Nueva York— Documentos secretos revelaron en años recientes
más de mil objetivos de vigilancia estadounidense y británica,
incluyendo la oficina de un primer ministro israelí, líderes de
organizaciones de ayuda internacional, compañías de energía extranjeras y
un oficial de la Unión Europea involucrado en batallas antimonopolio
con empresas de tecnología estadounidenses. Mientras que algunos nombres
de líderes políticos y diplomáticos han emergido con anterioridad como
blancos de la NSA, los nuevos documentos revelados de inteligencia
ofrecen una imagen más detallada de los intereses de espionaje en más de
60 países.
Los Cuarteles Generales de Comunicaciones de Gran Bretaña, que trabajan muy de cerca con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), monitoreaban las comunicaciones de oficiales de alto rango de la Unión Europea, líderes extranjeros, incluyendo jefes de estado africanos y a veces a miembros de sus familias, directores de las Naciones Unidas y otros programas de asistencia, y oficiales que supervisan el petróleo y los ministerios de finanzas, según estipulan los documentos. Adicionalmente a Israel algunos objetivos incluyen a aliados cercanos como Francia y Alemania, donde las tensiones ya se han desencadenado sobre las recientes revelaciones de los operativos de espionaje de la NSA.
Los detalles de vigilancia son descritos en los documentos de la NSA y de la agencia de espionaje de Gran Bretaña, conocida como GCHQ, que datan del 2008 al 2011. Las listas de objetivos aparecen en una serie de reportes de la GCHQ, los cuales en veces identifican cual agencia solicitó el operativo de vigilancia. Los documentos fueron dados a conocer por el ex empleado bajo contrato de la NSA Edward J. Snowden y distribuidos por el New York Times, The Guardian y Der Spiegel.
Los reportes son boletines técnicos elaborados por los espías que típicamente estaban obteniendo de los sitios de inteligencia británicos, y que sistemáticamente interceptaban los vínculos de comunicaciones internacionales, enfocándose especialmente en las transmisiones satelitales. El valor de cada vínculo era estimado, en parte, por el número de objetivos de vigilancia que lo utilizaban para enviar correros electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas. Más de mil objetivos, entre los que se incluían sospechosos de terrorismo o militantes, se encuentran documentados en los reportes.
(EL DIARIO, EDICION JUAREZ/ The New York Times | 2013-12-20 | 15:39)
No hay comentarios:
Publicar un comentario