Para
tratar de frenar el escándalo que ha provocado la revelación de que la
CIA intervino en el asesinato de Enrique Camarena Salazar y ha tenido
nexos con el narcotráfico mexicano, la DEA desplegó una auténtica
“guerra sucia” contra dos de sus exagentes, Phil Jordan y Héctor
Berrellez. Ambos han denunciado reiteradamente desde Proceso las
operaciones negras de la agencia estadunidense de inteligencia. La
maniobra más reciente: un foro en el cual, luego de desacreditarlos, se
les lanzó una amenaza nada velada.
WASHINGTON (Proceso).- La
administración antidrogas de Estados Unidos (DEA) desarrolla una guerra
sucia para ocultar las evidencias de la participación de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) en el secuestro, tortura y asesinato –en
México, en febrero de 1985– de Enrique Kiki Camarena, denuncian dos
exagentes antinarcóticos.
“La DEA y la CIA no soportarían que se
sepa toda la verdad sobre el caso Camarena. Saldrían muy afectadas”,
dice en entrevista telefónica con Proceso Phil Jordan, exagente de la
DEA y exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC).
Desde
el pasado octubre, cuando Jordan y Héctor Berrellez, otro exagente de
la DEA, revelaron a Proceso (edición 1928) que la CIA fue cómplice del
narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero en el secuestro, tortura y
asesinato de Camarena, ambos se convirtieron en “enemigos del
Departamento de Justicia” de Estados Unidos, que antes había hecho
múltiples reconocimientos a su trabajo.
“La DEA y la CIA, a través
de varios de mis excolegas, están buscando desacreditarnos por decir la
verdad sobre el caso Camarena. Pero no lo van a lograr. Tenemos muchas
pruebas para fundamentar lo que denunciamos”, apunta Jordan, quien fue
también subadministrador antidrogas.
Oficialmente, comenta
Berrellez en conversación telefónica con el corresponsal, la campaña de
desacreditación de la DEA arrancó el pasado 29 de octubre con un acto
bautizado “Llevados ante la justicia: Operación Leyenda”, un foro donde
se hizo un recuento oficial del caso Camarena (Proceso 1931).
Efectuado
en el Museo de la DEA, en el foro participaron como oradores su
exdirector Jack Lawn, el exagente Jack Taylor –primero a cargo de la
Operación Leyenda, dedicada a investigar el homicidio de Camarena– y la
periodista Elaine Shannon, autora del libro Desperados.
“Ese acto
fue una clara demostración de que la CIA y la DEA tienen mucho miedo de
que se conozca toda la verdad del caso Camarena, y están dispuestos a
todo para callarnos a Jordan y a mí”, apunta Berrellez, quien reemplazó a
Taylor al frente de la Operación Leyenda y asegura haber descubierto la
intervención indirecta de la CIA en el homicidio.
En el foro,
primero en voz del director del Museo de la DEA, Sean Fearns, y después
por boca de Lawn y Taylor, se desmintió lo dicho por Berrellez y Jordan
respecto de la CIA y el caso Camarena. Fearns incluso lanzó una amenaza a
los exagentes: “Sería mejor que no hablaran”, pues sus declaraciones
podrían ser investigadas e “inclusive usadas potencialmente en su contra
si difieren de lo que dijeron hace 28 años”.
La advertencia desató la furia de Jordan y Berrellez.
Misiva secuestrada
En
una carta dirigida a Dave Wilson, presidente de la Asociación de
Exagentes Federales Antinarcóticos (AFFNA), y a todos sus miembros,
Jordan y Berrellez exponen la guerra sucia en su contra que lleva a cabo
la dependencia federal a la cual dedicaron varias décadas de su vida.
“Al
anunciar la realización del acto (en el Museo de la DEA), Dave Wilson,
presidente de la AFFNA, informó que el panel aclararía todas las falsas
ideas, mitos y mentiras sobre la investigación del asesinato que dos
exagentes especiales habían elegido fabricar alrededor de este trágico
evento”, especifica el documento, enviado unos días después de concluido
el foro en la DEA y copia de la cual pudo consultar Proceso.
