martes, 7 de febrero de 2012

LOS PLATOS ROTOS DEL ARZOBISPO QUE SE RETIRA

El arzobispo Sandoval Íñiguez durante la misa de la Divina Providencia, el primero de enero pasado en la Parroquia de San Bernardo en Guadalajara.

El cardenal Sandoval Íñiguez generó polémicas y problemas tanto con diversos sectores sociales y políticos como al interior de su propia arquidiócesis; de allí que un grupo de sacerdotes incluso hayan pedido su salida.



El Arzobispo Emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, concentró su poder durante 17 años en la región del Bajío, y tiene una larga cadena de choques con diversos sectores y personajes de la sociedad mexicana y del mundo. Incluso se enfrentó públicamente con Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), por aplaudir las enmiendas constitucionales de mayo de 2008 en materia de derechos humanos que, según la carta que envió al Vaticano, afectan la lucha por la familia y la vida.

Su forma de actuar y de imponer su pensamiento ultraconservador, avalado por el hecho de contar con el seminario vocacional más grande del mundo y “administrar” a más de mil 100 sacerdotes, fue un elemento central para que dentro de su arquidiócesis, sacerdotes y religiosos disidentes pidieran que se fuera, por “el miedo que infunde” y por su “soberbia”.

Polémico, provocador y acusador, fortaleció su actitud combativa y de menosprecio al tratar de imponer sus juicios (sin pruebas contundentes) sobre el asesinato de su antecesor, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Incluso dijo que en dos ocasiones intentaron envenenarlo, y la salida más fácil para frenar los daños causados por sus afirmaciones fue culpar a los medios de comunicación.

Se enfrentó al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y a los ministros de la Suprema Corte de Justicia por las aprobación de leyes a favor de las parejas del mismo sexo; criticó a los ricos —“No hay rico, rico, rico que sea honrado, porque trabajando nadie se hace rico; si así uno se hiciera rico, los burros serían los más ricos”—, y se echó la puntada de afirmar que “la única revolución benéfica para el país fue la que hicieron los cristeros”.

Algunos de sus más polémicos dichos son los siguientes:

—En mayo de 2007 comentó que los candidatos del Partido de la Revolución Democrática “son unos hijos de las tinieblas. Porque siempre se ha dicho y siempre se va a decir que un católico de convicción no puede votar por el partido o los partidos que apoyen el aborto o las uniones de homosexuales, porque atentan contra la ley de Dios y la vida humana”.

—El cuatro de octubre de 2010 aseguró que “la familia está siendo permanentemente atacada y las organizaciones que se encargan de trastocar la familia son organizaciones poderosas, comenzando por la ONU, el Banco Mundial, el Banco Interamericano, los grandes partidos de izquierda en el mundo”.

—El 18 de agosto del 2011, al bendecir la ampliación de las instalaciones de la Expo Guadalajara, afirmó que la única revolución benéfica para el país fue la que hicieron los cristeros. “Esa página de la historia de México es la más gloriosa, es la verdadera Revolución de México. Si (por) revolución entendemos que un pueblo se levanta, pues es la única, pues las demás fueron guerras; lo que llamamos la Revolución de 1910 para adelante eran luchas de caudillos, eran luchas de caudillos por el poder”.

La Catedral de Guadalajara.—Según información publicada por WikiLeaks, el 28 de marzo de 2006 pidió al embajador de Estados Unidos ante el Vaticano, Francis Rooney, que frenara el avance de Andrés Manuel López Obrador, ya que durante “su gobierno el crimen y la violencia aumentaron en la Ciudad de México”.

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