martes, 7 de febrero de 2012

"LOS DESENGAÑADOS", LOS NUEVOS POBRES DE EUROPA


Un miembro de la Cruz Roja ayuda a dos vagabundos en Bruselas, el primero de febrero pasado..

En los 27 países de la Unión Europea viven 115 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Esta crónica de los “sin techo” en Bruselas, sede del Parlamento Europeo, ejemplifica la crisis.



Un miembro de la Cruz Roja ayuda a dos vagabundos en Bruselas, el primero de febrero pasado.. Foto: Kristof Van Accom/ AFP


BRUSELAS, Bel.- Una banda de rumanos toca los últimos acordes de la tarde. Uno a uno los músicos guardan la guitarra, el clarinete, los acordeones y el contrabajo envuelto en una manta. Son las 20:00 horas en el túnel que conecta la Estación Central de trenes con el Metro de Bruselas. A esta hora, los oficinistas del Parlamento Europeo y de las firmas multinacionales con sus grandes y elegantes abrigos han dejado ya el centro de la capital europea. Poco a poco y sin hacerse notar, un grupo de personas sustituyen a los músicos formando una fila. Todos tienen el mismo aspecto: ellos, la barba y el cabello crecido, portan una gorra y una chamarra desvencijada; ellas, el cabello mal peinado y unos guantes desgastados; todos llevan varias bolsas con sus pocas pertenencias y por lo general quizá por guardar el cliché un perro que los acompaña.

Es el momento en que los habitantes de las sombras asisten a la que, para muchos, es la única comida caliente del día. Puntuales, las voluntarias de la Operación Termos reparten una o dos piezas de pan y un café humeante. Hasta hace un tiempo, esta cena callejera se llevaba a cabo discretamente con la asistencia de 10 o 15 sin techo y bajo la mirada de un puñado de viajeros que, extrañados, contemplaban a toda prisa y de reojo la escena en la urbe sede de las pujantes instituciones europeas. No obstante, el número de concurrentes a este fortuito comedor, otrora refugio nocturno de alcohólicos y mendigos, ha aumentado a causa de la crisis del euro. Sophie es una rubia que administra las raciones; ella asegura que hoy los alimentos (en su mayoría excedentes de panaderías y supermercados) apenas alcanzan cada noche debido al incremento de concurrentes que forman una extensa fila a lo largo del túnel.

Ahí, silencioso, espera Luc, uno de los nuevos comensales. Ha llegado temprano arrastrando su carrito de mandado. Este belga francófono de 55 años, dice haberse quedado hace unos meses sin empleo. La ayuda del gobierno apenas me alcanza para pagar la renta. Por eso vengo aquí y a veces al comedor comunitario de Poverello, ubicado en otra área de la ciudad. Luc aparenta más edad de la que tiene, y dice no agradarle este ambiente, pero afirma no tener ahora otras opciones. Este hombre forma ahora parte de los 115 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social que recientemente la Unión Europea (UE) dio a conocer que habitan en sus 27 países miembros. La cifra actual contrasta abismalmente con los 80 millones de personas que la Comisión Europea calculaba que existían antes de la crisis iniciada en 2008.
Un indigente espera por comida en un centro de caridad en Estrasburgo, Francia.

Un indigente espera por comida en un centro de caridad en Estrasburgo, Francia. Foto: Vicente Kessler Reuters

DESEMPLEO Y PENURIA
En otro punto de la ciudad, Naget (llamada La madre Teresa de Marruecos por los trabajadores sociales de Bruselas por ser originaria de ese país del norte de África) calcula si el alimento que trajeron esta noche será suficiente para las personas que aguardan en la fila. Es viernes, y el frío de esta noche de enero trajo más invitados. Antes sólo venían extranjeros, los que estaban en espera de asilo político, mendigos, pero desde hace unos meses aquí hay de todo, belgas, rumanos, españoles, gente venida del este de Europa, la mayoría desempleados, sostiene en conversación con M Semanal esta mujer de 50 años.

Es sabido que el desempleo es causa directa de la pobreza. El 30 de enero pasado, al mismo tiempo que se llevaba a cabo la primera Cumbre Informal de la UE 2012, convocada con el propósito de afrontar el problema del desempleo y el retroceso de Europa en cuanto a competitividad, la agencia de estadísticas Eurostat dio a conocer que en diciembre de 2011, en el territorio de los 27 países de la UE, 23.8 millones de personas, es decir 9.9 por ciento de su población, se encontraban sin empleo, una cifra no vista desde hace 14 años y nunca antes registrada desde la aparición del euro. En el caso del grupo de 17 países que utilizan el euro como moneda conocido como eurozona el desempleo alcanzó una tasa récord de 10.4 por ciento durante el mismo periodo; es decir, más de 16.4 millones de personas se encontraban paradas. Por otro lado, el paro juvenil también causó alarma luego de darse a conocer que en la UE, 22.1 por ciento de los jóvenes menores de 25 años no trabaja; por su parte, en la eurozona este grupo alcanza 21.3 por ciento.

