De acuerdo con
información difundida por la cadena de televisión estadunidense Univisión, el
líder del Cártel de Sinaloa, en complicidad con altos funcionarios
gubernamentales, entre ellos el exprocurador general de la República, Enrique
Álvarez del Castillo, evitó la detención de narcotraficantes de origen
colombiano.
La información se
desprende del dossier de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) sobre el
capo mexicano, quien en 1988 –cuando rondaba los 30 años– ya era buscado por el
gobierno de Estados Unidos.
Según la DEA, Guzmán
Loera ascendió en la extinta Federación (agrupación de grandes capos de la
droga) gracias a Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, considerado como uno de
los principales lugartenientes de esa organización y quien se encuentra en la
lista de los más buscados por los gobiernos mexicano y estadunidense. Su cabeza
está tasada en cinco millones de dólares.
En 1986, antes de
caer preso, Esparragoza “puso a Guzmán Loera a cargo del manejo logístico de la
Federación”, asegura el reporte. Fue entonces cuando Miguel Ángel Félix
Gallardo, añade, le encomendó a El Chapo la coordinación de los vuelos con
cocaína que llegaban a México desde Colombia.
Los documentos
señalan que Guzmán trabajaba con Jaime García García y Jairo Forero Pulido,
intermediarios del Cártel de Medellín.
Por esa época la DEA
se enteró que los narcotraficantes colombianos bautizaron a Guzmán como El
Rápido, porque fue el primero que garantizó la entrega de la mercancía en
Estados Unidos en un período de 48 horas después de recibida.
“Los colombianos se
dieron cuenta que esta oferta era muy buena para dejarla pasar”, detalla la
información dada a conocer por Univisión.
Entre 1987 y 1989 la
organización de El Chapo manejaba de 10 a 12 toneladas de la cocaína que
despachaban los colombianos, y éstos quedaron tan agradecidos que le ofrecieron
una fiesta organizada por el narcotraficante del Cártel del Norte, Iván
Urdinola Grajales, en Colombia, a la que Guzmán Loera voló en un Learjet
privado “acompañado por un entorno que él presentó como oficiales de la Policía
mexicana”.
En su archivo la DEA
reseña una larga lista de oficiales cómplices de Guzmán, a quien recurrían los
narcotraficantes colombianos cuando su personal era detenido en México, entre
el procurador general de la época, Enrique Álvarez del Castillo, quien murió en
2006.
Según el reporte,
Guzmán Loera compró dos automóviles Corvette en Boulevar Auto Sales de Los
Ángeles para regalárselos a comandantes de Sonora. Uno de los automóviles lo
registró a nombre de Max Aragón, apelativo que utilizó para obtener una
licencia de conducir en California en 1988, según reveló la cadena.
El 19 de enero de
2001, El Chapo Guzmán se fugó del penal de Puente Grande, en Jalisco.
Desde ese momento la
captura del líder del Cártel de Sinaloa se ha convertido en una de las
prioridades de los gobiernos de México y de Estados Unidos.
Las autoridades lo
consideran el traficante de drogas ilícitas más poderoso del mundo, un enemigo
“muy inteligente” y, tras la muerte de Osama Bin Laden, se encuentra en el
primer lugar de la lista de los “más buscados” por el FBI.
(REDACCION/
LA REDACCIÓN /5 DE NOVIEMBRE DE 2013)
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