MÉXICO,
D.F. (apro).- La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
evidenció hoy otra de las iniquidades relacionadas con la matanza de
Salvárcar, perpetrada el 31 de enero de 2010: solicitó la pronta
liberación de Israel Arzate Meléndez, a quien se le torturó para que
“confesara” haber participado en la masacre.
Arzate fue detenido
el 3 de febrero del mismo 2010, acusado del asesinato de 18 jóvenes
durante una fiesta en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, en Ciudad
Juárez. Además, el Ejército afirmó que el joven había robado un
vehículo.
Ha estado arraigado desde el 6 de febrero, primero en un centro policiaco y actualmente en su domicilio.
Israel Arzate fue torturado, y tuvo que decir que sí pertenecía a un cártel y había matado a esos jóvenes.
El
caso fue atraído a finales de octubre de 2012 por la Primera Sala de la
SCJN, luego de que Arzate solicitara el amparo contra la vinculación a
proceso bajo queja de tortura por parte de elementos del Ejército
durante los primeros días de su detención.
La tortura fue
establecida por el conocido Protocolo de Estambul, y el proceso seguido
por organizaciones nacionales e internacionales como la ONU y Amnistía
Internacional.
El imputado obtuvo un segundo amparo contra las
acusaciones de posesión de vehículo con reporte de robo, proceso que
igualmente atrajo la Corte.
La notificación extraoficial le fue
hecha a Arzate Meléndez la mañana de este miércoles por uno de sus
abogados, quien acudió a la casa del aún arraigado.
Sin ingresar, a
través de la puerta, el defensor le dio la noticia. Le explicó que será
aproximadamente en 24 horas cuando llegue el aviso oficial para que al
detenido le sea retirado el brazalete electrónico, la vigilancia
policiaca y quede así en libertad.
Historia de la sinrazón
Los
estudiantes se encontraban reunidos en una vivienda del fraccionamiento
Villas de Salvárcar. Celebraban una fiesta. Más o menos a medianoche un
comando de al menos 20 sicarios —que descendió de siete vehículos—
irrumpió en el lugar e ingresó al sitio. Comenzó a disparar
indiscriminadamente.
Algunos asistentes huyeron por el patio
trasero de la casa de interés social. Algunos pistoleros, sin embargo,
los persiguieron. Alcanzaron a algunos en la calle y en dos casas
vecinas y ahí los acribillaron.
El primer informe policiaco contaba en 10 las víctimas, pero la cifra crecería rápidamente en las horas subsecuentes.
La
cifra se cerró con 18 asesinatos y 10 personas heridas; la mayoría de
ellas, estudiantes de entre 15 y 20 años del CBTIS 128, del Colegio de
Bachilleres 9 y de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
El
expresidente de la República, Felipe Calderón, relacionó los hechos con
ajustes de cuentas entre bandas de narcomenudistas. Los familiares de
las víctimas insistieron (y documentaron) que todos eran estudiantes y
repudiaron la postura oficial.
Ya el 12 de febrero Calderón tuvo
que visitar la zona y pedir perdón por su sandez. Los familiares no se
lo concedieron y le negaron la bienvenida.
Desde el 3 de febrero
de 2010, Patricia González, exprocuradora de Chihuahua, dijo que el
presunto responsable de la masacre era un hombre apodado El 12 o El Rama, quien presuntamente murió en un enfrentamiento con el Ejército.
El presunto autor intelectual de la masacre fue José Antonio Acosta Hernández El Diez,
que fue agente de la Policía Ministerial de Chihuahua. El 20 de junio
de 2011 se inició el juicio contra José Dolores Chavarría, Juan Antonio
Soto Arias, Heriberto Martínez, Alfredo Fabio Hernández Lozano e Israel
Arzate Meléndez, todos señalados como responsables del multasesinato.
(PROCESO / Redacciòn/ 6 de noviembre de 2013)
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