En Bélgica el paro no ha golpeado de forma tan severa como en España, donde 22.9 por ciento de la población está desempleada, más del doble de la media de la eurozona. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas español, sólo en el cuarto trimestre del año pasado, 295 mil 300 personas perdieron su empleo, lo que elevó el número total de desocupados a cinco millones 273 mil 600 personas. En el país ibérico, donde cada mes la espiral del desempleo crece y se agrava de manera alarmante, existen más de un millón y medio de hogares en los que ninguno de sus miembros trabaja. Con España figuran otras naciones duramente maltratadas por la crisis, como Grecia, con 19.2 por ciento de desempleo, según datos de octubre pasado; le siguen Irlanda, con 14.5, y Portugal, con 13.6. En todas estas naciones se repiten angustiosas escenas como la de los merenderos nocturnos de Bruselas.
Españoles sin trabajo hacen fila en una oficina de empleo en Madrid, el dos de diciembre  del año pasado.


Españoles sin trabajo hacen fila en una oficina de empleo en Madrid, el dos de diciembre del año pasado. Foto: Andrea Comas/ Reuters

DESENGAÑADOS
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para finales de este año habrá 200 millones de desempleados en el mundo, y, en caso de que la desaceleración se materialice, podría llegar a los 204 millones. El informe Tendencias Mundiales del Empleo 2012 de la misma OIT, presentado en enero pasado, apunta que para finales de 2012 las tasas de desempleo se situarán en 8.5 por ciento en los países desarrollados, entre ellos varios de la UE; en 7.2 por ciento en Latinoamérica y el Caribe; 4.1 por ciento en Asia Oriental (incluida China); 4.7 por ciento en el Sudeste Asiático; 3.8 por ciento en Asia del Sur (incluyendo India); 10.2 por ciento en Oriente Medio; 10.9 por ciento en el norte de África, y 8.8 por ciento en el África subsahariana.

Bajo estas circunstancias el escenario es poco esperanzador. Peor aún para Luc y las personas que se acomodan a comer en el pasaje subterráneo del Metro; ellos pertenecen a un grupo vulnerable conocido ya como Los desengañados, quienes tendrían que formar parte de la población económicamente activa y no estar parados, sobre todo por su edad y salud física. Sin embargo, han dejado de buscar empleo porque consideran que el mercado laboral no tiene sitio para ellos. La OIT calcula que en el mundo existen 29 millones de desengañados, lo que equivale a 15 por ciento del total de desempleados.

Pero a estas personas los apoyos del gobierno apenas les dejan pagar la renta y las medicinas, y la comida queda en segundo plano. “Incluso hay gente de ésta que aún tiene trabajo, pero como la vida aquí es tan cara, tienen deudas y en algunos casos tienen que pagar medicinas, por eso vienen a pedir comida”, señala Naget, quien agrega que pocos aguantan a este ritmo. Si bien no se puede considerar a los nuevos pobrescomo las únicas víctimas de la crisis, expertos en políticas públicas coinciden en que los niños, las mujeres, los adultos mayores y los inmigrantes son los grupos más expuestos a la pobreza en Europa. Este sector consigue trabajos precarios, y son ellos quienes sufren más, porque al tener un empleo no tienen forma de solicitar un subsidio, afirma Sophie, de la Operación Termos.

Al 2010 la UE lo bautizó como el Año Europeo de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social; entonces el objetivo trazado fue lograr 20 millones de pobres menos para 2020. Sin embargo, la crisis del euro ha puesto en duda poder lograr los objetivos planteados. Para la organización católica Cáritas, con sede en esta ciudad, existe un peligro real de que la pobreza y la exclusión social no serán tratadan de manera efectiva en el tiempo trazado. Cáritas considera necesario atacarlas de manera integral con tres pilares básicos de crecimiento: el económico, el social y el ambiental. No obstante, con las cifras actuales, el futuro se ve poco alentador.
“AYUDA” MEXICANA
La misma semana en que se llevó a cabo la Cumbre de los líderes europeos, México presentó ante la UE las prioridades que tendrá durante su Presidencia del Grupo de los Veinte (G20), el cual reúne a los países más industrializados y a los emergentes. “Vamos a ver cómo podemos, los países del G20, contribuir al retorno de la estabilidad en Europa y a recuperar la confianza de los mercados”, indicó el representante de México, Roberto Marino, a la agencia EFE.

Marino ya se reunió con funcionarios de la Dirección General de Finanzas de la Comisión Europea en Bruselas, para explicar de qué manera se pueden encontrar soluciones a los problemas que aquejan a la economía global. El representante de México ante el G20 indicó que nuestro país tendrá como máxima prioridad durante su Presidencia la estabilización económica para lograr impulsar el empleo, en especial entre los jóvenes. México iniciará su gestión en junio en el marco de la próxima reunión del grupo, que se realizará en la ciudad de Los Cabos, en Baja California Sur.

Por lo pronto, los comedores sociales seguirán instalándose cada noche en diferentes ciudades europeas, tratando de llevar un poco de calor a quienes han sido golpeados por la desventura y a aquellos nuevos que la crisis ha sumado. Espero un día no venir más, dice Luc, antes de perderse de nuevo en la oscuridad de la noche. 

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