domingo, 8 de junio de 2014

EL BORICUA, TETRACAMPEÓN PONE COTTO A LA MARAVILLA

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No salió para el décimo round debido a la felpa que le estaba propinando el nuevo monarca mundial de peso Medio

Miguel Cotto ni siquiera tuvo rival arriba del ring.

Derribó dos veces en el primer asalto a Sergio “Maravilla” Martínez, quien cedió su corona sin problemas al hoy primer campeón mundial puertorriqueño en cuatro diferentes categorías.

Cotto (39-4, 32 ko’s) se ciñó el título Mediano del Consejo Mundial de Boxeo con un contundente nocaut técnico en el décimo episodio, después de castigar a placer por todos los rincones del ring y exhibir su mejor boxeo frente a un oponente casi nulo.

Conquistó su octavo triunfo en nueve presentaciones en la más mítica arena de boxeo en el planeta, el Madison Square Garden.

Al momento de detenerse el combate, el retirado réferi miembro del Salón de la Fama del Boxeo y analista de ESPN, Joe Cortez, llevaba un puntaje de 90-78 en su tarjeta.
Desde el campanazo inicial, “Maravilla” con su rodillera se notaba incómodo en su manera de plantarse y tratar de comenzar a boxear.

Pero más incómodo quedó cuando el primer golpe sólido de Cotto fue al oído y quedó muy dañado de manera visible, en particular del equilibrio, entre golpe y rodilla.

El grito de ¡Cotto, Cotto, Cotto! ya era ensordecedor antes de comenzar la pelea; después de ese primer asalto de ensueño para los boricuas, la arena ya era una sucursal del manicomio.

De cualquier manera, Cotto salió concentrado y disciplinado para el segundo episodio en el que Martínez (51-3-2) de nuevo fue a la lona, aunque ahora por un resbalón.

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Su cara y la de los argentinos que como quiera hicieron sentir su presencia era más que desconcertante, cuando vieron a un boxeador mucho menos pesado y alto, darle una cátedra a su ex campeón.

“El Maravilla” se las ingenió para salir adelante rumbo al tercer capítulo. Pero la escasez de golpeo y su caminar lento hacia atrás señalaban lo que quizá pasaba por su mente.

Mientras, el intento y golpeteo de Cotto hacia el cuerpo también hacían su trabajo; en especial hacia la zona hepática.

El puertorriqueño nunca se avorazó; siguiendo el plan de pelea que tanto anticipó su entrenador Freddie Roach.

Para el cuarto, la rutina era la misma; nunca pareció Martínez estar cómodo ni conectar a Cotto, a pesar de que por momentos intentó atacar, exigió combate a rival y trataba de automotivarse.

(DIARIO DEL YAQUI/ REDACCION/ Domingo, 08 Junio 2014 00:16)

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