Desgraciadamente la niña perdió la razón y debido a su condición, sus padres la enviaron a un hospital psiquiátrico.

Tal vez alguien sabe otras historias sobre esa niña y su perro, sin embargo, hasta el momento no he escuchado ninguna otra. 
(ZOCALO/ Relatos y Leyendas/ 31/05/2013 - 05:44 PM)

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