En
la misiva de dos páginas firmada por Jordan y Berrellez, ambos resumen
el embrollo del caso Camarena y la participación de la CIA, así como la
cortina de humo tendida por la DEA para ocultar la verdad.
En su
texto, dicen entender “que es muy seria la imputación de involucrar a
contratistas de la CIA en el asesinato de Camarena”, pero, puntualizan,
“los hechos son los hechos”.
Jordan cuenta que tres días antes de enviar su queja al presidente de la AFFNA, lo llamó por teléfono para aclarar la situación.
“En
primer lugar Wilson no me conoce ni yo lo conozco”, explica el
exdirector del EPIC, quien luego hace esta recreación de la plática
telefónica con el presidente de la AFFNA:
“–¿Dave Wilson?
“–Sí. ¿Quién habla?
“–Phil Jordan, el exagente a quien junto con Berrellez estás desacreditando con ese foro en el Museo de la DEA.
“–¿En qué puedo servirte?
“–Primero
te voy a hacer esta pregunta: ¿acaso eres un agente de la CIA
infiltrado en la DEA, cumpliendo órdenes para llamarme mentiroso?
“–No. No soy agente de la CIA. Yo a ti no te conozco.
“–¿A quién buscas proteger con tus afirmaciones si no me conoces, ni mucho menos conoces ni sabes quién es Berrellez?
“–A nadie.
“–Qué
bueno que lo digas, porque te voy a mandar una carta dirigida a todos
los miembros de la AFFNA; te pido por favor que hagas lo correcto y la
distribuyas.
“–¡Sí, claro! Envía la carta por favor.”
Según
Jordan el texto fue enviado a la oficina de Wilson tres días después de
esta conversación, que tuvo lugar en la segunda semana de noviembre.
Hasta
la fecha la carta no ha sido distribuida por Wilson a los miembros de
la AFFNA y éste no ha explicado por qué no lo ha hecho. “Hablé con su
asistente y ella me confirmó que la carta no ha salido, que sigue en el
escritorio de Wilson en su oficina en el estado de Washington”, comenta
Jordan al corresponsal.
El exagente de la DEA sostiene que de “muy
buena fuente” sabe que Wilson está muy avergonzado por haberse prestado
a participar en la guerra sucia de la DEA.
Respecto a lo que
piensen sus colegas de la AFNNA, del vuelco que dio el caso Camarena con
sus declaraciones y las de Berrellez en cuanto al involucramiento de la
CIA, Jordan dice: “No me preocupa porque me conocen y conocen a
Berrellez, y saben que tenemos las pruebas”.
Aunque no se atreve a
desacreditar a Lawn –por respeto a quienes fueron su jefes–, el
exdirector del EPIC dice estar decepcionado de lo que el exjefe de la
DEA declaró en el museo.
“Porque sabe que todo lo dicho por
nosotros está documentado como parte de la investigación Operación
Leyenda, y sobre todo porque él, como los miembros de la AFFNA, sabe que
Berrellez es uno de los exagentes con más reconocimientos del
Departamento de Justicia precisamente por su trabajo en el caso
Camarena.”
Berrellez y Jordan sospechan que, más que la DEA, es la
CIA la encargada de la campaña para desacreditarlos y hacer lo
necesario para ocultar la verdad sobre el caso Camarena.
“Hay que
tener mucho cuidado con esto. La historia de la CIA es muy tenebrosa. No
sólo ha mandado matar a sus propios agentes cuando denuncian casos
internos de corrupción; también ha eliminado a mensajeros que lo hacen
público”, advierte Berrellez.
La carta que Wilson tiene
secuestrada en su oficina destaca precisamente que Kiki Camarena no fue
asesinado por su buen trabajo como agente de la DEA en México, sino
porque descubrió la sombra de la CIA en el negocio del narcotráfico
mexicano.
“Para de verdad hacerle honor al sacrificio de Kiki y al
de su familia debemos garantizar que se conozca la verdad de por qué
fue asesinado. Para ello, y para evitar que otros agentes federales
estadunidenses paguen con su vida por cumplir con sus obligaciones,
debemos prevenir que se conviertan en un daño colateral”, remata la
misiva firmada por Jordan y Berrellez.
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